El Ser y El Deber Ser
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David Hume planteó el problema del ser y el deber ser en su Tratado sobre la naturaleza humana.
El problema del ser y el deber ser (también llamado ley de Hume, la guillotina de Hume y a veces
confundido con la falacia naturalista) es un problema en metaética acerca de la posibilidad de
deducir oraciones normativas a partir de oraciones descriptivas. Las oraciones descriptivas son
aquellas que dicen lo que es el caso (por ejemplo «los emperadores son crueles») mientras que las
oraciones normativas son aquellas que dicen lo que debe ser el caso («los emperadores deben ser
crueles»).
Claro que así como se puede pedir justificación para las oraciones normativas, se puede pedir
justificación para las oraciones descriptivas. Pero esto es otro problema, que puede encontrar
otras respuestas. Las oraciones descriptivas se pueden (quizás) justificar a partir de la investigación
empírica. Así por ejemplo, el valor de verdad de la oración «los emperadores son crueles» se
puede determinar haciendo una investigación histórica. Sin embargo, no sucede lo mismo con la
oración «los emperadores deben ser crueles». La verdad o falsedad de esta oración se debe
determinar por otros métodos, y si se descarta la posibilidad de probar su verdad a través de una
deducción a partir de premisas verdaderas, entonces vale preguntar si hay algún otro camino.
El abismo que separa a los hechos de los deberes no tiene nada que ver con el contenido de las
proposiciones descriptivas de las que se parte. Lo mismo da que se trate de proposiciones
metafísicas, científicas o de la vida cotidiana. El error se encuentra en el procedimiento, no en el
punto de partida. La ambigüedad inadvertida empírico-normativa de ciertos términos conduce a
falacias lógicas tales como: «La esencia de la sexualidad es la procreación. Por lo tanto, la
anticoncepción no está permitida, porque no refleja la naturaleza de la sexualidad».
Índice
1 Explicación
2 Historia
3 Respuestas
4 Véase también
5 Notas y referencias
6 Bibliografía
7 Enlaces externos
Explicación
Nerón es cruel
La primera es una oración descriptiva y la segunda es una oración normativa, y resulta evidente
que existe una gran diferencia entre ambas. Para deducir una oración normativa, una manera es
construir un argumento que incluya una oración normativa entre las premisas. Por ejemplo:
Nerón es un emperador
Pero ahora se puede preguntar por la justificación de la nueva oración normativa, «todos los
emperadores deben ser crueles». Un camino es deducir la oración a través de otro argumento que
incluya una premisa normativa. Por ejemplo:
Todos los líderes deben ser crueles
Pero esto nos deja con el nuevo problema de encontrar una justificación para la premisa «todos
los líderes deben ser crueles» y se hace visible una posible regresión infinita. El problema del ser y
el deber ser consiste en encontrar una manera de deducir oraciones normativas sin tener que
incluir más oraciones normativas entre las premisas.
Historia
El problema fue presentado por primera vez por David Hume en un breve párrafo de su libro de
1739-40, el Tratado sobre la naturaleza humana (Libro III, Parte I, Sección I) :
No puedo evitar añadir a estos razonamientos una observación que quizás puede tener alguna
importancia. En cada sistema de moralidad que he observado hasta ahora, encuentro siempre que
el autor procede algunas veces en la forma ordinaria de razonamiento, y establece la existencia de
Dios, o hace observaciones sobre asuntos humanos, cuando de repente soy sorprendido porque,
en vez de las usuales copulaciones de proposiciones «es» o «no es», me encuentro con
proposiciones ninguna de las cuales no está conectada con un «debe» o «no debe». Este cambio
es imperceptible, pero es sin embargo de consecuencias últimas; porque como este «debe», o «no
debe», expresa alguna nueva relación o afirmación, ésta debe necesariamente observarse y
explicarse; al mismo tiempo debe darse una razón para algo que parece completamente
inconcebible: cómo esta nueva relación puede ser una deducción de otras que son
completamente diferentes de ella. Pero como los autores no toman comúnmente esta precaución,
debo intentar recomendarla a los lectores; y estoy persuadido que esta pequeña atención
subvertiría todos los sistemas vulgares de moralidad; y permite ver que la distinción de vicio y
virtud no se encuentra simplemente en las relaciones entre objetos, ni es percibida por la razón
La cita de Hume muestra que las proposiciones normativas, sea que expresen obligaciones
("debe") o prohibiciones ("no debe"), tienen una estructura lógica distinta ("una nueva relación") a
la de las proposiciones fácticas ("es y no es"). De modo que si las primeras intentan deducirse de
las segundas, pareceríamos estar ante un razonamiento falaz, esto es, un razonamiento que puede
resultar persuasivo, pero que es lógicamente incorrecto.
Hasta el momento en que Hume escribió el mencionado pasaje, el problema del ser y el deber ser
no había sido planteado ni propiamente reconocido como un problema por los filósofos morales.
Es solo a partir del pasaje de Hume, y más fundamentalmente a partir de su recuperación por
parte de algunos pensadores analíticos del siglo XX, que se percibió la complejidad del problema
del ser y deber ser, y se extendió la idea de que existe un abismo lógico insalvable entre el orden
fáctico y el orden normativo. Desde entonces, el problema ha crecido en importancia hasta
convertirse en uno de los temas centrales de la metaética contemporánea.
En 2004, Nicolás Zavadivker propuso una ampliación del argumento de Hume, al mostrar que aun
cuando las normas pudiesen ser deducidas a partir de descripciones, este procedimiento no podría
dar cuenta de la moralidad de las mismas. Esto se debe a que las premisas del razonamiento serían
(por ser descriptivas) axiológicamente neutras, por lo que no permitían mostrar el carácter justo o
correcto de ese deber, es decir, no permitirían justificar moralmente la conclusión normativa.
Zavadivker denominó falacia de la justificación cognitiva al error consistente en considerar que
razones de orden cognoscitivo bastan para justificar una norma, esto es, para considerarla justa o
correcta.2