Traumatismo Encefalocraneano en Pediatría
Traumatismo Encefalocraneano en Pediatría
Traumatismo Encefalocraneano en Pediatría
ABSTRACT
Traumatic Brain Injury (TBI) is an important Public Health issue in Chile and the
world. It represents a frequent cause of consultation, constituting a significant
cause of morbidity and mortality in the population under 45 years of age. Accidents
are the main reason for TBI among the pediatric population, but child abuse is an
important cause in children below 2 y.o. A proper evaluation is essential to develop
timely and efficient treatment that avoids or decreases brain damage and eventual
complications. For this purpose, it is essential that brain physiology and
physiopathological changes triggered by TBI are clear and well known. Current
concepts are presented in this paper, emphasizing brain hemodynamics,
metabolism, and brain self-regulation.
RESUMEN
El TEC se define como un intercambio brusco de energía mecánica causado por una
fuerza externa que tiene como resultado una alteración a nivel anatómico y/o
funcional (motora, sensorial y/o cognitiva) del encéfalo y sus envolturas, en forma
precoz o tardía, permanente o transitoria. El TEC se diferencia de la contusión
craneal en que en esta no se produce alteración del contenido intracraneal. La
alteración del contenido encefálico se refiere al compromiso de conciencia, la
amnesia postraumática y/o a un síndrome vertiginoso o mareos persistentes. Se
considera también como un signo de disfunción del contenido craneal la aparición
de una cefalea holocrá-nea persistente y progresiva que puede o no acompañarse
de vómitos. Particularmente en lactantes se debe considerar un equivalente de
inconsciencia la presencia de palidez asociada a inmovilidad1.
La PPC, esto es, la presión con la que se perfunde el tejido nervioso, requiere de
valores mínimos para asegurar un adecuado funcionamiento cerebral. Se ha
determinado que una PPC < 40 mmHg se asocia consistentemente con una
mortalidad elevada, independiente de la edad13. No es claro si este valor representa
un umbral mínimo o si la PPC óptima puede estar por encima de esto en niños (por
ejemplo, 50-65 mmHg), aunque es probable que se relacione con la edad, pues se
conoce que una PPC baja podría ser bien tolerada en cerebros inmaduros (recién
nacidos). En adultos se ha definido que una PPC > 60 mmHg puede ser adecuada
para mantener un buen funcionamiento cerebral debiendo evitarse valores < 50
mmHg14.
Metabolismo cerebral
El FSC representa el 15%-25 del gasto cardíaco, tres cuartas partes del cual se
dirige a la sustancia gris y el resto a la sustancia blanca (80 ml/100 g tejido
cerebral/min versus 20 ml/100 g tejido cerebral/min)12,18-20. El FSC se ha estimado
mediante la Ultrasonografía Doppler Transcraneal midiendo la velocidad del flujo
sanguíneo (VFS) en las arterias cerebrales. Con este método se ha determinado
que los neonatos tendrían una baja VFS (24 cm/s) la que aumentaría con la edad
alcanzando un peak entre los 6 y 9 años (97 cm/s), comenzando a disminuir
después de los 10 años hasta equipararse con los valores del adulto (50 cm/s) y
que la VFS sería mayor en el grupo de mujeres respecto al de los hombres en casi
todos los grupos etarios (tabla 2). De esta manera, se ha estimado que los adultos
tendrían un FSC promedio de aproximadamente 50 ml/100 g/min, valor que es más
elevado en niños y adolescentes y que es menor en neonatos, esto es, alrededor de
20 ml/100 g tejido cerebral/ min cifra extremadamente baja respecto a la
proporción cerebro- peso corporal comparado con adultos (tabla 3).
Por otro lado, la CMRO2 o nivel de consumo de oxígeno del cerebro, es en promedio
de 3,2 ml O2/100 g/min en adultos, del cual 2/3 corresponde al consumo de la
sustancia gris y 1/3 al de la sustancia blanca. Al igual que el FSC varía con la edad,
siendo mayor en niños y adolescentes y bastante menor en neonatos (2,3 ml/100
g/min en lactantes, 5,2 ml/100 g/ min entre los 3 y 11 años y 4,2 ml/100 g/min en
jóvenes). Algo semejante es lo que ocurre con la tasa metabólica de glucosa
cerebral: es más baja en neonatos (13-25 µmol/100 g/min), aumenta
progresivamente con la edad alcanzando un peak a los 3-4 años (49-65 µmol/100
g/min) y se mantiene alta hasta alrededor de los 9 años, para posteriormente
equipararse con el valor de adultos (19-33 µmol/100 g/ min) (figura 4).
Figura 4. Evolución de FSC,
CMRO2 y CMR glucosa con la
edad. VMCA: Velocidad de
Arteria Cerebral Media; CBF:
Flujo sanguíneo cerebral;
CMRglu: tasa metabólica de
glucosa. Adaptado de:
Udomphorn, Y; Armstead,
W; Vavilala, M. Cerebral
Blood Flow and Autore-
gulation After Pediatric
Traumatic Brain Injury.
Pediatr Neurol 20085; 38:
225-34.
Por otro lado, la CDO2 está determinada por el FSC y por el Contenido Arterial de
O2(CaO2), relacionándose de la siguiente manera: CDO2 = FSC x CaO2. El CaO2:
depende de la Sat art O2, de la saturación de la hemoglobina y su concentración y
de la presión parcial de O2 arterial: CaO2 = Sat O2 x [1,34 x Hb] + [PaO2 x 0,003].
Así, cualquier disminución en la cantidad de O2 (ej. anemia, hipoxemia, etc.) y/o en
el FSC determinará una CDO2inadecuada.
Entonces, el CMR2= (FSC x CaO2) x (Sat art O2 -Sat BYO2 )/Sat art 2, factores que
deben ser vigilados y monitorizados para asegurar el adecuado suplemento de
oxígeno para el buen funcionamiento cerebral.
Figura 5. Efecto de la
PCO2 y PO2 sobre el flujo
sanguíneo cerebral.
Autorregulación cerebral
Figura
8.Autorregul
ación y
relación con
la PIC.
Figura 9. Cascada
vasodilatadora y
vasoconstrictora.
Adaptado de: Walters F:
Intracranial Pressure and
Cerebral Blood Flow.
Inwww.nda.ox.ac.uk/wfs
a/html/u08/u08_013.ht
m.
A diferencia de los adultos, los niños tienen una mayor susceptibilidad a desarrollar
edema cerebral frente a diversas injurias y noxas por poseer basalmente un mayor
FSC, CMRO2, consumo metabólico de glucosa y vasorreactividad al CO2, además de
una menor RVC basal. Estas particularidades fisiológicas son las determinantes de
que el enfrentamiento terapéutico en el TEC deba ser aun más proactivo y agresivo
en la población pediátrica respecto a la de adultos18,21-23.
Post TEC puede desarrollarse edema cerebral el cual provoca HTEC y predispone a
isquemia y herniación cerebral si no es controlada a tiempo. El edema cerebral es
producto del desarrollo de edema propiamente tal, de un VSC aumentado por
hiperemia y congestión vascular o de una combinación de ambos. El edema
propiamente tal se genera por 3 mecanismos10,11:
En una serie de 201 pacientes con TEC grave se observó que la HTEC variaba
ampliamente, si bien la mayoría de los pacientes presentaban PIC elevadas dentro
de los primeros 5 días. Sin embargo, aproximadamente 1/5 de los casos
evolucionaba con PIC elevadas posterior a este período por mecanismos no del todo
claros. A partir de esto, los autores sugerían monitorizar la PIC por un mínimo de 5
días post injuria35. Por otro lado, O'Phelan et al en una revisión retrospectiva de 77
pacientes observaron 4 patrones evolutivos de la PIC: precoz (dentro de las 72
horas del trauma), tardío (posterior a las 72 horas), bi-modal (aumento PIC precoz,
normalización y aumento posterior a las 72 horas) y continuo (PIC siempre
elevada). El 17% de este grupo de pacientes tuvo un aumento tardío de la PIC con
el peak de edema al 7° día post injuria. No se logró identificar un factor predictor
estadísticamente significativo de aumento de PIC tardío, por lo que también estos
autores sugerían mantener la monitorización de la PIC por un período prolongado
considerando el riesgo de aparición de edema cerebral tardío36.
CONCLUSIONES