Inmunodiagnóstico
Inmunodiagnóstico
Inmunodiagnóstico
El hecho de que el organismo disponga de una respuesta inmune específica no solo capacitará
para defenderse de esos agentes sino que nos permitirá conocer en muchos casos la presencia
de una enfermedad infecciosa; esta es la base del diagnóstico microbiológico indirecto. La
denominación de indirecto se refiere a que el diagnóstico no se hace por aislamiento e
identificación del microorganismo causante de la infección, sino a través de la respuesta del
huésped, es decir, de forma indirecta.
Bases del diagnóstico indirecto
Para comprender mejor las bases del diagnóstico indirecto conviene recordar las bases fundamentales
de la respuesta inmune: Distinción entre propio y extraño, especificidad y memoria. Mientras que la
primera hace mención a que el sistema inmune no debiera responder en condiciones normales frente a
sus propias sustancias, las otras dos propiedades son de la mayor importancia para comprender el
diagnóstico indirecto.
• La especificidad es la propiedad que permite al sistema inmune responder frente al agente externo
que la provocó y que esa respuesta no afecte a otros antígenos, incluso a aquellos que pudiesen tener
un parecido molecular (reacción cruzada). Cuanto más específica y afin sea esa respuesta más
efectiva será su unión al agente provocador. La persistencia de esos anticuerpos varia en el tiempo y
ello depende de muchos factores: Estímulo inicial, reinfecciones subclínicas repetidas etc.; por ello
encontrar anticuerpos frente a un determinado antígeno nos harásuponer de forma indirecta que el
organismo tiene o ha tenido contacto con él o con antígenos de su procedencia.
• La memoria inmunológica permite que el sistema inmune recuerde haber tenido contacto previo
con un antígeno y responda frente a él de forma anamnésica. Esta respuesta será más rápida y
violenta, uniéndose al organismo una gran concentración de anticuerpos en muy poco tiempo. Esta
propiedad es la base fundamental de la eficacia de las vacunas.
La memoria inmunológica supone, sin embargo, un serio inconveniente a la hora de utilizar la
respuesta inmune para el diagnóstico indirecto de una infección. En efecto, el mantenimiento de una
cierta concentración de anticuerpos durante largo tiempo nos dificulta, con algunas técnicas, conocer
si esos anticuerpos específicos que encontramos en el suero del enfermo han sido provocados por una
infección actual y/o reciente, o son restos persistentes de una infección antigua y curada. Actualmente
se disponen de mecanismos para poder discriminar entre estas dos tipos de situaciones, como veremos
a continuación.
La respuesta inmune y el diagnóstico serológico
Cuando un individuo se pone en contacto con un antígeno por primera vez ocurren los siguientes
fenómenos que se relacionan con el diagnóstico serológico.
1. Aparición precoz de anticuerpo específico de clase IgM . La concentración de este anticuerpo
no es muy alta y su persistencia es generalmente corta. Su detección se identifica habitualmente
con infección aguda, aunque en algunas infecciones se correlaciona no solo con la fase temprana
de la enfermedad sino también con la actividad de la misma en estadíos crónicos (Hepatitis B,
delta). Este marcador no es siempre detectable en la fase aguda de la infección.
2. Aparición algo más tardía de anticuerpo específico de clase IgG. La concentración de este
anticuerpo va creciendo hasta alcanzar, en 3-6 semanas, una meseta que muy lentamente
desciende. Su persistencia suele ser muy prolongada, mucho mas allá de la curación del enfermo y
en ocasiones es detectable durante toda la vida. Este hecho de mantenerse positiva después de la
curación limita su interpretación cuando se detecta aisladamente. Estos dos datos relativos a la
respuesta inmune nos permiten un uso más apropiado para el diagnóstico. Efectivamente, la
detección de IgM específica a unas concentraciones determinadas y dada la brevedad de su
duración nos faculta para realizar un probable diagnóstico de la infección aguda. Por otra parte, la
observación de un incremento en la concentración de IgG específica en dos muestras separadas en
el tiempo - una en fase aguda y otra convaleciente (habitualmente dos semanas) - nos indica la
presencia de un estímulo antigénico en ese momento, o lo que es lo mismo, la existencia de una
infección aguda. Este incremento en la concentración de anticuerpos específicos cuando
comparamos dos muestras de suero en un paciente recibe el nombre de seroconversión, y para
buscarla, el estudio se realizar&aacte; con dos muestras de suero del mismo enfermo con objeto
de comprobar el aumento de la concentración de anticuerpos.
Necesidad del diagnóstico indirecto
Existen situaciones en las que el diagnóstico indirecto se hace indispensable.
Estas son:
1) Los cultivos, en ocasiones, pueden ser negativos si las muestras se obtienen
después del tratamiento o porque el virus no es cultivable.
2) El aislamiento del patógeno puede ser imposible si la muestra se tomó tarde
cuando el agente ya no se elimina.
3) En algunas fases subagudas de la enfermedad los microorganismos son
difícilmente recuperables.
4) La interpretación de un aislamiento puede ser conflictiva cuando existe el estado
de portador sano que puede eliminarlo durante bastante tiempo después de la
fase aguda.
5) En casos atípicos o asintomáticos
6) En los aislamientos mixtos en los que es difícil predecir cuál es el agente
etiológico causal.
Utilidad de los estudios serológicos
Los estudios serológicos pueden emplearse fundamentalmente para:
1.- Estudios de diagnóstico
Aunque el diagnóstico directo tiene muchas ventajas, existen situaciones
en las cuales éste no es posible o es muy caro. En general se trata de
infecciones víricas de aislamiento difícil o no víricas pero de patógeno
difícilmente cultivable o no cultivable. En estos casos, el diagnóstico
indirecto puede darnos a conocer la etiología de la infección.
2.- Estudios epidemiológicos
La demostración del estado inmunitario de una población con respecto a
uno o varios patógenos puede hacerse fácilmente mediante este tipo de
diagnóstico. El estudio retrospectivo de los anticuerpos presentes nos
indicará la prevalencia de este microorganismo/s en dicha población y
dependiendo de su distribución etaria la conveniencia o no de establecer
campañas de vacunación
Elección de una prueba serológica.
Sensibilidad-especificidad
La incorporación de una técnica nueva a un laboratorio clínico debe de estar precedida de
estudios de evaluación. Una prueba serológica se evalúa, fundamentalmente, por los
parámetros de sensibilidad , especificidad y valor predictivo. Del conocimiento de estos tres
valores intrínsecos de la misma se deducirá su aplicación o no en determinadas circunstancias
y como deberá interpretarse su resultado ya sea positivo o negativo.
• ELISA directo (ensayo ELISA simple de dos capas). Las placas ELISA se preparan recubriendo los pocillos con las
soluciones en las que se sospecha se encuentra el antígeno. Se incuban con anticuerpos marcados. Indican la
presencia de antígeno en la solución analizada. Es necesario incluir controles negativos que serán muestras del
mismo tipo que las analizadas (sangre, orina...), pero en las que se tenga la certeza de la ausencia del antígeno
buscado. Asimismo se incluyen controles positivos (soluciones donde se encuentra el antígeno buscado).2
• ELISA indirecto. Las placas ELISA se preparan de la misma forma a la anterior. Los controles positivos y negativos
son los mismos. El sistema de detección emplea dos anticuerpos: uno primario contra el antígeno y uno
secundario marcado contra el primario. La detección tiene mayor sensibilidad por presentar una amplificación de
señal debida a la unión de dos o más anticuerpos secundarios por cada primario. Es el ensayo más popular, como
lo es la inmunofluorescencia indirecta, pues un mismo secundario marcado y un mismo sistema enzimático
permiten cuantificar una gran variedad de antígenos; por eso es un método más polivalente y barato, aunque se
pierda algo de precisión por tener un eslabón más con respecto al método directo. La dilución de la solución que
contiene el anticuerpo primario —por ejemplo, suero sanguíneo— es un factor muy importante a tener en cuenta
para evitar la aparición de falsos negativos, ya que si la muestra está muy diluida, no saldrá positiva si la titulación
de anticuerpos es muy baja. (Es decir, aunque los anticuerpos están presentes, la prueba no da positivo porque la
concentración de anticuerpos específicos contra el antígeno que está pegado en el fondo del pocillo no es
suficiente como para dar una señal detectable.). El ELISA indirecto es el método de elección para detectar la
presencia de anticuerpos séricos contra el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), agente causante del
síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA). Según esta técnica, proteínas recombinantes de la envoltura y el
núcleo del VIH se absorben como antígenos en fase sólida a los pocillos. Las personas afectadas de VIH producen
anticuerpos séricos contra epítopos en estas proteínas víricas. En general, el ELISA indirecto permite detectar
anticuepos séricos contra VIH desde las primeras seis semanas de una infección.3
• ELISA «sándwich» (Ensayo de captura de antígeno y detección mediante inmunocomplejos). Se
trata de un ensayo muy empleado en el que se recubre el pocillo con un primer anticuerpo
anti-antígeno. Después de lavar el exceso de anticuerpo, se aplica la muestra problema en la
que se encuentra el antígeno, que será retenido en el pocillo al ser reconocido por el primer
anticuerpo. Después de un segundo lavado que elimina el material no retenido, se aplica una
solución con un segundo anticuerpo anti-antígeno marcado. Así, pues, cada molécula de
antígeno estará unida a un anticuerpo en la base que lo retiene y un segundo anticuerpo, al
menos, que lo marca. Este ensayo tiene una gran especificidad y sensibilidad debido a la
amplificación de señal que permite el segundo anticuerpo.
• ELISPot. ELISpot es un método altamente sensible en la inmunología para enumerar las células
que producen una citoquina dada. Las células se estimularon en una placa de microtitulación
per-recubierta con un anticuerpo específico anti-analito. En respuesta a la estimulación, las
células liberan citocinas que se unen al anticuerpo anti-analito. Después de una etapa de
lavado, que elimina las células de los pozos, la ubicación de citoquinas secretadas se visualiza
mediante un anticuerpo de detección marcado con enzima y su sustrato cromogénico
correspondiente. El resultado final es un conjunto de manchas de color, cada uno de los cuales
representa un área donde se había localizado una célula que secreta la citoquina. Existe un
método de ELISpot estándar y una variación denominada de células dendríticas DC-ELISpot
para la detección de las células tras la estimulación con oligopéptidos y antígenos de proteína,
respectivamente.
Quimioluminiscencia
• Durante determinadas reacciones químicas, la luz generada por este
fenómeno constituye una alternativa conveniente y muy sensible para las
mediciones de absorbancia en ELISA. Los tipos de ELISA que recurren a
la quimioluminiscencia utilizan un sustrato que genera luz, en lugar del
sustrato cromógeno de las reacciones ELISA ordinarias. Tales son los
casos de la oxidación del compuesto luminol por peróxido de hidrógeno y
la enzima peroxidasa de rábano (HRP), que producen luz. La luz que se
genera en dichas reacciones puede detectarse gracias a su capacidad de
sensibilizar una película fotográfica. La medición cuantitativa de la emisión
de luz puede hacerse mediante el uso de un luminómetro.
• La ventaja de las pruebas de quimioluminiscencia sobre las cromógenas
es la mejoría de la sensibilidad. En general, el límite de detección puede
aumentarse al menos diez veces si se cambia un sustrato cromógeno por
uno que emita luz, y más de doscientas veces cuando se adicionan
agentes potenciadores.