TESIS Gabriel Sadi - Texto Final Julio 2019
TESIS Gabriel Sadi - Texto Final Julio 2019
TESIS Gabriel Sadi - Texto Final Julio 2019
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Epistemología de las relaciones públicas
Resumen
Las técnicas de recolección de datos que se utilizan son el análisis de contenido textual de
documentos académicos -planes de estudio, resoluciones ministeriales que aprueban la
creación de la carrera y programas de las asignaturas o materias con contenidos específicos
que posean carga teórica disciplinaria-, entrevistas en profundidad semiestructuradas a los
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Epistemología de las relaciones públicas
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Epistemología de las relaciones públicas
Abstract
From an academic point of view, Argentina shows leadership in Latin America in terms of
the historical emergence of the first public relations degree courses and the number of
educational institutions that have historically and currently offered this specific proposal.
Since 1980, meanwhile, at the international level, the intellectual domain of public
relations has generated an accumulation of general theories and approaches that are
characterized by their different nature, epistemological presuppositions and research
traditions. In this thesis, based on a bibliographical review based on the Google Scholar
citation criterion, the fifteen most relevant constructs, their internal and external tensions
and contradictions are systematized and the research current to which each one subscribes
is identified, namely: functionalist, interpretative, critical or postmodern.
In this context, based on the assumption that public relations degrees in Argentina have a
mostly functionalist approach, the general objective of this research is to know the
disciplinary theoretical frameworks that are selected, used and promoted in the university
teaching of public relations in Argentina, specifically at the degree level.
The data collection techniques used are the analysis of textual content of academic
documents -study plans, ministerial resolutions approving the creation of a career and
programs of subjects or subjects with specific content that have a theoretical disciplinary
load-, in-depth semi-structured interviews with the five academic managers who direct or
coordinate the career in their respective universities and structured surveys, with closed or
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Epistemología de las relaciones públicas
For example, the role of disciplinary theory in teaching processes at the university level or
as an instance of differentiation from professionals with bachelor's degrees in other
disciplines who practice their professional practice in the field of public relations.
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Epistemología de las relaciones públicas
Agradecimientos
Por ello, mi primer y mayor agradecimiento es para mi esposa Liliana y mi hijo Tomás,
quienes toleraron estoicamente, con la mayor paciencia posible, mi presencia intermitente
los cuatro años en que se extendió este trayecto formativo y de investigación, y
particularmente el último. Todas las palabras que pueda plasmar quedan escasas ante tantos
días y noches recluido en el altillo de mi casa, leyendo y escribiendo, confinado a no poder
participar en infinidad de actividades que retomaré en breve, porque la vida es, también y
sobre todo, eso, disfrutar en familia y amigos.
También hago lo propio con mis padres por toda una vida de apoyo y confianza en mi
etapa formativa, profesional y académica.
A Maria Aparecida Ferrari, querida colega, por su denodada guía en este trabajo, por su
generosidad e interés en mi labor académica y por su liderazgo regional en esta disciplina.
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Epistemología de las relaciones públicas
A David Dozier, Betteke van Ruler, Elizabeth Toth, Ansgar Zerfass, Juan Carlos Molleda,
Michael Kent y Dejan Verčič, referentes académicos globales que en el mencionado evento
en San Diego (y antes y después por vía electrónica) destinaron un espacio en sus agendas
para, amable y desinteresadamente, conversar con este autor acerca de la problemática y
los desafíos de la presente tesis, conversaciones que generaron el camino definitivo que
tomó el trabajo.
Es una satisfacción enorme, casi indescriptible, haber llegado a este punto y estar cerrando
una etapa de intensa formación académica y de vida. A todos quienes han aportado, antes y
ahora, para que ello ocurriera: ¡muchísimas gracias!
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Epistemología de las relaciones públicas
Índice de contenidos
Índice de cuadros.................................................................................................................xi
Índice de tablas...................................................................................................................xii
Índice de gráficos..............................................................................................................xiii
Índice de anexos.................................................................................................................xiv
Índice de apéndices.............................................................................................................xv
Introducción.......................................................................................................................xvi
Capítulo I
Marco teórico sobre las relaciones públicas como dominio intelectual.........................21
1.1 Tensiones entre los ámbitos académico y profesional de las relaciones
públicas...............................................................................................................22
1.2 En torno al dominio intelectual de las relaciones públicas................................25
1.2.1 Una disciplina originalmente anglófona y funcionalista.....................28
1.2.2 La condición insular de la disciplina...................................................34
1.2.3 La legitimación académica y social de la disciplina............................36
1.2.4 Perspectivas, niveles y denominaciones..............................................38
1.3 Las relaciones públicas en América Latina: el arribo de la profesión de
manos extranjeras.........................................................................................42
1.4 Las relaciones públicas y la cuestión paradigmática.........................................46
1.4.1 Paradigmas de la ciencia social...........................................................54
1.5 Los primeros teóricos: Edward Bernays y Lucien Matrat.................................63
1.6 Hacia una sistematización de los enfoques y las teorías generales
contemporáneas a escala global...................................................................67
1.6.1 La Escuela de Maryland: simetría y excelencia.................................74
1.6.2 El enfoque crítico: una sociología de las relaciones públicas............83
1.6.3 Tensiones entre la Escuela de Maryland y los teóricos críticos.........93
1.6.4 La perspectiva activista: el profesional como agente de cambio......105
1.6.5 El enfoque retórico: los significados importan..................................112
1.6.6 Fully functioning society...................................................................119
1.6.7 La teoría relacional: la gestión de las relaciones como un
paradigma de las relaciones públicas............................................123
1.6.8 La teoría dialógica: por una comunicación ética..............................131
1.6.9 La teoría comunitaria: hacia el sentido de comunidad......................138
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Epistemología de las relaciones públicas
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Epistemología de las relaciones públicas
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Epistemología de las relaciones públicas
Índice de cuadros
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Epistemología de las relaciones públicas
Índice de tablas
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Índice de gráficos
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Epistemología de las relaciones públicas
Índice de anexos
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Epistemología de las relaciones públicas
Índice de apéndices
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Epistemología de las relaciones públicas
Introducción
Desde mediados de la década de 1990, y sobre todo desde la primera de este nuevo siglo,
han comenzado a generarse desarrollos teóricos de inspiración interpretativa, crítica y
posmoderna que desafían los puntos de vista establecidos y asumidos por el otrora
paradigma dominante, promoviendo un giro sociocultural (Edwards, 2012) en el dominio
intelectual y, en consecuencia, una ampliación de los constructos disciplinarios que dan
cuenta de los fenómenos estructurales y técnicos de las relaciones públicas como disciplina
con implicancias organizacionales y sociales. El mencionado acervo teórico se ha
publicado mayormente en idioma inglés, no solo por ser la lengua madre de los
académicos que han contribuido en tal sentido, sino, sobre todo, por el origen anglosajón
de las principales revistas científicas y de las editoriales con colecciones especializadas. De
una manera consistente, sólo han sido traducidos al español los manuales clásicos,
dirigidos casi exclusivamente a la enseñanza universitaria de grado.
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Epistemología de las relaciones públicas
En este ámbito académico, la Argentina -junto con Brasil- lidera a escala latinoamericana
tanto en lo referido al surgimiento de carreras universitarias de relaciones públicas -
habiéndose creado en nuestro país la primera propuesta académica continental y del mundo
hispanohablante hace ya 55 años, en 1964- como a la cantidad de instituciones educativas
que tienen la oferta específica, ya que 20 universidades de todo el país, tanto de gestión
estatal como privada, tenían la carrera de relaciones públicas en 2018. Ello despierta la
inquietud en torno a qué tipo de bibliografía utilizan en las asignaturas y espacios con
carga teórica específica para instrumentar el proceso de enseñanza por parte de sus
profesores: en otros términos, cuáles son los marcos teóricos disciplinarios que utiliza y
promueve el ámbito académico argentino de las relaciones públicas.
En este contexto, entonces, el objetivo general de este trabajo pasa por conocer los marcos
teóricos disciplinarios que se seleccionan, utilizan y promueven en la enseñanza
universitaria de las relaciones públicas en la Argentina, específicamente en el nivel de
grado.
A fin de dar cuenta del objetivo general y los objetivos específicos consignados, las
preguntas de investigación que se plantean son las siguientes:
. ¿Cuáles han sido los enfoques y abordajes teóricos que han surgido en el dominio
intelectual internacional de las relaciones públicas desde 1980 hasta 2018?
. ¿Cuáles han sido los conceptos más relevantes en cada uno de ellos y qué tradiciones
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Epistemología de las relaciones públicas
recrean?
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Epistemología de las relaciones públicas
. ¿Cuáles son los problemas, contradicciones internas y tensiones externas que se pueden
identificar en esas construcciones teóricas?
. ¿Cuáles son las situaciones que promovieron que la Escuela de Maryland se transformara
en el paradigma dominante en el período 1980-2005?
. ¿Cuáles son las teorías generales y enfoques propios de la disciplina que las universidades
argentinas con carrera de grado específica de relaciones públicas prefieren y promueven?
Para abordar los objetivos del trabajo, una vez caracterizado el dominio intelectual global
de las relaciones públicas y sistematizados sus enfoques y teorías más relevantes tomando
en cuenta su impacto y citación utilizando la herramienta Google Scholar, se seleccionan
las cinco universidades argentinas con la mayor cantidad de estudiantes en la carrera
de relaciones públicas -en modalidades presencial o a distancia-, en función de las últimas
estadísticas oficiales disponibles, para indagar en sus propuestas académicas.
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Epistemología de las relaciones públicas
A la vez, en cuanto a su presencia formal como oferta académica de grado, las relaciones
públicas han tenido una presencia ininterrumpida y creciente en la universidad argentina
desde 1964, con un total de estudiantes superior a las 8000 personas en 2017 en las 20
universidades con oferta, de acuerdo con el último registro oficial del Ministerio de
Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación1. En este contexto formativo,
conocer qué marcos teóricos disciplinarios se seleccionan, utilizan y promueven en las
cinco universidades con mayor cantidad de estudiantes de la carrera (que concentran el
69,53 por ciento de la población total) puede ser un aporte e insumo que contribuya para
que en trabajos de indagación futuros, por ejemplo, se indague en el rol de la teoría
disciplinaria en los procesos de enseñanza o como instancia de diferenciación frente a
profesionales con formación de grado en otras disciplinas que ejercen su práctica
profesional en el campo de las relaciones públicas.
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Epistemología de las relaciones públicas
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http://estadisticasuniversitarias.me.gov.ar. Consultado el 21 de julio de 2019
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Epistemología de las relaciones públicas
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Epistemología de las relaciones
Capítulo I
Marco teórico sobre las relaciones públicas como dominio intelectual
La disciplina de las relaciones públicas tiene una dimensión práctica evidente desde su
misma génesis contemporánea: sus primeros desarrollos no fueron pensamientos o
ideaciones surgidas en ámbitos académicos sino intervenciones profesionales que, de modo
reactivo, pretendieron contribuir a menguar o resolver situaciones conflictivas que estaban
viviendo algunas organizaciones con fines comerciales (Xifra, 2011).
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Evitando aproximaciones definitorias de las relaciones públicas que las sitúan solamente en
torno a la gestión de la comunicación entre una organización y sus públicos (J. Grunig &
Hunt, 2003) -que, de todas formas, evidencian su inserción en el contexto de las disciplinas
de raigambre comunicacional-, Moloney (2005) plantea que las relaciones públicas son una
voz, aunque en ocasiones un susurro, dado que se trata de “un comportamiento de
`autopresentación para la atención y la ventaja´ en el competitivo entorno social del
pluralismo acelerado” (p. 551), que actúa como “un recurso comunicativo de empresas,
organismos públicos y voluntarios, grupos de causa y presión, organizaciones benéficas
grandes y pequeñas, y grupos terroristas y de liberación” (p. 551), todos grupos que
utilizan las relaciones públicas de manera persuasiva para dar voz a sus intereses en una
lucha competitiva -sino hostil y mortal- por una ventaja marginal en términos de más
recursos materiales, ideológicos, políticos o de reputación.
1.1 Tensiones entre los ámbitos académico y profesional de las relaciones públicas
Para Dozier y Lauzen (2000), indagar en las relaciones públicas como un dominio
intelectual implica “el estudio de la acción, la comunicación y las relaciones entre las
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Epistemología de las relaciones
organizaciones y
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Epistemología de las relaciones
Refiriendo al campo de la comunicación, Marques de Melo (2001) utiliza una cita de Max
Weber a propósito del surgimiento de la ciencia económica, que, como cualquier otra
disciplina que tiene por objeto los fenómenos e instituciones de la cultura humana, nace
con una perspectiva práctica, ya que “su fin primero, y al principio el único, era la
elaboración de juicios de valor sobre determinadas medidas de política económica del
Estado. Nuestra ciencia era técnica en el sentido en que lo son las disciplinas clínicas en las
ciencias médicas” (p. 92).
En este sentido, Marques de Melo (2001) asevera que el saber acumulado proviene de la
confluencia de dos fuentes: la práctica, que liga con el desarrollo de modelos productivos,
y la teoría, que supone una apropiación del saber práctico por la academia, al que somete a
la reflexión y sistematización.
En una línea de análisis similar se manifiestan Arata y Libenson (2012), al plantear que
siempre -en forma atenuada o intensa- el esfuerzo teórico invoca al ejercicio práctico como
objeto de su discurso, conformando dos posiciones legítimas para aproximarse al
fenómeno de las relaciones públicas, ya sea como área de experiencia o como dominio
intelectual. “Mientras que el campo específico opera las relaciones públicas, el segundo se
dedica a estudiarlas bajo ciertas condiciones de rigurosidad metodológica con la finalidad
de producir conocimiento especializado y de génesis interdisciplinaria” (p. 33).
25
Epistemología de las relaciones
En cuanto a la práctica de las relaciones públicas, “los profesionales conocen lo que hacen
y pueden explicar su rol en un nivel micro”, aseguran Berger y Reber (2006, p. 22),
aunque, a escala macro, “las relaciones públicas batallan con una crisis identitaria que
crece a partir de una larga tradición de disenso en el dominio intelectual en torno a qué son
las relaciones públicas, a quién sirven, cuáles son sus roles y responsabilidades y qué
significa hacer lo correcto en la práctica” (p. 22), además de que la “academia en
relaciones públicas teoriza sobre todo desde el punto de vista de la racionalidad de la
gestión directiva de las organizaciones y simplemente deja implícito -mayormente sin
investigación- que las relaciones públicas, al menos, no hacen daño a la sociedad” (Halff &
Gregory, 2015, p. 719).
De acuerdo con Edwards (2016), existe una tensión esencial entre el campo profesional y
el campo académico de las relaciones públicas, que ha sobrevivido al paso del tiempo: “la
divergencia de miradas entre aquellos que sienten que el propósito de la educación y la
investigación en relaciones públicas es servir a la práctica y aquellos otros que sienten que
la academia debería deconstruirla y desafiarla” (p. 17).
Además, para J. Grunig (2006b, p. 51), los profesionales, “a menudo, suelen ver a los
académicos como practicantes como ellos mismos que han elegido enseñar e investigar
antes que ejercer la profesión”, situación que, a su vez, fomenta que piensen que buena
parte de las investigaciones son inútiles porque no encuentran la manera de llevarlas a la
práctica real. “Los profesionales deben acudir a las instituciones académicas en busca de
ideas para aplicarlas y con ideas que necesiten ser investigadas y probadas” (J. Grunig,
1979, p. 11).
Por otro lado, los académicos “típicamente se ven a ellos mismos como críticos y analistas
de la profesión más que como profesionales. Si bien desean que su crítica y análisis
mejoren la profesión, no creen que toda investigación deba tener aplicación práctica” (J.
Grunig, 2006b, p. 52), en una alusión a la importancia de la investigación básica,
metateórica, en el campo disciplinario de las relaciones públicas.
Capriotti (2009), ante la polémica que en ocasiones se da entre estas posturas, a veces
opuestas, de los profesionales y los teóricos, afirma que:
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Epistemología de las relaciones
27
Epistemología de las relaciones
En línea con esta mirada, Puerta (2012) consigna que la práctica profesional no exime a
quienes la ejercen de la profundización de sus saberes. Esto es así dado que cualquier tipo
de minimización o subestimación del estudio y el desarrollo intelectual actúa en
menoscabo de la disciplina y la limita a volverse un simple oficio, capaz de ser llevado a
cabo por cualquier persona a la que se le indique una serie de procedimientos básicos en el
área de competencia.
Como señala Horkheimer (1973), el hecho de no darle la entidad que merecen a los
procesos reflexivos profundos sobre los campos de intervención profesional y social puede
entrañar riesgos muy peligrosos y transformar esa reflexión en puro saber instrumental:
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Epistemología de las relaciones
Un repaso en absoluto exhaustivo sobre estos dos legitimadores recién mencionados -libros
y journals especializados- puede incluir, por caso, la colección especializada de la editorial
Routledge, New Directions in Public Relations Research, que -creada en 2012- a finales de
2018 ya contaba con 27 libros de los más variados temas y autores a escala global (sin
representantes de América Latina, por cierto, aunque vale consignar que el idioma
utilizado es el inglés), y decenas de journals especializados (ver tabla 1), con comités
editoriales integrados por académicos prestigiosos y exigencia de referato ciego de pares,
que suelen publicar entre dos y cuatro ediciones por año, y cada una de ellas contener una
serie de papers que en ocasiones alcanza y hasta supera la decena. La lista puede ampliarse
considerablemente con publicaciones más generales del ámbito de la comunicación o
aquellas otras enfocadas en aspectos como la reputación corporativa, los asuntos públicos o
la sustentabilidad, que aceptan de modo explícito artículos del campo de las relaciones
públicas.
29
Epistemología de las relaciones
En ese marco, se considera que el dominio intelectual de las relaciones públicas dio
comienzo con la tarea intelectual de Edward Bernays y la publicación, en 1923, del primer
libro de relaciones públicas que se conoce en el mundo, Cristalizando la opinión pública, y
con la creación, por su intermedio, de la primera carrera de grado también a escala global,
en 1939, en el seno de la Escuela de Sociología de la Universidad de Nueva York. Esa
incorporación al ambiente universitario formal puede ser entendida como un puntapié y
factor esencial en la consideración de las relaciones públicas como espacio académico
propio, lo que conllevó, en términos de Foucault (2000), a la estructuración disciplinaria
sus saberes y a la promoción de “su propio discurso (…) un discurso que será el de la
regla
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Epistemología de las relaciones
natural, vale decir, de la norma” (p. 45). De esta manera, podemos fechar en ese momento
el nacimiento de las relaciones públicas como disciplina académica y dominio intelectual
en aras de institucionalización. Se vuelve más adelante con un abordaje histórico sobre
estos pasos iniciales de las relaciones públicas como dominio intelectual.
De cualquier forma, desde su mismo origen, el ámbito intelectual de las relaciones públicas
tuvo un abordaje prioritariamente funcionalista debido a que “en mercados competitivos en
lo académico, la acreditación de la industria se tornó un criterio de calidad, un medio para
que los estudiantes distinguieran las carreras `buenas´ de las malas y que establecieran
cuáles se ceñían a los estándares profesionales” (Edwards, 2016, p. 17), con lo cual las
propuestas tuvieron una fuerte impronta profesionalista y un espacio reducido para una
mirada crítica acerca de los efectos de la disciplina, sobre todo al provenir la mayoría de
los docentes directamente de la industria y el ejercicio profesional. Esta tendencia fue
exacerbada en los Estados Unidos dado que los fondos para investigación llegaron
también, en muchas ocasiones, desde asociaciones profesionales representativas de la
industria, con el caso significativo de la International Association of Business
Communicators (IABC), entidad que aportó financiación exclusiva para algunas de las
iniciativas de investigación más relevantes del campo disciplinario, como el Excellence
Study (J. Grunig, 1992).
De modo que, en esta mirada internacional, se advierte que el dominio intelectual fue
impactado en mayor medida por los autores y la academia estadounidenses, que han
primado en la investigación y en la producción literaria especializada, fomentando -como
apunta Krohling Kunsch (2006)- una hegemonía a escala planetaria de su pensamiento,
asunciones epistemológicas y abordajes metodológicos. Esto puede haber sido impulsado,
también, por las ventajas lingüísticas del que se considera como el idioma internacional de
las relaciones públicas, es decir, el inglés.
Verčič, van Ruler, Bütschi y Flodin (2001) lo reafirman con un panorama de referencia del
campo de principios de la década de 2000:
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Epistemología de las relaciones
No ha sido fruto de la casualidad, entonces, que los autores de países anglohablantes -con
el predominio de los Estados Unidos y, en menor instancia, del Reino Unido- hayan sido
los más activos en lo que a investigación y publicación refiere, ni que Everett (1993), Xifra
(2003), Botan y Taylor (2004), L´Etang (2005), Pieczka (2006) y Halff y Gregory (2014,
2015), entre otros, hayan hablado de una escuela disciplinaria en particular -de origen
estadounidense- como el paradigma dominante del espacio intelectual a escala global.
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Epistemología de las relaciones
Esta corriente de pensamiento, liderada por James Grunig y denominada como la Escuela
de Maryland -en honor a la Universidad de Maryland, campus College Park, la casa de
estudios que ha acogido a sus realizadores más importantes y formado a buena parte de sus
discípulos-, ha sido decisiva respecto de la evolución histórica del dominio intelectual de
las relaciones públicas. Su contribución ha sido esencial para que, en la década de 1970,
este campo disciplinario comenzara a tener una cierta autonomía analítica propia frente a
las propuestas teóricas más generales provenientes de la comunicación, que desde la
segunda década del siglo XX siempre habían estado regidas por la lógica de los medios
masivos de comunicación. Una lógica más cercana al fenómeno de la comunicación de
tinte informativo (el periodismo) o comercial (la publicidad), pero más alejada de la
comunicación de tinte institucional u organizacional (las relaciones públicas).
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Epistemología de las relaciones
disciplina, y el representante más relevante del paradigma que parece haber primado en el
escenario teórico durante buena parte de los últimos 35 años.
El propio J. Grunig (2006a) reconoció que su proyecto más ambicioso -el Excellence
Study, desarrollado entre 1985 y 1992, del que se detallan sus aspectos relevantes más
adelante- se basó en una serie de abordajes teóricos de mediana envergadura, como la
teoría situacional de los públicos o el modelo de la simetría bidireccional, para terminar
consolidando un constructo que, según él, oficia de teoría general de las relaciones públicas
y está enfocado en el rol de la profesión en la gestión estratégica de las organizaciones y en
el valor de las relaciones con los públicos. Según Holtzhausen y Verwey (1995), para que
una teoría sea considerada como una teoría general, “su explicación debe ser lo
suficientemente general como para cubrir un rango de eventos más allá de una sola
observación” (p. 26), es decir, debe tratarse de un “un marco que incluya todas las
aplicaciones teóricas dentro de un dominio científico particular” (p. 27).
Más allá del rechazo que la aseveración de J. Grunig produjo en algunos académicos -
como Toth (2010), o como Brown (2012), quien lo acusó de tener cierta soberbia en
términos epistemológicos y una propuesta más bienintencionada que científicamente
verificable-, la pretensión de un constructo general ya había sido plasmada en un histórico
llamamiento que Mary Ann Ferguson realizó en 1984. Su iniciativa había girado en torno a
la necesidad de que el campo de las relaciones públicas tuviera algún día una gran teoría
unificada, “en un texto que pareció cristalizar un sentimiento creciente del campo frente a
la necesidad de una identidad unificada, estableciendo una agenda de investigación para
que los académicos fueran delineando un paradigma singular” (Curtin, 2011, p. 33).
Ese sentimiento no se limitó a ese momento histórico de la década de 1980 sino que
permaneció décadas después en académicos como Hutton (1999 -”las relaciones públicas
necesitan llegar a algún tipo de acuerdo general (consenso es una palabra demasiado
fuerte) si desea avanzar como una empresa académica y profesional” (p. 200)- y como
Fusell Sisco, Collins y Zoch (2011) - “el desarrollo y uso de teorías unificadoras son
características esenciales de cualquier disciplina madura” (p. 145)-.
Casi 20 años después que el estudio original de Ferguson, Sallot, Lyon, Acosta-Alzuru y
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Epistemología de las relaciones
Xifra (2006a) advierte que “uno de los factores que más ha dificultado la elaboración de un
cuerpo doctrinal homogéneo de las relaciones públicas ha sido su diversidad conceptual no
sólo a la hora de considerarlas instrumental en lugar de estructuralmente, sino en relación
con ofrecer una definición que sirva de marco de referencia” (p. 165), mientras que Fawkes
(2018, p. 159) alega que “el campo de las relaciones públicas es a menudo malinterpretado
debido a su hibridez, complejidad y perspectivas competitivas dentro de la academia”.
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Sin embargo, una crítica tanto o más relevante que la de los intelectuales críticos y
activistas fue realizada desde adentro de aquella escuela de pensamiento por uno de sus
principales responsables, David Dozier, cuando -junto con Martha Lauzen- publicó un
position paper - Liberating the Intellectual Domain from the Practice: Public Relations,
Activism, and the Role of the Scholar (2000)- en el que abogó para que la investigación y la
producción bibliográfica en relaciones públicas se liberaran de su carácter
mayoritariamente aplicado y ligado con las preocupaciones cotidianas del profesional y se
desarrollaran como un dominio intelectual, con una raigambre académica más normativa,
horadando, de esta forma, el mismo paradigma que él había contribuido a construir.
Edwards (2016), en la misma línea de análisis, agrega que los académicos de las relaciones
públicas, ante la dependencia teórica de un único cuerpo de conocimiento, no lograron
publicar sus hallazgos más allá de revistas científicas ligadas directamente con las
relaciones públicas y la comunicación. En consecuencia, no se ha logrado conectar lo
suficiente con académicos fuera del campo disciplinario de las relaciones públicas pese a
los vínculos manifiestos con la sociología, la ciencia política, los estudios organizacionales
o sobre los medios, sin haber podido dar cuenta aún de una advertencia que Broom (2006)
había lanzado una década antes acerca de que los teóricos de las relaciones públicas no
debían trabajar en un sistema disciplinario cerrado.
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Epistemología de las relaciones
Para Broom (2006), la razón principal de la insularidad pasa por el uso de conceptos y
modelos limitados sólo a aquellos que entienden lo que significan,
El aislamiento también se debe, según Edwards, “al énfasis dado a los métodos de
investigación cuantitativos como los medios respetables de construir conocimiento” (2016,
p. 18), promoviendo que este tipo de estudios hayan primado en la investigación y
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Epistemología de las relaciones
publicación disciplinarias y sido la vía escogida por los académicos para desarrollar y
evolucionar en su carrera.
Mientras que hacia 2001 el tránsito de ideas entre el dominio intelectual de las relaciones
públicas y el de otras disciplinas era aún muy restringido en lo internacional (McKie,
2001), en algo más de una década la situación se modifica de modo significativo, aunque
con la relevante salvedad de que “los académicos de las relaciones públicas adoptan
conceptos teóricos de otras disciplinas pero no proveen constructos teóricos sustanciales
que sean de interés para esas otras disciplinas” (Dühring, 2015, p. 17), evidenciando que la
dificultad de ser reconocidos por otras disciplinas se mantiene inalterable pese al paso de
los años y la mayor producción bibliográfica especializada. La condición de disciplina
esponja de las relaciones públicas se reafirma (Lemos, 2017), “muchas veces adhiriendo a
visiones y terminologías de disciplinas próximas de manera demasiado rápida (...) Con
todo, la comunidad académica debe estar atenta para el establecimiento del camino
inverso, buscando proveer mayor reflexión y crítica que alimente otras disciplinas” (p. 77).
Es crucial que ese tránsito de ideas sea bidireccional dado que, como plantea Follari
(2010), impacta en el estatuto epistemológico de la disciplina en cuestión ya que
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Epistemología de las relaciones
democrático y un factor que contribuye al bien social” (p. 159). Demetrious (2013)
también cubre este amplio espectro, aunque como académica del campo, cuando especifica
que las prácticas de las relaciones públicas “pueden variar desde las políticamente benignas
hasta las socialmente divisivas, antagónicas y políticamente ofensivas, que en algunos
casos son contraproducentes” (p. 32).
Como puntualizan y amplían Coombs y Holladay (2014), el uso coloquial del término por
parte del ciudadano de a pie refleja una falta de comprensión social de la naturaleza y la
práctica de las relaciones públicas que, en conjunto con la impresión negativa generada por
el tratamiento habitual de los medios de comunicación, puede llevar a muchos a
preguntarse si la sociedad estaría mejor sin la práctica de la profesión. Respuesta que ellos
mismos brindan especificando que
Demetrious (2013), en un marco en que analiza prácticas profesionales que han resultado
negativas a escala social, toma como base a Michel Foucault para responder la misma
pregunta, afirmando que “no hay razón para aceptar que las relaciones públicas tienen un
derecho intrínseco a existir. En lugar de ello, debemos encontrar la forma en que
adquirieron fuerza normativa para actuar legítimamente en la sociedad moderna y debemos
preguntarnos si, o en qué circunstancias, las relaciones públicas pueden ser aceptadas o
justificadas” (p. 32).
En este mismo sentido y contexto se inscriben las inquietudes que algunos académicos
expresan de reformar las relaciones públicas (Demetrious, 2013; Moloney, 2000). Así se
evidencia en los propios títulos de algunos libros o artículos que se han publicado
recientemente por parte de autores de peso dentro del campo como Kevin Moloney, Jim
41
Epistemología de las relaciones
Demetrious (2013) afirma que el análisis de los aspectos sociales de las relaciones públicas
y sus efectos requiere una mayor atención por parte de la academia. “La cuestión es si el
dominio de las relaciones públicas también ha encontrado resistencia al desplazamiento y
circulación de ideas hasta el punto de no poder abordar una crítica en torno a su ética” (p.
31), sobre todo porque la disciplina parece haberse investido “ideológicamente para incluir
a algunos sectores y excluir a otros” (p. 31).
Parece ser bastante evidente que, en cualquier escala -local, regional y global-, la
legitimación pública y también intradisciplinaria de las relaciones públicas es aún una tarea
pendiente.
Otro punto central en el dominio intelectual de las relaciones públicas pasa por relevar las
grandes perspectivas desde las que se ha reflexionado en el campo. Xifra (2006a) propone
una clasificación que integra abordajes diversos, aunque, de todas formas, advierte que
“uno de los factores que más ha dificultado la elaboración de un cuerpo doctrinal
homogéneo de las relaciones públicas ha sido su diversidad conceptual no sólo a la hora de
considerarlas instrumentalmente en lugar de estructuralmente, sino en relación con ofrecer
una definición que sirva de marco de referencia” (p. 165). En este contexto, propone cinco
tipos de aproximaciones conceptuales:
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Epistemología de las relaciones
A su vez, Arata y Libenson (2012) plantean que es posible estudiar las relaciones públicas
en función de tres niveles: macro, meso y micro, que son independientes en tanto que
pueden ser estudiados en forma desagregada, pero también de modo integrado
considerando que un nivel siempre es parte integrante del nivel superior. Inspirados en la
teoría sistémica, especifican que el nivel micro posibilita el estudio de relaciones intra
o interorganizacionales, mientras que el nivel meso integra la cuestión organizacional al
problematizar vínculos con subsistemas sociales particulares (político, económico,
científico, legal, familiar, ocio). En cuanto al macro, se define como aquel nivel que
estudia la mutua influencia existente entre las relaciones públicas, como práctica social, y
la sociedad, definida teóricamente como un concepto abarcador y superador (en cuanto
alcance) de cualquier práctica particular. Arata y Libenson invocan esta segmentación en
pos de describir la función de relaciones públicas no sólo como una actividad restringida al
contexto organizacional sino también como un fenómeno macrosocial.
Utilizando esta categorización por niveles, Dozier y Lauzen (2000) afirman que la
producción teórica en relaciones públicas ha concentrado las preguntas de investigación y
el interés en el nivel meso -el organizacional- pero que “la definición más amplia del
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Epistemología de las relaciones
campo
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Epistemología de las relaciones
En otro orden, el propio término bimembre relaciones públicas -traducido del inglés public
relations, aunque en ese idioma significa, literalmente, relaciones con públicos- ha perdido
la consideración y tratamiento unánime con el que contaba, siendo reemplazado en
ocasiones, en el ámbito intelectual global, por gestión de comunicación o comunicación
estratégica2, y, en el contexto argentino, por comunicación institucional, aunque en lo local
siga primando la expresión original, sobre todo en la denominación de las veinte carreras
específicas de grado y de la principal asociación profesional, el Consejo Profesional de
Relaciones Públicas de la República Argentina.
Cropp y Pincus (2001) agregan que “la proliferación actual de especialidades de relaciones
públicas, acompañada de una serie de nomenclaturas aparentemente intercambiables, ha
estimulado la reciente aparición y expansión del campo al mismo tiempo que ha reducido
la comprensión de sus funciones básicas y sus aplicaciones apropiadas” (p. 190).
“En la actualidad, el campo todavía lucha para definir las relaciones públicas, pero
también términos adyacentes como gestión de la comunicación, comunicación
corporativa, comunicación organizacional, comunicaciones integradas y comunicación
estratégica y también encuentra difícil demarcar entre sí estos términos” (Dühring, 2017,
p. 202), situación que es posible adjudicar a que cada uno de los términos implica un
conjunto de
2
Una evidencia ligada con esta cuestión nominal es que, de los cuatro journals con mayor factor
de impacto, los dos más antiguos tienen el vocablo bimembre original (Public Relations Review y
Journal of Public Relations Research), en tanto que los dos restantes, más recientes, presentan
alternativas nominales (Journal of Communication Management e International Journal of Strategic
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Epistemología de las relaciones
Communication)
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Epistemología de las relaciones
Mientras tanto, en América Latina, tal como sucedió en otras regiones relevantes en
materia de práctica y pensamiento en relaciones públicas, la evolución del campo se
desarrolló en primer lugar en el ejercicio profesional para, luego, avanzar en el universo
académico.
Con respecto al desarrollo intelectual, hasta 1960 casi no era posible encontrar material
bibliográfico local especializado (Vara, 2012). En aquel contexto, entonces, resultaba
inevitable recurrir a la literatura norteamericana para estudiar las relaciones públicas,
forzando la adopción de modelos importados como ideales para la sociedad
latinoamericana y desplazando a las prácticas culturales locales. Ni siquiera el paulatino
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Hoy en día, nuestro continente cuenta con diversas entidades regionales como la
Confederación Interamericana de Relaciones Públicas (Confiarp) y la Asociación
Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (Alaic), que cuenta con un grupo
temático consolidado en torno a las relaciones públicas y la comunicación organizacional.
Este es el contexto en el que se han basado algunos autores como Molleda (2000) y Ayala
(2011) para debatir en torno a la existencia de una corriente de pensamiento denominada
Escuela Latinoamericana de Relaciones Públicas, es decir, de un cuerpo teórico propio de
la región capaz de trazar alguna frontera territorial en lo académico en función de la
existencia de ciertos desarrollos por parte de pensadores en algunos países de la región,
sobre todo, en las décadas de 1980 y 1990.
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Epistemología de las relaciones
sociológica, ve al profesional
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
En suma, transitando la parte final de la segunda década del siglo XXI, se observa una
relativa área de vacancia en cuanto a la producción bibliográfica especializada en los países
hispanohablantes de América Latina -aunque menos relevante en el único lusohablante,
Brasil-, y particularmente en la Argentina, esto último motivado, entre otras razones, por la
falta de apoyo y fomento de las universidades -tanto las de gestión estatal como las de
gestión privada- a la investigación y publicación.
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Epistemología de las relaciones
línea con el campo multiparadigmático del que hablan algunos autores de referencia en el
área,
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Epistemología de las relaciones
Desde un punto de vista epistemológico, Lemos (2017) hace referencia a que la disciplina
de las relaciones públicas se encuentra en un momento de transición ligado con la
ampliación de su cosmovisión hacia abordajes de diversa naturaleza e implicancia. Esta era
de las relaciones públicas surge en un marco general en el que muchas ciencias sociales
están siendo caracterizadas por su alto grado de pluralismo, incoherencia de conceptos,
fronteras porosas, proliferación de abordajes diversos y presencia de múltiples paradigmas.
Se trata de una era del dominio intelectual de las relaciones públicas en la que se “ha
acelerado el debate sobre la cuestión paradigmática tras las críticas a la perspectiva
dominante” (L ´Etang, 2013, p. 807), en la que Botan y Hazleton (2006) identifican una
lucha entre paradigmas, que celebran dado el desafío que implica enfrentarse a la matriz
impuesta, al igual que Toth (2010), para quien “todos los paradigmas son necesarios
porque cada uno tienen diferentes focos conceptuales y contribuye de diferente manera al
entendimiento de las relaciones públicas” (p. 714).
Kuhn, un físico que –sin educación formal sobre filosofía o historia- es considerado uno de
los máximos exponentes del giro interpretativo que la filosofía e historia de la ciencia ha
comenzado a realizar desde mediados del siglo pasado. La producción de Kuhn, y sobre
todo su obra cumbre, La estructura de las revoluciones científicas (1971), sigue estando
vigente en los debates epistemológicos que se desarrollan en el seno de diversas disciplinas
científicas alrededor del mundo, y las relaciones públicas no son la excepción, tal como se
puede observar a partir de los trabajos de Everett (1993) y Curtin (2011).
Kuhn define paradigma como una “realización científica universalmente reconocida que,
durante cierto tiempo, proporciona modelos de problemas y soluciones a una comunidad
científica” (1971, p. 13), es decir, como una matriz disciplinaria que influencia los
pensamientos que se desarrollan en una determinada comunidad y en un período dado (que
puede extenderse por pocos años o unos cuantos siglos). En su momento de preeminencia,
el paradigma no suele ser crítico consigo mismo y por ello consideramos tan significativo,
necesario y productivo el ciclo de anomalías -relevantes o irrelevantes- que promueve su
crisis a través del desarrollo de nuevas teorías que respondan de mejor manera a las
problemáticas tratadas por un campo científico.
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Epistemología de las relaciones
En este sentido, si se toma como válida la postura de autores como L´Etang (2009), Xifra
(2003) y Pieczka (2006), que identifican un campo disciplinario dominado por la Escuela
de Maryland, Dozier puede haber sido ese autor decisivo en el derrotero paradigmático de
las relaciones públicas por haber construido codo a codo con J. Grunig el estandarte
teórico de la teoría de la excelencia -que se detalla más adelante-, pero a la vez por haber
horadado ese mismo paradigma con la promoción que pocos años después realizó en torno
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Epistemología de las relaciones
a independizar
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Epistemología de las relaciones
el dominio intelectual de la mera práctica profesional y a proponer un rol más activo para
el profesional dentro de las organizaciones (Dozier & Lauzen, 2000).
No obstante, Curtin (2011) asevera que el abordaje kuhniano sobre las ciencias sociales -a
diferencia de su mirada sobre las ciencias naturales- fue inherentemente
multiparadigmático, con lo cual supone que la búsqueda de un paradigma único y
abarcador para las relaciones públicas ha sido una consecuencia indeseada de una mala
interpretación del autor en ciernes, obstaculizando, desde principios de la década de 1980,
el desarrollo de un cuerpo de conocimientos amplio a escala disciplinaria. “De mayor
beneficio para la práctica y la teoría hubiera sido abrazarse a la naturaleza inherentemente
multiparadigmática de las relaciones públicas, más que la búsqueda del abordaje correcto”
(p. 32). Una postura con la cual coincide L´Etang (2013), a partir de que “la academia de
relaciones públicas se está volviendo más reflexiva y consciente de los peligros de un
paradigma singular y de los esfuerzos por desarrollar una gran teoría unificadora” (p. 801).
De modo contrario opinan Fussell Sisco et al. (2011), para quienes el proceso de
unificación hacia una gran teoría general sería el panorama más deseable, aunque
advierten, desde un punto de vista nominal, que
Una forma sencilla de avanzar [en ese proceso] sería dejar de etiquetar
ideas similares con diferentes nombres. A menudo, ideas similares son
etiquetadas como un modelo por un autor pero como una teoría por otro.
El acuerdo definitivo en toda la disciplina contribuiría en gran medida a
reducir el número de teorías en uso. La plétora de términos utilizados (...)
nos recuerda a una pista de baile: todo el mundo está bailando, pero se
están moviendo a sus propios ritmos. Puede ser bueno para la
autoexpresión, pero no para desarrollar pasos formales de danza; por
analogía, la disciplina de relaciones públicas debe desarrollar un cuerpo
unificado de conocimientos” (p. 150).
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Epistemología de las relaciones
En este contexto de análisis, Edwards (2012) plantea que la división más usual se da entre
los abordajes funcionalistas -para los que “todas las partes de una organización funcionan
para mantener el equilibrio, el consenso y el orden social” (Ciszek, 2015, p. 448)- con
todos aquellos que no lo son -al poner el foco en el rol de las relaciones públicas en lo
social-. Una división de esta naturaleza es la realizada por Aldoory (2005) en torno al
paradigma directivo de la Escuela de Maryland en contraste con el enfoque retórico
de Robert Heath, la perspectiva posmoderna y activista de Derina Holtzhausen y la
feminista de Larissa Grunig, propuesta con la que L´Etang (2009) no acuerda dado que
integra en el paradigma dominante a los marcos teóricos ligados con la cuestión retórica de
Heath, la construcción de comunidad de Kruckeberg y Starck y el enfoque relacional de
Ledingham.
J. Grunig y L. Grunig (2008) ofrecen una división bipartita similar, aunque haciendo
referencia a un enfoque de gestión estratégica o conductual -el propiciado por ellos, que se
desarrolla en el seno de las organizaciones y que, desde la gestión de los profesionales de
relaciones públicas, alienta cambios en el comportamiento organizacional- de otro
interpretativo simbólico -que considera la construcción subjetiva de la realidad y no ofrece
normas para el ejercicio profesional-. Botan y Taylor (2004) observan una división similar
entre los enfoques funcionalistas -”que ven a los públicos y la comunicación como
herramientas o medios para lograr los fines organizacionales” (p. 651)- y los
cocreacionales
-”que ven a los públicos como cocreadores de sentido y a la comunicación como lo que
hace posible acordar significados, interpretaciones y objetivos compartidos” (p. 652).
Lemos (2017) propone una mirada semejante pero con un matiz integrador: habla de dos
líneas o abordajes de estudio, una predominantemente funcional o aplicada y otra
predominantemente crítica, explicando el uso del término predominantemente porque “la
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Otro planteo parecido propone Jelen (2018), para quien las perspectivas alternativas -
alternativas a la teoría de la excelencia dominante- incluyen enfoques como el crítico, el
cultural, el social, el postmoderno, el retórico y el feminista. Sin embargo, hay posiciones
encontradas respecto de esta clasificación, ya que L´Etang (2009) puntualiza que algunos
de esos abordajes, como el feminista o el retórico, en verdad son funcionales al
pensamiento dominante de la Escuela de Maryland, y el único que se le opone
verdaderamente de raíz es el enfoque crítico. En tanto, la propia Curtin (2011) observa la
existencia de cuatro paradigmas: el pospositivista, el constructivista, el crítico/cultural y el
posmoderno. Fawkes (2018) prefiere referir escuelas de pensamiento como la
denominación más adecuada y también identifica cuatro: la de la excelencia, la de la
defensa y promoción (advocacy, en el inglés original), la del diálogo y los abordajes
críticos y culturales. Toth (2010), por último, identifica seis paradigmas -y asegura que
puede haber más en la literatura disciplinaria-: el de la comunicación de crisis, de la teoría
crítica, el feminista, el retórico, el de la gestión estratégica y el táctico.
Aunque, como plantea Littlejohn (citado en Barresi, 2013), no sea sencillo encontrar un
único sistema de categorías perfectamente apropiado y con elementos mutuamente
excluyentes, en esta tesis, de cara a la sistematización que se efectúa en el presente capítulo
de los enfoques y las teorías generales disciplinarias, se opta por una división clásica entre
las corrientes o tradiciones funcionalista, interpretativa y crítica -utilizada, por ejemplo, en
el estudio realizado por Bermejo-Berros (2014)- y se adiciona la tradición posmoderna por
su impacto específico en el dominio intelectual de las relaciones públicas (ver tabla 2).
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Más allá de todo, la falta de acuerdos básicos es palmaria y las diferencias epistemológicas
priman; en virtud de ello, Greenwood (2010) plantea que se está en presencia de una lucha
paradigmática, entre
Para L´Etang (2009), las luchas políticas tienen un lugar similar en el proceso
paradigmático a la construcción de argumentos sobre unas determinadas ideas, dado que se
trata de “sistemas operativos de patronazgo, arbitrarios y orgánicos. Las mayores
recompensas, en términos de estatus, proceden de los que incitan y promueven los
paradigmas dominantes o de los que son responsables de un cambio de paradigma” (p.
355).
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Epistemología de las relaciones
66
Epistemología de las relaciones
a la par que
La relativa falta de interacción entre las posturas promueve que sea poco
probable que las nuevas definiciones que surjan lo hagan a partir de
reconocer elementos comunes a cada espacio de pensamiento, debido al
ímpetu de parte de los grupos dominantes para hacer lugar a los diferentes
puntos de vista. En consecuencia, las investigaciones tenderán a privilegiar
la postura dominante, presentando dificultades ontológicas para aquellos
que desafíen el paradigma, y perpetuando su marginalización (pp. 10-11).
En la búsqueda de marcos teóricos más generales provenientes de las ciencias sociales que
han incidido en el dominio intelectual de las relaciones públicas, Xifra (2003) afirma que
deben ser hallados en la sociología, particularmente en el abordaje de dos representantes de
esa disciplina que han hecho de la comunicación el elemento estructurador de sus teorías
sobre la sociedad: Niklas Luhmann y Jürgen Habermas.
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Epistemología de las relaciones
Se trata de los autores de dos de los constructos sociológicos más aptos para interpretar el
fenómeno de las relaciones públicas: el abordaje sistémico social de Luhmann, con una
especial consideración del concepto de la autopoiesis creado por los biólogos Humberto
Maturana y Francisco Varela; y la postura sobre la sociedad burguesa y la opinión pública,
intersubjetiva, de Habermas.
Respecto del primero de ellos, Luhmann, Holmstrom (2007) puntualiza que Luhmann
nunca teorizó sobre las relaciones públicas, “sin embargo, sus teorías permiten la
identificación de marcos para la comprensión de las relaciones públicas en interrelación
con los procesos de coordinación general de la sociedad” (p. 255) y han influido en autores
disciplinarios, sobre todo, alemanes y escandinavos.
La teoría general de los sistemas, como plantea L´Etang (2013), fue adoptada por muchas
disciplinas en la década de 1970 y es una metáfora biológica que se centra en los procesos
de adaptación de los sistemas a su entorno. Basándose en este marco teórico, el papel de
las relaciones públicas es “equilibrar las fuerzas internas y externas de la organización. Los
profesionales son parte del sistema, como técnicos o gerentes, o ambos, así como los que
cruzan los límites entre la organización y su entorno” (Ciszek, 2015, p. 448).
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Epistemología de las relaciones
El iniciador de la corriente, a mediados del siglo pasado, fue el biólogo austríaco Ludwig
von Bertalanffy (1976), quien definió un sistema como un conjunto de elementos que
mantienen determinadas relaciones entre sí y se encuentran separados de un entorno
determinado. Es decir, cualquier sistema se encuentra siempre caracterizado por la
vinculación existente entre él y su entorno y, a la vez, reacciona globalmente, como un
todo, a las presiones exteriores y a las reacciones de sus elementos constitutivos.
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Epistemología de las relaciones
En este último sentido, a raíz de que su principal ambición fue crear una teoría general
aplicable a la observación de la sociedad contemporánea, Luhmann plantea una forma muy
provocadora de comprenderla. Deja de lado la idea de una sociedad compuesta por
hombres, afirmando que “los hombres son parte del entorno de la sociedad, no
componentes de la misma” (Luhmann, 1990, p. 27). De esta manera, presenta a la sociedad
como un sistema autorreferente y autopoiético que se compone de comunicaciones.
70
Epistemología de las relaciones
Para Luhmann, los sistemas sociales se agrupan en diversos sistemas funcionales (la
política, la economía, la justicia, la ciencia, la educación, la religión, la familia, el arte, los
medios masivos de comunicación) que limitan su entorno y reducen la complejidad de un
modo especializado. En cada uno de ellos, intervienen medios de comunicación
simbólicamente generalizados, como el dinero en la economía, la ley en la justicia, el
poder en la política, la verdad en la ciencia y el amor en la familia. Estos medios
simbólicos son estándares sociales capaces de transmitir información altamente
comprimida, en la que el lenguaje se utiliza como significado estratégico y no como
herramienta de búsqueda de comprensión mutua. Su objeto es facilitar la comunicación
entre los sistemas, hacer manejable su complejidad y mantener su identidad específica
frente a presiones externas. En suma, son las energías que interrelacionan el mundo de la
vida –concepto habermasiano, del que en breve damos cuenta- con el sistema.
Luhmann afirma que cualquier relación social es posible solamente a través de los sistemas
sociales. No hay posibilidad de un marco común de entendimiento mutuo y comprensión
debido a que la razón es parcelaria e invoca la lógica de cada sistema. Es por ello que ya no
puede existir una visión global y la sociedad se diferencia en función de visiones
desiguales que ya no pueden reflejarse unas con otras. La integración social, además, es un
peligro porque amenaza los límites entre cada sistema. “En este sentido, el mantenimiento
del límite (…) significa el mantenimiento del sistema” (Luhmann, 1990, p. 51). En la
compleja sociedad actual, según el autor alemán, es imposible alcanzar una razón colectiva
total, ya que la razón tiene sus raíces en la lógica de cada sistema social.
71
Epistemología de las relaciones
De acuerdo con la visión sistémica, las organizaciones deben estar en relativo equilibrio
con su entorno, que intentan conseguir mediante la retroalimentación, haciendo ajustes
cuando es preciso. De no conseguirlo, se exponen al descontento y a la aparición en la
agenda de temas que podrían amenazar su imagen pública.
Algunos párrafos atrás mencionamos, de acuerdo con Luhmann (1990), que no existe la
posibilidad de una instancia común de entendimiento y comprensión mutua debido a que la
razón es parcelaria e invoca la lógica de cada sistema social. En este contexto, es relevante
referir a Habermas (1981, 1987) porque junto con Luhmann han protagonizado una
discusión pública en torno a esta temática durante cerca de un par de décadas3, con
posiciones claramente divergentes, pero sobre todo porque el abordaje crítico de las
sociedades burguesas y el espacio público, y su teoría de la acción comunicativa han
servido de soporte -aunque poco reconocido- a ideas centrales en el dominio intelectual de
las relaciones públicas (Heath & Frandsen, 2008).
3
El libro Teoría de la sociedad o tecnología social. ¿Qué resulta de la investigación sistémica?,
escrito por ambos, surge en 1971 luego de la realización de un seminario-debate entre ambos en la
Universidad de Bielefeld, en la que Luhmann era catedrático.
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Epistemología de las relaciones
Habermas (1987) especifica una tipología de acciones que intervienen en la teoría social: la
acción teleológica; la regulada por normas (o valores comunes de un grupo social); la
dramatúrgica (en la que los actores regulan el acceso de los otros a su propia subjetividad);
y la comunicativa. La primera y la última son las de mayor interés para este trabajo.
Las acciones teleológicas, que ocupan desde Aristóteles el centro de la teoría filosófica de
la acción, suponen para Habermas (1987) un actor que
Se trata de acciones orientadas al éxito, estructuradoras de las otras tres, que Habermas
(1987) subdivide en acciones instrumentales -si no suponen interacción social- y
estratégicas -si al menos participan dos sujetos que actúan con vistas a la obtención de un
fin y se influencian mutuamente-. La acción teleológica, entonces, se transforma en acción
estratégica cuando paralelamente interviene la expectativa de otro sujeto que también actúa
para llegar a sus propósitos.
Las acciones comunicativas, de especial interés para las concepciones de las relaciones
públicas, son aquellas orientadas al consenso, en las que dos o más sujetos entablan una
relación interpersonal por vía del lenguaje, de modo de poder coordinar de común acuerdo
“sus planes de acción y con ello sus acciones. El concepto aquí central, el de
interpretación, se refiere primordialmente a la negociación de definiciones de la situación
susceptibles de consenso. En este modelo de acción el lenguaje ocupa un puesto
prominente” (Habermas, 1987, p. 124).
El autor sugiere que las acciones sociales concretas pueden ser realizadas con actitud
73
Epistemología de las relaciones
orientada al éxito (con una raíz teleológica) o con actitud orientada al entendimiento (con
una raíz comunicativa).
El constructo habermasiano presenta la discusión pública como una salida para superar los
conflictos sociales, por la vía de la búsqueda de consensos que permitan el acuerdo y la
cooperación a pesar de los disensos. En otras palabras, se estructura como un enfoque
ético, basado en un respeto integral a la racionalidad del interlocutor, en el marco de un
proceso de comunicación ideal (utópico, para algunos) en el que todos los intervinientes
detentan, a priori, el mismo poder. Los puntos de contacto con el modelo simétrico
bidireccional en el ejercicio profesional de las relaciones públicas de J. Grunig y Hunt
(2003) son evidentes.
Este mundo de la vida tiene como contraparte al sistema, que Habermas (1981) liga con las
reglas, las organizaciones, las instituciones y el poder, y que debería formar, junto con el
mundo vital, una totalidad equilibrada y dialógica, aunque en ocasiones sucede que el
sistema extralimita sus funciones en el mundo contemporáneo y anula la presencia
vivificadora del mundo vital. Allí, las relaciones públicas pueden adquirir relevancia para
equilibrar las racionalidades, la estratégica del sistema con la vital del mundo de la vida,
alcanzando un consenso socialmente responsable. En otras palabras, las relaciones públicas
pueden ser utilizadas como un proceso para restaurar el equilibrio entre el sistema y el
mundo de la vida.
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Epistemología de las relaciones
75
Epistemología de las relaciones
En este sentido, las relaciones públicas pueden generar el consenso que Habermas (1981)
pretende como fin último. Sin embargo, ese consenso puede tener poco que ver con la
genuina creación del proceso de opinión pública, apropiado en parte por la
autopresentación de intereses privados privilegiados, ya que
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Epistemología de las relaciones
Sin embargo, siguiendo a Xifra (2003), las relaciones públicas también pueden ser
contempladas, desde la mirada del filósofo alemán, como un intérprete entre la
racionalidad comunicativa del mundo de la vida -orientada por la comprensión y el
entendimiento mutuo, y representada por los públicos de la organización- y la finalidad de
racionalidad del sistema
-representada por la la organización-. En ese terreno de base habermasiana y optimista
para con las relaciones públicas, Hiebert (citado en L´Etang, 2009) afirma que la
democracia requiere condiciones iguales para todos en la esfera pública, con intereses en
competencia que deben tener un similar acceso a ella, y con las relaciones públicas como
fuerza positiva en aras a la construcción de una esfera pública constituida por actores
deseosos de ser reconocidos como legítimos y significativos, como Sadi y Ramos (2019)
remarcan respecto de movimientos sociales que ejercieron acciones de lobbying
promoviendo la adopción de políticas públicas contrarias al deseo de esos tradicionales
intereses privados privilegiados, y obteniendo éxito en su cometido.
Hemos observado antes que, según Lemos (2017), la fase embrionaria del dominio
intelectual de las relaciones públicas supone una primera cosmovisión en torno al binomio
información-persuasión, cosmovisión en la que Edward Bernays (1966) tuvo una especial
influencia, sobre todo por constituir la instancia iniciadora y por sus implicancias notables
77
Epistemología de las relaciones
en pensadores ulteriores.
78
Epistemología de las relaciones
Su pensamiento estuvo influido, según Rey Lennon (1999), por las escasas obras sobre la
opinión pública disponibles a principios del siglo XX, junto con “la obra psicoanalítica de
Sigmund Freud y los primeros textos específicos sobre psicosociología, pasando por las
brillantes intuiciones de Walter Lippmann, hasta la crítica social de Henry Ibsen o la prosa
premonitoria de H. G. Wells” (p. 126).
Ferrari y França (2011), por su parte, alegan que la preocupación de Bernays por asentar la
base teórica de la disciplina se debió a dos razones:
En ese contexto, Rey Lennon (1999) asegura que Bernays fue quien instituyó la figura del
consultor en relaciones públicas en función de ciertos cambios en la configuración de la
sociedad, que “ha generado unas condiciones tales que aquellos que quieren presentar un
determinado punto de vista al público necesitan, hoy en día, contar con el asesoramiento de
79
Epistemología de las relaciones
En 1955, ya maduro, Bernays (citado en Hutton, 2007) ofrece una definición de relaciones
públicas que excede los límites de las organizaciones empresariales o públicas, al expresar
que eran “el intento, a través de la información, la persuasión y la adaptación, de crear un
apoyo público para cualquier actividad, causa, movimiento u organización” (p. 46).
Algunas de las críticas que se efectúan sobre Bernays giran en torno a la cercanía de sus
primeras elucubraciones con la actividad propagandística. Así parece reconocerlo él mismo
en una referencia a su desarrollo profesional luego de su experiencia en el Comité de
Información Pública creado por el gobierno americano ante la primera contienda bélica
mundial: “Cuando regresé de la guerra, reconocí el poder de las ideas como armas y las
palabras como balas (…) Hubo una lección básica que aprendí en el Comité: lo que se
pudo hacer para una nación en guerra podía ser hecho para organizaciones y personas en
una nación en paz” (citado por Rey Lennon, 1999, p. 36).
En este contexto, L´Etang (2009) observa que el modus operandi de los propagandistas
bélicos que actuaron en la Primera Guerra Mundial puede presentar solapamientos
conceptuales con el ejercicio de los primeros profesionales de las relaciones públicas. “En
aquella época, las relaciones públicas eran vistas como una técnica propagandística y la
propaganda como una técnica de relaciones públicas” (pp. 66-67). Para McNair (citado en
Weaver, Motion y Roper, 2006), este supuesto sigue teniendo vigencia, dado que “como
productor y diseminador de símbolos que pueden contribuir a la construcción de la unidad
y el consenso, el relacionista público es, por supuesto, un propagandista” (p. 14).
Sociólogo de formación de base, Matrat -como Bernays- tuvo una extensa trayectoria
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Epistemología de las relaciones
La doctrina europea de las relaciones públicas, tal como en 1970 la denominó el propio
Matrat, presenta una gran homogeneidad conceptual por estar casi en su totalidad basada
en el abordaje de su creador, más allá de que luego haya sido continuada durante un par de
décadas por otros miembros del CERP, como sus compatriotas Denis Huisman, Constantin
Lougovoy y Philippe Boiry, los belgas William Ugeux y Jean-Marie Van Bol y el español
August Ferrer.
Resulta llamativo, según Xifra (2006c), que, casi sin excepciones, los autores
estadounidenses hayan ignorado sistemáticamente las obras de sus colegas europeos, sobre
todo porque el propio Matrat, en 1965, fue el principal autor intelectual del Código de
Ética de la Asociación Internacional de Relaciones Públicas (IPRA, por sus siglas en
inglés), entidad supranacional que muchos estadounidenses integraban en aquel entonces.
Ese documento, popularmente llamado Código de Atenas por la ciudad en que se
promulgó, e inspirado en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del
Ciudadano de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se transformó en el material
de base de la doctrina europea.
81
Epistemología de las relaciones
Es evidente el rol esencial que esta perspectiva le asigna a la confianza como el elemento
estructurador de las relaciones entre los diferentes actores del proceso de relaciones
públicas. En otras palabras, según Matrat, la satisfacción relacional sólo se puede obtener
en contextos o situaciones en los que impere la confianza, elemento que oficia de auditor
de la calidad de las relaciones entre los actores implicados y de la consecuente
preservación de su integridad y dignidad. Para ello, se debe, primeramente, conciliar el
interés de la organización y el de aquellos de quienes depende su evolución. Una vez
reconocido ese interés común, sólo posteriormente se debe iniciar una política de
comunicación capaz de establecer y mantener relaciones de confianza con el conjunto de
públicos de la organización. De esta manera, se entienden los motivos por los cuales
Matrat habla de las relaciones públicas como la estrategia de la confianza que otorga a la
comunicación su autenticidad.
Esto último hace posible reconocer que la Escuela de París posee cimientos de índole
cultural. Matrat se esfuerza en remarcar que una organización no puede vivir ni prosperar
sin la confianza de su entorno. Por ello, adjudica que las relaciones públicas no constituyen
un mero conjunto de técnicas comunicativas aisladas, sino una disciplina social, una
manera de ser, de comportarse, de actuar; una regla del juego social que preserva la
integridad y la dignidad de cada uno de los actores en pos de una satisfacción relacional
(Xifra, 2006c).
82
Epistemología de las relaciones
1.6 Hacia una sistematización de los enfoques y las teorías generales contemporáneas
a escala global
83
Epistemología de las relaciones
Se ha especificado que, desde fines de la década de 1960, la reflexión teórica sobre las
relaciones públicas comenzó a tener una inspiración de sentido funcionalista y sistémico,
con una referencia que no abarca solamente a autores estadounidenses sino también a
alemanes, como afirma Puchan (2006), al mencionar indagaciones de esa misma época por
parte de pensadores germanos como Albert Oeckl o Carl Hundhausen.
84
Epistemología de las relaciones
Arceo (2005), en tanto, ofrece una aproximación sobre el desarrollo del dominio teórico en
Europa, consignando la importancia de un estudio liderado por Betteke van Ruler y Dejan
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Epistemología de las relaciones
Ilhen y Van Ruler (2009) afirman que la teoría de las relaciones públicas “está arraigada en
diferentes campos disciplinarios, como las comunicaciones de masas, las comunicaciones
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Epistemología de las relaciones
De acuerdo con Littlejohn (citado en Leeper, 2001) existen tres niveles de teoría: la
metateórica (suposiciones básicas), la hipotética (imagen de la realidad/marco del
conocimiento) y la descriptiva (operaciones y hallazgos), cuya separación es útil para fines
analíticos. Dentro de cada uno de los niveles, hay cuatro tipos de preguntas:
epistemológicas, ontológicas, perspectivas y axiológicas. “La metateoría abarca supuestos
sobre la naturaleza fundamental de los fenómenos de interés. Estas suposiciones a menudo
no se reconocen e influyen en la elección de la teoría y del método” (p. 93), por lo cual
resulta necesario reconocer los supuestos metateóricos desde los que se parte en cualquier
otra construcción teórica.
Asimismo, Littlejohn (citado en Hazleton Jr. y Botan, 1989), en el nivel de los constructos
sustantivos disciplinarios recién mencionado, sugiere que la teoría es el resultado de un
proceso de hacer preguntas, observar fenómenos y construir respuestas en las que el
académico trata de definir, describir y explicar, de hacer juicios, especificando ocho
funciones de la teoría: organizar y resumir, poner foco, aclarar, observar, dar
previsibilidad, ser heurística, comunicable y ofrecer control.
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Epistemología de las relaciones
Hazleton Jr. y Botan (1989) sostienen que "una teoría consiste en, al menos, dos conceptos
y una declaración que explica o predice la relación entre esos conceptos" (p. 7), con lo cual
evidencian la función inicialmente explicativa de los constructos, mientras que, según
Mickey (2003), “una teoría es una forma de ver algo y debe iluminar un problema. En las
ciencias sociales, la teoría se utiliza comúnmente como base para la predicción y el control,
pero la esencia de toda teoría es ofrecer interpretación” (p. 109). Dicha construcción
teórica tiene una génesis en cuanto a su proceso de edificación, que, según Broom (2006),
“comienza de forma más efectiva cuando el investigador selecciona un concepto derivado
de la práctica e identificado por los profesionales como importante” (p. 142). Coincidente
con esta postura, J. Grunig (2006a) alega que se puede evaluar que una teoría es buena “si
da sentido a la realidad o si ayuda a mejorarla. Los especialistas en relaciones públicas
necesitan desarrollar teorías positivas y normativas para comprender cómo se practican las
relaciones públicas y mejorar su ejercicio” (p. 152).
No obstante lo último, Cornelissen (2000) apunta que, al ser las teorías académicas a
menudo representaciones simplificadas de la realidad, rara vez son capaces de capturar la
realidad en términos concretos. El resultado es que los profesionales suelen encontrar estas
teorías “ininteligibles e irrelevantes para los problemas que típicamente están en sus
agendas. Por lo tanto, puede ser que la academia no proporcione soluciones concretas a los
problemas del ejercicio de las relaciones públicas, sino más bien visiones y marcos más
generales” (p. 319).
Broom (2006) alerta acerca del hecho de que muchos académicos han recurrido “a métodos
que no requieren datos. Mientras que las revisiones de la literatura, los comentarios críticos
y los estudios de caso pueden señalar el camino e inspirar más investigación, no
proporcionan evidencia que prueben las hipótesis y construyan la teoría” (p. 148), a la vez
que puntualiza que la construcción de teoría, finalmente, requiere la recolección objetiva,
sistemática y controlada de datos para probar o no las hipótesis deducidas. Nuevamente, J.
Grunig (2001) evidencia una posición semejante cuando refiere que una buena teoría está
siempre determinada por los datos, en línea con lo que afirma Suppe (citado en J. Grunig,
2001) acerca de que los productos y resultados más relevantes de la historia de la ciencia
revelan una condición omnipresente: “la característica de la ciencia es la aceptación y el
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Epistemología de las relaciones
rechazo de teorías integrales basadas en los datos disponibles que, en principio, son
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Epistemología de las relaciones
Simões (1995) coincide con el último punto, dando cuenta de que el término teoría
contempla presenta un abordaje polisémico: existe un uso estricto -”conjunto de algunos
principios prácticos que la experiencia consigue elaborar” (p. 27)-, otro intermediario que
lo funde con el de hipótesis -”cualquier principio explicativo generalizado para algún
hecho que sucede o puede suceder” (p. 27)- y un tercero, el más utilizado por la comunidad
científica en general, que supone que la teoría es “un grupo de leyes, lógicamente
organizadas, o sea, relacionadas deductivamente” (p. 27).
Adicional a lo anterior, para Toth (2009), el término teoría tiene varios significados,
incluyendo uno despectivo cuando se menciona alguna cuestión como meramente teórica.
“Sin embargo, la teoría no es `mera´, sino algo que todos usamos en nuestra toma de
decisiones diaria, para ayudarnos a predecir lo que sucederá si elegimos hacer "A" o "B".
Las teorías son dinámicas y evolucionan, al igual que el comportamiento humano” (p. 49).
90
Epistemología de las relaciones
lineales entre distintas variables” (p. 3), con propuestas modernas, como el tablero de
control, pero que se insertan en un escenario posmoderno en cuanto a las expectativas de
los públicos y las demandas sociales.
Dutta, Ban y Pal (2012), por su parte, plantean que, en el marco del énfasis dado a la
función de gestión directiva de las relaciones públicas, las teorías han servido mayormente
al statu quo, sin aprovechar las oportunidades de políticas transformadoras, producto de
que se suelen construir y abordar “enfatizando las formas en que las organizaciones pueden
manejar estratégicamente las relaciones con las partes interesadas clave. El énfasis aquí
está en mantener las estructuras y prácticas organizacionales, y minimizar las posibilidades
de cambio que desafían las estructuras sociales dominantes” (p. 11).
En este sentido, Holtzhausen (2012) amplía su mirada afirmando que “ninguna teoría en
relaciones públicas es neutral u objetiva sino que, particularmente en las ciencias sociales y
humanas, están profundamente influenciadas por las culturas y sociedades en las que están
formuladas” (p. 2).
91
Epistemología de las relaciones
(p. 2).
92
Epistemología de las relaciones
Y, a la vez, esos constructos son creados por personas que tienen ellas mismas sus propias
concepciones, sus propias visiones del mundo, que afectan, advertida o inadvertidamente,
las decisiones por tomar en el proceso de construcción teórica.
Broom (2006) plantea que “los conceptos son los bloques de construcción de las teorías, de
modo que la calidad de los desarrollos teóricos en relaciones públicas depende de la
solidez de su construcción” (p. 144), en una metáfora que remite al constructo que mayor
pregnancia ha tenido en el dominio intelectual del campo, el principal “edificio teórico de
las relaciones públicas” (J. Grunig, 2006a, p. 151), al decir de su arquitecto en jefe, y que
se reseña a continuación. Ello se lleva a cabo como primera expresión de una
sistematización -quizá inédita en idioma español, al no haberse encontrado evidencia de un
trabajo similar en la revisión bibliográfica realizada- de las 15 teorías generales, enfoques y
perspectivas que mayor influencia han tenido en el dominio intelectual de las relaciones
públicas a escala global, bajo el criterio del impacto en términos de citación de las obras
fundacionales de cada construcción -hayan sido libros, capítulos de libros o position
papers- utilizando la herramienta Google Scholar.
Hemos mencionado que, desde principios de la década de 1970, es posible reconocer que
la perspectiva sistémica se ha transformado en el paradigma general que sirvió de sustento
a las reflexiones prevalentes, funcionalistas y pragmáticas, sobre las relaciones públicas.
93
Epistemología de las relaciones
Su foco está puesto en las organizaciones como “la principal unidad de estudio, con las
relaciones públicas posicionadas como una función de gestión, con aspiraciones de formar
parte y asesorar a la llamada `coalición dominante´" (Fawkes, 2018, p. 161). Casi
unánimemente considerado como el primer esfuerzo intelectual articulador de una teoría
general de las relaciones públicas, este trabajo fue encarado de modo colectivo por J.
Grunig, su esposa Larissa Grunig y otros académicos y profesionales estadounidenses o
establecidos también en territorio estadounidense, como David Dozier, William Ehling,
Glen Broom, Elizabeth Toth, Fred Repper y Krishnamurthy Sriramesh, entre otros.
Más que una única teoría, la llamada Escuela de Maryland (Xifra, 2003) estructura un
cuerpo de teorías concatenadas, que surge a partir de una serie de indagaciones
funcionalistas, sistémicas, de naturaleza empírica y predominio cuantitativo, en el marco
de un intento por brindar guías o caminos exitosos a la práctica profesional. “La tradición
comenzó por casualidad a finales de la década de 1960 con el desarrollo de la teoría
situacional de los públicos, seguida por la aplicación de la teoría organizacional a las
relaciones públicas, el modelo simétrico de relaciones públicas y los programas de
evaluación en comunicación” (J. Grunig, 2006a, p. 151), a las que se les puede agregar el
modelo de Dozier y Broom en torno al papel de las relaciones públicas para desarrollar un
marco jerárquico que, según L´Etang (2013), se simplificó y se convirtió en un modelo
dicotómico que incluía roles gerenciales en contraposición a roles técnicos.
94
Epistemología de las relaciones
los
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Epistemología de las relaciones
En este punto, es pertinente especificar qué entiende J. Grunig (2001) por modelo y qué
por teoría:
Retornando a las dos etapas del constructo y respecto de su primer componente teórico, el
de la simetría, surgió en 1975 como un proyecto de investigación cuya intención fue
construir modelos de relaciones públicas que, aún basándose en simplificaciones, ayudaran
a entender la evolución de la práctica profesional a escala histórica contemporánea.
96
Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
utilizado los profesionales estadounidenses cuando practican las relaciones públicas y son
el resultado, básicamente, de la combinación de tres dimensiones: la dirección del
intercambio comunicacional (unidireccional versus bidireccional), el equilibrio de los
efectos perseguidos entre organizaciones y públicos (asimétricos versus simétricos), y la
finalidad buscada (informativa, persuasiva o de comprensión mutua).
En el modelo del agente de prensa, los profesionales de las relaciones públicas realizan
una función de propagación de información (que J. Grunig y Hunt llaman la doctrina de la
organización involucrada), a menudo de manera incompleta, distorsionada o parcialmente
verdadera. Se trata de una categorización que da cuenta de las prácticas iniciales que se
sucedieron en la profesión, basadas en una comunicación puramente unidireccional, de la
organización hacia los públicos, monologal, de estilo propagandístico. La principal figura
histórica que se emparenta con este modelo es un promotor de espectáculos circenses de la
segunda mitad del siglo XIX, llamado Phileas T. Barnum.
El modelo asimétrico bidireccional tiene por finalidad persuadir a los públicos. Los
profesionales que practican las relaciones públicas asimétricas bidireccionales utilizan
técnicas de las ciencias sociales –como las entrevistas en profundidad o los grupos focales-
para investigar las actitudes y los comportamientos de los públicos, con el objetivo de que
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Tabla 3. Características de los cuatro modelos de relaciones públicas (extraído de Xifra, 2003)
Veinte años después de su creación original, el mismo J. Grunig (2004), atendiendo a las
críticas que consideraron utópico su cuarta modelización, alega que el modelo simétrico
bidireccional puede ser igualmente efectivo y socialmente responsable aún si se utiliza en
combinación con el asimétrico bidireccional.
De modo que esta segunda fase del ideario de J. Grunig tuvo su origen en el proyecto de
investigación denominado Excellence Study, que se extendió por seis años, entre 1985 y
1991, y fue sostenido financieramente por la IABC. Sus objetivos principales fueron
determinar los modos en que se practicaban las relaciones públicas excelentes e identificar
cómo su ejercicio profesional podía colaborar para incrementar la eficacia de las
organizaciones en las que tomaba parte (L. Grunig et al., 2002).
10
Epistemología de las relaciones
El estudio “demostró que existe una correlación entre el logro de efectos de comunicación
a corto plazo y el mantenimiento de relaciones de calidad a largo plazo” (Kim, Hung-
Baesecke, Yang & J. Grunig, 2013, p. 199) y promovió de modo directo la publicación de
cuatro obras, todas con J. Grunig como autor, coautor o editor: Excellence in public
relations and communications management (1992), A manager’s guide to excellence in
public relations and communication management (1995), Excellent public relations and
effective organizations: a study of communication management in three countries (2002) y
The future of excellence in public relations and communication management: challenges
for the next generation (2007). Ninguna de ellas ha sido traducida al español.
En línea con sus intenciones, la teoría de la excelencia presentó una serie de principios
10
Epistemología de las relaciones
Estos principios fueron elaborados con la intención de un criterio universal, es decir, para
ser aplicados no sólo en los países objeto del estudio (Estados Unidos, sobre todo) sino en
el mundo entero, “en un esfuerzo realizado para globalizar la teoría estadounidense” (L
´Etang, 2013, p. 801). Sin embargo, esto ha despertado resistencias lógicas en
comunidades académicas ajenas a esos países (como en Oceanía, Escandinavia o el propio
Reino Unido), que sostienen que tal implantación no es viable dadas las diferentes culturas
nacionales y contextos político-económicos, amén del no reconocimiento de las diferentes
realidades y dinámicas que las organizaciones pueden vivir (L´Etang, 2013). El propio J.
Grunig (2003) ha reconocido su excesiva ambición al respecto justificando, casi veinte
años después, que su construcción teórica estaba conformada por “principios genéricos y
10
Epistemología de las relaciones
aplicaciones específicas” (p. 27), para luego ampliar su argumentación en torno a que
habían construido una teoría que se encontraba a medio camino entre una teoría
etnocéntrica (que considere que las relaciones públicas son lo mismo en todas partes) y una
policéntrica (que son diferentes en todas partes), dado que “de manera amplia y abstracta,
los principios de la excelencia pueden ser aplicados en diferentes estructuras, sistemas
económicos, sistemas políticos, sistemas de medios de comunicación, niveles de desarrollo
y grados de actividad de los activistas” (J. Grunig, 2006a, p. 170).
En suma, la teoría de la excelencia puntualiza, según Kim et al. (2013) que las relaciones
públicas
Hacen que una organización sea más efectiva cuando identifica a los
públicos más estratégicos de la organización como parte de los procesos de
gestión estratégica y lleva a cabo programas de comunicación para cultivar
relaciones efectivas a largo plazo con esos públicos. Como resultado,
podemos determinar el valor de relaciones públicas midiendo la calidad de
las relaciones con públicos estratégicos. Y, debemos ser capaces de evaluar
los programas de comunicación midiendo los efectos de estos programas y
correlacionándolos con los indicadores de relación (p. 200).
Desde un punto de vista habermasiano, este constructo entiende las relaciones públicas
como un tipo de acción teleológica estratégica, ya que involucra la intervención de otros
sujetos que también actúan para llegar a sus propósitos, es decir, los públicos. Esa
intervención se da, según J. Grunig, en el marco de lo que Habermas supone como un
proceso de comunicación ideal, en el que todos quienes intervienen en la relación detentan
el mismo poder, la misma oportunidad simétrica de actuar comunicativamente. Este
10
Epistemología de las relaciones
supuesto teórico utilizado por J. Grunig fue criticado por una constelación de
investigadores por considerarlo, directamente, utópico.
Cuadro 1. Contribución del constructo de J. Grunig al campo de las relaciones públicas (extraído de J.
Grunig, 2006a)
10
Epistemología de las relaciones
Se trata de una línea de análisis que puede complementarse con Baczko (1999), quien
afirma que los imaginarios sociales no son un complemento insignificante de las relaciones
económicas, políticas, etc., “que serían las únicas reales (…) Ejercer un poder simbólico no
significa agregar lo ilusorio a un poderío [real], sino multiplicar y reforzar una dominación
efectiva por la apropiación de símbolos, por la conjugación de las relaciones de sentido y
de poderío” (p. 12).
Entre otros, estos factores han sido incorporados en el dominio intelectual de las relaciones
públicas, desde mediados de la década de 1990, por un conjunto de investigadores del
Reino Unido, Nueva Zelanda, Australia, Escandinavia, Europa occidental y -en menor
medida, proporcionalmente hablando- los Estados Unidos, quienes han comenzado a
promover, “a través de investigaciones conjuntas, intercambios y publicaciones” (Lemos,
2017, p. 132), un abordaje fenomenológico de la disciplina, tratando de ir más allá de la
investigación de mera base empírica y sentido funcionalista (Sadi, 2013).
El intento estructurador del enfoque, según Edwards (2016), pasa por tratar la disciplina
como un ámbito intelectual digno de ser estudiado más que simplemente como una forma
de entrenamiento o capacitación profesional para poder incorporarse al mundo del trabajo
(Edwards, 2016), en una aseveración que remite al position paper de Dozier y Lauzen ya
mencionado en este trabajo, que para Toth (2009) quizá haya sido la introducción más
sorprendente de la teoría crítica a las relaciones públicas, ya que en él
10
Epistemología de las relaciones
Este enfoque se sostiene en la tradición del pensamiento crítico, una corriente surgida en
Europa que tiene como materia prima el abordaje argumentativo y hermeneútico de los
fenómenos sociales. Según L´Etang (2005), este tipo de abordaje incluye aquellos “trabajos
que desafían las asunciones en el campo, que extienden las fronteras y producen un
`cambio paradigmático´, que critican políticas o prácticas o que específicamente utilizan
como inspiración un proyecto sociológico conocido como teoría crítica” (p. 521). De
modo que no fue casual, al decir de Edwards (2016), que una casa de estudios británica, la
Universidad de Stirling, fuera la primera cuna de intelectuales críticos en el campo que se
doctoraron - como L´Etang, Pieczka o Weaver; esta última, años después, partiría junto
con junto con McKie a otro importante polo de pensamiento crítico, la Universidad de
Waikato, en Nueva Zelanda-, “muchos de los cuales están entre los pensadores más
prolíficos del campo” (Edwards, 2016, p. 44).
La propia L´Etang editó en 1996, en conjunto con Magda Pieczka, un libro esencial y
señero para este enfoque, Critical Perspectives in Public Relations, aunque años antes, en
1992, Elizabeth Toth y Robert Heath habían comenzado a desandar el camino con su
trabajo de edición de otro libro, Rhetorical and Critical Approaches to Public Relations,
que “creó un importante espacio para académicos estadounidenses, interesados en extender
las fronteras de las relaciones públicas, para poder publicar sus trabajos” (Edwards, 2016,
p. 43), aunque L´Etang le confiere una relevancia menor dado que hace “mucho más
hincapié en la retórica y su potencial para facilitar el debate social; sólo dos páginas de la
introducción se centran en la perspectiva crítica y no hay una discusión en profundidad de
la teoría crítica o el poder” (p. 808). El desarrollo intelectual de la perspectiva crítica se
corona a 20 años de aquella obra decana de L´Etang y Pieczka, en 2016, con la publicación
de un manual específico editado por la propia L´Etang junto con David McKie, Nancy
Snow y Jordi Xifra, titulado The Routledge Handbook of Critical Public Relations.
10
Epistemología de las relaciones
En uno de los capítulos de esa obra, Moloney y McKie (2016) identifican una de las
razones más poderosas que explican el surgimiento del enfoque crítico, al plantear que
10
Epistemología de las relaciones
consolidada en cuanto a su uso por parte de la población- sino que ha sido moldeado por
las obligaciones y parámetros institucionales y nacionales de los académicos que
conforman la perspectiva (Edwards, 2016), este conjunto de investigadores está
fomentando un giro sociocultural en la reflexión teórica sobre las relaciones públicas
(Edwards y Hodges, 2011). Esta perspectiva se posiciona, entonces, desde la vereda de
enfrente a lo que Kuhn (1971) denomina ciencia normal, que “suprime frecuentemente
innovaciones fundamentales, debido a que resultan necesariamente subversivas para sus
compromisos básicos” (p. 26).
Desde lo epistemológico, L´Etang (2009) puntualiza que “la fractura en el sector sigue, en
parte, las diferencias filosóficas sobre las creencias respecto de la naturaleza del
conocimiento entre los que confían en la ciencia objetiva y los que creemos que la realidad
se construye socialmente” (p. 357). Los teóricos del paradigma grunigiano, según la
escocesa, fundamentan su propuesta en el positivismo y son proclives a valorar la
investigación aplicada, cuantitativa, estadística. Los representantes del panorama crítico, en
cambio, valoran los enfoques cualitativos (con estudios etnográficos como los de Hodges
et al., 2011; Hodges & Denegri-Knott, 2012; y L´Etang, 2011) que facilitan un análisis
mucho más pautado y detallado de los participantes en los procesos de relaciones públicas,
particularmente de las prácticas del día a día de los mismos profesionales en sus ámbitos
de trabajo, ofreciendo múltiples verdades, visiones alternativas y perspectivas
contestatarias a lo establecido, teorizando en ocasiones sobre la teoría misma.
RR. PP. como ejercicio libre RR. PP. como inherentemente parciales
10
Epistemología de las relaciones
RR. PP. como una comunicación transaccional RR. PP. como un flujo de información
RR. PP. como un elemento de los sistemas RR. PP. como un elemento de los sistemas
gerenciales dentro de las organizaciones culturales y políticos que se extienden más allá
de los límites organizacionales
Los profesionales son agentes pasivos en el Los profesionales son agentes activos en el
proceso de comunicación proceso de comunicación
Tabla 4. Pensamiento subyacente de los enfoques de la excelencia y crítico en pugna (adaptación propia de
Edwards, 2012)
En la misma línea, Macnamara (2010) menciona que un número cada vez más significativo
de académicos ha comenzado a cuestionar la prevalencia de la mirada de J. Grunig y sus
discípulos, remarcando que, en primer lugar, está excesivamente enfocada hacia la realidad
norteamericana y su habitual positivismo, funcionalismo y conductismo, que hacen mella
en sus asunciones desde lo axiológico, lo ontológico y lo epistemológico. En segundo
término, advierten que el predominio casi absoluto de su construcción intelectual está
encapsulando los esfuerzos de ampliar el constructo general de las relaciones públicas, ya
sea subsumiendo o bien marginando miradas alternativas –las propias del enfoque crítico-,
que hasta han llegado a ser catalogadas en ediciones especiales que han sido preparadas
por journals estadounidenses como “periféricas o marginales” (Ilhen y Verhoeven, 2012,
p. 160), tanto en lo geográfico como en lo ideológico y metodológico.
Los temas de análisis de esta perspectiva crítica manifiestan interrogantes complejos sobre
temas como la posesión y el uso del poder, las corporaciones, la naturaleza de la autoridad,
la moral, los límites de la persuasión, el diálogo como fin último de las relaciones públicas,
10
Epistemología de las relaciones
La relevancia de este tipo de construcción teórica, según Ilhen y van Ruler (2009), está
dada por el hecho de que la mayoría de las teorías más prominentes en el campo han sido
desarrolladas desde la perspectiva de la gestión directiva de la comunicación, lo cual
genera que solo se considere “la relación entre las organizaciones (su cúpula directiva) y
ciertos individuos o grupos de individuos. En la mayoría de estos enfoques, se pasa por
alto el nivel de la sociedad. Son insuficientes para hacer frente a los problemas sociales o a
la legitimación social de las organizaciones” (p. 6).
11
Epistemología de las relaciones
Jacquie L´Etang
(2006, 2009, 2013,
Qué aspectos de los 2016)
contextos locales, Las prácticas deben ser Caroline Hodges
nacionales y estudiadas en relación (2011)
Contextual globales impactan con el contexto en que C. K. Weaver (2006,
en la práctica de las son desarrolladas 2019)
relaciones públicas David McKie (2001,
2005)
Timothy Coombs
(2014)
Magda Pieczka
Por qué la profesión El poder dentro de la (2006)
Profesionalista se ha constituido de profesión no está Jacquie L´Etang
una particular diseminado y articulado (2006)
manera de igual manera Lee Edwards (2012)
Tabla 5. Características de las corrientes del enfoque crítico (adaptación propia de Edwards y Hodges, 2011)
L´Etang (2009), por caso, realiza un cruce analítico muy interesante entre el área de issues
management (la gestión de conflictos potenciales, en una traducción no lineal sino
aproximada al verdadero sentido del original en inglés) y el pensamiento de Foucault en
torno al concepto de la disciplina, planteando que la gestión de conflictos potenciales
implica realizar un análisis del entorno y utiliza frecuentemente el término militar
recopilación de inteligencia o inteligencia contextual, que se podría describir también
como una pauta de vigilancia.
Este último concepto es el significativo, dado que esa discursividad y las prácticas
profesionales que la enmarcan pueden estar configurando en pleno siglos XX y XXI lo que
Foucault (2002) describió a partir de la “extensión progresiva de los dispositivos de
disciplina a lo largo de los siglos XVII y XVIII, su multiplicación a través de todo el
cuerpo social, la formación de lo que podría llamarse, en líneas generales, la sociedad
disciplinaria” (p. 126). Para L´Etang (2009), “de hecho, el crecimiento de la propia
11
Epistemología de las relaciones
profesión de relaciones
11
Epistemología de las relaciones
públicas se puede ver como una institución (profesionalización) que contribuye a la cultura
de la vigilancia” (p. 135). Esta instancia resulta factible de ser lograda mediante la mera
colaboración con organizaciones que presenten intereses compartidos en aras a reforzar la
legitimidad institucional y profesional de esas prácticas de vigilancia hegemónicas.
En general, estas indagaciones críticas suelen poner de relieve una “lucha por definir el
carácter irracional de la racionalidad establecida” (Marcuse, 1968, p. 116), entiéndase, en
referencia a lo último, las asunciones del enfoque grunigiano.
Una línea similar siguen Motion y Weaver (2005) cuando plantean que las relaciones
públicas se sitúan dentro de un contexto en el que “el poder es un punto crucial que debe
ser ejercido, impugnado, negociado o resistido (…) Desde esta perspectiva, las relaciones
públicas son teorizadas como una táctica legítima en la batalla y la negociación por el
poder” (p. 50). Según las académicas oceánicas, el interés desde un punto de vista crítico
debe pasar por deconstruir la manera en que los grupos hegemónicos intentan ganar el
consenso público para apoyar sus misiones organizacionales. “Los abordajes críticos en el
estudio de las relaciones públicas están centralmente interesados en las cuestiones de
poder” (p. 51).
Es más, Foucault (citado en Surma, 2006) presenta un escenario en el que se alientan las
relaciones de poder dado que no se cree posible una sociedad sin ellas. “El problema no es
tratar de disolverlas en una utopía de una comunicación completamente transparente, sino
(…) practicar esos juegos por el poder con la menor dominación posible” (pp. 44-45). A la
par, la cuestión pasa, también, por reconocer que siempre que hay una relación de poder
hay una posibilidad de resistencia a ese poder. Pero, además, el poder desde la óptica
foucaultiana puede ser una instancia positiva, que lleve a producir formas de
conocimiento, placeres y discursos.
Según Foucault, se trata de “no quedar entrampado por el poder: siempre es posible
modificar su sujeción bajo determinadas condiciones y de acuerdo con una estrategia
precisa” (citado en Holtzhausen y Voto, 2002, p. 70). Con esto, el pensador francés supone
que estamos situados en un mundo de perpetuas relaciones estratégicas, que está siendo
muy nutritivo en la pretensión de enriquecer conceptualmente la teorización sobre las
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Epistemología de las relaciones
relaciones públicas.
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Epistemología de las relaciones
De todas formas, Macnamara (2012), aunque festeja que se esté experimentando un cierto
cambio desde modelos funcionalistas y centrados en la organización, originarios de los
Estados Unidos, a enfoques más orientados social y culturalmente, advierte que
No obstante, Botan y Hazleton (2006) expresan sus dudas ante la posibilidad de que se
concrete una verdadera revolución paradigmática en el corto plazo:
Los críticos del enfoque [de la excelencia] han hablado claramente pero, o
bien el sector no ha visto suficiente mérito en lo que han dicho para
desarrollar su trabajo en paradigmas alternativos, o bien han limitado sus
comentarios a críticas y no han conseguido conducir una investigación
afirmativa, compartir sus datos y abrir suficientemente sus propias teorías al
discurso crítico (p. 9).
Es innegable que “el paradigma crítico está claramente fuera del paradigma dominante (…)
y desafía sus asunciones y supuestos” (L´Etang, 2009, p. 363), aunque esa independencia
desafiante sea relativa porque aún no ha podido desprenderse del todo de la continua
referencia a los temas trabajados por el paradigma dominante, particularmente de las
nociones de simetría y excelencia. Quizá, cuando lo haga, esté en condiciones madurativas
de aproximarse a la realización de una teoría general de las relaciones públicas, aunque
también puede que esa no sea una finalidad por perseguir por parte de los referentes del
enfoque.
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
públicas eran un poco más que mera propaganda” (L´Etang, 2013, pp. 804-805)
A su vez, con una intención explícitamente provocadora e irónica, McKie (2001) formula
otras preguntas:
Por otra parte, la integración del área de relaciones públicas a lo que J. Grunig denomina
coalición dominante de las organizaciones -es decir, su ápice directivo- despertó las
objeciones de aquellos que, como Berger (2005), entienden que incluye una asunción
implícita falsa en torno a que “los profesionales harán o intentarán hacer lo `correcto´ una
vez dentro de la coalición dominante, es decir, representar las voces e intereses de otros y
modelar la ideología y las decisiones de la organización para beneficio de la profesión, la
organización y la sociedad” (p. 5). J. Grunig (2006a) responde alegando que esa crítica
nace de una incorrecta interpretación del concepto de la coalición dominante y de la teoría
de la excelencia toda, dado que integrar ese colectivo no consiste necesariamente en ocupar
posiciones formales de poder sino que se trata de “una coalición informal, cuyos miembros
pueden estar dentro o fuera de la organización y pueden provenir de distintos niveles en la
estructura organizacional. Y puede ser ampliada empoderando a un mayor número de
personas” (p. 164).
Las relaciones públicas, que para el abordaje grunigiano son una función de soporte
comunicacional de la gestión de las organizaciones, no podían, en palabras de L´Etang
(2009), quedar afuera de esta moda. De modo que el deseo de situar a las relaciones
públicas en la esfera directiva de las organizaciones es otro legado del ámbito académico
de los Estados Unidos, que presenta “a las relaciones públicas como un apéndice
tecnocrático y funcional de las ciencias directivas. Al vincular la disciplina a otras
disciplinas científicas, las relaciones públicas podían obtener un estatus académico
respetable capaz de presentar a los comunicadores ‘estratégicos’ como merecedores del
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
En otros contextos, por ejemplo en el Reino Unido, L´Etang (2009) asegura que se ha
trabajado con otra perspectiva, desde “las raíces más intuitivas de las relaciones públicas,
expresado de forma diversa como ‘un arte y una ciencia’, ‘inteligencia’, ‘servicio público’
y también, quizá, como uno de los sectores ‘creativos’” (p. 354). Fawkes (2018) señala los
orígenes diferentes en los Estados Unidos y Europa, ya que la práctica surgió a partir del
trabajo de agencias y consultores privados en el primer país y a partir de los gobiernos
locales y otros organismos estatales que necesitaron comunicarse con los ciudadanos en el
caso del Reino Unido y de la Europa continental, esta última una situación que Ferrari y
França (2011) también identifican en algunos países de América Latina como Bolivia,
Panamá y Uruguay.
En ese contexto, Leichty y Springston (1993) afirman, desde una visión relacional, que se
torna necesario concentrarse más en lo vincular que en el comportamiento de los actores en
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Epistemología de las relaciones
el proceso comunicativo y sus efectos. De modo que, alegan, urge ampliar la construcción
teórica sobre los contextos temporales y metodológicos que validan la aplicación del
modelo de simetría bidireccional entre una organización y sus públicos, suponiendo que las
relaciones de una organización con sus públicos no pueden estar asentadas en un único tipo
de modelo.
Además, en un retorno al disenso admitido por Luhmann como resultados de los procesos
comunicacionales, Leichty y Springston (citados por Xifra, 2009) puntualizan que en
ocasiones hay barreras infranqueables: las que se suscitan en situaciones de crisis o
conflictos con grupos activistas que se niegan a colaborar y que requieren respuestas de
confrontación por parte de la organización. Amado Suárez (2008) suscribe esta tesis al
destacar que “todavía no se ha asumido plenamente la necesidad de incluir en la
planificación de la comunicación la dimensión activa, cuando no cuestionadora, de los
destinatarios de los mensajes institucionales” (p. 36). Estas reflexiones promueven una
mirada conflictual de las relaciones públicas, elevando el área del campo ocupacional
denominada Issues Management como un modelo estratégico de accionar profesional en
toda circunstancia.
L´Etang (2009) estructura su crítica objetando la aparente neutralidad de las fases del
proceso estratégico de las relaciones públicas que es posible encontrar en la mayoría de los
textos enmarcados en esta perspectiva. “Lo que tienen en común es su estructura lineal, su
claridad y su racionalidad. Son una manera de dar sentido a la vida laboral, de estructurar y
de ordenar. No obstante, vale la pena pensar en los aspectos a los cuales no se alude en
dichas listas” (p. 52). Se trata de aspectos discordantes, sobre todo, para quienes
consideran que las relaciones públicas buscan establecer un diálogo verdadero, simétrico,
entre una organización y sus públicos de interés. En este sentido, observa que la operatoria
de estos procesos estratégicos inicia siempre con la definición de las metas y los objetivos
de la organización. Es decir, una serie de asuntos específicos que no implican,
necesariamente, a los otros actores, lo que de hacerse –y se lo supone factible en la
comunicación interna y en la gestión de la responsabilidad social o la sustentabilidad- sí
cuajaría en un marco de diálogo verdadero. L´Etang (2009) puntualiza que
La crítica que estoy realizando aquí es que los modelos comunes [de
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
En paralelo, Priscilla Murphy (1991) emerge, a principios de la década de 1990, como una
de las críticas más feroces del modelo de la simetría de doble vía, argumentando que se
trata de una modelización normativa más que descriptiva -que era en verdad como se
presentaba- y de rara o nula aplicación en la práctica real de la profesión. Pieczka (2006)
adhiere a esta posición, criticando la doble utilización, normativa y descriptiva, del
modelo.
Con el foco puesto en el concepto de la simetría, Xifra (2008) apunta que la postura está
alejada de la realidad práctica del día a día:
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
En ese sentido, se explica la decisión de J. Grunig (2003) de definir de forma más exacta el
modelo simétrico utilizando este concepto de Christopher Spicer, la defensa de
colaboración, que es entendida como la combinación de “la defensa de los intereses de una
organización con la colaboración con los públicos. Cuando practican las relaciones
públicas simétricas, las organizaciones siguen discutiendo para proteger sus intereses pero
se elevan a sí mismas por encima de la discusión para escuchar a los públicos y colaborar
con ellos” (p. 25).
Atendiendo a estas críticas, J. Grunig (2001) las naturaliza ya que cuando una teoría “se
vuelve tan omnipresente también se convierte en objeto de crítica por parte de los
estudiosos que quieren defender o desarrollar teorías en competencia. Por lo tanto, no es de
extrañar que los modelos se hayan convertido en el blanco” (p. 12) de varias de ellas, a la
vez que se defiende alegando que el modelo de motivación mixta de Murphy no hacía más
que describir el modelo de simetría bidireccional tal como él lo había conceptualizado
originalmente. Fundamenta este argumento con la alusión a que el profesional de
relaciones públicas, desde su rol de antagonista cooperante, sirve a los intereses de ambas
partes al dirigir tácticas persuasivas tanto al comité directivo de la organización como a sus
públicos. De todas formas, años después, en 2002, en el marco de la edición de Excellent
public relations and effective organizations: a study of communication management in
three countries, J. Grunig y su equipo deciden integrar el modelo de motivación mixta de
Murphy al cuerpo de teorías que conforman su perspectiva ligada con la excelencia,
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
modelos simétrico bidireccional y asimétrico bidireccional” (L. Grunig et al., 2002, p. 309).
Los ataques al idealismo del modelo de la simetría de doble vía -que fue considerado por el
mismo J. Grunig como el único que promovía un ejercicio ético de las relaciones públicas-
no se acallaron, pese a la supuesta receptividad crítica de su autor, quien llegó a afirmar,
con resignación, que “puede que `simetría´ no haya sido la mejor elección nominal para
designar el modelo de relaciones públicas que tenía en la cabeza, pero ahora es
seguramente tarde para cambiarlo” (J. Grunig, 2003, p. 28), además de reconocer que “las
malas interpretaciones de mi idea [la simetría bidireccional] sugieren que no siempre he
tenido éxito en transmitir la idea detrás del término simetría” (J. Grunig, 2001, p. 27).
Vale destacar, en este sentido, que la elección nominal original “de un nombre para el
modelo de relaciones públicas fue diacrónico, pero cuando me di cuenta de que ese
término se relacionaba más con el tiempo que con el proceso, lo dejé de lado a favor del
término simetría” (J. Grunig, 2001, p. 27).
De todas formas, J. Grunig (2003) reconoce haber “refinado la idea de las relaciones
públicas simétricas, pero el concepto subyacente sigue siendo el mismo: la idea básica de
que la práctica profesional de las relaciones públicas debería equilibrar los intereses
propios de las organizaciones con los intereses de los públicos a los que afectan” (p. 24).
Sin embargo, sugiere que tanto las prácticas simétricas como las asimétricas forman parte
de un ejercicio profesional excelente. En respuesta a sus detractores, especifica que
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No obstante ello, igualmente da cuenta del poder de resiliencia de su constructo, dado que
“la teoría simétrica ha demostrado ser notablemente resistente a sus críticos. En muchos
casos, sus críticas pueden resolverse corrigiendo concepciones inexactas de la teoría. En
otros casos, las críticas han estimulado revisiones que han mejorado la teoría” (J. Grunig,
2001, p. 20). Toth (2009) suscribe este punto de vista, ya que “a pesar de la burla de los
estudiosos críticos de la simetría como demasiado idealista, demasiado inclinada hacia los
poderosos, y demasiado hegemónica en general, la teoría simétrica es central en los
discursos de las relaciones públicas” (p. 56).
Por su parte, Holtzhausen y Voto (2002) relativizan la búsqueda del consenso como
instancia ideal del ejercicio profesional. Ella asegura que en ocasiones es el actor más
poderoso quien finalmente lo termina promoviendo, silenciando la voz de aquel otro con
menos poder relativo. J. Grunig (2001), en tanto, reconoce que “Spicer (1997) explicó bien
la diferencia cuando dijo que el modelo simétrico a menudo se discute en términos de
consenso. Sin embargo, mi lectura y mi pensamiento me han llevado más allá de la noción
relativa de consenso como producto final a la experiencia de colaboración más orientada al
proceso” (p. 28).
El concepto del poder también muestra posturas encontradas. Los críticos alegan que la
Escuela de Maryland desestimó su relevancia en la práctica profesional y el dominio
intelectual de las relaciones públicas, a lo que J. Grunig (2006a) responde que en el
constructo de la excelencia “conceptualizamos el poder como empoderamiento, la
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Epistemología de las relaciones
expansión del poder a través de la organización y hacia sus stakeholders externos” (p.
164). Y es más
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Epistemología de las relaciones
Karlberg (1996), por su parte, alega que la simetría y la excelencia han sido estudiadas
como modelización de la práctica pero con una mayoritaria participación en la muestra de
grandes corporaciones o agencias gubernamentales. De esta manera, se descuidan otras
estructuras como los movimientos sociales o las pequeñas empresas u organismos públicos
municipales, con la presunción equivocada de que todos los segmentos de la población
tienen los instrumentos y recursos para representarse en el discurso público. Y
paralelamente se alienta la creencia de que “las relaciones públicas son primariamente una
práctica de aquellas organizaciones que operan en el mercado. En otras palabras, un
instrumento del comercio” (p. 266).
En el Reino Unido, Edwards (2006) especifica que el escepticismo popular sobre las
relaciones públicas se debe, justamente, “a la suposición de que ejerce una influencia social
injustificada en representación de intereses organizativos ya privilegiados” (p. 229), lo cual
ha generado un debate en el seno de los mismos profesionales y los organismos de la
industria. En la misma raíz del debate, la preocupación principal subyacente reside en el
poder que las relaciones públicas tienen en las sociedades democráticas.
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Epistemología de las relaciones
Desde esta perspectiva, se pone en tela de juicio la aparente neutralidad natural de las
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Epistemología de las relaciones
Es este el contexto que lleva a J. Grunig a aseverar que algunos críticos consideran que las
relaciones públicas son una “práctica malvada” (p. 13), a lo que Ilhen y Verhoeven (2012)
plantean que “las relaciones públicas en sí mismas no son buenas o malas, pero pueden ser
utilizadas para propósitos buenos o malos” (p. 162), en tanto que L´Etang (2009) estipula
que el pensamiento crítico no es necesariamente negativo sino útil para las relaciones
públicas, una profesión que ha luchado para defenderse de los ataques que la vinculan
históricamente con la propaganda y que “es un bien social si facilita compartir
información, educar a los ciudadanos y, así, promover la democracia. Pero los conflictos de
parcialidad, conexiones con el poder y acceso desigual a los servicios de RR. PP.
continúan siendo un problema tanto social como de la disciplina” (p. 76). En esta línea
argumentativa, la escocesa plantea que “la proselitización [sic] del modelo bastante
sublime de `comunicación simétrica´ podría permitir a los jóvenes estudiantes (y a sus
profesores) sentirse bien respecto de su profesión y eludir la crítica de que son aprendices
de propagandistas” (2009, p. 353).
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
A los cada vez más numerosos estudiosos críticos que hasta ahora sólo se ha
completado la mitad de la tarea. Muchos artículos deconstruyen y critican el
trabajo de otros de manera hábil y perspicaz, pero esto no es suficiente. Es
responsabilidad de los académicos avanzar en el conocimiento, no sólo
señalando defectos en los argumentos y en la producción de los demás, sino
ofreciendo algo que sea potencialmente mejor y que a su vez esté abierto a
la crítica y al debate. A partir de ese saludable choque podría haber una base
sobre la cual avanzar en el campo (...) No basta con quedarse al margen y
criticar, hay que encontrar una alternativa viable (p. 2).
L´Etang (2013), en respuesta a esas expresiones, las entiende y justifica afirmando que los
desarrollos críticos “señalaron el comienzo de un gran cambio y el surgimiento de
concepciones alternativas que fueron resistidas (y continúan siendo resistidas) por los
miembros del paradigma dominante que argumentan que la crítica no produce una teoría
practicable” (p. 810) desde el ejercicio profesional.
Pocos años después, el enojo de J. Grunig (2006a) se torna evidente cuando especifica que
su constructo “no intenta explicar todo, como Holtzhausen y Voto (2002) afirmaron. Más
bien, es una forma integral de pensar que puede ser usada para resolver muchas
problemáticas descriptivas y normativas en relaciones públicas. Otros constructos pueden
resolver esas problemáticas de diferentes maneras” (p. 153) aunque inmediatamente
después eleva el tono acusatorio de su planteo al afirmar que “no es necesario, sin
embargo, destruir este constructo para justificar el valor de otros, como algunos
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Epistemología de las relaciones
académicos críticos y
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Epistemología de las relaciones
posmodernos han intentado hacer” (p. 153), apuntando e identificando en ese colectivo,
entre otros, a colegas como Patricia Curtin, Jacquie L´Etang, Magda Pieczka, David
McKie, Derina Holtzhausen, Judy Motion, C. K. Weaver y Shirley Leitch.
La respuesta de una de las iniciadoras del enfoque crítico, L´Etang (2009), no se hizo
esperar demasiado: acusó a los líderes de la Escuela de Maryland de haber logrado
institucionalizar e imponer su matriz disciplinaria, en parte, a través del control de
la edición en las publicaciones arbitradas más importantes, y debido a su influencia en la
fijación del temario de congresos y conferencias académicas en diversas partes del mundo,
es decir, explícita o implícitamente desdeñando y tratando de que otros abordajes teóricos
no tuviesen espacio en los ámbitos de debate más relevantes en los que el dominio
intelectual de las relaciones públicas se desarrolla. J. Grunig optó por no responder de
modo público la acusación, aunque, más allá de la polémica y la tensión en torno a ella,
Lauf (citado en McKie y Munshi, 2005) demostró en un estudio empírico que “la
dominación de los Estados Unidos en los journals de comunicación estadounidenses ha
sido mucho más importante que en journals de otras disciplinas” (p. 453).
En uno de sus últimos artículos publicados en un top-tier journal -el Journal of Public
Relations Research-, J. Grunig (2006a) aseguró que el constructo de las relaciones públicas
como una función estratégica del management que “mis colegas, estudiantes [de
doctorado] y yo hemos construido y amoblado en los últimos 40 años no es una estructura
osificada y en deterioro” (p. 171) sino que, por el contrario, los investigadores continúan
puliendo la estructura y aplicándola a nuevos problemas de investigación, “añadiendo salas
a la estructura mediante la identificación y el estudio de conceptos y herramientas que los
profesionales de las relaciones públicas pueden utilizar en su papel estratégico” (p. 171).
Llegados a este punto, es pertinente adentrarse en el análisis “de las relaciones objetivas
que los grupos en competencia por la obtención de la legitimidad intelectual (…) ocupan
en un momento dado en la estructura del campo intelectual” (Bourdieu, 2002, p.106). Para
Bourdieu (2002), la noción de campo intelectual -que se desarrolla en el interior del campo
de poder- supone un territorio compuesto por instituciones y con reglas de funcionamiento
propias, en el que los agentes tienen posturas no predeterminadas sino condicionadas, dado
que todo “punto de vista es una posición inserta en un sistema de relaciones entre
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Epistemología de las relaciones
posiciones
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Epistemología de las relaciones
y que, en cuanto tal, destiñe sobre toda posición y sobre las tomas de posesión de las que
habla” (p. 105). El poseer determinada posición conlleva la obtención de beneficios
específicos puestos en juego en el campo -que el autor entiende como el capital, tanto
financiero como simbólico- y, a la vez, afecta el establecimiento de las relaciones con los
otros agentes.
Solamente reconstruyendo las lógicas propias del campo se puede reconocer el habitus
“como sistema de las disposiciones socialmente constituidas que, en cuanto estructuras
estructuradas y estructurantes, son el principio generador y unifícador del conjunto de las
prácticas y de las ideologías características de un grupo de agentes” (Bourdieu, 2002, p.
107). En otras palabras, se trata de las prácticas que los agentes evidencian en cuanto
subjetividades que cada uno crea a partir de sus propias experiencias. De modo que,
siguiendo a Pieczka (2006), podríamos entender a las relaciones públicas como un
emergente de un habitus particular, y a la Escuela de Maryland como una serie de agentes
que han encontrado una “ocasión más o menos favorable para traducirse en acto en una
determinada posición o trayectoria en el interior de un campo intelectual, que a su vez
ocupa una posición precisa en la estructura de la clase dominante” (Bourdieu, 2002, p.
107).
Los activistas, de este modo, según Ciszek (2015), han sido identificados y tratados
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Epistemología de las relaciones
Según Demetrious (2006), el abordaje que han tenido algunas líneas teóricas por parte de
académicos estadounidenses de renombre -como James Grunig, Larissa Grunig o Robert
Heath- ha sido en favor de generar estrategias corporativas para contener la ofensiva de
grupos activistas que pudieran poner en riesgo los intereses comerciales, siempre con las
grandes organizaciones como sujetos practicantes de relaciones públicas. Y lo han
efectuado de una manera que puede afectarlos negativamente, siendo contraproducente a
sus objetivos económicos:
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Epistemología de las relaciones
relaciones
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Epistemología de las relaciones
Algunos autores, como L´Etang (2016), creen que este enfoque no pertenece a la tradición
de la teoría crítica, sobre todo porque los diversos abordajes no necesariamente presentan
una naturaleza críticamente enfocada, aunque otros, como Coombs y Holladay (2012a),
consideran que este enfoque “parece ser la clave para dar el siguiente paso en el avance del
debate de ideas críticas en las relaciones públicas lejos de los constructos marginados y
avanzando hacia la corriente dominante” (p. 884), cuestión con la que coinciden Moloney
y McKie (2016, p. 153) ya que “cuaja con la teoría crítica en cómo, con una intención
igualadora, promueve la interrupción de la narrativa dominante de la elite de poder”. En
todo caso, la misma Holtzhausen (2012) afirma en su libro cúlmine que anhela que su
propuesta contribuya “con la tradición de la teoría crítica en el campo” (p. 3).
Quienes abogaron en primer lugar -desde una mirada crítica, vale decir- por aplicar el
concepto del activismo en el dominio intelectual de las relaciones públicas en un sentido
distinto fueron Dozier y Lauzen (1998, 2000), cuando -como ya se ha puntualizado-
lanzaron un llamamiento a que la construcción teórica se liberara de la dependencia
práctica y aspirara a un abordaje más activo, no meramente ligado al beneficio
organizacional, sino más inclusivo en torno al verdadero impacto de las organizaciones en
su entorno, tanto a escala interna como externa.
Más allá de estos antecedentes, la principal promotora de este enfoque ha sido Holtzhausen
(2000, 2002, 2012), quien, según Demetrious (2006), ha establecido una suerte de
oxímoron conceptual dado los acercamientos históricos predominantes, que suponen que la
profesión surge en los Estados Unidos de fines del siglo XIX y principios del XX
precisamente para contrarrestar los movimientos activistas que afectaban intereses
comerciales de grandes corporaciones.
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Epistemología de las relaciones
La modernidad puede ser caracterizada “por una forma particular de hablar y relacionarse
con el mundo que se basa en dos supuestos en gran medida incuestionables: que existe una
realidad singular; y que esta realidad puede ser descubierta y descrita por los métodos de la
ciencia” (Radford, 2011, p. 52), como ha intentado hacerse, de acuerdo con Holtzhausen
(2000), desde los principales constructos de la disciplina, en función de que “la teoría de
las relaciones públicas está incrustada de positivismo” (p. 96). La posmodernidad no sólo
implica considerar que la práctica moderna de las relaciones públicas está fuera del alcance
de un público posmoderno, sino también que
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Epistemología de las relaciones
por reemplazar estas formas de hablar con otras que dicen capturar la verdad
o la realidad (Radford, 2011, p. 50).
Mickey (1997) asevera que los pensadores posmodernos no consideran el lenguaje como
una herramienta, sino más bien como un artefacto cultural “con realidad política o
económica para el individuo en la cultura. Todos los posmodernistas rechazan la metáfora
de la mente como un espejo de la naturaleza, el objeto como un dato neutro, y los sujetos
como un observador distante del mundo” (p. 273). En otros términos, los posmodernos
sostienen que la mente es constitutiva, más que reflexiva, de la realidad (ver cuadro 2).
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Epistemología de las relaciones
muchos” (p. 6), en una propuesta que pretende “estimular a los profesionales a pensar la
práctica en una manera diferente” (Berger & Reber, 2006, p. 13).
El enfoque activista, así, implica para el profesional un rol crítico, de agente de cambio,
establecido desde la misma gestión relacional de las organizaciones y teniendo en
consideración, en última instancia, el impacto social de la organización y de la disciplina
(Sadi, 2014, 2015). En este sentido es que Demetrious (2013) aboga por dejar de lado un
abordaje organizacional únicamente signado por el mercado para explorar la contribución
más amplia que la disciplina puede realizar a la sociedad como un todo, apelando
directamente al concepto de cambio social.
Claramente, se trata de una propuesta de raíz normativa -más aún, quizá directamente
idealista- que hace que surja la inquietud acerca de si las áreas de relaciones públicas de las
organizaciones (y las organizaciones en general, sobre todo las comerciales) están
preparadas para guiar su actuación con este enfoque. Más allá de todo, el hecho de
explicitar la inquietud supone una reflexión valiosa en torno a si la intención de reconocer
y considerar la diferencia de poder entre los implicados en el proceso relacional puede
deparar una manera más auténtica de generar los vínculos con los públicos estratégicos de
las organizaciones.
De todas formas, Berger y Reber (2006) no abogan porque las relaciones públicas no sean
consideradas al servicio de las organizaciones desde la gestión de la comunicación, sino
que pretenden “considerar la práctica también desde otras perspectivas, y una enfocada en
la resistencia destaca las consideraciones sobre el poder y la influencia y obligan a tener en
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Epistemología de las relaciones
cuenta sus implicancias en la práctica profesional” (p. 13). En consecuencia, las relaciones
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públicas, para ser comprendidas cabalmente, deben propender a ser analizadas tanto desde
el rol técnico/funcional como desde el opuesto, uno en el que se integren a las decisiones
estratégicas de la organización.
Desde el mismo enfoque activista, Coombs y Holladay (2012b) plantean que el abordaje de
la historia de la profesión en los Estados Unidos ha estado siempre vinculada, según la
mayoría de los acercamientos, a desarrollos centrados en lo corporativo que han
promovido críticas por “la forma en que las relaciones públicas han sido retratadas por
subvertir procesos democráticos y periodísticos mediante la falta de transparencia y la
abundancia de recursos” (p. 347).
Coombs y Holladay (2012a) afirman que poner en duda esta forma de abordar la historia es
un ejercicio no meramente académico, sino que implica legitimar la disciplina y el
concepto del activismo como un componente importante por ser considerado en la
teorización e investigación sobre la disciplina, y ya no como un elemento “condicionante o
un problema que las relaciones públicas deben abordar” (p. 882). Ello, según los autores,
promueve la esperanza de que los abordajes más plurales -que en algún momento
estuvieron marginados- “puedan interrumpir la colonización de la ortodoxia e infiltrarse en
las relaciones públicas dominantes” (p. 880).
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Epistemología de las relaciones
indica
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Epistemología de las relaciones
Moloney y McKie (2016) reconocen la valía de estas propuestas debido a que “han
exhibido una determinación por comprender cómo realmente trabajan las sociedades y una
actitud escéptica acerca de la legitimidad de las configuraciones de conocimiento
existentes” (p. 154). En última instancia, lo que promueve el activismo en relaciones
públicas es que el profesional se transforme en un “agente social con las herramientas para
desafiar el statu quo, más que reforzar las desigualdades de poder existentes” (Wolf, 2018,
p. 314), en sintonía con la ampliación de las implicancias no meramente organizacionales
sino sociales de la disciplina.
El enfoque retórico de las relaciones públicas fue conceptualizado en primer término por
Robert Heath a principios de la década de 1980 y luego trabajado con mayor detalle por el
mismo autor en la de 1990 en “una iniciativa importante para tratar de hacer de la teoría
retórica la perspectiva primaria a través de la cual las relaciones públicas debían ser
entendidas” (Mackey, 2003, p. 2) y contribuir a que la disciplina tuviera en cuenta los
aspectos simbólicos de la comunicación, que probablemente fueran el corazón de la
actividad profesional (Ilhen, 2009).
Heath y Frandsen (2008), en cuanto al último punto, aseguran que, para una disciplina que
tiene la creación de sentido como parte sustancial de su razón profesional de ser, “la
literatura académica sobre relaciones públicas tiende a centrarse más en el proceso y la
estructura/función que en el papel y las opciones estratégicas para la creación de sentido y
la gestión” (p. 351).
también social, Mackey (2013) asevera que este constructo obró bajo el imperativo de
producir una perspectiva intelectual viable y éticamente defendible sobre las relaciones
públicas, aunque ese haya sido “un imperativo común de todos los intentos serios de
teorizar la disciplina y proporcionara una base sobre la cual las relaciones públicas
pudieran ser vistas como una profesión genuina y como una materia académica legítima”
(p. 2). Epistemológicamente hablando, en los albores del constructo retórico, Heath (1993)
propiciaba que se difundiera y apoyara su iniciativa porque ofrecía “la oportunidad de
abordar el impacto de las palabras y otros símbolos y, por lo tanto, se trataba de un
candidato digno de ser el paradigma dominante para el estudio y la práctica de las
relaciones públicas” (p. 141).
Al igual que la propia disciplina de las relaciones públicas, la retórica como término y
noción presenta una connotación negativa, como afirma Heath (2009): “demasiada gente
piensa que es un discurso vacío y manipulador que presiona botones para nublar el juicio,
manejar el significado y controlar las acciones a través de la propaganda. Estas personas
ven la retórica y la propaganda como sinónimos” (pp. 3-4).
En este marco, la teoría retórica de las relaciones públicas surge con la intención de
ampliar el dominio intelectual a partir de “establecer un fundamento más abarcador para la
disciplina, basado en la herencia retórica que en el pensamiento occidental se remonta a la
edad de oro de Grecia y el Imperio Romano para recurrir a las obras de Platón, Aristóteles
y otros pensadores que siguen su liderazgo” (Heath, 2001, p. 4).
Aristóteles (citado en Heath, 2000) planteaba que la retórica era la facultad de observar en
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Epistemología de las relaciones
cualquier caso dado las maneras disponibles de persuasión; y dentro de la persuasión era
esencial la demostración. Skerlep (citado en Mackey, 2003) subraya este abordaje
aristotélico refiriendo que la argumentación retórica -el concurso público abierto de ideas,
tal como lo define Heath (2001)- no conduce a verdades absolutas, lo cual no significa ni
habilita que se le permita al retórico formular mentiras. En su lugar, “en una situación de
controversia pública sobre un tema, el orador sólo debe reunir los mejores argumentos para
su caso… la 'verdad' sólo se puede alcanzar a través del diálogo argumentativo que revele
cuál de las partes participantes tiene mejores argumentos" (pág. 2).
Según Heath (2006), este constructo se puede inscribir en una perspectiva de naturaleza
sociológica europea y es vital porque “debemos tener una forma sistemática, basada en la
teoría, para entender, investigar y criticar el papel de las relaciones públicas en la
formación y respuesta a las ideas -competitivas y convergentes- de las realidades sociales
compartidas” (p. 93), en el marco de una perspectiva que reconoce que la comunicación
supone establecer significados en común. A la vez, aunque la teoría retórica tiene su propio
cuerpo de ideas y principios, según Heath (2009), “se conecta intelectual y éticamente con
otras. Una de ellas es el construccionismo social y otra el análisis del discurso, y se pueden
incluir estudios críticos en esta lista” (p. 3).
Heath (2009) apunta que la retórica “es intrínsecamente dialógica, una competencia entre
múltiples voces. Cada voz sabe que las demás pueden estar en desacuerdo o de acuerdo.
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Epistemología de las relaciones
Asumiendo que los puntos de vista alternativos tienen mérito, se presentan ante las partes
interesadas para su consideración” (p. 21).
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Ilhen (2009) especifica que la retórica es particularmente útil para analizar cuatro tipos
principales de estrategias organizacionales: 1) la forma en que las organizaciones
responden a las situaciones retóricas existentes, por ejemplo a través de las
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comunicaciones de crisis;
2) la forma en que las organizaciones intentan anticiparse a situaciones retóricas futuras, por
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Por su parte, Mackey (2003) recoge algunas críticas que este constructo de Heath generó
en algunos pensadores críticos como L´Etang, que no reconoce en esta teorización una
verdadera naturaleza crítica ya que, como afirma Ilhen (2009), en general ha estado ligada
a la agenda instrumental de la investigación principal de las relaciones públicas que trata
de mejorar la comunicación de las organizaciones, en lugar de cuestionar sus objetivos o
metáforas desde el punto de vista de la sociedad. Es en este sentido que Mackey (2003)
observa con recelo el planteo de Heath (2001) en torno a que la retórica "es simétrica
porque cada idea que se coloca en el mercado o en el ámbito de las políticas públicas tiene
sus propios méritos" (p. 49), al igual que la falta de claridad que los críticos puntualizan
sobre lo que Heath denomina racionalidad de la promulgación retórica, porque se basa en
la creencia de que todos quienes se impugnan sus puntos de vista cuentan con los mismos
recursos, lo cual, para Mackey (2003), es a menudo una situación imposible. “Estamos
guiados a la conclusión de que, como `las relaciones públicas simétricas´, la `racionalidad
de la promulgación retórica´ es otro tipo ideal de relaciones públicas, una construcción
retórica con la que se pueden comparar la ética y la eficacia de las iniciativas de relaciones
públicas en una sociedad democrática” (p. 3).
En esta línea, Cheney y Christensen (2001) señalan que el enfoque retórico tiene
debilidades ontológicas por haberse basado en la creencia de que el mercado de ideas
funciona bien y de que la cuestión de la diferencia de recursos no desempeña un papel
relevante, un aspecto que L´Etang (2006) también critica haciendo referencia a que la
dificultad de aplicar estos conceptos ideales a las relaciones públicas radica en que “los
participantes claramente no son iguales. El poder y los recursos del gobierno serán
mayores que los de muchas organizaciones, y el poder y los recursos de muchas
organizaciones y élites conocedoras que poseen capital cultural serán mayores que los de
muchos públicos” (p. 371).
Otra crítica, aunque más extrema que la anterior, es la proferida por Demetrious (2013),
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Epistemología de las relaciones
quien asevera que las relaciones públicas elaboran “discursos para controlar y manipular el
proceso de construcción de sentido. No obstante, son más subversivas que otras formas
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Epistemología de las relaciones
Para Skerlep (citado en Mackey, 2003), en tanto, hay una ventaja en el enfoque teórico
retórico de las relaciones públicas en cuanto a que “permite a la gente de relaciones
públicas obtener otras perspectivas sobre las situaciones de una manera que problematiza
la noción de `verdad´, a menudo un terreno muy disputado cuando los grupos de interés
están en confrontación pública” (p. 3). Aunque acto seguido especifica que
Ante esto, Heath (2009) plantea que la retórica es “inherentemente simétrica, centrándose
en última instancia en la calidad de las ideas que resultan del proceso de afirmaciones y
contraafirmaciones públicas. Cualquier practicante ético (...) se da cuenta de que cada
afirmación debe ser hecha cuidadosamente y apoyada sólidamente porque probablemente
encuentre contraafirmaciones” (pp. 19-20). Por lo tanto, ofrece la oportunidad de practicar
la profesión sirviendo a una comunidad de intereses y no únicamente a uno, el de la
organización que paga por el servicio profesional.
Según Heath y Frandsen (2008), la inquietud fundamental subyacente es, para las diversos
enfoques y teorías que compiten entre sí, la cuestión del interés y servicio:
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Epistemología de las relaciones
interés
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Epistemología de las relaciones
En última instancia, para Heath (2000), “la virtud de la retórica es su fundamento para el
proceso ético y estratégico del escrutinio público y perfeccionamiento de los hechos, los
valores, las políticas, la identificación y la narrativa, en busca de la verdad social a través
del diálogo” (p. 88). La empresa retórica es evaluar y criticar la eficacia simbólica de los
mensajes, que son evaluados en función de su valor ético para el interés público o, como
afirma Heath, para una sociedad que funcione mejor (Toth, 2009).
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Epistemología de las relaciones
Weaver, Motion y Roper (2006), en esa misma línea, enfatizan que las relaciones públicas
“han fallado monumentalmente en establecerse a sí mismas como una fuerza positiva en lo
social” (p. 7).
De todas formas, Sadi (2014) puntualiza que ha habido una corriente, aunque minoritaria,
que exploró el pensar las relaciones públicas no solamente como una actividad
organizacional, sino a la par como un fenómeno social, es decir, las estudió como una
disciplina cuyo ejercicio impacta sobre el conjunto social. En este sentido, sobre todo en
las décadas de 1980 y 1990, hubo en Alemania un par de intelectuales que profundizaron
en esta indagación social de la disciplina. El principal fue Franz Ronneberger, que
desarrolló una perspectiva orientada a la sociedad, que, según Puchan (2006), puede ser
considerada como “el primer análisis global de las relaciones públicas dentro del contexto
de su función social” (p. 119).
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
relaciones públicas se centran en los actos comunicativos que son ofrecidos para la
orientación de la ciudadanía y las organizaciones en torno a su efectiva participación en el
discurso público. Publicada solo en idioma alemán, y a pesar de haber sido reconocida en
su país como una de las más importantes aproximaciones a las relaciones públicas desde su
función social, como apunta Sadi (2014), la construcción de Ronneberger y Rühl fue
criticada por su dependencia irrestricta de la teoría de los sistemas sociales de Luhmann,
por su excesiva generalización y, a propósito de esto último, por la dificultad e imprecisión
en la descripción de roles y tareas en el ejercicio profesional cotidiano.
Se trata de una propuesta teórica normativa ideada por Heath (2006) que prescribe cómo
deberían ser las cosas más que concentrarse en describir cómo son, en la que las relaciones
públicas deben ser utilizadas para ayudar a los elementos de la sociedad a participar en
esfuerzos productivos para abordar los problemas sociales. Para Coombs y Holladay
(2014), se configura como un recordatorio de que las relaciones públicas tienen el
potencial de beneficiar a la sociedad, pero también pueden ser utilizadas para perjudicar el
bien común al servir sólo a los intereses de las elites de poder.
En la estructuración de la FFS, Heath (2018) toma muchos aspectos del enfoque retórico,
sobre todo aquellos más ligados con sus implicancias sociales, para desarrollar una más
completa articulación teórica, que “comenzó con una investigación crítica de la práctica
profesional y la tradición de investigación de las relaciones públicas” (p. 723), pero
también asume una génesis dependiente de otros constructos, como la teoría crítica, la
teoría de la legitimidad, la teoría de la dependencia de los recursos y la teoría de la agencia
(junto con la teoría neoinstitucional, así como la gestión del riesgo y una conceptualización
cultural del interés público). A su vez, de modo más general, Heath (2018) puntualiza que
el foco hacia una consideración social en el dominio intelectual “comenzó con el llamado
de Kruckeberg y Starck (1988) a un enfoque comunitario de la comunicación
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Según Coombs y Holladay (2014), el constructo postula que “los conflictos surgen en la
sociedad y las ideas compiten entre sí. Las relaciones públicas pueden ser esenciales para
facilitar los diálogos al crear `afirmaciones y contraafirmaciones; las ideas en público
pueden ser refinadas, examinadas y utilizadas para una elección más clara´ (Heath, 2006,
p. 109)”.
Evidentemente, Heath (2009) toma nota de las críticas realizadas al enfoque retórico en
cuanto a la creencia de que todos quienes impugnan puntos de vista cuentan con los
mismos recursos. En ese sentido, la FFS es una evolución de la noción del mercado de las
ideas propuesto en el marco del enfoque retórico, “que simplemente describe cómo las
ideas compiten en el espacio público. En cambio, la FFS reconoce que el poder puede
corromper la competencia de ideas” (Coombs & Holladay, 2014, p. 126).
Las relaciones públicas, en este constructo, pueden definirse como “una fuerza (a través de
la investigación reflexiva y las mejores prácticas) para fomentar la comunidad a través de
relaciones combinadas, distribución de recursos y significados compartidos que favorezcan
y promuevan una elección más clara” (Heath, 2006, p. 97). Ampliando esta instancia
demarcatoria, Heath (2006) plantea que las relaciones públicas son una de las muchas
instancias de influencia social
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Epistemología de las relaciones
De esta manera, para Heath (2018), las relaciones públicas, enmarcadas dentro de las
condiciones estructurales y legitimadoras de la sociedad, se convierten en un medio
emergente por el cual el discurso se empodera colectivamente, y ese factor lo lleva a
preguntarse “¿cómo puede un mundo con relaciones públicas permanecer decente, cómo
puede existir un mundo sin ellas?” (Heath, 2008, p. 353). No obstante, reconoce que “por
mucho que esto pueda ser estudiado e implementado como proceso, también es un ideal.
Una sociedad en pleno funcionamiento es tanto un medio como el resultado de las
relaciones públicas” (p. 727).
En este sentido, para Heath y Frandsen (2008), cuando los practicantes de relaciones
públicas batallan sobre temas, buscan resolver conflictos y fomentar la toma de decisiones
en colaboración, son propensos a enfatizar el lado positivo de su caso y restar importancia
a los temas negativos fundamentales para la controversia. De modo que, para evitar estos
defectos, “los miembros de la sociedad que cooperan y compiten entre sí deben tener la
justificación adecuada para tomar decisiones inteligentes frente a los diversos problemas
retóricos que surgen a través de la gestión colectiva de los riesgos” (p. 355).
“Luchando con las tensiones entre los intereses individuales y sociales, así como con la
incertidumbre existencial, el riesgo y la confianza, la investigación académica se pregunta
qué constituye el ideal de comunidad y la responsabilidad normativa de los individuos de
actuar, pensar y comunicarse colectivamente”, puntualiza Heath (2018, p. 726), en pos de
lograr una sociedad cada vez más completamente funcional. La respuesta que brinda,
parcial y en desarrollo, es que el dominio intelectual de las relaciones públicas reconoce
críticamente que trabaja para hacer que las organizaciones sean auténticas en términos
instrumentales. Pero también se pregunta si una organización “puede funcionar plenamente
de manera reflexiva si no está dedicada a asegurar que su éxito sea el resultado de la
calidad normativa de las comunidades en las que opera y de las que obtiene autoridad,
legitimidad y otros recursos” (Heath, 2018, p. 726).
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Epistemología de las relaciones
Más allá de que Coombs y Holladay (2015) plantean que ya “en 1997, Broom, Casey y
Ritchey (1997) abogaron por que las relaciones públicas fueran definidas como gestión de
relaciones”, John Ledingham es reconocido como el referente de la perspectiva relacional,
una propuesta teórica surgida a principios de la década de 2000 con la pretensión
declamada por su propio autor de transformarse en un constructo general de la disciplina,
es decir, en una perspectiva que proporcionara “un marco de referencia para los estudiosos,
la investigación, una plataforma para el desarrollo de los planes de estudio y una base para
los profesionales encargados de dar cuenta de las iniciativas de relaciones públicas”
(Ledingham, 2003, p. 182). Ledingham (2003) se basa en J. Grunig cuando observa que
Hutton (2007) coincide con esa postura y afirma que “un primer paso importante para
hacer de la gestión de relaciones un paradigma creíble para las relaciones públicas es
construir una base teórica mucho más sólida”, al tiempo que identifica en Ledingham el
autor, entre algunos pocos, que “han hecho un excelente trabajo con ese fin” (p. 53).
Más allá de las críticas, ya mencionadas, que algunos académicos han hecho respecto de la
condición o pretensión monoparadigmática del dominio intelectual de las relaciones
públicas, el surgimiento de la perspectiva relacional y su intención de convertirse en el
paradigma disciplinario, según Mackey (2003),
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Hutton (2007) celebra el advenimiento de esta perspectiva, que el dominio intelectual había
abandonado momentáneamente a mediados de la década de 1995 en favor de la gestión de
reputación, “una trágica ironía, que las relaciones públicas abandonaran voluntaria e
inexplicablemente su paradigma natural y más lógico -las relaciones- precisamente en el
momento en que las relaciones se estaban convirtiendo en el centro de muchas ideas y
prácticas” (p. 52).
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Epistemología de las relaciones
En esta perspectiva relacional, que sostiene que las relaciones públicas equilibran los
intereses de las organizaciones y los públicos a través de la gestión de las relaciones entre
ambas partes, la disciplina es definida, según Ledingham (2003) y siguiendo la propuesta
clásica de Cutlip y Center, como “la función de gestión que establece y mantiene
relaciones mutuamente beneficiosas entre una organización y los públicos de los que
depende su éxito o fracaso” (p. 181).
1. Reconocimiento del papel central de las relaciones en las relaciones públicas. La advertencia
de Ferguson (1984) de que las relaciones, "no la organización, ni el público, ni el proceso de
comunicación", deberían ser el concepto unificador de las relaciones pública dio lugar a un
cambio importante en el enfoque central de la disciplina.
2. Reconceptualización de las relaciones públicas como una función de gestión. La noción de la
gestión de las relaciones entre la organización y el público introdujo conceptos y procesos de
gestión a la práctica de las relaciones públicas. Por ejemplo, la reconceptualización centró la
atención sobre la necesidad de que los profesionales de relaciones públicas sean competentes en
la gestión en cuatro etapas: proceso de análisis, planificación, implementación y evaluación.
3. Identificación de los componentes y tipos de relaciones entre la organización y el público, su
vinculación con las actitudes, percepciones, conocimientos y comportamientos del público, y
las estrategias de medición de las relaciones. Los académicos comenzaron a explorar la
composición de las relaciones entre la organización y el público y la vinculación de esas
relaciones con las percepciones, actitudes y comportamientos del público. Además, se
desarrolló una escala de medición de las relaciones entre la organización y el público para
predecir la lealtad y la satisfacción del público, y el comportamiento.
4. Construcción de modelos de relación entre la organización y el público que permitan
antecedentes, procesos y consecuencias de la relación. Modelos pioneros de la organización.las
relaciones públicas incluían antecedentes, propiedades y consecuencias, y mantenimiento, así
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Coombs y Holladay (2015) aseveran que otras distinciones entre ambos acercamientos
provienen de factores que revelan la cercanía de la relación, como la calidad de la
información compartida, la capacidad de hacer predicciones sobre el otro, las percepciones
compartidas, la historia común, la inversión emocional, la regularidad de la interacción, el
grado de confianza y el tono consumista versus el instrumental.
Smith (2011) supone necesario “cambiar la investigación del enfoque actual de las
actividades relacionales a los conceptos centrales de la relación entre las partes interesadas
y la organización, en sí misma” (p. 838), pese a lo cual, igualmente, el énfasis en las
actividades y percepciones relacionales en las relaciones públicas ha sido extremadamente
valioso, ya que conceptos como las estrategias de relaciones simétricas y el beneficio
mutuo proporcionan especificidad y mensurabilidad para la práctica de las relaciones
públicas. No obstante, el problema de conceptualizar “las relaciones como beneficio mutuo
es que asume que las relaciones se crean intencionalmente para el beneficio de una o
ambas partes (...) e ignora las perspectivas de que las relaciones están moldeadas por la
contradicción, el conflicto y la competencia” (pp. 840-841).
En esa lógica, Heath (2013) apunta que “debido al robusto interés en la relación como
paradigma de relaciones públicas, es importante detenerse periódicamente para reexaminar
los supuestos básicos a su conceptualización" (Heath, 2013, p. 426), ya que "la teoría de la
gestión de las relaciones se basa en la comunicación interpersonal y con demasiada
frecuencia asume que la relación es una palabra clave para algo que es bueno y perdurable"
(2010, p. XIII).
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Epistemología de las relaciones
afirman que valoran las relaciones mutuamente beneficiosas, las recompensas para el
público no están tan claras:
En la consideración de Coombs y Holladay (2015), una de las claves pasa por entender que
se le da un uso parasocial a un concepto interpersonal, es decir, evaluar “la posibilidad de
que las relaciones entre la organización y el público sean principalmente relaciones
parasociales: relaciones unidireccionales, muy parecidas a las que los fans establecen con
las celebridades que les gustan” (p. 690) y, en ese sentido, surge el interrogante acerca de
si las organizaciones cultivan la idea de que la relación con su público toma la realidad de
las relaciones parasociales.
En este sentido, según Mackey (2003), otra conclusión parcial de este fenómeno podría ser
que “el enfoque relacional es una elaboración de las relaciones públicas como `buena
voluntad´ que deja en suspenso los intentos de llegar a la esencia del papel que las
relaciones públicas realmente desempeñan en la sociedad” (p. 5), pese a la declamada
intención de su creador intelectual. Coombs y Holladay (2015) sintetizan esta idea
especificando que “las contribuciones del enfoque relacional a la investigación de
relaciones públicas se han vuelto más ilusorias que esclarecedoras” (p. 694).
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Epistemología de las relaciones
superpuestos.
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Epistemología de las relaciones
De acuerdo con Theunissen y Wan Noordin (2012), las relaciones públicas son un campo
disciplinario que ha adoptado el funcionalismo como una extensión de la teoría de sistemas
y que ha promovido construcciones teóricas mayormente basadas en procesos. En este
contexto, “la teoría dialógica per se parece haber hecho pocos avances en el pensamiento
dominante de las relaciones públicas” (p. 5) dado que, como una consecuencia no deseada
del predominio de la mirada de la simetría y la excelencia, el diálogo se ha equiparado
acríticamente a la comunicación bidireccional simétrica “como si fueran las dos caras de la
misma moneda, y en los casos en que se menciona el diálogo, el foco sigue estando puesto
en comunicación bidireccional en lugar de diálogo por sí” (p. 5). Todo ello se da aunque
“el concepto de diálogo como característica de la comunicación ética/moral sea anterior al
concepto de comunicación simétrica por décadas” (Kent y Taylor, 2002, p. 23), desde que
el filósofo Martin Buber teorizara acerca de ella en la década de 1920.
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Epistemología de las relaciones
hacen atractivo como un ideal hacia el cual esforzarse, es difícil poner en práctica estas
nociones abstractas” (p. 6).
Pieczka (2011) plantea que el diálogo ha estado en el “centro de la teoría de las relaciones
públicas durante unos treinta años y es en donde se encuentra el centro de gravedad
conceptual de las relaciones públicas” (p. 109), con conceptos como los de comunicación
simétrica o gestión de relaciones, que han sido fundamentales en la trayectoria del
desarrollo de las relaciones públicas desde fines de la década de 1970, y que además se
superponen con las preocupaciones clave de la teoría del diálogo. Un abordaje similar al
ofrecido por Avidar (2013), quien reconoce que, en los últimos años, a medida que el
enfoque relacional ha ido ganando popularidad, el concepto de diálogo ha estado uniendo e
incluso comenzar a reemplazar el concepto de simetría como principio organizador en la
teoría de las relaciones públicas.
Gutiérrez García et al. (2015) especifican que “los hitos en el desarrollo del concepto de
diálogo han incluido una fragmentación de los enfoques teóricos debido a una serie de
investigaciones diferentes, aunque relacionadas (relaciones públicas, gestión empresarial y
comunicaciones corporativas)” (p. 744), que ha generado “análisis separados de estudio e
intercambio interdisciplinario, lo que, a su vez, ha dado lugar a una redefinición
permanente de los mismos fenómenos” (p. 744). Para las autoras, en ocasiones, diferentes
campos de estudio han procedido a lo largo de líneas de investigación paralelas, sin llegar a
encontrar puntos de intersección que podrían enriquecer nuestra comprensión de lo que ya
es en sí mismo un fenómeno muy habilitador.
Para Taylor y Kent (2014), el diálogo ha sido generalmente considerado como un concepto
interpersonal; de hecho, “Buber lo describió hace casi un siglo y se centró en la interacción
persona a persona. El diálogo no fue visto como un concepto de grupo o público, sino
como un medio para que las personas tuvieran interacciones más genuinas y significativas”
(p. 388). Los autores puntualizan que el concepto del diálogo tiene sus raíces “en una
variedad de disciplinas: filosofía, retórica, psicología y comunicación relacional. Los
filósofos y retóricos han considerado durante mucho tiempo el diálogo como una de las
formas más éticas de comunicación y como uno de los medios centrales para separar la
verdad de la falsedad” (Kent y Taylor, 2002, p. 22), mientras que Pieczka (2011), de igual
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Epistemología de las relaciones
modo, indica
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Epistemología de las relaciones
que las relaciones públicas no son el único campo disciplinario que ha reivindicado el
diálogo, ya que “la administración y la ciencia política, especialmente en relación con el
desarrollo de la comunidad, han realizado esfuerzos teóricos centrados y sostenidos
vinculados a un compromiso práctico significativo en la resolución de problemas de la vida
real” (p. 114) de las organizaciones y las comunidades.
Asimismo, debido al mayor interés teórico que se le ha prestado por parte del dominio
intelectual de las relaciones públicas a la gestión relacional a partir de la década de 1990,
se ha visto también impulsado el debate sobre el concepto y las implicancias del diálogo.
Como consecuencia, “resulta necesario ahora comprender mejor los múltiples aspectos del
diálogo y asegurarnos de que todos comprendemos su importancia, suposiciones implícitas
y explícitas” (Kent y Taylor, 2002, p. 22).
Gutiérrez García et al. (2015) consideran que el diálogo “es un fenómeno multidimensional
cuyas características son la escucha, la apertura al otro, la búsqueda de la verdad, una
perspectiva orientada al cambio y una respuesta” (p. 752), en tanto que Kent y Taylor
(2002) manifiestan que “el diálogo no se trata del `proceso´ utilizado, sino de los productos
que surgen: confianza, satisfacción, simpatía” (p. 32), es decir, que “el diálogo no debe ser
visto como un medio para obtener un fin, sino como un estado final en sí mismo” (Moreno,
Khalil & Gómez, 2019, p. 200).
Desde un punto de vista corporativo, Pearson (citado en Theunissen y Wan Noordin, 2012)
defiende que "el diálogo es una condición previa de cualquier conducta corporativa
legítima que afecte a un público de esa organización" (p. 128), y, por lo tanto, la
responsabilidad ética central de las relaciones públicas debe ser la gestión de todos los
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Epistemología de las relaciones
sistemas de comunicación
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Epistemología de las relaciones
que vinculan a la organización con sus públicos lo más estrechamente posible a las
construcciones del diálogo. No obstante este llamamiento, Taylor y Kent (2014) admiten
que “en lugar de considerar el diálogo como un producto de la comunicación ética, la
mayoría de los estudiosos lo han considerado desde un punto de vista estratégico” (p. 388),
lo cual provoca preguntarse si efectivamente se ha tratado de una comunicación de
raigambre dialógica, “una de las formas más éticas de comunicación porque sirve para
mitigar las relaciones de poder, valora la dignidad individual y la autoestima, y trata de
involucrar a los participantes en la conversación y la toma de decisiones” (p. 388).
En línea con la promoción del interés producto del desarrollo de la teoría relacional,
Mersham, Theunissen y Peart (citados en Theunissen y Wan Noordin, 2012) afirman que
el estudio del concepto del diálogo se ha potenciado con el fenómeno de Internet en
constante evolución y el desarrollo casi omnipresente de los medios sociales, obligando a
“los profesionales a volver al diálogo y la conversación (...) y no a los monólogos
unidireccionales tradicionales del pasado, adaptándose al libre intercambio de opiniones
entre grupos y colectivos que antes sólo eran los destinatarios de los mensajes de
comunicación (p. 6). Coinciden con esta postura Gutiérrez García et al. (2015), ya que “el
diálogo se aborda en la literatura de investigación de forma intermitente, pero se ha vuelto
más frecuente en los últimos tiempos debido a la expansión de las redes sociales” (p. 745).
Respecto de lo señalado en último término, Taylor y Kent (2012) enfatizan que “muchos
investigadores confunden el uso de las herramientas potencialmente dialógicas de la web y
la interacción de los medios sociales con el diálogo real” (p. 390), aunque el diálogo sólo
es posible cuando las personas pasan tiempo juntas interactuando, entendiendo las reglas
de la interacción, confiando en la otra persona o personas involucradas en la interacción,
por lo cual, “proporcionar retroalimentación a los clientes en un sitio de medios sociales o
en Twitter o Facebook no son ejemplos de diálogo” (p. 390).
En el marco de la utilidad democrática del campo disciplinario, Xifra (2003) visualiza una
cualidad dialógica específica en “la garantía del acceso y la participación equitativos en la
creación del conjunto de normas para consolidar el entendimiento mutuo en la
conversación pública” (p. 116), con lo cual, como menciona Sadi (2014), integra el diálogo
a escala social como un fundamento sociológico y a la vez jurídico de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
públicas, al ligar la
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Epistemología de las relaciones
Kent y Taylor (2002) sostienen que, “aunque un enfoque dialógico de las relaciones
públicas no puede ser fácilmente operativo, o reducido a una serie de pasos” (p. 24), sí se
debe poner mayor énfasis en los principios o supuestos coherentes -que van de la mano con
las cinco dimensiones mencionadas anteriormente -escucha, apertura al otro, búsqueda de
la verdad, perspectiva orientada al cambio y respuesta- que establecen: la mutualidad, la
propensión, la empatía, el riesgo y el compromiso (ver cuadro 5).
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Epistemología de las relaciones
Kent y Taylor (2002) enfatizan que “el diálogo no es una panacea. Un enfoque dialógico
no puede forzar a una organización a comportarse éticamente, ni siquiera es apropiado en
algunas circunstancias (...) El diálogo puede darse con fines morales e inmorales” (p. 24),
es decir, si uno de los participantes subvierte el proceso dialógico a través de la
manipulación el resultado final no será dialógico.
También se preocupan por aclarar que “más allá de la posibilidad de que el diálogo se
utilice de modo inmoral, está el hecho de que no todas las relaciones interpersonales
requieren orientaciones dialógicas, aunque muchas relaciones organización-público se
beneficiarían de ello” (Kent y Taylor, 2002, p. 24).
Según Gutiérrez García et al. (2015), un abordaje del diálogo como un sentido de apertura
a los demás y de comprensión mutua, más que como un proceso por el cual se pueden
satisfacer los propios intereses, implica un conjunto diferente de desafíos conceptuales que
a su vez amplían el concepto del diálogo mismo. “Si, como sostienen Starck y Kruckeberg
(2004), `el actor más importante de toda empresa [en el contexto actual] es la propia
sociedad´, el marco conceptual también debe ampliarse” (p. 747) de modo de abarcar un
papel éticamente más noble y estratégicamente más beneficioso para las organizaciones y
la
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Epistemología de las relaciones
También, como apuntan Kent y Taylor (2002), está la inquietud en torno a si un enfoque
dialógico puede ser fácilmente explotado, es decir, “cuando el público se compromete en
un
`diálogo´ con las organizaciones corre el riesgo de que sus revelaciones sean utilizadas
para explotarlos o manipularlos” (p. 33). Otra crítica al diálogo, para los mismos autores,
pasa por el uso liviano que se le brinda a que tenga una naturaleza ética, aunque no existe
aún evidencia concluyente alguna que apoye tal afirmación.
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Como corolario de este estado de situación, Taylor y Kent (2014), respecto del constructo,
animan a los académicos a añadir algo nuevo a la teoría dialógica de las relaciones
públicas, desde el punto básico de cuestionar si el enfoque dialógico es una teoría de las
relaciones públicas -como la teoría de la excelencia o el enfoque relacional, por caso- o si
se trata sólo de una colección de principios de comunicación idealizada. “Han pasado casi
30 años desde que Pearson escribió sobre el diálogo, y 13 desde que intentamos
conceptualizarlo. Desde esos primeros intentos, se ha añadido muy poco” (p. 396) más allá
de los estudios que dicen que los sitios web y los medios sociales no están a la altura de su
potencial dialógico. Es hora de que el dominio intelectual honre este llamamiento.
Los referentes de la perspectiva comunitaria aplicada a las relaciones públicas son Dean
Kruckeberg y Kenneth Starck, quienes desde finales de la década de 1980 han ampliado
los conceptos de los enfoques dialógico y relacional para afirmar que el campo
disciplinario “prestaba un mejor servicio a la sociedad cuando se centraba en la
construcción de comunidad” (L´Etang, 2009, p. 360).
El comunitarismo, según L´Etang (2009), “es una tradición filosófica que surgió a partir de
Aristóteles, mediante Cicerón, San Agustín, Santo Tomás de Aquino, Edmund Burke,
Rousseau y Hegel, y últimamente ha evolucionado como crítica al individualismo,
planteada por el filósofo norteamericano Rawls” (p. 360).
Según Heath (2000), el aporte que las relaciones públicas brindan en términos de
construcción social debe comenzar con un acuerdo sobre la naturaleza y la integridad de la
comunidad:
Kruckeberg y Starck optan por una teoría y una práctica que se define y
practica mejor como el intento activo de restaurar y mantener un sentido de
comunidad (...) Los responsables de relaciones públicas deben abordar la
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Epistemología de las relaciones
En este sentido, sobre la base del teórico Robert Putnam, Luoma-aho (2009), enfatiza el
valor de las redes sociales, personales u organizativas, cuyas influencias son siempre más
amplias, incluso sociales, y a través de las cuales se crea un sentido de comunidad.
“Mediante la formación de las redes y conexiones necesarias para las organizaciones y los
individuos, las relaciones públicas juegan un papel central en el mantenimiento de una
sociedad equilibrada” (p. 238).
Valentini et al. (2012) reconocen que, luego de la propuesta inicial del constructo a finales
de la década de 1980, “la comunidad como elemento central que describe a las sociedades
postmodernas se convirtió en objeto de estudio de otros estudiosos. La atención se centró
en el papel que las relaciones públicas podían desempeñar para las organizaciones y para la
sociedad en general” (p. 874).
En esta sociedad global del siglo XXI, incluyendo ayudar a los miembros de
la comunidad y a sus organizaciones a tomar conciencia de los intereses
comunes; ayudar a los individuos y a la comunidad en la toma de decisiones
de la comunidad para superar la alienación; ayudar a las personas a
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Este entorno complejo y hasta caótico es el fundamento principal de la necesidad, por parte
de las organizaciones, de darse cuenta de que los públicos no pueden ser controlados o
gestionados y que las organizaciones están en mejor situación cuando los públicos forman
parte de una comunidad en la que las organizaciones también son miembros de pleno
derecho. “Comunicarse con todos los componentes del medio ambiente equivale a
construir relaciones vitales para crear un sentido de comunidad. La comunidad puede ser
vista como una forma de vinculación social” (Starck & Kruckeberg, 2001, p. 56), un hecho
fundamental, aunque a menudo descuidado, en “el funcionamiento saludable de una
sociedad moderna como lo fue para las sociedades más tradicionales o tribales" (p. 56).
Por consiguiente, según Valentini et al. (2012), el papel de las relaciones públicas consiste
en ayudar tanto a las organizaciones como a los ciudadanos a construir una comunidad en
la que puedan tener lugar el diálogo y la comprensión mutua. En esta senda, Leeper (2001)
afirma que “las relaciones públicas, como búsqueda de la armonía, encajan cómodamente
dentro de la teoría comunitaria. La armonía entre una organización y su comunidad
18
Epistemología de las relaciones
Al reflexionar sobre cómo las necesidades e intereses de una comunidad son una fuerza
impulsora en el esfuerzo de las relaciones públicas para ayudar a crear perspectivas de
valor, Heath (2000) expresa su cautela porque se debe ser consciente de que el concepto de
comunidad puede inspirar, guiar, pero también sofocar los esfuerzos para crear cambios y
trabajar hacia lo que algunos creen que es una mejor visión de la comunidad:
19
Epistemología de las relaciones
Pese a los años transcurridos desde que la teoría comunitaria en relaciones públicas fue
concebida, sus autores reconocen el valor heurístico de su constructo, aunque, en
simultáneo, también lo hacen respecto de la vigencia que mantiene la necesidad de
explorar y probar nuevos paradigmas de relaciones públicas en todo el mundo (Valentini et
al., 2012).
Pese a que no existe movimiento alguno o teoría feminista única o unificada, el feminismo,
según Fitch, James y Motion (2016), se ocupa principalmente de dos objetivos, "el primero
es descriptivo: revelar desigualdades de género obvias y sutiles. El segundo está orientado
al cambio: reducir o erradicar esas desigualdades" (p. 279).
L. Grunig, Toth y Hon (2000) apuntan que la mayoría de las conceptualizaciones del
feminismo -a menudo denominada una filosofía de la liberación- comparten algunos
criterios en sus abordajes: “la centralidad del género como categoría analítica; la creencia
en la equidad para todos y la preocupación concomitante por la opresión dondequiera que
se encuentre; la apertura a todas las voces; y un llamado a la acción” (p. 55).
De todas maneras, L. Grunig et al. (2000) especifican que existe una gran confusión sobre
la problemática de las mujeres en el ámbito social en general:
19
Epistemología de las relaciones
Fitch et al. (2016), por su parte, contraponen los estereotipos presentes en los medios
sociales asociados con el ejercicio profesional de las relaciones públicas en las mujeres y
en los hombres, diferenciando que a las primeras se las suele mostrar jóvenes y asociar
irrevocablemente con la moda y, por el contrario, a los segundos se los vincula con
posiciones estratégicas, sentados alrededor de una mesa de directorio y de mayor edad. Por
lo tanto,
Existe una curiosa división entre las jóvenes mujeres profesionales que
intentan pasar por entrevistas de trabajo (y presumiblemente establecer sus
carreras) y los hombres mayores pensadores estratégicos que lo han logrado.
El punto son las industrias en que las normas profesionales han sido
construidas con referencia a las experiencias del hombre blanco de clase
media, dado que los regímenes de promoción inevitablemente tienden a
tener dimensiones de género, clase y etnia. No es coincidencia alguna que
en la cultura popular las practicantes de relaciones públicas femeninas
tienden a hacer publicidad y gestión de eventos mientras que los
practicantes masculinos están más estrechamente alineados con la gestión
estratégica (p. 281).
Hon (1995), en este contexto, señalaba ya a mediados de la década de 1990 que los
académicos en aquel entonces habían comenzado a documentar las desigualdades de
19
Epistemología de las relaciones
género
19
Epistemología de las relaciones
En el campo académico de las relaciones públicas, según Toth (2001), aunque los
especialistas en teoría feminista han trabajado desde diferentes abordajes y aportado
diversas voces sobre el significado del género en la disciplina y en la profesión, “muchos
se han unido al considerar que el feminismo es el medio para interpretar los fenómenos de
una manera que valora los atributos y acciones socialmente atribuidos a las mujeres” (p.
238).
Toth (2001) puntualiza que, a finales de la década de 1980, los informes sobre el creciente
número de mujeres que se incorporaban a las relaciones públicas dieron lugar a las
primeras publicaciones de la teoría feminista, que hicieron foco en “información de
referencia sobre las siguientes cuatro cuestiones relacionadas con el género: las amenazas a
la situación sobre el terreno, las claras diferencias salariales, el `techo de cristal´ y el
fenómeno del `gueto de terciopelo´ (p. 237).
En esta línea, Aldoory (2005) afirma que las académicas feministas en las relaciones
públicas han comenzado a desarrollar un enfoque centrado en las relaciones de género y en
la crítica de la corriente teórica principal por sus supuestos masculinistas. La investigación
que creó este paradigma floreciente surgió a medida que se fue evidenciando un cambio
demográfico en la profesión, que en los Estados Unidos de principios de este siglo, según
estadísticas oficiales, mostraba que más del 70 por ciento de los profesionales eran
mujeres. “Este cambio demográfico en la profesión, llamado feminización, preocupó tanto
a los investigadores como a los profesionales, quienes comenzaron a hacerse preguntas
sobre el impacto que tendrían las cuestiones de género sobre los roles, la función
organizacional y la reputación del sector” (p. 668).
19
Epistemología de las relaciones
(p. 79), aunque esta creencia es algo más pronunciada entre los profesionales de mayor
edad,
19
Epistemología de las relaciones
en una tendencia que marca que, en general, las barreras que enfrentan las profesionales en
sus carreras son menos reconocidas por sus colegas masculinos. La mayoría de los
profesionales latinoamericanos
19
Epistemología de las relaciones
negativa porque “el uso de la etiqueta `feminista´ ha disminuido el alcance percibido del
paradigma para la construcción de una teoría general debido a los estereotipos arraigados
que se le atribuyen a esta etiqueta” (p. 672).
Aldoory y Toth (2002) identifican una teoría disciplinaria floreciente en el área en función
de que el "cuerpo disciplinario de conocimientos en las relaciones públicas requiere su
propia teoría de la discriminación de género en una profesión de género" (p. 124). Las
autoras enumeran seis criterios o características comunes sugeridas al abordar la teoría
feminista:
1. Atención explícita a las dimensiones de poder no equitativas de las relaciones de género;
2. Discusiones de género y otras identidades como raza y clase;
3. Sensibilidad a la vida de los participantes y a asegurar la diversidad entre ellos;
4. Crítica y reconceptualización de la teoría y los métodos androcéntricos;
5. Investigación y resultados orientados a la acción y vinculados a la mejora de la situación
de la mujer en su vida cotidiana; y
6. Otorgamiento de un papel a los participantes en la investigación un papel en el diseño y
el proceso de investigación.
Fitch et al. (2016) alertan de que la mayoría de los estudios de relaciones públicas
feministas de los años ochenta en adelante han adoptado enfoques feministas liberales y, en
menor medida, feministas radicales. De acuerdo con L´Etang (2009), el feminismo liberal
afirma que, mediante argumentos y lobbying, las mujeres pueden conseguir el mismo
estatus en la sociedad; el radical, por el contrario, plantea que o bien las estructuras
sociales deben cambiar -el feminismo marxista- o bien las mujeres deberían vivir
separadamente -el feminismo separatista-. “Con muy pocas excepciones, hay poca
investigación que adopte una perspectiva verdaderamente crítica en términos de desafiar
las suposiciones hegemónicas sobre el género en las relaciones públicas” (Fitch et al.,
2016, p. 280), planteo que refrenda L´Etang al referir que, dentro del paradigma
dominante, “se realizó bastante investigación feminista, por ejemplo, estudiando cómo las
mujeres en relaciones públicas contribuían a la excelencia y a la comunicación simétrica”
(p. 359).
Toth (2001), por el contrario, plantea que las investigadoras feministas que han
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Epistemología de las relaciones
desarrollado perspectivas sobre las mujeres y las relaciones públicas han hecho mirar la
práctica de las relaciones públicas de una manera muy diferente a como se hacía en el
pasado, ya que “se
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Epistemología de las relaciones
“En verdad, todas las personas de relaciones públicas se han visto afectadas por la
transición de género en el campo. Las personas de relaciones públicas han sido el sistema
de alerta temprana para los cambios sociales que podrían afectar a sus organizaciones y
han sido de los primeros en asesorar a los gerentes sobre las decisiones políticas que
afectan a la sociedad” (Toth, 2001, p. 246), como esta problemática de género.
19
Epistemología de las relaciones
20
Epistemología de las relaciones
Sin embargo, en los últimos años esa situación parece estar comenzando a dar un giro con
la aparición de académicos -como Ansgar Zerfass, Howard Nothhaft, Lisa Dühring, Heike
Puchan, Stefan Wehmeier (fallecido recientemente a temprana edad) y, sobre todo, Günter
Bentele- que han comenzado a publicar en inglés en revistas científicas de primer orden a
escala global y en colecciones de las editoriales más reconocidas, disciplinariamente
hablando, como Wiley, Routledge, Sage o Lawrence Erlbaum.
De acuerdo con Puchan (2006), los autores alemanes “han estado particularmente influidos
por Niklas Luhmann y Jürgen Habermas, lo cual explica que hayan estado tan enfocados
en la función y el rol de las relaciones públicas en una sociedad plural” (p. 109). Es más, la
misma palabra que refiere a la disciplina en alemán, öffentlichkeitsarbeit, surge por la
resistencia a usar la misma terminología que en el original en idioma inglés, y significa
trabajar con el público, “en una expresión que captura mejor la esencia alemana de las
relaciones públicas” (p. 112).
Bentele (2008) explica que su constructo surge del análisis presentado en su tesis doctoral,
que se basó, con un trasfondo epistemológico, en la calidad percibida de los medios de
comunicación. Posteriormente, incorporó un reflejo de las normas éticas en las relaciones
públicas y de las referencias a la realidad construidas desde la disciplina, así como el
desarrollo de una teoría de la confianza pública. Todas esas consideraciones teóricas se han
basado en la epistemología evolutiva, un enfoque de naturaleza biologicista que tiene
similitudes con el constructivismo radical y compatibilidades con la propia teoría de los
sistemas.
De modo que esta perspectiva tiene una base epistemológica desarrollada de cara a los
enfoques constructivistas y se la puede vincular con teorías de sistemas, a su vez
20
Epistemología de las relaciones
relacionadas
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Epistemología de las relaciones
con teorías de la sociedad basadas en la acción. “Un supuesto básico aquí es la existencia
de una sociedad estructurada funcionalmente y, por lo tanto, también la existencia de
subsistemas funcionales, como la economía, el derecho, la política, la educación y la
ciencia” (Bentele, 2008, p. 20), que a su vez incluyen elementos sociales con capacidad de
acción como, por ejemplo, empresas, partidos políticos, asociaciones, comunidades de
investigación, movimientos sociales o de protesta política. Su acción generalmente ocurre
dentro de estructuras preexistentes que son establecidas por los sistemas, mientras que
simultáneamente producen la acción de las organizaciones y la estructura del sistema que
las define.
En este contexto de análisis, las relaciones públicas se ven inicialmente como una acción
estructurada y comunicativa por parte de actores individuales en contextos organizativos,
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Epistemología de las relaciones
es
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
que conduce a una pérdida de confianza si sus iniciativas de ejercicio profesional van más
allá de un cierto `corredor´ de la realidad, vale decir, si las discrepancias entre la realidad
experimentada inmediatamente y la versión de la realidad que producen las relaciones
públicas se vuelven tan vastas para generar problemas de credibilidad y confianza.
Pese a que Cancel, Cameron, Sallot y Mitrook (1997) reconocen que el constructo de
James Grunig ha hecho una contribución enorme al dominio intelectual de las relaciones
públicas, parten de una crítica severa a la simetría bidireccional en función de que
Pang, Jin y Cameron (2010) especifican que la visión alternativa iniciada por la teoría de la
contingencia promueve que la práctica de las relaciones públicas pueda ser examinadas a
través de un continuo, es decir, bajo la suposición de que las organizaciones, en lugar de
suscribir la práctica a modelos rígidos, ejercen una variedad de posturas en un momento
dado para un público determinado dependiendo de las circunstancias, contingentemente.
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Epistemología de las relaciones
En este sentido, de acuerdo con Cancel et al. (1997), la forma en que se practican las
relaciones públicas depende de la evaluación de un número de factores, que van desde las
condiciones anteriores hasta las presiones actuales y las oportunidades. Estos factores
determinan el grado en el que ciertas prácticas y posiciones prevalecen para la
organización, así como qué postura es efectiva y éticamente sólida. Los autores afirman
que, esencialmente, se necesita una teoría que responda a preguntas simples como "¿cuál
es la mejor manera de relacionarse con el público? ¿cómo debería usted practicar la
profesión?, respondiendo: depende... "depende de las implicaciones éticas de la situación,
de lo que esté en juego, de lo creíble que sea el público. Depende de muchas cosas” (p.
33).
La teoría de la contingencia es, según Cancel et al. (1999), una extensión lógica del trabajo
sobre los modelos de relaciones públicas. La teoría proporciona un perfeccionamiento de la
teoría normativa de la excelencia en las relaciones públicas a partir de una representación
más realista de las estrategias o modelos de relaciones públicas. “El constructo representa
la posible amplia gama de posturas de una organización hacia un público individual, que
difiere de la categorización más prescriptiva y mutuamente excluyente que por necesidad
se encuentra en un conjunto limitado de modelos de comunicación” (p. 172), brindando 86
factores que afectan la ubicación de una organización en ese continuo entre la defensa y la
adaptación, y en un momento dado con respecto a un público dado.
Según Cancel et al. (1999), la teoría de la contingencia “pretende ofrecer una estructura
para comprender mejor la dinámica de la adaptación y la defensa, las facetas éticas de la
adaptación, así como la eficacia de la adaptación en la práctica de las relaciones públicas”
(p. 173).
La teoría propone además que una postura adaptativa, posiblemente un elemento clave de
la comunicación bidireccional simétrica, puede no ser inherentemente ética; por el
20
Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
perspectiva deontológica de aquellos que tienen algunas posiciones para ser moralmente
absolutos (Cancel et al, 1999).
En respuesta a las críticas, J. Grunig (2001) afirma que los autores de la teoría contingente
no estuvieron de acuerdo con su conclusión de que el modelo simétrico era el más efectivo
modelo normativo en la mayoría de las situaciones:
A pesar de las críticas, según Grunig (2001), la teoría de la contingencia propuesta por
Cameron y sus colegas no desafía realmente el modelo simétrico. “Más bien, veo la teoría
como una elaboración del modelo simétrico. La simetría en las relaciones públicas se trata
realmente de equilibrar los intereses de las organizaciones y los públicos, de equilibrar la
defensa y la adaptación” (p. 16).
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Epistemología de las relaciones
Se trata de un enfoque que está totalmente vinculado con los supuestos fundantes de la
Escuela de Maryland, dado que hace hincapié
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Esta instancia de institucionalización es concebida como un proceso que ocurre cuando las
acciones “se repiten y reciben significados similares tanto por uno mismo como por otros.
Las organizaciones y los individuos repiten acciones y comparten significados para reducir
la incertidumbre al conformarse a lo que ellos creen que son las expectativas de los demás”
(J. Grunig & Kim, 2011, pp. 3-4). En este caso, la institucionalización es simbólica, dado
que se vincula con las creencias de la mayoría de las personas -incluyendo a muchos
clientes de profesionales de las relaciones públicas- y afecta e impacta de modo directo en
los profesionales que típicamente proveen lo que ellos creen que es la demanda de sus
servicios.
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Por lo tanto, J. Grunig y Kim (2011) afirman que, para gestionar verdaderamente una
reputación, los profesionales de relaciones públicas deben participar en la toma de
decisiones y en la gestión del comportamiento de una organización, sobre todo porque,
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Epistemología de las relaciones
además, las
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Epistemología de las relaciones
Las buenas relaciones, apuntan Kim et al. (2013), “generalmente resultan en una buena
reputación para la organización. Esto se debe a que el público tiende a tener buenas
relaciones y a pensar bien de las organizaciones que toman decisiones y se comportan de
maneras que el público aprueba” (p. 204), con la comunicación con el público antes de que
se tomen las decisiones como la más efectiva para resolver problemas y crisis porque
ayuda a los directivos a tomar decisiones que tienen menos probabilidades de producir
consecuencias que los públicos conviertan en problemas y crisis.
Este enfoque, de acuerdo con Kim et al. (2013), acepta la presencia de la subjetividad, el
supuesto central del enfoque interpretativo simbólico, tanto en la teorización como en la
comunicación. Sin embargo,
De modo que los partidarios del enfoque estratégico creen crucial abordar las relaciones
públicas como una función directiva y no como una puramente interpretativa, explicando
su papel en la gestión estratégica y el gobierno mismo de las organizaciones.
21
Epistemología de las relaciones
práctica institucionalizada
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
81).
22
Epistemología de las relaciones
Fredriksson et al. (2013) afirman que las estructuras organizacionales formales reflejan,
ante todo, la comprensión e interpretación pública de la realidad social, ya que son
manifestaciones de reglas, normas e ideas institucionales que funcionan como mitos
racionalizados, lo que significa que se aplican por razones de legitimidad y no
principalmente por su impacto en la eficiencia. De esta manera, la búsqueda organizacional
de legitimidad
1) El pilar regulador, que se centra en la forma en que las instituciones limitan y regularizan el
comportamiento de las organizaciones mediante el establecimiento de leyes y normas y la
introducción de actividades de supervisión y sanción.
2) El pilar normativo, que hace hincapié en las normas que introducen una dimensión
prescriptiva, evaluativa u obligatoria en la vida de las organizaciones.
3) El pilar cultural-cognitivo, que se centra en las concepciones compartidas de la realidad y en
los marcos a través de los cuales se construye el significado.
22
Epistemología de las relaciones
Cuadro 6. Pilares del análisis institucional (extraído de Scott, citado en Frandsen y Johansen, 2013)
Un abordaje del dominio intelectual de las relaciones públicas desde este constructo tiene
sentido en función de la condición constitutiva que la comunicación representa para las
organizaciones. Según Fredriksson et al. (2013), las relaciones públicas pueden ser
analizadas como una práctica institucionalizada con un cierto conjunto de mecanismos de
gobierno, incluyendo actividades, reglas, normas e ideas que se dan por sentadas, sobre
todo a partir de “la importancia que la perspectiva neoinstitucional le da a la comunicación
en la comprensión de las organizaciones, las instituciones y la sociedad” (pp. 183-184).
Sandhu (2009), mientras tanto, identifica tres campos principales desde lo externo para su
institucionalización en las organizaciones, que naturalmente implican a las relaciones
públicas. En primer término, figuran los requisitos coercitivos o regulativos, que son
exigencias de la ley o normas que la organización debe cumplir. Las relaciones públicas no
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Epistemología de las relaciones
se plantean legalmente, en la mayoría de los casos, como una práctica exigible, aunque
existe una excepción referida a la comunicación financiera en aquellas organizaciones que
cotizan en bolsa ya que deben cumplir las normas de información financiera que exige la
legislación de cada país, como la publicación de un informe anual.
En segundo lugar, la institucionalización puede ocurrir cuando la opinión pública apoya los
supuestos normativos ya que “las demandas de los públicos externos hacia las
organizaciones son a menudo teorizadas como una de las más importantes cuestiones
clave” (Sandhu, 2009, p. 84) que han promovido y conducido a la introducción de las
relaciones públicas como práctica organizacional, y jerarquizado el área en su máxima
expresión, por ejemplo, y como resultado de la presión pública, en el sector de la industria
química o petrolera.
En contraste con los factores externos, continuando con Sandhu (2009), existen tres
dimensiones que parecen ser pertinentes para comprender mejor las prácticas
institucionalizadas puertas adentro de las organizaciones: el poder, la independencia, y la
especialización y la rutina.
22
Epistemología de las relaciones
independencia,
22
Epistemología de las relaciones
La concepción de institución como interacción dialéctica entre las creencias culturales y las
prácticas relacionadas, de acuerdo con Hou y Zhu (2012), permite construir una imagen
holística y sistemática de las relaciones públicas. Al hacerlo, se puede entender qué
aspectos culturales específicos corresponden a la legitimidad de la práctica de las
relaciones públicas. A la par, “una visión práctica sobre el trabajo institucional nos permite
captar sistemáticamente la interacción entre los actores de las relaciones públicas y los
contextos culturales existentes. Podemos observar que los actores de las relaciones
públicas no responden pasivamente a las presiones institucionales” (p. 924), sino que
interpretan e incorporan de manera creativa y reflexiva los aspectos culturales existentes a
sus prácticas de relaciones públicas.
22
Epistemología de las relaciones
Para Gilpin y Murphy (2010), en el dominio intelectual de las relaciones públicas, la teoría
de la complejidad ha tenido una aplicación casi exclusiva en el área de la comunicación de
crisis, pese a que consideran relevante la posible contribución del “pensamiento basado en
la complejidad a la teoría general de las relaciones públicas, así como sus implicaciones
para la práctica profesional en áreas como las relaciones con los medios de comunicación,
la identificación de las partes interesadas, la gestión de conflictos potenciales y la
reputación de la organización” (p. 71).
La teoría de la complejidad tuvo su origen en las ciencias duras, aunque fue adoptada por
científicos sociales debido a su utilidad para explorar y modelar los sistemas sociales
humanos desde disciplinas diversas como la psicología y la cognición, la sociología y la
ciencia política. “Las teorías de la complejidad han resultado particularmente gratificantes
en el ámbito organizacional, donde los académicos se han centrado principalmente en áreas
de cambio e innovación, así como en el conocimiento y el aprendizaje” (Gilpin & Murphy,
2010, p. 71).
22
Epistemología de las relaciones
Wehmeier (2006), en este contexto, alerta que los valores medidos del denominado cuadro
o tablero de mando, ajustados a los sentimientos sobre un tema o servicio, pueden ser una
base falsa para la toma de decisiones estratégicas, debido a que “un holismo selectivo
reduce la complejidad al principio, pero la estructura reflexiva y autoorganizadora de la
esfera pública puede contraatacar: la estrategia de comunicación elegida que se basa en el
holismo selectivo aumenta la complejidad después de su implementación y ejecución” (p.
218).
A la vez, para Gilpin y Murphy (2010), “la inestabilidad de un sistema complejo también
plantea problemas cada vez más graves para los estrategas interesados en la predicción” (p.
73) lo cual genera problemas en una disciplina cuya vertiente de ejercicio profesional
supone establecer y mantener vínculos de confianza entre las organizaciones y una
multitud cambiante de partes interesadas. “Al mismo tiempo, los cambios en el panorama
de los medios de comunicación han alterado el grado de control que una organización
puede legítimamente tratar de ejercer sobre sus relaciones, muchas de las cuales se
negocian en espacios públicos visibles de los medios digitales” (p. 72).
22
Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
De modo que, desde un punto de vista sociocibernético, “no hay una salida fácil, ya que la
complejidad no es sólo el problema, sino también la solución (...) Toda la estructura del
departamento de relaciones públicas debe ser más o menos isomórfica con respecto al
entorno social” (p. 163), con límites departamentales en congruencia con los límites del
entorno.
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Por todo ello, la teoría de la complejidad aboga por rescatar -a la par de la evolución que
los sistemas complejos realizan a través de su propia historia contextual- los elementos
individuales, tales como experiencias y opiniones personales acumuladas, ya que “las
relaciones de una organización con sus redes de partes interesadas se desarrollan a través
de acciones y comunicaciones acumuladas que establecen la trayectoria para el
comportamiento futuro” (Gilpin & Murphy, 2010, p. 73). No obstante, las experiencias de
las partes interesadas con la organización difieren ampliamente debido a la no linealidad ya
mencionada, lo cual hace hace difícil fomentar un sentido de cultura y conexión
compartida.
La única alternativa, según Gilpin y Murphy (2010), gira en torno a que los profesionales
de relaciones públicas instituyan nuevos rituales organizativos en curso en los que las
partes interesadas internas y externas puedan participar, en lugar de basarse en las
comunicaciones y acciones lineales para establecer relaciones de confianza.
23
Epistemología de las relaciones
23
Epistemología de las relaciones
cruciales, sino el más relevante, es Roberto Porto Simões (Molleda, Athaydes & Hirsch,
2003), un académico que logró publicar su teoría general de las relaciones públicas -que se
describe a continuación- en el journal más relevante, en términos de impacto, de la escena
internacional: el Public Relations Review. No resulta casual que sea de nacionalidad
brasileña, dado el predominio histórico que ese país ha tenido a escala latinoamericana en
la producción intelectual y presencia académica disciplinarias, aunque las contribuciones
no hayan sido del todo apreciadas y aprovechadas en los países hispanohablantes en
función de la barrera idiomática.
La intención original de Simões (1995) con su teoría de la función política de las relaciones
públicas es crear un constructo y un código común -“como el pentagrama es a la música”
(Simões, 1992, p. 199) para que la comunidad de las relaciones públicas, inicialmente la
brasileña aunque luego la global dado que logró publicar su propuesta en espacios
relevantes de la academia anglohablante, “vea facilitado el proceso de enseñanza-
aprendizaje, colocando el conocimiento y la práctica profesional en su real estatus
científico-tecnológico” (p. 17).
Simões (1992) define a las relaciones públicas como “la gestión de la función política de
las organizaciones” (p. 191), en una ideación que “enfatiza la integración humana y social;
es decir, desde una perspectiva sociológica, ve al profesional de las relaciones públicas
como un agente de cambio” (Molleda, 2000, p. 519).
Definición conceptual: ¿qué son las relaciones Como actividad, las relaciones públicas son la
públicas? administración de la función política
(subsistema) de las organizaciones
23
Epistemología de las relaciones
Los instrumentos: ¿cómo se recibe y envía Todos y cada uno de los medios, existentes o
información? por crear, que transmiten mensajes de la
organización a los ciudadanos y viceversa
El objetivo: ¿a qué apuntan las relaciones Legitimar y dar credibilidad a las decisiones
públicas? organizacionales
Ética: ¿es moral practicar las relaciones Convencer a los demás de que acepten sus
públicas? propias ideas es ético
El paradigma presentado por Simões (1992) pretendió aportar un marco teórico para el
ejercicio de la práctica del profesional generalista en las relaciones públicas. Por otro lado,
23
Epistemología de las relaciones
también buscó ser útil, aclarar y enfatizar varias especializaciones que se encuentran en el
mercado profesional.
Texto/s
fundacional/es Referente/s
Teoría, enfoque
Concepto/s Corriente o (entre paréntesis (entre
o perspectiva
clave tradición año y citación en paréntesis país
Google Scholar a de origen)
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Teoría Simetría Excellence in James Grunig
de la excelencia Excelencia Funcionalista public relations (Estados
and Unidos)
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(1992, 1121)
Critical
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public relations
(1996, 159)
Public relations:
Critical debates Jacquie L
Enfoque crítico Poder Crítica and contemporary ´Etang (Reino
Sociedad practice Unido)
(2006, 213)
Public relations:
Concepts, practice
and critique
(2007, 343)
Postmodern values
23
Epistemología de las relaciones
in public relations
(2000, 430)
Resistance from
Enfoque Cambio the margins: The Derina
activista organizacional Posmoderna postmodern public Holtzhausen
relations (Sudáfrica)
practitioner as
organizational
activist
(2002, 288)
Public relations as
relationship
Teoría Relación management: A John
relacional organización- Funcionalista relational approach Ledingham
público to the study and (Estados
practice of public Unidos)
relations
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Building dialogic
relationships
through the World Michael Kent;
Wide Web Maureen
Teoría dialógica Diálogo Interpretativa (1998, 1257) Taylor
Ética Toward a dialogic (Estados
theory of public Unidos)
relations
(2002, 1053)
23
Epistemología de las relaciones
Public Relations
Enfoque Reconstrucción Theory: The Gunter Bentele
reconstructivo comunicativa Interpretativa Reconstructive (Alemania)
Realidad social Approach
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It Depends: A Amanda
Teoría de la Defensa Contingency Cancel; Glen
contingencia Adaptación Funcionalista Theory of Cameron
Conflicto Accommodation in (Estados
Public Relations Unidos)
(1997, 378)
Actions Speak
Louder Than
Words: How a
Strategic
Teoría de la Management
gestión Gestión directiva Funcionalista Approach to Jeong-Nam
estratégica Estrategia Public Relations Kim
Can Shape a (Corea del Sur)
Company’s Brand
and Reputation
Through
Relationships
(2013, 24)
Public relations
and neo-
institutional theory
(2013, 47) Magnus
Perspectiva Institucionaliza- Public relations Fredriksson
neoinstitucional ción Interpretativa and the new (Suecia);
Legitimidad institutionalism: Finn Frandsen
In search of a (Dinamarca)
theoretical
framework
(2013, 37)
Priscilla
Implications of Murphy
Complexity (Estados
Teoría de la Sistemas Theory for Public Unidos);
complejidad complejos Interpretativa Relations. Beyond Howard
Crisis Nothhaft,
(2010, 35) Stefan
Wehmeier
(Alemania)
23
Epistemología de las relaciones
Tabla 7. Características básicas de las teorías, enfoques y perspectivas surgidos desde 1980 en el
dominio intelectual global (elaboración propia)
Pese a que, desde la década de 1980, el dominio intelectual de las relaciones públicas a
escala global ha comenzado un camino de construcción y debate sin parangón en la historia
contemporánea de la disciplina, las diferencias de raíz en lo ontológico y epistemológico
son notables en la mayoría de los abordajes, dando cuenta de diferentes maneras de
entender las implicancias, funciones y roles organizacionales y sociales de la disciplina.
Para Toth (2009), las distintas perspectivas “pueden estar cada vez más entrelazadas en el
intercambio de elementos comunes en los significados de los conceptos, las unidades de
análisis y los esfuerzos para construir la teoría y conectarse con la práctica” (p. 58), sobre
todo dado que los teóricos que trabajan en el mismo dominio siempre lo hacen en un
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
En una línea similar, Curtin y Gaither (2005), desde una propuesta que fusiona
perspectivas críticas, interpretativas y posmodernas “en respuesta a la creciente crítica de
que el paradigma teórico normativo dominante privilegia a los modelos corporativos
occidentales de la práctica de las relaciones públicas” (p. 91), proponen el circuito de la
cultura como base para el desarrollo de la teoría de las relaciones públicas que integra la
amplia variedad de prácticas de relaciones públicas que se encuentran en todo el mundo. El
modelo proporciona una confluencia de factores institucionales y situados que reconocen la
primacía de la identidad, la diferencia y el poder en la práctica discursiva, “con los
profesionales de las relaciones públicas sirviendo como intermediarios culturales que
operan dentro de la economía cultural más amplia para estructurar la información en la
coyuntura de la producción y el consumo” (p. 91).
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Epistemología de las relaciones
Capítulo II
Las relaciones públicas en el ámbito universitario argentino
Como institución social, en muchos países la universidad ha sido un actor clave “en la
conformación y elaboración de las ideas filosóficas, políticas e incluso artísticas (...),
considerado como el ámbito natural para la producción científica y cultural y el sitio por
excelencia de los intelectuales” (Buchbinder, 2005, p.10), aunque en nuestro país ese
aporte a la vida cultural y al desarrollo científico hayan tenido menor relevancia, debido al
fuerte cariz profesional que la institución adquirió desde la segunda mitad del siglo XIX.
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Epistemología de las relaciones
Luego de la caída de las Provincias Unidas del Río de la Plata y de un período de gestión
por parte del gobierno provincial cordobés, la universidad fue transferida en 1854 a la
jurisdicción nacional y adquirió el perfil profesionalista que la sociedad de aquel entonces
demandaba y necesitaba (Barsky y del Bello, 2007).
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
(Buchbinder, 2005, p. 53), en línea con el derecho monopólico que por aquellos años las
universidades habían obtenido de expedir títulos de las profesiones reguladas.
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Epistemología de las relaciones
1915, seguía siendo bajísima, siete cada 10 mil habitantes. Sin embargo, “la aspiración de
otorgar un lugar de privilegio a la investigación científica estuvo presente en el proceso de
fundación y estructuración de la Universidad Nacional de La Plata” (Buchbinder, 2005, p.
65), hecho que también se extendió a algunas facultades de la Universidad de Buenos
Aires y que pretendió combatir el profesionalismo exacerbado.
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
enfatiza el papel que las corporaciones profesionales tuvieron en él, produciendo “un
desplazamiento en el control de las instituciones académicas desde elites cuyo rasgo
esencial estaba signado por el ejercicio de la política a corporaciones especializadas que se
definían principalmente por la práctica de la profesión”.
En las primeras siete décadas del siglo XX fueron creadas seis universidades nacionales
más, con lo cual en 1970 había un total de 10 casas de estudio gestionadas por el Estado
Nacional. Otras 15 universidades fueron establecidas, como parte del denominado plan
Taquini -un proyecto del médico e investigador Alberto C.Taquini (hijo) para reestructurar
y descentralizar la educación superior en la Argentina-, en ciudades de todo el país entre
1971 y 1980. Las restantes fueron creadas desde fines de la década de 1980, tanto en el
Gran Buenos Aires como en el resto del país, llegando en este último caso y como
novedad, a ciudades más pequeñas, no necesariamente capitales provinciales (ver tabla 8).
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Epistemología de las relaciones
Universidad Nacional de Mar del Plata Mar del Plata, PBA 1975
Universidad Nacional del Chaco Austral Roque Sáenz Peña, Chaco 2007
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Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Ushuaia, Tierra del Fuego, 2010
Islas del Atlántico Sur Antártida e Islas del
Atlántico Sur
Universidad Nacional de San Antonio de Areco San Antonio de Areco, PBA 2015
Tabla 8. Listado de universidades e institutos universitarios gestionados por el Estado nacional. Elaboración
propia basada en datos oficiales
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Epistemología de las relaciones
Apuntan Barsky y del Bello (2007, p. 13) que la creación de las universidades de gestión
privada “se realizó durante la vigencia de tres marcos regulatorios, el primero sancionado
entre 1955 y 1958, el segundo en 1967 y el tercero en 1995, actualmente vigente”.
Hacia 1985 había un total de 22 universidades de gestión privada (ver tabla 9), en una
secuencia con mayor protagonismo de las entidades confesionales, las primeras en ser
creadas, pero también con la presencia de instituciones “orientadas a la formación
empresarial y otras conformadas sobre la base del modelo de las casas de estudios
norteamericanas e inglesas, integradas por profesores full-time y con actividades de
investigación” (Buchbinder, 2005, p. 228).
Una década después, el número casi se había duplicado, merced a una decisión política del
gobierno de Carlos Menem de fomentar la creación de entidades privadas dado que, según
el razonamiento explicitado en aquel momento, contribuían a elevar la competencia en el
sistema y también a aliviar las arcas estatales financiando parcialmente la educación
superior. En esa década de 1990, a la vez, el sistema universitario privado creció, en
términos relativos a la matrícula, de modo mucho más significativo que el estatal.
Universidad Católica de Santiago del Estero Santiago del Estero, Santiago 1960
del Estero
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Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino San Miguel del Tucumán, 1965
Tucumán
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Tabla 9. Listado de universidades de gestión privada. Elaboración propia basada en datos oficiales
Los datos muestran, en 2018, un sistema con un número similar de instituciones de gestión
estatal y privada (66 y 63, respectivamente), aunque una con disparidad notoria en lo
referido a la matrícula estudiantil (78,36 y 21,64 por ciento, respectivamente), aunque el
porcentaje de matrícula de la universidad de gestión privada ha estado creciendo de modo
continuo, aunque con altibajos, desde principios de la década de 1990.
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Epistemología de las relaciones
2.2 Una muy breve referencia histórica de la práctica profesional de las relaciones
públicas en la Argentina
En nuestro país, pese a que es posible encontrar referencias históricas de prácticas ligadas
con las relaciones públicas en la época colonial (Carbone & Montaner, 2014), según
Álvarez Nobell, Sadi y Méndez (2016), las relaciones públicas contemporáneas en la
República Argentina tienen una historia de más de 60 años, dando inicio en la década de
1950, “con el surgimiento de las primeras prácticas profesionales sistemáticas promovidas
en algunas empresas multinacionales estadounidenses, que replicaban modelos exitosos
que se estaban desarrollando por entonces en las casas centrales de su país de origen” (p.
3288). Entre las primeras empresas que crearon áreas específicas, sobre todo destinadas a
la gestión protocolar a partir de las visitas de invitados extranjeros, se encuentran, entre
otras, Ford, General Motors, Esso y Ducilo (Ferrari & França, 2011).
En conjunto con la creación de las primeras propuestas de educación formal -la Escuela de
Relaciones Públicas, un instituto terciario surgido en 1962, y la primera licenciatura en la
UADE en 1964-, como reflejo de una progresiva evolución profesional, “a finales de la
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
mexicano McCann Ericksson y dirigida por Rodolfo Aja Espil, encargada de la cuenta de
la empresa de autos Siam Di Tella” (Ferrari & França, 2011, p. 55). En esos mismos años
se publica la primera obra nacional, Relaciones públicas. Fundamentos científicos y
aplicaciones prácticas, de Fernando Fernández Escalante, exdirectivo de Ford.
Con la dictadura militar al mando ilegítimo e ilegal del Estado, entre 1976 y 1983, el
desarrollo de la profesión se vio naturalmente afectado por la censura y el control
imperantes, lo que, junto con la inestabilidad económica, provocó que las grandes
empresas -que eran las que tenían el departamento específico creado- decidieran
mayormente apartarse del espacio público y mantener el perfil más bajo en cuanto a su
visibilidad (Ferrari & França, 2011).
La práctica parece haber llegado a un signo de maduración en las dos últimas décadas
(Ferrari & França, 2011), con una instalación mayoritaria en departamentos de
organizaciones medianas y grandes, sobre todo en el ámbito privado y en menor escala,
aunque creciente, en los sectores público y social, y una oferta muy nutrida de servicios
por agencias o consultoras -sobre todo en el área metropolitana de Buenos
Aires-.
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Epistemología de las relaciones
ciento). Los tres primeros temas evidencian que “el sector de la gestión de la comunicación
se ha visto enormemente afectado por los profundos cambios estructurales surgidos de la
globalización, la digitalización y la mediatización” (p. 80).
Al igual que sucede en casi todos los países a escala internacional 4, las relaciones públicas,
como la mayoría de las carreras humanísticas y sociales, no tienen incumbencias
profesionales, es decir, no requieren obligatoriamente formación universitaria ni
matriculación en una asociación profesional para ser ejercidas.
4
Las excepciones son Brasil, Perú y la Comunidad Autónoma de Cataluña, en España, en el que hay
normativa que establece que la actividad solo debe ser realizada por profesionales universitarios y/o un
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
5
El Consejo Profesional de Relaciones Públicas de la República Argentina fue creado en 1958 y es la
entidad representativa a escala nacional del ejercicio profesional y académico del campo, con cerca de 600
socios en todo el país
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Epistemología de las relaciones
interesado en estudiarla, pero a la vez no solo que no promueve sino que hasta dificulta el
logro de consensos mínimos en el aspecto curricular por parte del colectivo académico,
cuestión que todavía es un aspecto por explorar.
Capacidades de comunicación
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Epistemología de las relaciones
Capacidades organizacionales
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Capacidades profesionales
profesionales, los cuales necesitan tratar con múltiples partes interesadas, perspectivas y
relaciones” (L ́Etang, 2009, p. 270). También se presentan otras áreas de estudio
específicas como las de metodología de la investigación, marketing, publicidad,
administración y recursos humanos.
Todas las universidades argentinas que dictan la carrera respetan esta asignación general de
contenidos en sus currículas. Algunas poseen un tinte de mayor profundización teórica, en
tanto que otras pretenden focalizar más en las herramientas prácticas: todas ofrecen esta
mixtura entre teoría y práctica, más allá de que le den mayor preponderancia a una por
sobre otra.
En el contexto universitario argentino, las casas de altos estudios que ofrecen el título de
grado específico -licenciaturas en relaciones públicas; relaciones públicas e institucionales;
comunicación institucional; o relaciones institucionales- son 20, junto con otras 11 carreras
de comunicación o comunicación social con orientaciones finales definidas hacia este
campo de estudios, tanto en universidades estatales como privadas. Este dato ubica a
nuestro país, junto con Brasil (con 56 carreras de grado), a la cabeza de la oferta formativa
en América Latina.
No obstante, en Brasil, Ferrari y Martins (2018) evidencian que en 2017 había 56 carreras
de relaciones públicas en todo su territorio, un panorama muy distinto del de 2009, cuando
ese país llegó a contar con 112 carreras. La disminución del número de carreras fue
resultado de muchas variables, entre ellas: a) profesionales de otras áreas de conocimiento
están ocupando los puestos de trabajo de los relacionistas públicos; b) la sociedad, en
general, no identifica la función de las relaciones públicas como conoce la del periodismo,
por ejemplo;
c) con las crisis económica, muchas empresas han preferido contratar agencias de
comunicación externa y cerrar áreas internas; y d) en las regiones norte, nordeste y centro-
oeste hay mucho menos demanda de trabajo para los relacionistas públicos y, con eso, las
instituciones superiores no ofrecen más la carrera por la falta de estudiantes.
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Epistemología de las relaciones
En la Argentina, la situación en este aspecto ha sido distinta, dado que el número total de
universidades que ofrecen la carrera ha ido siempre en crecimiento, con unas 20
universidades que tienen la oferta específica de relaciones públicas, cantidad que se
mantiene sin cambios desde 2011, cuando se crearon las dos últimas carreras (en la
Universidad Abierta Interamericana y en la Universidad del Este). Sin embargo,
analizando la población estudiantil total que cursa la carrera, en 2017 -según las últimas
estadísticas del gobierno nacional- esas 20 universidades contaban con 8031 estudiantes,
en una dinámica que, en este siglo, fue creciendo desde 4954 estudiantes en 2001 (con
varias universidades que en aquel entonces aún no habían creado la carrera) hasta alcanzar
su pico en 2012 con 11295 estudiantes, momento en el que comienza un declive del 29 por
ciento en el total poblacional que se evidencia en los últimos cinco años relevados. Ese
declive, de todas formas, no ha impactado en el número total de universidades que ofrecen
la carrera, que se mantiene sin cambios hasta 2018 inclusive.
Con referencia a la distribución por género, del total de estudiantes en la carrera en 2017,
6024 eran mujeres (75 por ciento) y 2007 hombres (25 por ciento), en línea con la
tendencia que evidencia mayor porcentaje de estudiantes de género femenino en el campo
de la comunicación y las ciencias sociales.
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Epistemología de las relaciones
Universidad de Morón
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Epistemología de las relaciones
Públicas
Tabla 10. Oferta académica de carreras de RR. PP. en la Argentina a nivel de grado (elaboración propia)
La cantidad total de asignaturas promedia las cuarenta, para ser cursadas y aprobadas a lo
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Epistemología de las relaciones
largo de cuatro años. A la vez, casi todas las universidades dan la posibilidad de obtener un
título intermedio, habitualmente denominado técnico o analista en Relaciones Públicas (ver
tabla 11), que se logra con cerca de la mitad de materias aprobadas (Sadi y Kapusta, 2015).
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Epistemología de las relaciones
Asimismo, al igual que la mayoría de las carreras universitarias del ámbito de las ciencias
sociales, la licenciatura en relaciones públicas exige, en la mayoría de las universidades, la
elaboración de un trabajo final de graduación o carrera en el que los estudiantes deben
desarrollar una investigación, estudio de caso o propuesta de plan sobre alguna
problemática que les genere inquietud acerca del campo disciplinario.
Pese a toda su trayectoria y acervo académico -que, como indicamos, casi no tiene
parangón en la región con la excepción de Brasil-, la vinculación entre esta importante
comunidad educativa y el mundo del trabajo sigue siendo una materia por potenciar, sobre
todo al indagar, por ejemplo, en los porcentajes de inserción laboral en posiciones
específicas de los graduados de la carrera en comparación con profesionales de otras
disciplinas. No obstante, ello excede los objetivos y alcances de este trabajo.
27
Epistemología de las relaciones
evidencian Edwards
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Epistemología de las relaciones
Relacionado con el punto anterior, otra falencia que comparte el mundo profesional y el
académico, aunque la responsabilidad y efectos sobre este último es mayor, reside en la
escasa utilización de publicaciones científicas -los denominados journals-, que se ha
reseñado que existen y en un buen número en este campo profesional y dominio
intelectual, situación que observa Xifra (2010).
En una instancia inicial de este trabajo se había dado cuenta de la condición disciplinaria
de las relaciones públicas, condición que, según Wehmeier (2006), implica un conjunto de
teorías, metodologías, temas de investigación e intereses epistemológicos y/o científicos,
siendo estos elementos útiles para pronunciarse sobre el estatus disciplinario o
interdisciplinario de cualquier campo de estudios. Frente a la afirmación de que, “desde
una perspectiva internacional, las relaciones públicas no son una disciplina en el estricto
sentido de la palabra, con la excepción de Estados Unidos y algunos otros países como el
Reino Unido” (p. 223), ya que poseen académicos que trabajan a tiempo completo y
cátedras específicas en las universidades -que promueven la investigación y la producción
teórica-, al igual que publicaciones científicas genuinas del campo, cabe preguntarse si, en
el marco de esta caracterización de estructuradores de un campo disciplinario, las
relaciones públicas existen realmente en la Argentina a escala disciplinaria, inquietud que
puede resultar sorprendente en función de la cuantiosa oferta académica que ya alcanza las
cinco décadas y media.
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Epistemología de las relaciones
Esos problemas de legitimación científica pueden estar ligados con uno de los
estructuradores disciplinarios mencionados recién: la falta de una producción escrita
consistente por parte de académicos de las relaciones públicas a escala nacional, que a su
vez tiene una relación directa con la actividad de investigación. Según Amado Suárez
(2012), las particularidades de la conformación del campo de las relaciones públicas en la
Argentina
La falta de una verdadera carrera académica en el campo de las relaciones públicas, que, al
uso y semejanza de lo que sucede en las universidades de muchos países desarrollados,
implica una contratación por concurso público de antecedentes en la que el doctorado es
una condición esencial, puede haber contribuido también con el estado de situación. La
orientación profesionalista de las maestrías ofrecidas específicas del campo tampoco
contribuye a fomentar la investigación, ya que privilegia casos o planes de intervención en
los trabajos finales de los estudiantes. Y los doctorados enfocados en comunicación no
suelen presentar tesis dedicadas a este campo de estudios.
De todas formas, no sería pertinente no hacer referencia a, quizá, una de las principales
causas de este estado de cosas: las condiciones laborales típicas del profesorado de grado
en relaciones públicas, que se evidencia en la ausencia de un sistema de profesores
empleados por las universidades a tiempo completo que trabajen en docencia y extensión,
pero, sobre todo y fundamentalmente, en investigación y la consiguiente publicación.
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Epistemología de las relaciones
Producto de una normativa nacional que no considera a las relaciones públicas como una
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Epistemología de las relaciones
carrera que compromete el interés público, y que promueve que las universidades prioricen
las actividades de docencia y extensión desde su oferta formativa específica, los profesores
de las carreras de relaciones públicas en el país, específicamente aquellos dedicados a
espacios y materias disciplinarias, suelen trabajar por horas y en varias universidades a la
vez, y consecuentemente no poseen tiempo ni recursos suficientes para dedicarse a
investigar, producir, publicar, socializar y debatir con sus pares, más allá de los esfuerzos,
valiosos, que Álvarez Nobell et al. (2016) han consignado.
Además, Arrueta (citado por Amado Suárez, 2012) aporta una dimensión histórica en su
análisis, referido a que en la Argentina, luego del idealismo reinante en las décadas de
1970 y 1980, la investigación en comunicación se concentró en estudios preocupados por
los avatares de la globalización, intangibilidad territorial e identitaria, lo cual “excluyó de
hecho cualquier estudio de la comunicación de las organizaciones” (Amado Suárez, 2012,
p. 7) y promovió líneas de investigación con un enfoque antropológico y limitaciones
metodológicas para dar cuenta de los fenómenos comunicacionales habitualmente
abordados en las relaciones públicas.
El origen profesional de la actividad, con demandas concretas de servicios por parte de las
organizaciones empresariales, es, para Amado Suárez (2012), una de las causas de la
flaqueza investigativa, con líneas más ligadas con la comunicación social y el periodismo
que concentraron mucho más el interés de los investigadores. La academia argentina, que
eligió mayoritariamente inscribir sus investigaciones en los estudios culturales y la teoría
crítica, redujo “a una mínima expresión (...) temas relacionados con la gestión de
comunicación de sus encuentros y congresos, así como cualquier referencia a las teorías
relacionadas con la escuela administrativa y el funcionalismo norteamericano (p. 8),
aunque en la última década del siglo XX comenzó una presencia algo más relevante en los
congresos de comunicación,
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Epistemología de las relaciones
De todas formas, Amado Suárez (2012) señala que “los esfuerzos que los investigadores
locales intentaron realizar en el campo en las dos últimas décadas se hicieron sin apoyo
institucional, casi siempre por fuera de las agencias de investigación, dominadas por el
paradigma canónico” (p. 20).
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Epistemología de las relaciones
Capítulo III
Marco metodológico y diseño de la investigación
Dentro de la clasificación realizada por Vasilachis de Gialdino (2006) en torno a los tres
paradigmas coexistentes en las ciencias sociales -el positivista, el materialista-histórico y el
interpretativo-, este trabajo se enmarca en el paradigma interpretativo y le otorga una
importancia sustantiva a uno de sus preceptos, el de la resistencia a la naturalización del
mundo social, ya que, al contrario que la naturaleza, la sociedad es
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Epistemología de las relaciones
válido, evaluar y
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Epistemología de las relaciones
Esta sistematización de los constructos disciplinarios más relevantes a escala global surge
de una identificación inicial producto de la experiencia de 15 años de trabajo en el campo
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Epistemología de las relaciones
académico de las relaciones públicas por parte del autor de la tesis y de una jerarquización
de dichos cuerpos teóricos a partir de la citación de sus textos fundacionales (libros,
capítulos de libros o papers) en Google Scholar, una herramienta escogida por tratarse de
la base de datos bibliográfica más grande del mundo y que, según Martín-Martín, Orduna-
Malea, Thelwall, y Delgado López-Cózar (2019), ha demostrado ser confiable y tener una
buena cobertura de disciplinas, especialmente en humanidades y ciencias sociales, en
donde otras bases clásicas como Web of Science y Scopus han demostrado debilidades
manifiestas.
A la vez, se pretende revelar cuáles son los marcos teóricos propios de la disciplina que
cinco universidades argentinas con la carrera de grado específica (licenciaturas en
relaciones públicas o en relaciones públicas e institucionales), tanto de gestión estatal
como de gestión privada, prefieren y promueven en sus propuestas académicas, sin
adentrarse en cuestiones pedagógicas o problemáticas ligadas con la didáctica específica de
la disciplina. En otros términos, esta es una tesis comunicacional, sobre el campo
específico de las relaciones públicas, y no educativa.
Dos de las universidades son nacionales (la UNLaM y la UNLZ), de gestión estatal, en
tanto que las tres restantes (UES21, UADE y UCES) son de gestión privada. Asimismo,
dos de ellas (UNLZ y UADE) tienen carreras de relaciones públicas que superan los 45
años de dictado, mientras que la UES21 la creó en 1995 y las dos restantes (UNLaM y
UCES) la generaron más recientemente, en 2005.
28
Epistemología de las relaciones
En esta etapa, se trabaja con tres tipos de documentos institucionales escritos: los planes de
estudios, que a priori permiten identificar las materias o asignaturas con componente
teórico disciplinario; las resoluciones ministeriales oficiales que crean cada carrera, dado
que en los anexos tienen definido el perfil -es decir, el conjunto de los conocimientos y
capacidades que cada título acredita- y los alcances -aquellas actividades para las que
resulta competente un profesional en función del perfil consignado- del título de cada una;
y, por último, los programas de las asignaturas o materias teóricas troncales y/o específicas
de la disciplina (ver tabla 12).
. Plan de estudios
. Resolución Ministerial 924/95
. Programas de las siguientes asignaturas: Relaciones Públicas e Institucionales;
UES21 Comunicación Organizacional; Teoría y Práctica de las Relaciones Públicas e
Institucionales; Asuntos de Gobierno; Gestión de Prensa
. Plan de estudios
. Resolución Ministerial 1235/06
. Programas de las siguientes asignaturas: Relaciones Públicas I; Relaciones
UNLaM Públicas II; Teoría de la Comunicación I; Comunicación e Imagen Institucional;
Planeamiento de Relaciones Públicas
. Plan de estudios
. Resolución Ministerial 627/08
. Programas de las siguientes asignaturas: Introducción a las Relaciones
UADE Públicas; Teoría de las Relaciones Públicas; Relaciones Públicas I; Relaciones
Públicas II; Relaciones Públicas III; Dirección Estratégica de las Relaciones
Públicas
. Plan de estudios
. Resolución Ministerial 1388/05
. Programas de las siguientes asignaturas: Introducción a las Relaciones
UCES Públicas e Institucionales; Relaciones Públicas Externas; Asuntos Públicos;
Gestión de Medios; Comunicaciones Integradas en Relaciones Públicas;
Comunicación Política y Gubernamental; Crisis, Mediación y Negociación;
Campañas Estratégicas de Relaciones Públicas
. Plan de estudios
. Resolución Ministerial 1183/12
. Programas de las siguientes asignaturas: Relaciones Públicas I; Relaciones
UNLZ Públicas II; Relaciones Públicas III; Gestión y Producción de Medios
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Epistemología de las relaciones
Vale recalcar que se lo hace para dar cuenta estrictamente del objetivo general de la tesis,
es decir, identificar los marcos teóricos que se promueven en la academia universitaria
argentina de las relaciones públicas, sin ingresar en las consideraciones pedagógicas
diseñadas institucionalmente para promover determinadas prácticas docentes ni en las
estrategias didácticas específicas utilizadas por los académicos de los espacios curriculares
consignados. En otras palabras, en función de sus objetivos y retomando lo anterior
explicitado en cuanto al enfoque del trabajo, esta tesis es una investigación sobre
relaciones públicas y no sobre educación o pedagogía.
A tal efecto, se utiliza una metodología de naturaleza cualitativa con la aplicación de tres
técnicas de análisis. Por un lado, se realiza un análisis de contenido cualitativo sobre los
textos académicos mencionados -los planes de estudio, la documentación que consigna el
perfil y alcance de los títulos y los programas de las asignaturas o materias con contenidos
específicos que posean carga teórica disciplinaria-, cuyo estudio revela qué tipo de
corriente teórica promueve cada una de las cinco carreras. Por el otro, se concretan
entrevistas en profundidad semiestructuradas a los responsables de la gestión académica de
cuatro de las cinco carreras, en las que se utilizan “tópicos e hipótesis seleccionados con
anterioridad a su aplicación” (de Miguel, 2005, p. 253). Finalmente, se realiza una encuesta
estructurada a los 28 docentes a cargo de la misma cantidad de asignaturas o materias
consignadas en la muestra escogida para contribuir a la identificación del recorte teórico
que realizan.
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
. Sistematizar los principales desarrollos teóricos que han surgido entre 1980 y 2018 en el
dominio intelectual de las relaciones públicas a escala internacional
. Identificar en qué corriente o tradición se inscriben los constructos sistematizados.
. Describir el desarrollo histórico de la carrera de relaciones públicas en las universidades
argentinas.
. Verificar si los marcos teóricos internacionales son utilizados en las carreras de relaciones
públicas en las universidades investigadas en la Argentina.
Los objetivos explicitados están ligados con una serie de interrogantes de investigación, a
saber:
. ¿Cuáles han sido los enfoques y abordajes teóricos que han surgido en el dominio
intelectual de las relaciones públicas desde 1980 hasta 2018?
. ¿Cuáles han sido los conceptos más relevantes en cada uno de ellos y qué tradiciones
recrean?
. ¿Cuáles son los problemas, contradicciones internas y tensiones externas que se pueden
identificar en esas construcciones teóricas?
. ¿Cuáles son las situaciones que promovieron que la Escuela de Maryland se transformara
en el paradigma dominante en el período 1980-2005?
. ¿Cuáles son las teorías generales y enfoques propios de la disciplina que las universidades
argentinas con carrera de grado específica de relaciones públicas prefieren y promueven?
La inquietud o presuposición principal que guía este trabajo de índole exploratoria gira en
torno a que la enseñanza universitaria de las relaciones públicas en la Argentina utiliza
mayormente marcos teóricos provenientes de la tradición funcionalista y, en particular, de
la teoría de la excelencia.
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Epistemología de las relaciones
Respecto del análisis de contenido, Aruguete (2012) puntualiza que “comenzó a utilizarse
en las primeras décadas del siglo XX, con más fuerza en los años 20 y 30, a partir del
interés puesto en la relación entre opinión pública, propaganda política y estructura
política, y de la necesidad de alcanzar rigor científico mediante la medida” (p. 136). Sin
embargo, su apogeo se ha desarrollado, según Piñuel Raigada (2002), desde finales del
siglo XX, cuando se convierte “en una de las técnicas de uso más frecuente en muchas
ciencias sociales, adquiriendo una relevancia desconocida en el pasado a medida que se
introdujeron procedimientos informáticos en el tratamiento de los datos” (p. 2).
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Epistemología de las relaciones
Bardin (1996), por su parte, plantea que se trata de una serie de técnicas de “análisis de las
comunicaciones tendientes a obtener indicadores (cuantitativos o no) por procedimientos
sistemáticos y objetivos de descripción del contenido de los mensajes permitiendo la
inferencia de conocimientos relativos a las condiciones de producción/recepción (contexto
social) de estos mensajes” (p. 32).
Para Aruguete (2012), se trata de una técnica que permite realizar “inferencias
reproducibles y válidas sobre fenómenos distintos a los directamente observados. Mediante
mecanismos lógicos, el analista saca deducciones sobre la porción de realidad a la que
alude la información disponible y, más aún, sobre el contexto en que es producida” (p.
139).
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Cáceres (2003) alega que el análisis de contenido fue, en sus orígenes, un procedimiento de
investigación asumido como cuantitativo y, por ello mismo, supuestamente objetivo
respecto de su aplicabilidad y resultados, pero que ha sido reconsiderado como una
herramienta útil y adaptable a los fines de los estudios cualitativos -que es desde la
perspectiva que se lo utiliza en este trabajo-, llegando a existir enfoques que “hasta hacen
hincapié en la incorporación del dato cualitativo como la mayor riqueza de este
procedimiento” (p. 55).
En este sentido, según Piñuel Raigada (2002), la distinción entre análisis de contenido
cuantitativos y cualitativos es débil dado que
Por ello, la clave reside en reparar en los parámetros de medición, que permiten la
diferenciación de análisis de contenido frecuenciales, que contabilizan el número de
ocurrencias o de coocurrencias de indicadores o categorías, y análisis de contenido no
frecuenciales que tienen en cuenta su presencia o ausencia.
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Epistemología de las relaciones
reciente en vigencia) de las asignaturas teóricas y/o con carga teórica específica de
relaciones públicas de la oferta académica referida. Las unidades de contexto,
finalmente, son las
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Epistemología de las relaciones
Según las sugerencias propuestas por Igartua (2006) en cuanto a la utilización de esta
técnica, el paso siguiente es el de la conceptualización, es decir, la definición de las
variables. Definir las variables implica especificar qué características puntuales de los
mensajes nos interesa estudiar, ya que en cualquier análisis de contenido no se miden todas
las variables que puede contener un mensaje “sino aquellas «variables críticas», es decir,
las que se convierten en los rasgos centrales para desarrollar una correcta comprensión de
una muestra de mensajes de acuerdo con los objetivos e hipótesis del estudio” (p. 200).
En este trabajo, en función del objetivo general explicitado, las variables críticas escogidas
son la cantidad de asignaturas con carga teórica específica, la finalidad de la disciplina, su
objeto de estudio, el origen de la bibliografía, la utilización de manuales y la tradición
promovida. A continuación, se detalla cada una, se justifica su inclusión y se da cuenta de
sus criterios de medición:
. La variable cantidad de asignaturas específicas teóricas remite a la proporción de
materias con contenido teórico específico de relaciones públicas respecto del total de
materias presentes en el plan de estudios (40, en promedio), y sus categorías son baja (si
son entre ninguna y cinco asignaturas en todo el plan de estudios), media (entre seis y 10
asignaturas) y alta (11 o más asignaturas). Dichas categorías fueron construidas ad hoc en
función de la cantidad de materias teóricas en las mallas curriculares presentes en las 20
universidades que dictan la carrera en la Argentina, que van de un mínimo de cuatro en la
UNLZ a un máximo de 16 en la UDE. Esta variable, que permite analizar la intensidad del
trabajo de cada carrera en lo relativo a espacios específicos de relaciones públicas, se mide
por el nombre o denominación de cada asignatura y por la cantidad de horas teóricas y
prácticas explicitadas en cada una, y, si estos ítems no identificaran claramente su carga
teórica o práctica, también por la fundamentación, contenidos, objetivos y bibliografía
explicitados en sus programas.
. La variable finalidad de la disciplina está vinculada con el rol o los roles principales que
cumple el ejercicio en el campo profesional y sus categorías son mayormente
organizacional, mayormente social o ninguna claramente identificable. Se trata de un
elemento que permite identificar el propósito en torno del cual se estructura cada carrera.
29
Epistemología de las relaciones
Esta variable se mide por referencias que se pueden encontrar en la definición del
perfil y alcances del título y,
29
Epistemología de las relaciones
eventualmente, también por los contenidos de los programas de las asignaturas específicas,
tanto con carga teórica como práctica.
. La variable objeto de estudio remite al elemento o concepto crucial del campo
disciplinario en que cada carrera pone principalmente su foco, un aspecto epistemológico
relevante en cualquier propuesta académica por las referencias que brinda sobre sus
fundamentos y elecciones metateóricas y teóricas. Sus categorías son la imagen/reputación
institucional, estrategias de comunicación, vínculos organización-públicos, generación de
confianza, diálogo a escala social, sustentabilidad organizacional o ninguno en particular, a
partir de una indagación ya realizada y plasmada en otro texto (Sadi, 2014) en torno al
objeto de estudio disciplinario de las relaciones públicas. Se mide a partir de las referencias
que se puedan advertir, preferentemente, en los alcances del título.
. La variable utilización de manuales remite a si este tipo de textos generalistas son la
bibliografía obligatoria predominante en los programas de las materias o asignaturas
seleccionadas, un aspecto de importancia porque, dada su naturaleza generalista, da
indicios acerca de la promoción de abordajes funcionalistas. Sus categorías, construidas ad
hoc, son baja (si se da hasta en el 33 por ciento de las asignaturas), media (entre el 33,01 y
el 66 por ciento) y alta (más del 66,01 por ciento).
. La variable bibliografía en idioma inglés se vincula con la presencia de materiales de
lectura obligatorios en ese idioma en los programas de las materias o asignaturas
seleccionadas. Se trata de un elemento relevante por la abundante producción literaria
sobre teorías de las relaciones públicas en idioma inglés y, por el contrario, la muy escasa
en idioma español. Sus categorías -también construidas ad hoc por el conocimiento y
experiencia previas del investigador en el contacto con programas de las diferentes
universidades que ofrecen la carrera- son nula (si no hay textos en ese idioma), baja (si
constituye hasta el 10 por ciento de la literatura completa), media (entre el 10,01 y el 20
por ciento) y alta (más del 20,01 por ciento).
. La variable tradición promovida implica qué corriente promueve preferentemente cada
una de las cinco propuestas académicas seleccionadas en la muestra y sus categorías son
funcionalista, interpretativa, crítica, posmoderna o ninguna claramente identificable, tal
como se especifica en la tabla 2. Se mide a partir de las referencias que se puedan
encontrar en la definición del perfil y los alcances del título y en la justificación, objetivos
y unidades de contenido presentes en los programas de las asignaturas con carga teórica
específica.
29
Epistemología de las relaciones
La plantilla de codificación (ver anexo 3) toma como modelo la propuesta por Igartua (2006).
Se trata de un instrumento en el que “el entrevistador posee una lista de ítems o temas que
desea cubrir, pero carece de un cuestionario formalizado que guíe el orden o el contenido
de las preguntas” (de Miguel, 2005, p. 253) y se utilizan tópicos o hipótesis previamente
seleccionadas con la intención de aportar una flexibilidad que permita formular preguntas
en virtud del intercambio generado.
En este trabajo, a fin de entender los diferentes puntos de vista relativos a la selección, uso
y promoción de líneas teóricas determinadas en las carreras de relaciones públicas, se
realizaron entrevistas en profundidad semiestructuradas, con preguntas o tópicos de
29
Epistemología de las relaciones
respuesta abierta sobre la base de un cuestionario guía (ver anexo 1), a los responsables
formales o referentes de la gestión académica de los programas mencionados de las
universidades seleccionadas en la muestra (ver tabla 13).
Las entrevistas a los directivos consignados fueron realizadas en abril de 2019, de modo
presencial en el caso de los representantes de tres universidades con sede central ubicada
en el Área Metropolitana Buenos Aires (UNLaM, UADE y UCES), vía telefónica con otra
situada en el mismo conglomerado urbano (UNLZ) y vía Skype con la ubicada en la
ciudad de Córdoba (UES21). Cada una se extendió por 30 minutos, aproximadamente, y
todas fueron grabadas y transcriptas.
29
Epistemología de las relaciones
formación
29
Epistemología de las relaciones
En cuanto al criterio de análisis, una vez leídas las transcripciones con la intención de
comparar y contrastar los datos recabados, se identificaron los aspectos más significativos
en función de las preguntas de investigación y de las variables escogidas de cara al análisis
de contenido cualitativo realizado sobre los materiales institucionales consignados.
3.3.3 Encuesta
29
Epistemología de las relaciones
29
Epistemología de las relaciones
Gráfico 2. Grado académico máximo alcanzado por los respondedores (elaboración propia)
29
Epistemología de las relaciones
30
Epistemología de las relaciones
Se trata de la universidad de gestión privada, pese a su relativa juventud, más grande del
sistema: cuenta con un total de más de 52000 estudiantes en sus 30 carreras de grado,
cuatro especializaciones y tres maestrías, amén de decenas de carreras de pregrado y
diplomaturas.
Cuenta con cuatro facultades, a saber: Ciencias Aplicadas, Ciencias del Derecho, Ciencias
de la Administración y Management, Ciencias Humanas y Sociales; a las que se suma una
Escuela de Negocios y Posgrado.
30
Epistemología de las relaciones
Matanza, provincia de Buenos Aires. Su primer año académico, 1991, fue desarrollado en
6
Recuperado de https://21.edu.ar/content/historia-y-valores el 7 de noviembre de 2018
30
Epistemología de las relaciones
las Escuelas N.º 27 y N.º 51 del distrito, con la asistencia de 1200 estudiantes, que el año
siguiente ya comenzarían a cursar en el predio de 40 hectáreas -la exfábrica Chrysler- que
la casa de altos estudios ocupa actualmente.
7
Recuperado de https://www.unlam.edu.ar/index.php?seccion=2 el 3 de noviembre de 2018
30
Epistemología de las relaciones
La Universidad Argentina de la Empresa (UADE) es una entidad sin fines de lucro creada
en 1957 por la Cámara Argentina de Sociedades Anónimas. Sus primeros años fueron con
la denominación de Instituto Superior de Estudios de la Empresa, hasta que en 1962 tomó
su nombre actual, de modo de tratar de cubrir el vacío producido como consecuencia del
desencuentro existente “entre el desarrollo económico y técnico del país y el sistema
educativo imperante. Adquirió, así, un perfil propio (...) caracterizado por el impulso y la
organización de carreras no tradicionales, adecuándose a la realidad nacional y
satisfaciendo los requerimientos de la continua evolución empresarial”8.
8
Recuperado de https://www.uade.edu.ar/acerca-de-uade/la-universidad/historia el 3 de noviembre de 2018
30
Epistemología de las relaciones
Cinco años después, en función de que los egresados de la universidad estatal “no tenían la
formación práctica necesaria ni las condiciones emocionales apropiadas para insertarse en
un sistema económico que comenzaba a ser dominado por algo nuevo para ese entonces: la
competitividad”10, se comenzó a gestar la creación de la UCES, cuestión que, sometida a la
consideración del Ministerio de Cultura, Educación y Justicia de la Nación, fue aprobado
en octubre de 1991.
9
Recuperado de https://www.uade.edu.ar/acerca-de-uade/la-universidad/mision el 3 de noviembre de 2018
10
Recuperado de https://www.uces.edu.ar/nosotros/es/8575/nosotros el 4 de noviembre de 2018
30
Epistemología de las relaciones
Con cerca de 16000 alumnos, es una de las entidades más grandes del sistema de gestión
privada y ofrece 30 carreras de grado, 16 maestrías y cuatro doctorados.
Vale destacar que la UCES fue la primera universidad argentina en ofrecer un posgrado
especializado en el campo: la Maestría en Comunicación Institucional que dio comienzo en
1994.
30
Epistemología de las relaciones
Cuenta con más de 45000 alumnos en su único campus, siendo la tercera universidad en
población estudiantil de la provincia de Buenos Aires, luego de la UNLP y la UNLaM, y
ofrece un total de 27 carreras de grado, 13 especializaciones, 15 maestrías y dos
doctorados.
Está organizada a partir de facultades, que funcionan como unidades académicas que
ofrecen carreras de pregrado, grado y posgrado, a saber: Facultad de Ciencias Agrarias,
Facultad de Ciencias Económicas, Facultad de Ciencias Sociales, Facultad de Derecho y
Facultad de Ingeniería.
30
Epistemología de las relaciones
11
Recuperado de http://www.unlz.edu.ar/?page_id=1926 el 3 de noviembre de 2018
30
Epistemología de las relaciones
Capítulo IV
Discusión de resultados
Las tres técnicas utilizadas en este trabajo -análisis de contenido, encuestas y entrevistas-
aportan datos en torno al propósito principal y el impacto de la educación universitaria en
relaciones públicas.
30
Epistemología de las relaciones
En un sentido similar se expresan casi todos los gestores de carreras consultados. Ióvine
plantea que en la UADE “todo lo llevamos al terreno de las campañas y al terreno de cómo
las grandes empresas pueden armar un plan de comunicación que tenga un sustento teórico
y que tenga también una estructura de objetivos, estrategias y tácticas de relaciones
públicas” (entrevista personal, abril de 2019). López, desde la UCES, asevera que “el
propósito es, absolutamente, vincular a los alumnos con el ámbito empresarial” (entrevista
personal, abril de 2019). Morales, de la UES21, puntualiza que lo primordial es “orientar a
los estudiantes en la formación en gestión de la comunicación, mostrándoles todos los
caminos y especializaciones que desde la disciplina podemos ir adquiriendo en función de
una base que tenga un fuerte anclaje en todo lo que son herramientas de gestión de la
comunicación” (entrevista vía Skype, abril de 2019). Canella Tsuji, de la UNLZ, aunque
coincide en la importancia de brindarles herramientas a los estudiantes para el desarrollo
cotidiano de las tareas de la profesión, plantea un matiz en cuanto a “también darles
herramientas teóricas que les permitan tener o realizar análisis complejos sobre las
dinámicas a las que se van a enfrentar, o sea, las políticas económicas. Y que esa mirada
les permita desarrollar una estrategia de comunicación en los distintos planos, en los
distintos sectores, en los que tengan que trabajar” (entrevista telefónica, abril de 2019).
Arroyo, de la UNLaM, en tanto, reconoce la dificultad de identificar un propósito en
particular, aunque plantea que puede ser formar un profesional que tenga la “la capacidad
de pensar ordenada y planificadamente, es decir, poder sistematizar, poder el desorden
31
Epistemología de las relaciones
31
Epistemología de las relaciones
De todas formas, consultados los profesores acerca del ámbito en que debe darse el
impacto de la práctica profesional de las relaciones públicas, solo un 13 por ciento (n=2)
escoge el organizacional, mientras que el 87 por ciento restante (n=13) plantea que el
impacto es tanto a escala organizacional como social (ver gráfico 6), lo cual deja en
evidencia una desconexión significativa entre la opinión sobre el impacto de la práctica
que presenta este cuerpo docente con los contenidos trabajados en sus programas y las
referencias encontradas en los documentos institucionales de cada universidad.
realizada con los profesores de las materias con carga teórica específica como en las
entrevistas mantenidas con los gestores o referentes de las carreras. A su vez,
específicamente en las entrevistas, se evidencia una predilección por parte de los gestores
de las carreras por referir al ejercicio de la profesión en ambientes exclusivamente
empresariales, no incluyendo al ámbito gubernamental-estatal ni al social o del tercer
sector.
Ello no es otra cosa que un reflejo fiel de que las carreras de relaciones públicas tienen una
predilección por formar profesionales apetecibles por el mercado o el mundo del trabajo, y
cualquier otra finalidad principal que no sea honrar esa predilección funcionalista puede
ser asumida como un riesgoso desafío en términos de, por ejemplo, captación de matrícula
estudiantil, lo cual es lógico dado que se trata de la fuente de financiación mayoritaria de
las universidades de gestión privada -18 de las 20 que ofrecen la carrera se gestionan así-,
en función de que no reciben aporte alguno del Estado.
Todo ello se agudiza en un contexto nacional caracterizado por las crisis recurrentes, que
provocan una pauperización del mundo del trabajo y una necesidad imperiosa de conseguir
fondos para la subsistencia, con lo cual las carreras no pueden permitirse pensar en otra
cosa que no sea construir en sus graduados las habilidades técnicas necesarias para
31
Epistemología de las relaciones
31
Epistemología de las relaciones
Las entrevistas con los directores de las carreras de las universidades seleccionadas -que
incluyeron una pregunta específica sobre el objeto de estudio, en la que se detallaba qué se
entendía por él-, arrojan, en su mayoría, resultados similares a los surgidos en el análisis de
contenido. Morales, directora en la UES21, especifica que “si lo tuviera que traducir en un
concepto puntual, te diría que es la comunicación institucional nuestro diferencial más
31
Epistemología de las relaciones
importante en función de otras carreras que también trabajan en este mix que son las
31
Epistemología de las relaciones
31
Epistemología de las relaciones
Las entrevistas con los gestores o referentes de las carreras de las universidades
seleccionadas ratifican esta dimensión y arrojan, al igual que el propósito principal de la
educación universitaria, en su mayoría, una validación de aspectos enfocados en la realidad
de las organizaciones y la contribución a su gestión y gobierno eficiente, más allá de la
declamación algo disonante del representante de la UNLaM.
Estos resultados obtenidos están en línea con la inquietud o presuposición principal que
guía este trabajo en cuanto a que la enseñanza universitaria de las relaciones públicas en la
Argentina utiliza mayormente marcos teóricos provenientes de la tradición funcionalista.
En cuanto al testimonio de los directivos de las carreras, resultan coincidentes con los
hallazgos obtenidos en el análisis de contenido realizado sobre esta variable. Morales
destaca que la licenciatura en la UES21 está hace un poco más de 20 años, desde el
momento inicial de la misma universidad, y su plan de estudio “en esencia es el mismo, ha
sufrido algunas actualizaciones, y desde lo teórico hace un recorrido por los clásicos y se
trabaja mucho en la actualización, más que todo, en las instancias de transferencia, en lo
que son los prácticos” (entrevista vía Skype, abril de 2019), poniendo el foco en aquellas
materias que llaman de proceso, a través de las cuales los alumnos realizan trabajos
inmersos en el mercado, como las prácticas profesionales, o en materias como Eventos,
Ceremonial y Protocolo, en las que se trabaja con organizaciones y situaciones reales, de
manera de que el complemento de la teoría y la práctica sea un ejercicio desde los primeros
años.
31
Epistemología de las relaciones
En una manera similar se expresa López, quien, pese a reconocer la dificultad que supone
cualquier cambio de plan de estudios, “dentro de lo que pude traté de orientarlo hacia los
requerimientos del mercado” (entrevista personal, abril de 2019). Ióvine puntualiza que
“los planes de estudios de las carreras que están pensadas para formar profesionales en
relaciones públicas tienen un complemento y una formación académica que es transversal
y que el alumno ya se da cuenta cuando empieza a cursar que tiene las herramientas
necesarias para poder armar un plan de comunicación” (entrevista personal, abril de 2019),
a la vez que expresa un punto de coincidencia con López en cuanto a que, en su caso, a
partir de la certificación y las revisiones constantes que hacen ante la Public Relations
Society of America (PRSA), controlan justamente la inserción laboral de sus graduados
para ver qué puestos y qué jerarquías alcanzan, teniendo en cuenta que el plan de estudios
es un termómetro para ellos de modo saber si el mercado lo reconoce. No obstante,
remarca que sus planes de estudio, en una carrera que se creó en 1964, fueron
evolucionando hacia un concepto de tener las primeras materias teóricas en los primeros
años y después un mix de algo práctico. “La gran barrera es que el alumno en los primeros
años entienda de qué se trata la carrera. Partimos con el déficit de que los chicos no saben
qué son hasta estar promediando el primer cuatrimestre”, reconoce Ióvine, alentando el
hecho de que en las primeras materias, y sobre todo en la primera, la introductoria, se debe
hacer una bajada a la realidad para que puedan entender de qué se trata.
En el marco de una carrera que mantiene el plan de estudios sin modificaciones desde su
creación, en 2006, Arroyo, de la UNLaM, especifica que
31
Epistemología de las relaciones
32
Epistemología de las relaciones
Los testimonios de los directivos de las carreras resaltan el abordaje funcionalista de las
propuestas académicas, dado que revelan una preferencia en torno a que los estudiantes
realicen prácticas o trabajos inmersos en el mercado profesional, en línea con los
requerimientos y expectativas de este último. Asimismo, en algunos casos, como el de la
UADE -a partir de la certificación brindada por la PRSA y las revisiones constantes que
ello supone-, se atiende la inserción laboral de sus graduados porque se considera un
criterio de validación de la carrera por parte del mercado. De todas formas, no se registran
referencias específicas a cómo se auditan o reciben esas expectativas y requerimientos del
mercado, al no haber obtenido testimonios referidos a, por ejemplo, estudios como el
Global Capability Framework citado en el apartado 2.3 ni a la conformación de consejos
asesores integrados por referentes de la industria.
Desde la UES21, Morales especifica que en esta clase de asignaturas “nos hemos inclinado
por perfiles de profesionales que sean licenciados en Relaciones Públicas ya que, por lo
menos desde mi gestión, considero que la mirada que nosotros como relacionistas públicos
tenemos es diferente a la de un comunicador social o periodista” (entrevista vía Skype,
abril de 2019). La directora especifica la preferencia institucional por profesionales que no
solo estén formados sino que tengan experiencia en el mercado laboral sobre el manejo de
la gestión de la comunicación o las comunicaciones institucionales.
Ióvine, mientras tanto, apunta que los criterios fueron evolucionando en los últimos años,
pero que
Siempre han tenido que ver con ciertos estándares de calidad que pide la
universidad. Por supuesto, está la formación académica de grado, lo que se
haya hecho a nivel de maestrías y de doctorado. Y también prima mucho acá
32
Epistemología de las relaciones
López puntualiza que en la UCES “más allá de la carga teórica, el privilegio está puesto,
por lo menos en mi enfoque, en que haya un mix entre toda la teoría y que tenga alguna
cosa de práctica. No importa cuánto, no hago un cálculo matemático, pero sí me gusta que
haya vivido alguna experiencia en el desarrollo profesional” (entrevista personal, abril de
2019). En un sentido similar se expresa Arroyo, al plantear que en la UNLaM se apreciaba
que el profesorado especifico tuviera “una trayectoria académica importante, relevante y
que hubieran tenido algún paso por la profesión como para que no sea tan de laboratorio la
propuesta académica de ese docente” (entrevista personal, julio de 2019).
Finalmente, Canella Tsuji reconoce que, en la UNLZ, “en realidad, son docentes históricos
de la carrera. Son todos graduados de Lomas de la carrera de relaciones públicas. Tiene
más que ver con una trayectoria dentro de la institución. Es decir, está más anclado a la
trayectoria dentro de la institución que a la trayectoria profesional” (entrevista telefónica,
abril de 2019).
Respecto de estos criterios de selección de los profesores de las materias con carga teórica
específica, tres de los directivos de carrera entrevistados, más allá de la formación
académica recibida, le otorgan una gran relevancia a la experiencia profesional que posea
este grupo de docentes, lo que permite evidenciar que priorizan y fomentan un abordaje
práctico en esos espacios con carga teórica específica. La excepción es la UNLZ, que
privilegia la pertenencia y trayectoria dentro de la institución en este grupo de docentes, lo
cual, de todas formas, da cuenta de una endogamia notable.
32
Epistemología de las relaciones
32
Epistemología de las relaciones
Se trata de una elección que suele recaer en la persona que dirige la carrera, que enmarca
su decisión en algunas normas institucionales -vinculadas, por ejemplo, con la posesión de
algún título de posgrado y/o determinados años de experiencia en el ejercicio de la
docencia- y, por lo visto, siempre tiene particularmente en cuenta la experiencia
profesional.
La retribución por hora clase dictada, junto con la ausencia de profesores dedicados a
tiempo completo a la vida académica, no contribuyen con la realización de una carrera
académica genuina en los ambientes universitarios argentinos de las relaciones públicas,
carrera que, en los términos planteados, es casi inexistente. Todo ello afecta el prestigio de
la disciplina, académicamente hablando -confinándola a un campo técnico- y explica que
solo un 33 por ciento de los docentes (n=5) que integran la muestra en este trabajo -
aquellos que están a cargo de cada una de las cátedras - posea titulación de magíster o
doctor.
32
Epistemología de las relaciones
expresan López, de la UCES -para quien los docentes “pueden trabajar con libertad. Me
parece que corresponde que trabajen con libertad. Después uno ve, analiza, tenés a cargo
la dirección
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Epistemología de las relaciones
de la carrera, tenés que hacerlo, pero me parece que en principio hay que darles libertad en
el trabajo” (entrevista personal, abril de 2019)-, e Ióvine, de la UADE -para quien “los
docentes que están trabajando con la bibliografía nos dicen qué evolución hay, qué papers
hay nuevos, qué libros. Y tenemos también ese doble input que viene de la PRSA que nos
dice estas son las últimas teorías, esto es lo que estamos haciendo, esto es lo que se está
incorporando” (entrevista personal, abril de 2019)-. No obstante, Ióvine agrega que existe
una serie de revistas con referato a las que su universidad tiene acceso por ser miembro de
la PRSA y que promueven que la bibliografía se vaya renovando constantemente porque
son mandatarias para poder mantener la certificación. Mientras tanto, Canella Tsuji, de la
UNLZ, se diferencia de sus colegas al alegar que se trata de una decisión de los docentes
titulares de las cátedras en la que, desde la carrera, no se ha buscado aún un consenso.
“Estamos trabajando a partir de la nueva gestión del decano que asumió el año pasado para
poder darle coherencia y cohesión, podríamos decir, al dictado de la carrera de manera
integral. Pero todavía al día de hoy eso no está sucediendo” (entrevista telefónica, abril de
2019). Arroyo, de la UNLaM, plantea una situación similar en la otra universidad de
gestión estatal de la muestra, al alegar que “si bien estábamos en conocimiento de toda la
bibliografía que se utilizaba, y eventualmente podíamos mantener conversaciones con los
equipos docentes acerca de la bibliografía utilizada, la bibliografía era a total elección de
las cátedras” (entrevista personal, julio de 2019).
Sobre el tipo de material bibliográfico utilizado, todos los profesores encuestados (n=15)
hacen lo propio con libros y un 75 por ciento de ellos (n=11) suman artículos periodísticos;
más abajo en la consideración quedan los artículos de revistas científicas y artículos de
revistas de divulgación (con un 55 por ciento en cada caso, n=8) y cierran los blogs con un
23 por ciento (n=3) (ver gráfico 7).
32
Epistemología de las relaciones
, solo un 33 por ciento (n=5) de los profesores encuestados la utiliza en sus espacios (ver
gráfico 8).
Consultadas las causas a la mayoría (67 por ciento, n=10) que no lo hace, la mitad de los
docentes encuestados (n=5) considera que la literatura disponible en español es suficiente
para el propósito de la asignatura, otro 40 por ciento (n=4) alega que los estudiantes no
suelen tener una comprensión lectora adecuada en ese idioma, un 10 por ciento (n=1)
revela que la universidad no la admite o sugiere no utilizarla y otro 10 por ciento (n=1)
reconoce un escaso dominio de ese idioma.
Ante esta variable, los resultados del análisis de contenido realizado, vinculado con la
presencia de materiales de lectura obligatorios en idioma inglés en los programas de las
materias o asignaturas seleccionadas, evidencian que en tres de las cinco universidades no
hay textos en ese idioma (UES21, UNLaM y UCES), en otra, la UNLZ, constituye menos
del 10 por ciento de la literatura total y en sólo una, la UADE, conforma entre un 10 y un
20 por ciento de la bibliografía total.
Los directivos entrevistados argumentan diversas causas para la presencia nula o escasa de
bibliografía en idioma inglés. Morales reconoce que la carrera en la UES21, en sus
orígenes, no sólo tenía bibliografía sino, de hecho, materias dictadas en inglés, pero luego,
“en una de
32
Epistemología de las relaciones
las actualizaciones del plan de estudios no se permitió más en la bibliografía básica pero sí
lo retomamos en actividades de transferencia, en los prácticos, en la nota de proceso, en
donde aprovechamos todas las instancias para poder aplicar algunos textos o casos que no
sean en español y en los últimos años de cursada” (entrevista vía Skype, abril de 2019). En
la UCES, López asegura que no habilitan la utilización de bibliografía en inglés porque, de
hacerlo, estarían desconociendo el público al que apunta la carrera. “No lo hacemos porque
esta no es una facultad en donde el chico venga con un manejo de inglés, no son bilingües,
entonces hay que tener cuidado (...) Por supuesto que deberían hacerlo. Los chicos uno los
prepara para que sean competitivos y entre eso está el manejo de idiomas” (entrevista
personal, abril de 2019). Canella Tsuji, a su vez, plantea que en la UNLZ, si bien para
recibirse en la licenciatura es necesario acreditar dos niveles de idioma, “tampoco el inglés
es una condición necesaria porque pueden elegir entre portugués e inglés. Y dentro de la
carrera, los docentes no pueden obligar a que los alumnos lean en inglés y tampoco es una
sugerencia promovida dentro de las cátedras” (entrevista telefónica, abril de 2019). Arroyo
asegura que, en la UNLaM, se promovía el uso de bibliografía en inglés, aunque “no en
una medida muy relevante ni muy importante (…) Pasa que a veces es un poco más
complejo en las universidades públicas que sea mandatario el uso de bibliografía en idioma
extranjero, pero lo hacíamos” (entrevista personal, julio de 2019).
Mientras tanto, la UADE es la única casa de altos estudios de la muestra seleccionada con
una utilización mayor de bibliografía en inglés, debido, en principio, a la certificación que
la PRSA le otorga a la carrera. Ióvine asevera que, actualmente, un profesional de
relaciones públicas que no sepa bien inglés está prácticamente fuera de mercado. Según
Ióvine, la manera que la carrera tiene de
32
Epistemología de las relaciones
De todas formas, pese al guarismo comparativamente mayor que las otras casas de estudio
y a poseer la certificación de la entidad americana PRSA, aún así la bibliografía en idioma
inglés solo abarca en la UADE a un porcentaje de la bibliografía total en el rango del 10 a
20 por ciento.
Más allá de que las razones que dan los directores de las carreras por la nula o escasa
utilización de bibliografía en inglés son valederas -sobre todo la referida a la baja
comprensión lectora en ese idioma de la mayoría de los alumnos-, tiene cierta carga
paradójica la respuesta positiva de los profesores a la pregunta referida a su acuerdo ante el
hecho de que la bibliografía a su disposición -toda o casi toda en idioma español- sea
suficiente para trabajar sin inconvenientes las teorías de las relaciones públicas en sus
asignaturas, sobre todo por el hecho de que la producción teórica específica en idioma
español ha sido escasa.
33
Epistemología de las relaciones
Esto último evidencia una cierta falta de acople entre la conformidad exteriorizada por los
docentes y la escasa literatura en español que ha trabajado sobre el ámbito teórico de la
disciplina, literatura que ha estado más preocupada por cuestiones técnicas y dejado las
teóricas o estructurales en un plano muchísimo menor. Por el contrario, en idioma inglés la
producción editorial sobre este campo teórico -tanto en libros como también en papers,
como se ha mencionado en el apartado 1.2- es profusa.
Además, esta conformidad plena de los docentes colisiona con su opinión acerca de la
construcción teórica del dominio intelectual de las relaciones públicas, como se puede
observar en el siguiente apartado.
33
Epistemología de las relaciones
tiene que ver con cuestiones conceptuales para luego poder hacer una transferencia en el
ejercicio de la profesión” (entrevista vía Skype, abril de 2019), una postura similar a la de
Ióvine, para quien “las teorías y los diferentes autores vienen a respaldar los conceptos
básicos que nosotros les enseñamos a los alumnos. Sin teoría no tengo pilares, no tengo
herramientas, no tengo la parte de la estructura de la pirámide para después poder crecer”
(entrevista personal, abril de 2019). El directivo de la UADE agrega que tienen, incluso,
una materia solamente de teoría, Teoría de las Relaciones Públicas, “que no todas las
universidades la tienen porque la ven más para posgrados. Sin embargo, nosotros
reconocemos que la parte teórica y los distintos tipos de pensamientos teóricos tienen que
estar también en la formación de grado” (entrevista personal, abril de 2019). A su vez,
López alega que la teoría es fundamental, “más allá de que la carrera tenga una fuerte
orientación empresarial, la base está en la teoría. Hay que vincular una cosa con la otra, no
hay que dar una teoría absolutamente desmembrada de la realidad” (entrevista personal,
abril de 2019). Canella Tsuji menciona la imposibilidad de que ni los espacios formativos
ni la profesión se puedan desarrollar correctamente si no están “ancladas a teoría, teoría
que nos permite a nosotros dar pasos seguros en escenarios de incertidumbre. Me parece
que de otra manera el desarrollo de la profesión es más intuitivo” (entrevista telefónica,
abril de 2019). Arroyo asevera que no se puede ejercer una profesión sin un “marco
teórico-conceptual que al futuro profesional le permita pensar en un marco de contención,
en una estructura de contención. Además, las profesiones evolucionan a partir de la teoría;
no nos olvidemos que la teoría es una consecuencia de la experiencia” (entrevista personal,
julio de 2019).
Respecto del dominio intelectual de las relaciones públicas, sólo un 47 por ciento (n=7) de
los profesores encuestados manifestó estar totalmente o bastante de acuerdo con que la
disciplina, desde 1980, ha desarrollado a escala global una importante cantidad de teorías
propias (ver gráfico 10).
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Epistemología de las relaciones
Gráfico 10. Desarrollo teórico del dominio intelectual a escala global (elaboración propia)
El 40 por ciento (n=6) de los profesores que opinan que el dominio intelectual no ha
generado una cantidad importante de teorías es un guarismo, como se planteaba en el
apartado anterior, que entra en colisión desde el punto de vista lógico con su acuerdo ante
el hecho de que la bibliografía a su disposición sea suficiente para trabajar sin
inconvenientes las teorías de las relaciones públicas en sus asignaturas.
Consultados estos profesores acerca de los teóricos con los cuales trabajan en sus asignaturas
-aquellos autores más citados en la sistematización realizada en el apartado 1.6-, 66 por
ciento de ellos (n=10) mencionan a James Grunig, 26 por ciento (n=4) a Roberto Porto
Simões, 13 por ciento (n=2) a Jacquie L´Etang, 13 por ciento también (n=2) a Derina
Holtzhausen y 6 por ciento (n=1) a Robert Heath. Otros teóricos relevantes del dominio
intelectual, como Dean Kruckeberg o John Ledingham, no son trabajados, aunque otros
teóricos, como David Mckie o Debashish Munshi, sí son incluidos en el espacio abierto de
la pregunta, de igual modo que otros tantos autores de textos generalistas como Maria
Aparecida Ferrari, Jordi Xifra, Miguel Ritter, Adriana Amado Suárez, Eugenia Etkin, Paul
Capriotti, Dennis Wilcox o Joan Costa (ver gráfico 11).
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Dos cuestiones son dignas de destaque. Por un lado, los autores anglohablantes referidos
son trabajados porque su producción, originalmente escrita en inglés, ha sido traducida al
español. Por otro lado, todos los autores argentinos, aunque también latinoamericanos y
españoles, que aparecen en el casillero de respuesta libre de la pregunta (Ritter, Amado
Suárez, Ferrari, Etkin, Xifra, Costa y Capriotti), no han construido teorías generales sobre
la disciplina, más allá de la producción bibliográfica de valor que han aportado, a
diferencia de los citados Grunig (1992, 2001, 2002, 2003, 2006), Holtzhausen (2000,
2002, 2012),
L´Etang (2005, 2006, 2013), Heath (1993, 2000, 2001, 2006, 2018) y Porto Simões (1992,
1995).
López asegura que en la carrera que dirige en la UCES se trabaja con Grunig, con
Capriotti, con Maria Aparecida Ferrari, “hay muchas por ahí dando vueltas. Me parece que
son importantes, siempre es valioso remitirse a la teoría. Después el tema es cómo la das y
cómo la vinculas hacia afuera, hacia lo que te va a pedir el mercado” (entrevista personal,
abril de 2019). A su vez, en cuanto a la validación y uso concreto de las teorías trabajadas
en la academia en el ejercicio profesional, López puntualiza que depende mucho de cómo
se imparta en la universidad, de cada docente, de cada mirada profesional, pero si no se da
es porque “está fallando, sobre todo, ese link entre el trabajo pedagógico y el empresarial”
(entrevista personal, abril de 2019), dirigiendo su foco problemas aúlicos y no a la cantidad
y calidad de teorías generales de las relaciones públicas trabajadas.
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Epistemología de las relaciones
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Con respecto a este punto, vale traer a colación algo mencionado apartados atrás, en el
sentido de que en el ámbito académico argentino no están dadas las condiciones mínimas
para generar teoría disciplinaria, sea ella intermedia o general. Cualquier ilusión de
construir algún constructo adaptado a nuestra historia, nuestra actualidad, nuestros valores,
nuestra cultura, se da de bruces con el sistema de trabajo y la falta de estímulos que las
universidades argentinas ofrecen en esta disciplina.
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Epistemología de las relaciones
La mayoría de los datos recogidos con las técnicas utilizadas son consistentes con el hecho
de que las carreras han sido constituidas y se desenvuelven desde la corriente funcionalista
y que el rol mayormente organizacional es el preferido en cuanto a la finalidad de la
disciplina. Esto último en el marco de una presuposición original que residió en que las
propuestas académicas identificadas con las corrientes funcionalista, interpretativa y
posmoderna promovían la finalidad organizacional, mientras que la corriente crítica hacía
lo propio con la finalidad social.
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Epistemología de las relaciones
De todos modos, el referido dominio intelectual, más propio de estos países de América del
Norte y Europa, presenta una vinculación original con el campo del ejercicio profesional
dado que los registros históricos han evidenciado que las relaciones públicas surgieron en
un contexto dominado por la práctica y posteriormente fueron desarrollando marcos
teóricos y conceptuales para analizar y legitimar su actividad en la faz profesional.
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Epistemología de las relaciones
evidenciado en la
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Sin embargo, desde los últimos años de la década de 1990, comienzan a surgir abordajes de
naturaleza e implicancias diversas, contrarios al funcionalismo reinante hasta ese
momento, inicialmente en el Reino Unido y luego extendiéndose a otros países como
Australia o Nueva Zelanda, que desafían los razonamientos, las metodologías y las
presunciones epistemológicas del otrora paradigma dominante, es decir, la teoría de la
excelencia y la simetría surgida en el seno de la Escuela de Maryland.
Aun así, la investigación en relaciones públicas ha sido criticada, según Dühring (2015),
por su fuerte dependencia de la producción teórica estadounidense y el etnocentrismo
vinculado con ello, careciendo de multiculturalismo y de una conciencia suficiente acerca
de la variabilidad sociocultural de las diferentes regiones del mundo. Todo ello no ha
hecho más que contribuir al control del dominio intelectual de las relaciones públicas en
una élite cultural anglosajona -particularmente estadounidense- que, en los hechos, impide
el progreso del multiculturalismo tan declamado y obstaculiza los intentos de descolonizar
el dominio a escala internacional.
En dicho contexto, esta tesis doctoral se ha planteado conocer los marcos teóricos de las
relaciones públicas que se seleccionan, utilizan y promueven en la enseñanza universitaria
de la disciplina en la Argentina, tomando como muestra las cinco carreras de grado con
mayor población estudiantil.
Para tal fin general, se ha considerado pertinente caracterizar los aspectos fundamentales
de la construcción disciplinaria del dominio intelectual de las relaciones públicas a escala
internacional y propiciar una sistematización de los principales desarrollos teóricos que han
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La presunción que ha guiado este trabajo de índole exploratoria ha sido que la enseñanza
universitaria de las relaciones públicas en la Argentina utiliza mayormente marcos teóricos
provenientes de la tradición funcionalista, en particular, de la teoría de la excelencia
liderada por James Grunig.
A partir de esta validación y sus implicancias asociadas, queda en evidencia que la carrera
de relaciones públicas en la universidad argentina presenta un cariz marcadamente
profesionalista, aspecto que contribuye a justificar la carga teórica disciplinaria poco
cuantiosa y monocorde que ha quedado en evidencia.
Ello la confina a ser un campo más bien técnico, de mera formación de profesionales
capaces o competentes y en línea con las expectativas del mercado -la situación que Dozier
y Lauzen (2000) criticaron en el position paper consignado en los apartados 1.4 y 4.1-,
afectando su legitimidad como disciplina, sobre todo en el campo académico de las
ciencias sociales y de la comunicación en la Argentina.
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Asimismo, en lo que puede ser considerado como un círculo vicioso, la ausencia de teorías
locales que tengan relación con nuestra cultura, idiosincrasia y valores propicia la
adopción, la mayoría de las veces sin una crítica asociada, de teorías importadas traducidas
al español, que, a la vez, -como se ha evidenciado en esta investigación- no han sido más
que un número escaso del total de constructos generados en las últimas cuatro décadas,
constructos preferentemente ligados con la tradición funcionalista.
Más allá de que sea discutible que profesiones ligadas con la comunicación como las
relaciones públicas no afecten el interés público, esta normativa -de escala macro- impacta
en la inversión presupuestaria que las universidades otorgan a sus carreras -escala micro-,
priorizando los mayores montos en aquellas reguladas por el artículo 43. En esta
distribución presupuestaria, carreras como las relaciones públicas se ven claramente
desfavorecidas y, como se menciona en el apartado 4.4, propicia situaciones no del todo
deseables, como que la totalidad del cuerpo docente en las casas de estudio con oferta
específica esté conformado por personas contratadas por hora clase dictada y que no haya
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que cuenten con facilidades e incentivos para investigar, publicar y compartir sus hallazgos
en congresos nacionales e internacionales.
No obstante, se trata de una situación que no se desarrolla de esta manera en toda la región
de América Latina. En Brasil, por caso, el otro país de la región con mayor oferta
formativa de relaciones públicas a escala universitaria, la actividad profesional fue
reglamentada por ley en 1967 y, enseguida, fueron creadas carreras universitarias, lo cual, a
lo largo del tiempo, ha posibilitado el desarrollo de investigaciones científicas y la
producción de estudios que han contribuido a generar un matiz teórico local especial -la
teoría de la función política de las relaciones públicas de Simões, puntualizada en el
subapartado 1.6.16, es un buen emergente en ese sentido-.
Producto del sistema presente en la Argentina, sistema que no cuenta con profesores full
time interesados y ocupados en generar conocimiento, la consecuencia, en buena medida
esperable, es la dificultad por parte de la academia en desarrollar estudios científicos que
conlleven a matrices y teorías locales, constructos que puedan responder de manera más
precisa y contextualizada que los foráneos a las preguntas generales acerca del fenómeno
de las relaciones públicas en estos lares.
En este contexto, la falta de interés en buscar consensos por parte de los gestores
académicos en torno a las competencias o capacidades que las carreras debieran fomentar
en sus graduados es alarmante, aunque no deja de ser otra consecuencia del marco
regulatorio, que no exige el establecimiento de determinados estándares comunes de forma
obligatoria por parte de las universidades que ofrecen las carreras. Sin embargo, iniciativas
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mencionadas en
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el apartado 2.3 como los alcances propuestos por el Consejo Profesional de Relaciones
Públicas de la República Argentina o el reciente proyecto Global Capability Framework
for Public Relations and Communication Management, que incluyó un capítulo argentino
en un marco de capacidades del profesional consensuado a escala internacional, asoman
como una esperanza para aglutinar -sin imposición legal alguna, vale puntualizar- los
esfuerzos de las universidades en la búsqueda de aquellos estándares comunes
mencionados.
Es fundamental que las universidades fomenten que un mayor número de sus profesores
realicen programas de formación de posgrado -particularmente doctorados, sean en
comunicación o en ciencias sociales-, con tesis enfocadas en problemáticas de la disciplina.
Un ejemplo regional por destacar, en este sentido, es Brasil, que desde principios de la
década de 1970 creó programas de maestría y de doctorado específicos o con líneas de
investigación en relaciones públicas, lo que redundó en una producción intelectual y
teórica acerca del campo mucho más ajustada que los desarrollos foráneos al contexto e
idiosincrasia profesional, organizacional, económica, política y social local.
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Epistemología de las relaciones
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En cuanto a las contribuciones de esta investigación, esta tesis doctoral presenta algunos
aportes sobre dos aspectos bien definidos y directamente vinculados con los objetivos -
general y específicos- de la investigación: el primero de ellos es la realización de un
abordaje epistemológico sobre el dominio intelectual de las relaciones públicas y su
producción teórica general más relevante a escala global entre 1980 y 2018; el segundo
aspecto gira en torno a la utilización de los constructos más relevantes provenientes de ese
dominio intelectual en la academia disciplinaria argentina.
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Respecto de las limitaciones de este trabajo, una de las principales reside en el tipo de
muestreo escogido -no probabilístico, por conveniencia- en función de la influencia que las
universidades seleccionadas tienen sobre la población total de estudiantes de la carrera de
relaciones públicas en todo el país. En este sentido, más allá de que estas cinco
universidades (UES21, UNLaM, UADE, UCES y UNLZ) congregan en conjunto a un 67
por ciento de la población estudiantil de la carrera en el país (5705 personas sobre un total
de 8516, de acuerdo con los últimos datos oficiales disponibles) -dando cuenta de una
muestra proporcionalmente relevante-, los resultados obtenidos y las conclusiones
extraídas no pueden extrapolarse a las restantes 15 carreras de grado presentes en la oferta
educativa universitaria en relaciones públicas a escala nacional. A su vez, debido a que
hubiera constituido un trabajo muy desafiante desde el punto de vista del tiempo y de los
esfuerzos necesarios para ello, no se han incluido carreras de comunicación o
comunicación social de las 11 universidades de gestión estatal o privada en el país que
tienen la orientación específica en comunicación institucional u organizacional y materias
con contenido teórico de relaciones públicas. De todos modos, la expectativa es que este
trabajo pueda ser de utilidad para otros que, a futuro, empleen muestras representativas
para obtener resultados que sean generalizables a la población total o que se enfoquen, con
otros propósitos, en el ámbito académico de la disciplina de las relaciones públicas a escala
nacional, regional o internacional.
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Por otra parte, ya que esta investigación ha pretendido solamente relevar los marcos
teóricos utilizados en la academia disciplinaria, sería adecuado realizar un estudio que
permitiera conocer las causas por las cuales los profesores seleccionan las teorías, enfoques
y perspectivas con las que trabajan en sus espacios. En tal sentido, sería pertinente la
utilización de otras técnicas de naturaleza cualitativas, como los grupos focales, para tratar
de indagar y comprender las motivaciones que los conducen a la mencionada selección,
por su impacto en la formación académica y posterior ejercicio profesional de los
graduados en la disciplina.
Similar abordaje podría ser útil para verificar si en las cátedras seleccionadas existe un uso
no formalizado de otros textos que contengan referencias a constructos específicos de la
disciplina.
Además, solo se han abordado textos en idioma español, inglés y portugués -las lenguas
que maneja el investigador- para la elaboración de la sistematización de teorías y enfoques
generales de relaciones públicas plasmada en el capítulo 1, reconociendo aquí una
limitación en la falta de inclusión de aportes teóricos generales que pudieron haberse
desarrollado en otros idiomas, como el alemán, por ejemplo.
Esta investigación, además, puede ofrecer resultados interesantes para los gestores
académicos de carreras de relaciones públicas y comunicación -en aras a futuras
actualizaciones curriculares- y para profesores -de cara a la selección y uso de constructos
disciplinarios en sus cátedras-.
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Anexos
Anexo 1
Guía de entrevista semiestructurada para directivos de carreras
Preguntas base
. ¿Cómo se inició en el ámbito de la gestión académica? ¿Cuál ha sido su preparación
académica y profesional?
. ¿Cuál es el propósito principal de la educación universitaria en relaciones públicas?
. ¿Cuál es y cuál debería ser el rol de la teoría en el ámbito académico y profesional de las
relaciones públicas?
. ¿Cómo se ha diseñado el plan de estudio de la carrera?
. ¿Se promueve algún objeto de estudio disciplinario particular desde la carrera?
. ¿Cuáles son las teorías propias de la disciplina que se trabajan en la carrera?
. ¿Conoce otras teorías? ¿Por qué no promueve su uso en la carrera?
. ¿Qué elementos se privilegian en la selección de los docentes a cargo de las asignaturas
teóricas o con carga teórica específica?
. En dichas asignaturas, ¿la selección de la bibliografía es una decisión exclusiva de los
profesores?
. ¿La carrera habilita y promueve el uso de bibliografía en inglés?
. En caso de tener proyectos en curso en su institución, ¿qué línea/s de investigación están
trabajando?
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Epistemología de las relaciones
Anexo 2
Guía de preguntas de cuestionario para profesores de materias teóricas o específicas
Estimada o estimado colega:
Este cuestionario es parte del trabajo de campo de mi tesis sobre epistemología de las
relaciones públicas, en el marco del doctorado en Comunicación que estoy realizando en la
Universidad Austral. El estudio pretende identificar qué marcos teóricos se utilizan en la
enseñanza universitaria de las relaciones públicas en la Argentina, particularmente
haciendo foco en aquellas asignaturas que se manejan con literatura teórica propia de la
disciplina.
Este cuestionario le ha llegado por estar a cargo de una asignatura teórica o con carga
teórica de relaciones públicas en una universidad integrante de la muestra escogida. Solo
deben participar aquellas personas a las que les haya llegado el link de manera directa, no
debiendo reenviarlo a colegas ni invitar a nadie más a completarlo. Las respuestas serán
analizadas para descubrir qué construcciones teóricas son las prioritarias.
El cuestionario se completa en cinco minutos, la participación es anónima y la información
brindada será tratada confidencialmente. El hecho de que usted envíe el cuestionario
implica su consentimiento para que esta información se utilice de la manera mencionada.
Por favor, envíe sus respuestas preferentemente dentro de la semana de haber recibido el
cuestionario, con plazo límite el 15 de abril de 2019.
Muchísimas gracias por la colaboración prestada a este estudio.
Saludos,
Gabriel Sadi
Consultas o dudas: gabrielsadi72@gmail.com
Fecha:
Preguntas base
1) Género:
Femenino ( )
Masculino ( )
2) Máximo grado académico
alcanzado: Tecnicatura ( )
Licenciatura ( )
Especialización ( )
Maestría ( )
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Epistemología de las relaciones
Doctorado ( )
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
El ámbito social ( )
Tanto en lo organizacional como en lo social ( )
9) En su práctica docente, ¿qué tipo de material bibliográfico utiliza? (puede elegir más de
una opción)
Libros ( )
Artículos de revistas científicas ( )
Artículos de revista de divulgación ( )
Blogs ( )
Artículos periodísticos ( )
10) Indique qué teórica/o/s utiliza en la/s asignatura/s a su cargo (puede elegir más de una
opción):
James Grunig ( )
Jacquie L´Etang ( )
Derina Holtzhausen ( )
Dean Kruckeberg ( )
John Ledingham ( )
Robert Heath ( )
Roberto Porto Simões ( )
Otra/o
11) Indique su acuerdo con esta frase: “Con la bibliografía de que dispongo, la teoría de las
relaciones públicas puede ser trabajada sin inconvenientes en la asignatura a mi cargo”
Totalmente de acuerdo ( )
Bastante de acuerdo ( )
Ni de acuerdo ni en desacuerdo ( )
Bastante en desacuerdo ( )
Totalmente en desacuerdo ( )
12) Utiliza bibliografía en inglés en su asignatura:
Sí ( )
No ( )
En caso de haber optado por la segunda respuesta, no la utiliza porque… (puede elegir más
de una opción)
… los estudiantes no suelen tener una comprensión lectora adecuada en ese idioma ( )
… la universidad no la admite o sugiere no utilizarla ( )
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Anexo 3
Plantilla de codificación de las variables escogidas
DATOS DE IDENTIFICACIÓN
1 = UES21
2 = UNLaM
3 = UADE
4 = UCES
5 = UNLZ
VARIABLES
1.1 Baja
0 = no
1 = sí
1.2 Media
0 = no
1 = sí
1.3 Alta
0 = no
1 = sí
2. Finalidad de la disciplina
0 = no
1 = sí
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Epistemología de las relaciones
0 = no
1 = sí
0 = no
1 = sí
3. Objeto de estudio
0 = no
1 = sí
0 = no
1 = sí
0 = no
1 = sí
0 = no
1 = sí
0 = no
1 = sí
0 = no
1 = sí
0 = no
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Epistemología de las relaciones
1 = sí
4. Utilización de manuales
4.1 Baja
0 = no
1 = sí
4.2 Media
0 = no
1 = sí
4.3 Alta
0 = no
1 = sí
5.1 Nula
0 = no
1 = sí
5.2 Baja
0 = no
1 = sí
5.3 Media
0 = no
1 = sí
5.4 Alta
0 = no
1 = sí
6. Tradición promovida
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Epistemología de las relaciones
6.1 Funcionalista
0 = no
1 = sí
6.2 Interpretativa
0 = no
1 = sí
6.3 Crítica
0 = no
1 = sí
6.4 Posmoderna
0= no
1 = sí
0= no
1 = sí
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Epistemología de las relaciones
Anexo 4
Ficha de análisis de las variables codificadas
1 1 0 0 1 1.1 Baja
0 0 1 1 0 1.2 Media
0 0 0 0 0 1.3 Alta
2. Finalidad de la disciplina
3. Objeto de estudio
4. Utilización de manuales
0 1 0 0 0 4.1 Baja
1 0 0 1 0 4.2 Media
0 0 1 0 1 4.3 Alta
1 1 0 1 0 5.1 Nula
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Epistemología de las relaciones
0 0 0 0 1 5.1 Baja
0 0 1 0 0 5.2 Media
0 0 0 0 0 5.3 Alta
6. Tradición promovida
1 1 1 1 1 6.1 Funcionalista
0 0 0 0 0 6.2 Interpretativa
0 0 0 0 0 6.3 Crítica
0 0 0 0 0 6.4 Posmoderna
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Anexo 5
Resolución Ministerial N.° 924/95 (UES21)
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Anexo 6
Resolución Ministerial N.° 1235/06 (UNLaM)
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Anexo 7
Resolución Ministerial N.° 627/08 (UADE)
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Anexo 8
Resolución Ministerial N.° 1388/05 (UCES)
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Anexo 9
Resolución Ministerial N.° 1183/12 (UNLZ)
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Apéndices
Apéndice A
Transcripción de entrevista con Claudia Morales
. Una respecto del rol de la teoría, el principal objeto de estudio de esta tesis, ¿cuál es
y cuál debería ser, sí fueran distintos, el rol de esta teoría, teoría disciplinaria de las
relaciones públicas específicamente, en el ámbito académico y profesional de las
relaciones públicas?
Creo que es fundamental, sobre todo, como base para la formación académica de cualquier
profesional, todo lo que tiene que ver con cuestiones conceptuales desde un lugar de poder
tener claridad en los conceptos para luego poder llevar, hacer una transferencia en el
ejercicio de la profesión.
. ¿Cómo se diseñó el plan de estudio de la carrera? ¿Cuáles fueron las ideas base, los
planteamientos filosóficos, qué me podés decir al respecto?
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Epistemología de las relaciones
. Una de mis inquietudes tiene que ver con una cuestión epistemológica, el llamado
objeto de estudio disciplinario, aquel fenómeno, aquel elemento bien particular de la
carrera y que la diferencia de otras. La pregunta es: ¿hay algún objeto de estudio
disciplinario particularizado, individualizado que se promueve desde la carrera?
Si lo tuviera que traducir en un concepto puntual te diría que es la comunicación
institucional nuestro diferencial más importante en función de otras carreras que también
trabajan dentro de este mix que son las herramientas de comunicaciones. Nosotros acá en
la universidad también tenemos las carreras de Marketing y Marketing, que de alguna
manera somos disciplinas complementarias a la hora de pensar en lo que es el trabajo de
cualquier organización y creo que nuestro concepto diferencial, que no atraviesa ninguna
otra disciplina, tiene que ver con lo institucional.
. ¿Cuáles son esas teorías propias de la disciplina que se trabajan en la carrera, que se
identifican y se trabajan particularmente en la carrera?
¿Vos me planteás teorías desde algún autor en particular?
. Respecto de la selección de estos docentes que tienen a cargo materias teóricas o con
carga teórica específica de relaciones públicas, ¿cuáles son los elementos que la
universidad privilegia en la selección de ese profesorado?
Ahí volvemos a lo mismo y siempre trabajamos como en una mirada amplia. Hay algunas
de las materias más troncales que tienen que ver con la teoría de la comunicación,
sociología y análisis de los medios, donde sí trabajamos progresivamente elementos acerca
del origen de esas teorías hasta la actualidad de las mismas, y entonces en esa mirada
trabajamos mucho con profesionales formados en la comunicación, ya sean licenciaturas
en Comunicación, doctorados en Comunicación o Sociología y en las materias más
específicas, llámese Relaciones Públicas e Institucionales, Teoría y Práctica de las
40
Epistemología de las relaciones
Relaciones Públicas, o en las materias de proceso que te comentaba recién, nos hemos
inclinado por perfiles de
41
Epistemología de las relaciones
profesionales que sean licenciados en Relaciones Públicas ya que, por lo menos desde mi
gestión, considero que la mirada que nosotros como relacionistas públicos tenemos es
diferente a la de un comunicador social o la de un periodista, ya que también tenemos
docentes con esa formación de origen, y las materias que son específicas de la disciplina
están a cargo de profesionales que no solo estén formados sino que tengan experiencia en
el mundo, digamos, en el mercado laboral sobre el manejo de la gestión de la
comunicación o las comunicaciones institucionales.
41
Epistemología de las relaciones
41
Epistemología de las relaciones
solo docentes sino también alumnos. Por otro lado, no se trata de trabajar solo con los
proyectos de investigación, sino que los contenidos que se vayan generando, tanto los
propios como los de algunas carreras afines, sean incorporados dentro de lo que es el
material de estudio de diferentes materias. Eso lo tenemos como un indicador dentro de la
gestión en la dirección de cada una de las carreras, y obviamente la de relaciones públicas
también. Actualmente tenemos una investigación en curso, que es la que te comentaba,
sobre comunicación del tercer sector, y por otro lado hay otra que acaba de ser publicada
del año pasado, que tienen que ver con investigación e innovación que nosotros trabajamos
en una de las materias, que es Relaciones Públicas Aplicadas, que vemos más que todo la
parte de investigación y metodología. Entonces, con esta investigación, que también han
desarrollado docentes de la carrera, estamos trabajando estos contenidos que son producto
de los equipos de investigación.
41
Epistemología de las relaciones
Apéndice B
Transcripción de entrevista con Adrián Arroyo
Entrevista presencial, realizada el 18 de julio de 2019 a las 15.00 en la sede del Consejo
Profesional de Relaciones Públicas de la República Argentina
41
Epistemología de las relaciones
. Esta tesis tiene un fuerte foco en lo que son las teorías desde una mirada
epistemológica. La pregunta es cuál es cuál es y cuál debería ser, en caso de que no lo
sea, el rol de la teoría específica, de la teoría disciplinaria, tanto en el ámbito
académico como en el ámbito profesional.
El rol de lo teórico, de la teoría… obviamente mi carrera es académica, con lo cual, si bien
tengo una pata de desarrollo en la práctica profesional, específicamente en el ámbito de la
consultoría, la verdad es que no existe posibilidad de ejercer una profesión, profesión digo,
algo que se logra después de un proceso de formación a través de una universidad, no se
puede ejercer una profesión sin un marco teórico-conceptual que al profesional o al futuro
profesional le permita pensar en un marco de contención, en una estructura de contención.
Además, las profesiones, las disciplinas profesionales evolucionan a partir de la teoría; no
nos olvidemos que la teoría es una consecuencia de la experiencia también, es un
articulado, es una sinergia, la teoría no nace de un repollo, no es alguien que se sienta en
una oficina o en un cuartito y piensa y ya está. Me parece que, o yo por lo menos lo
considero, la mitad de la competencia profesional que un sujeto tiene que tener para
cualquier tipo de disciplina es la contención teórica, es el marco teórico.
41
Epistemología de las relaciones
. Perfecto. Uno de los focos de mi trabajo también tiene que ver, o pasa por, el objeto
de estudio disciplinario. ¿Cuál es aquel fenómeno puntual que prima en lo que tiene
que ver con esta carrera? Ese fenómeno más importante que a la vez nos distingue de
otros ejercicios profesionales afines. ¿Se ha promovido en la carrera, en este contexto,
algún fenómeno especialmente importante, distintivo, de las relaciones públicas?
Eh, a ver, gran parte de lo que fue, durante aquellos años, la columna vertebral o el objeto
de estudio de la disciplina estaba sustentado en la histórica definición de relaciones
públicas de Grunig. Digamos, esto de gestionar la comunicación entre una organización y
sus públicos. Nosotros en aquel momento lo que le agregamos como impronta o, por lo
menos, lo que conversábamos con los equipos docentes era el pensar también la profesión
desde el lugar de lo que denominamos gestión del impacto social de las organizaciones,
yendo un paso más allá de simplemente trabajar a nivel de relaciones comunicacionales
sino, digamos, teniendo en cuenta que las organizaciones son actores centrales en el
desarrollo de una sociedad o en la estructura de una sociedad e interactúan a su vez con
todo ese cúmulo de otros actores que forman parte del tejido social, justamente mantener o
construir un espacio de relaciones entre todos esos actores, hacer esa especie de networking
como se dice en la actualidad, era en lo que hacíamos hincapié y ahí entendíamos que no
solamente se debía trabajar desde el punto de vista de lo comunicacional sino desde el
punto de vista de lo relacional, y gran parte de la disciplina tiene, y a veces creo que no se
lo trata debidamente, tiene una pata que es mucho más de acciones, de generación de
vínculos y relaciones que no pasan necesariamente por estrategias comunicacionales.
. ¿Cuáles son, o cuáles han sido las teorías propias de la disciplina que se trabajan o
se han trabajado en la carrera?
Bueno, hasta el momento en el cual yo estuve no había una gran abundancia, por lo menos
hasta ese momento en la Argentina, no había un gran desembarco de la cantidad de teoría
que hoy proponen o ponen en discusión a la disciplina. Entonces, fundamentalmente, la
columna vertebral fue todo el trabajo de Grunig, pasando por la teoría situacional de los
públicos, toda la concepción de asuntos públicos y asuntos corporativos de Grunig; se
trabajó muy fuertemente con también el constructo de Wilcox, y un poco la corriente más
41
Epistemología de las relaciones
europea
41
Epistemología de las relaciones
a partir de la columna vertebral de Lucien Matrat y de ahí pasábamos por lo que fueron
aquellos clásicos como Sam Black, y después un poco más contemporáneamente la
corriente más española a partir de Jordi Xifra y en la recta final, cuando apareció, por
ejemplo, Maria Aparecida Ferrari también empezamos a incorporar gran parte, pero Maria
Aparecida reproduce un poco todo lo que es la escuela de Grunig en alguna manera.
Fundamentalmente diría que la escuela americana y la escuela europea era en ese momento
donde nosotros hacíamos las grandes distinciones, no se hablaba de la escuela
latinoamericana de las relaciones públicas ni de las nuevas escuelas.
41
Epistemología de las relaciones
41
Epistemología de las relaciones
Apéndice C
Transcripción de entrevista con Mariano Ióvine
. ¿Cuál suponés vos que tiene que ser es el propósito principal de la educación
universitaria en relaciones públicas? ¿Para qué está la educación en relaciones
públicas? Su propósito principal, no el único, por supuesto.
El propósito principal tiene que ver con el profesionalismo de la disciplina. Relaciones
públicas es una carrera que viene evolucionando en los últimos años, que viene
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Epistemología de las relaciones
. Esta tesis tiene el foco puesto en las construcciones teóricas. Y entonces, en ese
contexto, me interesa cuál es y cuál debería ser, si no fuera el mismo, el rol de la
teoría en el ámbito académico y profesional de las relaciones públicas, el rol de la
teoría de la disciplina.
Para mí hay un sustento teórico que se forma, que se va gestando en los primeros años de
formación profesional, tanto en la parte de la formación de alumnos como en el campo
profesional. Las teorías y los diferentes autores vienen a respaldar los conceptos básicos
que nosotros les enseñamos a los alumnos. Entonces son disciplinas que no pueden estar
disociadas, o sea, sin teoría no tengo pilares, no tengo herramientas, no tengo la parte de la
estructura de la pirámide como para después poder crecer. Entonces me parece que en el
plan de estudios es fundamental y también es fundamental la aplicación de esos conceptos
a nivel profesional, se da en los dos campos. Yo creo también que los planes de estudios
fueron evolucionando hacia un concepto de tener las primeras materias teóricas en los
primeros años y después un mix de algo práctico. La gran barrera que tienen los planes de
estudios de relaciones públicas es que el alumno en los primeros años entienda de qué se
trata la carrera. Nosotros partimos con un gran déficit de que los chicos no saben qué son
las relaciones públicas hasta estar promediando el primer cuatrimestre. Entonces por ahí en
las primeras materias, sobre todo en Introducción, hay que hacer una bajada a la realidad
como para que puedan entender de qué se trata. Y después por supuesto continuar en ese
primer año continuar con las teorías, reforzando las teorías. Incluso incluimos una materia
que es solamente de teoría, que es Teoría de las Relaciones Públicas, que no sé si todas, no
todas las universidades la tienen porque la ven más para posgrados. Sin embargo,
42
Epistemología de las relaciones
nosotros
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Epistemología de las relaciones
reconocemos que la parte teórica y los distintos tipos de pensamientos teóricos tienen que
estar también en la formación de grado.
. Perfecto…
. Hay algunas, perdoname igual también, que las viste en el plan de estudio porque te
dimos los programas.
. En materia de selección de docentes, sobre todo para estas asignaturas que tienen
carga teórica específica completa como Teorías o carga teórica parcial específica,
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Bueno, fue evolucionando en los últimos años y siempre tiene que ver con ciertos
estándares de calidad que pide la universidad. Por supuesto, está la formación académica
de grado, lo que hayan hecho a nivel de maestrías, lo que se haya hecho a nivel de
doctorado. Y también prima mucho acá en UADE lo que hayan hecho a nivel corporativo,
o sea, si hay algún docente que es referente en la industria, que trabaja en una consultora o
es dueño de una consultora, y por ahí no tiene la formación académica de grado necesaria,
también forma parte de nuestro claustro docente porque esa experiencia de estar haciendo
día a día las campañas es el balance que queremos buscar en nuestro plan de estudio.
Entonces hay docentes que son teóricos para materias que tienen que ser teóricas, como
por ejemplo Teoría de las Relaciones Públicas, donde ponemos docentes que tienen una
formación académica que los acompañen. Y hay docentes que son más practitioners, que
tienen esa formación más de consultoria o más de experiencia profesional que las vuelcan
también en las materias que llevan a un costado de una práctica más accesible para el
alumno.
.¿Ellos?
La PRSA siempre, siempre la PRSA nos hace tener acceso a ciertas suscripciones como el
Public Relations Review, el Public Relations Journal, The Public Relation Strategist. Hay
un montón de revistas con referato a las que tenemos acceso todos los años por ser
miembros de la PRSA. Entonces esas bibliografías se van renovando constantemente, o
sea, son mandatorias para poder mantener la certificación y las incorporamos nosotros en
los planes de estudios. Entonces como que viene una doble parte: la incorporación que
viene de Estados Unidos que se va actualizando casi te diría semestre a semestre más algún
libro que vean los profesores también que haya sido productivo para ellos y que vean que
dentro del syllabus que aportamos nosotros para cada una de las materias es renombrado o
es necesario de incorporar. Como vos también sabés, hay poca bibliografía en castellano, la
mayoría viene en inglés. Y otra gran evolución que hicimos en el plan de estudios es una
carrera de relaciones públicas casi, como te diría, apuntando a un mercado bilingüe que es
Comunicación Global. Entonces hoy vemos esos dos mercados: el mercado de relaciones
públicas estándar que busca un programa de relaciones públicas certificado y con una
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
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Epistemología de las relaciones
Apéndice D
Transcripción de entrevista con Nancy López
. ¿Cuál suponés que, entre varios por supuesto, puede o debe ser, esos ambos estadios,
el propósito principal de la educación universitaria en relaciones públicas? ¿Para qué
está la formación universitaria formal en relaciones públicas? ¿Cuál es su propósito
principal entre una serie de propósitos?
Es una consideración que es muy personal pero me parece que el propósito es vincular a
los alumnos con el ámbito empresarial absolutamente, ya sea porque es de donde vengo.
Pero a mí me parece que hay que tratar de toda la parte teórica hacerla Biblia para ellos,
para que vean que después en el mundo laboral se van a encontrar con determinadas cosas
que no aparecen solamente en los libros. Que puedan palpar desde la universidad qué les
depara, qué les espera.
. Mi tesis tiene un foco fuerte puesto en las teorías disciplinarias de las relaciones
públicas, y en ese contexto te pregunto cuál es y cuál debería ser el rol de la teoría,
tanto en el ámbito académico como en el ámbito profesional de las relaciones
públicas? De la teoría disciplinaria, de la propia nuestra...
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Epistemología de las relaciones
Yo creo que es fundamental, o sea más allá de que a mí me interese que la carrera tenga
una fuerte orientación empresarial, la base está en la teoría. La base es… los chicos tienen
que
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Epistemología de las relaciones
estudiar para poder ser buenos profesionales. Lo que sucede es que creo que hay que
vincular una cosa con la otra. No hay que dar una teoría absolutamente desmembrada de la
realidad, sino hay que tratar de que el chico vivencie desde la teoría lo que le va a pasar
después. Lo cual me parece que la teoría es fundamental. Es imposible formar buenos
profesionales sí no hay un consumo de teoría, digamos, la teoría disciplinaria de la carrera.
. Eso en el ámbito académico. ¿Vos creés que hay una validación, un uso concreto de
las teorías construidas, aprendidas, trabajadas en la academia, en el ejercicio
profesional?
Sí, yo creo que sí, es absoluto. Yo creo que incluso se da. También depende mucho de
cómo se imparta en la universidad, entonces va a depender de cada docente, de cada
mirada profesional, pero para mí debería. Si no se da es porque me parece que está
fallando. Sobre todo, ese link entre el trabajo pedagógico y el empresarial. Creo que
debería darse. No sé si todos tienen la misma mirada, lo cual por ahí es difícil, pero el
docente tiene que hacer ese enlace entre una cosa y la otra para que el día de mañana el
chico cuando se enfrente a la realidad no encuentre un abismo entre lo que estudio o diga
“salgo con el título y no sé cómo aplicarlo, desconozco qué es esto, desconozco qué son las
relaciones públicas”, como pasa. A mí me pasa encontrar alumnos que les digo, bueno a
ver cómo definirías si a vos alguien te pregunta qué son, qué hacen y les cuenta y son
chicos de tercero y cuarto año, dos palabras decime, yo no sé nada, hacé de cuenta que te
pregunta una persona que no está en contacto con una disciplina, que de alguna manera es
una disciplina novedosa, y los chicos no saben. Eso me preocupa.
. Respecto del plan de estudios, ¿cuáles han sido los aspectos que se han tenido en
cuenta para su diseño? El plan de estudios de relaciones públicas, obviamente...
Yo tengo un plan de estudios que cuando ingresé, yo hace mas o menos unos seis años que
estoy dentro de la universidad, hice algunos cambios en ese plan, entonces traté de, dentro
de lo posible, todos sabemos los que trabajamos en lo académico que los planes de estudio
tampoco se puede cambiar todo porque implica todo un proceso de cambio en el
ministerio, aprobaciones, etc., etc., pero dentro de lo que pude traté de orientarlo hacia los
requerimientos del mercado. Creo que el profesional de relaciones públicas es un
profesional que tiene que estar preparado, así como la comunicación es transversal con lo
cual abarca y aplica un montón de órbitas y de ámbitos, entonces el profesional de esta
disciplina tiene que estar preparado para; por lo tanto, me parece que el plan tiene que ser
muy abarcativo y tener una mirada muy amplia para que después pueda ponerse a tiro.
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especialmente diferenciado de otros para enfocar una buena parte de los cañones en
él?
No sabría decirte, yo creo que la carrera tiene distintivos, digamos. O sea, como yo la
ubico dentro de la Facultad de Ciencias de la Comunicación me parece que las relaciones
públicas tienen una particularidad distintiva respecto de las otras carreras de la Facultad de
Ciencias de la Comunicación, y es lo vincular. O sea, por eso algunos la deben ubicar
dentro de lo social, pero para mí lo social solo no tiene ningún sentido si no tiene un apoyo
fuerte sobre algo concreto que es la comunicación, con lo cual creo que ese es el distintivo,
la gestión…
. ¿Cuáles son las teorías entonces, dentro de la disciplina siempre, las teorías propias
que se trabajan en la carrera? Si se pudieran ubicar, ¿cuáles podrían ser?
Por ejemplo, ¿a cuáles te referís?
. Por supuesto, y esa es una inquietud que no está en esta tesis a propósito, por
supuesto, que es cómo se trabajan esas teorías, que podrá haber 200 o cinco pero,
independientemente de cuántas haya, de su calidad, de su profundidad, es una
cuestión aúlica, pero eso me excede en este trabajo…
. Y la capacidad del docente… te interesa a vos en lo personal.
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selección de esos docentes para esas materias con carga teórica específica?
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Más allá de la carga teórica, el privilegio está puesto, por lo menos en mi enfoque, mi
enfoque es que haya un mix entre toda la teoría y que tenga alguna cosa de práctica. No
importa cuánto, no es que 80 por ciento, no hago un cálculo matemático pero sí me gusta
que haya vivido alguna experiencia en el desarrollo profesional. Entonces tiene, creo que le
aporta a él y a través de eso él aporta al resto. Igual viste es difícil, porque no hay una
matemática acá, estas son carreras que es complicado decir “esto da esto”. Hay gente que
es brillante y es académica pura y hay gente que es un mix y es muy valorada por los
chicos y también son brillantes. También depende de con quién te topás, es así.
. Respecto de esas materias, esas materias que tienen carga teórica, ¿la selección de la
bibliografía reside en una decisión exclusiva del docente o es algo consensuado?
La selección la puede hacer el docente porque yo creo que cada uno es especialista en lo
suyo. Por ejemplo, nosotros somos disciplinares y por ahí, conocemos determinados
elementos, determinada bibliografía. Pero a mí me parece que cuando uno confía en la
persona creo que a veces la persona viene con ideas nuevas, con bibliografía que vos por
ahí no conoces, entonces por ahí puede sugerir. Entonces yo soy muy abierta ante esas
cosas. Puedo sí tener una injerencia, lo miro, y a mí me parece que esto no o esto no lo
conozco y esto chusmeo un poquito y digo… pero sí pueden trabajar con libertad. Me
parece que corresponde que trabajen con libertad. Después uno ve, analiza, tenés a cargo la
dirección de la carrera, tenés que hacerlo, pero me parece que en principio hay que darle
libertad en el trabajo.
. Una inquietud que tengo tiene que ver con que hay buena parte de la bibliografía en
inglés, con que hay más bibliografía en inglés que en español porque es una carrera
que surgió en un ámbito angohablante. En ese contexto, ¿la carrera habilita y
promueve el uso de bibliografía en otros idiomas o en inglés?
No, no tanto. No lo hacemos porque esta no es una facultad en donde el chico venga con
un manejo de inglés, no son bilingües los chicos, entonces hay que tener cuidado. Por ahí
podemos mencionar, de hecho, hay algunas materias que tienen alguna bibliografía en
inglés pero con mucho cuidado, con recelo, porque por ahí viene un chico y te dice, yo no
manejo… por supuesto que deberían hacerlo. Los chicos uno los prepara para que sean
competitivos y entre eso está el manejo de idiomas. Pero bueno, no se puede profundizar
tanto porque se los está preparando, entonces si le das toda la bibliografía en inglés,
o gran parte de la bibliografía en inglés, te encontrás en que estás desconociendo el
público al que apunta esta facultad. De repente en otras universidades no pasa. Pero acá
claramente sí, los chicos no vienen bilingües, no tienen muy buen manejo. Tenés algunos
que sí y algunos que no, hay que ser cuidadoso.
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. ¿Es de la universidad?
Es de la universidad pero, digamos, hasta donde yo sé, hay algunos profesores que
investigan, que tienen ese perfil más de investigación; claramente hay algunos que sí y
algunos que no, que no se dedican a eso. Y los que se dedican a investigación, nosotros
hacemos una jornada de investigación inclusive donde promovemos la posibilidad de que
quienes se dedican a la investigación cuenten respecto de sobre qué están investigando,
pero no tengo claras líneas sino que ha sido muy diverso y los trabajos que han presentado
han sido diversos y cada uno investiga sobre diferentes cuestiones. Entonces no tengo
claro, no sé si porque no lo tengo claro o porque realmente no hay una línea, debe haberla
pero no la tengo yo clara como para comentártela en este momento. De última, averiguo a
ver si existe alguna línea.
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Apéndice E
Transcripción de entrevista con Luz Canella Tsuji
. Bueno, Luz, la primera pregunta tiene que ver con cuestiones demográficas, ¿cómo
te iniciaste en el ámbito de la gestión académica? ¿Cuál fue tu preparación tanto
académica como profesional?
Yo ingresé a los 17 años a la Universidad de Lomas a estudiar la Licenciatura en
Relaciones Públicas. Me recibí en el 2007 de licenciada y en ese momento yo estaba
colaborando en la Secretaría de Coordinación Institucional de la facultad. Empecé a dar
clases al año siguiente en la materia Comunicación y Cultura como ayudante de primera. Y
después, en paralelo, seguí en los espacios de gestión en la Secretaría de Posgrados. En
2013 me nombraron como Secretaria de Investigaciones que hasta la fecha es el cargo que
estoy teniendo acá. En 2010 empecé a cursar la maestría en Ciencia Política en la
UNSAM, todavía no estoy recibida, no soy magister.
. Una pregunta genérica tiene que ver con cuál considerás vos que debería ser o es el
propósito principal de la educación universitaria en relaciones públicas. Entre tantos
propósitos, ¿cuál considerás que es el principal?
Creo que tiene que ver, y me parece que te respondo desde el lugar subjetivo de estar en
una universidad pública y también con el perfil que tiene nuestra carrera de relaciones
públicas, creo que tiene que ver con brindar una formación muy fuerte no sólo desde lo
técnico a los alumnos, o sea, brindarles herramientas para el desarrollo cotidiano de las
tareas de la profesión, sino, también, en darles herramientas teóricas que les permitan tener
o realizar análisis complejos sobre las dinámicas a las que se van a enfrentar, o sea, las
políticas económicas. Y que esa mirada les permita desarrollar una estrategia de
comunicación en los distintos planos, en los distintos sectores, en los que tengan que estar
trabajando, en los que se tengan que desarrollar.
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A ver, cuál es la mirada que yo tengo respecto de la teoría en las relaciones públicas. Yo
creo que nosotros salimos de un espacio teórico madre que es el espacio de la
comunicación, que es imposible desconocer, y que todo ese conocimiento, ese corpus, es
fundacional, es central en cualquier desarrollo, ya sea desde el punto académico como del
punto de vista del desarrollo profesional. Entonces es central el desarrollo de teoría y
conocimiento, la elaboración de teoría, de conocimiento. Yo también lo que creo es, no sé
en otras universidades, creo que la problemática es similar en otros espacios académicos,
no estamos generando suficientes investigadores en la disciplina. De hecho, conozco muy
pocos, entre ellos vos, que se han dedicado a generar conocimiento, a la producción de
conocimiento, no solo a relevar o simplemente a aprehender conocimiento, sino a
generarlo, a producir conocimiento desde el aquí y ahora también que implican las
relaciones públicas en Latinoamérica, en Argentina, en este contexto del siglo XXI. Me
parece que eso es una carencia, una falencia que estamos teniendo como universidad en el
ámbito de las relaciones públicas.
. Y esa escasez de construcción teórica a escala local o nacional, ¿qué supone, qué
impacto tiene en lo académico respecto de ese rol de la teoría que te preguntaba
recién? Yo creo que uno no puede desarrollar correctamente, podríamos decir, la profesión
ni el desarrollo inclusive de los espacios de formación sino está anclado a teoría, sí no está
articulado con prácticas. ¿Qué quiero decir? Que esa teoría tiene que desprenderse de
estudios y de producciones que tienen que ver con lo que se hace día a día en el contexto
en el que estamos situados. Entonces esta teoría es lo que nos permite a nosotros dar pasos
seguros en este escenario de incertidumbre que se nos presenta en este siglo 21. Me parece
que lo que reduce específicamente el nivel de incertidumbre es el mayor conocimiento
teórico que uno tiene para poder manejarse en estos escenarios. Me parece que si no, de
otra manera, el desarrollo de la profesión es más intuitivo podríamos decir.
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