NUTRICION DE Adulto Mayor

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Una dieta adecuada es aquella que permite conseguir y mantener un nivel óptimo de

salud en las personas mayores o en cualquier otro colectivo que consideremos. A través
de ella vamos a garantizar el soporte alimentario adecuado, para sostener el gasto
orgánico.
Para adquirir un adecuado estado nutricional, se requiere que, a través de la
alimentación, ingiramos la energía y los nutrientes que precisa el organismo en unas
cantidades adecuadas. A esto es lo que se le denominan los Requerimientos
Nutricionales, ahora bien, estos son individuales y diferentes de una persona a otra en
función de la edad, sexo, actividad física, problemas de salud, (infecciones,
quemaduras, cirugía), medicamentos que toma, etcétera. Por ello, lo que se hace es
tomar el promedio de las necesidades que el organismo tiene de cada nutriente, y es lo
que se denominan las ingestas recomendadas.
Requerimientos energéticos
Con la edad se produce una disminución de las necesidades energéticas (calóricas),
debido a la menor actividad física y al menor componente de masa muscular que a estas
edades tiene el organismo. Por esto, queman menos calorías, motivo por el que tienden
a ganar peso y debemos recomendar que ingieran menos calorías que un adulto. Ahora
bien, si mantienen una actividad física adecuada, sus requerimientos serán los mismos
que los adultos.

ALIMENTACION Y NUTRICIÓN:
El hecho de dar o recibir alimentos mientras que la nutrición hace referencia a toda la
suma de procesos que intervienen en la toma asimilación y utilización de los nutrientes
este proceso de alimentación y de nutrición va a servir para el mantenimiento de las
estructuras vitales para la regulación hormonal y metabólica y para un aporte de energía
como soporte vital básico.
SIGUIENTE DIAPO

Gasto Energético Basal (GEB): es el gasto de energía mínimo, que se necesita para
mantener las funciones vitales orgánicas en condiciones normales. Este gasto es
variable, disminuyendo a medida que aumenta la edad, y está influenciado por el sexo,
por la composición corporal, por la temperatura ambiental y por la presencia de
enfermedades. Representa aproximadamente un 60-70% del Gasto Energético Total. Se
calcula a través de la ecuación de Harris y Benedict en kilocalorías/día. En las personas
mayores parece que decrecen en un 7-10% del total respecto al adulto.
En las personas mayores, la disminución del metabolismo basal y el sedentarismo
disminuyen las necesidades energéticas, estimándolas para la mujer en torno a 1.600-
1.700 kilocalorías/día, con un límite superior de 2.000 kilocalorías/día y para el hombre
en torno a 2.000-2.100 kilocalorías/día, con un límite superior de 2.500 kilocalorías/día
(unas 30-35 kilocalorías/ kg de peso/día, en función de la actividad que realice).
El aporte energético diario precisa una distribución horaria adecuada en las principales
comidas, en función de las actividades que se realicen a lo largo del día, que podría
venir definida por la siguiente: 25-30% en el desayuno, 5% en el sobredesayuno, 35-
40% en la comida, 5-10% en la merienda y 20-25% en la cena.

SIGUIENTE DIAPO
NECESIDADES DEL ANCIANO:
Las necesidades en el anciano están disminuidas porque hay un menor gasto energético
en condiciones normales porque tienen menor masa magra, realizan menos ejercicio
físico y tienen un menor índice de masa corporal, pero estas situaciones siempre deben
ajustarse por los eventos que puedan provocar estrés en el individuo y por estrés
entendemos: fiebre, sepsis, cirugías, traumatismos que van a aumentar el gasto basal
que tiene el individuo anciano.
SIGUIENTE DIAPO
actualmente se disponen de tablas bien detalladas como por ejemplo la que encontramos
en la guía de buena práctica clínica en geriatría de nutrición en el anciano que nos van a
indicar que necesidades tienen de vitaminas y de oligoelementos nuestros pacientes
ancianos según sean varones mujeres y en qué rango etario están.
Estas guías no sirven para, sobre todo en los casos en los que los pacientes tienen que
recibir una nutrición específica, determinar si tenemos que suplementarla en función de
las cantidades diarias recomendadas respecto a las kilocalorías que debemos
suministrarles a nuestros pacientes.
REQUERIMIENTOS ENERGÉTICOS Y DE MACRONUTRIENTES EN MAYORES
sabemos que también van a variar según sean varones o mujeres y según el rango etario
por ejemplo si tienen menor de 70 años, entre los 60 y los 70 van a necesitar al
alrededor de 2400 kilocalorías en el caso de los varones y si son mujeres alrededor de
2000, sin embargo por encima de los 80 años esto va a disminuir en situaciones basales
las mujeres van a requerir alrededor de 1700 kilocalorías y los varones 2000, en cuanto
a las proteínas las necesidades se van a mantener estables a lo largo de la vida porque
van a depender del peso, el cálculo es 1,25 g por cada kilogramo de peso.
Siempre se va a necesitar un aporte mínimo del 50% de hidratos de carbono y un aporte
de lípidos de alrededor del 35%.
BALANCE HÍDRICO
Respecto a las necesidades de ingesta hídrica debemos saber que al menos deben ingerir
un litro y medio de agua bebida siempre en aquellas situaciones en las que no haya
riesgo de deshidratación o al revés que el paciente no tenga que estar sometido a una
restricción hídrica por otro tipo de patologías.
SIGUIENTE DIAPO
REQUERIMIENTOS

SIGUIENTE DIAPO
CAMBIOS FISIOLÓGICOS
Bien hay muchísimos cambios fisiológicos asociados al envejecimiento en cuanto a la
nutrición el principio básico es que hay una pérdida de funcionalidad en todos los
órganos y sistemas.
FLORO (2 DIAPOS)
Acá se muestra una representación de cómo dar de comer a un adulto mayor.
tenemos que dividir el plato…
SIGUIENTE HASTA…
VALORACIÓN NUTRICIONAL
La desnutrición es un problema de capital importancia en los mayores, especialmente en
determinados colectivos como los muy mayores, que presentan múltiples enfermedades
asociadas (comorbilidad) y en los que están polimedicados con motivo de éstas.
Desde el punto de vista epidemiológico, la valoración nutricional podemos realizarla de
dos formas claramente diferenciadas y complementarias entre sí:
1) Técnicas de Cribado o Screening: el objetivo es detectar factores de riesgo de
desnutrición en un colectivo de mayores inicialmente sano.
2) Valoración Nutricional Ampliada: el objetivo es la detección de la desnutrición
mediante un chequeo o búsqueda más profunda o exhaustiva, en personas
previamente seleccionadas, en las que ya se han detectado factores de riesgo.
Vemos que son procedimientos complementarios y escalonados, a través de los
cuales vamos a detectar a personas mayores con riesgo de desnutrición, sobre las
que se efectuará una Valoración Nutricional Ampliada, que determinará su
estado nutricional, así como la intervención terapéutica más oportuna en cada
caso.
SIGUIENTE
CRIBADO
Este procedimiento determina el nivel más básico o primer escalón para el despistaje y
evaluación del estado nutricional. Inicialmente va dirigido a la población mayor sana, en
la que no se conocen factores de riesgo, ni signos ni síntomas de malnutrición. A través
de ella identificaremos a personas mayores con características asociadas a problemas
nutricionales (marcadores de riesgo) que presentan un riesgo o pueden estar en
desnutrición. Los procedimientos y la metodología de evaluación que utiliza son
sencillos, prácticos y rápidos, permitiendo abarcar a un mayor número de personas por
personal menos especializado.
Existen múltiples cuestionarios, tests o instrumentos, ahora bien, desde un punto de
vista práctico conviene resaltar:
1. Nutrition screening iniciative (NSI): Se trata de una herramienta de cribado o
despistaje nutricional, muy útil en personas mayores sanas. Se diseñó para que
los cuidadores evaluaran el riesgo de desnutrición.
Determine: es una escala autoadministrada que permite valorar el riesgo
nutricional en el ámbito comunitario (domiciliario). No se trata de un test
diagnóstico. Valora la cantidad y tipo de alimentos, las limitaciones que tiene
para hacer la compra y preparar los alimentos, el consumo de los mismos, y la
ganancia o pérdida de peso a lo largo de un tiempo determinado.
2. Valoración Subjetiva Global (VSG): Herramienta de cribado que, de forma
subjetiva, evalúa el estado nutricional. Valora la historia dietética (cambio o
pérdida de peso, cambios en la ingesta, síntomas digestivos) y un exámen físico
(pérdida de grasa o de masa muscular, edemas, ascitis, etcétera). Precisa cierta
destreza de los profesionales para su aplicación y es más apto para el ámbito
hospitalario. Establece tres grupos: A-B-C.
3. MUST: Valora tres variables el índice de masa corporal (IMC), la pérdida de
peso en 3-6 meses, y el efecto de la enfermedad aguda. Se acompaña de unas
guías o pautas de intervención nutricional. Recomendado por la ESPEN para
adultos en la comunidad, aunque también resulta apto para personas
institucionalizadas y en pacientes hospitalizados. Sirve como predictor de
ingresos hospitalarios, para calcular la estancia media hospitalaria, para
determinar la ubicación al alta, para determinar la mortalidad y el gasto por el
proceso.
4. Nutritional Risk Screening (NRS): La escala de valoración del riesgo
nutricional es una herramienta sencilla que mediante cuatro preguntas, evalúa la
ingesta en la última semana, el índice de masa corporal y la pérdida de peso
corporal en los últimos tres meses y el estado de salud-enfermedad (grado de
severidad).
5. Proyecto Automatizado de Control Nutricional (CONUT): Se trata de un
sistema automático, de uso hospitalario, que cruza diariamente determinados
parámetros sensibles para definir la desnutrición (albúmina, linfocitos y
colesterol) de los pacientes ingresados, estableciendo unas señales de alerta en
función del riesgo nutricional, en el servicio clínico en el que se encuentra
ingresado.
6. Mini Nutritional Assessment (MNA): Es una herramienta que, de forma
sencilla y práctica, evalúa el estado nutricional, siendo apta tanto para el cribado
como para la valoración nutricional. Permite detectar el riesgo y la presencia de
malnutrición franca.

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Valoración nutricional ampliada
Se trata de una valoración ampliada, mucho más completa, y complementaria al
cribado, que permite determinar el estado nutricional a través de una serie de parámetros
obtenidos de la valoración social, funcional y de la historia clínica (anamnesis, hábitos
dietéticos, exploración física, datos antropométricos, bioquímicos e inmunológicos) y el
consumo de medicamentos. La valoración nutricional, evalúa a aquellos pacientes a los
cuales se les ha detectado algún riesgo nutricional a través del cribado, tratando de
identificar la causa y determinar la medida de intervención nutricional más apropiada,
en relación al déficit detectado.
La Valoración Nutricional Ampliada es una valoración multidimensional que consta de:
1. Valoración social: Los factores sociales son muy amplios y heterogéneos, pero
merece destacar por su guía de buena práctica clínica en geriatría estrecha
relación con el estado nutricional, el aislamiento o la soledad, la insuficiencia o
precariedad económica, el bajo nivel cultural y la presencia de malos hábitos y
adicciones.
2. Historia Clínica:
a. Anamnesis (síntomas): en la anamnesis se recabará información sobre
determinados síntomas muy relacionados con el estado nutricional, y que
pueden constituir factores de riesgo de desnutrición. Entre éstos merece
indagar en la pérdida de apetito o anorexia, en los problemas
bucodentales (masticación, salivación o deglución), la sospecha de
malabsorción por gastritis crónica o gastrectomía previa, la presencia de
vómitos y diarrea, la cirugía reciente, la presencia de enfermedades sobre
todo la comorbilidad asociada (diabetes, EPOC, insuficiencia renal
crónica, insuficiencia hepática, insuficiencia cardíaca, deterioro
cognitivo o demencia, la depresión o ansiedad, etcétera), la presencia de
hábitos tóxicos como el alcohol y el tabaco, las neoplasias, los problemas
de los órganos de los sentidos (vista, gusto, olfato, etcétera).
b. Historia y hábitos dietéticos: dentro de la anamnesis, adquieren
especial relieve los hábitos dietéticos de las personas mayores, ya que
nos permitirán orientar determinadas sospechas sobre el estado
nutricional. Para ello reconstruiremos la dieta que ha llevado en la última
semana.
c. Historia y consumo farmacológico: Hemos reiterado que las personas
mayores a menudo están polimedicadas como consecuencia de los
múltiples problemas de salud que padecen. Muchos de estos
medicamentos presentan reacciones adversas, e interacciones.

3. Historia clínica: exploración (signos): Hemos de buscar una serie de signos en


la exploración que pueden aparecen en la desnutrición como:
a. Cara: hinchada, piel seca, prominencia de la glándula parótida
b. Cabello: deslucido, frágil y quebradizo
c. Ojos: pérdida de brillo, palidez e hiperemia conjuntival
d. Labios: rojos, tumefactos, con queilitis en las comisuras
e. Lengua: hinchada, con glositis, presencia de aftas
f. Dientes: caries, ausencias, encías con sangrado
g. Cuello: prominencia del tiroides, adenopatías, masas
h. Piel: seca, descamada, manchas
i. Uñas: frágiles, quebradizas, encorvamientos, aparición de líneas
transversales
j. Esqueleto: deformidad, costillas prominentes
k. Músculos: atrofia, debilidad
l. Sistema Nervioso: disestesias, reflejos alterados, déficit cognitivo
m. Abdomen: masas, hepatomegalia, ascitis
n. Piernas: frialdad, pérdida del vello, atrofias, úlceras cutáneas, edemas
4. Datos antropométricos: La antropometría es un pilar básico en la valoración
nutricional, ya que nos indicalos cambios que se producen en el estado
nutricional, así como en la estructura o composición corporal. Los datos
antropométricos se comparan con unos estándares de referencia obtenidos de
estudios poblacionales, o con los valores que previamente presentaba la misma
persona.
5. Datos bioquímicos o biométricos: Constituyen un escalón importante y
determinante en la valoración nutricional. Son complementarios a los
antropométricos y junto a ellos, determinan con precisión el estado nutricional.
6. Datos inmunológicos: recuento de linfocitos: Es bien sabida la estrechísima y
recíproca relación que existe entre el estado nutricional y el estado inmunitario;
con un descenso de las defensas del huésped ante la presencia de desnutrición, y
con un compromiso del estado nutricional ante cuadros infecciosos o sépticos.
Los parámetros inmunológicos que mayor correlación tienen, y que muestran
una mayor sensibilidad con el estado nutricional, son el recuento de linfocitos
totales y el estado de anergia que se detecta en las pruebas cutáneas de
sensibilidad retardada, aunque estas últimas son de uso restringido al ámbito
hospitalario. La desnutrición produce un descenso de los linfocitos T,
probablemente en relación con una disminución de las células precursoras de los
mismos.
SIGUIENTE
FLORO Y THANKS

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