Grupo 3-Discriminación Religiosa

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“Año del Fortalecimiento de la Soberanía Nacional”

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS


(Universidad del Perú, DECANA DE AMÉRICA)

FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS


UNIDAD DE POSGRADO
MAESTRÍA EN GESTIÓN PÚBLICA

ASIGNATURA:

DERECHO ADMINISTRATIVO Y CONSTITUCIONAL

TEMA:

LA RELIGIÓN CATÓLICA EN NUESTRA CONSTITUCIÓN -


DISCRIMINACIÓN

DOCENTE:

MG. WALTER JAVIER VELAZCO LÉVANO

ESTUDIANTE:

Gudiel Delgado, Angel Leonidas


Pérez Canta, María Sadita
Terrones Atalaya, Jose Luis
Robles Tamayo, Rosa Luz
Diaz Mori, Danny Daniel

AÑO:
2022
PERÚ

ÍNDICE

ÍNDICE 2
I. INTRODUCCIÓN 3
II. LA RELIGIÓN CATÓLICA EN NUESTRA CONSTITUCIÓN – DISCRIMINACIÓN 4
2.1 Una mirada a la historia 4
2.2 Sobre el derecho-principio de igualdad religiosa 7
2.3 El derecho fundamental de libertad religiosa 8
2.4 Los límites de la libertad religiosa 13
2.5 Principio de laicidad del Estado 14
2.6 El principio de colaboración entre el Estado y las confesiones religiosas 16
III. REFLEXIÓN A ALGUNOS CASOS DE DISCRIMINACIÓN EN EL PERÚ 19
III. CONCLUSIONES 24
IV. RECOMENDACIONES 25
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 26

2
I. INTRODUCCIÓN

El presente trabajo, presenta una síntesis de trabajos de investigación, normas legales y casos
del Tribunal Constitucional del Perú, reflexionando sobre la observancia de normativa
aplicable a los asuntos relacionados a la libertad de conciencia y de religión; así como, la
igualdad ante la ley de no ser discriminado por razones religiosas; y tiene por finalidad
redescubrir la importancia que tiene el ser humano, en el lecho de su libertad, su creencia y
sus prácticas. El contexto histórico y social, ha sido un factor importante en el desarrollo de
las manifestaciones religiosas en el Perú, y ha formado parte de la cultura de sus habitantes,
siendo en esencia la religión católica la que resalta sobre otras confesiones, manifiesto con
símbolos en espacios públicos, fiestas patronales, entre otros.

Cabe señalar que, en el Perú, la libertad religiosa como derecho fundamental, fue reconocida
recién en la Constitución de 1979, pues anteriormente el Estado se confesaba católica, luego
con la nueva Constitución pasó a ser un sistema de laico o neutral frente al fenómeno
religioso, en los términos de “separación y autonomía”. Por lo que, según los resultados de
los Censos Nacionales 2017, la mayoría de los peruanos confiesan la fe católica, y la minoría
otras religiones; de tal manera, es necesario establecer mecanismos para su protección,
conforme a los principios rectores que rigen el derecho eclesiástico en el Estado Peruano, de
acuerdo a los casos que se exponen en el presente ensayo de investigación.

En tal sentido, es preciso mencionar que el Estado debe sujetarse a los principios que rigen la
materia frente al fenómeno religioso, con el fin de garantizar el derecho a la libertad religiosa,
manteniendo adecuada relación entre la religión y el Estado.

3
II. LA RELIGIÓN CATÓLICA EN NUESTRA CONSTITUCIÓN –
DISCRIMINACIÓN

2.1 Una mirada al contexto histórico

La religión católica llegó al Perú mediante la conquista de los españoles en el año 1532
donde el conquistador Francisco Pizarro y primer gobernador del virreinato finalizo el
Imperio Inca e inicio una nueva etapa histórica en el Perú. (Congreso de la República
Peruana, 2022)

Por otro lado, según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (2021) la incursión de
la religión católica en el mundo andino fue inicialmente flexible. Ello quiere decir que, en
sus primeros años, los conquistadores admitieron manifestaciones religiosas y ceremonias
incaicas sin proscribirlas sino más bien complementándolas con manifestaciones religiosas
occidentales. (…). En abril de 1535 los incas celebraron una importante festividad anual
“para las huacas y santuarios de Cusco”, y la descripción de un testigo sugiere que no
hubo intentos españoles de obstaculizar los procedimientos1.

Con el tiempo, el senador Mariano H. Cornejo junto con los misioneros Ritchie y
Maxwell, así como el pastor Algorta, todos ellos de distintas confesiones, organizaron la
estrategia para concretar el cambio normativo que, pese a una tenaz oposición se concretó
con su aprobación el 11 de noviembre de 1915. 2 Susana Mosquera ilustra el cambio en

1
Covey, Alan (2020), op.cit., p. 368.

2
9 Fonseca, Juan (2003). Los protestantes, el Estado y la legislación modernizadora en el Perú
(1889-1930). BIRA, 30, p. 216.

4
perspectiva histórico-jurídica señalando: “La religión del Perú es la Católica, Apostólica y
Romana, con exclusión del ejercicio de cualquier otra”, es la redacción que han dado las
constituciones peruanas al artículo correspondiente a “La nación y su religión” desde 1823
hasta 1915. En ese año una modificación al texto constitucional vigente elimina la coletilla
final de ese artículo y por vez primera hace acto de presencia una fórmula de tolerancia
religiosa en el derecho peruano, se autoriza el culto privado, aunque el estado sigue
proclamando su confesionalidad católica.3 (Ministerio de Justicia y Derechos Humanos,
2021)

El cambio más notorio en términos de tratamiento de la religión que aparece en la historia


constitucional peruana se presenta con la Constitución de 1933. Esta dedica el título XIV a
la religión, y establece, en primer lugar, que a pesar de que el Estado protege a la religión
católica, “las demás religiones gozan de libertad para el ejercicio de sus respectivos
cultos” (artículo 232). Sobre tal disposición normativa, señalaba José Dammert Bellido lo
siguiente: “Este artículo modifica la tradición constitucional de la República que
constantemente declaraba que “El Estado profesaba la religión católica”. En la disposición
de 1933 el Estado no profesa ninguna religión, sino que ateniéndose al hecho de que la
mayoría de la población es católica, protege a esta religión”. 4 (Ministerio de Justicia y
Derechos Humanos, 2021)

3
Mosquera, Susana (2011). La cuestión religiosa en el Perú a propósito de la Ley Nº 29635 de
libertad religiosa. Gaceta Constitucional, 30. pp. 291-303. Citado por la versión digital que figura en el
Repositorio Institucional PIRHUA de la Universidad de Piura, p. 4: https:// cutt.ly/4R3w8HM.
(Consulta: 6/3/2021)

4
Dammert Bellido, José (1952). Disposiciones estatales sobre la Iglesia. Derecho PUCP, 12, p. 137

5
Por su parte Revilla (2013), menciona que el sistema de relación entre las Iglesias y el
Estado Peruano en la historia del país tiene como precedente la relación entre las Iglesias y
el Imperio Español. En esa relación la Iglesia Católica es la única permitida en la
Península y consecuentemente en las Colonias. En el continente europeo luego de la
Reforma con Lutero en el s. XVI, el fenómeno religioso en occidente era cristiano y no
totalmente católico, las religiones judías y musulmanas, salvo períodos muy cortos en los
que fueron objeto de tolerancia, estaban prohibidas o segregadas social y jurídicamente.
Entonces nos encontramos con un contexto de homogeneidad católica, en donde la libertad
de conciencia preconizada y reconocida en los principados alemanes y luego extendida en
el Reino de Francia, no fue reconocida por los españoles. Por tanto, en la época de la
Colonia en el Virreinato del Perú, ni la libertad de conciencia ni la libertad religiosa,
individual y colectivamente eran ni remotamente reconocidas, pues estamos ante la
presencia impuesta por decisión de la Corona de una religión, la católica.

Por otro lado, el Tribunal Constitucional del Perú (2014), precisa como antecedente que,
puede citarse la Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia de 1776 (Sección
16: “Todos los hombres tienen igual derecho al libre ejercicio de la religión”); la Primera
Enmienda, de 1791, de la Constitución de los EE.UU. (“El Congreso no aprobará ley
alguna por la que adopte una religión como oficial del Estado o se prohíba practicarla
libremente”); la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789
(artículo 10: “Nadie será inquietado por sus opiniones, incluso religiosas, siempre que su
manifestación no altere el orden público establecido por la Ley”).

También, la Carta de las Naciones Unidas de 1945 dirá, en su artículo 1.3, que uno de los
propósitos de este organismo es el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos
humanos de todos, sin hacer distinción por motivos, entre otros, de religión 5. Asimismo, el
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966, reconoce el derecho de

6
libertad religiosa y sus límites en su artículo 186, lo cual es seguido en nuestro continente
por el artículo 12 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos de 1969.
(Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

En ese sentido, podemos apreciar que el contexto histórico y social, aportó al


ordenamiento jurídico, que hizo posible legislar en materia de la libertad de conciencia y
de religión en el Estado Peruano, conllevando a una gran diversidad de confesiones
religiosas en sus habitantes, trayendo consigo también múltiples practicas inherentes a su
fe, siendo la más resaltante la religión católica, con mayor número de miembros; lo cual es
corroborado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (2017), quien señala
que, según los resultados de los Censos Nacionales 2017, del total de la población de 12 y
más años de edad, 17 millones 635 mil 339 (76,0%) personas profesan la religión Católica,
3 millones 264 mil 819 (14,1%) la Evangélica, 1 millón 115 mil 872 (4,8%) cree en otra
religión (Cristiano, Adventista, Testigo de Jehová y Mormón, Israelita, Budismo,
Judaísmo y Mulsulmán), entre otras; mientras que 1 millón 180 mil 361 (5,1%) no tienen
ninguna religión. Comparado con los resultados del Censo de 2007, la población que
profesa la religión Católica, se incrementó ligeramente en 4,0% (678 mil 617 personas);
mientras que la población Evangélica aumentó en 25,3% (658 mil 764). Asimismo,
aumentó 64,3% (436 mil 581) la población que tiene otra religión. Cabe indicar, que la
población que no profesa ninguna religión aumentó en 94,0% (571 mil 927).

5
Cfr. también sus artículos 13 y 55.

6
En el ámbito de la ONU debe mencionarse también la Convención sobre los Derechos del Niño de
1989, que en su artículo 14.1 reconoce el derecho del menor «a la libertad de pensamiento, de
conciencia y de religión», y la Declaración sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y
discriminación fundadas en la religión o las convicciones de 1981.

7
2.2 Sobre el derecho de igualdad religiosa

En la Constitución Política del Perú (1993), entre los derechos fundamentales constituidos,
reconoce la igualdad religiosa, que: “Nadie debe ser discriminado por motivo de (…),
religión (…)”.(Resaltado es nuestro)

El Tribunal Constitucional del Perú (2014) destaca que: “Aquí se consagra el derecho-
principio de no discriminación o de igualdad religiosa7”, asimismo, para el supremo
intérprete de la Constitución: “[Este principio] establece la proscripción de un trato que
excluya, restrinja o separe, menoscabando la dignidad de la persona e impidiendo el pleno
goce de los derechos fundamentales (por lo que en virtud de tal principio queda prohibida)
la diferenciación no justificable en el ámbito laboral, educativo, etc., o (el) desempeño de
cargos o funciones de naturaleza pública que estén condicionados a la adhesión o no
adhesión a una filiación religiosa”8. Asimismo, precisa que “La igualdad, además de ser un
derecho fundamental, es también un principio rector de la organización del Estado social y
democrático de derecho y de la actuación de los poderes públicos” 9. Por ello, bien cabe
hablar no únicamente de derecho de igualdad religiosa, sino del derecho-principio de
igualdad religiosa.

“[Consecuentemente,] igualdad (…) no significa uniformidad. Por ello, a efectos de


determinar si en un caso concreto se está frente a una quiebra del derecho-principio de no

7
Cfr. STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 19.

8
STC 3283-2003-AA/TC, fundamento 19.

9
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 21.

8
discriminación o de igualdad religiosa, habrá que, en primer término, determinar si se está
frente a un trato desigual con base en justificaciones objetivas y razonables; o si se trata de
un trato desigual arbitrario, caprichoso e injustificado y, por tanto, discriminatorio” 10.
(Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

Al respecto, la Ley n.º 29635, Ley de Libertad Religiosa, señal en el artículo 2: “Toda
persona natural es igual ante la ley. Se prohíbe toda acción u omisión que discrimine a una
persona en razón de sus creencias religiosas”.
“El Estado reconoce la diversidad de las entidades religiosas. En igualdad de condiciones,
gozan de los mismos derechos, obligaciones y beneficios” 11. (Tribunal Constitucional del
Perú, 2014)

También, se debe precisar que, el Reglamento de la Ley de Libertad Religiosa, en su


artículo 3 señala: “El acceso al empleo, a la salud y a la educación, en el ámbito público o
privado, es libre e igual para todos y no está condicionado por razones religiosas, salvo en
los casos en que la entidad con la cual se interactúe, al ser parte de una entidad religiosa,
haya establecido previamente en sus estatutos que su ámbito de actuación está referido
únicamente a personas que pertenezcan a dicha entidad o que se comprometan a respetar
el ideario o principios derivados de la misma.”, esto con el fin de atender, situaciones
específicas donde pueda verse vulnerado la dignidad humana por discriminación religiosa.

10
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 22.

11
Respecto de este artículo de la LLR, comenta Mantecón Sancho: «La igualdad aparece como un
principio modalizador del derecho, que reclama el mismo trato siempre que las circunstancias sean
similares, como reconoce ampliamente la jurisprudencia del TEDH. Me parece importante subrayar la
justicia de la formulación, frente a la corriente del igualitarismo material que pretende otorgar idéntico
trato a cualquier realidad religiosa, por más que la realidad de las propias entidades y las
circunstancias sean desiguales» (J. MANTECÓN SANCHO, Nueva Ley de Libertad Religiosa en el
Perú, en «Revista General de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del Estado», 25 [2011], p.
3).

9
Asimismo, el artículo 4 establece que: “En el ejercicio de la libertad religiosa, nadie puede
ser obligado a declarar sus convicciones religiosas, ni impedido de hacerlo. Los censos
oficiales pueden incluir preguntas acerca de la religión que profesa el censado”.

2.3 El derecho fundamental de libertad religiosa

La Constitución Política del Perú (1993), en el inciso 3 del artículo 2, reconoce al derecho
fundamental de la libertad religiosa, mencionando que: “Toda persona tiene derecho: (…)
A la libertad de conciencia y de religión, en forma individual o asociada. No hay
persecución por razón de ideas o creencias (…) El ejercicio público de todas las
confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden público”.

Al respecto, el Tribunal Constitucional del Perú (2014), señala que, la Constitución


reconoce la libertad religiosa juntamente con la libertad de conciencia y, a reglón seguido,
también la libertad de pensamiento, esta última en sentido negativo, al señalar que “no hay
persecución por razón de ideas”12. De esta forma, la Constitución consagra juntos estos tres
derechos, tal como lo hacen otros textos sobre derechos humanos ya mencionados,
empezando por la Declaración Universal de Derechos Humanos (artículo18), conforme a la
cual: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión”.

Para el supremo intérprete de la Constitución la libertad religiosa: “Supone la capacidad de


toda persona para autodeterminarse de acuerdo con sus convicciones y creencias en el plano
de la fe religiosa, así como para la práctica de la religión en todas sus manifestaciones,

12
Cuando en esta frase se dice también que «no hay persecución por razón de (…) creencias», se
está haciendo alusión nuevamente a la libertad de conciencia, conforme veremos en seguida, pues
este derecho, conocido también como libertad de creencias, protege «la libertad fundamental de todo
ciudadano, como persona, en la búsqueda del bien, de poseer su propio juicio moral como acto
personal de la conciencia, y en adecuar sus comportamientos y realizar su vida según el personal
juicio de moralidad. Moral, ética y creencias sobre el bien y el mal componen, como actitudes
esencialmente personales, el objeto del derecho de libertad de las conciencias» (P. J. VILADRICH y
J. FERRER ORTIZ, Los principios informadores del Derecho eclesiástico español, en J. FERRER
ORTIZ [coord.], Derecho eclesiástico del Estado español, Eunsa, Pamplona 1996, p. 128).

10
individuales o colectivas, tanto públicas como privadas, con libertad para su enseñanza,
culto, observancia y cambio de religión”13. (Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

Por su parte, la libertad de conciencia o libertad de creencias: “Es asumida por lo general
como la facultad del individuo de actuar y realizar su vida en consonancia con su personal
concepción deontológica. En otras palabras, es la libertad de la persona de poseer su propio
juicio ético o moral y de actuar conforme a dicho juicio en su entorno social o en el
contexto en el que se desenvuelve”14. (Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

Finalmente, según el Tribunal Constitucional del Perú (2014), señala respecto a la libertad
de pensamiento, también conocida como libertad ideológica, protege “el conjunto de ideas,
conceptos y juicios que el hombre tiene sobre las distintas realidades del mundo y de la
vida; más específicamente, pensamiento quiere decir aquí la concepción sobre las cosas, el
hombre y la sociedad —pensamiento filosófico, cultural, científico, político, etc.— que
cada persona posee”15.

Entonces, la libertad de pensamiento se constituye como el derecho a la libertad de ideas


que toda persona pueda tener sobre el hombre, el mundo o la vida. La Constitución alude a
ésta en dos de sus artículos. El primero es el ya mencionado inciso 3 del artículo 2, en un

13
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 11.

14
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 10.

15
J. HERVADA y J. M. ZUMAQUERO, Textos internacionales de Derechos Humanos, Eunsa,
Pamplona 1978, p. 149.

11
sentido negativo, pues reconoce este derecho prohibiendo todo acoso por motivos
ideológicos (“no hay persecución por razón de ideas”). El segundo está contenido en el
artículo 2, inciso 4, al reconocer el derecho de toda persona a difundir libremente su
pensamiento o su ideología en ejercicio a su vez de otro derecho fundamental que es la
libertad de expresión: “Mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio
de comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las
responsabilidades de ley”16. (Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

Puede decirse que, aunque el derecho de libertad religiosa guarda importantes diferencias
con los derechos de libertad de conciencia y de pensamiento, éstos tienen un denominador
común: “Los tres implican el reconocimiento de la naturaleza y dignidad del ser personal en
su dimensión más profunda y específica, aquélla donde es y actúa el carácter innato,
inviolable, irrenunciable e imprescriptible de su racionalidad y de su conciencia mediante la
búsqueda y el establecimiento de su propia relación con la verdad, el bien y Dios. Esa raíz
común explica la tendencia de los textos internacionales a reconocerlos conjuntamente e
incluso en un mismo precepto, y también el peligro de confundirlos”17. (Tribunal
Constitucional del Perú, 2014)

De otro lado, el Tribunal Constitucional del Perú (2014), ha señalado que pueden
distinguirse dos aspectos de la libertad religiosa según la protección de este derecho

16
De igual forma, la Convención Americana sobre Derechos Humanos reconoce la libertad de
pensamiento juntamente con la libertad de expresión, lo que demuestra que es a través de esta
última que se exterioriza el sistema ideológico que protege la libertad de pensamiento. Prescribe la
Convención en su artículo 13.1: «Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de
expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de
toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o
artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección».

17
Ibidem.

12
implique la prohibición de una conducta (aspecto negativo) o exija una acción (aspecto
positivo). Así, el aspecto negativo “implica la prohibición de injerencias por parte del
Estado o de particulares en la formación y práctica de las creencias o en las actividades que
las manifiesten”. Y el aspecto positivo impone que “el Estado genere las condiciones
mínimas para que el individuo pueda ejercer las potestades que comporta su derecho a la
libertad religiosa”18.

En relación a este aspecto positivo, puede apreciarse que si bien cabe catalogar a la libertad
religiosa en la conocida clasificación de generaciones dentro de los llamados derechos de
primera generación o de libertades individuales, no puede considerarse que ésta sólo exija,
como es característico en tales derechos, la abstención o no injerencia de los poderes
públicos en la esfera privada, reservándoles una mera actitud de vigilancia en términos de
policía administrativa, pues este aspecto positivo exige unas prestaciones al Estado, es decir
una política activa encaminada a garantizar el real y efectivo ejercicio de la libertad
religiosa, dentro de la que se enmarca, a nuestro juicio, la colaboración entre el Estado y las
confesiones religiosas, según veremos más adelante 19. (Tribunal Constitucional del Perú,
2014)

El Tribunal Constitucional del Perú (2014), señala que en la jurisprudencia puede


distinguirse una dimensión subjetiva (que se subdivide en un contenido interno, externo,
negativo y de límites) y una dimensión objetiva del derecho fundamental de libertad

18
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 14; STC 256-2003-HC/TC, fundamento 15.

19
Sobre las generaciones de derechos humanos y su estado actual puede consultarse: A. E. PéREZ
LUÑO, Las generaciones de derechos humanos, en «Revista del Centro de Estudios
Constitucionales», 10 (1991), pp. 203-217.

13
religiosa, que graficamos en el siguiente cuadro con sus correspondientes subdivisiones, las
cuales serán desarrolladas en las siguientes páginas:

Cuadro n.° 1: Dimensiones del Derecho a la Libertad Religiosa

Fuente: TRIBUNAL CONSTITUCIONAL DEL PERÚ (2014)

En su dimensión subjetiva interna, la libertad religiosa “supone la capacidad de toda


persona para autodeterminarse de acuerdo con sus convicciones y creencias en el plano de
la fe religiosa”20. En su dimensión subjetiva externa, involucra la libertad para “la práctica
de la religión en todas sus manifestaciones, individuales o colectivas, tanto públicas como
privadas, con libertad para su enseñanza, culto, observancia y cambio de religión” 21,
siempre que no se “ofenda la moral ni altere el orden público” (artículo 2, inciso 3, de la
Constitución); así también; la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el artículo
18, menciona que la manifestación de la libertad religiosa puede darse, pública o
privadamente, a través de “la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia” y genera el
principio de inmunidad de coacción, conforme al cual, según el TC, “ninguna persona

20
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 11.

21
Ibidem.

14
puede ser obligada a actuar contra sus creencias religiosas; es decir, que no podrá ser
obligada o compelida jurídicamente a obrar de manera opuesta a dichas convicciones” 22.
(Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

De otro lado, la dimensión subjetiva externa de la libertad religiosa reconocida por la


Constitución (artículo 2, inciso 3), ampara su ejercicio no sólo en forma individual, sino
también asociada o colectiva. La Constitución sigue aquí también a la Declaración
Universal de Derechos Humanos, conforme a la cual la libertad religiosa puede ser ejercida
individual o colectivamente (artículo 18). De esta forma, nuestra ley fundamental reconoce
la titularidad del derecho de libertad religiosa de las personas jurídicas; es decir, de las
confesiones religiosas23, como la Iglesia católica u otras entidades religiosas 24. (Tribunal
Constitucional del Perú, 2014)

22
STC 3372-2011-PA/TC, fundamento 11; STC 3283-2003-AA/TC, fundamento 19.

23
Este reconocimiento resulta especialmente importante, de cara al debate sobre la titularidad de los
derechos fundamentales por parte de personas jurídicas. En nuestra opinión, aquí tenemos un
ejemplo de personas jurídicas (las entidades religiosas) que pueden ser titulares de un derecho
fundamental como la libertad religiosa. Respecto a los derechos fundamentales de las personas
jurídicas, puede consultarse la STC 4972-2006-PA/TC, donde podrá apreciarse que, en su repertorio
meramente enunciativo, según ella misma declara (fundamento 14), de derechos constitucionales de
las personas jurídicas, no se menciona a la libertad religiosa, pero podría válidamente ser incluida,
por las razones que venimos de dar.

24
Los sujetos colectivos confesionales son expresamente mencionados por los artículos 2 (inciso 3) y
50 de la Constitución como «confesiones» –entre ellas, con nombre propio, la Iglesia católica–, lo
cual hace que dichos entes se encuentren elevados a la categoría de sujetos de configuración
constitucional del mismo modo que los sindicatos de trabajadores, los partidos políticos o los colegios
profesionales (cfr. M. LÓPEZ-ALARCÓN, Confesiones y entidades religiosas, en J. FERRER ORTIZ
[coord.], Derecho eclesiástico…, cit., p. 219).

15
2.4 Los límites de la libertad religiosa

La Constitución Política del Perú (1993), en el artículo 2, inciso 3 señala: “(..) El ejercicio
público de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden
público”.

El orden público es un límite que se señala a la libertad religiosa desde el citado artículo 10
de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789. Como sabemos, se
trata de un concepto jurídico indeterminado, por lo que su concreción, en última instancia,
está encargada al Juez25. (Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

En tanto que la libertad religiosa se interpreta a la luz del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos (artículo 18.3) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(artículo 12.3)26, debe entenderse como sus límites los señalados en estos tratados
internacionales, esto es aquellos previstos en la ley que sean necesarias para proteger la
seguridad, el orden, la salud o la moral públicos, o los derechos y libertades fundamentales
de los demás. (Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

Bien cabe sostener, por tanto, que el respeto al orden público (y la moral) que menciona la
Constitución como límite de la libertad religiosa, puede traducirse en el respeto de los
derechos fundamentales de los demás, pues es claro que, en una sociedad democrática que
tenga como punto de partida el respeto a la dignidad de la persona, el mantenimiento del
orden público tiene por finalidad la protección de los derechos humanos. Así lo entiende

25
Cfr. J. M.ª BENEYTO PÉREZ, Artículo 16. Libertad ideológica y religiosa, en O. ALZAGA
VILLAAMIL (dir.), Comentarios a la Constitución Española de 1978, II, Cortes Generales-Edersa,
Madrid 1997, p. 324.

26
Cfr. Cuarta Disposición Final y Transitoria de la Constitución; artículo V del Título Preliminar del
Código Procesal Constitucional.

16
Calvo Álvarez, para quien el único límite del ejercicio de la libertad religiosa “es el respeto
a los derechos de los demás, ya que ese respeto va inalterablemente unido al genuino
sentido de orden público27”. (Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

2.5 Principio de laicidad del Estado

EL Tribunal Constitucional del Perú (2014), señala que en este apartado entramos ya en la
dimensión objetiva de la libertad religiosa, que se concretiza en los principios de laicidad
del Estado y de colaboración entre el Estado y las confesiones religiosas, ambos contenidos
en el artículo 50 de la Constitución según la jurisprudencia del TC 28. Así mismo: “El Estado
se autodefine como laico o ente radicalmente incompetente ante la fe y la práctica religiosa,
no correspondiéndole ni coaccionar ni siquiera concurrir, como un sujeto más, con la fe
religiosa de los ciudadanos. Mientras el Estado no coaccione ni concurra con la fe y la
práctica religiosa de las personas y de las confesiones, por mucha actividad de
reconocimiento, tutela y promoción del factor religioso que desarrolle, se comportará
siempre como Estado laico”29.

27
J. CALVO ÁLVAREZ, Orden público y factor religioso en la Constitución española, Eunsa, amplona
1983, pp. 250-251. De similar opinión son Z. COMBALÍA, La salud como límite al derecho de libertad
religiosa, en «Persona y Derecho. Suplemento Humana Iura de Derechos Humanos» 3 (1993), pp.
60-61; y J. M.ª BENEYTO PÉREZ, Artículo 16..., cit., p. 324.

28
Cfr. STC 3372-2011-PA/TC, fundamento 13.

29
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 25.

17
“El hecho de que exista una neutralidad del Estado en materia religiosa no significa que los
poderes públicos hayan de desarrollar una especie de persecución del fenómeno religioso o
de cualquier manifestación de tipo religiosa. La laicidad es incompatible con un Estado que
se considere defensor o protector de una determinada confesión, pero también lo es con un
Estado que promueva el ateísmo o el agnosticismo o el destierro del ámbito público de toda
expresión de origen religioso. La incompetencia del Estado ante la fe y la práctica religiosa
no significa la promoción del ateísmo o agnosticismo con la eliminación de símbolos
religiosos de la esfera pública o la imposición de una ideología antirreligiosa, ignorando las
tradiciones que responden a la formación histórica, cultural y moral del Perú”30. (Tribunal
Constitucional del Perú, 2014)

Dentro de esas tradiciones históricas y culturales presentes en el Perú, muchas tienen un


origen religioso católico, lo que puede explicarse por la importancia de la Iglesia católica
“en la formación histórica, cultural y moral del Perú” que reconoce la Constitución en su
artículo 50, sin que la presencia de tales manifestaciones en el ámbito público afecte el
principio de laicidad del Estado, pues no basta con constatar el origen religioso de un
símbolo para considerar que contraviene tal principio o las meras percepciones subjetivas o
sospechas de su vulneración31.

“La religión católica se encuentra fuertemente arraigada en el desarrollo de nuestras


tradiciones como nación. Desde tal perspectiva, no es extraño, sino, más bien, bastante
frecuente, que determinadas costumbres de base esencialmente religiosa hayan terminado
por consolidarse como parte de la identidad que como país nos caracteriza. La presencia,
entre otras cosas, de procesiones y festividades en específicas fechas del año o de templos y

30
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 49.

31
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 37 a 42.

18
símbolos religiosos en determinados lugares públicos demuestran palmariamente que de
modo paralelo al fervor religioso que les sirve de sustento, se asumen estos como elementos
vivenciales de nuestra propia realidad. La fusión de tales elementos con lo que representa el
Estado no hace otra cosa que reflejar parte de un decurso histórico imposible de ignorar por
más neutralidad que se quiera predicar”32. (Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

El Tribunal Constitucional del Perú (2014) ha resaltado lo siguiente: “La radical


incompetencia del Estado ante la fe no significa que, con la excusa de la laicidad, pueda
adoptar una actitud agnóstica o atea o refugiarse en una pasividad o indiferentismo respecto
del factor religioso, pues, en tal caso, abandonaría su incompetencia ante la fe y la práctica
religiosa que le impone definirse como Estado laico, para convertirse en una suerte de
Estado confesional no religioso. Así, tanto puede afectar a la libertad religiosa un Estado
confesional como un Estado “laicista”, hostil a lo religioso”33. Así mismo, “No debe
perderse de vista que nuestro sistema constitucional no es de aquellos que conciben el
derecho de libertad religiosa como el derecho a liberarse de la religión y a recabar del
Estado una acción institucional en tal sentido. Es evidente que este tipo de sistema no es de
libertad religiosa, sino de libertad privilegiada del ateísmo y de intolerancia discriminatoria
hacia lo religioso, lo que resulta claramente contrario al artículo 50 de la Constitución”34.

32
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 38.

33
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 28.

34
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 50. La laicidad del Estado entendida como neutralidad en lo
confesional pero que respeta y valora la presencia del factor religioso en la sociedad en sus diversas

19
Desde el punto de vista del Tribunal Constitucional del Perú (2014) señalo que no afecta al
principio de laicidad del Estado la realización en una entidad estatal de celebraciones
religiosas (como la Navidad o una ceremonia litúrgica, por ejemplo), siempre que se
garantice la libertad de las personas para decidir si desean o no participar en tales actos 35.
Del mismo modo ha considerado que la presencia de símbolos religiosos (como un
crucifijo) en las salas y juzgados del Poder Judicial (STC 6111-2009-PA/TC) no vulnera la
laicidad del Estado ni la libertad religiosa 36. Asimismo, tampoco ellas se ven afectadas con
la Ley N.º 29602 que declara al Señor de los Milagros “símbolo de religiosidad y
sentimiento popular”, pues la secular tradición del Señor de los Milagros si bien tiene
origen religioso, actualmente constituye una expresión cultural que se encuentra enraizada
en la sociedad peruana, como lo prueba el hecho de que su festividad haya sido declarada
Patrimonio Cultural de la Nación por el Instituto Nacional de Cultura37.

en general: «La convivencia pacífica entre las diferentes religiones se ve beneficiada por la laicidad
del Estado, que, sin asumir como propia ninguna posición confesional, respeta y valora la presencia
de la dimensión religiosa en la sociedad, favoreciendo sus expresiones más concretas» (Discurso en
el encuentro con la clase dirigente del Brasil, Río de Janeiro 27-VII-2013).

téngase presente el artículo 9º, inciso c), de la LLR, conforme al cual «nadie puede ser obligado a
participar en actos de culto, a recibir asistencia religiosa o a prestar contribuciones económicas o en
especie a entidades religiosas».

36
Casi en simultáneo con esta decisión del TC, del 7 de marzo de 2011, el Tribunal Europeo de
Derechos Humanos (sentencia Lautsi y otros contra Italia, del 18 de marzo de 2011) consideró que la
presencia del crucifijo en las aulas de las escuelas públicas no afectaba la libertad religiosa de los no

20
2.6 El principio de colaboración entre el Estado y las confesiones religiosas

El Tribunal Constitucional del Perú (2014), menciona que la Constitución considera


importante el componente religioso perceptible en la sociedad peruana y por ello, conforme
se lee en su artículo 50, dispone que el Estado preste su colaboración a la Iglesia católica y
que pueda establecer formas de colaboración con las demás confesiones religiosas, en el
marco de lo que el TC ha denominado principio de colaboración entre el Estado y las
confesiones religiosas38. Así, la Constitución no se limita a reconocer a las confesiones
como sujetos colectivos del derecho de libertad religiosa, sino que eleva a rango
constitucional la existencia de relaciones de colaboración entre el Estado y las confesiones.
De esta forma, como ha dicho el TC, “el artículo 50 de la Constitución contiene un doble
contenido para el Estado: el establecimiento de relaciones con las confesiones religiosas y
que éstas sean de colaboración”39.

cristianos, ni la neutralidad del Estado en materia religiosa, ni el derecho de los padres a que sus
hijos reciban una educación conforme a las convicciones de sus progenitores. En similar sentido se
pronunció el Tribunal Constitucional de Austria (G 287/09-25, del 9 de marzo de 2011), también en un
caso de crucifijos en la escuela pública.

37
Cfr. STC 3372-2011-PA/TC, fundamentos 24 y 30.

38
Cfr. STC 6111-2009-PA/TC, fundamentos 29.

39
Cfr. STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 30. Comentando el artículo 16 de la Constitución
española, que contiene los principios de laicidad y colaboración como el artículo 50 de nuestra
Constitución, escribe Navarro-Valls: «Huye, pues (el artículo 16 CE), de que los protagonistas de la

21
La suscripción de convenios de colaboración entre el Estado y las confesiones religiosas
representa, según ha destacado el TC, “la forma más importante de materializar el principio
de colaboración”40, y consecuencia de éste es “el Acuerdo entre el Estado peruano y la
Santa Sede de 1980, que es un tratado internacional y, a la fecha, el único convenio de
colaboración entre el Estado y una confesión religiosa”41. Este establece “Un régimen
especial que rige las subvenciones para personas, obras y servicios de la Iglesia, amén de
las exoneraciones, beneficios y franquicias tributarias; la plena libertad para el
establecimiento de centros educativos bajo administración eclesial; la asignatura de
Religión como materia ordinaria en el currículo escolar, entre otros acuerdos. Asimismo,
establece, entre otras formas de colaboración, el compromiso de prestación religiosa para el
personal católico de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional a través de un vicario
castrense, y de servicios religiosos para los fieles de dicha confesión internados en centros
hospitalarios, tutelares y penitenciarios del Estado”42. (Tribunal Constitucional del Perú,
2014)

relación (Esta- do/Iglesias) se transformen en mónadas insolidarias o practiquen formas extremas de


parasitismos mutuos y beneficiosos. Nuestro Derecho constitucional en esta materia es un sistema
de frontera. Ante los inevitables conflictos fronterizos huye de dos actitudes históricamente letales: la
tentación del Estado de desembarazarse totalmente de la religión, encerrarla en el gueto de la
privatización o, si se quiere, volver “a meter a Jonás en el vientre de la ballena”; o, al contrario, la
tentación del poder religioso de sofocar la imprescindible autonomía del poder político. Por eso la
Constitución establece un punto de equilibrio entre la neutralidad radical y la sospechosa
camaradería. Entendió que si no elegía la vía del conflicto como norma, había de escoger la vía de la
colaboración como sistema» (R. NAVARRO-VALLS, Neutralidad activa y laicidad positiva, en A. RUIZ
MIGUEL y R. NAVARRO-VALLS, Laicismo y Constitución, Fundación Coloquio Jurídico Europeo,
Madrid 2009, pp. 105-106).

40
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 32.

41
Ibidem

22
El Estado, según ha resaltado el TC, “puede también suscribir convenios de colaboración
con confesiones religiosas distintas a la católica, conforme al artículo 50º de la
Constitución”43. Ha puesto aquí como ejemplo a España cuya Constitución consagra los
principios de laicidad y colaboración en términos similares a nuestro artículo 50
constitucional (cfr. artículo 16.3 de la Constitución española de 1978), que ha suscrito, en
1992, sendos acuerdos con la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, la
Federación de Comunidades Judías de España y la Comisión Islámica de España, además
de los Acuerdos de cooperación firmados con la Santa Sede en 1979 44. (Tribunal
Constitucional del Perú, 2014)

En tales convenios, las confesiones podrían pactar con el Estado su colaboración en


materias como la enseñanza religiosa en los centros educativos públicos, el otorgamiento de
beneficios tributarios como los previstos para las entidades sin fines de lucro, o la asistencia
religiosa en los establecimientos públicos militares, hospitalarios o penitenciarios 45. La LLR
(artículo 15) se ha encargado de desarrollar el artículo 50 de la Constitución en lo que

42
STC 3283-2003-AA/TC, fundamento 23.

43
STC 6111-2009-PA/TC, fundamento 33.

44
Ibidem

23
respecta a la posibilidad de que el Estado suscriba convenios de colaboración con las
entidades religiosas, para lo cual exige que éstas se encuentren inscritas en el Registro de
Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia, que “hayan adquirido notorio arraigo con
dimensión nacional y ofrezcan garantías de estabilidad y permanencia por su número de
miembros y actividades”46. (Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

El término colaboración que emplea la Constitución (unido al principio de laicidad del


Estado) indica que “nuestro modelo constitucional no responde ni a los sistemas de unión,
ni a los sistemas de separación absoluta entre el Estado y las confesiones. La colaboración
entre el Estado y las confesiones religiosas es un lugar de encuentro equidistante de la
unión y la incomunicación entre ellos”47. (Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

45
Cfr. O. DÍAZ MUÑOZ, Una ley de libertad religiosa, en «El Comercio» (Lima 7-VIII-2010, p. a4).

46
El requisito del notorio arraigo para que una entidad religiosa pueda suscribir convenios de
colaboración con el Estado, es exigido también por el artículo 7.1 de la Ley española de libertad
religiosa (Ley Orgánica 7/1980, de 5 de julio); y, en similar sentido, la Ley colombiana, por la cual se
desarrolla el derecho de libertad religiosa y de cultos (Ley Nº 133 de 1994), pide para la firma de
tales acuerdos que las entidades religiosas «ofrezcan garantía de duración por su estatuto y número
de miembros» (artículo 15).

47
SSTC 3372-2011-PA/TC, fundamento 13; 6111-2009-PA/TC, fundamento 31.

24
III. REFLEXIÓN A ALGUNOS CASOS DE DISCRIMINACIÓN EN EL PERÚ

1. Caso del Exp. N° 06111-2009-PA/TC La presencia de símbolos de origen religioso


en el espacio público y la libertad de no declarar la propia religión.

El pedido que hace el recurrente en este caso es, en primer lugar, que se ordene retirar
todos los símbolos religiosos católicos (crucifijos y biblias) de las salas y despachos
del poder judicial y en segundo lugar, que deje de realizarse la pregunta sobre la
religión que profesa el procesado o declarante, usual en toda diligencia ante el Poder
Judicial. Al respecto, el Tribunal Constitucional concluye: “(...) si bien en un templo
el crucifijo tiene un significado religioso, en un escenario público (...) tiene un valor
cultural, ligado a la historia del país, a su cultura y tradiciones. En tal contexto, que el
Estado mantenga dichos símbolos en tales espacios públicos no significa que
abandone su condición de Estado laico para volverse un Estado confesional (...) La
sola presencia de un crucifijo o una Biblia en un despacho o tribunal del Poder
Judicial no fuerza a nadie a actuar en contra de sus convicciones (...) no puede
sostenerse que de la presencia de tales símbolos se derive una obligación para el
recurrente (de adoración o veneración, por ejemplo), cuyo cumplimiento afecte a su
conciencia (...)”. Por otro lado, el tribunal acepta los argumentos del recurrente y
prohíbe indagar sobre la religión. (Mosquera, 2012)

Del nutrido análisis que realizó el TC en el presente caso, podemos reflexionar al


respecto; si bien es cierto, la postura del TC, concluye que los símbolos religiosos en
las salas judiciales como en otros espacios públicos, no supone una postura
confesional del Estado Peruano, toda vez, que se considera que este es laico, sino solo

25
supone un aspecto cultural del “catolicismo” y que eso no limita la libertad religiosa
de la persona; en ese contexto, podemos inferir que la Constitución Política del Perú,
debería señalar expresamente la condición de laicidad del Estado; sin embargo, no es
así, además que explícitamente solo reconoce a la iglesia católica y le ofrece su
colaboración, mientras que como puente se usa el término “puede”, para hacer
referencia a la colaboración con otras manifestaciones religiosas. Por otro lado, sobre
aceptar la prohibición de indagar sobre religión, consideramos que al menos es
importante saber si el recurrente, durante el procedimiento judicial, va a tener o no
que juramentar con los símbolos culturales y como saber lo que se va a proteger si no
podemos indagar sobre su confesión religiosa, podrían obligarlo a realizar actos que
podrían afectar su libertad de conciencia y religión, pues solo los censos oficiales
están facultadas para realizar dicha indagación, conforme lo menciona el artículo 4
del Reglamento de la Ley de Libertad Religiosa.

Por otro lado, se presume cierta controversia entre los símbolos culturales (crucifico y
la biblia) en el poder judicial, al momento que en ciudadano debe brindar sus
declaraciones en un juicio, lo demuestra la relación preferente del Estado y la Iglesia
Católica, situación que nos hace cuestionar si el Estado Peruano realmente mantiene
su condición de laicidad.

2. Caso del Exp. N° 05680-2009-PA/TC- El contenido del derecho fundamental de


libertad religiosa. Primero, el trato discriminatorio que ha sufrido el
demandante por parte de su superior jerárquico, supuestamente por razones
religiosas; y segundo, la lesión al derecho de libertad religiosa a través de la
política institucional promovida por la Fiscalía Superior de Amazonas que

26
establece como práctica obligatoria la participación de todo el personal en las
celebraciones religiosas católicas.

Respecto al primer punto, el supuesto trato discriminatorio: el demandante alega que


es por razón de su creencia religiosa que su superior ha cometido frecuentes actos
lesionadores de su derecho a la igualdad, como por ejemplo impedirle participar en
determinadas ceremonias protocolares del Ministerio Público, excluirlo de
Comisiones Académicas a pesar de tener los estudios necesarios, así como tratarlo
con un alto grado de hostilidad que se ha concretado en la presentación de informes
ante la Fiscalía de la Nación y la Fiscalía Suprema con el objetivo de dejar sin efecto
el nombramiento del demandante. Estos actos discriminatorios finalizaron en mayo de
2009 justo al mismo tiempo en que se presentó la demanda de agravio que es base de
la sentencia que aquí estudiamos. En segundo lugar, las conductas lesivas al derecho
de libertad religiosa por haber impuesto de manera obligatoria la participación del
personal de la Fiscalía en las celebraciones religiosas católicas se concretan en dos
documentos: la Resolución Superior N° 012-2006-MP que presenta la celebración de
la Navidad y la preparación de pesebres conmemorativos de ese acontecimiento en
cada una de las Fiscalías Provinciales Mixtas del Distrito Judicial de Amazonas y
dispone un rol de adoración del Niño Jesús que se prolonga durante todo el año
correspondiendo rotativamente durante un mes al personal de cada Sección de la
Fiscalía y durante los meses de mayo y diciembre a todo el personal, y por otro lado,
el documento que como Recordatorio presenta el demandado en mayo de 2009 en el
cual además de unificar el aniversario del Ministerio Público con una fiesta católica
obliga a constituir una comisión para organizar el rezo, misa, procesión del Divino

27
Niño Jesús demás de las tareas de limpieza, flores y contratación de banda de música
para la ocasión. (Mosquera, 2012)

El Tribunal, en su fundamento 27 considera que el hecho de que la religión católica se


constituya como un elemento importante en la formación histórica, cultural y moral
del Perú y que se proclame una evidente colaboración hacia la misma promovida
desde el propio Estado, no justifica de ninguna manera que desde el ámbito de la
administración pública se imponga la práctica de costumbres y ritos religiosos por
más arraigados que estos resulten en el sentimiento mayoritario de la población.
Como antes se ha dicho, el nexo entre Iglesia Católica y Estado puede existir como
factor histórico, cultural y moral, pero no supone identificación ni asunción de postura
oficial alguna, ya que el Estado peruano es laico y no confesional. De allí que utilizar
el vínculo institucional creado entre autoridades y trabajadores para imponer
actividades abiertamente confesionales lesione la libertad religiosa no sólo de quienes
no comulgan con la fe católica (sea por pertenecer a otros credos, sea por asumir
posiciones abiertamente agnósticas), sino incluso la de aquellos que, pese a pertenecer
a la religión católica, tampoco tienen por qué verse obligados a que el Estado les diga
en qué momentos o circunstancias deben hacer suyas las prácticas de su propia
religión. (Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

Al respecto, bajo el contexto del análisis realizado por el TC, podemos resaltar la
marcada postura con relación a la laicidad y no confesionalidad de alguna religión por
el Estado, aun cuando expresamente se mencione un compromiso de colaboración a la
iglesia católica en la Constitución, conforme su artículo 50, bajo la premisa de
independencia y autonomía; sin embargo, es latente aún, el énfasis que se le dedica a
las actividades religiosas derivadas de la fe católica, razón por la cual se ve todavía en
muchas instituciones públicas el fomento de actividades oficiales (misas en fiestas
patrias, semana santa, entre otros), que promociona la fe católica, mismo que no

28
comparte el análisis del tribunal, porque va en contra del principio de igualdad y
libertad religiosa de aquellas personas que no comparten la fe católica, violentando su
dignidad.

3. Caso de STC 3283-2003-AA/TC Orden público y celebraciones religiosas.

El 29 de marzo del año 2001, la Municipalidad Provincial de Huancayo (Junín) dictó


la Ordenanza Municipal N.° 039-MPH-CM, cuyo artículo 1 prohíbe la venta y
consumo de licor en los bares, video pubs, discotecas, clubes nocturnos y similares
desde las 00:00 horas del Viernes Santo hasta las 06:00 horas del Sábado Santo. Las
empresas Taj Mahal Discoteque y El Jeque Discoteque interpusieron una acción de
amparo contra la mencionada Municipalidad, por considerar que, al impedir el
funcionamiento de sus establecimientos comerciales durante la Semana Santa,
amenazaba sus derechos constitucionales a la libertad de conciencia y religión, a la
libertad de trabajo y a la libertad de empresa. Los demandantes alegaron que la
Ordenanza impone la denominada Ley seca por razones religiosas a pesar que el
inciso 3 del artículo 2 de la Constitución se reconoce el derecho a la libertad de culto,
imponiendo los dogmas y costumbres de la Iglesia católica sobre todas las personas,
creyentes, o no. También expresaron que de igual manera se restringe la libertad de
trabajo y de empresa de quienes se ven obligados a acatar la Ordenanza, por lo que
dicha norma es inconstitucional. El proceso concluyó con la sentencia N.° 3283-2003-
AA/TC, dictada por el Tribunal Constitucional que declaró infundada la acción de

29
amparo por considerar que la Ordenanza fue emitida dentro de las facultades ediles de
control o fiscalización municipal y gestión de los intereses propios de la colectividad.
(Tribunal Constitucional del Perú, 2014)

De la conclusión al que llegó el TC, no podemos opinar más que a favor, toda vez que
el análisis fue acertado, al considerar la Ordenanza Municipal como instrumento para
salvaguardar el bien común y colectivo; sin embargo, queda la desazón por parte de
los demandantes, al considerar sus derechos atropellados, dado que justamente la
Ordenanza Municipal se dio en razón de la fiesta de Semana Santa, advirtiéndose que
esta deviene del contexto histórico-cultural de la religión católica, lo que les hizo
suponer que dicha restricción era porque la Municipalidad adoptaba una postura
confesional y no laico.

4. Caso del Exp. N° 0928-2011-PA/TC, Excomunión presentado en forma de agravio


constitucional.

Se analiza un pedido de excomunión presentado en forma de agravio constitucional


contra el Obispado del Callao que se negó a expedir una partida de bautismo con la
anotación de abdicación de la fe cristina en la persona del menor Bruno Salas García.
Razona el TC que ese rechazo por parte del Obispado no lesiona la libertad religiosa
del menor en su dimensión de “derecho de cambiar de religión o de creencias”.
Estamos de acuerdo con la decisión de declarar infundada esta demanda al no haber

30
encontrado afectación de tal derecho, y valoramos muy positivamente el
razonamiento utilizado por el TC que sitúa en el orden interno de cada la confesión
las cuestiones de organización, funcionamiento y credo, como no podría ser de otro.
Hacer lo contrario hubiese supuesto una lesión al principio constitucional de
independencia y autonomía recogido en el artículo 50 del texto constitucional que es
la guía directriz para el modelo de cooperación que rige las relaciones entre el estado
y las confesiones religiosas en el Perú. (Mosquera, 2012)

Al respecto, tal como lo mencionó Mosquera en el párrafo anterior, la conclusión del


TC fue acertada, pues es algo que podemos compartir y queremos resaltar la libertad
que tiene todo individuo de profesar, cambiar o abandonar en cualquier momento la
confesión o comunidad religiosa, conforme al procedimiento propio de cada iglesia,
señalado en el artículo 3 de la Ley de Libertad Religiosa.

III. CONCLUSIONES

De la evaluación a la literatura relacionado al trabajo de investigación, queremos dar algunas


conclusiones:

31
1. Tanto la religión católica y las demás confesiones religiosas, tienen un lugar importante
en el desarrollo histórico y cultural del Estado Peruano, mejorando las relaciones
confesionales, permitiendo que existen muchas confesiones de fe, lo cual se evidencia en
el crecimiento del número de fieles de diversas manifestaciones religiosas,
principalmente con referencia al catolicismo.

2. La libertad de conciencia y de religión guardan relación, tal vez, conceptualmente


diferenciadas, como lo ha desarrollado el Tribunal Constitucional del Perú, que ha
señalado que la libertad de conciencia se refiere a la facultad del individuo de actuar y
realizar su vida en consonancia con su personal concepción deontológica, mientras que la
libertad religiosa se refiere a la capacidad de toda persona para autodeterminarse de
acuerdo con sus convicciones y creencias en el plano de la fe religiosa, así como para la
práctica de la religión en todas sus manifestaciones.

3. De manera implícita, el principio de laicidad del Estado se consagra constitucionalmente


en el artículo 50 de la Constitución Política del Perú de 1993, derivándose las exigencias

32
institucionales de separación y neutralidad; pues en el desarrollo jurisprudencial del
principio de laicidad se trata de compatibilizar a este con el principio de colaboración, y
ello se logra a partir de la comprensión de la colaboración como el acto de facilitar el
ejercicio de la libertad religiosa.

4. La jurisprudencia constitucional sobre la libertad religiosa, brinda interesantes elementos


para la interpretación constitucional; pues, de la dimensión subjetiva de la libertad
religiosa, se clasifica a su vez entre una dimensión interna de autodeterminación de
acuerdo con convicciones y creencias en el plano de la fe; una dimensión externa de
libertad práctica de la religión (de manera individual o colectiva, en público o privado) y
una dimensión negativa consistente en la reserva sobre las convicciones religiosas.
Asimismo, la llamada dimensión objetiva de la libertad religiosa, consistente en los
principios de laicidad, de un lado, y de colaboración entre el Estado y las confesiones
religiosas del otro.

IV. RECOMENDACIONES

1. Implementar mecanismos de difusión y procedimientos de aplicación de las normas


legales relacionadas al derecho-principio de igualdad religiosa, libertad de conciencia
y religión, propugnando una efectiva colaboración entre entidades y confesiones
religiosas.

33
2. Promocionar capacitación en temas relacionados a la libertar religiosa, principalmente
para quienes ejercen el poder para interpretar dichas normas en primera y segunda
instancia, con el fin de evitar posibles actos de discriminación.

3. Dictar políticas públicas para problemáticas que conectan la libertad religiosa, con los
derechos económicos, sociales y culturales en el marco del respeto, que viabilicen la
práctica de la colaboración entre el Estado y las comunidades de fe, atendiendo a los
fines comunes destinados al bienestar general, la igualdad y la no discriminación.

4. Encaminar el ordenamiento jurídico del Estado Peruano a un modelo de relaciones


entre iglesia y estado, dejando atrás aparentes actos de confesionalidad, con el fin de
avanzar en el derecho de libertad religiosa de todos los ciudadanos, uniendo esfuerzos
para integrar y garantizar igualdad de trato a todas las entidades religiosas, con mayor
dosis de tolerancia y respeto mutuo, entre mayorías y minorías religiosas.

34
V. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Congreso Constituyente Democrático. (1993). Constitución Política del Perú.


Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. (2010). Ley N° 29635, Ley de Libertad
Religiosa.
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. (2016). Reglamento de la Ley N° 29635, Ley de
Libertad Religiosa.
Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. (2021). Libertad Religiosa en el Perú: Diez años
de la Ley N.° 29635. Lima.
Mosquera, S. (2012). La Libertad Religiosa en el Constitucionalismo Peruano. Universidad
de Piura, Piura.
Revilla Izquierdo, M. A. (2013). El Sistema de Relación Iglesia-Estado Peruano: Los
principios rectores del derecho eclesiástico del Estado en el ordenamiento jurídico
Peruano. Lima.
Tribunal Constitucional del Perú. (2014). El derecho fundamental de libertad religiosa:
jurisprudencia y doctrina constitucional (Primera Edición ed.). Perú.
INEI. (2017). Instituto Nacional de Estadistica e Informatica. Inei.gob.pe.
https://m.inei.gob.pe/prensa/noticias/inei-difunde-base-de-datos-de-los-censos-nacionales-
2017-y-el-perfil-sociodemografico-del-peru-10935/
Congreso de la República Peruana. (2022). Congreso Congreso de la República Peruana.
Obtenido de https://www.congreso.gob.pe/constitucionyreglamento/

35

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