Novena San Rafael
Novena San Rafael
Novena San Rafael
com “Donde adultos y jóvenes católicos encuentran guías de oraciones para cómo
aprender a rezar, orar acompañados y descargar”
Médico y medicina de los dolientes, guía y defensor de los caminantes, abogado y protector de los
pretendientes, consuelo y alivio de los afligidos.
ADVERTENCIAS
La primera y principal, es confesarce y comulgar, para ponerse por este medio en gracia y amistad con
Dios; pues así nos concederá su Majestad, como amigos suyos, los favores que le pedimos y deseamos; y
aunque esta diligencia se debía hacer el primer día, se puede trasladar a cualquier día de la Novena.
La segunda y muy especial, es obligar a la Reina de los ángeles, renovando en nuestras almas las
devociones antiguas, y acrecentando la confianza en la protección de esta poderosísima Señora; pues
todos los beneficios y favores, que comunica Dios a sus criaturas, pasan y se participan por las liberales
manos de su santísima Madre.
La tercera y más propia, es procurar imitar aquellas especiales virtudes que ejercitaba el santo Tobías, y
por las cuales mereció que el santo Arcángel le comunicase tan singulares favores. Estas, según las
refiere el mismo santo Arcángel fueron la oración, la limosna y el ayuno, la caridad con los prójimos, y la
misericordia y piedad con los difuntos. Estas mismas procurará ejercitar en cuanto pudiere el que hiciere
la Novena y espere lograr lo que tan cumplidamente logró el mismo Tobías, pues como dice la Historia
sagrada, el santo Arcángel ofreció, y le consiguió de su Majestad, aun mucho más de lo que deseaba.
Se puede hacer esta Novena en cualquier tiempo del año, cuando la necesidad, o la devoción de cada
uno le dictare. Pero parece que será muy acertado, por lo que mirar a la devoción publica, hacerla desde
el último jueves del Carnaval hasta el primer viernes de cuaresma; pues en estos nueve días se incluyen
los tres de Carnestolendas (periodo que comprende los tres días anteriores al miércoles de ceniza), que
serán muy bien empleados, si se gastaren en esta devoción, y no en los pasatiempos y diversiones en
que suelen emplearse.
Por lo que toca a la devoción privada de cada uno, podrá hacer la Novena en nueve lunes continuados
por ser este día el dedicado a los coros de los ángeles. También la podrá hacer en cualesquiera días y
tiempos del año, y tal puede ser la urgencia y la necesidad, que se podrá hacer en el espacio de un día,
en nueve tiempos oportunos y discontinuados. También se podrá hacer, cuando se ha de emprender un
viaje largo ya sea por tierra, por ser este santo Arcángel el especial protector de los caminantes.
También cuando se pretende tomar estado, por el singular acierto que tiene san Rafael en punto tan
dificultoso de acertar. En las cobranzas dificultosas se puede también obligar al santo Arcángel con su
Novena, porque fue el mas desinteresado agente en la cobranza de Tobías. Y sobre todo en las
enfermedades, porque su mismo nombre Rafael, es lo mismo que medicina de Dios. Y esta sagrada
medicina la encontrará siempre con seguridad el que con fervor y confianza hiciere la Novena a este
sagrado príncipe y soberano Arcángel san Rafael, procurando hacerla delante de su imagen; ya en la
iglesia, de la que está en el altar mayor, ya en su casa, delante de su estampa.
Hincado de rodillas delante de la imagen del glorioso Arcángel san Rafael, se dará principio a su Novena
con la señal de la santísima cruz: y levantando el corazón a Dios, procurar alentar la confianza y avivar la
fe; haciéndose presente con la consideración a toda la corte celestial, y a la Reina de los ángeles, como
especial abogada nuestra, en cuya presencia con humildad, dolor y arrepentimiento, dirá de todo
corazón el acto de contrición.
De nuestros enemigos,
Líbranos Señor,
Dios nuestro.
Del Hijo,
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Padre, Creador y Redentor mío, por ser Vos quien sois, y
porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, y propongo
firmemente la enmienda de nunca más pecar, de apartarme de las malas ocasione, confesarme, y
cumplir la penitencia que se me fuere impuesta. Os ofrezco Señor mi vida, obras y trabajos en
satisfacción de todos mis pecados; y confío en vuestra bondad, y misericordia infinita me los
perdonaréis, y me daréis gracia para enmendarme, y para perseverar en vuestro santo servicio hasta el
fin de mi vida. Amén
Glorioso Arcángel san Rafael, sagrado príncipe de los siete que asisten al trono supremo del mismo Dios;
si es para gloria de su Majestad divina y para honra de vuestra alteza, que yo consiga lo que deseo y pido
en esta Novena, alcanzadme esta gracia del Señor, y si no enderezad mi petición, y pedid para mi a Dios
aquello que mas me conviene, para mayor gloria suya, vida y provecho de mi alma.
ORACIÓN
Dios y Señor de los ángeles, a los cuales encomendáis la guarda de los hombres: yo os ofrezco los
merecimientos de estos soberanos espíritus, y los de vuestro Arcángel san Rafael, que siendo de los
supremos, bajó a ser guía, guarda y compañero de aquel piadoso joven Tobías, librándole en los caminos
de los peligros de cuerpo y alma. Yo os suplico, que me concedáis la guarda, guía y protección de este
santo Arcángel, y la gracia que pido en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
Padre Nuestro
Padre nuestro,
hágase tu voluntad
Ave María
el Señor es contigo;
bendita tú eres
y bendito es el fruto
de tu vientre, Jesús.
ahora y en la ahora
[Primero] [Segundo]
[Tercero] [Cuarto]
[Quinto] [Sexto]
DÍA PRIMERO
Santísimo príncipe de la gloria y poderoso Arcángel san Rafael, grande en los bienes de la naturaleza,
grande en los dones de la gracia, grande en el ardor de la caridad, grande en el resplandor de la
sabiduría, grande en la piedad con los hombres, grande en el poder contra los demonios, grande en la
dignidad, grandísimo en la humildad. Medicina de Dios, médico de la salud, príncipe de las médicos,
prefecto de las curaciones, salud de los enfermos, luz de los ciegos, gozo de los afligidos, custodio de los
caminantes, guía de los peregrinos, maestro de los que desean la perfección, protector dela virtud,
celador de la gloria de Dios, ensalzador de la limosna, del ayuno y de la oración. Ruégote, piadosísimo
Príncipe, por aquella caridad con que acompañaste a Tobías el mozo, guardándole de muchos peligros,
librándole a él y a Sara su esposa de aquel cruel demonio Asmodeo, sanando al anciano Tobías de la
enfermedad que padecía en sus ojos, y llenando su casa y familia de muchos bienes; me asistas en las
enfermedades, me acompañes en los caminos, y me defiendas del demonio y de la torpeza, para que
viviendo castamente en esta vida, merezca ver la luz de Dios eterna; y también os suplico me alcancéis
lo que os pido en esta Novena, si es para mayor gloria de Dios y bien de mi alma. Amén.
DÍA SEGUNDO
Dios y Señor de los arcángeles, a los cuales encomendáis los negocios mas gravísimos de vuestra gloria, y
utilidad de los hombres: yo os ofrezco los merecimientos de estos diligentes espíritus y los de vuestro
Arcángel san Rafael, a quien enviasteis, como ministro de vuestras piedades, para asistir a los negocios y
encargos de la cobranza y casamiento del obediente mancebo, hijo de Tobías, el cual logró por su medio
con toda felicidad lo que deseaba: yo os suplico me concedáis el acierto en todos los negocios que se
encargaren a mi cuidado, y el cumplimiento de mis obligaciones, y también la gracia que os pido en esta
Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
Oración final para todos los días.
DÍA TERCERO
Dios y Señor de los principados, los cuales por medio de los ángeles arcángeles, alumbrando,
instruyendo y mandando, cuidan de la salud de los hombres: según la disposición de vuestra divina
voluntad; yo os ofrezco los merecimientos de estos celosísimos espíritus, y los de vuestro Arcángel
Rafael, el cual instruyó al joven Tobías para que conociese la medicinal virtud de las entrañas de aquel
pez, y le alumbró del porte perfecto y santo que había de tener con su esposa Sara, para lograr sin
peligro el fruto de bendición: yo os suplico que me concedáis la instrucción y luz de este santo Arcángel
para conocer la espiritual medicina de mi alma, y el acierto en el estado en que me pusiere vuestra
santísima mano, y la petición que os hago en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
DÍA CUARTO
Dios y Señor de las potestades, que tienen especial poder para refrenar los demonios; yo os ofrezco los
merecimientos de estos poderosísimos espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, a quien disteis la
singular potestad para que ligase y encadenase en el desierto del superior Egipto al cruel enemigo de la
pureza y astuto demonio llamado Asmodeo, defendiendo por este medio a los hombres de sus
abominables asechanzas: yo os suplico queme concedáis la gracia y virtud de la pureza, defendiendo mi
alma de las tentaciones de este cruel enemigo, y me deis en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra.
Amén.
DÍA QUINTO
Dios y Señor de las virtudes, por las cuales hacéis milagros y prodigios propios de vuestro soberano
poder; yo os ofrezco los merecimientos de estos prodigiosos espíritus y los de vuestro Arcángel san
Rafael, por quien obró vuestra poderosa mano los milagros de dar vista al anciano Tobías, librar del pez
a su hijo, defender a Sara de las calumnias de su criada y darle logro feliz de su matrimonio con dichosa
sucesión: yo os suplico, que por la mano de este santo Arcángel ejecutéis en mi alma los prodigios de
darme luz para conoceros, paso seguro para seguiros, tolerancia para sufrir las injurias, y confianza para
esperar el remedio, y me deis lo que os pido en esta Novena a mayor honra y gloria vuestra. Amén.
DÍA SEXTO
Dios y Señor de las dominaciones, que presiden a todos los espíritus inferiores, ministros de vuestra
providencia, y ellos se sujetan a vuestra voluntad prontos siempre para ejecutarla; yo os ofrezco los
méritos de estos excelentes espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, que siendo de los supremos y
superiores espíritus, se humilló y rindió, mostrándose como siervo para conducir al joven Tobías, y
restituyéndole a su casa, después de haberle instruido en la perfecta obediencia a su anciano padre y
pacifico gobierno con su esposa y familia: yo os suplico que me concedáis una pronta y perfecta
obediencia a todos mis mayores y superiores, y la petición que os hago en esta Novena a mayor honra y
gloria vuestra. Amén.
DÍA SÉPTIMO
Dios y Señor de los tronos en que descansáis, como en trono de vuestra Majestad; yo os ofrezco los
merecimientos de estos altísimos espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, que después de los
trabajos de aquel dilatado y peligroso camino, en que acompañó a Tobías, le puso en el descanso y
quietud de su familia, logrando en gran consuelo todos los bienes, que por su dirección había
conseguido: yo os suplico que me concedáis el descanso y la quietud de vivir siempre en el amparo de
vuestra altísima providencia, y otorgarme la petición que os hago en esta Novena a mayor honra y gloria
vuestra. Amén.
DÍA OCTAVO
Dios y Señor de los querubines, que están adornados de perfectísima sabiduría; yo os ofrezco los
merecimientos de estos sapientísimos espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, que con su
admirable sabiduría se dio a conocer, manifestando su excelentísima naturaleza a sus dos
encomendados y amigos Tobías el padre y el hijo, y les reveló los soberanos secretos y maravillas de
Dios, dejándolos muy ilustrados en su conocimiento y sano temor; yo os suplico, que por la ilustración
de este santo Arcángel, alumbréis mi entendimiento, para que yo logre la verdadera ciencia de serviros,
agradaros y temeros, y también me otorguéis la gracia que os pido en esta Novena a mayor honra y
gloria vuestra. Amén.
DÍA NOVENO
Dios y Señor de los serafines, que os aman con un amor ardentísimo; yo os ofrezco los merecimientos de
estos abrasados espíritus y los de vuestro Arcángel san Rafael, que con el fuego de su ardentísima
caridad dejó encendidos los corazones de toda aquella familia del santo anciano Tobías, en el amor y
deseo de servir a vuestra soberana Majestad, con verdadero y perseverante agradecimiento de los
favores que recibieron de vuestra mano: yo os suplico que abraséis con vuestro divino amor el velo de
mi tibia voluntad, y encendáis mi apagado corazón en un perpetuo agradecimiento a vuestros
beneficios, y continua perseverancia en el camino de la virtud, y me deis lo que pido en esta Novena a
mayor honra y gloria vuestra. Amén.
que a cada uno le dictare su afecto, le pedirá a san Rafael el favor que en especial desea conseguir.
Del Hijo,
Amén
Oh poderoso Príncipe de la gloria San Rafael, llamado medicina de Dios, salud de los enfermos, luz de los
ciegos, guía de caminantes, protector de la limosna, del ayuno y de la oración: por aquella caridad con
que acompañaste al joven Tobías, te pido, oh glorioso protector mío, me libres de todos los males y
peligros, y me acompañes en la peregrinación de esta vida mortal, para llegar felizmente a puerto de
salvación en la eterna.
Comenzamos con la señal de la santa cruz, nos arrepentimos de nuestros pecados con:
Acto de contrición
Amén.
Amén.
Socorres necesidades
Desterrando enfermedades
Y en su congoja encontró
Alcanzará a ponderar
DÍA PRIMERO
Amén.
San Rafael arcángel que eres tan poderoso en la patria celestial, líbranos de todo mal.
DÍA SEGUNDO
Amén.
San Rafael arcángel que eres tan poderoso en la patria celestial, líbranos de todo mal.
DÍA TERCERO
Y la prudencia de tu generosidad,
Amén.
San Rafael arcángel que eres tan poderoso en la patria celestial, líbranos de todo mal.
DÍA CUARTO
Amén.
San Rafael arcángel que eres tan poderoso en la patria celestial, líbranos de todo mal.
DÍA QUINTO
Amén.
San Rafael arcángel que eres tan poderoso en la patria celestial, líbranos de todo mal.
Amén.
San Rafael arcángel que eres tan poderoso en la patria celestial, líbranos de todo mal.
DÍA SÉPTIMO
San Rafael arcángel que eres tan poderoso en la patria celestial, líbranos de todo mal.
DÍA OCTAVO
Amén.
San Rafael arcángel que eres tan poderoso en la patria celestial, líbranos de todo mal.
DÍA NOVENO
Amén.
San Rafael arcángel que eres tan poderoso en la patria celestial, líbranos de todo mal.
SOBRE NOSOTROS
«La fe mueve montañas, pero solo las que uno se atreve a mover».
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