3 Trabajo Linea de Enfasis

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3 TALLER LINEA DE ENFASIS

MANUELA ANDREA ARANGO CUERVO ___ CC. 1036686607

EL PRINCIPIO DE LA REALIDAD SOBRE LAS FORMAS

1. Que se entiende por subordinación y coordinación.

La subordinación, es, la obligación que tiene el trabajador de acatar las órdenes del empleador
durante la ejecución del contrato, lo que le impide al trabajador tener autonomía e independencia
en el ejercicio sus labores. La subordinación, como elemento distintivo y característico de una
relación laboral, no es ni puede ser absoluta, y debe ajustarse a ciertas reglas constitucionales, de
manera tal que no se afecta la dignidad del trabajador que está sometido y obligado a ello.

Por el contrario, La coordinación son actividades y horarios que no implica que necesariamente
exista subordinación, pues es un proceso necesario para desarrollar la actividad contratada.

En el contrato de prestación de servicios puede y debe existir coordinación entre el contratante y


el contratista, sin que por ello se deba presumir subordinación, siempre que la coordinación
excede sus límites naturales para convertirse en imposición y subordinación; una relación de
coordinación de actividades, implica que el segundo se somete a las condiciones necesarias para el
desarrollo eficiente del objeto contractual, como puede ser el cumplimiento de un horario o el
hecho de recibir una serie de instrucciones de sus superiores, o tener que reportar informes sobre
sus resultados

2. Cuanto tiempo debe existir entre contrato y contrato para saber si estamos en una sola
relación laboral.

El consejo de estado unifica un término prudencial y la regla general es si la duración de tiempo de


desvinculación de un contrato y otro es inferior a 30 días hábiles se debe entender que es uno y si
es superior a los 30 días hábiles se habla de otro contrato.

Esta regla general se soporta en varias razones de peso. En primer lugar, porque permite concluir
que cuando se interrumpe la prestación de un servicio por hasta treinta (30) días hábiles, el
vínculo laboral (en aquellos eventos donde previamente se haya acreditado la relación laboral)
sigue siendo el mismo, lo cual facilita establecer el cómputo de la prescripción de los derechos
reclamados. En segundo lugar, porque su aplicación resulta idónea por la evolución que ha tenido
la figura del «contrato realidad» en la jurisprudencia de esta Sección, pues, como se mencionó, el
análisis de sus particularidades ha exigido la introducción de distintos plazos para la configuración
del fenómeno prescriptivo; siendo el que aquí se acoge el que mayor garantía ofrece para los
reclamantes y, en consecuencia, el que mejor materializa el propósito perseguido por el legislador,
que definió a la efectividad de los derechos reconocidos en la Constitución Política y en la ley
como el objeto de la jurisdicción de lo Contencioso-administrativo. 64 Y, en tercer lugar, porque,
en la práctica, treinta (30) días hábiles es un periodo razonablemente suficiente para determinar si
lo que se pacta es un nuevo contrato, una adición o una prórroga de otro anterior, puesto que en
muchos casos en los que se ha encontrado que existe la relación laboral encubierta o subyacente,
se ha advertido que se presentan tales interrupciones, superiores, incluso, a un mes.

3. Que pasa con los aportes a la seguridad social

Cuando se desarrolle un contrato de prestación de servicios, el contratista tiene el deber de cotizar


a seguridad social, tanto en salud como pensión y riesgos laborales.

La obligación surge siempre que los ingresos del contratista sean iguales o superiores a un salario
mínimo mensual, pues en caso de ser menores se entiende que el contratista no tiene capacidad
de pago, y por tanto no debe pagar aportes a seguridad social.

En el contrato de servicios los aportes a seguridad social se deben realizar como trabajador
independiente, es decir, sobre el 40% de los ingresos mensuales siempre que la base mínima no
sea inferior a un salario mínimo, con las bases que corresponda

La obligatoriedad de la afiliación al régimen general de salud cobra un papel relevante en relación


con los aportes a salud del contratista, pues si este demuestra, bajo el principio constitucional de
la primacía de la realidad sobre las formas, la verdadera existencia de una relación laboral, «podrá
hacerse acreedor de las prestaciones sociales que en su calidad de contratista no le fueron
reconocidas.

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