Clases Historia
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“En 1978-1980, el movimiento guerrillero contó con aproximadamente de seis a ocho mil
combatientes y alrededor de medio millón de simpatizantes activos en todo el territorio nacional. En 1982 los grupos guerrilleros y el
comunista Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) se unieron para formar un comando único bajo el nombre de Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG)” (USAC, 2012).
La desorganización social primero y luego en la reorganización y control de la población rural para erradicar la base de apoyo de
la guerrilla.
Todas las autoridades civiles locales fueron puestas bajo la autoridad del ejército, lo cual debilitó y distorsionó enormemente las
estructuras de gobierno local.
El ejército se apropió también de grandes extensiones de tierra en las zonas de conflicto, muchas de las cuales habían sido
abandonadas previamente por los desplazados.
El ejército dirigió intensas campañas para repoblar estas áreas abandonadas y para finales
de 1985 había otorgado aproximadamente 2000 títulos de tierra en las áreas más afectadas por la guerra.
Se establecieron las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC), fuerzas paramilitares a nivel comunitario en las que todos los hombres
mayores de 16 años de edad tuvieron que prestar servicio. Aunque las PAC fueron presentadas como organizaciones
"voluntarias", quienes no hacían sus turnos eran considerados casi automáticamente como simpatizantes de la guerrilla.
En las áreas de conflicto, las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) también fueron
utilizadas como primera línea ofensiva en la búsqueda de columnas guerrilleras o de población desplazada que no estaba bajo
control del ejército. A mediados de los años ochenta el número de hombres organizados en este organismo paramilitar alcanzó
los900.000.
El nivel de abuso a los Derechos Humanos siguió siendo muy alto; los secuestros,
asesinatos y desapariciones selectivas de activistas civiles fue una táctica muy común.
Las operaciones de tierra arrasada formaron parte de un plan contrainsurgente que se basaba en llegar a pueblos en donde se
sospechaba que la población apoyaba a las organizaciones guerrilleras, y los destruían completamente, lo arrasaban y asesinaban
niños, mujeres y ancianos. Acababan con las cosechas, mataban a los animales y quemaban las viviendas.
Se cerraron los espacios democráticos para la representación y expresión ciudadana. El poder se centralizó y militarizó como
nunca antes, y la rendición de cuentas por parte del Estado acerca de su funcionamiento se canceló en su totalidad. (USAC,
2012).Cada uno de los gobiernos militares que gobernaron el país de Guatemala, tenían un solo objetivo: eliminar los diferentes
grupos guerrilleros que operaban en el país.
La búsqueda de una solución negociada al conflicto armado duró casi diez años y se puede
dividir en tres fases históricas:
En 1083-1987. En esta fase todavía se desarrollaban las guerras civiles en toda la región centroamericana. En Guatemala,
el gobierno estaba controlado por el ejército. Esta fase culminó en la firma del acuerdo de Esquipulas II entre los distintos
gobiernos centroamericanos.
1988-1993. En esta fase, el fin de la guerra fría, la derrota electoral del frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN)
en Nicaragua en 1990 y la firma del acuerdo de Paz en El Salvador en diciembre de 1991, abrieron nuevas posibilidades
para las negociaciones en Guatemala.
1993-1996. En esta fase las estrategias de la comunidad internacional, del gobierno y la URNG
favorecieron un fin de negocio al conflicto.
“El fortalecimiento del poder civil es una condición indispensable para la existencia de un
régimen democrático. La finalización del enfrentamiento armado ofrece la oportunidad histórica de renovar las instituciones para que,
en forma articulada, puedan garantizar a los habitantes de la república la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo
integral de la persona”(Paz, 1996).
Los acuerdos de paz expresan consensos de carácter nacional. Han sido avalados por los
diferentes sectores representados en la Asamblea de la Sociedad Civil y fuera de ella. Su
cumplimiento progresivo debe satisfacer las legítimas aspiraciones de los guatemaltecos y, a la vez, unir los esfuerzos de todos en aras
de esos objetivos comunes” (Paz, 1996).
De acuerdo con lo expresado por el señor alcalde de la ciudad capital de Guatemala, Álvaro
Arzú Irigoyen, quien en su gestión como presidente de Guatemala (1996 – 2000) fue uno de los principales promotores para la firma
de la paz en el país, el 29 de diciembre de 1996, el evento no fue ponderado por muchas personas a nivel nacional e internacional, pero
quienes se vieron involucrados en el conflicto armado que duró aproximadamente 36 años, vieron en la paz una luz al final del túnel.
Al mismo tiempo, los guatemaltecos se sintieron fortalecidos, comprometidos a seguir luchando por un futuro mejor y capaces de
olvidar todo el pasado oscuro que se vivió en el país.
Desde ese momento, los atropellos motivados por diferencias ideológicas cesaron
prácticamente. Sin embargo, se observa, en los últimos años, que hay conatos de que todo ese
pasado de violencia quisiera regresar al país, muchas veces con otros matices diferentes. Una
década bastó para que el país cambiara. Hoy se puede observar que la nueva crueldad no es de
orden ideológico, es un poco más compleja; tiene sus raíces en el crimen, en la crisis familiar, en los valores, entre otros.
El desafío es emprender la lucha constante contra los fantasmas del predominio sobre el otro y asumir la paz como un compromiso
permanente de cada uno de los guatemaltecos.
Los acuerdos de paz en Guatemala no son más que los diferentes temas que el gobierno y los principales dirigentes de la Unidad
Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) negociaron en diferentes países: Noruega, México, Suecia, entre otros, para buscarle
solución pacífica a los problemas que causaron el conflicto armado interno.
Este acuerdo trata sobre un país con libertad, democracia y seguridad a la vida política, sin importar la situación económica,
cultural y social.
Este acuerdo forma una cohesión entre el pueblo de Guatemala y el gobierno, que se
comprometen a respetar la voluntad política e impulsar y proteger los Derechos Humanos.
Después de haber resultado damnificadas, debido a los enfrentamientos armados, este acuerdo se propone que las
poblaciones se integren a nuevos proyectos, capacitaciones y al manejo de las tierras.
Acuerdo sobre el establecimiento de la Comisión para el Esclarecimiento Histórico
de las violaciones de los Derechos Humanos y los hechos de violencia que han
causado sufrimientos a la población guatemalteca (Oslo, Noruega 23, de junio de1994).
Es obligación del gobierno y un derecho de todos velar por nuestra seguridad, además, tener en cuenta a las víctimas que
deben ser un medio para fomentar una cultura de paz y respeto.
Acuerdo sobre identidad y derechos de los pueblos indígenas (México, D.F. 31 de
marzo de 1995).
Para que una nación tenga respeto, debemos aprender que la sociedad guatemalteca es
pluricultural y multilingüe, y que se debe respetar y promover la cosmovisión de los pueblos
indígenas.
Acuerdo sobre fortalecimiento del poder civil y función del ejército en una sociedad
democrática (México, D.F. 19 de septiembre de 1996).
Es esencial que los ciudadanos del país se sometan a la participación popular para fortalecer el poder civil. La sociedad civil
debe prevalecer sobre el ejército, que debe concentrarse en sus funciones para resguardar las fronteras y la soberanía
nacional.
“El cese al fuego consiste en el cese de todas las acciones insurgentes de parte de las unida desde la URNG y el cese de
todas las acciones de contrainsurgencia por parte del Ejército de Guatemala”.
Acuerdo sobre reformas constitucionales y régimen electoral (Estocolmo, Suecia 7 de
diciembre de 1996).
“En este Acuerdo se prevé reconocer constitucionalmente la identidad de los pueblos Maya, Garífuna y Xinca, y desde tal
perspectiva, la necesidad de definir y caracterizar al Estado guatemalteco como de unidad nacional, multiétnica,
pluricultural y multilingüe” (IDIES, Acuerdo sobre Reformas Constitucionales y Régimen Electoral, 1996)
“Se entiende por incorporación de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG)a la legalidad, el proceso
mediante el cual sus miembros se integrarán a la vida política, económica, social y cultural en un marco de dignidad,
seguridad, garantías jurídicas y pleno ejercicio de sus derechos y deberes ciudadanos” (IDIES, Acuerdo sobre bases para la
incorporación de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca -URNG- 1996).
“Se implementa una agenda de los acuerdos de paz y la supervisión de los mismos. Por
consiguiente, se buscan soluciones, desarrollo de los guatemaltecos y un sistema de justicia que resuelva las necesidades de
educación, salud y seguridad ciudadana” (IFC, 2010).
1.4. Acuerdo sobre el fortalecimiento del poder civil y función del ejército en una sociedad democrática
Es esencial que los ciudadanos del país se sometan a la participación popular para fortalecer el poder civil. La sociedad civil debe
prevalecer sobre el ejército, que debe concentrarse en sus funciones para resguardar las fronteras y la soberanía nacional.
En una sociedad democrática la existencia del Estado se justifica, en la medida que la autoridad en el seno del mismo sea fruto del
consenso de la sociedad y cumpla una función de satisfacción de las necesidades de la población. Para atender esa tarea, el Estado
dispone de un conjunto de aparatos, algunos de los cuales se refieren a las necesidades de seguridad. Por seguridad se entiende la
capacidad y obligación del Estado de brindar bienestar económico, político, social y cultural a todos sus habitantes, como fruto de
la democracia, justicia, pluralismo de participación multilingüe y pluricultural. La seguridad debe definirse en dos formas:
a.) La seguridad de vivir sin temor a ser reprimido por nuestras opiniones, expresiones y aspiraciones de modificar las
situaciones de injusticia social, discriminación, opresión y marginación existentes, en la actualidad.
b.) La seguridad de vivir sin el riesgo de que una fuerza extranjera ocupe militarmente nuestro país, aunque en la época moderna
la intromisión, dominación e invasión, se hace por medios políticos, económicos y culturales, como los Tratados de Libre
Comercio, la Globalización Económica, diseñada y aplicada por el Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial y los
países económica y políticamente poderosos.
La ampliación de la percepción de seguridad hace que el Estado deba responder con diversos aparatos a los diferentes riesgos. Eso
explica otro aspecto de las consideraciones actuales del asunto, la diferencia entre las tareas de seguridad, seguridad ciudadana y
defensa nacional.
Cabe agregar que si tradicionalmente la definición de lo que es un riesgo para el país lo hacia el gobierno y dentro de él, con
especialidad las fuerzas armadas, en el Estado democrático que deseamos construir, esta tarea (planificación, ejecución y decisión
de la seguridad) la debe asumir toda la sociedad. Discutir que riesgos confronta una nación y como se debe reaccionar a los
mismos, requiere la participación de los diversos integrantes de la sociedad en su conjunto.
Seguridad ciudadana se emplea concretamente en cuanto a las amenazas que provienen de la violencia, especialmente de la
delincuencia. La obligación del Estado es garantizar la convivencia pacífica, el disfrute de sus derechos, el respeto a la vida y al
uso de sus bienes por los ciudadanos, dentro de la vigencia del Estado de Derecho.
Para esa tarea el Estado, debe disponer de una adecuada administración de justicia penal en sus diferentes niveles: emisión de
leyes, ejercicio de la función judicial (ministerio público y fiscalía, organismo judicial, sistema penitenciario, ejercicio de cuerpos
policíacos).El último de los niveles mencionados es Error: Reference source not found particularmente importante, o sea la
existencia de cuerpos policíacos capaces efectivamente de prever y perseguir el delito. En las fases de régimen democrático, la
función genérica de seguridad ciudadana es ejercida por autoridades civiles y concretamente los cuerpos policíacos son dirigidos
por los ministerios de interior o gobernación.
1.4.1. Función del ejército en una sociedad democrática
Debe establecerse como función de ejército únicamente la defensa nacional, es decir, la seguridad externa.
La función de Defensa Nacional, hace referencia al riesgo de perder la independencia, soberanía e integridad de la nación, o sea a las
definiciones tradicionales de seguridad. Presupone un riesgo existente o potencia de un enemigo extranjero, que lo puede atacar
militarmente.
Tradicionalmente se incluye en esta función la situación de una insurrección interna, en que el orden político es cuestionado
militarmente por una parte de la población. Para afrontar estos riesgos, los Estados disponen de ejércitos o fuerzas armadas, que, por
consiguiente, no deben ser más que otros aparatos dentro del gobierno y estar sujetos como los otros, a la dirección y autoridad de los
gobiernos electos por la población.
La desviación de esa función, genera el fenómeno de la militarización, o sea el predominio sobre el resto del Estado e inclusive sobre
la sociedad civil, acción que dada su naturaleza, se suele ejercer por medios de fuerza, aunque también mediante una ideología que
exalta la organización y principios de lo militar como válidos para toda la sociedad.
Los gobiernos autoritarios que han existido en nuestro país, se apoyan en procesos de militarización para mantener su ilegítimo
dominio sobre la ciudadanía, y emplean formas extremas de violencia, llegando a la institucionalización del terror, para destruir la
supuesta oposición en su contra, dando origen a una Error: Reference source not found total perversión de la relación entre
gobernantes y gobernados, permitiendo que la violación a los derechos humanos se constituya como el más grave daño a la seguridad
de los ciudadanos.
La Policía Nacional Civil (PNC) surge luego de la firma de los acuerdos de paz en 1996, en lo
referente a la reestructuración de las fuerzas policiales contemplada en el acuerdo sobre el
fortalecimiento del poder civil y la función del ejército en una sociedad democrática. Constituye una reforma que pretende garantizar
una institución policial que respete y proteja los bienes y derechos de todos los ciudadanos guatemaltecos.
Entre los artículos relevantes que contempla la Ley de la Policía Nacional Civil, Decreto 11-
97 están los siguientes
La seguridad pública es un servicio esencial de competencia exclusiva del Estado y para ese fin se crea la Policía Nacional Civil.
La Policía Nacional Civil es una institución profesional y jerarquizada ajena a toda
actividad política.
La Policía Nacional Civil es la institución encargada de proteger la vida, la integridad
física, la seguridad de las personas y sus bienes, el libre ejercicio de los derechos y
libertades, así como prevenir, investigar y combatir el delito preservando el orden y la
seguridad pública.
El mando supremo de la Policía Nacional Civil será ejercido por el Presidente de la
República, a través del Ministro de Gobernación. El funcionamiento de la Policía
Nacional Civil estará a cargo de su Director General, bajo la inmediata y exclusiva
autoridad del Ministro de Gobernación.
En cada departamento y con sujeción a las directrices del Ministerio de Gobernación, el Gobernador supervisará la actuación de la
Policía Nacional Civil.
La Policía Nacional Civil, ha sufrido cambios trascendentales con el cambio de cada gobierno, por lo que a medida que han
transcurrido los años, el trabajo cada vez se ido realizando de una forma más profesional, apegados al respeto de los derechos
humanos y garantizando la seguridad ciudadana.“La identidad de la institución no se forjó de un día para otro, sino fue evolucionando
alrededor de una función primordial y de sus principios originales. Desde entonces se ha venido consolidando y perfeccionando”
(PNC, 2012).
ORIGENES 1881-1898
Creación de la Policía de Seguridad, Salubridad y Ornato, los nuevos policías debían ser guatemaltecos
respetuosos de las personas, con amor por el País y con coraje.
CONSOLIDACIÓN 1899-1944
Se creó el cuerpo de Detectives y de la Policía Nacional Montada. Se generaron nuevos grupos de policías
especializados, para brindar seguridad pública. En 1925 se emitió el Decreto 901, Ordenanza de la Policía
Nacional. En esta ordenanza se plasmaron los valores oliciales.
REEMPLAZO 1944-1953
Durante los gobiernos de Arévalo y Arbenz, la Policía Nacional de Guatemala fue sustituida por la Guardia Civil con funciones similares.
RENOVACIÓN 1966-2012
1996 fue uno de los años más importantes de la historia de Guatemala. En septiembre se firmó el Acuerdo para el Fortalecimiento Civil y el
papel del Ejército de Guatemala en una sociedad Democrática, entre el gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional URNG.
En él se plasmaron las ideas que fundamentarían la renovación de la Policía Nacional de Guatemala y de la Guardia de Hacienda, para
transformarlas en la Policía Nacional Civil, mediante el Decreto 11-97, Ley de la Policía Nacional Civil.
Tiene su origen etimológico en el latín tardío politia (administración gubernativa, gobierno, estado), y está en el griego politeía
(gobierno, estado, ciudadanía). Guarda profunda relación con polis (ciudad, desde el punto de vista social, no arquitectónico) y polités
(ciudadano). Con todo ello se quiere significar lo relativo a la constitución de la ciudad, el ordenamiento jurídico del Estado, el
gobierno y las calidades cívicas del individuo. (Doctrina Institucional, Policía Nacioanal Civil, 2021).
Desde el origen de la Policía en Guatemala, se encuentran sobre ella datos que justifican su existencia y aseguran la permanencia de la
misma. La identidad de la institución no se forjó de un día para otro, sino fue evolucionando alrededor de una función primordial y de
sus principios originales. Desde entonces se ha venido consolidando y perfeccionando. La doctrina debe acercarse a la historia y
revisar los eventos que inspiraron su evolución, para descubrir los hechos que terminaron siendo parte de su ser institucional. Los
datos registrados son los siguientes:
Orígenes: 1881-1898 Después de varios intentos de corto alcance, para brindar seguridad pública a los ciudadanos de
Guatemala, se creó la Policía de Seguridad, Salubridad y Ornato, el 12 de septiembre de 1881. Esta sería una de las primeras
instituciones modernas de Guatemala, que requeriría la participación de hombres con capacidades especiales para proteger “a los
vecinos en sus personas y propiedad,” según su nueva ley constitutiva. Los nuevos policías debían ser guatemaltecos respetuosos de
las personas, con amor por el país y 21 Doctrina Institucional Policía Nacional Civil con coraje. Esto se refleja en los requisitos
expuestos en la primera circular de reclutamiento policial. Debían ser respetuosos de sí mismos y de los demás, pues no debían “tener
el vicio de la bebida”, y debían probar “su buena conducta”, que debería ser reconocida–abonada se decía entonces– no por cualquier
persona, sino por la sociedad en conjunto. Debían querer al país y no tener antecedentes criminales, pues esto implicaría una
contradicción con su amor y respeto a las leyes patrias. Tenían que ser personas valientes, capaces de combatir a los criminales. Los
requerimientos para el nuevo policía nacional eran exigentes, pues si había desórdenes frecuentes en alguna demarcación policial
había también “razón para suponer negligencia de parte del individuo encargado de (la misma)”.
Consolidación 1899-1944. La utilidad de la Policía de Guatemala se reveló tan importante para el país que, a partir de 1899,
fue ampliando sus servicios. Quetzaltenango, Escuintla, Cobán y Amatitlán fueron los receptores de los nuevos cuerpos
policiales. Siguiendo el principio de profesionalización policial, en 1899 se crearon el Cuerpo Completo de Detectives y la
Policía Montada, con lo cual se generaron nuevos grupos de policías especializados, que podían contribuir mejor a brindar
seguridad pública.
En 1921 Guatemala había sufrido cambios políticos y sociales de gran trascendencia. La caída del expresidente Estrada
Cabrera había significado un triunfo para la libertad y la democracia de los guatemaltecos, pero este orden social necesitaba
contar con policías que lo protegieran. Ello incentivó la creación de la Escuela de Instrucción de la Policía, que sería el
fundamento de los avances en la carrera profesional policial y del sistema educativo policial.
Otro momento importante para la historia policial fue la emisión, en 1925, del Decreto Gubernativo 901, Ordenanza de la
Policía Nacional. En esta ordenanza se plasmaron los valores policiales.
Reemplazo: 1944–1953 Durante los gobiernos de Arévalo y Arbenz, la Policía Nacional de Guatemala fue sustituida por una
Guardia Civil con funciones similares. Sin embargo, los resultados no fueron positivos, y la criminalidad y la delincuencia
aumentaron en el país. Después de la caída de Arbenz, se tardó dos años en retomar el proyecto de la moderna Policía
Nacional.
Regreso y reconocimiento: 1954–1960 A pesar de una década de descuido, la importancia de la policía guatemalteca era
demasiado grande como para no tomarla en serio. Por ello, el 28 de junio de 1955 se emitió el Decreto Presidencial 332,
mediante el cual se reinstala a la Policía de Guatemala en su papel primordial de velar por la integridad física y el libre
ejercicio de los derechos de los guatemaltecos. Así surgió la Ley Orgánica de la Policía Nacional, por la que, entre otras
cosas, se institucionaliza la profesión policial y se crea el Departamento de Capacitación de la Policía.
Este periodo será también importante porque por primera vez se le reconocen altos honores a la institución, dada la
importante función que sus miembros ejercen entre los guatemaltecos. Como ejemplo, el 9 de septiembre de 1960, mediante
un Acuerdo Gubernativo, se otorga el honor de Semper Fidelis a la Policía Nacional. Esta tradición, que data de la Edad
Media, es el reconocimiento más importante a la fidelidad, confianza y lealtad que la población tiene en relación con una
institución pública. La misma fue otorgada a la Policía Nacional, porque en las situaciones de mayor riesgo cumplió con
estricta observancia su 23 Doctrina Institucional Policía Nacional Civil obligación de proteger a la persona y sus derechos,
demostrando entereza, valor y espíritu corporativo.
El 3 de octubre de 1962, mediante un Acuerdo Presidencial, se designó el 12 de septiembre de cada año como Día del Policía
Nacional
Especialización y modernización: 1960–1996 La profesionalización policial, fundamento del buen desempeño institucional,
se fortaleció en esta época con cuatro acciones:
La modernización institucional es el proceso fundamental mediante el cual la policía de Guatemala se ha transformado para
servir mejor a los habitantes del país. Así, los años setenta fueron decisivos para la institución, tanto por sus avances en
materia de carrera policial, como por sus innovaciones institucionales. La primera de estas innovaciones fue la creación de la
primera unidad femenina policial. Fue una forma de 24 Doctrina Institucional Policía Nacional Civil reconocer a nivel
mundial la capacidad de las mujeres para ejercer las mismas funciones que los hombres, en igualdad de condiciones. La
segunda innovación fue la creación de la primera unidad antinarcótica de Guatemala. Así se respondía al surgimiento del
tráfico de drogas ilegales, como una nueva amenaza a la paz y seguridad de los guatemaltecos.
Renovación: 1996-2012 El año 1996 fue uno de los más importantes en la historia policial de Guatemala. En septiembre de
ese año se firmó el Acuerdo para el Fortalecimiento del Poder Civil y el Papel del Ejército en una Sociedad Democrática,
como parte de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno de Guatemala y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca –
URNG-. En el mismo se plasmaron las ideas que fundamentarían la renovación de la Policía Nacional de Guatemala y de la
Guardia de Hacienda, para transformarlas en la Policía Nacional Civil, mediante el Decreto 11-97, Ley de la Policía Nacional
Civil.
Al extinguirse la amenaza contra el Estado y el orden social guatemalteco, la primacía del individuo como sujeto y fin del
orden social cobró relevancia nuevamente. En tiempos de paz y democracia, la persona del policía y el quehacer policial se
convirtieron en la expresión más relevante de seguridad en Guatemala. En este contexto, el policía, respetuoso de la persona
humana, amante de su patria y de sus leyes, aguerrido frente al crimen, y profesional en el resguardo de la vida y la libertad
de los ciudadanos, se convirtió en su actor principal.
Con el apoyo de la comunidad internacional, y especialmente de la Guardia Civil Española, se trató de acrecentar el prestigio
social de la nueva Policía Nacional Civil. Nuevos y selectos jóvenes se incorporaron a la institución, al mismo tiempo que se
profesionalizaron los mejores policías nacionales y guardias de hacienda que ya militaban en ella. Se intentó recuperar la
confianza de la población en la institución policial, por medio de un mejor servicio humanitario y el respeto a los derechos de
todos, entre ellos los derechos humanos. Se incrementó el despliegue policial, para cubrir la necesidad de seguridad y orden
de todos los guatemaltecos. Se inició la construcción de una institución policial benemérita y, sobre todo, ilusionada con ser
la mejor y más importante unidad de seguridad del país y del mundo.
Hoy, a quince años de haber comenzado este proceso de renovación, han cambiado muchas cosas. Se cuenta con nueva tecnología
que, por más que nos duela, puede favorecer a la policía, pero también a los delincuentes. En la sociedad han surgido nuevas
amenazas. La guerra civil ha dado paso a la criminalidad común organizada y a la corrupción institucional. Los ciudadanos tienen
miedo, pero abrigan la esperanza de que la policía los ha de proteger. Por ello, hoy más que nunca, la profesionalidad y la fortaleza
moral del policía son sus armas más importantes para respaldar la vida, la seguridad, la paz y el libre ejercicio de los derechos de los
guatemaltecos.
Conforme al texto constitucional, el Presidente de la República es el Comandante General del Ejército (artículo 246) y entre sus
funciones están, según el artículo 183, “Proveer a la defensa y a la seguridad de la Nación, así como a la conservación del orden
público” (inciso b) , “Ejercer el mando de las fuerzas armadas de la Nación…” (inciso c), “Ejercer el mando de toda la fuerza pública”
(inciso d), y “Nombrar y remover a los Ministros de Estado, Viceministros, Secretarios, y Subsecretarios de la Presidencia,
embajadores y demás funcionarios que le corresponda conforme a la ley” (inciso s). (Naturalmente, entre los ministros están el
Ministro de Gobernación y el Ministro de la Defensa Nacional).
En su artículo 244, la Constitución Política de la República prescribe: “El Ejército de Guatemala es una institución destinada a
mantener la independencia, la soberanía y el honor de Guatemala, la integridad del territorio, la paz y la seguridad interior y exterior”.
Sin embargo, no define en qué campos de la seguridad interna participa el Ejército ni dice que esa función sea exclusiva del mismo.
Tal definición recogida en artículo 244 no impide la consideración de ámbitos de acción propios de la Policía Nacional Civil o de
otros cuerpos de seguridad del Estado, en el entendido de que deben trabajar de manera coordinada con el Ejército. En el expediente
2819-2004, la Corte de Constitucionalidad aclara que la defensa de la Seguridad Nacional es una función estatal frente a otros estados
o frente a grupos nacionales beligerantes, y dicho término implica la integridad física de la nación y de su territorio. Ello evidencia que
la función de seguridad interna tiene matices, siendo natural que el Ejército de Guatemala asuma el ejercicio de la defensa de la
soberanía e independencia de la nación, y el Ministerio de Gobernación, a través de la Policía Nacional Civil, pueda participar en
funciones relativas a la vigilancia para prevenir los delitos, tomar las medidas correctivas ante la comisión de los mismos, e investigar
para descubrir y perseguir a los culpables, con el fin de que se les imponga el castigo a que se hayan hecho acreedores según la ley.
Todo ello en el entendido de que, si un grupo delictivo afectara la soberanía o la integridad del territorio nacional, sería función
primordial del Ejército combatirlo.
En consecuencia, según el esquema constitucional, la Policía Nacional Civil se concibe como una fuerza pública armada, al mando del
Presidente de la República –quien despacha a través de su Ministro de Gobernación–, encargada de proteger la vida, la integridad
física, la seguridad de las personas y sus bienes, el libre ejercicio de los derechos y libertades, y prevenir, investigar y combatir el
delito, preservando el orden y la seguridad pública.
El artículo 2 de la Ley de la Policía Nacional Civil, Decreto No. 11-97 del Congreso de la República, dice: “La Policía Nacional Civil
es una institución profesional armada, ajena a toda actividad política. Su organización es de naturaleza jerárquica y su funcionamiento
se rige por la más estricta disciplina. La Policía Nacional Civil ejerce sus funciones durante las veinticuatro horas del día en todo el
territorio de la república. Para efectos de su operatividad estará dividida en distritos y su número y demarcación son fijados por la
Dirección General. Está integrada por los miembros de la carrera policial y de la carrera administrativa”. En términos generales, esta
definición se repite de alguna manera en el artículo 1 del respectivo Reglamento, contenido en el Acuerdo Gubernativo 584-97, del 1
de agosto de 1997.
El artículo 13 de la Ley de la Policía Nacional Civil dice: “Los miembros de la Carrera Policial son servidores públicos que, en virtud
de legítimo nombramiento, previo juramento de fidelidad a la Constitución, presten servicios permanentes de orden público a los
habitantes de la República”. El artículo 15 de la misma ley prescribe: “En el ejercicio de sus funciones, los miembros de la carrera
policial son agentes de la autoridad y guardianes del orden público”.
Visión anterior: “Ser una institución profesional, honesta, moderna y respetuosa al servicio de todos”.
Visionm
“Ser una institución altamente calificada con vocación y reconocida excelencia, conformada por personal de sólida formación humana,
altas competencias, respeto al ordenamiento jurídico y derechos humanos, con capacidad de generar corresponsabilidad comunitaria
para el logro de la convivencia pacífica”
En el Plan Estratégico Institucional 2021-2028 de la Policía Nacional Civil actualmente aparece la nueva Visión que copiada
literalmente dice:
“Ser una institución con solidas capacidades para la intervención articulada de los fenómenos que generan inseguridad pública;
garantizando la legitimidad, legalidad y prestigio internacional en el marco del modelo policial de seguridad integral comunitaria”.
a) Preventiva: Debe considerarse como la primordial, pues la Policía Nacional Civil debe centrar sus esfuerzos, en primer lugar, en
prevenir el delito más que en reprimirlo. En la medida que la prevención funcione y sea más efectiva, la represión será menos
necesaria. La prevención debe ser la norma; la represión, la excepción, cuando la norma no ha funcionado. De lo que se trata, en
definitiva, es de garantizar la seguridad ciudadana, la defensa del orden jurídico existente, la pacífica posesión de los bienes y el
ejercicio de los legítimos derechos. La prevención, a su vez, debe ser entendida como la coordinación legal, jerárquica e inteligente de
personas, recursos y medidas. Conjuntamente con la comunidad se debe desarrollar la capacidad de identificar circunstancias,
condiciones, tendencias, situaciones de vulnerabilidad física, social o de otra índole, que ayuden a prever la posibilidad de que llegue a
producirse un hecho delictivo, para poder evitarlo en germen o al menos restringir sus efectos, reduciendo así la necesidad de ejercer
acciones policiales de respuesta durante la comisión del delito o después que el mismo se haya cometido.
b) Investigativa o correctiva: A la Policía Nacional Civil le corresponde investigar los hechos delictivos dentro del marco del artículo
112 del Código Procesal Penal y cumplir así su función de auxilio a la sociedad. Esta función se ejerce cuando el hecho ya se ha
consumado. Este rol se caracteriza por ser de naturaleza jurídica auxiliar eventual. La investigación del delito tiene como finalidad
esclarecer sucesos o hechos punibles ya consumados, con los cuales se han perturbado el orden y la pacífica convivencia de los
ciudadanos.
c) De auxilio a la comunidad: La colaboración con la comunidad, sobre todo en situaciones de emergencia, será la mejor manera de
demostrar que la policía está cerca de ella, participa de sus problemas, y se comporta de manera amigable y solidaria. La policía será
más eficiente en la medida que se gane la confianza de los ciudadanos.
Epidemias: Se mantendrá la coordinación con los entes gubernamentales y otros en la medida de lo posible, a fin de ubicar las zonas
de mayor riesgo y centrar los esfuerzos operativos en esos lugares, para proporcionar personal de apoyo en las respectivas campañas y
ayuda logística en el auxilio a las personas afectadas.
Catástrofes: Se trabajará coordinadamente con otras instituciones y organismos sociales de apoyo comunitario, nacionales e
internacionales. La institución ofrecerá todos los medios disponibles para auxiliar a las víctimas y mantener el control perimetral
de las zonas afectadas.
Asistencia social: Podrá tratarse de casos aislados –alumbramientos, niños extraviados, accidentes en carretera o de otro tipo,
adultos mayores en desamparo o abandono, etc.–, pero no menos importantes para que la Policía haga valer su cercanía, su
eficiencia y su sentido humanitario.(Doctrina Institucional, Policía Nacioanal Civil, 2021).
1.6.9. Sistema Educativo
El sistema educativo, contenido en el reglamento correspondiente, es el proceso por el que la institución policial forma a sus
integrantes, transmitiéndoles sus conocimientos en las ciencias policiales, tradiciones, valores y cultura, con el fin de mantenerlos en
el cuerpo y permitir su constante desarrollo. Este sistema educativo es irrenunciable y constituye un componente vital en la formación
de un liderazgo moderno. Debe ser respetuoso con la Constitución Política de la Republica, acorde con la legislación y el
reconocimiento de los derechos de la persona humana, propio de una cultura de paz y una convivencia democrática, sujeto a constante
revisión y evolución, para incorporar los avances científicos, técnicos y profesionales que brinden al personal policial las capacidades
y habilidades con las cuales dar solución a los problemas que les corresponda afrontar según las circunstancias.
El sistema educativo policial se articulará en programas que conlleven la profesionalización y especialización, con base en
conocimientos teóricos, tácticos y técnicos de las ciencias policiales, y deberá desarrollarse en un proceso de planificación objetiva,
mediante el cual se integran niveles como los que siguen:
Niveles de educación:
Formación La Academia de la Policía Nacional Civil brinda educación policial a ciudadanos guatemaltecos, a fin de preparar
agentes y futuros oficiales en el desempeño de las actividades policiales y el conocimiento de la realidad social, el respeto a la
diversidad cultural y el desarrollo de sus valores.
Profesionalización En este nivel se brindan la doctrina y el conocimiento de los principios fundamentales para dirigir los esfuerzos en
pro de la seguridad ciudadana y pública, y la aplicación de las capacidades de la Policía Nacional Civil, con el propósito de que sus
elementos ejerzan la función a la que son destinados en los diferentes niveles.
Especialización En este nivel se proporciona el conocimiento policial específico para emplear adecuadamente los métodos básicos
sobre el uso de equipo especial y personal calificado, para garantizar el éxito en el desempeño eficaz y constructivo de las tareas
policiales.(Doctrina Institucional, Policía Nacioanal Civil, 2021).
2.1. La política
La soberanía de Guatemala radica en el pueblo quien la delega, para su ejercicio, en los Organismo del Estado, según lo establecido en
el artículo 141 de la Constitución, los cuales son:
Organismo Legislativo:
Este organismo o poder está ejercido por el Congreso de la República de Guatemala, el cual consta de un hemiciclo formado por 167
diputados de los diferentes distritos electorales para un período de gestión de cuatro años pudiendo ser reelectos mediante el sufragio
universal y secreto. Su función primordial es representar al pueblo, pero también se encarga de decretar, reformar y derogar las leyes
según sea para el beneficio del pueblo guatemalteco. Sus períodos o sesiones ordinarias comenzarán el 14 de enero al 15 de mayo y
del 1 de agosto al 30 de noviembre de cada año, sin necesidad de convocatoria, así también podrá hacerlo en reuniones extraordinarias
cuando sea de principal importancia. El actual Presidente del Congreso de la República de Guatemala es el Señor Allan Estuardo
Rodríguez Reyes. Su sede se encuentra en el Palacio del Congreso de la República de Guatemala, en la 9 Avenida entre la 9 y 10 Calle
de la Zona 1 de la Ciudad de Guatemala.(Politica de Guatemala, 2021)
Organismo Ejecutivo:
Este organismo o poder es ejercido por el Presidente de la República de Guatemala, el Vicepresidente de la República de Guatemala y
los Ministerios del Estado y sus dependencias. Es importante resaltar que este organismo cuenta con su ley propia que norma todo lo
relativo a su estructura, organización y funcionamiento. Su sede se encuentra ubicada en el Palacio Nacional de la Cultura en la zona
uno de la Ciudad de Guatemala. (Politica de Guatemala, 2021) El Presidente y el Vicepresidente de la república son elegidos por un
período improrrogable de cuatro años por medio del sufragio universal y secreto. El Presidente de la República es el Comandante en
Jefe de las Fuerzas Armadas de Guatemala y las Fuerzas Públicas. El actual Presidente de la República de Guatemala es el
Dr. Alejandro Giammattei y actualmente el vicepresidente es Guillermo Castillo Reyes. (Politica de Guatemala, 2021).
Organismo Judicial:
Este organismo es ejercido por la Corte Suprema de Justicia de la República de Guatemala la cual está conformada por 13 magistrados
electos por el Congreso de la República para un período de gestión de cinco años pudiendo ser reelectos. La función de dicho
organismo está establecida en la ley, la establece que la Corte Suprema de Justicia podrá administrar la justicia conforme lo dicte la
Constitución y las demás leyes. El actual Presidente del Organismo Judicial y la Corte Suprema de Justicia es el Señor José Antonio
Pineda Barales, Magistrado Vocal XI. Su sede se encuentra en el Palacio de Justicia en la Zona 4 de la Ciudad de Guatemala. El
máximo tribunal en materia constitucional es la Corte de Constitucionalidad formada por 5 magistrados, los cuales velan porque se
cumpla la Constitución Política de la República de Guatemala. Actualmente el Organismo Judicial encabeza el Sistema de Justicia en
Guatemala. Dicho poder es ejercido por la Corte Suprema de Justicia, Corte de Apelaciones, Tribunales de Primera
Instancia, Juzgados de Paz o Juzgados Menores y demás juzgados que establezca la ley. Cuenta con su propia ley orgánica que se
encuentra contenida en el Decreto 2-89 del Congreso de la República, Ley del Organismo Judicial.(Politica de Guatemala, 2021).
2.2. La pobreza
La estabilidad macroeconómica y el crecimiento económico constante no se ha traducido en mejora de los indicadores sociales o de
las condiciones de vida para el bienestar de la mayoría de la población. El porcentaje de población en pobreza total, es decir, aquella
que alcanza a cubrir el costo del consumo mínimo de alimentos, pero no el costo mínimo adicional para otros bienes y servicios
básicos, es de 59.3%, según datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (INE, 2015). El porcentaje de población en
pobreza total se incrementó en más de ocho puntos desde 2006, cuando fue de 51.2%. La población en pobreza extrema, es decir,
quienes no alcanzan a cubrir el costo del consumo mínimo de alimentos es, según esa Encuesta, de 23.4%, con incremento desde
2006, cuando el porcentaje fue de 15.3. La pobreza extrema se marca con mayor drasticidad entre la población del área rural (35.3%)
y predominantemente indígena (39.8%), ubicada principalmente en las regiones norte (48.0%), noroccidente (34.7%) y nororiente
(31.6%) del país. En el caso de la pobreza total, afecta a 79.2% de la población indígena y a 76.1% de la población rural.
2.3. La educación
Una de las situaciones más apremiantes, en cuanto a educación, es el nivel de cobertura por parte del sistema educativo del país.
Según el Informe de Objetivos de Desarrollo del Milenio -ODM- (SEGEPLAN, 2015), hubo un retroceso en la tasa neta de
escolaridad (TNE) correspondiente al nivel de educación primaria, ya que en 2009 este indicador había alcanzado 98.7%, es decir, el
país se encontraba a poco más de un punto porcentual de lograr el cien por ciento de cobertura para la educación primaria. Sin
embargo, en 2014 este indicador registró un descenso considerable de poco más de 16 puntos porcentuales; la cobertura descendió
hasta 82.02%. La situación en los otros niveles educativos no es del todo favorable: en la medida que aumentan los ciclos educativos
disminuye el porcentaje de población matriculada; se observó que solo cuatro de cada diez adolescentes y dos de cada diez jóvenes se
encontraban cursando ciclo básico y diversificado, respectivamente. En cuanto a las condiciones de acceso a educación por sexo y
etnicidad de la población, la ENCOVI 2014 señala estos aspectos: (GUATEMALA, 2017)
En la población de 15 años y más, es mayor el alfabetismo en los hombres (84.8%) que en las mujeres (74.0%).
En la población de 15 años o más, es mayor el alfabetismo en la población no indígena, tanto para hombres (88.9%) como para
mujeres (83.7%), que en la indígena (hombres, 77.7%, mujeres, 57.6%).
Al desagregar la tasa de alfabetismo por sexo y área de residencia de la población de 15 años o más se obtiene que es mayor el
alfabetismo en la población que habita en el área urbana que en la población que habita en el área rural. (GUATEMALA, 2017)
Lo anterior refleja que las brechas de alfabetización se encuentran principalmente en la población indígena y en las mujeres. En cuanto
al acceso a la educación por parte de las mujeres, se señala como un factor importante la falta de educación sexual integral, que
ocasiona deserción escolar por razones de violación y embarazo. La inversión que Guatemala realiza en este aspecto asciende a 3.2%
del Producto Interno Bruto, según promedio de los últimos diez años, y no ha variado desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1996.
(SEGEPLAN, 2016). Es la mitad del porcentaje promedio de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico -OCDE-. Después de la firma de los Acuerdos de Paz, esta cifra no se ha incrementado. La medida prioritaria 9 orienta a
los países a invertir en la juventud, específicamente en el ámbito educativo, desarrollando políticas públicas que garanticen una
educación gratuita y de calidad, laica, libre de discriminación; además de incorporar la actualización del currículo base, para que la
juventud se desenvuelva con autonomía y responsabilidad y sea capaz de enfrentar los retos actuales de la sociedad. pág. 28 En este
sentido, las políticas educativas planteadas por el Consejo Nacional de Educación8 e implementadas por el Ministerio de Educación
están orientadas a proporcionar y facilitar educación gratuita, laica y sin discriminación; además de impulsar la educación bilingüe
intercultural y el acceso a tecnologías de información y comunicación. La finalidad de dichas políticas consiste en formar ciudadanos
con identidad cultural y que aporten al desarrollo del país; sin embargo, existen barreras que limitan el acceso de las niñas, niños,
adolescentes y jóvenes (especialmente) al sistema educativo; entre otras, las condiciones socioeconómicas (pobreza) culturales,
además de la limitada oferta educativa pública. (GUATEMALA, 2017)
2.4. El desempleo
El término desempleo es sinónimo de desocupación o paro. El desempleo está formado por la población activa en edad de
trabajar, que no tiene trabajo. No se debe confundir la población activa con la población inactiva.
Existen cuatro tipos de desempleo: estos tipos de desempleo son el cíclico, el estructural, el friccional y el estacional.
Desempleo Cíclico o Coyuntural: Es una modalidad de desempleo directamente relacionada con las fases de expansión y recesión de
la economía: cuando la economía va bien el desempleo baja y cuando va mal se dispara. En la actualidad comprobamos como el
desempleo en nuestro país está disminuyendo poco a poco debido a la tímida mejora de la situación económica, síntoma irrefutable
de que está comenzando una etapa de expansión que esperemos avance con la mayor rapidez posible.
Desempleo Estructural: Es una modalidad de desempleo bastante compleja de solucionar, pues se debe a que los empresarios buscan
un perfil profesional que no puede ser cubierto con la demanda de empleo existente. La formación continua y el reciclaje
profesional, sobre todo vinculándolo a las nuevas tecnologías, es la única vía para reducir este tipo de desempleo tan peligroso.
Desempleo Friccional: Este tipo de desempleo hoy día parece ciencia ficción, pues se trata de un desempleo voluntario. Nos
referimos a personas que tienen la opción de trabajar, pero no desean hacerlo. Las razones pueden ser varias. Por ejemplo, son
desempleados friccionales los trabajadores que dejan su empleo para estudiar, para cuidar a sus hijos o porque desean encontrar un
trabajo mejor. La contratación indefinida, unido a políticas de empresa que favorezcan el desarrollo profesional de sus
empleados, suele ser el medio principal para incitar a los trabajadores a que crezcan profesionalmente en su empresa y no se
marchen.
Desempleo Estructural: Es una modalidad de desempleo bastante compleja de solucionar, pues se debe a que los empresarios buscan
un perfil profesional que no puede ser cubierto con la demanda de empleo existente. La formación continúa y el reciclaje
profesional, sobre todo vinculándolo a las nuevas tecnologías, es la única vía para reducir este tipo de desempleo tan peligroso.
La presencia de un elevado desempleo es un problema tanto económico como social. Como problema económico, es un despilfarro de
valiosos recursos. Como problema social es una fuente de enormes sufrimientos, ya que los trabajadores desempleados 42 tienen que
luchar con una renta menor. Durante los períodos de elevado desempleo, las dificultades económicas también afectan a sus emociones
y a la vida familiar. Algunas veces, los países experimentan un elevado desempleo que persiste durante largos períodos.
Además de la población activa, en la que se incluye tanto a los que están trabajando como al conjunto de los parados o desempleados
de un país, las sociedades cuentan con una población inactiva compuesta por aquellos miembros de la población que no están en
disposición de trabajar, sea por estudios, edad, enfermedad o cualquier otra causa legalmente establecida.
En Guatemala la informalidad laboral asciende a 70.2 por ciento, el subempleo es visible a un 9.4 por ciento y el desempleo abierto
alcanza un 2.5 por ciento, según expuso el presidente, Alejandro Giammattei en su discurso en la Cumbre Mundial de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) sobre COVID-19 y el mundo del trabajo. Además, destacó que la actual crisis sanitaria ha afectado el
crecimiento económico y la rentabilidad de las empresas, así como la generación de empleo.
Asimismo, el 99.9 por ciento de las unidades productivas son micro empresas y medianas empresas. Ante ello el mandatario detalló
que trabajan en una Estrategia Nacional para la Formalización a corto y mediano plazo se realice la transición de a la economía formal
de las empresas y los empleos que generan.
“El mundo entero enfrenta una situación sin precedente, 4 de cada 5 personas de los 3.3 millardos de la fuerza laboral son afectados
por cierres parciales o totales de sus lugares de trabajo sobre todo porque 2 millardos se desempeñan en el mercado informal” resaltó
Giammattei.
El gobierno de Guatemala implementó 15 programas sociales para mitigar los efectos de las medidas de contención de pandemia.
Estos programas tienen una asignación de US$1.8 millardos de los cuales US $672 millones 500 mil son asignados a cuatro programas
que tienen como objetivo la estabilidad de las empresas y la sostenibilidad de los empleos.(Sapalú, 2020)
La violencia no sólo plantea graves obstáculos al afianzamiento de la democracia sino también impone altos costos al desarrollo del
país. El principal, es el costo humano producido por la muerte, las heridas, mutilaciones e invalidez de las personas que son víctimas
de la violencia. Aparte del inmedible dolor humano que estos hechos implican, imponen también, un lastre económico al país que
coarta sus prospectos de desarrollo.
La violencia disminuye la actividad económica aumentando los costos directos en cuanto a seguridad que las empresas y los
individuos deben incurrir para trabajar. En un ambiente inseguro los negocios y los hogares se ven necesitados de
contratar empresas privadas de seguridad, instalar alarmas y utilizar otros medios de prevención situacional como candados, perros, y
protecciones físicas. Los recursos del presupuesto nacional son desviados desde la inversión social o productiva hacia el
financiamiento de las instituciones encargadas de la seguridad pública que se ven sobrecargadas en las exigencias que el contexto les
impone. También se ve afectada la salud pública por cuanto preciosos recursos que podrían destinarse a programas de salud preventiva
o a mejorar la calidad de la atención brindada a los enfermos deben ser reorientados hacia la atención urgente de víctimas de heridas
por arma de fuego u otras lesiones producidas por la violencia. El país sufre una desviación de la inversión directa internacional y una
pérdida de ingresos por turismo cuando cierta proporción de los inversionistas y vacacionistas extranjeros prefiere invertir o viajar a
un destino con mayores niveles de seguridad. La violencia produce pérdidas en años de vida saludable (AVISAS) de su población
económicamente activa. Este tiene el costo económico equivalente al valor presente de los salarios e ingresos promedio que una
víctima de homicidio dejará de percibir (y generar) para la economía. El PNUD en Guatemala y El Salvador ha llevado a cabo
recientemente estudios de cuantificación de los costos económicos que la violencia tiene en ambos países.
Como lo demuestran estos estudios son altísimos los recursos que estos países están perdiendo cada año por causa de la violencia. Esta
riqueza perdida pudiera utilizarse para dinamizar la economía e invertir en la generación de mayor
desarrollo social.
Además de las graves consecuencias en el nivel agregado descritas, la situación de inseguridad y violencia afecta la vida de las
personas día a día. La gravedad y alta incidencia de crímenes como los homicidios, secuestros y violaciones hace que estos hechos
tomen gran notoriedad en los medios de comunicación y afecten la tranquilidad con que viven las personas.
Existe también una alta ocurrencia de otro tipo de hechos delictivos más comunes a los cuales un mayor porcentaje de la población
está expuesto todos los días como robos, hurtos, amenazas, estafas, y lesiones. El sentirse expuesto a una alta probabilidad de ser
víctima de un hecho ilícito que puede implicar violencia física genera en la población una sensación de temor que no le permite
desarrollar sus actividades diarias con tranquilidad. Esta situación genera tensión nerviosa que tiene efectos sobre la salud mental y
física de la población.
La violencia experimentada por la sociedad guatemalteca durante la épocadel conflicto armado y la situación de inseguridad
imperante han favorecido la presencia de sospecha, miedo, y falta de confianza en las relaciones sociales. Esta situación afecta las
estructuras sociales y la construcción o mantenimiento del capital social productivo, así como el tejido social. Las personas no se
sienten seguras de transitar las calles, utilizar el transporte público, ni hacerse dueña de los espacios urbanos. Esto incide sobre el
distanciamiento
entre las personas y afecta su capacidad de llevar a cabo una vida social activa y
enriquecedora. Estos factores inhiben la posibilidad de desarrollar una vida digna
y plena. (Desarrollo, 2007).
Para el diseño e implementación adecuados de políticas públicas y para la generación de propuestas por parte de las organizaciones de
la sociedad civil es central en primer término conocer de la mejor manera posible el fenómeno a tratar. El abordaje de la problemática
impuesta por la violencia y la inseguridad asílo requiere. Para generar este conocimiento existen distintas fuentes y herramientas que
pueden ser utilizadas.
La primera fuente de información a utilizar para conocer la problemática son las estadísticas oficiales recolectadas por las instituciones
del Estado del sector justicia y seguridad.7 Aún no existe en Guatemala un sistema unificado de recopilación de datos sobre violencia
y las capacidades para el análisis aún no son fuertes. A pesar de esto sí existen datos suficientemente sólidos sobre delitos de alta
notoriedad social como los homicidios que permiten generar una idea sobre la dimensión y distribución de la violencia grave en el
país.
Las estadísticas oficiales otorgan datos recabados directamente mediante las denuncias recibidas o el registro de hallazgos de los
operadores de las instituciones. Esto, sin embargo, es sólo una fracción de los delitos y faltas que suceden en realidad. Una parte
importante de los hechos ilícitos acaecidos que constituye la victimización queda sin ser denunciada o registrada en las estadísticas
oficiales por diversas razones. Entre éstas se puede mencionar la falta de confianza en el sistema, la percibida falta de gravedad de
algunos hechos, lo engorroso del trámite, o la resolución por medios alternativos, por ejemplo.
Para conocer el fenómeno de la victimización en su totalidad se hace necesario hacer uso de otros instrumentos de la investigación
social con las encuestas de hogares. Las encuestas permiten construir una visión sólida del fenómeno de la inseguridad preguntando
directamente a las víctimas, la población, sobre lo que han vivido. Además, las encuestas permiten hacer preguntas sobre la
percepción general que las personan tienen respecto a los temas de delincuencia y violencia. Esto permite conocer la percepción de
inseguridad, o nivel de temor, con que vive la población. Si las encuestas son llevadas a cabo de manera periódica es posible observar
tendencias de los indicadores y recabar información que permita evaluar el efecto que distintos tipos de intervenciones, positivas o
negativas, han tenido sobre la situación.Las encuestas funcionan llevando a cabo una selección de un número suficientemente grande
de casos por medios aleatorios, selección al azar. La ciencia estadística ha desarrollado métodos para que esta selección de la muestra
logre, con un nivel de seguridad y margen de error definidos, representar adecuadamente la realidad dela población total que se ha
decidido estudiar.
Uno de los principales datos que producen las encuestas es la proporción de hechos ilícitos sufridos por la población que no han sido
denunciados durante el período, la denominada cifra oculta. Además, los datos recabados permiten caracterizar los hechos ilícitos
sufridos por la población incluyendo los que hacen parte de la cifra oculta y de esta manera se complementa la información que puede
obtenerse de las estadísticas oficiales permitiendo un entendimiento más completo de la realidad social.
La principal ventaja que presentan las encuestas es su capacidad de abarcar amplios universos sociales como pueden ser ciudades,
municipios o países. Su poder está en la capacidad de descripción cuantitativa de la realidad permitiendo caracterizar el fenómeno del
delito, la violencia y la inseguridad. Los datos recabados pueden serán analizados en busca de relaciones y patrones presentes en los
datos que tomando en cuenta la aleatoriedad permiten hacer inferencias sobre la población total.
Las encuestas pueden dar respuestas al qué, cuánto, dónde, cuándo, quién, cómo están siendo las personas victimizadas. Entregan
también información sobre cómo se está sintiendo la población respecto a la problemática de la violencia y la inseguridad. Otras
herramientas de la investigación social pueden utilizarse para profundizar en el conocimiento sobre problemas específicos o si se
quiere entender cómo está siendo afectado cierto sector de la población. Para ello pueden utilizarse herramientas cualitativas como las
entrevistas y los grupos focales que permiten conocer aspectos específicos del fenómeno en mayor profundidad. Ambos tipos de
investigación son complementarios y debe impulsarse su utilización combinada para enriquecer nuestro entendimiento del fenómeno.
Se inicia la presentación de datos sobre la situación de violencia e inseguridad refiriéndose a algunos de los principales indicadores
utilizados en su medición, a decir, la frecuencia de los homicidios registrados en el país, la tasa por cada 100,000 habitantes, y
comparaciones de Guatemala y la Ciudad de Guatemala con otros países y ciudades del continente americano.
El gráfico permite apreciar los cambios en las magnitudes de la violencia homicida en el país. Desde una tendencia al alza que duró
hasta 1997 comenzó en 1998 a producirse una disminución significativa en la violencia homicida.
La disminución, sin embargo, duró sólo hasta 1999, momento después del cual la violencia homicida ha aumentado en promedio a un
ritmo superior al 12% por año. Posiblemente la principal conclusión que producen estos datos es que es posible reducir la violencia
significativamente en Guatemala. Se hace necesario estudiarlas medidas de control de la criminalidad y las dinámicas
socioeconómicas que favorecieron la disminución en la violencia entre 1997 y 1999.
Es probable que la firma de los Acuerdos de Paz y el inicio de la implementación de importantes reformas como la instalación de la
nueva Policía Nacional Civil
hayan sido factores significativos en la disminución en la violencia homicida.
Del mismo modo es importante profundizar en cuáles fueron los factores que contribuyeron a la pérdida de gobernabilidad en el sector
seguridad que permitieron el inicio del ascenso sostenido en los niveles de violencia homicidios desde de 1999 y que se mantiene
hasta la fecha de este estudio. La evolución de la violencia homicida es descrita de manera muy similar por medio de la tasa de
homicidios por cada 100,000 habitantes. En el Gráfico Victimización datos oficiales 2 se aprecia que de una tendencia alcista se llevó
a cabo una reducción desde 1997 hasta 1999, después de lo cual se observa un incremento sostenido en este importante indicador.
La importancia de la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes como indicador de violencia es que permite comparar los datos
de un país o ciudad con los de otros países y ciudades. Básicamente lo que informa este indicador es
la proporción de la población total que ha sido víctima de homicidio durante un período determinado (usualmente un año).
La tasa se calcula dividiendo el número total de homicidios registrado en una realidad social determinada (ciudad y país) durante un
período de tiempo determinado por el total de la población de ese lugar y multiplicando por 100,000.
Para hacer el cálculo de la tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes deGuatemala se ha utilizado los datos de homicidios
registrados por la Policía Nacional Civil y datos de población del Instituto Nacional de Estadísticas.
Para los años anteriores al último censo (2002) se ha calculado el crecimiento anual de la población desde el censo anterior (1994) que
ha permitido llegar al dato de 2002 (3.81% anual). Después de 2002 se ha usado una proyección realista de
crecimiento poblacional de 2.6% anual. Con este dato construido es posible comparar la magnitud de la violencia homicida en
Guatemala con otros países. El Gráfico Victimización datos oficiales 3 posiciona a Guatemala en relación con otros países del
continente en cuanto a la violencia homicida.
Se aprecia que Guatemala se encuentra entre los países más violentos del continente. De hecho, el “Triángulo Norte” de
Centroamérica (El Salvador, Honduras y Guatemala) presenta niveles de violencia considerablemente superiores a Colombia, el único
país de la región que continúa viviendo un conflicto armado interno. El mismo tipo de comparación internacional puede llevarse a
cabo tomando como unidad de análisis ciudades. En el Gráfico Victimización datos oficiales 4 pueden observarse las tasas de
homicidios por cada 100,000 habitantes de algunas ciudades del continente.
Para el caso de las ciudades seleccionadas vemos que la capital guatemalteca se posiciona muy por encima de ciudades consideradas
muy violentas como Detroity Río de Janeiro. La ciudad de Guatemala es uno de los lugares más violentos del continente.
Es notable el caso de Medellín que muestra una tasa de homicidios por cada100,000 habitantes de 29.4 en 2006, habiendo estado en
un nivel de 220 hace tan poco como 2001. Este es un ejemplo excelente de lo que se puede lograr cuando las autoridades abordan con
mayor responsabilidad y con enfoques más integrales la seguridad logrando promover condiciones para mayor participación social.
Comparando la situación de violencia de algunos departamentos del Triángulo Norte centroamericano que contienen algunas de las
principales urbes podemos ver que todos tienen elevadas tasas de homicidios por cada 100,000 habitantes. El departamento de
Guatemala presenta niveles más altos que San Salvador, Cortés (en que se encuentra San Pedro Sula) y Francisco Morazán (en que se
encuentra Tegucigalpa).
El Gráfico Victimización datos oficiales 6 continúa la comparación entre los países del Triángulo Norte de Centroamérica y
profundiza el análisis al incluir la variable étnica. Si dividimos los municipios de Guatemala entre los que tienen mayoría
de población indígena y los que tienen mayoría de población no indígena12 y calculamos la tasa de homicidios por cada 100,000
habitantes de cada grupo obtenemos resultados reveladores.
Los municipios con población mayoritariamente indígena tienen niveles de violencia homicida significativamente más bajos (Thpcmh
= 15.78) que aquellos municipios con población mayoritariamente no – indígena (Thpcmh = 58.21). El Salvador y
Honduras tienen distribuciones poblacionales en cuanto a etnicidad más similares al grupo de municipios no – indígenas de
Guatemala. Por lo tanto, al comparar la
‘Guatemala mayoritariamente no – indígena’, más parecida a la situación de sus vecinos en cuanto a lo étnico, vemos también que se
obtienen niveles similares en el indicador de violencia homicida (58.21).
Permite visualizar la distribución de la violencia homicida a través de Guatemala. El mapa divide al país en sus municipios y los
clasifica en relación conla tasa de homicidios por cada 100,000 habitantes (thpcmh).
Se han establecido cuatro rangos para dicha clasificación, el primero (blanco) incluye a los municipios con thpcmh de 0 a 10. Este
nivel es inferior al nivel de ‘epidemia’ de acuerdo con la clasificación que en este sentido hace la Organización
Mundial de la Salud. El siguiente rango (rosado), de 11 a 47, agrupa a los municipiosque están ya en nivel de ‘epidemia de violencia’
y están por debajo de la thpcmh del país como un todo. En anaranjado son coloreados los municipios que tienen
una thpcmh por encima de la media nacional, pero por debajo de la thpcmh dela Ciudad de Guatemala. El cuarto rango (café) va de
109 a 202 e incluye a los
municipios más violentos de Guatemala con thpcmh por encima del altísimo nivel
de la Ciudad de Guatemala.
El mapa permite apreciar que los municipios más violentos se distribuyen a través de lo que podemos denominar el ‘corredor de la
violencia’ que parte en la costa Atlántica, pasa por la zona oriental y la capital, recorriendo luego la zona de la costa sur hasta llegar a
la frontera con México en Tecún Umán (Ayutla). La otra área de importancia en cuanto a la distribución de la violencia es El Petén.
En ese departamento se ubican cuatro de los 15 municipios más violentos del país (ver Cuadro Victimización 1). Es muy dramático el
caso de San Benito que presenta una thpcmh de 202 con un tamaño de población considerable de 33,161.
Violencia y Etnicidad permite apreciar visualmente lo expuesto anteriormente sobre la desigual distribución de la violencia entre los
municipios con mayoría de población autodefinida como indígena y los municipios con mayoría de población autodefinida como no
– indígena. Los municipios coloreados azul son aquellos donde más del 50% de la población se ha autodefinido como indígena en
el censo 2002. Los puntos representan 10 homicidios por cada 100,000 habitantes. Es posible apreciar que los puntos tienden a
concentrarse más en los municipios sin color que son aquellos donde la mayor parte de la población se autodefine
como no indígena. Algunos municipios con mayoría indígena cercanos a la capital (Sacatepéquez y Chimaltenango) presentan cierta
concentración de puntos indicativos de violencia homicida. Sin embargo, el mapa demuestra que la mayor parte del área indígena del
altiplano occidental y el norte de los departamentos de Huehuetenango, Quiché y Alta Verapaz, presentan bajas concentraciones de
puntos indicativos de violencia homicida.
Violencia y Pobreza nuevamente permite establecer interesantes relaciones entre variables. En este caso se puede apreciar que los
municipios más pobres, dónde más del 25% de la población se encuentra en situación depobreza,13 no son los lugares donde se
concentran los puntos indicativos de violencia homicida. Utilizando estos datos no es posible establecer una relación positiva
entre pobreza y violencia. Vale la pena notar que los mapas permiten ver que el área de mayor pobreza de Guatemala es similar al
área de mayor población indígena. Como es sabido, la pobreza en Guatemala afecta más a la población indígena que a la no
indígena.
Violencia Homicida por Sexo En Guatemala, como en otros países de América Latina, la violencia contra las mujeres reviste especial
importancia y debe ser una preocupación central de las iniciativas de prevención y reducción del crimen y la violencia. De especial
relevancia en este sentido es la violencia homicida contra las mujeres. A este fenómeno sele ha designado el neologismo ‘femicidio’
como una combinación de la palabra femenino y la terminación –cidio- (muerte, asesinato).
Por esta razón el porcentaje de femicidios, como parte del total de homicidios,
no ha crecido de una manera tan pronunciada como la frecuencia total. Este dato
es graficado con la línea roja. Llama la atención el aumento en la proporción de mujeres asesinadas registrado en el año 2004
(12.4%).14En promedio el porcentaje de mujeres asesinadas entre 2001 y 2006 ha sido 9.9%del total de homicidios reportados en el
mismo período. Este análisis cuantitativo no desmerece la gravedad social del fenómeno del femicidio en una sociedad. Una
apreciación de las dimensiones reales de este fenómeno amerita una investigación independiente que contribuya a precisar y orientar a
las autoridades públicas sobre esta grave problemática.(Desarrollo, 2007)
El narcotráfico se ha expandido en un contexto que ha permitido su fortalecimiento como industria, en el marco de una intensa
producción y emisión de significaciones construidas históricamente que tienden hacia la justificación implícita y la promoción de
ciertas facetas de la actividad. En primera instancia, el narcotráfico tiene una elevada correlación con la pobreza, y aunque no es esta
su única causalidad, es evidente que las condiciones socioeconómicas han sido determinantes en la incorporación al negocio de sujetos
provenientes de sectores arruinados o empobrecidos, estratos populares y marginados con un bajo nivel de instrucción. (Simonett,
2004, pág. 139).
Las dimensiones del tráfico de drogas y sus enormes ganancias lo hacen un negocio de gran rentabilidad y fuente primordial de
empleo para dichos grupos y sectores; es una actividad difícilmente desdeñable debido a las enormes carencias y la situación de
pobreza y marginación en las que han vivido. La rapidez con que los narcotraficantes adquieren los recursos se ha convertido en la “…
esperanza de salida de las condiciones deprimidas, sumergidas, de ascenso social y de participación en los beneficios de lo que pueda
haber de crecimiento y modernización.” (Kaplan, 1992, pág. 110) Es precisamente éste su núcleo de penetración social, en tanto
contrasta con la cada vez menor capacidad adquisitiva de
Las pandillas y la delincuencia común florecen bajo las mismas condiciones que les permiten a los narcotraficantes operar con
flagrante impunidad: fuerzas policiales desmoralizadas, un sistema judicial que suele ser objeto de intimidaciones y corrupción y una
población que desconfía de las entidades encargadas de aplicar la ley, a tal punto que los ricos dependen de fuerzas de seguridad
privada en tanto que los pobres se arman para formar grupos de autodefensa. Durante la última década, la tasa de homicidios ha
duplicado, pasando de veinte a más de cuarenta por 100.000 habitantes. Mientras que los traficantes contribuyen a la ola de
delincuencia en regiones fronterizas y a lo largo de los corredores del narcotráfico, pandillas de jóvenes siembran el terror en los
barrios de Ciudad de Guatemala. En décadas anteriores, el mismo Estado fue el violador más prolífico de derechos humanos. Durante
el conflicto que duró 36 años y que terminó en los acuerdos de paz de 1996, las fuerzas armadas asesinaron a opositores en zonas
urbanas y arrasaron con poblaciones ante la sospecha de que éstas servían como escondites para las fuerzas guerrilleras. Justo cuando
Guatemala se recuperaba de años de violencia política, el control del narcotráfico sudamericano se desplazaba de Colombia hacia
México. El aumento en la interdicción en el Caribe y el arresto de líderes de carteles colombianos les permitió a los traficantes
mexicanos comenzar a tomar las riendas de la distribución de estupefacientes a finales de la década de 1990. La ofensiva contra el
narcotráfico lanzada por el presidente mexicano Felipe Calderón después de 2006, obligó a los narcotraficantes a importar mayores
cantidades de drogas a Centroamérica para luego transportarla hacia el norte por tierra. El envío de más estupefacientes a través de
Centroamérica ha tenido un efecto multiplicador sobre las actividades ilegales. La violencia es especialmente intensa en los
departamentos costeros y fronterizos, donde los narcotraficantes y las pandillas han diversificado sus actividades para incluir, entre
otras, el microtráfico, la prostitución, la extorsión y el secuestro.
En algunas regiones, los narcotraficantes se han convertido en empresarios prominentes, con negocios lícitos e ilícitos. Ellos
participan en eventos comunitarios, distribuyen regalos a los necesitados y financian campañas políticas. Sus secuaces
fuertemente armados ofrecen protección contra otras pandillas y la delincuencia común. Aquellos que financian el cultivo de
amapola ofrecen a comunidades indígenas empobrecidas ingresos monetarios superiores a cualquiera que hayan conocido antes.
Pero estos grupos de narcotráfico a nivel nacional operan también con impunidad a la hora de tomar tierras e intimidar o eliminar
a competidores. La policía y las autoridades judiciales locales oponen poca resistencia, al carecer de recursos y ser objeto de una
desconfianza generalizada. (informe sobre América Latina, 2011).
Dos semanas después de que la Corte Constitucional declarara procedentes las órdenes judiciales, la fiscalía aprovechó la
oportunidad para detener al jefe de la familia Lorenzana sin generar alboroto. Cuando las escuchas telefónicas revelaron que él
planeaba viajar sin su equipo usual de seguridad, los investigadores decidieron actuar rápidamente. Según los fiscales, los
preparativos para el operativo se mantuvieron en secreto con el fin de evitar filtraciones de información que suelen permitir que
los prófugos huyan poco antes de la llegada de la policía. Reunieron a diez oficiales élite de la policía sin revelar la índole de su
misión.105 Guardar el secreto valió la pena cuando el equipo logró tomar por sorpresa al patriarca de 72 años, quien estaba
desarmado.(informe sobre América Latina, 2011)
Estas tradicionales agrupaciones criollas (“los narcotraficantes decentes” los llamó un funcionario de la presidencia) no han
participado en los dramáticos actos de violencia indiscriminada que han caracterizado a algunos grupos mexicanos como los Zetas.
Por el contrario, combinan la intimidación con la generosidad.113 “Es un error pensar que los narcotraficantes son en su esencia
violentos”, dijo Sandino Asturias, del Centro de Estudios Guatemaltecos. “Buscan convertir a la comunidad en una base social que los
protege y les suministra una inteligencia buena sobre los movimientos tanto de la policía como de sus competidores. (informe sobre
América Latina, 2011)
2.7. La salud
La situación de salud de Guatemala evidencia importantes brechas entre diversos grupos de población, especialmente entre la que
reside en área urbana y rural; así como entre la población pág. 13 indígena y no indígena. Estas brechas se han construido
históricamente y están relacionadas con las deficiencias del sistema, el que presenta un rezago de casi 40 años. Los indicadores de los
ODM tienen una evolución positiva, pues algunas de las metas de salud se alcanzaron, tal es el caso de la mortalidad infantil, que se
redujo a 28 por cada 1 000 en el año 2014, en relación con 73 por cada 1 000 que se presentaron en 1987. En relación con la Razón de
Mortalidad Materna -RMM- el último dato disponible en Guatemala es de 113 por cada 100 000 nacidos vivos y corresponde al año
2013. El perfil epidemiológico de la mujer-madre guatemalteca en edad reproductiva señala que ha fallecido por circunstancias,
factores y causas relacionadas con la hemorragia, hipertensión e infección durante el embarazo, parto y puerperio. Estas circunstancias
continúan sin modificaciones significativas, es decir: mujer adulta, joven, indígena, multípara, del área rural, con bajo nivel de
escolaridad, con mayor nivel de necesidad insatisfecha de planificación familiar (SEGEPLAN, 2017. Pág. 107). La mortalidad
materna tiene mayor incidencia en la población de mujeres indígenas que en la población mestiza. El estudio Desigualdades en Salud
en Guatemala, realizado en 2016 por la Oficina Panamericana de la Salud -OPS-, refiere que en los departamentos de las regiones
norte y noroccidental del país, con predominante población indígena, rural y con baja escolaridad o analfabetismo y mujeres pobres de
áreas urbanas se presentan los niveles más altos de muertes maternas y los porcentajes más bajos de partos atendidos por personal
especializado (SEGEPLAN, 2016. Pág. 12). Un problema de salud pública lo constituyen los embarazos en niñas menores de 14 años.
Aun cuando se ha tipificado la violación sexual como delito, los casos de embarazo de niñas menores se siguen presentando y, además
de ser una clara violación a la Ley, es un hecho que cambia totalmente la vida de las adolescentes, sus posibilidades de desarrollo e
impacta negativamente en sus familias. Esta situación está tipificada como violación sexual en la Ley contra la Violencia Sexual,
Explotación y Trata de Personas (Ley VET). El gasto en general en el sector salud en Guatemala representó 6.3% del PIB nacional en
el año 2015. En la región centroamericana el gasto total promedio en atención de salud va desde 5.4% en Belice, hasta 9.9% en Costa
Rica (SEGEPLAN, 2016. Pag. 32).(GUATEMALA, 2017).
2.8.1. La Violencia
En términos generales es factible proponer que los altos índices de violencia e inseguridad que padece Guatemala están relacionados
con dos grandes líneas causales: la exclusión social y la falta de aplicación de la ley. Estas dimensiones se relacionan y se refuerzan
entre sí.
Los beneficios generados por el razonable nivel de crecimiento de la economía guatemalteca no son distribuidos equitativamente entre
los distintos estratos sociales. Guatemala es uno de los países más desiguales de América Latina2 lo cual combinado con muy altos
niveles de pobreza3 produce una grave situación de tensión social.
Decenas de miles de jóvenes se integran cada año a la población económicamente activa, pero el mercado de trabajo no genera
suficientes puestos para absorber el aumento de la oferta. El sistema educativo no brinda a los jóvenes adecuadas capacidades para
integrarse al mundo laboral y se ven en la necesidad de buscar medios de vida en la economía informal. Una pequeña fracción de esta
población –afectada además por condiciones sociales negativas como débiles mecanismos de integración social familiares,
discriminación y victimización– puede tender hacia acciones transgresoras de la ley. Por otro lado, y probablemente con mayor efecto
sobre los niveles de violencia, el Estado guatemalteco se encuentra en una situación de grave debilidad institucional para hacer frente
a esta problemática.
Existen en Guatemala grupos clandestinos que operan violentamente respondiendo a los intereses de redes de individuos poderosos
que se enriquecen por medio de actividades ilícitas como contrabando de bienes; secuestros; tráfico de personas, de armas y
municiones; y tráfico de narcóticos.(Desarrollo, 2007).
Estas redes tienen sus orígenes en la economía política de la violencia4 creada durante el conflicto armado interno. Estas
organizaciones mantienen vínculos con instituciones del Estado y con sectores influyentes de la sociedad. Los altos
niveles de impunidad5 prevalecientes y la debilidad de las instituciones estatales encargadas de la justicia y la seguridad pública son
fomentados por estas redes de acción criminal por medio de acciones corruptivas y coercitivas.(Desarrollo, 2007).
Es uno de los problemas criminológicos que crece cada día más, no solo en Guatemala, sino también en el mundo entero; es una de las
acciones socialmente negativas que va a lo contrario fijado por la ley y a las buenas costumbres creadas y aceptadas por la sociedad.
La delincuencia juvenil es un fenómeno social que pone en riesgo la seguridad pública de la sociedad, así mismo va contra las buenas
costumbres ya establecidas por la sociedad. “La delincuencia juvenil es un fenómeno de ámbito mundial, pues se extiende desde los
rincones más alejados de la ciudad industrializada hasta los suburbios de las grandes ciudades, desde las familias ricas o acomodadas
hasta las más pobres; es un problema que se da en todas las capas sociales”.(Chíu De León, 2010)
Las actividades ilegales que desarrollan jóvenes, cuya conducta no discurre por unas causas sociales aceptadas ni sigue las mismas
pautas de integración que la mayoría, no surgen repetidamente; sino que forman parte de un proceso gradual de socialización desviada
que poco a poco se va agravando. Este proceso se manifiesta más agudamente en la adolescencia, cuando el joven está más capacitado
para realizar acciones por cuenta propia. Entre adolescentes no se puede considerar la existencia de un solo tipo de delincuente, ya que
se observan entre ellos diferentes modos de comportamiento y actos de distinta gravedad. En algunos jóvenes, la delincuencia es algo
transitoria, utilizando para llamar la atención a falta de autodominio, mientras que para otros se convierte en norma de vida. Cuando
más joven sea el delincuente, más probabilidades, habrá de que reincida, y los reincidentes, a su vez son quienes tienen más
probabilidades de convertirse en delincuentes adultos. Unas de las razones por las que la delincuencia alcanza su máxima frecuencia
entre la adolescencia media y la final es que, en esta época, muchos jóvenes son capaces de aprender a adaptarse por sí mismos; sin el
auxilio de padres o tutores.(Chíu De León, 2010)
2.8.4. El desempleo
La presencia de un elevado desempleo es un problema tanto económico como social. Como problema económico, es un despilfarro de
valiosos recursos. Como problema social es una fuente de enormes sufrimientos, ya que los trabajadores desempleados 42 tienen que
luchar con una renta menor. Durante los períodos de elevado desempleo, las dificultades económicas también afectan a sus emociones
y a la vida familiar. Algunas veces, los países experimentan un elevado desempleo que persiste durante largos períodos.(Chíu De
León, 2010).
La violencia intrafamiliar consiste en todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la
calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él, o sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea
recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive; del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente. También habrá violencia
intrafamiliar cuando la conducta de maltrato precedente ocurra entre los padres de un hijo común, recaiga sobro persona menor de
edad o discapacitada que se encuentre bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo familiar.(Chíu De
León, 2010)
2.8.6. Falta de valores positivos.
La inexistencia de valores positivos es un tema de vital importancia en la familia. Se vive en una época donde los valores humanos
están siendo menospreciados, y ahora cualquier persona que hable sobre valores; la gente por lo general la considera anticuada o
pasada de moda. Los valores se tienen que adoptar a la forma de vivir en esta sociedad, la cual es cada día más liberalista, hoy en día
lo que está de moda, son aquellos valores que nos permitan ser libres; y que nos ayuden a evadir responsabilidades. (Chíu De León,
2010).
Muy probablemente la sociedad y la gente no se dan cuenta que definitivamente los valores no pueden pasar de moda y mucho menos
se pueden quedar guardados, ya que los valores jamás tienen que quedarse enterrados, ya que son muy importantes en la vida, y
también lo tienen que ser para las nuevas generaciones, ya que los mismos proporcionan una vida llena de respeto, sinceridad, buen
comportamiento, amor, sabiduría y generosidad. Ellos evitan conflictos sociales como guerras, hambre, avaricia, prostitución,
enriquecimiento ilícito; tantas y tantas cosas 37 que seguramente han surgido por el poco o nulo conocimiento de los grandiosos
valores.(Chíu De León, 2010).
Los hijos que crecen en un hogar desintegrado o de padres divorciados aprenden que el matrimonio no importa y que no tiene valor;
siendo su disolución la solución efectiva para los problemas en el hogar.