Cuca Mia Leyenda

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Cuca mia

Eran los primeros años de la Revolución Mexicana cuando el joven Gabriel


Gavira se incorporo al ejército que luchaba contra la Dictadura Porfirista.
Participo en innumerables combates donde se distinguió por su valentía y
pronto escalo todos los grados de la oficialidad hasta llegar a General
Brigadier.

Recorrió en su carrera militar muchas ciudades de la Republica y en una de


ellas sucedió lo inesperado. Conoció en la ciudad de Guanajuato a una
dama de nombre Maria del Refugio que por su belleza lo impresiono. Era
una mujer de gran belleza de la cual el militar se enamoro perdidamente y
a la que por cariño llamo Cuca.

Todas las noches se veían en el balcón de la casa y pronto hicieron


compromiso de matrimonio concertando la realización del evento para una
fecha muy próxima. La noticia se extendió por todo el vecindario.

De pronto llego a la jefatura de Operaciones Militares de la ciudad minera,


un escueto telegrama que decía: “Es urgente la presencia de la Brigada que
comanda el General Gabriel Gavira para que se presenta de inmediato en la
ciudad de Zacatecas”. El comandante de la plaza llamo al militar dándole
esta orden escueta: - Mi general: por instrucciones superiores debe estar
usted el día de mañana en la ciudad de Zacatecas. Acuartele su tropa y
saldrá esta misma noche.

Aquella orden le cayó al militar como un baño de agua fría, encuadrándose


ante quien le daba la orden, hizo el saludo militar y contesto: - Enterado,
mi general. Serenamente ordeno que se tocara llamada a oficiales se reunió
con ellos, les informo la salida urgente de la brigada y ordeno se tocara
llamada de tropa para acuartelar. Se pudo desocupar un poco a las ocho de
la noche y con paso firme se dirigió hacia la casa de su amada para darle la
noticia.

Al tocar la puerta, salio la muchacha, se le colgó del cuello y le dio un beso,


el militar fingiendo serenidad le contesto: -Te vengo a avisar, que la boda
se realizara un poco tiempo después de la fecha que habíamos señalado, en
virtud a que yo salgo para Zacatecas esta misma noche.

Cuca prorrumpió en llanto y le dijo: -No mi amor, no me dejes: yo me voy


contigo. No se hablo más, Maria del Refugio abordo el tren militar y salio
acompañando a su amado como estaba previsto a las diez de la noche en
punto. Poco tiempo estuvieron en la ciudad antes referida, las operaciones
de la guerra reclamaron la presencia de esa brigada constitucionalista para
desalojar a las tropas del Centauro del Norte de la ciudad de Torreón. Cuca
como inseparable soldadura acompaño a su esposo. El combate fue reñido,
al fin las tropas villistas abandonaron la plaza y la Brigada entro con
honores a la Perla de la Laguna. Paso el tiempo y considerando presidente
Carranza, que Villa tenia siempre en jaque a los Estados de Durango y
Chihuahua ordeno al general Gavira se hiciese cargo de la Comandancia
Militar y Gobierno de Estado de Durango. Así Maria del Refugio se convirtió
en la primera dama del Estado. El día 24 de febrero de 1918, las fuerzas
del Centauro intentaron formalmente destruir un gran contingente militar
federal que se encontraba acantonado en Santa Maria del Oro, Dgo.

Al conocer esto el jefe de operaciones militares decidió salir con un fuerte


contingente de tropas a batir a los villistas. Así salio el General Gavira a
hacerse cargo del personal de acciones militares. Cuca se quedo con el
corazón partido no pudo acompañar a su esposo. Se encontraba
embarazada de su tercer hijo y su estado se salud era delicado. Al despedir
al General le dijo:

-Dios te ha de cuidar y si te toca la de malas, deja dicho que trasladen tu


cadáver a mi presencia para darte el beso en el que estamos
comprometidos.

El militar tuvo suerte salia airosa en su campaña y consiguió replegar al


enemigo. Entusiasmado, regreso a la ciudad de Durango para incorporarse
a su esposa amada; solamente que el destino le había dispuesto lo
inesperado. El delicado estado de salud de Maria del Refugio no resistió la
angustia de la ausencia del esposo querido que se encontraba en peligro y
falleció repentinamente. Inútiles fueron los esfuerzos realizados por avisarle
al General Gavira. Cuando llego a su casa hacia veinticuatro horas que se
había sepultado a su esposa. Recordó lo que su mujer le había dicho en el
momento de su partida y sin meditarlo mucho se hizo acompañar de un
pelotón de soldados y se dirigió al Panteón de Oriente. Al llegar al sepulcro
sin mayores trámites ordeno la exhumación del cadáver. El quería
contemplar a su amada y entregarle el beso postrero de despedida. Grande
fue su sorpresa y mayor su desesperación, al abrir el féretro y constar que
el cuerpo estaba bocabajo y en las manos acusaba huellas de haber hecho
esfuerzo por abrir la caja. Todo manifestaba que la señora había sido
victima de un letargo solamente y había vuelto en si cuando se encontraba
ya sepultada. El general lloro como niño, llamo a varios doctores para que
la revisaran; la hizo velar dos noches seguidas con la esperanza de un
milagro de resurrección. Todo fue inútil, Maria del Refugio estaba bien
muerta. Gavira desconsolado le entrego el beso de compromiso y sobre su
tumba ordeno que con letras de bronce se escribiera el siguiente epitafio.
17 de Octubre de 1918

Fue a un tiempo honrada y hermosa


raro en mujer sin fortuna
cual ninguna cariñosa
discreta como ninguna.

II

Nuestras vidas se fundieron


de amor al fuego candente
mas las iras atrajeron
del que dichas no consciente

III

Y arrebatar mi tesoro
llegóse la muerte impía
llevándose a la que adoro
en mi ausencia. Cuca mía

Así en el lote No.261 letra E de la Mansión de Reposo destruida y


abandonada permanece la tumba de Cuca la que en un tiempo fue la
Primera Dama del Estado de Durango.

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