Ordenar Tu Casa
Ordenar Tu Casa
Ordenar Tu Casa
4 SEMANAS PARA
ORDENAR TU CASA
Y TU VIDA
UN PL AN PAR A LOGR AR
L A AR MONÍA
A TU ALREDEDOR
Astrid Eulalie
4 SEMANAS
PARA ORDENAR
TU CASA
Y TU VIDA
ISBN: 978-84-08-16728-0
Depósito legal: B. 896 - 2017
Fotocomposición: gama, sl.
Impresión y encuadernación: Liberdúplex
El papel utilizado para la impresión de este libro es cien por cien libre de cloro y está calificado como
papel ecológico.
SUMARIO
SEMANA 1. ORDENAR LA CASA:
HACER INVENTARIO.................................. 11
7
SEM A N A
1
10
ORDENAR
LA CASA:
HACER INVENTARIO
¿Por qué te conviene ordenar la casa? En pocas palabras: porque tu casa es
tu segundo cuerpo. Por lo tanto, debes cuidar de ella. Los beneficios de poner
orden de verdad en casa te sorprenderán: menos estrés y más sereni-
dad (controlas la situación), más tiempo (todo está en su sitio y lo encuen-
tras con facilidad), ahorro económico (claro, no comprar dos veces, si no
tres, el mismo objeto que metimos no sabemos dónde en su día, ayuda a que
no se nos vacíe la cartera), una vida más rica (por fin tiempo para leer,
pintar, ir a un museo, etcétera) y más energía (física y mental). Por lo tanto,
el objetivo es cambiar lo que nos rodea en el plano material, para luego ocu-
parnos del espiritual. Antes de embarcarte en un gran proceso de orden, es
imperativo que hagas un inventario preciso y muy consciente. Permíteme que
te guíe.
11
SEM A N A
1
CUESTIONARIO
¿A QUÉ GRADO DE
ACUMULACIÓN HAS
LLEGADO EN CASA?
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2. Unos amigos se presentan por sorpresa en tu casa:
c Me molesta, la casa está hecha un desastre...
a Me escondo detrás del sofá, no hago ruido y no respondo al timbre.
e No hay problema, por mí ya pueden sentarse a la mesa. ¡La comida está
lista!
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SEM A N A
1
8. ¿Sueles llegar tarde por falta de organización?
e ¿Tarde? ¿Yo? ¡Nunca!
c A veces, pero bueno, es que pensaba que ya había planchado la camisa
que me quería poner.
a Mis amigos ya no lo aguantan más.
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RESULTADOS:
15
SEM A N A
1
Acabas de recibir el veredicto... Apunta a continuación qué piensas. ¿Hay
otras anécdotas que puedas escribir aquí y que te ayuden a entender el grado
de acumulación que hay en tu casa y, por lo tanto, en tu mente? ¿Has identifi-
cado cosas relacionadas con el orden de tu mundo interior y que te impiden
vivir en armonía y desarrollarte totalmente y brillar tal y como el Universo ha
previsto que brilles?
LOS OBJETOS Y TÚ
A continuación, elige las frases con las que te identifiques más y pasa de pági-
na para encontrar soluciones adaptadas.
«Ya, pero ¿y si regalo las partituras y más adelante decido retomar el piano?»
o ¡Eso mismo digo yo!
o No, yo nunca diría eso.
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«Ni siquiera puedo separarme del cuadro que me regaló mi tía cuando cumplí
18 años.»
o ¡Eso mismo digo yo!
o No, yo nunca diría eso.
«Lo siento, pero una no se separa jamás de unos zapatos de 200 euros. No
quiero perder el dinero. Aunque ya no me los ponga o ya no me gusten.»
o ¡Eso mismo digo yo!
o No, yo nunca diría eso.
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SEM A N A
1
«No me gusta tirar cosas. Me parece un derroche insoportable.»
Ten en cuenta que ordenar y organizar no siempre significa tirarlo todo a la ba-
sura (realmente sería insoportable, estamos de acuerdo en eso). Puedes hacer
donaciones. Hay asociaciones que recogen las prendas de ropa y venden en
tiendas solidarias las que están en buen estado y ceden las que están demasia-
do estropeadas a industrias que transforman la fibra textil en material aislante
para el sector de la construcción. Piensa también en los mercadillos de segunda
mano y en las páginas web de venta de segunda mano entre particulares.
RECUERDA:
Organizar la casa no es la guerra. Es una manera
nueva de vivir. No luchas: evolucionas.
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«Ni siquiera puedo separarme del cuadro que me regaló mi tía
cuando cumplí 18 años.»
Hay que reconocer que, a veces, los regalos están envenenados. Ya se trate
de un adorno, de un libro, de una prenda de ropa... si un regalo no te gusta,
no te obligues a conservarlo. Ni se te ocurra sacar en momentos concretos la
dichosa figurita para no ofender a quien te la regaló. Lo mejor es decir la ver-
dad, con diplomacia.
OBSERVAR LA CASA
Es fundamental que empieces por una larga fase de observación de tu casa.
Métete en la piel de un visitante amable y recorre todas las estancias. Siéntate en
el centro de cada una y escribe todo lo que veas. Tómatelo muy en serio, casi
como si fueras un inspector, pero con un desapego consciente. Sobre todo, no
juzgues lo que veas, tu casa está como está. Acepta lo que veas, sin juzgar.
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