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CONOCIMIENTO CONCEPTUAL Y

CONOCIMIENTO PROCEDIMENTAL
PRÁCTICA 0. INVESTIGACIÓN EN TEMAS
TRANSVERSALES DE LA ASIGNATURA

PAULA CONTRERAS HERNÁNDEZ


ANA FLORINA HORDILA
MARÍA MUÑOZ MARTÍN
ALBA PAREDES TIEMBLO

MAGISTERIO DE EDUCACIÓN PRIMARIA


MATEMÁTICAS Y SU DIDÁCTICA I
Conceptos: conocimiento conceptual y procedimental

El conocimiento matemático a nivel cognitivo está organizado de manera que distinguimos


entre conocimiento conceptual y conocimiento procedimental.

El conocimiento conceptual alude a los principios abstractos que rigen las matemáticas y las
situaciones en las que estas son utilizadas. Estas representaciones se encuentran conectadas
entre sí dando lugar a una red de conocimiento. Hablamos de un conocimiento que no puede
aprenderse sin significado, lo que lo convierte en una característica presente de forma exclusiva
en los seres humanos gracias a su inteligencia.

El conocimiento procedimental implica los procesos necesarios para realizar cálculos con
números, controlar sus propiedades, algoritmos y resultados. En definitiva, permite resolver de
manera eficaz los problemas que se plantean. En matemáticas, este tipo de conocimiento se
compone de dos tipos de información; en primer lugar un sistema de representación simbólica
(el conocimiento de los diferentes símbolos y su carácter universal) y en segundo lugar, las
operaciones, símbolos y normas necesarias para resolver diferentes tareas o problemas
matemáticos. Es necesario que se den al mismo tiempo.

Autores como Hiebert y Lefevre (1986), coinciden en que estos dos tipos de conocimiento
(conceptual y procedimental) se encuentran estrechamente relacionados, de manera que el
conocimiento procedimental se enriquece del conocimiento conceptual por las siguientes
razones:

- Al relacionarse con el conocimiento conceptual, los símbolos pasan a tener un


significado concreto.
- Al encontrarse relacionados formando parte de una red de representación interna, es
más fácil retener los procesos.
- Los procedimientos son utilizados con más facilidad, debido a que las representaciones
internas aumentan dando lugar a un conocimiento automatizado, que permite una rápida
activación y ejecución.

Del mismo modo, el conocimiento procedimental favorece la comprensión conceptual ya que


permite al sujeto representar mentalmente los problemas, aumentando su capacidad de
interiorizar nuevos conceptos y ayudándolo a identificar los erróneos.

Por último, cabe destacar que los estudios que hemos analizado coinciden en la existencia de
varias teorías referentes a la relación que se dan entre ambos tipos de conocimiento, destacando
la importancia del orden en que suceden en el desarrollo cognitivo del sujeto.

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Beneficios de su aplicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje

Hoy en día, los conocimientos procedimental y conceptual se aplican a la enseñanza y


aprendizaje de las matemáticas de forma simultánea. Este proceso educativo busca que los
alumnos puedan tratar la información y buscar causas y soluciones a los problemas cotidianos
que surgen en su día a día. Algunos ejemplos que surgen al aplicar los conocimientos
procedimentales y conceptuales, suponen que los alumnos sean capaces de resolver acciones
como:

● Conocer los números del 0 al 99, tanto cómo se leen, cómo se representan y a qué
cantidad pertenecen.
● Saber comparar y diferenciar elementos, como por ejemplo los números pares de los
impares.
● Identificar las figuras (triángulo, rectángulo, cuadrado, círculo, rombo, etc.) y cuerpos
geométricos básicos (prisma rectangular, cono, cilindro, prisma pentagonal, cubo,
esfera y pirámide).
● Ante el siguiente enunciado, “Si en una fábrica una máquina coloca 1.500 tornillos en 5
horas, ¿cuántos tornillos colocará en 3 horas?”, saber que se debe aplicar una regla de
tres y saber cómo aplicarla.
● Si se presenta un ejercicio de resolver operaciones matemáticas, reconocer los símbolos
de suma, resta, multiplicación y división, y saber llevarlo a cabo.
● En una clase de cálculo mental, saber responder adecuadamente.
● Si se pide que enumeren series ordenadas de números pares, saber realizarlo.

Importancia en el ámbito de las matemáticas

Comprender la relación entre ambos tipos de conocimiento es relevante ya que supondría


encontrar el modo más adecuado y efectivo de enseñar y aprender procesos matemáticos. Su
estudio aportaría una serie de herramientas prácticas a los modelos teóricos de enseñanza de las
matemáticas. Algunas de las herramientas que estos tipos de conocimiento ofrecen a los
discentes, son las siguientes:

- En cuanto al conocimiento conceptual, se adquieren las habilidades relacionadas con los


sistemas numéricos, geométricos y métricos, inteligencia espacial, procesos y
comunicación matemática.
- En cuanto al conocimiento procedimental, se adquieren las habilidades relacionadas con
el planteamiento y la resolución de problemas y el razonamiento matemático.

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Conclusión y reflexión

A modo de conclusión, queremos resaltar la pertenencia de ambas nociones al conocimiento


matemático. El conocimiento conceptual está estrechamente ligado al “saber qué”, mientras que
el procedimental se relaciona con el “saber cómo”, es decir, la acción.

Ambos conceptos se retroalimentan y benefician al estudiante dotándolo de habilidades para


convertirlo en un sujeto matemáticamente competente. Por ello, es preciso que el individuo se
rodee de un ambiente favorecedor del aprendizaje, comprensivo y que le permita ir
construyendo progresivamente un saber más completo.

Nuestra experiencia en la etapa de educación primaria, coincide en aspectos como que nuestros
profesores parecían darle más importancia al hecho de saber llevar a cabo los procesos que al
hecho de comprenderlos. Por ejemplo, cuando leíamos el típico enunciado “Un coche tarda 45
minutos en recorrer 72 kilómetros. ¿Qué distancia recorrerá en 3 horas si va a la misma
velocidad?”, sabíamos que para resolverlo teníamos que hacer una regla de tres, bien porque era
lo que estábamos aprendiendo en ese momento o porque reconocíamos automáticamente el
problema; sin embargo, muchos no comprendíamos para qué servía dicha operación.

Nos gustaría también reflexionar sobre la visión que teníamos como alumnos de la asignatura
frente a la que tenemos actualmente, como adultos y futuros maestros. Es decir, cuando íbamos
a la escuela veíamos las operaciones que nos enseñaba el profesor como algo que debíamos
saber “para aprobar” y no como algo útil “para utilizarlo” en el día de mañana. Por ejemplo, una
anécdota de una de nosotras es que cuando le decía a su profesora “¿para qué me sirve aprender
esto?”, ésta le respondía “a ti para aprobar, a mi para cobrar”. Es por ello que una vez visto
desde otra perspectiva, nos gustaría poder transmitir a nuestros alumnos la conexión que tienen
las matemáticas con la aplicación a su día a día.

En definitiva, como futuros profesionales de la educación y tras debatir sobre la aplicación de


ambas nociones, creemos que es importante que la relación que se da entre ellas sea
bidireccional.

Nuestra experiencia nos dice que según la asignatura y el profesor se daba más importancia o a
los conceptos o a los procedimientos; sin embargo, han de coexistir debido a la importancia de
su retroalimentación.

Como dijo Jean Piaget, “El objetivo principal de la educación es crear personas capaces de
hacer cosas nuevas, y no simplemente repetir lo que otras generaciones hicieron”.

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