Práctica Docente Unidad 2 Conocimiento
Práctica Docente Unidad 2 Conocimiento
Práctica Docente Unidad 2 Conocimiento
Unidad didáctica II
Poggi 1 define:
• el conocimiento proposicional académico de los docentes, como aquel que se
encuentra ligado con las teorías. Puede presentarse poco sólido, y aún contradictorio, con
el conocimiento práctico.
• el conocimiento práctico: es el resultado de la relación entre la formación teórica
y las relaciones con el medio escolar, y va transformándose en razón de la acción
práctica. Tiene componentes tales como las: creencias, teorías implícitas, conocimiento
1
Poggi, M. (2002), Instituciones y trayectorias escolares, Santillan, Buenos Aires.
Una parte de los gestos del oficio son rutinas que sin escapar completamente a la
conciencia del sujeto, no exigen más que la movilización explícita de saberes y de reglas.
El docente construye diariamente un número creciente de rutinas, que no están
instaladas en sus primeras experiencias laborales.
Intenta poner en acción saberes procedimentales, recetas, técnicas, métodos, modelos;
el habitus interviene en la puesta en acción de esos procedimientos y esquemas de acción.
Los procedimientos evolucionan junto a los avances de la acción profesional. Los más
explícitos: se borran, se diluyen, por falta de un uso. Otros se incorporan a rutinas y
amplían el habitus, o bien sobreviven como representaciones vivientes y explícitas.
2
Gimeno Sacristán (1988), Comprender y transformar la enseñanza,, Morata, Madrid.
3
Perrenoud Ph. (2007), Desarrollar la práctica reflexiva en el oficio de enseñar, Grao, España.
4
Bourdieu, P. (1991), El sentido práctico, Taurus, Madrid.
interferencias más fuertes. La acción didáctica depende ampliamente del clima afectivo
y de los modos de relación y comunicación que prevalece en su puesta en marcha
La mayoría de las acciones revelan diversos pensamientos
racionales guiados por saberes y reacciones, gobernadas por
esquemas menos concientes, producto de su historia de vida,
como también producto de su experiencia profesional. Sólo el
análisis puede separar sus partes respectivas.
El habitus no se opone a los saberes como los instintos se
oponen a la razón. Traduce simplemente nuestra capacidad de
funcionar “sin saber” en una rutina económica y hacer frente a
las urgencias de lo cotidiano.
5
Schon D. Ob. cit.
6
Anijovich R. (2009) Transitar la formación pedagógica. Paidós. Buenos Aires.
La mayor parte de los discursos sobre la práctica reflexiva sostienen que es una
noción clave para la profesionalización de la enseñanza, como postura permanente
asociada a una analítica de la acción.
En general, reflexionar es pensar en educación, la reflexión conlleva vinculaciones,
deliberaciones, elecciones, tomas de decisiones sobre cursos alternativos de acción.
El concepto de práctica reflexiva, en su aplicación a la actividad educativa, es de
carácter multidimensional y variado, en lo que se refiere a significados y enfoques
específicos.
7
Perrenoud Ph. Ob.cit.
8
Schon D. Ob.cit.
El
Un elevado porcentaje de los problemas que trata un profesional
no están en los libros y no pueden resolverse únicamente
con la ayuda de los conocimientos teóricos y sobre
los procedimientos enseñados. Perrenoud Ob. cit
Anijovich9, plantea:
¿los docentes reflexionan mientras transcurre la clase, antes, después, o en
múltiples combinaciones?
¿se reflexiona sobre lo pasado, sobre las acciones presentes, sobre las futuras?
¿cuál es el contenido de la reflexión, sobre qué reflexionan los docentes?
A lo que se podría agregar: ¿los docentes reflexionan sobre potenciales o imaginarias
prácticas?
Ahora bien, también la autora plantea preguntas formuladas por una investigación de la
Universidad Sydney (Hatton y Smith): ¿la reflexión se limita a los procesos de
pensamiento acerca de la acción o está atada a dicha acción?
9
Anijovich R. Ob. cit.
La reflexión es:
un proceso que requiere de tiempo para explicitarse y configurarse como práctica.
es individual- grupal
acontece en un contexto institucional, social y político.
requiere de dispositivos para poner en palabras y traducir las ideas (Anijovich)
Se puede reflexionar en medio de la acción sin interrumpirla, se trata de una
acción presente y tienen por finalidad reorganizar lo hecho
La iniciación a una práctica reflexiva personal puede lograrse a través de la
participación en un grupo de análisis de la práctica, aunque no es la única vía. La
participación en un grupo de intercambios o de análisis puede ofrecer un apoyo o un
método.
El análisis de las prácticas es un método de formación, de trans- formación de los
sujetos. Exige tiempo, esfuerzo, cuestionamiento, formularse interrogantes, exponerse a la
mirada del otro, y esto puede producir una crisis o un cambio.
La reflexión puede incluir una o varias dimensiones, es posible reflexionar sobre:
supuestos y creencias (conocimiento práctico)
sobre el contenido a enseñar (conocimiento disciplinar- didáctico)
sobre concepciones sobre el aprendizaje y la enseñanza (conocimiento didáctico)
sobre concepciones de evaluación (conocimiento didáctico), etc.
Los contenidos de la reflexión pueden ser múltiples y variados, pero fundamentalmente
se debe centrar en crear y recrear: ¿cuál es el sentido de las prácticas situadas en un
“La Sra. Theresa Henzi fue mi profesora de álgebra del 1er. Año del colegio
secundario en Vineland, New Jersey, en 1942. Era una mujer corpulenta, más baja que el
promedio, de apariencia casi regordeta y de vestir poco distinguido, vestidos
inclasificables con el dobladillo a media pierna, alfiler de camafeo en el cuello y zapatos
“discretos” de tacón bajo y cordones. Tenía tobillos gruesos y llevaba unos anteojos
octogonales sin marco cuyos cristales reflejan la luz la mayor parte del tiempo, lo cual
hacía difícil leer la expresión de su mirada.
10
Anijovich R. Ob cit.
11
Hatton N., Smith D. (1995) Reflexión en la formación docente: hacia la definición e implementación. Univ.
De Sydney. Sydney.
Tenía una cara redonda y agradable enmarcada por un pelo castaño ondulado,
veteado de más. Su pongo que aquel año en que fue mi profesora tendría unos 55 años o
quizás algo más.
Lo que recuerdo más vividamente de las tempranas clases matutinas de la Sra.
Henzi es el modo que tenía de revisar las tareas para el hogar, que nos había asignado.
Hacía pasar a la pizarra, situada frente del aula, a tres o cuatro alumnos para que estos
resolvieran los problemas que nos había encargado el día anterior. Normalmente se
trataba de ejercicios de ecuaciones extraídas del libro de texto en las que se pedía
simplificar las operaciones y despejar el valor de x. La Sra. Henzi, de pie junto a la pared
opuesta a las ventanas, con sus anteojos resplandeciendo por el reflejo de la luz, leía el
problema en voz alta para que los estudiantes que estaban junto a la pizarra los copiaran
y resolvieran mientras el resto de la clase observaba. A medida que cada alumno
terminaba sus cálculos se volvía hacia la clase y se corría un poco para permitir que los
demás vieran su trabajo. La Sra. Henzi revisaba cuidadosamente cada solución (como
hacíamos todos los demás que no hallábamos sentados), y prestaban atención no sólo al
resultado sino también a cada paso dado para llegar a él. (Todos los cálculos debían
exponerse en detalle sobre la pizarra).
Si todo estaba bien, la profesora enviaba de regreso su banco con una palabra de
elogio y asintiendo brevemente con la cabeza. Si el alumno había cometido un error, lo
instaba a revisar su trabajo para ver si el mismo podía descubrirlo. “Allí hay algo que
está mal Robert”, decía. “Hazlo de nuevo””. Si después de unos pocos segundos de
escrutinio, Robert no podía detectar su error, la Sra. Henzi pedía un voluntario
(normalmente se ofrecían muchos voluntarios) para que señalara dónde se había
equivocado su desventurado compañero…
…¿Cómo reparar el sufrimiento de los Marcelos (alumno del secundario expulsado en una situación
de injusticia) que transitan por la vida y las instituciones educativas?, ¿Cómo calmar los dolores
del alma que producen estos hechos?, ¿Por qué se legitima el discurso de dejar sin voz, sin la
palabra al alumno que pertenece “al resto social” ( Jacques Rancière), al que está “en el borde del
complejo mundo social”?, ¿ Con qué derecho y desde qué criterio de autoridad se suspende el
reparto del tesoro común, a partir de un supuesto, una profecía y un rótulo construido (sos de....,
perteneces a...) para separar y obturar la posibilidad del lazo social que une, que ata, que hace
posible la alteridad?, ¿ Cómo borrar o suavizar la marca , la huella de la injusticia en la
interioridad del protagonista de la historia ?, ¿Cómo conjugar la escuela, el derecho a la educación
declarado por la Constitución, con la injusticia y la exclusión?, ¿Cómo devolver confianza?, ¿Es
posible resistir estas formas hostiles en la institución que educa?
Lo paradójico es que para los ojos del hombre común, estas cosas ocurren, acontecen, se aceptan,
se naturalizan. Pareciera tener un componente de inevitabilidad, contra lo que nada se puede hacer,
porque el curso de los acontecimientos continuará. Esta situación es la prueba de la eficacia y
eficiencia de ciertas políticas e ideologías, en las que el espacio no es para todos. Es la mejor
prueba de la “emergencia teórica” en la cual nos encontramos.
¿Cómo sostener la teoría en el estado que vivimos, en la barbarie, incivilizaciòn, en la horda? Se
trata de un momento muy complicado, de mucho de dolor y callado sufrimiento que puede ser
transformado en una oportunidad para un camino, una salida, para reencontrar el rumbo que
alguna vez perdimos.
De ahí, la necesidad de teorizar, repensar lo viejo y lo nuevo, de revisar viejas categorías
construidas que pueden ser la punta de lanza de una nueva construcción, bucear en las palabras,
ceder el paso a nuevas voces, abrir la escucha, aprestar la mirada, meditar. La tarea supone,
centrar la reflexión en la Institución, en el significado del acto de educar, en la figura del que
educa, en el interjuego vincular que se construye en el acto de educar, en el legado de la sociedad y
en lo que se espera de los recién llegados, en las intermediaciones que posibilitan u obturan la
Institución. El desafío es trabajar con la reproducción, la repetición, la continuidad o la innovación.
Son tiempos de elección, de decisión, de intentos, de posicionamiento, para que la pulsión de
muerte no se desate y produzca el aniquilamiento del si mismo (Nancy).
Los educadores trabajan en territorios institucionales que son considerados lugares de trabajo.
Sobre ellos no se cuestiona, no hay preguntas. Al propio tiempo sostienen su necesidad para cumplir
con el mandato fundacional que la sociedad les ha instituido. Es obvia la pregunta ¿En qué se
fundamenta la necesidad de las Instituciones? Las Instituciones existen porque el ser humano es un
ser de lenguaje (Hebe Tizio) Significa que este ser vive en un mundo simbólico, donde la producción
y construcción de la cultura necesitan de la palabra para la circulación.
Siguiendo a Tizio, las instituciones son formas de regular el goce, nunca alcanzan a realizar
plenamente su cometido por la tensión permanente entre instituyente e instituido, entre el malestar y
la inercia. Tienen una función civilizadora, reguladora del goce, en el sentido de hacerlo
socialmente aceptable y también lo produce. Una vez que se instala, tiende a funcionar por la vía de
la repetición de manera inercial, dificultando la función que debe realizarse…
fuerza y posibilita los cambios en el hacer del docente, si la realiza con la teoría, con
referenciales teóricos.
La reflexión sobre las prácticas de la enseñanza como proceso, conlleva una actitud de
parte del docente, disposición para analizar su propia práctica, aspectos conocidos y otros
que emergen durante el trabajo, en una dinámica que se lleva a cabo con otros docentes.
Las investigaciones dan cuenta de los obstáculos - problemas que se pueden
encontrar en los dispositivos de reflexión:
La reflexión requiere de tiempo y espacios para que se constituya una modalidad de
trabajo, y no una pasajera moda o actividad rutinaria.
Requiere organización, orientación, más aún cuando no forma parte de la tarea
habitual de los docentes. En algunos, produce temor, indiferencia, resistencia o
paralización.
La tarea de reflexión puede producir en los docentes, sensación de vulnerabilidad,
de desamparo, de exposición, cuando el ambiente en el que se lleva a cabo no es contenedor
y no está garantizado el respeto por lo que se hace. El temor más frecuente es la crítica
ante la exposición.
El análisis y reflexión de la práctica, la exposición de las dudas, problemas,
experiencias, puede generar el temor a ser evaluado.
Sin embargo, el beneficio de la reflexión de la práctica hace que se la considere
provechosa, en tanto produce beneficios profundos y duraderos, que nada tienen que ver
con la superficialidad del cambio transitorio y permanente, que están a un paso de la vuelta
a las viejas rutinas.
Consecuentemente, el camino posible para el cambio, modificación y
enriquecimiento profundo de las prácticas sea posible, es a través de la reflexión.
12
Perrenoud Ph. Ob. cit.
2.7. La metacognición
13
Flavell, J.H. (1976) Aspectos metacognitivos del problema a resolver, en Resnick L.B. (ed.). La naturaleza de la
inteligencia., Hillsdale, Nueva York.
Para Flavell el control que una persona puede ejercer sobre su actividad cognitiva
depende de las interacciones de cuatro componentes: conocimientos metacognitivos,
experiencias metacognitivas, metas cognitivas y estrategias.
14
Brown, A. (1978) Saber cuando y cómo recordar: un problema de la metacognición. En: R. Glaser (ed.),
Los avances en la psicología de instrucción, (pp. 77-165), Hillsdale, N. J.: Erlbaum.
Tener conciencia de las limitaciones del propio sistema. Por ejemplo, poder estimar
el tiempo que puede llevarnos una tarea determinada.
Conocer el repertorio de estrategias de las que disponemos y usarlas
apropiadamente.
Identificar y definir problemas.
Planificar y secuenciar acciones para su resolución.
Supervisar, comprobar, revisar y evaluar la marcha de los planes y su efectividad.
Si bien las perspectivas teóricas expuestas hasta aquí presentan algunas diferencias, se
pueden destacar las coincidencias: ambos autores enfatizan en la conciencia de la propia
actividad cognitiva, en las estrategias, en los mecanismos de autorregulación y en la
supervisión del progreso hacia la meta.
15
Sanjurjo L. (2002) La formación práctica de los docentes : reflexión y acción en el aula
Homo Sapiens . Rosario
A modo de síntesis:
Trabajar con estrategias metacognitivas y autorreguladoras, permite avanzar
considerablemente desde una perspectiva técnica a una reflexiva y crítica sobre la
enseñanza. La aplicación persistente de estrategias reflexivas con fines
metacognitivos, en todos los procesos desde los más teóricos a los más prácticos y
vinculante con la realidad del aula, hace que esta práctica gradualmente, los docentes,
la vayan asumiendo con conciencia y sostenible en el tiempo.
La reflexión metacognitiva interviene como dinamizadora de los cambios en las
concepciones docentes y en la autorregulación de sus prácticas. Ello es posible cuando
los docentes son aprendices estratégicos, permanentes y reflexivos de sus materias.
Es la reflexión la que hace que los docentes asuman la conciencia de los cambios de sí
mismos y los de sus alumnos, y el sentido que ha de adoptar su formación.