Antología Peruana Poesía Actual
Antología Peruana Poesía Actual
Antología Peruana Poesía Actual
Paolo de Lima
Universidad de Texas en El Paso
Lo que aquí se ofrece es una muestra de poesía peruana desde fines de la década del setenta
hasta la fecha. La ordenación de los veinte poetas incluidos es cronológica, y sólo se
menciona en cada nota personal lugar, fecha de nacimiento, y libros de poesía publicados.
Algunos tienen en su haber cuentos, novelas, ensayos y crónicas periodísticas, pero se ha
preferido no incluir estas obras en las listas: no contamos con los datos precisos de todos
los seleccionados, y no queremos cometer injusticias contra ninguno. La presente muestra
es por supuesto a gusto personal; los autores solamente tienen como denominador común
el hecho de ser peruanos y de mantenerse en el oficio de la poesía. Carlos López Degregori,
Róger Santiváñez y Dalmacia Ruiz Rosas formaron parte (junto a Edgar O’Hara, Enrique
Sánchez Hernani y el narrador Guillermo Niño de Guzmán) del grupo La Sagrada
Familia (1977 – 1979). Posteriormente, la trayectoria poética del primero sería mucho más
insular. Insular también fue la aparición de Mario Montalbetti, el más apreciado por algunos
poetas posteriores. Mientras que Oswaldo Chanove (quien había obtenido un premio en
1979) prontamente formaría parte de las actividades del grupo arequipeño aglutinado
alrededor de las revistas "Ómnibus" y "Macho Cabrío", encabezado por Alonso Ruiz Rosas,
y conformado, además, por Patricia Alba, Misael Ramos, entre otros. Y esto ya es en los
ochentas. Paralelamente, en Lima aparecería el Movimiento Kloaka (1982 - 1984), el cual
se asumió como "conciencia vigilante" de la sociedad. Precisamente Santiváñez sería
fundador y animador de este grupo, conjuntamente a Mariela Dreyfus (aunque
inmediatamente tomaría distancia del mismo) y Domingo de Ramos, entre otros. Pero a
Dreyfus podemos más bien incluirla dentro del llamado "mini boom" de la poesía hecha
por mujeres, surgido en los ochentas. Rocío Silva Santisteban fue rápidamente asimilada
dentro de este espectro, y es que en ambas se puede percibir (no en todos sus textos, por
supuesto) una tendencia al erotismo, a los temas del cuerpo y la pareja. Mientras que
Rossella Di Paolo y Magdalena Chocano, también de los ochentas, han preferido
mantenerse al margen de cualquier diferenciación de género. En todo caso, Dalmacia Ruiz
Rosas podría oscilar pendularmente entre ambas posturas, con un sustrato mucho más
underground, subterráneo. Ella no formó parte de Kloaka, pero sí fue uno de sus "aliados
principales" (junto a José Antonio Mazzotti). Domingo de Ramos es quien encarnaría con
mayor determinación esta postura subterránea, a la que él diferencia de la maginalidad:
"Uno es marginal ante un grupo que lo margina. Pero un subterráneo tiene una opción, ha
decidido vivir en las cloacas", dice en una entrevista. Mazzotti, Eduardo Chirinos y Raúl
Mendizábal dirigieron juntos la revista universitaria "Trompa de Eustaquio" (1980 – 1981).
Los tres se conocieron en la Universidad Católica, de Lima, y empezaron muy pronto a
cosechar premios con poemas que se beneficiaban básicamente de los aportes poéticos de
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los años sesentas y primeros setentas (Antonio Cisneros, Rodolfo Hinostroza, Luis
Hernández, Manuel Morales, Abelardo Sánchez León, Enrique Verástegui, entre otros).
Actualmente los dos primeros destacan además en el campo de la crítica académica
norteamericana, mientras que Mendizábal comparte su trabajo en la ebanistería con la
escritura. César Ángeles, Rodrigo Quijano y Jorge Frisancho también estudiaron en la
mencionada casa de estudios, y gracias a su postura poética (y política) fueron rápidamente
invitados a formar parte de La última cena (1987), antología de poesía de los ochentas
confeccionada por Mazzotti, Santiváñez y Rafael Dávila-Franco. Montserrat Álvarez pudo
respirar de estos aires poéticos en sus primeros acercamientos a la escena cultural limeña.
Aunque su libro Zona dark es de 1991, una mirada atenta (como la que ha realizado el
crítico Gustavo Buntinx) señala una obra que se ubica en los bordes del periodo de la
violencia política. Poseedora de una postura escéptica y hasta egoísta (reconocida por ella
misma, y posteriormente asumida por casi todos los poetas jóvenes aparecidos a lo largo de
la década de los noventas), su poesía no deja de referirse a los símbolos políticos y sociales
más representativos (y estremecedores) de los ochentas: una ciudad a oscuras apenas
iluminada en sus cerros por hoces y martillos de fuego (en alusión al sabotaje contra las
torres de energía eléctrica realizado por Sendero Luminoso, que para el habitante peruano
se volvería habitual), paros armados y el creciente escalamiento de la guerra interna. Es
decir, el reino de la violencia (y de la necesidad, como bien señaló Frisancho). Una
violencia política la cual conduce a que muchos de sus actores sociales observen "el sol a
rayas" (por su condición carcelaria). En todo caso, es desde el ahora que señalamos las
características de esos años, y a nuestro entender quienes no eludieron lo que su época les
exigía produjeron una poesía de mayor profundidad. Y es que, como dice el verso de
Rodrigo Quijano, "para conocer debo acercarme más". Entre ambas posiciones (Álvarez y
Quijano) disímiles, y tensas en tanto no saber hacia dónde se enrumbaría finalmente la
historia, se movía el escenario poético en el Perú de principios de los noventas. Es entonces
cuando hace aparición Xavier Echarri, cuyo poemario Las quebradas experiencias y otros
poemas, de 1993 (a un año de la captura de Abimael Guzmán, líder de Sendero, y esto sólo
como dato histórico), expresó a su manera la fragmentación no sólo del texto sino del
escenario social. José Lezama Lima (y Mirko Lauer en casa) son dos claras influencias en
este libro; es decir, insertado en una tradición neobarroca, así llamada por los antologadores
de la muestra de poesía latinoamericana Medusario (Fondo de Cultura Económica, 1996).
Por otro lado, ya en 1990 había hecho aparición el Movimiento Neón (Leo Zelada, Juan
Vega, Carlos Oliva, Miguel Ildefonso y quien esto escribe, entre otros), cuya opción grupal
llamaría inmediatamente la atención. Sin embargo, el grupo se disolvería en 1993, dentro
de una tendencia general de desapego político. A partir de entonces (años del fujimorismo,
y ya el lector avisado entiende de lo que estamos hablando) las posturas y posicionamientos
se diversificarían considerablemente. A puertas del siglo XXI, la poesía que
individualmente los autores peruanos vienen desarrollando en el Perú (o fuera de su
territorio1) toma a su antojo diversas partes del gran bloque. Y de este modo cada uno
construye sus personales e intransferibles caminos. (El Paso, Texas, marzo del 2000).
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Uno. Carlos López Degregori. Lima, 1952. Ha publicado Un buen
día (1978), Las conversiones (1983), Una casa en la sombra (1986), Cielo
forzado (1988), El amor rudimentario (1991), Lejos de todas partes (1994) y Aquí
descansa nadie (1998).
Y mañana,
si tienes suerte y sobrevives,
si despiertas inexplicablemente en mi habitación
al otro lado del mundo
y si en ella no estoy porque he salido
para no regresar más
o he enfermado de carbón
o he muerto:
recuerda que siempre fuiste un mal espejo
y un mal espejo, para descansar al fin, debe entregar
lo que retuvo:
ya mi cara no será importante
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quédatela seca
pero devuélveme mis alas que las voy a necesitar:
guárdalas bien dobladas en el ropero otra vez,
siéntalas en las sillas,
tiéndelas, para que me esperen dormidas, en mi cama.
CEMENTERIO DE PERROS
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la cerca de las vacas necesita repararse)
que mañana partes para las montañas.
Me propondrás dormir
afuera y entonces
entendí que tu serenidad era real y un beso
y con el aire como solitario desayuno
SALMO DE INVIERNO
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sino por sus espaldas
en las colas que forman en los confesionarios
arroja el clavo
guarda el agujero
CANCIÓN DE AMOR
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en la cama
Ustedes no conseguirán siquiera un beso
como el de ella: aromático
de delgada humedad
y
que evocaba no el primer beso obtenido
sino el primer beso soñado
Sus ojos
además cuando no se perdían en melancólicos ensueños
se ocupaban en seguir
mis pasos
en leer
mis labios
en contar los movimientos
de mis manos
Ningunos de ustedes, cerdos, fueron jamás bendecidos por un amor
tan grande y tan bueno
y
por una felicidad tan honda
Por eso
ahora que huyo
como una bestia indigna
acorralado
por indescifrables espasmos
ninguno de ustedes, miserables, ha sido merecedor de una maldición mayor que la
mía
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y tu sexo como una flor abierta sea previo a los sinsabores)
yo te rociaré con abundante espuma
tú un vals arrepentido dirás bailar
2/Dic/78
VIAJE AL CORAZÓN
rosy
voy a dormir
apaga la luz del 2 de marzo de 1956 cuando vine
para conocerte
pues
quién es más ligero? tú
quién ama más? tú
quién tiene el rostro de mi muerte? tú tú turútu
tutú
19/Ene/92
GUERRA
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porque un hombre solitario es también un hombre
y si redacta internos documentos aprende otra experiencia
quizá la del amor a golpes de muchacha con manos de greda
en escándalo callejero cantando con tu perra voz
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En el fondo de la Poesía la Virgen ya
Estaba por aparecer en Cova de Iría
Pero prefirió el plan de los niños santos
ESTOY SEGURA...
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Tú quieres a mi madre, más buena que el pan.
Más buenos que nosotros.
Ya pasó la época de los escándalos. De los sobresaltos.
Es verano
las hojas en los árboles brillan como antorchas.
XV
XXIV
Yo soy intratable
ninguna luz me alumbra
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Yo soy transparente
ninguna luz me evade
12
Ocho. Eduardo Chirinos. Lima, 1960. Ha publicado Cuadernos de Horacio
Morell (1981), Crónicas de un ocioso (1983), Archivo de huellas
digitales (1985), Sermón sobre la muerte (Madrid, 1986), Rituales del conocimiento y del
sueño (Madrid, 1987), El libro de los encuentros (1988), Canciones del herrero del
arca (1989), Recuerda, cuerpo... (1991), El equilibrista de Bayard Street (1998)
y Abecedario del agua (Valencia, 2000).
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RETORNO A LOS PROFETAS
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MEMORIA DE ELECTRA
Soy un hombre.
He construido un templo
donde mi virilidad no tiene límites.
Cinco vírgenes me rodean
de día las desnudo al contemplarlas
de noche cubro sus cuerpos
con mi semen angustioso y renovado.
Esta necesidad
me viene de muy niño;
cuando intentaba soñar
me despertaban los gemidos
de mi madre y de su amante.
Pero soy un hombre.
Que nadie se atreva
a profanar mis reinos.
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la jovencita que a los quince estuvo a punto de sucumbir
pero que aún respira.
DE ENCANTACIÓN
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hasta alisar la arena de esa playa
donde puedas escribir mi nombre rozando el dedo
que está escribiendo el tuyo despacito.
DE LA MADRE
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que partían mis noches oh la oscura y china noche como diría
el padre al cerrarse el bar al borde del estribo
una mujer como el día me golpea en la nuca y yo quisiera
al voltear mi tristeza en su tristeza
y bendíjese oh sí el altar de este catre desnudo me dé
su inextirpable sonrisa que me azula.
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abiertas de rama en rama con oloroso aguaje
y explore lo inexplorable lo inexplicable
Pero tú sentada en mi impecable soledad
y en el momento de un atardecer
que era un cuerpo desplomándose en la mar
no me veías nunca y acariciabas un árbol
una mesa tu piso de parquet
mas yo era yo
tirado como un cadáver sobre el quirófano
mirando no sé qué naufragio qué calles
recuerdos cuadros bellos como
el de una mujer haciendo el amor
a solas
Doce. Carlos Oliva. Lima 1960 – 1994. Tiene publicado Lima o el largo
camino de la desesperación (1995).
LIMA I
tus semáforos
si sólo sirven para perturbarme
Pero también tienes tu encanto
tus ascensores
sin embargo no subimos ni bajamos
pasamos solamente
tus teléfonos malogrados
¿Dónde ciudad tragamonedas
iremos nosotros los desheredados de tu belleza?
Tal vez a vomitar en el baño
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de alguna vieja cantina
Y luego viajaremos en microbús
percibiendo los hedores de tu herida
Pero aún no nos espantamos
Y sigo por estas calles donde aprendí
abrir mi corazón a la melancolía
Abrir mi corazón como se abre la bragueta
y derramar mi amor como orines sobre las esquinas
S/T
PN
A mi madre
debiera enseñarle mi pene
tal vez se convenciera de
que ya no soy un niño
A ti también
que te asustas cuando lees pene
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debiera enseñártelo
tal vez así dejarías de asustarte
A mi papá también
para que deje de aliarse a mi madre
EN ITALIA
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(después de una lectura de Roman Jakobson)
NARIHUALAC
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Tuvimos que salir para evitar la muerte.
Ahora nos quedamos para hacer la vida".
CLITEMNESTRA, INFIEL
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sin saber ella misma del hacha sobre el cuello
de las gotas negras que azotan los vientos de Estrimón.
Ni los dioses saben de este dolor de hembra
el grito que calla en la propia boca
el temor de las murallas ante el eco de la propia voz:
está vengada la muerte de dos niños con la de este hombre.
Tira la daga inmunda y regocíjate
hiciste bien mujer, hiciste bien.
HARDCORE
Entonces te volteo
Y continúo
Lamiendo
Con desenfreno.
UN ACERCAMIENTO A S. COLONIA
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La coloreada imagen de la niña-virgen es
la denuncia de un crimen consumado a medias, la isla
que eleva el único cirio que gotea luces, como esas
cruces al borde de las carreteras,
así, mitad dispuestas por la arena, mitad por los parientes
que se abandonan al silencio ante el silencio
de miradas que ofenden por su rapidez. Así dispuestas
esas cruces pueden ser casi el cierre-relámpago de un país
que muestra sus intimidades, lo percudido y lo perdido.
Y la imagen de la niña gime: unas rodillas flacas y la madre
suelta la sábana iluminando el cuarto con un aroma
de trenzas que se abrazan en la madrugada, como en un llanto
de despedida. Para saber
vuelvo a acercarme. El equilibrio del grillo tensa
la tarde, y la gente que regresa cansada de las playas
pule rostros en la superficie de sus ollas
y el crepúsculo me bombardea de neones tropicales
que se encienden a mi paso y en los plásticos, ojos del gorrión
mi intuición emprende un vuelo sin retorno.
8.
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y sin embargo alguien quisiera verlos morir
sólo por ver qué sucede.
APARTAMENTO
VE
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Quiero escribir con sangre y sólo salen lágrimas.
Las lágrimas son transparentes. Nadie ve.
EPÍLOGO
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(En un peldaño oscuro del lenguaje o en el fondo del pozo
como en una frágil estrategia de las apariencias, mis sentidos
son sólo estos sentidos fijos en la bóveda,
y mi lengua es ahora la del enemigo).
LO QUE NO SE DIJO
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Tomar una gaseosa provinciana cuidando
de no manchar con nada mi ancha falda
Tener un corazón enorme y puro como el de un caballo
Lavar la ropa de todos con mis ásperas manos
O, si no,
ser alguna de aquellas mujercitas
siempre sentaditas, inclinaditas
sobre su tejido, y haciendo punto,
calceta, o como mierda se llame.
VELATORIO
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LO QUE CANTABA EL BARDO
Notas:
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informal" en el Perú de los noventas). Otro poeta joven, Juan Vega,
sufriría igual suerte en 1996.
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