3.1. Globalización, Migraciones, Diversidad Cultural
3.1. Globalización, Migraciones, Diversidad Cultural
3.1. Globalización, Migraciones, Diversidad Cultural
Vº Bº Director
Resumen
El mundo en el que vivimos se encuentra actualmente sujeto a diversos cambios
en muchos de sus aspectos. Si atendemos a las dinámicas que entran en juego,
las migraciones y la globalización se erigen como dos de los retos fundamentales
a los que atender en este siglo XXI. Las dificultades que surgen del creciente
carácter pluricultural de las sociedades y de los efectos del mundo globalizado
pasan por una respuesta efectiva de la escuela, la institución centrada en la
formación de la ciudadanía. El cómo poder adaptarse a esta nueva situación y
sus riesgos en la escuela y el crear las condiciones para posibilitar un
entendimiento intercultural desde las aulas de ciencias sociales son dos tareas
principales a las cuales nos enfrentamos en este trabajo.
***
Abstract
The world in which we live is now being subject of a great amount of
changes in many of its aspects. Looking at the dynamics involved,
migrations and the globalization are presented as two main challenges to
face in the 21st century. The difficulties born of the new pluricultural social
scenario and the effects of the globalized world require a sudden and
effective answer from the school as the institution in charge of the
citizenship education. How to adapt to the new situation and its risks from
school, and the need of create the essential conditions in order to reach an
intercultural understanding from the social science subjects are two
fundamental tasks for the school of which we talk in this essay.
1
Índice
1. Introducción. ..................................................................................................................... 3
2. Objetivos. ........................................................................................................................... 4
3. Justificación. ..................................................................................................................... 5
4. Una contextualización: la era de la globalización y algunas de sus
consecuencias. ......................................................................................................................... 7
4.1. La globalización........................................................................................................ 7
4.2. Las migraciones. .................................................................................................... 10
4.3. Algunos efectos de la globalización y las migraciones sobre las
sociedades actuales. ......................................................................................................... 14
5. Por una respuesta transformadora: hacia la escuela intercultural. ................. 18
5.1. ¿Qué es la interculturalidad? .............................................................................. 19
5.2. La escuela ante la diversidad cultural. ............................................................. 23
5.3. La escuela intercultural: fundamentos. ............................................................ 25
5.4. La escuela intercultural: objetivos. ................................................................... 28
5.5. La escuela intercultural: retos planteados. ..................................................... 32
6. La interculturalidad aplicada a las asignaturas de Geografía e Historia:
situación y propuestas de cambio. ................................................................................... 37
7. Conclusiones. ................................................................................................................. 45
8. Bibliografía. ...................................................................................................................... 48
2
1. Introducción.
El mundo se encuentra en una clara situación de cambio. Este cambio es
general y tiene muchas dimensiones, pero una de ellas está irrumpiendo con
fuerza en la configuración y el comportamiento de esas sociedades
desarrolladas que hasta ahora se creían realmente configuradas y
cohesionadas, premisa que no daba lugar a ninguna discusión.
Día tras día escuchamos discursos políticos que tienden a demonizar esta
diversidad, teniendo un impacto cada vez mayor y teniendo ya influencia en los
algunos ámbitos de poder de gran relevancia para la ciudadanía. Que esto sea
así nos tiene que llevar directamente a esa pregunta de si la ciudadanía está
realmente preparada para el cambio. Si atendemos a la tendencia actual, la
diversidad cultural tiene todas las papeletas para mantenerse o ser mayor en un
futuro no muy lejano, y ese rechazo a ella no puede ser el camino a seguir si
queremos construir una sociedad sana, democrática, igualitaria y comprometida
con los derechos de todos y todas.
3
para con aquellas personas que en la diferencia son iguales en la condición de
seres humanos, sujetos por lo tanto de una serie de derechos inviolables e
innegables por parte de ningún colectivo por muy refractario que sea a la
diversidad.
2. Objetivos.
Sabiendo la importancia y el interés de una educación adaptada a cada
momento histórico, y la necesidad de que ésta responda a una serie de
necesidades sociales, en el presente Trabajo Fin de Máster nos marcamos una
serie de objetivos.
4
En segundo lugar, nos proponemos hacer un breve análisis sobre la
situación de las asignaturas Geografía e Historia en relación con esa escuela
intercultural que ya hemos mencionado. Así, podremos conocer los puntos
fuertes y débiles de la materia, los retos y los cambios que requiere para
adaptarse al marco intercultural que proponemos.
3. Justificación.
Desde hace algunos años se ha visto un aumento considerable de los flujos
de personas a lo largo del mundo. Esto ha provocado un boom migratorio, cuya
consecuencia más directa ha sido el aumento de la población inmigrante en
algunas zonas del mundo, sobre todo en los países desarrollados. Este
crecimiento de la población inmigrante ha provocado, a la vez, profundas
transformaciones en el entramado social de las comunidades de acogida, lo cual
ha sido respondido de diversas formas.
En este sentido, se ha visto cómo en los últimos años y a la par que la tasa
de inmigración se incrementaba, han ido apareciendo algunas manifestaciones
muy reprochables en muchos ámbitos de nuestro país y nuestro entorno. La
nueva configuración de las sociedades, marcadas cada vez más por una
evidente diversidad cultural, ha generado sentimientos de confusión a los cuales
gran parte de la población no ha sabido responder de forma correcta. De esta
forma, no es extraño ver en algunos sondeos públicos, cada vez menos, la
inmigración como una de las grandes preocupaciones y amenazas que la
población siente (CIS, 2017), más aún desde el estallido de la crisis económica
y el espectacular aumento de las tasas de desempleo de vivimos. Si es cierto
que se acepta la diversidad cultural, es de destacar la cautela con la que se tratan
ciertos temas relacionados con los inmigrantes (como el acceso a ayudas
sociales).
5
condenan abiertamente la inmigración y promueven el regreso a las sociedades
homogéneas que caracterizaron gran parte de los siglos pasados, aunque ello
lleve aparejado una destrucción o privación de esas minorías de poner en
práctica sus valores culturales, sus comportamientos y sus costumbres.
6
proponemos una escuela activa en la lucha contra esas tendencias a través de
la formación de un alumnado que sepa adaptarse y comprender cuáles son las
características de la sociedad en la que vive y pueda introducirse en ella a través
de la adopción de una serie de valores como el diálogo, la cooperación o la
convivencia intercultural.
4.1. La globalización.
Es común entre los círculos investigadores de las ciencias sociales y
humanas aceptar que, desde hace cuatro décadas, el mundo vive imbuido en un
7
proceso de globalización que ha cambiado y está cambiando la configuración de
algunos procesos y de la aproximación que hacemos a ellos. Aun con esto, hay
todavía cierto debate a este respecto: ¿es la globalización algo nuevo? ¿Es algo
positivo para nuestra sociedad? Existen diversas interpretaciones sobre el
fenómeno, desde las teorías que consideran la globalización como algo
relativamente nuevo, y que ha incidido en los modos y las formas de vida de las
personas a nivel mundial, hasta las que lo consideran un mito sin tanta influencia
(Rizvi y Lingard, 2013).
8
mundo donde ya no se compite por un puesto de trabajo con tu vecina, sino con
cualquier persona en cualquier parte del mundo (Fernández Enguita, 2016). Esto
nos lleva a pensar que el fenómeno migratorio puede, hasta cierto punto,
retroalimentarse, pues la emigración de unos puede llevar aparejada la
necesidad de movilidad de otros, con todos los factores y las consecuencias que
puede llevar aparejados.
9
tendencia globalizadora cuáles son las consecuencias del éxito de algunas
producciones culturales sobre otras que no pueden tener tanta difusión.
¿Hemos de ver este último aspecto con optimismo o hemos de ser cautos
ante él? La respuesta es compleja, y a ella nos referiremos en el apartado 4.3.
dedicado a los efectos de esta globalización sobre las sociedades. Sin embargo,
anotaremos ahora únicamente la necesidad de hacer un buen análisis antes de
hacer las valoraciones que suelen hacerse, por lo general, superficialmente
sobre este proceso.
10
cuenta que el siglo XXI es el siglo de la globalización, podemos afirmar que en
él las migraciones están teniendo una importancia capital que no irá, a vista de
las estimaciones, sino en aumento (Reques Velasco, 2007; de Carlos Izquierdo,
2018).
11
En esta situación, otra de las transformaciones de la migración en relación
con la globalización durante la segunda mitad del siglo pasado fue el cambio de
tendencia según qué regiones del mundo. El caso más llamativo fue el de Europa
occidental, que pasó de ser una región tradicionalmente emisora a ser uno de
los destinos predilectos de los inmigrantes junto con América del Norte (Piqueras
Haba, 2011).
12
los más importantes estados en lo que a recepción de inmigrantes se refiere
(Reques Velasco, 2007).
600.000
Inmigrantes llegados
500.000
400.000
300.000
200.000
100.000
0
2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Año
13
La tendencia a vista del cuadro anterior es clara, y según muestran los
datos denota una clara tendencia alcista en lo que a llegada de migrantes se
refiere en la última década. ¿Qué nos lleva a pensar esto? La clara conclusión a
la que hemos de llegar es que, al menos en España, la inmigración es un hecho
innegable y que va en aumento en los últimos años, lo cual provocará una gran
variación en nuestra población, en la cual el año pasado (2018) más de 4,7
millones de habitantes (alrededor del 10 por 100 del total) eran ya inmigrantes.
14
queremos remarcar el beneficio que esos nuevos medios de transmisión de
información han reportado con ese fin.
Sin embargo, no hemos de quedarnos con este único análisis, puesto que
se presenta a todas luces insuficiente e inacabado. Frente a los beneficios
indiscutibles que esos elementos de la globalización ofrecen, hay una serie de
riesgos para todas las sociedades, su comportamiento y su cultura propia. Es en
este punto donde hemos de pensar cuáles son las manifestaciones culturales
que están teniendo más éxito y cuáles son las claves de ese éxito. No hemos de
profundizar mucho para ver cómo en los últimos años se está produciendo una
progresiva homogeneización cultural, consecuencia de una variable constante a
lo largo de la historia: siempre se tratan de imitar de una forma u otra las
características de la cultura dominante (Pérez Juste, 2008). Y como ejemplo
sencillo solo hemos de fijarnos en algo impensable hace un siglo: una joven en
China viste una ropa de similares características a las que podría vestir una
estadounidense o una argentina.
15
minoritarias incapaces de incorporarse al mundo digital o aquellas regiones del
mundo menos desarrolladas, cuya falta de acceso a este proceso por la falta de
recursos puede determinar una extensión de la brecha entre los países
desarrollados y aquellos en vías de desarrollo, generando una situación de
mayor exclusión de la que viven actualmente (Ovide, 2008).
***
Por otra parte, hemos de hacer un balance de los efectos que las
migraciones ofrecen sobre las comunidades y las sociedades involucradas.
Generalmente, suelen hacerse valoraciones sobre las consecuencias de la
inmigración, aunque en este caso nos gustaría empezar por los efectos sobre
las sociedades de origen, los efectos que provoca la emigración en las
sociedades.
Por lo general, la emigración suele ser una válvula de escape ante las
dificultades socioeconómicas que se dan en algunas partes del mundo. De esta
16
forma, la emigración suele aliviar la presión demográfica en algunos países a
costa de perder gran potencial (Fernández y Goenechea, 2009). Por una parte,
los países emisores pierden una mano de obra importante, más aún si tenemos
en cuenta que la edad de emigración suele ser bastante baja; por otra parte, es
común que muchos países pierdan un capital humano remarcable, al poder ser
estos emigrantes personas altamente cualificadas. Últimamente se ha puesto
como ejemplo un país emergente como la India, exportadora de una mano de
obra altamente cualificada en el ámbito científico-técnico, aunque en nuestro
propio país se ha observado una fuga de personas con un gran backround
formativo que ante la falta de oportunidades laborales ha debido emigrar.
Queremos exponer con esto que no solo los receptores se ven afectados, sino
que hay algunas consecuencias, a veces serias, para los países emisores de
migrantes.
17
Este tránsito conlleva una adaptación, tanto de los locales como de los
recién llegados. Hemos de comprender que el cambio puede ser brusco en
ambos casos. Es por esto que una de las principales problemáticas que se han
conocido han sido los choques en la convivencia en esos nuevos escenarios
donde integrantes de diferentes culturas han tenido que compartir espacios
(Mínguez Vallejos, 2007) que, en muchos casos, han acabado en
comportamientos segregadores, racistas y xenófobos. A esta problemática
hemos de darle una respuesta decidida. Así, como señala Reques Velasco
(2007)
18
en el contexto en el que nos movemos. Esto afecta de una forma importante a la
escuela. Como una imagen que es de la realidad social, la escuela se ve cada
día más afectada por ese aumento de la diversidad cultural que la rodea y, por
ello, no podemos girar la cabeza y negar que la esta se encuentra ante el
importante reto de dar respuesta a una nueva situación que hace cincuenta años
era impensable.
19
comportamientos marcadamente interculturales. Ahora bien, no es la
interculturalidad algo espontáneo que surge de la nada. Tras su imagen actual
hay un largo camino de análisis social, propuestas y largos debates en el ámbito
investigador.
20
reacción más beneficiosa para la ciudadanía era ese rechazo frontal o si, por el
contrario, podía desarrollarse un marco de aceptación de la diversidad cultural,
de forma que pudiera implantarse un nuevo modelo de entendimiento más
pacífico y menos discriminatorio.
21
Frente a estos postulados del multiculturalismo, desde las últimas décadas
del siglo pasado -y más tarde en Europa que en América- empezó a pensarse
una fórmula con la cual poder ir logrando una integración realmente efectiva en
el seno de las sociedades culturalmente diversas. Y es que, si bien es cierto que
la aceptación de la diversidad puede llevar a un mayor grado de integración, esta
no puede ser del todo completa si se promueve la creación de barreras o
fronteras que separen unos grupos culturales de otros. En este sentido, el
interculturalismo surgió como una alternativa al multiculturalismo: si este último
pone el acento en las diferencias, el interculturalismo da un paso más y propugna
la necesidad de crear un marco de entendimiento que promueva el
establecimiento de un diálogo, una comunicación entre todas las culturas que
coexisten en un mismo territorio (Rosa Oliveira, Alfonso Oliveira y Chequino
Manzanello, 2015).
22
mutuos. Así, Bauman (2013) señala que “[…] la comunicación entre las culturas
(incluyendo las culturas entre distintas generaciones) genera un problema que
desea -de modo anhelante- ser resuelto, y que busca con ansia un camino que
le saque del difícil dilema.” (pp. 72-73).
23
significativas, rebajando sustancialmente los objetivos y las competencias que
se pretendían inculcar (Díez et al., 2012), de forma que este alumnado quedaba
en una posición de desventaja frente al resto.
24
5.3. La escuela intercultural: fundamentos.
Nos enfrentamos con lo anterior a una serie de dilemas a los que la escuela
empezó a enfrentarse hace algo más de dos décadas en nuestro país y a las
25
que todavía no ha encontrado una solución. No resulta complicado pensar cuáles
son las causas que dificultan la solución a esos dilemas, pues asumir esas tareas
para la escuela en un contexto de homogeneidad es sencillo, pero no lo es tanto
en un contexto de heterogeneidad cultural. Todavía no hay un bagaje, un
trasfondo, una experiencia docente contrastada que garantice un éxito de la
escuela ante el reto de enfrentarse a un conjunto de alumnos y alumnas
realmente pluricultural.
Es por esto por lo que se vienen desarrollando desde hace algunos años,
como señalamos al inicio de este subapartado, numerosas investigaciones en
torno a la escuela y cómo ésta podría adaptarse a este nuevo contexto. Si bien
es cierto que la diversidad se acepta, y esto es un paso grande, los estudios más
recientes no huelgan reconocer que en el futuro más inmediato, y con la
necesidad de cumplir esos propósitos que señalamos, la escuela ha de tomar el
camino de la interculturalidad en orden a lograr satisfacer las necesidades de
todo alumnado (Escarbajal Frutos, 2009; Fernández Enguita y Terén, 2008).
26
Siguiendo con lo anterior, es algo natural empezar a reconocer la diversidad
cultural como un hecho irrefutable. La escuela tiene que saber qué ciudadanía
quiere formar y qué valores ha de transmitir (Paz Abril, 2011). Si de verdad
queremos formar una ciudadanía cohesionada, hemos de pensar en una escuela
realmente integradora que tenga en cuenta a todos y cada uno de sus miembros
(López Noguero, 2008). Y, en nuestro caso, esta integración pasa por el
reconocimiento de aquellas minorías culturales, tanto las locales, como aquellas
minorías generadas por la inmigración. Así, la escuela intercultural surge como
una propuesta de renovación tanto práctica como teórica de la institución
educativa tendente a tener en cuenta, respetar y contribuir al mantenimiento y
no la desaparición de los rasgos culturales minoritarios, de forma que se
contribuya a la formación de una ciudadanía respetuosa, tolerante, libre de
prejuicios hacia lo desconocido y altamente cualificada para vivir y adaptarse a
entornos culturalmente diversos (Escarbajal Frutos, 2009).
27
Este último aspecto tiene gran relevancia, pues señala también para vivir
en qué sociedad estamos formando al alumnado. La escuela es una preparadora
para la vida, y por ello debe adaptarse a las cambiantes condiciones sociales
que vivimos actualmente. El conocer y familiarizarse con ese contexto de
diversidad ha de ser uno de los principales fines que la institución educativa ha
de marcarse en este momento (Escarbajal Frutos, 2014). Con esto, se lograría
formar una ciudadanía consciente de las características del mundo en el que
vive, además de capaz de adaptarse a entornos de sociabilidad pluriculturales,
un elemento fundamental en nuestro futuro más cercano.
28
reconocimiento de la diversidad cultural presente en las sociedades actuales,
manteniendo como marco de entendimiento la Declaración Universal de los
Derechos Humanos (López Rupérez, 2013).
29
obligación y, por tanto, un objetivo prioritario de la escuela intercultural contribuir
a la creación de esa identidad cultural múltiple.
Ante esta inestabilidad en la identidad -no vista como algo negativo, sino
un reto positivo para cada persona- es ante la que tiene que actuar la escuela
intercultural. La cultura tiene un peso importante en la creación de nuestra
identidad y en la aparición de nuestro sentimiento de pertenencia a una u otra
comunidad, a uno u otro colectivo. El objetivo ante esto es dotar al alumnado de
las herramientas necesarias para posicionarse frente a la amplia gama de
posibilidades de elección que tiene en ese proceso de creación o transformación
de su identidad. Generar una capacidad de crítica y análisis de los valores y las
categorías culturales vistos como propios y también de los ajenos (López Ruiz,
2007; Vera Vila, 2012; Zamora, 2018), de forma que tenga la capacidad de
seleccionar autónoma y libremente cuáles son aquellos que mejor solventan sus
inquietudes en cada momento de su vida.
Con lo anterior, además de lograr una comprensión del otro -lo particular-
lograremos otro de los objetivos fundamentales que se marca de la escuela
intercultural, como lo es la comprensión por parte del alumnado de su inserción
en una sociedad y un mundo realmente plurales y diversos -lo general-
30
(Fernández y Goenechea, 2009). Pero no hemos de quedarnos únicamente
aquí. Una escuela realmente intercultural ha de fomentar la relación, la
comunicación, el diálogo, de forma que el alumnado autónomamente vaya
descubriendo otras culturas (Escarbajal Frutos, 2011), otras propuestas a las
suyas, y que autónomamente pueda hacer valoraciones fundamentadas sobre
ellas.
31
condiciones sociales actuales en el sentido de favorecer la tolerancia, la igualdad
y la cooperación intercultural (Méndez García, 2006).
32
los siglos XVIII y XIX creó un imaginario de superioridad occidental que todavía
hoy se mantiene casi intacto. De esta forma, hemos de señalar el marcado
carácter etnocéntrico del currículo como uno de los principales retos a los que
se enfrenta la escuela en su camino hacia la interculturalidad (Besalú, 2010). El
dar voz a culturas que han sido históricamente silenciadas se presenta como un
imperativo si queremos dar un enfoque realmente intercultural a la escuela
(Gutiérrez Pequeño, 2009), más aún teniendo en cuenta que es probable que
un/a integrante de esa cultura puede estar sentado en el aula siguiendo la clase
y puede sentirse excluido/a.
Este cambio curricular se hace más necesario hoy que nunca. Los medios
de comunicación transmiten una imagen de los inmigrantes que genera
estereotipos y termina por estigmatizarlos, creándose una imagen falsa o parcial
de la realidad que viven y los motivos que les llevan a emigrar. Esto lleva a esa
incomprensión de la que ya hemos hablado (Torrés Santomé, 2008), generada
en gran medida por ese currículum oculto presente en todos los ámbitos y que,
en este caso, ha de ser neutralizado en la escuela.
33
objetivos principales de la interculturalidad es el diálogo intercultural, la
comprensión y la capacidad de análisis. En relación con esto, hemos de
promover un cambio en la percepción del proceso de enseñanza-aprendizaje. Si
queremos un alumnado capaz de dialogar, criticar y analizar su mundo, hemos
de tratar que su experiencia escolar esté relacionada directamente con la
adquisición de las habilidades para poder llevar a cabo esos procesos mentales.
De esta forma, sería necesario repensar qué tipo de materiales didácticos
utilizamos, con qué fin, y cuáles serían las metodologías didácticas más
adecuadas en este sentido (Besalú, 2010). Así, una apuesta por acercar esos
procesos al aula, por plantear actividades encaminadas a hacer al alumnado
pensar, reflexionar, debatir e interaccionar con sus compañeros y compañeras
(Lin, 2012) podría resultar realmente valiosa si queremos fomentar esas
actitudes que contribuyen a la interculturalidad.
Otro elemento a destacar entre los retos que crea la escuela intercultural
es la formación del profesorado. Hemos sostenido durante el presente trabajo
que la diversidad cultural aumenta tanto en la calle como en las aulas y que
hemos de dar una respuesta a ese proceso. Sin embargo, ¿en qué posición
queda el profesorado en esa ecuación?
34
Si como hemos dicho el profesorado acepta esta nueva realidad y hace
propuestas innovadoras, no es menos cierto que hay un déficit de formación en
el ámbito intercultural para el profesorado. Es por lo esto por lo que se hace
necesario que se invierta en programas de formación de los educadores, pues
las buenas intenciones y la predisposición deberían ir acompañadas de un
soporte formativo que ayudara a cubrir las carencias que el profesorado también
admite en torno a la interculturalidad (Álvarez y González, 2007; García Llamas,
2005). Estos cursos de formación no deberían quedarse únicamente en el hecho
de conocer la teoría sobre la interculturalidad, sino que deberían ir unidos a la
adopción por parte del profesorado de una cierta serie de valores interculturales.
Si recordamos lo dicho más arriba, la escuela intercultural no ha de fijarse solo
en los contenidos para lograr ser intercultural, ha de trabajar otras cuestiones
más profundas como los discursos o las formas de actuar dentro del aula (Sierra
Nieto, Caparrós Martín, Vila Merino y Martín Solbes, 2017).
35
que todos los centros poseen. A través de sus Proyecto Educativo de Centro
(PEC) o el Plan de Interculturalidad pueden perfilar cuál es su postura frente a la
diversidad cultural (Besalú, 2010) y, a partir de ahí, elaborar todo un conjunto de
propuestas encaminadas a hacer de la escolarización una verdadera experiencia
interculturalmente formativa.
36
hecho transversal en toda la etapa escolar. La formación ciudadana debe ser
algo que se adquiera en todas las materias y todas las actividades que se lleven
a cabo en la escuela (Bolívar, 2007), no ha de ser algo encerrado a ninguna
asignatura en concreto, y como parte de esa formación ciudadana hemos de
pensar en la interculturalidad como algo que traspase esta o aquella materia y
sea un valor adquirido a través de la experiencia escolar en su conjunto.
37
Si pensamos en la función de las materias de Geografía e Historia a lo largo
del tiempo podemos llegar a diversos puntos de encuentro que son aceptados
por la gran mayoría de los investigadores. Una de las principales conclusiones a
las que hemos de llegar es el marcado carácter nacionalizador que durante el
siglo XIX tuvo la Historia como disciplina académica y la transmisión de esta
dinámica en clave nacional a la escuela (Prats y Santacana, 2011). El resultado
de esta dinámica fue la creación de una historia nacional transmitida al alumnado
desde su infancia (Stavenhagen, 2008), y que con el tiempo fue calando de una
forma bastante profunda en los imaginarios colectivos de las sociedades
europeas principalmente. Sin querer entrar a valorar este hecho, es importante
señalarlo como una respuesta educativa a una necesidad de los nacientes
Estados-nación decimonónicos en el camino hacia su consolidación como tales.
¿Cuál era el contexto en aquella época? El siglo XIX fue el siglo de máxima
expansión del imperialismo europeo que había arrancado a finales del siglo XV.
Las potencias europeas más poderosas colonizaron territorios en otros
continentes y pusieron en marcha en estos una serie de medidas que tuvieron
bastantes efectos sobre la configuración de los pueblos colonizados y su cultura.
Entre estos efectos hemos de ver algunos de gran trascendencia desde
comienzos de la Edad Moderna, como la introducción en contextos
extraeuropeos de costumbres europeas y la eliminación de algunas de las
costumbres y los rasgos más definitorios de las culturas colonizadas. El resultado
de esto fue una progresiva desaparición o, al menos reducción, de muchas de
las producciones culturales de aquellos pueblos, un proceso del que todavía hoy
percibimos algunas consecuencias.
38
¿Cuál ha sido el resultado de este fenómeno? Sencillamente, la transmisión
de una visión de la Historia de la humanidad centrada exclusivamente en explicar
los fenómenos y los procesos históricos en clave europea, es decir, desde el
punto de vista que la Europa que civilizó, mejoró las condiciones de vida e
introdujo avances significativos en los territorios colonizados. Más allá de las
narraciones de hechos, lo importante de esto es que se ha ido transmitiendo la
idea de que Europa ha sido la protagonista de la Historia (Quijano, 2000): desde
los mundos griego y romano -los padres de la identidad europea que ha ser
trasladada a todo el mundo-, la lucha de las potencias europeas contra los
invasores musulmanes durante la Edad Media y la Reconquista en España,
pasando por los grandes imperios europeos y sus modificaciones sobre los
territorios conquistados… La Historia que se ha configurado ha caído en un
sesgo eurocéntrico claro, que es evidente si atendemos algo detenidamente la
historiografía que ha ido produciéndose desde el siglo XIX.
39
de las minorías locales, y nos topamos de pronto con esta cuestión, la profunda
visión eurocéntrica desde la que estamos transmitiendo la asignatura de
Geografía e Historia a nuestro alumnado. Tenemos de pensar en base a esta
primera reflexión, y en relación con la escuela intercultural que estamos
proponiendo, qué medidas podrían tomarse para revertir esta tendencia que,
según parece, empieza ya a variar en algunos aspectos. Afortunadamente, la
escuela, y la materia no se encuentran solas ante el reto, pues se empieza a ver
una conciencia bastante amplia entre los círculos investigadores de revisar los
estudios hechos hasta el momento, ponerlos en contexto, y crear nuevas
producciones historiográficas a partir de la selección de fuentes de información
más diversas. Partimos, por tanto, de una práctica intercultural de por sí en la
Academia, que empieza a mirar a los pueblos indígenas como coprotagonistas
de la historia junto con los europeos.
40
Entre esta serie de cambios habría de empezar por la metodología en el
aula. Es común cuando preguntamos a algún alumno o alumna nos responda
que el principal objetivo que se marca en Sociales es memorizar la mayor
cantidad de información posible de su libro de texto, pues su profesor le exige
que desarrolle una secuencia histórica completa y de la forma más detallada
posible en un examen escrito. Haciendo una pequeña revisión, nos encontramos
en pleno siglo XXI con que la percepción del alumnado es que las metas de este
plan de estudios originado en el siglo XIX, basado en la erudición y el
conocimiento exacto del pasado (Romero, 2018). Si la sociedad actual no es
igual que la decimonónica, hemos de pensar por qué, entonces, una gran parte
de currículo de la Geografía e Historia sigue siendo el mismo y sus objetivos
parecidos. ¿En qué ayuda esto a la formación de esa ciudadanía crítica,
intercultural y comprometida con todas las culturas? Podríamos decir que poco,
pues en ningún caso se puede alcanzar ese fin que nos pusimos de dotar al
alumnado de una serie de herramientas para comprender el mundo en el que
vive.
41
fomentar esas aptitudes y actitudes de análisis, crítica y creación de su propia
visión del mundo.
42
demos una visión más aperturista e intercultural a la materia, a la vez que
pusiéramos en la misma categoría de valor los testimonios de los vencedores
que de los vencidos, pues en ello va implícito el reconocimiento a su cultura y su
papel en la Historia.
43
otra-, desde el reconocimiento de que enfrente no había salvajes, sino personas
con unas costumbres. Y es que es ahí donde precisamente encontramos la
interculturalidad, en transmitir unos hechos reconociendo a los Otros como
sujetos de la historia iguales a nosotros.
44
2017). El alumnado ha de tener en cuenta que las acciones locales tienen
consecuencias globales y viceversa, y por ello es importante dar este nuevo
enfoque a la materia, creando esa idea de que ya no vivimos solos como en el
siglo XIX, sino que hay varias escalas o dimensiones espaciales a tener en
cuenta: la local, la nacional y la global. Este cambio daría respuesta al nuevo
marco de la globalización en el que vivimos, pero más allá de este
7. Conclusiones.
45
avance, sin lugar a duda, pero lleva aparejada una serie de riesgos a los que
hemos de enfrentarnos si no queremos que las consecuencias sean
irreversibles.
46
que ha de enfrentarse en ese camino hacia la interculturalidad. De estos últimos
aspectos podemos concluir que la reforma, pese a la complejidad que entraña,
es apasionante y fácil de lograr si se toma una verdadera conciencia de su
necesidad real e inmediata.
47
8. Bibliografía.
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