La Arquitectura Románica
La Arquitectura Románica
La Arquitectura Románica
El Apocalipsis de San Juan, junto con los restantes textos bíblicos, es imprescindible para poder comprender una
portada románica. En el tímpano, solemos encontrar la imagen de Cristo en Majestad o Pantocrátor. Cristo se
representa con toda su majestuosidad para juzgar a los hombres, para dar fe de la grandeza divina y del fin de los
tiempos. Su figura desmesuradamente grande, es símbolo de lo absoluto, de aquello que encierra en sí el principio y el
fin. Representado totalmente frontal, el Cristo apocalíptico está sentado en un trono o en un arco de círculo o inscrito
en una aureola almendrada que alude a su gloria (mandorla mística). Sus pies descansan en un escabel; sus gestos
son grandilocuentes y autoritarios; su mano derecha, alzada majestuosamente, amenaza al hombre y patentiza el poder
de Dios; su mano izquierda sostiene el Libro de la Revelación o la bola del mundo. Su visión –acompañada en
ocasiones de otras teofanías como la Dextra Domini, es decir, la mano derecha de Dios bendiciente, el Cordero de
Dios con los siete ojos apocalípticos y la paloma del Espíritu Santo– aparece flanqueada por la de los cuatro
evangelistas, con sus símbolos respectivos, (Tetramorfos). Además del Tetramorfos, se encuentran ángeles que
portan los símbolos de la Pasión de Cristo y los veinticuatro ancianos del Apocalipsis. Las figuras que se disponen en
las jambas y en el parteluz suelen ser personajes que han estado en la tierra y que han sido sacralizados, de tal modo
que adquieren la función de mediar entre Dios y los Hombres.
Cuando lo sintético deja paso a lo narrativo, las visiones apocalípticas muestran la resurrección de los muertos. No
faltan tampoco los querubines y serafines con sus ojos heterotópicos cubriéndoles el cuerpo, y los arcángeles.
En las iglesias dedicadas a María, la visión del Cristo apocalíptico es sustituida por la de la Virgen como trono del
Salvador y mediadora entre los hombres y Dios. En estas representaciones la madre suele representarse hierática y
ausente como trono o sede del Niño Jesús.
En este mundo iconográfico fuera de cualquier sentido de lo real, el ser humano, en cuanto ser individualizado e
histórico, quedó ignorado. Por sí mismo no tenía valor alguno; su representación solo era lícita cuando desempeñaba
un papel importante en el desarrollo narrativo de las historias bíblicas.
En cuanto a la escultura de bulto redondo, aparece reducida casi exclusivamente a las imágenes del Crucificado y
de la Virgen con el Niño. El Crucificado tiene cuatro clavos con los pies separados y suele aparecer vivo, pero
impasible al dolor; unas veces está vestido con larga túnica y coronado como rey de reyes ( Cristo en majestad), y
otras luce únicamente un faldón que le cubre desde la cintura a las rodillas. A su vez, la Virgen aparece sentada y de
frente y sostiene al Niño sobre su regazo sirviéndole de trono conforme a la tradición bizantina de la Kiriotissa, sin
que entre ambas figuras exista comunicación alguna.
Las características formales de la escultura románica son:
La necesidad de transmitir un mensaje hace que sea tremendamente simbólica y antinaturalista. Se pierde interés
por la proporción y la belleza del cuerpo humano, más bien se pretende dar primacía a la vida espiritual. Lo
importante no es transcribir la realidad exterior, lo que percibían los ojos, sino aquello que la época consideraba el
ideal de perfección.
En las representaciones del cuerpo humano se subraya la cabeza, que adquiere mayor tamaño. En los rostros
sobresalen los ojos. En este sentido es posible establecer una conexión con las artes figurativas bizantinas, en las que
también los ojos son la parte de la imagen que captan con mayor fuerza nuestra atención. También son importantes las
manos. La anatomía se oculta bajo los ropajes, cuyos pliegues aparecen pobremente representados y excesivamente
geometrizados
Hoy se sabe que muchas de las portadas, estaban policromadas, aunque se haya perdido el color en casi todos los
casos.
Al igual que en la arquitectura, es posible distinguir diversas escuelas de escultura en el románico.
En Francia, las manifestaciones escultóricas surgen ya a comienzos del s. XI en la región hispano–francesa del
Pirineo oriental, concretamente en los talleres del Rosellón y Ripoll, en los que se realizan diversos relieves
dispuestos a modo de frisos y cuya inspiración se encuentra en las anteriores piezas de marfil y orfebrería, tanto
cristianas como musulmanas. Los mejores ejemplos son los dinteles de San Genis les Fons y San Andrés de
Sureda. En el s. XII, la escultura francesa revela diversas variantes regionales con peculiares características, entre las
que destacan:
Languedoc, considerada como uno de los focos originarios de la escultura románica, y cuyas figuras revelan un
gran deseo de movimiento, patente en las portadas de San Pedro de Moissac y de Souillac.
Borgoña, esculturas más realistas y de canon alargado que ofrecen una visión trágica del mundo, como muestran
los tímpanos de la Magdalena de Vézelay y de San Lázaro de Autun.
Provenza, con un estilo de acusada influencia clásica, cuyas imágenes, como las de San Trófimo de Arlés y San
Gil de Gard, parecen copiadas de modelos romanos.
El Dominio Real, cuyas esculturas suponen un paso decisivo hacia el naturalismo gótico, conservan todavía un
exagerado alargamiento de las proporciones y un tratamiento muy rígido y vertical de los plegados como se
advierte en las estatuas–columnas del Pórtico Real de la Catedral de Chartres.
En Italia la escultura románica mantuvo la temática religiosa, aunque en ocasiones se combinó con representaciones
profanas. Uno de los principales artistas fue el maestro Guillermo, activo en la primera mitad del s. XII y muy
preocupado por la expresividad de sus figuras achaparradas (fachada de la Catedral de Módena; fachada de San
Zenón de Verona). Pero el mejor escultor fue Benedetto Antelami, activo en Lombardía en la transición de los
siglos XII al XIII y profundo conocedor de la escultura clásica (púlpito de la Catedral de Parma; baptisterio de
Parma). Aspecto destacado de la escultura románica italiana son las puertas de bronce, entre las que destacan las de
San Zenón de Verona y las de la Catedral de Pisa. En el sur de Italia surgió otra escuela de broncistas en Amalfi,
de la que salieron las puertas de las catedrales de Salerno y Troja.
La escultura románica apenas conoció desarrollo en las Islas Británicas en su vertiente figurativa, ya que, por el
contrario, abundaron las decoraciones de carácter geométrico en arcos y columnas. No obstante, es posible destacar la
puerta del Priorato de la Catedral de Ely, que refleja de modo claro el influjo del arte vikingo.
En Aragón la obra clave del siglo XI será la Catedral de Jaca, cuyo eco habría de ser inmenso a lo largo del Camino
jacobeo tanto por su planta de tres naves cubiertas con bóvedas de cañón como por el reiterado empleo del taqueado
como elemento decorativo. La Catedral de Jaca tiene planta rectangular, sin transepto saliente y tres ábsides
alineados con las tres naves cuya separación se establece mediante la alternancia de columna–pilar. En el crucero y
sobre trompas, cubierta cupulada reforzada por nervios.
Tras esos primeros testimonios, ya en Castilla y León en el Camino de Santiago se edificó la iglesia de San Martín de
Frómista (Palencia) uno de los más puros y notables ejemplos de la arquitectura románica con su planta de cruz
latina con crucero poco acusado, tres naves terminadas en ábsides y airoso cimborrio octogonal, flanqueando la
fachada sendas torres cilíndricas. De época similar es San Isidoro de León, también del s. XI.
Pero el templo capital de este momento y de todo del románico español es la Catedral de Santiago de Compostela,
cuya construcción se inició en 1075 sobre la tumba del Apóstol. Los primeros maestros fueron Bernardo el Viejo y
Roberto, a quienes sucederían a partir de 1090 Bernardo el Joven y el maestro Esteban, quien inició la fachada
de las Platerias., el templo no sería concluido hasta bien entrado el s. XII tras la importante participación del maestro
Mateo, quien le adicionó un pórtico cubierto ya con bóvedas nervadas e inició el pórtico de la Gloria. La catedral
compostelana presenta la típica planta de iglesia de peregrinación, con girola y absidiolos, y está cubierta con bóveda
de cañón peraltado en la nave central y bóveda de arista sobre las laterales. En altura aparece la tribuna que se abre a
la nave central con ventanas geminadas.
Se distinguen en Castilla varias escuelas regionales a partir del siglo XII:
El grupo segoviano, caracterizado por uno o varios pórticos laterales con arquería de medio punto sobre columnas a
veces pareadas, que servía de refugio para la vida corporativa urbana y por uso de la bóveda de tipo califal (Ej.
iglesias de San Millán, San Esteban, San Martín y la Veracruz de Segovia). Tienen además torres solemnes.
El grupo de Avila, derivado de San Isidoro de León (I. de San Andrés), tiene en la iglesia de San Vicente un pórtico
lateral a la segoviana.
En Soria junto a ejemplares de un románico puro como San Juan de la Rabanera, o de influencia claramente
francesa, como Santo Domingo, encontramos monumentos que funden la estética cristiana y la árabe, como San
Juan de Duero, con arquerías polilobuladas entrecruzadas.
Sólo en Palencia se conservan seiscientas iglesias y ermitas románicas, lo que convierte a Castilla en la otra región
junto a Cataluña, en la que el románico provocó una fiebre constructiva.
Las Catedrales de Toro (1240), Plasencia, Salamanca y Zamora están ligadas entre sí por el eco del arte bizantino
en los cimborrios (Cimborrios del Duero), de los que podemos señalar las siguientes características:
– Las cúpulas arrancan de unas pechinas en las que se inserta el tambor.
– En el tambor se abren ventanas que permiten la penetración de la luz.
– La cúpula es semiesférica, gallonada y nervada.
– En el exterior tiene torrecillas cilíndricas.
– Están recubiertas de escamas pétreas en todos los casos, excepto en Toro.
Por último, hay que hacer mención de un tipo peculiar de templo de planta central relacionado con las edificaciones de
los Santos Lugares y que en España se desarrolló por iniciativa de los templarios, tal como reflejan las iglesias
navarras de Eunate y Torres del Río y la segoviana de la Vera Cruz, todas ellas de planta poligonal.
1. CARACTERÍSTICAS GENERALES
-En el Románico resurge la escultura monumental y se desarrollan complicados programas iconográficos pero
finalidad es decorar edificios y, por ello, frecuentemente aparece ligada físicamente a la arquitectura en portadas,
capiteles, jambas, etc.
Fuerte reacción al naturalismo clásico. Figura humana se espiritualiza, poco cuidado en anatomía y belleza
corporal, oculta bajo ropa.
Imágenes que decoran iglesias románicas instruyen mensaje religioso a una población analfabeta. Se dice que
son como "Biblias en piedra".
-ARTE EXPRESIONISTA, deformación de la realidad en función de intereses didácticos. Pero según avanza
estilo, obras ganan naturalismo y belleza hasta desembocar en estilo Gótico.
Otra característica; falta de comunicación y el hieratismo de figuras, rígidas e inexpresivas.
Falta de perspectiva y ausencia de fondos.
Para decorar templos, se adapta, “Ley del marco". Se olvidan totalmente de proporciones clásicas para
adaptarse al marco.
Se utiliza perspectiva jerárquica, personaje más importante de mayor tamaño. Esculturas en relieve, muy
plano y esquemático, aumenta antinaturalismo.
Dos campos principales donde se desarrolla escultura románica son: PORTADAS Y CAPITELES.
Iconografía románica; escultura románica enseña mediante imágenes.
LAS PORTADAS: El TÍMPANO, mayor desarrollo. Tema preferido es visión apocalíptica del JUICIO
FINAL con el Todopoderoso (PANTOCRÁTOR) en aureola ovalada (MANDORLA o ALMENDRA
MÍSTICA) rodeado por los cuatro evangelistas, representados con sus símbolos: S. Juan: el águila, S. Marcos:
el león, S. Lucas: el toro y S. Mateo: el ángel. Esta representación se denomina TETRAMORFOS.
Escultura también en zonas de portada como ARQUIVOLTAS, DINTEL y CAPITELES, más pequeña. En las
JAMBAS (lateral portada) es más larga, decoradas con grandes esculturas adosadas, o en el PARTELUZ, pilar
en centro vano de puerta como refuerzo. En las arquivoltas se representan ancianos del Apocalipsis,
completando así escena del Juicio Final que se desarrolla en el tímpano. En jambas y en el parteluz aparecen
apóstoles, santos y profetas.
Los capiteles se decoran con diversos motivos como son temas vegetales, animales y figuras humanas
entrelazados o formando escenas o historias. Animales fantásticos, arpías… y muchos seres imaginarios forman
BESTIARIO medieval con simbolismo negativo (pecados, vicios,...). En capiteles historiados, temas religiosos:
Nuevo y Antiguo Testamento, vidas de santos…
ESCULTURA EXENTA
O bulto redondo es escasa en el Románico. Figuras muy poco naturalistas, desproporcionadas, hieráticas y
frontales. Suelen ser con rostros y ojos muy grandes. Crucificado románico de cuatro clavos (pies clavados
separados), ojos abiertos no representan dolor. Cristo vivo, inexpresivo y triunfando ante muerte. Con túnica o
falda larga para ocultar anatomía.
Ejemplos en España;
-MAJESTAD DE BATLLÓ: Vestido con túnica larga que cubre anatomía. Típico Cristo románico de cuatro
clavos.
-CRISTO DE DON FERNANDO; despreocupación por realismo y belleza.
EJEMPLOS DE ESCULTURA
CLAUSTRO DEL MONASTERIO DE SILOS (Burgos. En los capiteles, todos diferentes, aparecen temas
vegetales y de animales: incluso monstruos. Temas se entremezclan formando composiciones complejas. También hay
figuras humanas, Pilares de las esquinas del claustro representan escenas del Nuevo Testamento (Vida de Cristo).
Aquí hay composiciones más complejas; "La Crucifixión", "El Descendimiento" o "La Incredulidad de Santo Tomás":
La incredulidad de Santo Tomás. Composición complicada, se representa a Cristo Resucitado con los doce apóstoles;
Santo Tomás le toca el costado para asegurarse de que es Jesús. Personajes superpuestos por falta de perspectiva.
Figuras adaptadas al marco.
En España muy pronto empezaron a surgir importantes muestras escultóricas en relación con los principales conjuntos
arquitectónicos de la Península. Así, en Jaca trabajó un activo taller al que se deben tanto el tímpano como los
capiteles de la catedral, cuya influencia en otras zonas no tardaría en hacerse sentir. El tímpano, ocupado por el
crismón sostenido por dos leones, compone un imago clipeata que se repetiría en las iglesias de la zona aledaña
(Santa Cruz de la Serós, San Pedro el Viejo de Huesca, etc.); los capiteles, con tipos esbeltos y atléticos, coinciden
con los aparecidos en otros templos del Camino Jacobeo.
En la zona leonesa destacan los capiteles del Panteón Real de la iglesia de San Isidoro en unión de las portadas
laterales del Cordero. En la Portada del Cordero se representa el tema del sacrificio de Isaac, mientras que en la del
Perdón aparece el Descendimiento, las Marías ante el sepulcro y la Resurrección de Cristo.
La puerta de las Platerías de la Catedral de Santiago es, precisamente, la obra capital de la escultura hispana de
fines del s. XI y comienzos del XII, en la que, a pesar de la falta de ordenación y de las diferencias estilísticas que se
advierten en la misma como consecuencia de posteriores reformas, destacan algunas imágenes (Adán y Eva, David
tocando el arpa) que reflejan claramente el estilo del maestro Esteban. La transición del s. XI a la centuria siguiente,
con la consiguiente mutación estilística aparece asimismo perfectamente expresada en los relieves del claustro de
Santo Domingo de Silos, en los que se muestran diversas escenas; así, en tanto que en la Incredulidad de Santo
Tomás, fechable a fines del s. XI, la composición está totalmente adaptada al marco arquitectónico y las figuras
ofrecen acusada jerarquización, en relieves como los del Árbol de Jessé o la Anunciación, ya del s. XII avanzado, ha
desaparecido la anterior rigidez, se ha incrementado el claroscuro frente a la planitud de la centuria anterior y la
composición muestra mayor independencia del marco arquitectónico.
En el s. XII, la marcha hacia el naturalismo gótico va dejándose sentir con progresiva insistencia. En Cataluña destaca
la portada del monasterio de Ripoll totalmente cubierta de relieves distribuidos en varios registros que componen un
amplio programa iconográfico en el que se mezclan representaciones religiosas y profanas con temas animales, todo
ello coronado por un Cristo en Majestad con los ancianos del Apocalipsis.
En Castilla, la evolució n fue manifestá ndose en los relieves silenses ya nombrados
hasta llegar a la segunda mitad de la centuria. Ademá s, cabe destacar la Cámara Santa
de Oviedo (1170–1180), en el que aparece un magnífico apostolado adosado a los
fustes de las columnas entre cuyas figuras parece mantenerse ya un diá logo a
diferencia de la total incomunicació n de las tallas precedentes, al tiempo que rostros y
vestimentas atestiguan un mayor naturalismo; y, poco después la portada de San
Vicente de Ávila.
Pero el conjunto má s importante de la escultura romá nica españ ola de fines del s. XII y
claro anticipo del naturalismo gó tico es el Pórtico de la Gloria de la catedral
compostelana, que fue acabado en 1188 por el maestro Mateo. Este pó rtico, que es
ciertamente una portada interior al estilo de las que aparecen en las iglesias francesas
de Borgoñ a, está compuesto de tres arcadas que apoyan en pilares con columnas
adosadas, en las que se encuentran diversas figuras policromadas de profetas y
apó stoles; las arquivoltas de los dos vanos laterales está n ocupadas por
representaciones figuradas de denso simbolismo, apareciendo en la central los
veinticuatro ancianos del Apocalipsis que tañ en diversos instrumentos musicales y
conversan entre sí. El tímpano central, apeado en un parteluz decorado con el tema del
á rbol de Jessé y la estatua sedente del Apó stol Santiago, muestra al Salvador
acompañ ado de á ngeles portadores de los instrumentos de la Pasió n, así como del
Tetramorfos.
PINTURA ROMÁNICA
1. CARACTERÍSTICAS GENERALES (muy similares a las de la escultura)
- Colores son puros y planos, sin gradación de tonos, pero muy brillantes y fuertes.
- Sin profundidad ni perspectiva. Fondos lisos.
- Las composiciones son muy sencillas, pero impresionantes tamaño figuras.
- Figuras hieráticas y frontales, aunque buscando impresionar al espectador.
- Técnica más utilizada es pintura al fresco, pintura mural. Posteriormente, se daban toques finales AL TEMPLE, para
dar más viveza a los tonos (PINTURA AL TEMPLE: se utiliza el huevo como aglutinante de los colores y agua
templada).
- Iconografía; similar a escultura románica. Organización temas dentro del templo:
- El ábside, capilla mayor, zona más elaborada. En la bóveda del ábside aparece tema apocalíptico del Pantocrátor o
Todopoderoso, dentro de almendra mística o mandorla y rodeado de los evangelistas, ángeles y profetas. También
puede aparecer Virgen con el Niño.
- Debajo están los profetas o santos simétricamente distribuidos.
- Muros laterales del templo cubiertos con historias en grandes bandas horizontales, subdivididas en cuadros.
*Escuela castellana
Influida por escuela mozárabe, pintura más simbólica, más narrativa, escenas más variadas, incluso algo de paisaje.
- PANTEÓN REAL DE SAN ISIDORO DE LEÓN. Bóvedas del techo decoradas con diferentes escenas. En un
tramo se representa el Pantocrátor con el Tetramorfos. Pero en otras bóvedas aparecen otras escenas. "La
Anunciación de los Pastores", tema bucólico y pastoril no usual y con algunas alusiones al paisaje, o "Los meses
del año" que simboliza el paso del tiempo.
- IGLESIA DE LA VERA CRUZ DE MADERUELO. Era iglesia totalmente recubierta de pinturas. Fragmento más
destacable es la escena del Génesis, "La Tentación de Adán y Eva", tema que exige el desnudo, muy raro en el
Románico, realizado con trazos muy gruesos y elementos geométricos que restan naturalismo.
- SAN BAUDELIO DE BERLANGA. Estas pinturas se encontraban en iglesia mozárabe y destaca por su originalidad
temática: no aparecen escenas religiosas sino escenas de caza.
b) Pintura en tabla
Conservamos pintura románica sobre tabla en los llamados FRONTALES DE ALTAR, llamado así porque se
situaban delante de los altares de las iglesias. Personaje principal (Cristo o la Virgen) en el centro y a los lados
diferentes escenas religiosas. Pinturas pequeñas.