Guia Módulo I
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TABLA DE CONTENIDO
7) Moverse en el espacio................................................................................ 7
La Mirada...................................................................................................... 10
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Cómo se formulan las preguntas ..................................................................... 15
2. Pausa: ...................................................................................................... 15
3. Rapidez: ................................................................................................... 15
1) Conclusiones ............................................................................................... 23
2) Recapitulación ............................................................................................. 23
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UNIDAD 1.
LA TÉCNICA DE LA APERTURA
La "apertura" es un momento en el encuentro de formación que consiste en incentivar
al participante para que dirija la atención hacia una actividad específica, preparándose así para
recibir una información o realizar una acción. Es evidente que el correcto empleo de la apertura
(entendida como la preparación del participante para recibir una información o realizar una
tarea) afecta positivamente el aprendizaje.
La apertura puede variar en tiempo y estrategias según la naturaleza del tema, interés
de los participantes, los conocimientos previos y cualquier otro aspecto relacionado con la
situación de enseñanza y el "campo experiencial" del participante, es decir, con su conjunto de
experiencias, motivaciones, intereses, valores, creencias, sentimientos y condiciones físicas.
La apertura además de centrar la atención del participante, busca que éste se involucre
con la situación de aprendizaje, por eso la técnica exige más que una breve introducción,
porque su propósito es el de clarificar metas de la instrucción y de aprendizaje. Por otra parte,
la relación afectiva facilitador- participante constituye el clima psicológico de la sesión; este
clima es muy importante los primeros minutos del encuentro, es la base fundamental para que
los participantes decidan involucrarse o no en la experiencia y va a facilitar o a dificultar el
desarrollo del interés, la motivación y la curiosidad hacia el tema.
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● Explicar los objetivos de la actividad que se va a realizar.
● Generar un clima psicológico que favorezca la relación afectiva facilitador - participante.
No se pretende que el facilitador, para iniciar la sesión, use todos los procedimientos de
la técnica de la apertura, sino que haga una selección de los mismos en función de la
planificación de su sesión. También es necesario que pueda reflexionar sobre la importancia de
ese momento en el sentido que, así como se preocupa por el contenido a desarrollar pueda
prestar atención preferencial a los medios que empleará para introducir a los participantes en
el tema, motivándolos y focalizando su interés en los puntos a tratar, lo cual contribuirá con el
éxito de la actividad.
Los procedimientos para la apertura de una sesión abarcan dos niveles de motivación:
Consiste en aclarar a los participantes la importancia del tema propuesto y las razones
por las cuales deben ser adquiridos estos conocimientos. También orienta la atención del
participante, al señalarle la relevancia de esas informaciones en relación con el tema a
desarrollar y la asignatura en general.
2) DESPERTAR CURIOSIDAD
La curiosidad estimula en el participante la búsqueda de información o conocimiento en
relación con un suceso o situación parcialmente conocida. Como generalmente los fenómenos
nuevos o inexplicables despiertan curiosidad, el facilitador puede aprovechar este hecho para:
● Exponer algo novedoso a los participantes.
● Presentar el contenido con un enfoque distinto o personalizado.
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● Formular preguntas al participante que conllevan a respuestas novedosas, a asumir
posiciones personales que lo induzcan a reflexionar sobre aspectos nuevos relacionados
con el tema.
Los procedimientos para despertar la curiosidad tienen diferentes grados. Algunos sólo
inducen a prestar atención, otros se dirigen a acentuarla hasta hacerla muy intensa. La
"disonancia cognoscitiva" o "choque emocional" se encuentra en esta última categoría y es un
procedimiento para impactar al auditorio, chocando con sus creencias, valores o sentimientos.
Mantener durante cierto tiempo de la sesión una misma pauta de instrucción, conlleva
a que gradualmente vaya disminuyendo la atención del participante. Cambiar de una pauta a
otra, es un recurso para estimular el interés y mantener la atención hacia el tópico del estudio.
Pasar de una exposición a la formulación de preguntas, a una discusión o a otro tipo de
actividad grupal, es una manera de reorientar la atención del participante hacia el tema de la
sesión.
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Existen tres sistemas básicos de representación de la realidad: el visual, el auditivo y el
kinestésico. Aunque todos los individuos poseen estos tres canales de representación, hay una
inclinación predominante a utilizar uno de ellos, lo que conlleva a un modelo limitado de la
realidad. Sin embargo, si el facilitador durante su sesión suministra información a través de
todas las modalidades sensoriales, es decir, utiliza un estilo multisensorial, no sólo atrae la
atención y despierta el interés de sus participantes, sino que favorece en ellos otras maneras de
ordenar sus experiencias y buscar nuevos significados.
7) MOVERSE EN EL ESPACIO
El desplazamiento corporal exige ajustes sensoriales por parte de los participantes con
respecto al facilitador, y los ayuda a mantener un alto nivel de atención. El facilitador puede
desplazarse en el salón de clase, de tal modo que pueda establecer mejor interacción con los
participantes y aumentar el grado de atención.
Las expresiones gestuales realizadas con la cabeza y con las manos, así como las
expresiones faciales y movimientos del cuerpo son importantes para acompañar la
comunicación oral y centrar la atención en los aspectos más significativos de la sesión. El
lenguaje no verbal anticipa una idea, refuerza un concepto o ilustra lo que se está diciendo.
● Meterse una o las dos manos en los bolsillos. No sólo no parece elegante, sino que
refleja tensión e inseguridad.
● Cruzar los brazos. Si se cruzan delante da la impresión de superioridad o de estar a la
defensiva, especialmente durante el turno de preguntas.
● Entrelazar las manos delante o detrás del cuerpo.
● Agarrar la mesa con las dos manos todo el tiempo. Este gesto refleja la necesidad de
asirse a algo en busca de seguridad.
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● Juguetear con el marcador, el borrador, lápiz, entre otros. Si no se están utilizando
continuamente, es mejor depositarlos sobre la mesa y tomarlos con las manos
solamente cuando se vayan a emplear de nuevo.
● Señalar a la audiencia con el dedo índice. Transmite hostilidad y se interpreta como un
gesto amenazante. Es mejor utilizar la palma hacia arriba, en un gesto de apertura e
inclusión.
● Tomar conciencia de las muletillas gestuales como:
● Tocar repetidamente la cara, la boca o el pelo.
● Frotar la barbilla, la barba o el bigote.
● Jugar nerviosamente con el anillo, la pulsera, el collar, la hebilla del cinturón o la
corbata.
● Alisar una prenda de forma repetitiva.
● Sentarse y levantarse constantemente del borde de la mesa, o apoyarse y
despegarse de la mesa.
● Ajustarse continuamente las gafas.
● Cruzar y soltar los brazos o las piernas.
● Meter y sacar las manos de los bolsillos.
El estado del arte contempla, en general, cinco tipos de gestos, todos los cuales, bien
aplicados, dotarán de dinamismo e interés a tu presentación:
Rítmicos: El gesto indica la velocidad con la que se lleva a la práctica una idea, proyecto
o trabajo. Por ejemplo, hacer un movimiento circular con el índice indicando el ritmo o
cadencia.
Kinéticos: El movimiento realiza toda o parte de la acción que se describe. Por ejemplo,
explicar con el propio cuerpo cómo se movía alguien o simular cómo se escala una pared a la
vez que se pasa la cuerda por los mosquetones.
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Deícticos: Alguna parte del cuerpo señala algo o a alguien, donde se quiere que la
audiencia pose la mirada. Por ejemplo, utilizar un dedo (normalmente el índice) o la mano o
incluso el mentón para señalar la pantalla o un objeto sobre la mesa.
La voz constituye el principal recurso con el que cuenta el facilitador para comunicar los
pensamientos, los sentimientos y construir el discurso. En la utilización de la voz el facilitador
debe cuidar especialmente: el volumen, el tono, el ritmo y la pronunciación.
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antes ha conectado con su corazón. Si no se siente la menor emoción por lo que se dice, no se
consigue conectarse con la audiencia.
El humor es una de las mejores formas de conexión, es la distancia más corta entre dos
personas. La risa relaja la tensión y la resistencia que se puede encontrar al exponer las ideas y
mejora drásticamente la comunicación y las relaciones. Además, incide en que la presentación
sea más divertida, lo cual mantiene despierta a la concurrencia.
Recuerde que la forma suprema de humor es reírse de uno mismo: no hay mejor
mecanismo de conexión con el público. Ayudará a mostrarse tal cual somos y permitirá decir
lo que de otro modo resultaría inapropiado.
La simplicidad como comunicador no es una debilidad, sino una fortaleza. Sólo aquellas
personas capaces de clarificar y simplificar su mensaje serán capaces de que éste se eleve sobre
el inmenso ruido de fondo. Siga el consejo del sabio Aristóteles: «Piense como lo hacen los
hombres sabios, pero hable como lo hace la gente corriente».
LA MIRADA
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Cuando se mira directamente a los participantes se les transmite el mensaje de que se les
habla a ellos, no simplemente delante de ellos. Como consecuencia, se sentirán parte viva de la
sesión, devolverán la mirada y se concentrarán más en lo que hay que contarles.
Otra ventaja importante del contacto visual con los participantes reside en la posibilidad
de supervisar sus reacciones. Los rostros constituyen el barómetro de su interés, comprensión y
aburrimiento. Incluso cuando no interrumpen para solicitar aclaratorias, mirándolos se
reconocen sus expresiones faciales y corporales, que pueden delatar interés, entretenimiento,
confusión, aburrimiento, cansancio o irritación. Si percibe confusión, puede lentificar el ritmo y
explicar más los datos; si percibe aburrimiento, puede aumentar el ritmo y explicar con menos
detalle información que puede resultar ya conocida; si percibe cansancio, obvie información
secundaria y termine antes. Aunque se debe responder al estado de ánimo general, no se deje
guiar por un solo individuo. Si un participante evita su mirada o la aparta rápidamente, no
insista y salte a otro. Más adelante, cuando se sientan más cómodos, devolverán la mirada.
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UNIDAD 2.
LA FORMULACIÓN DE PREGUNTAS
La técnica de preguntar en una sesión de aprendizaje, aún cuando es un procedimiento
muy utilizado, suele ser manejado con poco criterio didáctico. La forma interrogativa, ayuda a la
adquisición de conocimientos dirigiendo la observación, la experimentación, el análisis, guiando
la síntesis y la generalización en el período de elaboración de la respuesta. El pensar para
elaborar una respuesta es, por lo tanto, una situación de enfrentamiento a un problema con el
fin de resolverlo. La obtención de la respuesta o solución es el aprendizaje.
El facilitador puede usar distintos tipos o categorías de preguntas, sin embargo, pocos
facilitadores emplean las preguntas de alto índice de dificultad que exigen mayor esfuerzo para
contestar y estimular procesos cognoscitivos como el análisis y la síntesis, que son
fundamentales para desarrollar el pensamiento crítico y el creativo (pensamiento divergente).
De hecho, los facilitadores prefieren las preguntas que exigen recordar datos (pensamiento
convergente), tal vez porque son más fáciles de elaborar por su bajo índice de dificultad.
Las preguntas son tan buenas como las respuestas que ellas provocan, es decir, que en
la medida que el facilitador hace buenas preguntas ayuda al participante a dar buenas
respuestas; si las preguntas son superficiales, o confusas, o son formuladas en un momento no
adecuado, las respuestas también serán superficiales, confusas o inadecuadas.
Las preguntas se pueden formular con la finalidad de: evaluar el aprendizaje, motivar,
profundizar en el tema, conectar el tema con otros, crear un ambiente positivo para el
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aprendizaje, favorecer la interacción facilitador-participante, aumentar el nivel afectivo
interpersonal y grupal, ejercitar el pensamiento crítico y creativo, fundamentar lo expresado
por el participante o el facilitador, ampliar el tema o la respuesta.
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también principios, ideas y teorías. Resolver o solucionar problemas aplicando el conocimiento
adquirido, hechos, técnicas y reglas, de manera diferente. Ejemplo: ¿Cómo usaría....? ¿Qué ejemplos
podría encontrar para....? ¿Cómo resolvería … utilizando lo que ha aprendido sobre...? ¿Cómo
organizaría … para demostrar....? ¿Cómo demostraría el entendimiento de....? ¿Qué
aproximación o punto de vista, utilizaría para....? ¿Cómo aplicaría lo que ha aprendido para
desarrollar....? ¿De qué otra manera planearía, explicaría, expondría....? ¿Qué pasaría si....?
¿Podría utilizar algunos hechos para....? ¿Cuáles elementos cambiaría de....? ¿Qué hechos
seleccionaría para demostrar....? ¿Qué preguntas formularía al hacer una entrevista con....?
¿calcule, desarrolle, demuestre, construya……?
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estimaría los resultados de....? ¿Qué hechos puede compilar....? ¿construya un modelo que
cambiará....? ¿Plantee una forma original para....?
6. Evaluación: Se define como la formación de juicios sobre el valor de las ideas, obras,
métodos, soluciones. Exponer y sustentar opiniones realizando juicios sobre información,
validar ideas sobre trabajo de calidad con base en criterios establecidos. Ejemplo: ¿Está de
acuerdo con las acciones o procedimientos....? ¿Con los resultados....? ¿Cuál es su opinión
sobre....? ¿Cómo aprobaría (desaprobaría)....? ¿Qué valor o importancia tiene....? ¿Sería mejor
si....? ¿Por qué cree que (tal persona) escogió....? ¿Qué recomendaría....? ¿Qué valor le daría
a....? ¿Qué argumentaría para defender tales acciones....? ¿Cómo evaluaría...?¿Qué elección
habría hecho....? ¿Por qué seleccionaría....?¿Qué juicio haría sobre....? ¿Con base en lo que
usted sabe, cómo explicaría....?
¿Qué información usaría para justificar tal punto de vista....? ¿Cómo justificaría....? ¿Qué
datos se usaron para llegar a determinada conclusión....? ¿Por qué sería mejor esto
que...?¿Cómo compararía ideas....? ¿personas....?
Para responder al cómo se formulan las preguntas se pueden utilizar los siguientes
procedimientos:
1. CLARIDAD Y COHERENCIA:
Una pregunta es clara cuando puede ser fácilmente entendida por el participante,
independientemente de que pueda responderla o no; y es coherente cuando se le ubica
debidamente en un determinado contexto, es decir, que guarda relación con lo expuesto
anteriormente, o con lo que será expuesto a continuación.
2. PAUSA:
Después de formular una pregunta es necesario hacer una pausa para buscar señales
no verbales de comprensión o interés por contestar. La extensión de la pausa es una señal para
el participante: pausas largas le indican que debe pensar detenidamente en la respuesta;
pausas cortas, indican que el participante debe responder rápido, porque si la respuesta no se
obtiene de inmediato el facilitador la reformulará.
3. RAPIDEZ:
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La rapidez en la formulación de preguntas depende del tipo de pregunta. Así las
preguntas fáciles o de bajo índice de dificultad pueden ser comunicadas rápidamente. Aquellas
de alto índice de dificultad requieren más lentitud y deben ser seguidas de pausas, de lo
contrario da lugar a confusiones o silencio por parte de los participantes. En todo caso, es
posible usar algunas expresiones que le indican al participante qué es lo que se espera de él
por ejemplo, «Piense cuidadosamente antes de responder» «haga un esfuerzo por dar una
respuesta completa». Las pausas y la rapidez caracterizan el ritmo del proceso de formulación
de las preguntas.
4. DIRECCIÓN Y DISTRIBUCIÓN:
5. SUGERENCIA Y SONDEO:
Hay que considerar que a ciertos participantes se les dificulta intervenir en discusiones o
contestar las preguntas, cuando éstos intervienen es importante estimularlos. Cuando no
responden, la actitud no debe ser negativa, sino sugerirles la respuesta o formularles preguntas
de sondeo para facilitar su intervención.
El facilitador tiene que evitar contestar él mismo las preguntas cuando no les ha dado
suficiente tiempo a los participantes para responder o cuando hay errores o deficiencias en las
respuestas obtenidas. En estos casos el facilitador puede utilizar también sugerencia o sondeo.
TIPOS DE PREGUNTAS:
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Pueden estar dirigidas a un nivel cognitivo o a un nivel metacognitivo (centrado en el
proceso):
● De justificación: Este es una de los tipos más utilizados, ya que frente a cualquier respuesta
o acción del participante, se le puede requerir que la justifique. Se solicita al participante el
“por qué” de su respuesta, es decir, que defienda, razone o argumente su respuesta. Esto
promueve la revisión, por parte del participante, de su respuesta, y lo acertado o no de ella;
promueve, también, la metacognición (conciencia sobre cómo se aprende) en el
participante, al tener que revisar los procedimientos o procesos internos que lo llevaron a
dar una respuesta en un momento dado.
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de manera acertada, se puede solicitar a otro participante que añada algo más a lo que ha
dicho el primero; igualmente se puede pedir a un segundo participante que clarifique lo
que ha dicho el primero o dé un ejemplo; se puede requerir a un participante que responda
la pregunta que ha hecho otro participante (en vez de responderle el facilitador);
finalmente, es válido pedir a un participante su opinión sobre lo que ha dicho otro
participante, etc.
● Formule la pregunta al grupo, espere tres a 5 segundos, luego pida a algún participante
que responda. Pida voluntarios y señale no voluntarios para mantener alerta a todos los
participantes.
● Adopte una actitud de comprensión y ayuda ante las respuestas incorrectas.
● Dirija la misma pregunta a varios participantes (redirección).
● Maneje las respuestas en un nivel individual y grupal, propiciando la interacción y la
interdependencia.
● Formule con frecuencia preguntas de alto índice de dificultad, las cuales inducen en el
participante procesos de elevado nivel cognoscitivo.
● Ayude al participante con la sugerencia y/o el sondeo para que inicie o continúe una
respuesta o para corregir una respuesta deficiente.
● Busque una clarificación posterior de la respuesta dada.
● Reenfoque la respuesta del participante.
● Evite repetir sus preguntas con las mismas palabras.
● Evite responder sus propias preguntas.
● Evite repetir las respuestas del participante con sus mismas palabras.
● Evite las preguntas que conllevan a respuestas «Sí» o «No».
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confianza y una imagen positiva del participante. Su ausencia puede conducir a una pobre
autoimagen, a la inseguridad y a la falta de entusiasmo por continuar esforzándose o para
superarse.
El elogio es uno de los recursos más útiles de los que dispone el facilitador para lograr
que el participante adquiera, mantenga, y aumente los comportamientos que dan lugar al
aprendizaje, o bien, reduzca o elimine aquellas actitudes que lo entorpecen.
El elogio puede ser usado en sesiones de preguntas y respuestas como un medio para
permitir la participación, conocer los puntos de vista de los participantes, la forma en que
exponen sus criterios, para sondear sus conocimientos, para verificar la comprensión del
contenido expuesto, entre otros.
El elogio puede ser verbal, (frases o palabras estimulantes) o bien no verbal, (gestos de
aprobación, sonrisas, contactos visuales, etc.) Generalmente el elogio es una combinación de
todo esto.
USO DE LA RETROALIMENTACIÓN:
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3. Será mucho más efectivo si se ofrece inmediatamente después de ocurrir la
intervención.
4. Debe ser comprobado para asegurar una buena comunicación. Tanto el que recibe
como el que envía el mensaje tienen oportunidad de comprobar entre sí y con los
demás miembros del grupo cuán correcta es la apreciación ¿Es ésta la impresión de
una sola persona o hay otros miembros en el grupo que la compartan?
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UNIDAD 3.
TÉCNICAS DE CLAUSURA
La sesión debe constituir un todo lógico, tanto desde el punto de vista del facilitador
como del participante. La sesión considerada como un todo puede dividirse en tres fases: el
inicio o preparación para la actividad, en la cual se plantea una situación; el desarrollo que
consiste en una fase de actividad-trabajo, en la que se procesa la situación planteada; el cierre,
que es la fase de integración de toda la actividad, tanto cognoscitiva como personal-emocional.
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Si se reflexiona sobre la manera como la mayoría de los facilitadores cierran una sesión
de trabajo o sesión, se podría afirmar que muchos manifiestan los comportamientos siguientes:
● Se le agota el tiempo, sin que logre terminar lo que se había propuesto hacer o había
enunciado que se haría durante la sesión.
● Finaliza la sesión de trabajo porque no tiene nada más que decir o realizar, sin que el
tiempo para la sesión se haya agotado.
● Comienza a tratar nuevos contenidos en los últimos minutos del tiempo fijado para la
culminación de la sesión de trabajo, lo cual implica un corte abrupto de la sesión.
● Se da cuenta de que el tiempo se agota y no ha podido realizar lo que se proponía y
comprime información en los últimos minutos de la sesión.
● Prolonga la sesión de trabajo más tiempo del fijado para la misma.
● Concluye la sesión sin comprobar si los participantes lograron los objetivos propuestos.
● Guiar al participante a realizar una revisión de los puntos más importantes estudiados
durante la sesión.
● Ayudar al participante a que consolide los conceptos y las ideas que fueron estudiadas.
● Facilitar al participante el establecimiento de conexiones entre lo previamente
estudiado y el nuevo material recién aprendido y entre lo que acaba de estudiar y los
nuevos aprendizajes que realizará.
● Ofrecer elogio y retroalimentación al participante por el esfuerzo o actividad realizada.
Otro elemento que contempla la clausura es el aspecto psicológico que permite que los
participantes experimenten una sensación de logro por el esfuerzo realizado; es de especial
importancia en aquellas secuencias de aprendizaje particularmente, difíciles, y se relaciona
básicamente con el elogio. En síntesis, el acto de la clausura de la sesión opera como un
organizador de lo aprendido. Es el momento donde lo tratado en la sesión se retorna en forma
ordenada y sistemática. Es un momento propicio para estimular la motivación hacia la consulta
y la investigación del tema finalizado, así como para premiar esfuerzos individuales o grupales.
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PROCEDIMIENTOS PARA CLAUSURAR O CERRAR UNA SESIÓN:
Es útil aclarar, que «finalizar» una sesión y <<concluir>> una sesión, no significa lo
mismo, pues toda actividad de sesión tiene que finalizar en un momento u otro, pero esto no
garantiza la conclusión. Una sesión puede finalizar porque se acabó el tiempo disponible o
porque la interrumpió un evento inesperado, pero una sesión «concluye» cuando el facilitador
lleva a cabo una serie de pasos debidamente planificados para tal fin.
1) CONCLUSIONES
Este procedimiento tiene que incluir un planteamiento que requiera que los
participantes elaboren conclusiones con base en los puntos tratados. Hacer planteamientos al
participante para que establezcan relaciones entre lo aprendido recientemente en la sesión, lo
previamente estudiado, y lo que estudiará en el futuro, para así despertar en él, un sentido de
la utilidad y aplicabilidad de los procesos de enseñanza y de aprendizaje. Es importante que los
participantes elaboren sus propias conclusiones y que, dependiendo de lo completa que ellas
sean, el facilitador amplíe o añada aspectos esenciales.
2) RECAPITULACIÓN
4) ELOGIO Y RETROALIMENTACIÓN
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Utilizar el elogio y la retroalimentación, para reconocer al participante y al grupo su
interés y atención, sus intervenciones, su disposición al trabajo, entre otros., lo cual refleja el
esfuerzo realizado para llevar a cabo la actividad y lograr metas propuestas. Estos procesos van
dirigidos al aspecto personal-emocional del participante y del grupo en general y requiere del
facilitador igual atención que los aspectos cognitivos.
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