Ciencia y Religion
Ciencia y Religion
Ciencia y Religion
Alumno:
IESTA: SIVICANI
Profesor Guía: MAMANI MAMANI, Wilber.
Introducción
Ciencia y religión han sido vistas como actividades antagónicas, a través de una historia
plagada de desacuerdos, censuras e intolerancias mutuas, pero ¿hasta qué punto son la ciencia y la
religión actividades contrapuestas?
Ambas han sido utilizadas con la intención de responder los grandes interrogantes del hombre,
aunque cada una lo ha hecho desde un lugar diferente. La religión, en base a un sistema de creencias
y fe, y la ciencia desde el conocimiento empírico con fuertes bases racionales.
Para poder revisar si la diferencia entre ambas es realmente tan grande como parece,
deberíamos comenzar por definir correctamente qué entendemos por ciencia y qué por religión.
Definición de Ciencia
Con el objeto de llegar a comprender la definición de ciencia, debemos en primer lugar definir
qué es el conocimiento.
Podemos definir al conocimiento como la relación entre un sujeto (la persona) y un objeto (el
objeto del conocimiento). Lo importante de esta relación es que una vez enfrentados, el sujeto iniciará
un camino que lo llevará al conocimiento del objeto. Cuando exista una verdadera congruencia o
adecuación entre el objeto y la representación interna de la persona, recién entonces podemos decir
que estamos en posesión del conocimiento.
A medida en que éste conocimiento sea claro, preciso, metódico, verificable, sistemático, legal
(que pueda enunciarse en una ley), explicativo (que permita su comprensión por parte de otros),
entonces nos encontraremos con un conocimiento científico.
Sin embargo, podemos decir que la capacidad del sujeto para internalizar ésta verdad
evoluciona. Esto es así ya que en la medida en que la propia ciencia evoluciona, nos brinda nuevas
herramientas que permiten cada vez una mejor observación del objeto. Entonces finalmente el
conocimiento de la verdad original se perfecciona.
A partir de esto podemos definir a ciencia no sólo como un conjunto acumulativo y estático
de conocimiento, sino más bien como un corpus dinámico de conocimiento riguroso, preciso y
fundamentado que permanentemente se modifica.
En tal sentido, entonces el científico no es el gran acumulador de conocimientos, sino más
bien un sujeto generador de preguntas a las que luego busca soluciones (verdades), resolviendo así
las dificultades o “misterios” de la realidad tanto natural como social, física, etc. (Barrón, D' Aquino.
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2007).
Definición de religión
La religión es más difícil de definir, principalmente debido a su diversidad de manifestaciones
a través de las diferentes culturas.
Vale aclarar que el presente trabajo no cuestiona las enseñanzas morales presentes en las
distintas religiones, sino que las mantiene independiente al objetivo del trabajo, considerándolas
pertenecientes al campo del conocimiento de la ética.
Partimos del supuesto que el presente trabajo no es específico acerca de ciencia y cristianismo, por lo
tanto, analizaremos las diferentes acepciones etimológicas de la palabra religión. La primera definición
proviene del latín, y propone “religionem” ac. de “religio” - “veneración / respeto a los dioses” o
“temor a los dioses”. Luego con el cristianismo y pasando al medioevo tomaría más el significado de
“conducta / modo de vida (de los monjes)” y más tarde a su
significado actual general de “creencia”. 1
Esta primera definición no es compatible con la de ciencia, ya que la acción dirigida por el
temor no permite indagar libremente en la búsqueda de la verdad ni del conocimiento objetivo.
En segundo lugar, según Cicerón, religión provendría del prefijo “re”: “de nuevo” y “legere”:
“leer”, en alusión a la tradición de las cultos y místicas de la época en donde se releían los textos
sagrados.2 Esta definición hace alusión a los credos y dogmas establecidos como verdades eternas y
absolutamente ciertas, las cuales se contradicen con el carácter provisional y modificable de las teorías
científicas. Por lo tanto, ésta idea de religión tampoco es compatible con nuestra definición de ciencia.
Los filósofos clásicos propusieron que el término religión proviene también de “re”, pero ésta
vez con el verbo “ligare” (de raíz indoeuropea leig- “unir, ligar”). Esta definición alude al objetivo
de las religiones como el de “unir o acercar a la persona con Dios o los dioses”. 3Por fin, en éste
caso encontramos una definición que deja abierto el camino hacia una búsqueda del conocimiento,
en este caso de Dios.
Definición de “Dios”
Comencemos con la definición que hace la Real Academia Española, la cual define a Dios
como a “un ser supremo que en las religiones monoteístas es considerado hacedor del universo”
o “Deidad a que dan o han dado culto las diversas religiones.”4 Para que ésta definición se ajuste
a nuestra anterior definición de ciencia tenemos que asociar inevitablemente a éste Dios personal y
antropomórfico con la “verdad suprema”. Lo cual no parece ser un obstáculo insalvable para una
importante cantidad de creyentes.
Otra definición que nos interesa considerar es la que hace la religión taoísta. Nuestro interés
en éste enfoque se basa en que el taoísmo se define como una religión empirista, que apoya sus
“verdades” en la observación de la naturaleza. En el libro escrito por el filósofo taoísta Lao Tzé (Tao
Te Ching) dice: “El Tao dio nacimiento al origen único / El uno dio nacimiento a dos cosas,
/Entonces a tres cosas, / Entonces a diez mil”. Esta definición tampoco se contradice con nuestra
definición de ciencia, en éste caso deberíamos aceptar el “origen único” como la suprema verdad de
la cual emanan luego todas las diversas manifestaciones.
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Compatibilidad entre ciencia y religión
Es imprescindible a esta altura optar por librarnos de la definición de religión que la relega a
una repetición continua de los dogmas fijos y de las creencias basadas en el temor (que históricamente
dominaron el pensamiento metafísico), y optar por atenernos a la definición de religión que admite la
creencia en un espíritu superior o verdad universal.
Para fundamentar aún más ésta opción, creo también importante mencionar lo que dijo Albert
Einstein (el científico más conocido e importante del siglo XX) cuando un rabino le preguntó si creía
en Dios, él respondió diciendo:” Creo en el Dios de Spinoza, que se revela en la armonía de lo
existente regido por leyes, no creo en un Dios que se ocupe de la suerte y de los actos de los
humanos”. Como podemos ver, para la “Filosofía de la Religión” de Spinoza y de Einstein, Dios y el
universo constituyen una totalidad esencial, una unidad. Para Spinoza, Dios está presente en cada una
de las manifestaciones materiales, en cada objeto que puebla el Universo por más pequeño que sea.
En cada mota de polvo, en cada átomo, en cada partícula subatómica, está Dios.5
Vale la pena mencionar que Einstein, por otro lado, dedica bastantes reflexiones personales a las relaciones
entre la ciencia y la religión. Tal vez era demasiado optimista y no podía explicarse las convicciones ateas de
muchos científicos. En el famoso texto de su artículo “Religión y Ciencia”, Einstein concluye: “¡Qué
profundos debieron ser la fe en la racionalidad del universo y el anhelo de comprender, débil reflejo
de la razón que se revela en este mundo, que hicieron consagrar a un Kepler y a un Newton años de
trabajo solitario a desentrañar los principios de la mecánica del cielo! (…) Sólo quien ha dedicado
su vida a fines similares puede tener idea clara de lo que inspiró a esos hombres y les dio la fuerza
necesaria para mantenerse fieles a su objetivo a pesar de innumerables fracasos. Es el sentimiento
religioso cósmico lo que proporciona esa fuerza al hombre. Un contemporáneo ha dicho, con
sobradas razones, que en estos tiempos materialistas que vivimos la única gente profundamente
religiosa son los investigadores científicos serios”.
CUESTIONARIO
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