Tratado Velarde

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Tratado Velarde-Río Branco entre el Perú y Brasil[editar]

El Tratado Velarde-Río Branco fue un Tratado Definitivo de Límites, Comercio y


Navegación firmado entre Brasil y Perú. Fue suscrito en Río de Janeiro, el 8 de
septiembre de 1909, por el Ministro de Relaciones del Brasil, Barón de Río Branco, y el
ministro plenipotenciario del Perú, Hernán Velarde. Este tratado completó la demarcación
iniciada por la Convención de 1851, al definir la línea fronteriza al Sur del río Yavarí y
consagró para el Perú la libre navegación en el Amazonas. Este tratado fue uno de los
aciertos del presidente Augusto B. Leguía, ya que contuvo la expansión brasileña por ese
lado de la frontera peruana.
Posteriormente ambos países suscribieron en Petrópolis (7 de diciembre de 1909), otro
tratado que puso fin a las diferencias limítrofes.
En el Perú, como ha sido una constante en lo que respecta a los tratados de límites
firmados con los países vecinos, este Tratado fue muy criticado, aduciéndose que el
gobierno peruano cedió al Brasil extensas zonas en la cuenca del Yurúa y del Purús. Sin
embargo, estas críticas suelen por lo general estar descontextualizadas, o bien politizadas,
al ser usadas por los opositores del gobierno de turno para ganar réditos electorales,
alimentando interesadamente el mito de un país que siempre llevó las de perder en las
negociaciones con sus vecinos.
El historiador Jorge Basadre ha hecho al respecto observaciones muy atinadas. Según él,
con Brasil había que entenderse cuanto antes, pues los brasileños, en su avance
imparable, estaban ya a punto de llegar a las nacientes del río Ucayali. Si el Perú hubiera
arreglado antes con Brasil, quizás esta nación habría avanzado menos. Al firmar este
Tratado de 1909, puso fin a dicha expansión. En todo caso, el Perú no perdió territorio
sobre el cual ejerciera efectiva posesión. La bandera peruana no tuvo que arriarse en
ningún punto. Ningún ciudadano peruano se vio afectado.69

Tratado Muñoz Vernaza-Suárez entre Ecuador y


Colombia[editar]
En 1916, vino como ministro plenipotenciario de Ecuador el doctor Alberto Muñoz Vernaza,
quien en conversaciones con Marcos Fidel Suárez y los doctores José María González
Valencia, Hernando Holguín y Caro, Antonio José Uribe y Carlos Adolfo Urueta, es decir el
estado mayor de juristas y diplomáticos colombianos, el 15 de julio de 1916, llegó con ellos
a un acuerdo en virtud del cual firmaron el Tratado Muñoz Vernaza-Suárez que puso fin al
conflicto, que desde el año 1830 venia preocupando a Colombia y Ecuador. Según este
tratado Ecuador recibió una zona de terreno entre el río Marañón y río Napo y Colombia
recibió otra zona ubicada entre el río Napo-Amazonas y el río Caquetá, territorios que el
Perú reclamaba para sí.

Tratado Salomón-Lozano entre Perú y Colombia[editar]


Alberto Salomón Lozano, canciller del Perú en 1922.

Frontera peruano-colombiana, según lo establecido por el Tratado Salomón-Lozano de 1922.

El 24 de marzo de 1922, se firmó en Lima el Tratado Salomón-Lozano, entre Perú y


Colombia, que puso fin a casi un siglo de litigio territorial entre ambos países. Lo
suscribieron, por parte de Perú, el canciller Alberto Salomón Lozano, y por parte de
Colombia, el ministro plenipotenciario Fabio Lozano Torrijos. El río Putumayo se aceptó
como frontera entre Colombia y el Perú. Dice a la letra este Tratado:
La línea de frontera entre la República Peruana y la República de Colombia queda acordada,
convenida y fijada en los términos que en seguida se expresan: Desde el punto en que el meridíano
de la boca del río Cuhimbé en el Putumayo corta al río San Miguel o Sucumbíos, sube por ese
mismo meridiano hasta dicha boca del Cuhimbé; de allí por el río Putumayo hasta la confluencia del
río Yaguas; sigue por una línea recta que de esta confluencia va al río Atacuari en el Amazonas y de
allí por el río Amazonas hasta el límite entre Perú y Brasil establecido en el Tratado Perú-Brasileño
de 23 de octubre de 1851.

Colombia declara que le pertenecen a Perú en virtud del presente Tratado, los territorios
comprendidos entre la margen derecha del río Putumayo, hacia el oriente de la boca del Cuhimbé, y
la línea establecida y amojonada como frontera entre Colombia y el Ecuador en las hoyas del
Putumayo y del Napo, en virtud del Tratado de Límites celebrado entre ambas Repúblicas, el 15 de
julio de 1916.
Colombia declara que se reserva sus derechos respecto a Brasil, específicamente a los territorios
situados al oriente de la línea Tabatinga-Apaporis, pactada entre Perú y Brasil por el Tratado de 23
de octubre de 1851.
Las Altas Partes Contratantes declaran que quedan definitiva e irrevocablemente terminadas todas y
cada una de las diferencias que, por causa de los límites entre el Perú y Colombia, habían surgido
hasta ahora sin que en adelante pueda surgir ninguna que altere de cualquier modo la línea de
frontera fijada en el presente Tratado.

El presidente peruano Augusto B. Leguía remitió el documento al parlamento en diciembre


de 1927. Dicho congreso, de mayoría leguiísta, aprobó el Tratado el 20 de diciembre de
1927, a excepción de siete parlamentarios, entre los que se contaban el célebre
cauchero Julio C. Arana, el empresario Enrique de la Piedra y el doctor Julio Ego-Aguirre
Dongo. El 17 de agosto de 1930 —faltando días para la caída de Leguía— se ejecutó el
tratado, y se entregaron a Colombia los territorios que el Perú le cedía.
Para diversos historiadores peruanos, resulta sorprendente que el arreglo de límites de
Perú y Colombia culminara de esa manera, dando clara ventaja a Colombia. Esta nación
ganaba un inmenso territorio entre el río Caquetá y el río Putumayo, incluyendo el
llamado Trapecio Amazónico (donde se hallaba el poblado de Leticia, ocupado por
peruanos), así como el acceso al río Amazonas (que hasta entonces solo lo compartían
Brasil y Perú). Mientras que el Perú solo recibió en compensación el llamado triángulo San
Miguel-Sucumbíos, territorio reducido y sin población, que el Ecuador había cedido a
Colombia por el tratado de 1916.70 En la práctica, el Perú nunca llegó a poseer Sucumbíos;
posteriormente, este territorio volvería a poder de Ecuador por el Tratado de 1942.
Se ha hablado de una supuesta presión de los Estados Unidos sobre Leguía, para
compensar a Colombia por el asunto de Panamá, antigua provincia colombiana que se
había independizado a instancias del imperialismo estadounidense. Sin embargo, todo
indica que la razón de peso fue la de estrategia geopolítica, pues el Perú quería ganarse
como aliado a Colombia y alejarlo de una potencial y peligrosa alianza con el Ecuador. Se
escogió a Colombia, pues era comparativamente un país más grande y progresista.
Efectivamente, no bien se enteró del tratado, el Ecuador rompió relaciones diplomáticas
con Colombia.
La razón por la que el tratado Salomón-Lozano causó tanta desazón en Ecuador, fue
debido a que este país reclamaba el territorio materia del acuerdo como parte de su
república. Desde el punto de vista ecuatoriano, dicho tratado representaba una clara
ofensa a la buena fe del pueblo ecuatoriano, que por el tratado Muñoz Vernaza-Suárez de
1916 había entregado territorios a Colombia con el fin de terminar sus conflictos limítrofes,
territorios que luego esta República los cedió al Perú. Visto así, el gobierno colombiano
habría traicionado al Ecuador, que quedó rodeado por el Perú en su frontera al noreste.

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