Gabriel Gavira conoció y se enamoró de María del Refugio, apodada Cuca, mientras servía en el ejército durante la Revolución Mexicana. Cuca acompañó a Gabriel en sus campañas militares. Más tarde, cuando Gabriel fue nombrado comandante militar y gobernador de Durango, Cuca se convirtió en la Primera Dama. Cuca murió repentinamente de angustia mientras Gabriel estaba ausente en una batalla, dejando atrás una tumba con un epitafio conmovedor en su memoria
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Gabriel Gavira conoció y se enamoró de María del Refugio, apodada Cuca, mientras servía en el ejército durante la Revolución Mexicana. Cuca acompañó a Gabriel en sus campañas militares. Más tarde, cuando Gabriel fue nombrado comandante militar y gobernador de Durango, Cuca se convirtió en la Primera Dama. Cuca murió repentinamente de angustia mientras Gabriel estaba ausente en una batalla, dejando atrás una tumba con un epitafio conmovedor en su memoria
Gabriel Gavira conoció y se enamoró de María del Refugio, apodada Cuca, mientras servía en el ejército durante la Revolución Mexicana. Cuca acompañó a Gabriel en sus campañas militares. Más tarde, cuando Gabriel fue nombrado comandante militar y gobernador de Durango, Cuca se convirtió en la Primera Dama. Cuca murió repentinamente de angustia mientras Gabriel estaba ausente en una batalla, dejando atrás una tumba con un epitafio conmovedor en su memoria
Gabriel Gavira conoció y se enamoró de María del Refugio, apodada Cuca, mientras servía en el ejército durante la Revolución Mexicana. Cuca acompañó a Gabriel en sus campañas militares. Más tarde, cuando Gabriel fue nombrado comandante militar y gobernador de Durango, Cuca se convirtió en la Primera Dama. Cuca murió repentinamente de angustia mientras Gabriel estaba ausente en una batalla, dejando atrás una tumba con un epitafio conmovedor en su memoria
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Cuca mia
Eran los primeros años de la Revolución Mexicana cuando el joven Gabriel
Gavira se incorporo al ejército que luchaba contra la Dictadura Porfirista. Participo en innumerables combates donde se distinguió por su valentía y pronto escalo todos los grados de la oficialidad hasta llegar a General Brigadier.
Recorrió en su carrera militar muchas ciudades de la Republica y en una de
ellas sucedió lo inesperado. Conoció en la ciudad de Guanajuato a una dama de nombre Maria del Refugio que por su belleza lo impresiono. Era una mujer de gran belleza de la cual el militar se enamoro perdidamente y a la que por cariño llamo Cuca.
Todas las noches se veían en el balcón de la casa y pronto hicieron
compromiso de matrimonio concertando la realización del evento para una fecha muy próxima. La noticia se extendió por todo el vecindario.
De pronto llego a la jefatura de Operaciones Militares de la ciudad minera,
un escueto telegrama que decía: “Es urgente la presencia de la Brigada que comanda el General Gabriel Gavira para que se presenta de inmediato en la ciudad de Zacatecas”. El comandante de la plaza llamo al militar dándole esta orden escueta: - Mi general: por instrucciones superiores debe estar usted el día de mañana en la ciudad de Zacatecas. Acuartele su tropa y saldrá esta misma noche.
Aquella orden le cayó al militar como un baño de agua fría, encuadrándose
ante quien le daba la orden, hizo el saludo militar y contesto: - Enterado, mi general. Serenamente ordeno que se tocara llamada a oficiales se reunió con ellos, les informo la salida urgente de la brigada y ordeno se tocara llamada de tropa para acuartelar. Se pudo desocupar un poco a las ocho de la noche y con paso firme se dirigió hacia la casa de su amada para darle la noticia.
Al tocar la puerta, salio la muchacha, se le colgó del cuello y le dio un beso,
el militar fingiendo serenidad le contesto: -Te vengo a avisar, que la boda se realizara un poco tiempo después de la fecha que habíamos señalado, en virtud a que yo salgo para Zacatecas esta misma noche.
Cuca prorrumpió en llanto y le dijo: -No mi amor, no me dejes: yo me voy
contigo. No se hablo más, Maria del Refugio abordo el tren militar y salio acompañando a su amado como estaba previsto a las diez de la noche en punto. Poco tiempo estuvieron en la ciudad antes referida, las operaciones de la guerra reclamaron la presencia de esa brigada constitucionalista para desalojar a las tropas del Centauro del Norte de la ciudad de Torreón. Cuca como inseparable soldadura acompaño a su esposo. El combate fue reñido, al fin las tropas villistas abandonaron la plaza y la Brigada entro con honores a la Perla de la Laguna. Paso el tiempo y considerando presidente Carranza, que Villa tenia siempre en jaque a los Estados de Durango y Chihuahua ordeno al general Gavira se hiciese cargo de la Comandancia Militar y Gobierno de Estado de Durango. Así Maria del Refugio se convirtió en la primera dama del Estado. El día 24 de febrero de 1918, las fuerzas del Centauro intentaron formalmente destruir un gran contingente militar federal que se encontraba acantonado en Santa Maria del Oro, Dgo.
Al conocer esto el jefe de operaciones militares decidió salir con un fuerte
contingente de tropas a batir a los villistas. Así salio el General Gavira a hacerse cargo del personal de acciones militares. Cuca se quedo con el corazón partido no pudo acompañar a su esposo. Se encontraba embarazada de su tercer hijo y su estado se salud era delicado. Al despedir al General le dijo:
-Dios te ha de cuidar y si te toca la de malas, deja dicho que trasladen tu
cadáver a mi presencia para darte el beso en el que estamos comprometidos.
El militar tuvo suerte salia airosa en su campaña y consiguió replegar al
enemigo. Entusiasmado, regreso a la ciudad de Durango para incorporarse a su esposa amada; solamente que el destino le había dispuesto lo inesperado. El delicado estado de salud de Maria del Refugio no resistió la angustia de la ausencia del esposo querido que se encontraba en peligro y falleció repentinamente. Inútiles fueron los esfuerzos realizados por avisarle al General Gavira. Cuando llego a su casa hacia veinticuatro horas que se había sepultado a su esposa. Recordó lo que su mujer le había dicho en el momento de su partida y sin meditarlo mucho se hizo acompañar de un pelotón de soldados y se dirigió al Panteón de Oriente. Al llegar al sepulcro sin mayores trámites ordeno la exhumación del cadáver. El quería contemplar a su amada y entregarle el beso postrero de despedida. Grande fue su sorpresa y mayor su desesperación, al abrir el féretro y constar que el cuerpo estaba bocabajo y en las manos acusaba huellas de haber hecho esfuerzo por abrir la caja. Todo manifestaba que la señora había sido victima de un letargo solamente y había vuelto en si cuando se encontraba ya sepultada. El general lloro como niño, llamo a varios doctores para que la revisaran; la hizo velar dos noches seguidas con la esperanza de un milagro de resurrección. Todo fue inútil, Maria del Refugio estaba bien muerta. Gavira desconsolado le entrego el beso de compromiso y sobre su tumba ordeno que con letras de bronce se escribiera el siguiente epitafio. 17 de Octubre de 1918
Fue a un tiempo honrada y hermosa
raro en mujer sin fortuna cual ninguna cariñosa discreta como ninguna.
II
Nuestras vidas se fundieron
de amor al fuego candente mas las iras atrajeron del que dichas no consciente
III
Y arrebatar mi tesoro llegóse la muerte impía llevándose a la que adoro en mi ausencia. Cuca mía
Así en el lote No.261 letra E de la Mansión de Reposo destruida y
abandonada permanece la tumba de Cuca la que en un tiempo fue la Primera Dama del Estado de Durango.