Boom Latinoamericano
Boom Latinoamericano
Boom Latinoamericano
Luego del Modernismo, el mundo ha entrado en una creciente evolución cultural y científica, rompiendo
paradigmas constantemente y apoyando la idea de creatividad y originalidad en todos los ámbitos. En
cuanto a la literatura, este proceso no ha sido desconocido por ella, haciendo que hoy en día puedan
encontrarse obras literarias que tratan de cualquier tema, para el gusto de todos los lectores. Por otra parte,
el mayor acceso a la educación que se ha implementado en casi todos los países del mundo, los
fenómenos de globalización, la internet y los avances en comunicación y acceso a la información con los
que contamos hoy en día, han aumentado la demanda de literatura de manera importante y han hecho que
esta sufra cambios considerables, de los que hablaremos en este capítulo. El Boom latinoamericano fue la
exportación al mundo de la identidad conseguida durante el Modernismo por los escritores de nuestro
continente, mostrándole al mundo la excelente calidad de la literatura que se producía en América del Sur,
que reflejaba los procesos sociales que atravesaba la población, no solo regional, sino la de todo el mundo,
haciendo que los lectores de otros países también se sintieran identificados con los personajes de las
narraciones que se creaban a muchos kilómetros de distancia. Luego del Boom, la literatura se dejó llevar
por la experimentación, y en la época contemporánea se han desarrollado innumerables formas de
expresión cultural, que no siguen parámetros específicos, pero que responden a ciertos puntos en común
que se conocerán a continuación. Documéntese. https://www.youtube.com/watch?v=gASMGN-AU6I
Lee el siguiente fragmento y responde en las siguientes preguntas:
− Cuatro –dijo el Jaguar. Los rostros se suavizaron en el resplandor vacilante que el globo de luz difundía por
el recinto, a través de escasas partículas limpias de vidrio: el peligro había desaparecido para todos, salvo
para Porfirio Cava. Los dados estaban quietos, marcaban tres y uno, su blancura contrastaba con el suelo
sucio. − Cuatro –repitió el Jaguar–. ¿Quién? − Yo –murmuró Cava– dije cuatro. − Apúrate –replicó el Jaguar–
. Ya sabes, el segundo de la izquierda. Unidad 4. Convencemos y nos convencen con buenos argumentos
Entendemos por… Boom. (Voz inglesa).Éxito o auge repentino de algo, especialmente de un libro. El Boom
de la novela hispanoamericana. Antagonista.Que obra en sentido opuesto. Persona opuesta o contraria a
otra. Cava sintió frío. Los baños estaban al fondo de las cuadras, separados de ellas por una delgada puerta
de madera, y no tenían ventanas. En años anteriores, el invierno sólo llegaba al dormitorio de los cadetes,
colándose por los vidrios rotos y las rendijas; pero este año era agresivo y casi ningún rincón del colegio se
libraba del viento, que, en las noches, conseguía penetrar hasta en los baños, disipar la hediondez acumulada
durante el día y destruir su atmósfera tibia. Pero Cava había nacido y vivido en la sierra, estaba acostumbrado
al invierno: era el miedo lo que erizaba su piel.
− ¿Se acabó? ¿Puedo irme a dormir? -dijo Boa: un cuerpo y una voz desmesurados, un plumero de pelos
grasientos que corona una cabeza prominente, un rostro diminuto de ojos hundidos por el sueño. Tenía la
boca abierta, del labio inferior adelantado colgaba una hebra de tabaco. El Jaguar se había vuelto a mirarlo.
− Entro de imaginaria a la una –dijo Boa–. Quisiera dormir algo. − Váyanse –dijo el Jaguar–. Los despertaré
a las cinco. Boa y Rulos salieron. Uno de ellos tropezó al cruzar el umbral y maldijo. − Apenas regreses, me
despiertas –ordenó el Jaguar–. No te demores mucho. Van a ser las doce. − Sí – dijo Cava. Su rostro, por lo
común impenetrable, parecía fatigado–. Voy a vestirme. Salieron del baño. La cuadra estaba a oscuras, pero
Cava no necesitaba ver para orientarse entre las dos columnas de literas; conocía de memoria ese recinto
estirado y alto. Lo colmaba ahora una serenidad silenciosa, alterada instantáneamente por ronquidos o
murmullos. Llegó a su cama, la segunda de la derecha, la de abajo, a un metro de la entrada. Mientras sacaba
a tientas del ropero el pantalón, la camisa caqui y los botines, sentía junto a su rostro el aliento teñido de
tabaco de Vallano, que dormía en la litera superior. Distinguió en la oscuridad la doble hilera de dientes
grandes y blanquísimos del negro y pensó en un roedor. Sin bulla, lentamente, se despojó del pijama de
franela azul y se vistió. Echó sobre sus hombros el sacón de paño. Luego, pisando despacio porque los
botines crujían, caminó hasta la litera del Jaguar, que estaba al otro extremo de la cuadra, junto al baño. −
Jaguar. − Sí. Toma. Cava alargó la mano, tocó dos objetos fríos, uno de ellos áspero. Conservó en la mano
la linterna, guardó la lima en el bolsillo del sacón.
− ¿Quiénes son los imaginarias? -preguntó Cava; − El poeta y yo. − ¿Tú? − Me reemplaza el Esclavo. − ¿Y
en las otras secciones? − ¿Tienes miedo? Cava no respondió. Se deslizó en puntas de pie hacia la puerta.
Abrió uno de los batientes, con cuidado, pero no pudo evitar que crujiera. − ¡Un ladrón! –gritó alguien, en la
oscuridad–. ¡Mátalo, imaginaria!...
Vargas Llosa, M. (1973). La ciudad y los perros. Barcelona, España: Círculo de lectores.
4. Usando tus palabras escribe las ideas que consideres importantes sobre el Boom latinoamericano
A continuación puedes corroborar lo anterior leyendo el capítulo 68 de Rayuela.
https://ciudadseva.com/texto/rayuela-capitulo-68/
Rayuela: Capítulo 68
Los temas de esta literatura son principalmente la identidad latinoamericana, expresada a partir de
personajes característicos de la cultura de nuestro continente, pero que cuentan sus historias incluyendo lo
fantástico que sucede en su realidad, resaltando lo inherente al latinoamericano, como la pobreza, las
dictaduras, la imaginación, la soledad y la muerte, generalmente, violenta. También se trata la historia de
América, buscando rescatar los orígenes de nuestro pueblo y Secundaria Activa // Ministerio de Educación
Nacional Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo
dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. Le apreté sus manos en señal de que lo
haría, pues ella estaba por morirse y yo en un plan de prometerlo todo. “No El narrador es el mismo
protagonista. Unidad 4. Convencemos y nos convencen con buenos argumentos A propósito de... Gabriel
García Márquez Este Premio Nobel de la Literatura cumplió 85 años. Por este motivo, su agente literaria,
Carmen Balcells anunció desde España, que se publicará la primera versión digital de Cien años de soledad,
obra que lo llevó a la cumbre como escritor. Esto quiere decir, que la novela podrá descargarse vía internet
desde plataformas y librerías digitales de España. contemplando las posibilidades que nos depara el futuro.
Por otro lado, se encuentra muy marcado el realismo mágico, que muestra hecho mágicos como si formaran
parte de la cotidianidad, creando un mundo en el que, si bien el lector reconoce lo irreal de la historia, se
sumerge en el panorama como si realmente estuviera sucediendo. La Revolución Cubana muestra su gran
influencia en el movimiento apareciendo en algunas historias como tema central.
ACTIVIDAD
Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo.
El narrador
Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera.
es el mismo Le apreté sus manos en señal de que lo haría, pues ella estaba por morirse y yo en
protagonista. un plan de prometerlo todo. “No dejes de ir a visitarlo -me recomendó-.
Se llama de este modo y de este otro.
Estoy segura de que le dará gusto conocerte.” Entonces no pude hacer otra cosa sino
decirle que así lo haría, y de tanto decírselo se lo seguí diciendo aun después de que a mis manos
les costó trabajo zafarse de sus manos muertas.
Todavía antes me había dicho:
− No vayas a pedirle nada.
Exígele lo nuestro. Lo que estuvo obligado a darme y nunca me dio... El olvido en que nos tuvo, mi
hijo, cóbraselo caro.
− Así lo haré, madre.
− ¿Cómo dice usted que se llama el pueblo que se ve allá abajo? − Comala, señor. − ¿Está seguro
de que ya es Comala? − Seguro, señor. − ¿Y por qué se ve esto tan triste? − Son los tiempos, señor.
Yo imaginaba ver aquello a través de los recuerdos de mi madre; de su nostalgia, entre retazos de
suspiros. Siempre vivió ella suspirando por Comala, por el retorno; pero jamás volvió. Ahora yo vengo
en su lugar. Traigo los ojos con que ella miró estas cosas, porque me dio sus ojos para ver: “Hay allí,
pasando el puerto de Los Colimotes, la vista muy hermosa de una llanura verde, algo amarilla por el
maíz maduro. Desde ese lugar se ve Comala, blanqueando la tierra, iluminándola durante la noche.”
Y su voz era secreta, casi apagada, como si hablara consigo misma... Mi madre. − ¿Y a qué va usted
a Comala, si se puede saber? –oí que me preguntaban. − Voy a ver a mi padre –contesté. − ¡Ah! -
dijo él. Y volvimos al silencio. − Caminábamos cuesta abajo, oyendo el trote rebotado de los burros.
Los ojos reventados por el sopor del sueño, en la canícula de agosto. − Bonita fiesta le va a armar –
volví a oír la voz del que iba allí a mi lado–. Se pondrá contento de ver a alguien después de tantos
años que nadie viene por aquí. Luego añadió: − Sea usted quien sea, se alegrará de verlo. En la
reverberación del sol, la llanura parecía una laguna transparente, deshecha en vapores por donde se
traslucía un horizonte gris. Y más allá, una línea de montañas. Y todavía más adelante, la más remota
lejanía. − ¿Y qué trazas tiene su padre, si se puede saber? − No lo conozco –le dije–. Sólo sé que se
llama Pedro Páramo
¡Ah!, vaya.
Los diálogos − Sí, así me dijeron que se llamaba.
mantienen la Oí otra vez el “¡ah!” del arriero.
forma de Me había topado con él en Los Encuentros, donde se cruzaban varios
expresión típica caminos.
de la obra: son Me estuve allí esperando, hasta que al fin apareció este hombre.
− ¿A dónde va usted? – le pregunté. − Voy para abajo, señor. –
claros y concisos.
¿Conoce un lugar llamado Comala? − Para allá mismo voy.
No se emplean
Y lo seguí. Fui tras él tratando de emparejarme a su paso, hasta que pareció
más palabras de darse cuenta de que lo seguía disminuyó la prisa de su carrera. Después los
las estrictamente dos íbamos tan pegados que casi nos tocábamos los hombros. − Yo también
necesarias. soy hijo de Pedro Páramo – me dijo. Una bandada de cuervos pasó cruzando
el cielo vacío, haciendo cuar, cuar, cuar. Después de trastumbar los cerros,
bajamos cada vez más.
Habíamos dejado el aire caliente allá arriba y nos íbamos hundiendo en el puro calor sin aire. Todo
parecía estar como en espera de algo. − Hace calor aquí –dije. − Sí, y esto no es nada -me contestó
el otro–. Cálmese.
Ya lo sentirá más fuerte cuando lleguemos a Comala. Aquello está sobre las brasas de la tierra, en
la mera boca del infierno. Con decirle que muchos de los que allí se mueren, al llegar al infierno
regresan por su cobija. − ¿Conoce usted a Pedro Páramo? – le pregunté. Me atreví a hacerlo
porque vi en sus ojos una gota de confianza. − ¿Quién es? –volví a preguntar. − Un rencor vivo –me
contestó él.
Y dio un pajuelazo contra los burros, sin necesidad, ya que los
En la descripción, burros iban mucho más adelante de nosotros, encarrerados por la
hallamos bajada.
parquedad, Sentí el retrato de mi madre guardado en la bolsa de la camisa,
sobriedad y, sobre calentándome el corazón, como si ella también sudara.
todo, intensidad Era un retrato viejo, carcomido en los bordes; pero fue el único que
narrativa y fuerza conocí de ella.
evocadora. Las
Me lo había encontrado en el armario de la cocina, dentro de una cazuela
palabras pajuelazo y
llena de yerbas: hojas de toronjil, flores de Castilla, ramas de ruda. Desde
encarrerados son entonces lo guardé. Era el único.
muestra del uso del Mi madre siempre fue enemiga de retratarse. Decía que los retratos eran
lenguaje coloquial. cosa de brujería. Y así parecía ser, porque el suyo estaba lleno de
agujeros como de aguja, y en dirección del corazón tenía uno muy grande, donde bien podía caber
el dedo del corazón.
Es el mismo que traigo aquí, pensando que podría dar buen resultado para que mi padre me
reconociera…
Juan Rulfo, 1917 – 1986. Escritor y periodista mexicano. Creador del realismo fantástico. Caracterizó
su obra por su temática social, política y religiosa de la vida cotidiana en medio de la Revolución
Mexicana. Sus obras más importantes son Pedro Páramo y El llano en llamas.
Alejo Carpentier, 1904 – 1980. Novelista, periodista y narrador cubano. Creador de lo real
maravilloso. Considerado uno de los primeros exponentes del Boom, su obra incorporó lo mágico a
la cotidianidad. Algunas de sus obras más representativas son Los pasos perdidos y El reino de este
mundo.
Julio Cortázar, 1914 – 1984. Novelista y cuentista argentino. Vivió muchos años en París, desde
donde escribió la mayoría de su obra. Algunas de sus obras son: Rayuela, El diario de Andrés Faba
y La vuelta al día en ochenta mundos.
Mario Vargas Llosa, 1936. Escritor peruano, considerado uno de los más importantes novelistas y
ensayistas contemporáneos, ganador del Premio Nobel de Literatura en 2010, el Premio Cervantes
en 1994 y el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1986, entre otros. Algunas de sus obras
más destacadas son: La ciudad y los perros, La casa verde, Conversación en la catedral y Pantaleón
y las visitadoras.
Gabriel García Márquez, 1927. Periodista, editor y escritor colombiano. Es el narrador más leído en
toda Latinoamérica. Su obra Cien años de soledad es la novela más emblemática del Boom
latinoamericano. Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1982. Otras de sus obras son: El coronel
no tiene quien le escriba, Los funerales de la mama grande, Crónica de una muerte anunciada y El
amor en los tiempos del cólera, entre muchas más.
Ernesto Sábato, 1911 - 2011. Investigador, científico y escritor argentino. Su creación literaria estuvo
marcada por el experimentalismo y por un profundo contenido intelectual. Algunas de sus obras más
destacadas son: El escritor y sus fantasmas, Sobre héroes y tumbas y El túnel. Esta última fue
traducida a varios idiomas y además llevada al cine.
Carlos Fuentes, 1928 – 2012. Narrador y ensayista mexicano. La búsqueda de la realidad mexicana
por medio de los mitos del pasado fue una constante presente en su narrativa desde sus primeras
novelas. Esto lo convirtió en uno de los escritores más importantes de la literatura de su país. Algunas
de sus obras más destacadas son: Las buenas conciencias, Cambio de piel, Cumpleaños, Gringo
viejo, La muerte de Artemio Cruz.
Guillermo Cabrera Infante, 1929- 2005. Escritor cubano y nacionalizado británico. El lenguaje
experimental y la evocación de la ciudad perdida (La Habana) caracterizan sus novelas. Recibió el
premio Cervantes en 1998. Algunas de sus obras más destacadas son: La Habana para un infante
difunto, Vista del amanecer en el trópico y Tres tristes tigres, en donde se destaca el uso del lenguaje
coloquial y referencias de otras obras de carácter literario.
12. Lee las biografías de los anteriores autores y en tres ideas resume lo más importante de cada uno de
ellos
13. Prepárate para socializar los temas propuestos en la guía. Será una nota adicional a la del taller.