Racionalidad Acotada Heuristicas y Habit
Racionalidad Acotada Heuristicas y Habit
Racionalidad Acotada Heuristicas y Habit
TESIS
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE
DOCTOR EN FILOSOFÍA DE LA CIENCIA
PRESENTA
JOSAFAT IVÁN HERNÁNDEZ CERVANTES
Director de tesis:
Dr. Sergio Martínez Muñoz (IIF-UNAM)
1
Agradecimientos:
Esta tesis ha sido producto de muchos años de estudio y de trabajo disciplinado. Pero también es producto del apoyo que he
recibido de mucha gente generosa y muy valiosa. En primer lugar quisiera agradecer Nuria Álvarez. Sin ella literalmente
este capítulo de mi vida no se habría podido realizar. Ella me convenció de no intentar migrar a los Estados Unidos y me
convenció de que tenía que volver a México para iniciar mi doctorado. Ella fue una gran fuente de inspiración sin la cual no
me habría motivado a buscar trascender mis barreras (tanto teóricas como linguísticas). Nuria me acompañó durante estos 5
años y medio, a veces a la distancia (con un océano de por medio), a veces viviendo juntos (en Lóndres, Madrid y México)
pero siempre estuvo ahí, brindándome su apoyo moral, intelectual y al final su apoyo económico (ya cuando se había
terminado mi beca). Siempre creyó en mi. La palabras no me alcanzan para describir el agradecimiento que siento, más aún
porque ella me ha hecho muy feliz. Sin duda, lo mejor que me ha pasado en la vida ha sido conocerte. Te amo.
En segundo lugar quiero agradecer a mi familia, a mi mamá Aracelí y a mi papá Jorge, por haber estado ahí siempre
apoyándome para conseguir mis sueños. Me enseñaron a ser responsable, sencillo y generoso. A mis hermanos también les
agradezco. A Omar, por ser tan alivianado y explicarme con tranquilidad temas matemáticos, de música y de software. A
Jorge le agradezco por todas esas discusiones filosóficas y políticas que siempre me motivaron a leer más y a repensar mis
propias certezas. A Alán por contagiarme de su alegría y energía juvenil. A mi abuelita Bertha porque siempre me ha
cuidado desde pequeño y porque siempre estuvo al pendiente de mi. También a mi familia que vive en Wisconsin, a quienes
visité algunas veces en los frios e inclementes inviernos, y a mi familia de Nayarit que siempre me han abierto las puertas.
En tercer lugar quiero agradecer a mi tutor Sergio Martínez Muñóz por todo su apoyo brindado en estos años. Él tuvo el
principal mérito de tenerme paciencia. Hubo momentos en que mi investigación no tenía un rumbo claro. Pero él siempre
estuvo dispuesto a escucharme y a leerme, sin importar los dolores de cabeza que le pude ocasionar. Sin embargo siempre
me sentí apoyado y cobijado por él. Muchas gracias Sergio por todas tus enseñanzas.
En cuarto lugar quiero agradecer a los miembros del jurado de la tesis. Desde los que iniciaron en el comité tutor, Godfrey
Guillaumin y Arturo Lara, así como a Paco Álvarez, Fernando Morett y Ana Laura que se fueron integrando después. Todos
ustedes siempre me apoyaron con su lectura puntal y rigurosa de mi trabajo. Sus comentarios siempre fueron constructivos.
A veces me plantearon formidables retos, pero siempre me ayudaron a plantear mejor el problema principal de la tesis y la
elaboración del argumento principal. Yo soy el único responsable de cualquier error y omisión que pueda tener mi trabajo.
En quinto lugar, quisiera agradecer a los compañeros que han asistido al seminario de filosofía de la economía de la UNAM.
Merecen especial mención los compañeros del comité organizador, Luis Enrique Segoviano y José Manuel Ortega.
Llevamos poco más de tres años trabajando juntos. Su iniciativa y compromiso siempre me han motivado a seguir adelante.
También agradezco a Jorge y Lucas por sus aportes puntuales en las sesiones. A Carolina y Wuattie les agradezco su
amistad.
En sexto lugar, agradezco a los compañeros del seminario de artefactualidad y cognición que con sus discusiones
contribuyeron a mi propio crecimiento intelectual. Merecen especial mención Natalia, Mónica, Paleta, Melina y Octavio.
En séptimo lugar agradezco a Diana Fuentes por haberme invitado al seminario de El Capital para discutir a Marx sin
prejuicios, sin dogmas y de manera crítica. En estos meses que llevamos reflexionando juntos he aprendido mucho de ti y de
los compañeros del seminario. Gracias a Andrea, Mario, Yankel y Pablo por todas las discusiones interesantes que ahí
hemos tenido.
Quisera agradecer al pueblo de México que con sus impuestos ha financiado instituciones como el Conacyt y la UNAM.
Gracias a este financiamiento pude tener una beca de posgrado, recibir educación de calidad, así como realizar una estancia
de investigación en la London School of Economics.
Esta tesis también se vió enriquecida por la escuela de verano en racionalidad acotada organizada por el Instituto Max
Planck para el desarrollo humano (donde conocí la discusión sobre paternalismo libertario), así como por los workshops y
congresos internacionales organizados por la Asociación Latinoamericana de Historia del Pensamiento Económico y por el
Institute For New Economic Thinking donde presenté algunos avances de mi trabajo de tesis. Esas instituciones me
apoyaron económicamente para poder viajar y hospedarme en Berlín, Bogotá y Los Ángeles. Agradezco a todos los
compañeros que conocí en esos eventos internacionales y que le dieron más perspectiva a mi trabajo.
2
Esta tesis va dedicada a mi abuelito
Me contó historias de su pueblo, me narró cómo era la vida de los campesinos en las montañas,
me hablaba de cómo era sembrar la tierra, y me habló sobre sus experiencias como trabajador
del aserradero (en Guerrero) y su experiencia como albañil en las periferias de la Ciudad de
México. Su alegria y sencillez eran admirables. Esta tesis va dedicada a tí abuelito, a donde
quiera que estés. Estoy seguro que ahora tienes una gran sonrisa, como siempre te vi.
3
Índice general
Introducción general..................................................................................................................................8
Introducción.................................................................................................................................24
Capítulo 2: El debate Gigerenzer-Kahneman sobre las heurísticas, los sesgos cognitivos y las normas
de buen razonamiento
Introducción.................................................................................................................................38
4
1.1 Heurísticas y sesgos cognitivos..................................................................................40
razonamiento?...................................................................................................................48
3.2 Las heurísticas como parte de una caja de herramientas adaptativas y el efecto
Introducción.................................................................................................................................69
5
2. Los conceptos de arquitectura de las decisiones y los empujones...........................................75
5.1 ¿Pueden los empujones sociales modificar los hábitos de agentes individuales?......87
5.2 ¿Pueden los empujones sociales modificar los hábitos de agentes colectivos?.........89
Capítulo 4: La crítica del grupo ABC al paternalismo libertario y su propuesta alternativa de diseño de
políticas públicas
Introducción.................................................................................................................................94
Capítulo 5: Hacia una noción de racionalidad socialmente acotada: Los hábitos y las políticas públicas
Introducción...............................................................................................................................109
6
2. De la teoría del sistema dual de la mente a la noción de hábitos de Dewey.........................113
7.1 Diagnóstico...............................................................................................................126
7.2 Propuestas de política pública para generar cambios en los hábitos alimentarios...128
Bibliografía............................................................................................................................................139
7
“El sueño de la razón produce monstruos”
Francisco de Goya
Introducción general
propuestas para elaborar políticas públicas. Se trata de los empujones (nudges) e impulsos (boosts)
propuestos por diferentes grupos de investigación que tienen diferentes maneras de entender la
racionalidad acotada (bounded rationality), las heurísticas y los sesgos cognitivos. Estos grupos son los
siguientes: El enfoque de Heurísticas y Sesgos (HS) propuesto por Daniel Kahneman (Premio Nobel de
Economía de 2002) y Amos Tversky, y el enfoque de Heurísticas Rápidas y Frugales (HRF) de Gerd
Gigerenzer.
“empujones suaves” (nudges) como herramientas para intervenir en los procesos de toma de decisiones
agente “cargará” su decisión hacia una opción específica. Esto ocurre porque el agente tiene sesgos e
ilusiones cognitivas que permiten predecir la decisión que este tomará en un contexto determinado. Un
empujón es una modificación intencional en algunas arquitecturas de las decisiones para llevar a los
8
En contraste, los partidarios del enfoque de HRF han desarrollado la noción de estímulos o
impulsos (boosts) para intervenir en la toma de decisiones de los agentes. Este enfoque no se propone
usar los sesgos e ilusiones cognitivas de los agentes, por el contrario, con los impulsos se intenta educar
a los agentes en el correcto uso de su razonamiento heurístico para hacer desaparecer sus sesgos y así
darles los elementos cognitivos necesarios para que estos puedan tomar decisiones suficientemente
desarrollado por Richard Thaler (Premio Nobel de Economía de 2017) y Cass Sunstein, mientras que el
enfoque de impulsos lo han desarrollado Ralph Hertwig y Till Grüne-Yanoff (entre otros autores). Los
primeros son partidarios de HS mientras que los segundos son partidarios de HRF. En ambos enfoques
se busca desarrollar políticas públicas que sirvan para mejorar la toma de decisiones de los agentes.
Esto para mejorar su bienestar en salud, nutrición, consumo de energía, ahorro para el retiro entre
muchos otros temas. Pero como ya hemos visto, tienen importantes diferencias: los empujones ponen
énfasis en el uso de los sesgos para llevar al agente a tomar una decisión ya preestablecida, los
impulsos ponen más énfasis en la educación para hacer desaparecer los sesgos.
Esto nos lleva a formular la pregunta central de esta investigación: ¿Hasta qué punto y de qué
manera las diferentes maneras de entender los procesos cognitivos involucrados en la toma de
decisiones de los agentes (en particular el razonamiento heurístico) pueden jugar un papel importante
en el diseño de diferentes políticas públicas? Responder esta pregunta puede servirnos para estudiar las
implicaciones en política pública que tienen los debates sobre racionalidad acotada, heurísticas y
sesgos.
En este trabajo mostraremos que los debates sobre empujones e impulsos están conectados con
otras disputas como “las guerras de la racionalidad” que se dieron en la década de los noventa y que
9
aún continúan (Sturm, 2012). En esos debates han participado varios psicólogos (Kahneman, Tversky,
Gigerenzer, Hertwig, etc) que están interesados en las repercusiones del debate en la economía. Las
discusiones sobre cómo entender la racionalidad acotada y el razonamiento heurístico son cruciales
para plantear el problema principal de esta tesis. Sin embargo, fue Herbert Simon (Premio Nobel de
Economía de 1978) quien mostró la necesidad de incorporar el razonamiento heurístico en los modelos
de toma de decisiones en economía. Por esta razón inicio con la exposición del trabajo de Simon y el
posterior debate sobre heurísticas para posteriormente centrarme en explorar las consecuencias que
La tesis principal de este trabajo parte de un diagnóstico de la discusión sobre heurísticas y sesgos que
voy a desarrollar a lo largo de los diferentes capítulos. Veremos que los dos proyectos de heurísticas
aquí analizados (HS y HRF), pese a sus diferencias, tienen algunos supuestos comunes que se pueden
remontar a los trabajos pioneros de Simon. Estos supuestos son los siguientes:
neoclásica que asume racionalidad perfecta y que los agentes son maximizadores de utilidad. La
idea central es que los agentes no optimizan funciones de utilidad porque tienen capacidades
cognitivas limitadas.
2) Ambos proyectos se centran en estudiar cómo los agentes toman sus decisiones en contextos de
riesgo e incertidumbre. Por eso los enfoques de racionalidad acotada estudian, según Simon,
procesos de elección y no sólo los resultados de la decisión. Los modelos centrados en procesos
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de elección requieren de tomar en serio aspectos cognitivos que pueden jugar un papel
como los modelos neoclásicos, no requieren una teoría cognitiva del agente. Pueden asumir
dada, es decir, en los sistemas de premios y castigos que llevan al agente a tomar una decisión
3) Al igual que Simon, los proyectos de Kahneman y Gigerenzer parecen asumir un supuesto que
llamaré “cognición individualista”. Este supuesto consiste en asumir que los procesos
Zerubavel y Smith (2010), el individualismo cognitivo busca explicar procesos cognitivos (tales
reconocimiento del tiempo etc.) solamente en términos de procesos mentales que ocurren dentro
de la cabeza de los individuos. Esta manera de ver la cognición, si bien ha generado importantes
atención a la interacción de los agentes con su medio social (Zerubel y Smith, 2010). En el caso
individualismo cognitivo que está implícito en sus trabajos ha llevado a la idea de que el
los enfoques de Gigerenzer y Kahneman, el ambiente social juega un papel pasivo, donde este
sólo se limita a dar señales al agente para que este pueda activar ciertas heurísticas que ya se
tienen en la cabeza. Así, las heurísticas aparecen como algo ya dado y fijo (Fonseca y Martínez,
11
2017). En los enfoques de Gigerenzer y Kahneman no queda claro cómo las heurísticas se
pueden modificar con la interacción del agente y el ambiente social (Hernández, 2013). Por lo
Estos tres supuestos, como veremos, permiten establecer un piso común entre los enfoques de
heurísticas de Gigerenzer y Kahneman que les permiten hacer posible sus propuestas. Si bien ambos
individualista) también sirven para diferenciar estos proyectos de otras tradiciones de pensamiento, en
particular de la economía neoclásica. Esto es así, porque al asumir el supuesto 1 (racionalidad acotada),
se está rechazando la noción neoclásica de agente racional que modela a los agentes como si estos
(estudian procesos de elección y no sólo los resultados de la elección), se está considerando necesario
tomar en cuenta aspectos cognitivos de la toma de decisiones que no se pueden describir por medio de
economía neoclásica que comparten todos los teóricos de la racionalidad acotada: que esta no modela
el comportamiento de seres humanos reales, de carne y hueso. Este punto es relevante porque la noción
largo del siglo XIX y XX que generó una noción descorporalizada de agente racional (Morgan, 2006,
2012; Erickson et al. 2013; Ross, 2014). Al final se ha quedado una visión muy delgada y frágil del
agente que dista mucho de cómo son los seres humanos reales, de carne y hueso (Morgan, 2012;
12
Thaler, 2015). Ante esta tendencia de creciente simplificación y caricaturización del agente, las
noción de agente buscando recuperar elementos de la psicología. Richard Thaler fue el que logró
integrar más elementos psicológicos a modelos de toma de decisiones en economía, pues su objetivo
era “hacer más humana a la economía” (Thaler, 2015), justo en el sentido de modelar el
comportamiento seres humanos reales, de carne y hueso, donde las emociones, pasiones, las
heurísticas, los sesgos e ilusiones cognitivas también son relevantes para explicar cómo los agentes
toman sus decisiones (Thaler, 2015; Ross, 2014). Como veremos en el capítulo 3, la distinción entre
“Econs” (el tradicional “homo economicus”) y “seres humanos” es muy importante en el proyecto de
No obstante la actitud crítica que tienen los proyectos de racionalidad acotada aquí estudiados
(HS y HRF) hacia la economía neoclásica, su crítica es diferenciada: los partidarios de HS rechazan el
carácter explicativo y descriptivo del modelo de utilidad esperada, pero lo retienen como una “lógica de
la toma de decisiones” (Kahneman, 2011). Por lo tanto, siguen manteniendo a la economía neoclásica
Los partidarios del enfoque de HRF, en cambio, rechazan el modelo de utilidad esperada en
todos sus niveles (explicativo, descriptivo y normativo) pues consideran que ese modelo no ayuda a
explicar la toma de decisiones de los agentes reales ni tampoco sirve como un marco normativo para
decir cómo los agentes deberían tomar sus decisiones. Como los partidarios de Gigerenzer no están
1 Sobre esto hablé detalladamente en mi tesis de maestría (Hernández, 2012), donde hice una análisis de cómo los enfoques
de Gigerenzer y Kahneman se diferencian del enfoque neoclásico del agente racional. En ese momento presenté una historia
de la noción de agente desde Adam Smith a la nueva macroeconomía clásica de expectativas racionales, mostrando cómo la
noción de agente se fue simplificando y distorsionando cada vez más. Luego presenté las diferentes propuestas de Simon,
Kahneman y Gigerenzer que buscaron diferenciarse de la economía neoclásica. El presente trabajo puede verse como una
prolongación de aquella investigación, sólo que ahora me estoy centrando en estudiar las consecuencias que tienen esos
diferentes enfoques de racionalidad acotada para formular políticas públicas.
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interesados en identificar los sesgos (tal y como los plantean Kahneman y Tversky), en su enfoque, el
modelo de utilidad esperada no juega ningún papel explicativo del razonamiento heurístico.
Sin embargo, al interior de las tradiciones de racionalidad acotada, los debates entre los
partidarios de Gigerenzer y Kahneman parecen haber llegado a un callejón sin salida. Como veremos
en el capítulo 2, parece que ambos enfoques se enfrentan al siguiente dilema: o bien las heurísticas
tienden a llevar a los agentes a cometer sesgos (como lo sugieren las heurísticas descritas por
Kahneman y Tversky), o bien, tienden a resolver problemas de manera exitosa (como lo sugieren las
heurísticas estudiadas por Gigerenzer). Tal y como se plantea el debate entre los proyectos de
Kahneman y Gigerenzer parece que tendríamos que decidir entre uno de los dos2.
Me parece que se llegó al dilema arriba planteado (i.e. las heurísticas tienden al error o tienden a
resolver problemas de manera exitosa) porque los enfoques HS y HRF comparten el supuesto de
cognición individualista (arriba formulado) que los lleva a pensar que las heurísticas están dentro de la
cabeza de individuos. Esto, a su vez, los lleva a pensar que las heurísticas son algo así como una clase
natural fija y dada. Si esto es así, entonces tendríamos que tener sólo un modelo que se aproxime mejor
que todos los demás a la descripción de dichas heurísticas. Es ahí donde se dan las principales
confrontaciones entre los proyectos de Kahneman y Gigerenzer, pues su pugna ha sido por saber cuál
de los dos enfoques es el correcto y cuál de los dos está en el error. Parte de este debate se debe a que
ambos enfoques comparten el supuesto de que las heurísticas se pueden descomponer y aislar en el
laboratorio para estudiarlas una a una, por separado, sin necesidad de considerar su interacción
compleja con otras heurísticas, otros agentes y el contexto material e institucional (Fonseca y Martínez,
2017).
2 En una entrevista Daniel Kahneman dijo lo siguiente: “Gigerenzer speaks very well. Even when he´s completely wrong, it
´s hard no to be impressed” Gigerenzer, por su parte ha declarado lo siguiente: “in concentrating only on fallacies and biases
Danny [Kahneman] pushes the idea that people are dumb (...)”. Véase Tim Adams (2014) “Nudge economics: has push
come to shove for a fashionable theory?” en The Guardian, Reino Unido
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La manera de estudiar las heurísticas es por medio del diseño de experimentos de laboratorio
donde participan personas interactuando bajo condiciones controladas, se realizan cuestionarios para
ver cómo los agentes razonan ante ciertos escenarios, usualmente se formalizan las heurísticas y en
Como veremos, esta manera de estudiar las heurísticas, si bien ha ayudado a identificar
heurísticas específicas, también tiene límites que son muy importantes tener en cuenta cuando
buscamos entender comportamientos que se dan en la vida cotidiana. Es aquí donde la noción de
hábitos puede jugar un papel crucial en la estructuración social del razonamiento heurístico, como
individuos, le quita carácter explicativo al ambiente social. Una manera de alejarse del supuesto de
cognición individualista es ver las heurísticas como algo ligado a hábitos. Esto nos permitirá tomar más
en serio el ambiente social para centrar el análisis en la interacción entre agente-ambiente. Así
podremos aproximarnos a las heurísticas considerando que éstas se estructuran socialmente y luego, se
van transformando y adaptando al medio mediante la práctica de los agentes. Es decir, podremos ver su
“plasticidad” (Bardone, 2011). De esta forma podemos evitar pensar que las heurísticas son una clase
3. La tesis principal
individualista. Esta manera de modelar las heurísticas tiene severas dificultades porque no permite ver
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la plasticidad de las heurísticas ni permite diseñar políticas públicas que modifiquen los hábitos de los
agentes de manera efectiva. Por lo tanto, aquí elaboraré una propuesta de modelación de las heurísticas
que reconozca la relevancia explicativa de los hábitos y que nos permita integrar los enfoques HS y
HRF dentro una visión más amplia e integral que llamaré racionalidad socialmente acotada3.
Por hábitos entiendo, siguiendo a Dewey (2002 [1922]) las disposiciones y habilidades que los
agentes adquieren por experiencia. Por experiencia entiendo las interacciones que hay entre el agente y
el ambiente social. Estas interacciones, cuando son repetidas en contextos estables, van articulando
hábitos (Dewey, 2002 [1922]). Los hábitos ayudan al agente a adaptarse a su medio. Esto involucra la
adquisición de habilidades que permiten al agente resolver diferentes problemas que se le presentan.
Las estructuras heurísticas son el andamiaje que permite la formación de contextos de inferencia
que son confiables (Martínez, 2003). Estos contextos se forman apartir de lo que otros agentes
consideran conocimiento, la tecnología disponible y los contextos donde los agentes tienen que resolver
problemas dentro de un lapso de tiempo limitado. La idea central es que las heurísticas descritas por los
proyectos de Kahneman y Gigerenzer son casos específicos de diferentes estructuras heurísticas que
Las estructuras heurísticas, a su vez, forman prácticas entre diferentes agentes que se estabilizan
(Martínez, 2003). Pero estas prácticas están socialmente distribuídas en diferentes contextos sociales.
Es aquí donde entran los hábitos, pues estos, según Dewey, están socialmente distribuidos por medio de
costumbres (hábitos intersubjetivos) que se forman considerando diferentes situaciones sociales donde,
3 Aunque en esta tesis no voy a desarrollar un argumento explícitamente marxista, si quisiera decir que estoy influído por la
crítica de Marx a las robinsonadas de los economistas clásicos, donde se presentan a individuos aislados como punto de
partida de la reflexión sobre la sociedad. Como Marx, pienso que es muy importante tomar en serio el contexto social y la
historia. También considero que mi trabajo puede verse como un avance hacia la desmistificación de la noción de agente
racional de la economía.
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además de los elementos que constituyen una estructura heurística, hay otros elementos relevantes que
La conexión entre estructuras heurísticas y hábitos nos permite ver que el razonamiento
heurístico es ecológico en un sentido más dinámico y social (Martínez, 2009) que lo que planteado por
heurístico (como las diferentes clasificaciones ofrecidas por Gigerenzer y Kahneman), en realidad ese
tipo de situación es muy artificial y no debería de tomarse como ejemplo paradigmático de un tipo de
razonamiento (Fonseca y Martínez, 2017). Incorporar el concepto de hábito permite decir que las
socialización. Estos procesos de socialización pasan por la estructuración de heurísticas y culmina con
la formación de hábitos dentro de un espacio social normado por instituciones. Mi idea es que el
razonamiento heurístico es una habilidad que se estructura socialmente por medio de hábitos, y estos, a
su vez, están socialmente distribuidos en diferentes prácticas sociales reguladas por instituciones.
Estructuras heurísticas, hábitos e instituciones forman un sistema complejo que podemos llamar,
siguiendo a Bardone (2011), nicho cognitivo. Un nicho cognitivo es un ambiente que ha sido
construído por un conjunto de agentes con el fin de buscar aumentar sus probabilidades de
experiencias previas de múltiples agentes, los cuales sirven para aumentar las capacidades cognitivas
del agentes lo cual les da más elementos para poder adaptarse a su medio. De esta manera, mediante la
interacción reiterada del agente con el ambiente, la racionalidad se moldea, se expande y se disminuyen
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Una consecuencia de mirar el razonamiento heurístico como algo socialmente estructurado en
nichos cognitivos es que nos permite decir que las políticas públicas deberían tener como objetivo
central explicar y modificar hábitos. Si aceptamos que el cambio de hábitos debería ser el objetivo
principal de las políticas públicas, entonces podemos usar nuestra capacidad para hacer planes (lo que
John Dewey llama inteligencia) para elaborar planes integrales de política pública que busquen
modificar los nichos cognitivos para generar nuevos hábitos que sean estables. Según Bardone (2011)
un nicho cognitivo puede mejorarse mediante la acción. De esta manera, podemos pensar en usar tanto
empujones como impulsos, de manera complementaria junto a otros instrumentos de política pública,
para modificar el nicho cognitivo que reproduce los hábitos que queremos cambiar.
Mi proyecto apunta hacia una noción de racionalidad socialmente acotada que puede verse
como algo análogo y complementario al proyecto de Álvarez y Echeverría (2008) y Hortal (2018) de
acotado no sólo por los aspectos cognitivos que entran en la “racionalidad procedimental” descrita por
Simon (esto es el supuesto 2 que enuncié en el apartado 2 de esta introducción, donde entrarían las
heurísticas descritas por Gigerenzer y Kahneman) sino por los valores que también constriñen el
comportamiento de los agentes. En ese enfoque también se busca ver el carácter complementario de las
diferentes nociones de heurísticas de Gigerenzer y Kahneman para tener un entendimiento más amplio
y complejo del comportamiento de los agentes. Pero también se reconoce la importancia del ambiente
social para poder dar cuenta de cómo diferentes valores normativos que están socialmente distribuidos
pueden jugar un papel en la toma de decisiones de los agentes. La diferencia de mi proyecto es, en todo
caso, que yo pondré énfasis en el cambio de hábitos para poder articular políticas públicas que sirvan
para modificar el nicho cognitivo que articula los hábitos de los agentes. Esta diferencia, en realidad, es
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4. Estructura del trabajo:
Para abordar el problema principal de esta investigación y defender la tesis principal procederé como
sigue. En el primer capítulo expondré el proyecto pionero de Simon sobre racionalidad acotada. Lo
relevante aquí es mostrar qué entendió Simon por racionalidad acotada, cómo se diferencía su noción
de agente de la economía neoclásica, así como los elementos cognitivos que Simon tomó en cuenta
para desarrollar su noción de agente. En el capítulo expondré lo que me parece es el principal legado de
Simon que, como veremos, plantea tres supuestos clave que autores posteriores como Kahneman y
Gigerenzer mentienen en sus trabajos: que la racionalidad de los agentes es acotada, que lo relevante a
estudiar son procesos de toma de decisiones y que si bien es relevante tomar en cuenta factores
En el capítulo 2 veremos cómo la obra de Simon se retomó por otros psicólogos que
Gigerenzer. Estos autores, y sus respectivos seguidores, siguieron estudiando procesos de elección de
los agentes. Especialmente en situaciones de riesgo e incertidumbre donde se tiene que tomar
decisiones con tiempo limitado. De ahí su interés en estudiar las heurísticas. Sin embargo esos autores
entraron en un duro y acalorado debate que se ha conocido como las “guerras de la racionalidad”
(Sturm, 2012). Estos autores aún continúan debatiendo sobre qué son las heurísticas, sobre si estas
llevan a los agentes a cometer errores sistemáticos y predecibles (sesgos cognitivos), sobre si las
heurísticas pueden ser buenas normas de razonamiento, entre otros puntos. Parece ser que el debate de
fondo entre esos psicólogos es definir qué cuenta como norma de buen razonamiento y en ese contexto
ver si las heurísticas pueden ser buenas normas de razonamiento (Fonseca, 2016; Fonseca y Martínez,
2017; García, 2017). Por un lado, Kahneman y Tversky aceptan como buenas normas de razonamiento
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(al menos en un sentido técnico4) los principios clásicos de la lógica y de la probabilidad para poder
identificar desde ahí los sesgos. Por otro lado, Gigerenzer rechaza tales normas (incluso en un sentido
técnico) y propone redefinir lo que se considera “racional” a partir de la “ecología de las heurísticas”
diferentes maneras de entender las heurísticas porque se refieren a diferentes “estructuras heurísticas”
(Martínez, 2003). Estas diferentes maneras de entender las heurísticas, como veremos en los siguientes
En los capítulos 3 y 4 expondré las implicaciones que las nociones de heurística (y otros
interesa mostrar que los debates sobre empujones e impulsos son una prolongación de las “guerras de la
racionalidad”. En el capítulo 3 mostraré cómo las ideas de Kahneman y Tversky se desarrollaron por el
economista Richard Thaler y el abogado constitucionalista Cass Sunstein para formular políticas
públicas: las arquitecturas de las decisiones y los empujones. Estos autores retomaron la teoría del
sistema dual de la mente para poder sintetizar las principales aportaciones de la economía del
comportamiento5. Luego desarrollaron la noción de arquitecturas de las decisiones para mostrar cómo
4 Esto lo ha afirma Kahneman en una entrevista realizada en 2012: “The word rationality for me is a technical term.
Rationality is defined in decision theory as logical coherence, and it’s very easy to test. In fact, a significant amount of
research —and the research done by Amos and me, specifically— was dedicated to showing that people are not rational by
that definition. But to call people irrational makes me cringe because the meaning of irrationality is associated for most
people with emotion, with impulsivity, with frothing at the mouth. Our research was concerned with cognitive biases; we
did not deal with mistakes that people make that arise from emotional impulsivity. As I understand the word, what we
studied was not irrationality (...) I accept the definition of rationality as a technical term. I don’t use the word rationality
except as that technical term. I don’t say people are irrational. I speak of reasonableness, I follow Richard Thaler in talking
about Econs versus Humans, and I think Meir’s use of normal is the same general idea. I just don’t use the word much,
except in its technical meaning. The so-called rational agent hypothesis is outlandish and completely implausible. No finite
mind could satisfy the requirement of rationality. The bottom line is that I don’t need to define rationality, because it’s
defined as a technical term.” (Kahneman, 2012: 11; las cursivas son mías)
5 Es importante tener en cuenta que el proyecto de economía del comportamiento que impulsa Richard Thaler, a pesar de
sus similitudes con la economía experimental propuesta por Vernon Smith (Premio Nobel de Economía de 2002) tiene
diferencias importantes en su agenda de investigación. Thaler (2015: 40) lo expresa de la siguiente forma: “(...) Smith´s
research agenda was, at least at that time, different from the one I was imagining for myself. When he and Danny
[Kahneman] shared the Nobel Prize in economics many years later, I told a reporter that the difference between their
respective research agendas that won them the prize was that Smith was trying to show how well economic theory worked
and Kahneman was doing the opposite.” (las cursivas son mías). En este trabajo de investigación sólo hablaré de la
economía del comportamiento, no de economía experimental.
20
aspectos que los economistas neoclásicos suelen considerar irrelevantes en realidad juegan un papel
muy importante en la toma de decisiones de los agentes. Esto porque los seres humanos, a diferencia de
los Econs (el homo economicus), no sólo responden a incentivos (sistemas de premios y castigos,
costos y ganancias), sino también a emociones (sentido de justicia), la manera en cómo se encuadra la
información (framing), así como a inercias del comportamiento que tenemos (las heurísticas del default
y el sesgo del status quo). Esta nueva noción de agente les permitió a Thaler y Sunstein elaborar la
noción de empujón (nudges) que permite a los arquitectos de las decisiones llevar a los agentes a tomar
política pública: ahorro para el retiro, donación de órganos, en temas ambientales, ahorro en consumo
de energia y nutrición. También ya se han elaborado justificaciones de filosofía política (el llamado
“paternalismo libertario”) que han generado duros y acalorados debates sobre si los empujones son
intrusivos, violentan la libertad de los agentes, así como la relación entre los empujones, la
manipulación y la educación. Este último punto llevo a Gigerenzer y a sus colegas a desarrollar la
noción de impulso que estudiaré con detalle en el capítulo 4. Al final del capítulo 3 abordo algunos
alcances y límites que tienen los empujones para generar cambios de hábitos en los agentes. Mostraré
que el supuesto de cognición individualista contriñe los alcances de los empujones para generar nuevos
hábitos.
En el capítulo 4 expondré cómo la manera de entender heurísticas por parte de Gigerenzer y sus
colegas (Hertwig, Grüne-Yanoff entre otros) los llevó a realizar una crítica a la propuesta paternalista-
libertaria de Thaler y Sunstein. En ese capítulo voy a exponer su propuesta alternativa para formular
políticas públicas: los impulsos. Los impulsos son parte de un proyecto de “sociedad resiliente” que los
seguidores de Gigerenzer oponen al paternalismo libertario. Al final del capítulo mostraré que, pese a
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individualista que no les permite tomar en serio factores sociales para explicar la formación de las
heurísticas. Esto, como veremos, tiene implicaciones en el terreno de las políticas públicas, pues la idea
de “impulsos educativos” también resulta ser insuficiente para modificar hábitos en los agentes. Para
que, siguiendo a Bardone (2011) llamo nichos cognitivos. En este capítulo critico el dualismo del
sistema dual de la mente de Kahneman usando el concepto de hábitos de Dewey y luego muestro cómo
los hábitos y las costumbres se relacionan con las estructuras heurísticas. Los hábitos también se
relacionan con las instituciones. Para elaborar esta conexión recurro al trabajo del economista
institucionalista Geoffrey Hodgson que, usando la noción de hábito de Dewey y Veblen, plantea que los
hábitos son mediaciones entre los agentes y las instituciones. Las instituciones son según Hodgson
(2000, 2006, 2007) sistemas de reglas estables que regulan la interacción entre agentes. Nos dicen qué
está y qué no está permitido, que se debería y qué no se debería hacer, así como generan expectativas.
Las instituciones generan hábitos de pensamiento en los agentes. Pero también las interacciones entre
los agentes pueden generar nuevos hábitos que pueden generar cambios institucionales. La idea crucial
es que las estructuras heurísticas, los hábitos y las instituciones se articulan de manera dinámica y
compleja generando nichos cognitivos que moldean la racionalidad de los agentes. Esta visión, como
veremos, también tiene implicaciones para formular políticas públicas: Si queremos modificar los
hábitos de los agentes entonces tenemos que modificar el nicho cognitivo. Para impulsar esos cambios
podemos elaborar planes integrales de política pública que usen de manera complementaria tanto
empujones como impulsos, así como otros instrumentos de política pública que sean relevantes para
22
generar nuevos hábitos que sean estables. Una consecuencia de esto es que defiendo una postura
pragmática sobre el diseño de políticas públicas que dará prioridad al análisis de la situación concreta
que queremos modificar para luego elaborar planes que usen de manera inteligente los diferentes
instrumentos que tengamos a nuestra disposición. Para ejemplificar mi postura usaré un caso de
estudio: nutrición y malos hábitos de alimentación de los mexicanos. Mostraré que se pueden usar de
manera complementaria diferentes empujones e impulsos para impulsar cambios en el nicho cognitivo.
Pero esta situación es tan compleja que requiere de otros instrumentos que busquen disminuir la
pobreza y la desigualdad, así como reestructurar el mercado de alimentos lo cual, en conjunto, genera
23
Capítulo 1
without stirring out of our armchairs to observe what such behavior is like”
Herbert Simon
Introducción
El objetivo de este capítulo es exponer el proyecto de Herbert Simon sobre racionalidad acotada. Me
interesa mostrar cómo ese proyecto surgió como una crítica a la economía neoclásica y cómo ello llevó
a generar nuevos modelos sobre el agente racional interesados en tomar en cuenta elementos
cognitivos. Pero cabe preguntar ¿Exactamente en qué consiste el proyecto de racionalidad acotada de
Simon? ¿Cómo se diferencía su proyecto de los modelos neoclásicos de elección racional? Estas serán
las preguntas principales que abordaré en este capítulo. Me interesa exponer el proyecto de Simon para
mostrar, en los capítulos siguientes, cómo su trabajo influyó en diferentes proyectos de racionalidad
Para lograr el objetivo de este capítulo voy a proceder como sigue. En una primera sección
expondré el modelo neoclásico de utilidad esperada. En una segunda sección voy a exponer las críticas
de Simon a ese modelo y su propuesta alternativa: el modelo satisfaccionista. En una tercera sección
expondré cómo la idea de satisfaccionismo llevó a Simon a formular la distinción entre racionalidad
substantiva y procedimental. Veremos cómo Simon se interesó por estudiar el segundo tipo de
24
racionalidad lo cual lo llevó a interesarse por estudiar procesos cognitivos. En una cuarta parte
expondré cómo el interés de Simon por estudiar heurísticas lo llevó a desarrollar la metáfora
computacionalista de la mente. Pero esta manera de estudiar la cognición lo llevó a asumir un supuesto:
que la cognición es un fenómeno individual. Finalmente, en una quinta sección, expondré el principal
legado teórico de Simon que influyó en el trabajo de autores posteriores a él: el inicio de una nueva
manera de modelizar al agente racional que involucra tres supuestos: racionalidad acotada,
El modelo de utilidad esperada fue formulado por primera vez por los teóricos de juegos John Von
Neumann y Oskar Morgenstern (1953). Se trata de un modelo matemático que se planteó para
ordenada que le permite tomar una decisión entre dos o más opciones.
A sobre C
otros agentes.
25
la cual el agente se mantiene indiferente entre esa mezcla de las loterías A y C la lotería
Si el agente satisface estos axiomas entonces se dice que es racional. En este modelo se
diferencía entre actos, estados en el mundo y resultados para poder modelar al agente racional y las
situaciones de elección que este enfrenta. Veamos un ejemplo sencillo que retomo de Rachel Briggs
(2013) para ilustrar este modelo: llevar o no un paraguas. Supongamos que una persona está
preparándose para salir de su casa. Está nublado y no sabe si va a llover o no. El problema de elección
es el siguiente: ¿Esa persona debe llevar el paraguas? Los estados posibles son llueve o no llueve. Los
actos son llevar o no un paraguas y los resultados de las acciones se resumen en el siguiente cuadro.
UE (llevar) = (0.6)(5)+(0.4)(5)= 5
26
Como la utilidad esperada de llevar el paraguas es mayor que la de no llevarlo, entonces el
modelo de la utilidad esperada nos dice que la mejor decisión es llevar el paraguas, donde el resultado
(probabilidad subjetiva). También hay modelos de elección racional que se usan para tomar decisiones
Cuando hay más parámetros en las funciones de utilidad se optimiza por medio del cálculo de
derivadas parciales.
Este modelo fue defendido por Milton Friedman y Leonard Savage (1952) bajo la idea de que,
si bien es cierto que las personas de carne y hueso no usan los axiomas descritos ni realizan cálculos
probabilísticos complejos usando el teorema de Bayes, se puede suponer que estos actuan como si6 lo
hicieran (Friedman y Savage, 1952). Esto es así porque en este modelo no interesa representar de una
forma realista a los agentes. Simplemente interesa predecir sus conductas. Por ejemplo, si queremos
predecir los tiros de un jugador experto de billar se puede suponer que este es perfectamente racional.
Es decir, podemos suponer que el agente actua como si realizara cálculos matemáticos precisos para
preparar su tiro. Ello nos permite usar geometría, mecánica clasica, etc para predecir el tiro de este
jugador experto (Friedman y Savage, 1952). Para Friedman el punto clave de un modelo no es si nos da
o no una imágen más o menos realista sobre los hechos. El punto es que sus predicciones sean
correctas7.
6 En su defensa de los modelos de utilidad esperada Friedman y Savage (1952: 473) dicen lo siguiente: The hypothesis that
individuals choose among alternatives involving risk as if they were seeking to maximize the expected value of some
quantity, which has been called utility, is intended to be a scientific hypothesis enabling correct predictions to be made
about individual behavior. It should be accepted tentatively, of course, as all scientific hypotheses are- if it leads to
"correct" predictions usually, or more frequently than any equally useful alternative; it should be rejected if its predictions
are generally contradicted by observation.
7 Al respecto Friedman (2009 [1953]: 37-38) dice lo siguiente: “”Marshall´s apparatus turned out to be most useful for
27
El modelo de utilidad esperada es muy influyente en la economía dominante 8, y justo contra
este tipo de modelo es que Herbert Simon discutió para abrir paso a su propuesta alternativa: la
racionalidad acotada.
Herbert Simon (1947) se interesó en estudiar la toma de decisiones de consejos administrativos, tanto
de empresas como de gobierno. Sin embargo él vio que en esos consejos se tomaban decisiones que
distaban de las predicciones hechas por el modelo de utilidad esperada. Los tomadores de decisión no
Para entender la toma de decisiones de los agentes reales Simon requirió de elaborar un nuevo
modelo. Para ello partió de una serie de críticas a los modelos tradicionales de elección racional.
Primero consideró que ningún agente real, de carne y hueso, puede cumplir con los requisitos
cognitivos que los axiomas del modelo de elección racional demandan (Simon 1955, 1956). Tales
requisitos cognitivos son tener capacidad de cómputo infinito, memoria infinita, capacidad de
problems in which a group of firms is affected by common stimuli, and in which the firms can be trated as if they were
perfect competitors. This is the source of the misconception that Marshall “assumed” perfect competition in some
descriptive sense. It would be highly desirable to have a more general theory than Marshall´s, one that would cover at the
same time both those cases in which differentiation of product or fewness of numbers makes an essential difference and
those in which it does not. Such a theory would enable us to handle problems wen now cannot and, in addition, facilitate
determination of the range of circumstances iunder which the simpler thery can be regarded as a good enouh
approaximation. To perform this function, the more general theory must have content and substance; it must have
implications susceptible to empirical contradiction and of substantive interest and importante”
8 Vease por ejemplo, la obra del Premio Nobel de Economía de 1992 Gary Becker (1992) y la tendencia de sus seguidores a
“colonizar” otras áreas de las ciencias sociales con métodos de la teoría de la elección racional generando el fenómeno que
los propios alumnos de Becker han llamado “imperialismo de la economía” (Lazear, 2000). El popular libro de
Freakonomics (Levitt y Dubner, 2005) también va en esta dirección de universalización del modelo de utilidad esperada en
las ciencias sociales.
28
procesamiento infinito y conocer perfectamente toda la información de las implicaciones de cada una
Para Simon estas capacidades cognitivas no son infinitas, sino que están limitadas. Además de
ello, Simon también consideró el hecho de que los agentes se ven presionados por el ambiente para
tomar decisiones en un tiempo limitado (Simon, 1955). Ello les impide procesar toda la información de
la mejor manera posible y hacer cálculos precisos para tomar decisiones óptimas.
Los elementos arriba señalados llevaron a Simon a decir que el modelo de elección racional era
más normativo que descriptivo. Esto es así porque este modelo hablan sobre cómo los agentes
racionales deberían tomar decisiones, en vez de describir cómo los agentes, de hecho, toman sus
decisiones. Así pues Simon (1955, 1956) elaboró una propuesta alternativa para explicar la toma de
El modelo satisfaccionista de Simon asume que el agente busca satisfacer ciertos niveles de aspiración.
Mientras más altos sean los niveles de aspiración, más difícil será encontrar una opción que satisfaga
dicho nivel. Mientras más bajo sea, más fácil será encontrar alguna opción que lo satisfaga. Esto
significa que, para Simon (1955), el agente racional no es maximizador de utilidad, no busca tomar
“decisiones óptimas”. Sólo busca tomar decisiones viables que sean suficientemente buenas (good
enough). Esto lo llevó a decir que, en su modelo, no hay una única solución que sea considerada como
“la óptima” porque en su modelo hay muchas soluciones “satisfactorias”. Así, los agentes en vez de
buscar tomar “la mejor decisión” sólo buscan tomar decisiones viables. Esta idea se representa en la
siguiente gráfica.
29
Gráfica 1: Recompensas parcialmente ordenadas
Estas se pueden representar de dos formas: a) con dos valores, a saber 1 y 0 (satisfactorio, no
satisfactorio) ó b) con tres valores: 1, 0, -1 que simbolizan ganar, igual ó perder respectivamente. Las
En el caso de V2, todo lo que esté por encima de su curva K2 tendrá un valor de 1 (será satisfactorio).
Mientras que todo lo que esté debajo de K2 tendrá un valor de 0 (será insatisfactorio). En el caso de
V1, todo lo que esté a la derecha de K1 será satisfactorio, mientras que todo lo que esté a la izquierda
de K2 será insatisfactorio.
El área sombreada representa todas las recompensas que satisfacen los niveles de aspiración de
ambos individuos, mientras que el resto de las areas no sombreadas no satisfacen los niveles de
aspiración de los dos a la vez. Pueden darse casos en donde el nivel de aspiración de un individuo se
Simon (1955) también asume que hay limitaciones temporales que presionan al agente en su
toma de decisiones. En este contexto él se pregunta ¿Cómo toman sus decisiones los agentes? La
respuesta de Simon es que el agente busca identificar pistas o señales (cues) en los ambientes que lo
30
llevará a opciones que satisfagan sus niveles de aspiración. Esto sin necesidad de procesar toda la
información disponible.
Como podemos ver, Simon no necesitó ninguno de los cuatro axiomas del modelo de utilidad
los agentes. Le bastó con asumir que el agente tiene niveles de aspiración y que tiene una capacidad
Simon (1955) usó un ejemplo para ilustrar su modelo: el del vendedor de una casa. ¿Cómo
decide el vendedor de una casa si acepta o no una oferta hecha por alguno de los compradores? Simon
señala que el vendedor de una casa puede fijar un precio, digamos 15 000 dólares. Cualquier
comprador que le ofrezca una cantidad menor a eso será rechazado por el vendedor. Sin embargo,
según Simon (1955), cualquier cantidad que esté por encima de los 15 000 dolares será aceptada por el
vendedor.
En este caso el agente no toma la mejor decisión posible, pues no compara nunca todas las
ofertas de dinero que los compradores de casas ofrecen en el mercado. Simplemente se contenta con
tomar una decisión “suficientemente buena” (good enough): cualquier precio que esté por encima de
los 15 000 dólares. Aquí podemos ver claramente cómo Simon (1955) representa a los agentes
racionales no como agentes que busquen maximizar su utilidad, sino como agentes que simplemente
les interesa tomar “decisiones viables” (que satisfagan sus niveles de aspiración).
apriorismo de los supuestos clásicos y neoclásicos sobre la conducta humana” (Simon 1985: 18). De
esta forma Simon (1985) centró su proyecto en estudiar la toma de decisiones reales y la resolución de
problemas. Y para ello, como él mismo lo dice, empezó a ver “(...) una creatura de racionalidad acotada
31
usando técnicas de búsqueda heurística para encontrar cursos de acción satisfaccionistas
Como podemos ver, ya desde el modelo satisfaccionista Simon estaba pensando en algo
parecido a heurísticas de razonamiento. Esto lo llevó a estudiar cómo los agentes toman sus decisiones
donde:
“The former is concerned only with finding what action maximizes utility in the given situation, hence is concerned with
analyzing the situation but not the decision maker [. . .]. Procedural rationality is concerned with how the decision maker
generates alternatives of action and compares them. It necessarily rests on a theory of human cognition. (Simon, 1997: 18;
Como podemos ver, Simon considera que la racionalidad substantiva se interesa sólo por
encontrar qué acción maximiza la utilidad dada una situación. Por lo tanto, lo que interesa es estudiar la
estudiar cómo el tomador de decisiones genera alternativas de acción y las compara. Y para esto
A partir de esta distinción se puede decir que el modelo de utilidad esperada analizado en el
que sólo se interesa por estudiar los resultados de la elección. El objetivo principal de este tipo de
32
modelos es predecir cuál decisión tomará el agente dado cierto contexto que se define por los posibles
Al atribuir racionalidad ilimitada al agente, lo que se está haciendo es omitirlo del análisis para
comportamiento del agente (Mäki, 1992). En este modelo no es necesario aludir a algún rasgo
(Ross, 2014), y ello permite usar este modelo para estudiar conductas de agentes no humanos, como
insectos, bacterias, animales y plantas (Ross, 2014). O como hacen los seguidores de Gary Becker,
estudiar temas sociales que tradicionalmente no son objeto de estudio de la economía (crimen, elección
de pareja, etc.)
“racionalidad procedimental”, porque el modelo satisfaccionista estudia cómo los agentes generan sus
alternativas de acción partiendo de sus capacidades cognitivas limitadas. Los agentes fijan sus niveles
de aspiración y desde ahí restringen su rango de opciones (decisiones viables o no). Luego los agentes
comparan las diferentes alternativas de manera rápida por medio de su capacidad cognitiva de
manera rápida, sin necesidad de hacer cómputos complejos. Es aquí donde entra el tema de las
heurísticas.
Simon se interesó en estudiar cómo los seres humanos resuelven problemas reales. Para esto Simon
hizo la distinción entre “problemas bien estructurados” y “problemas mal estructurados”. Los primeros
33
se pueden formular de manera explícita y de manera cuantitativa. Luego se aplican algunas técnicas
matemáticas (como la “programación lineal”) para resolver el problema mediante algoritmos (Simon y
Newell, 1958). Esta manera de estudiar decisiones tuvo un auge por la introducción de la computadora
El segundo tipo de problemas, que de hecho son los que más interesan a Simon, no pueden
formularse de manera cuantitativa. Ese tipo de problemas son, según Simon, los que tienen más
relevancia para la administración de organizaciones. Estos problemas involucran variables que son
simbólicas o verbales, no variables numéricas (Simon y Newell, 1958). Ejemplos de este tipo de
problemas son las jugadas de ajedrez, el redactar el borrador de una política pública (donde lo
importante muchas veces son las palabras que se usan, no los números), evaluación de la calidad de un
sistema educativo, entre otros temas. Para solucionar este tipo de problemas, según Simon, se requiere
computadora que permiten resolver mecánicamente un problema. Involucra una secuencia bien
definida de pasos que garantizan la resolución de un problema. En cambio, una heurística no garantiza
La manera en cómo Simon estudió fenómenos cognitivos fue por medio de simulaciones
computacionales (Simon y Newell, 1958). Para Simon la mente humana se puede modelar como si esta
fuera una computadora, donde se pueden simular aspectos cognitivos como el aprendizaje, el
Esto llevó a Simon a decir que también hay máquinas “que piensan” (Simon y Newell, 1958). Entonces
34
basadas en heurísticas puede dar claves importantes para entender las heurísticas que los seres humanos
Debe decirse, finalmente, que la resolución de problemas para Simon es un tema única y
estaba muy preocupado por evitar “reificar” a las organizaciones, esto es, “treating it as a
superindividual entity having an existence and behavior independent of the behavior of its members”
(Simon, 1964: 2). Puede decirse que para Simon las heurísticas (y otros procesos cognitivos) se
relacionan con la toma de decisiones de individuos, no con entidades colectivas. Las organizaciones
para Simon no son algo más que el producto de agentes individuales interactuando entre sí. Las
heurísticas están situadas en la mente de agentes individuales que Simon estudió mediante programas
heurísticos que simulan mentes individuales. La cognición, según Simon, sólo se puede atribuir a
individuos, no a entidades colectivas, y las heurísticas están situadas en la mente de individuos que
piensan como si fueran computadoras que poseen capacidades de procesamiento, memoria, cálculo y
predicción.
En este capítulo hemos visto las principales aportaciones de Simon en el estudio de la toma de
utilidad esperada) donde critica una serie de supuestos que asumen capacidades cognitivas ilimitadas
ilimitado, capacidad de cálculo y predicción ilimitados. Simon consideró que una buena teoría de las
decisiones debería reconocer que esas capacidades cognitivas están limitadas. Luego vimos un modelo
alternativo que muestra cómo se puede describir la toma de decisiones de los agentes sin necesidad de
35
usar los axiomas del modelo neoclásico y sin necesidad de optimizar funciones de utilidad: el modelo
satisfaccionista. Este modelo, como vimos, inició una nueva manera de modelizar la toma de
decisiones que llevó a Simon a interesarse en estudiar procesos de la toma de decisiones. No sólo el
resultado. Esto lo fue llevando, de manera gradual, a estudiar temas cognitivos. Dentro de esos temas
cognitivos el papel de las heurísticas es crucial para Simon pues permiten resolver problemas que no se
pueden resolver mediante algoritmos ni mediante formulaciones matemáticas. Pero las heurísticas están
La conclusión principal de este capítulo es que Simon se planteó una pregunta de investigación:
¿Cómo los agentes reales (o corporalizados) toman sus decisiones en situaciones reales? Simon no
pudo responder esta pregunta a partir del modelo de utilidad esperada y ello le llevó a crear una nueva
manera de modelizar al agente racional. Esa nueva noción el agente involucra los siguientes supuestos:
1) La racionalidad es acotada. Para Simon los agentes tienen capacidades cognitivas limitadas que
les impiden tomar decisiones óptimas que maximizan su utilidad. Simon (1990) desarrolló su
famosa metáfora de la tijera para tratar de resumir su visión sobre el agente y el ambiente. Esta
consiste en que puede pensarse que las conductas humanas pueden entenderse como si fuesen
una tijera: En una hoja se representa la estructura informacional del entorno, en la otra hoja se
representan las capacidades cognitivas del agente. Al igual que una tijera, las conductas de los
agentes requieren de ambas partes para funcionar. Nótese que en esta metáfora las “capacidades
2) Lo relevante a estudiar son los procesos de toma de decisión de los agentes, no sólo su
resultado. Para ello se requiere de una teoría cognitiva del agente. Con esto Simon hizo lo que
Gigerenzer (2014) describe como: “abrir la caja negra de la cognición” para entender cómo los
agentes toman sus decisiones. Esto tiene la ventaja de entender mejor los resultados de la
36
elección, pues se sabe por qué el agente decidió un curso de acción en vez de otro. Para
entender estos procesos de elección Simon se interesó en estudiar cómo los agentes resuelven
3) Simon, pese a su crítica a la economía neoclásica, mantuvo uno de sus principales supuestos
maneras. Lo que interesa apuntar aquí es que Simon adoptó una versión específica del
individuos. Para Simon, como vimos en este capítulo, las decisiones las toman agentes
individuales, no entidades colectivas. Vimos que para Simon era muy importante evitar la
“reificación” de agentes colectivos. También vimos que cuando Simon usó la metáfora
individuos.
En los siguientes capítulos mostraré que Simon tuvo una gran influencia en autores posteriores
que se interesaron por estudiar heurísticas. Veremos que esos autores (Gigerenzer y Kahneman), pese a
sus diferencias, mantuvieron los tres supuestos aquí formulados (con algunas variantes), lo cual los
37
Capítulo 2
El debate Gigerenzer-Kahneman sobre las heurísticas, los sesgos cognitivos y las normas de buen
razonamiento
“We can be blind to the obvious, and we are also blind to our blindness.”
Daniel Kahneman
Amos Tversky
Introducción
modelo de utilidad esperada. Vimos como Simon inició una nueva manera de modelar al agente
racional que tiene tres supuestos que lo distingue de la economía neoclásica. Estos supuestos son los
siguientes: la racionalidad de los agentes es acotada, lo relevante a explicar son los procesos de toma de
decisiones de los agentes donde aspectos cognitivos se vuelven relevantes y, que los procesos
de cognición individualista).
En este capítulo voy a analizar dos proyectos que retomaron la obra de Simon y elaboraron
diferentes modelos de racionalidad acotada para dar cuenta de los procesos de elección de los agentes:
el proyecto de HS representado por Daniel Kahneman y Amos Tversky, y el proyecto de HRF del
grupo ABC (Adaptive Behavior and Cognition) encabezado por Gerd Gigerenzer. En ambos proyectos
la noción de razonamiento heurístico es crucial para describir tales procesos. Sin embargo ambos
proyectos han tenido duras polémicas sobre cómo caracterizar las heurísticas, los sesgos cognitivos y
38
las normas de buen razonamiento, entre otros puntos. Esto lleva a formular la pregunta central de este
capítulo: ¿Cuáles son las similitudes y diferencías entre las nociones de heurísticas de los proyectos de
Gigerenzer y Kahneman? En este capítulo mostraré que ambos proyectos tienen diferentes maneras de
entender el razonamiento heurístico que, como veremos en los capítulos 3 y 4, tiene diferentes
implicaciones para el diseño de políticas públicas. Pero también mostraré que esos proyectos, pese a
sus diferencias, tienen algunos puntos en común que los hace ser parte de una misma tradición de
pensamiento.
Para lograr el objetivo de este capítulo procederé como sigue. Primero expondré lo que
heurísticas y sesgos que ellos ofrecen y mostraré cómo su noción de “sesgo” depende de aceptar, al
menos en un sentido técnico, las normas tradicionales de buen razonamiento (las llamadas “leyes” de la
lógica y los principios de la probabilidad) para poder identificar los sesgos cognitivos. En una segunda
parte abordaré la pregunta de si las heurísticas de Kahneman pueden ser reglas de buen razonamiento.
Para abordar este tema hablaré del debate que hay entre Kahneman y el psicólogo Gary Klein sobre el
juicio experto, donde Klein se muestra muy interesado por entender la expertise, mientras que
Kahneman más bien sostiene una postura escéptica sobre los juicios expertos. A él le interesa estudiar
cómo las heurísticas llevan a cometer errores severos, sistemáticos y predecibles (los sesgos). En una
tercera parte pasaré a exponer las críticas de Gigerenzer a la noción de heurística y sesgo de Kahneman
y Tversky. Mostraré que Gigerenzer cuestiona la existencia de los sesgos cognitivos a partir de
cuestionar las normas tradicionales de buen razonamiento. Esto lo llevó a formular una propuesta
diferente para modelar el razonamiento heurístico, donde las heurísticas no llevan a sesgos. Por el
contrario, sirven para resolver problemas (en esto Gigerenzer trata de apegarse a la obra de Simon).
Expondré la clasificación de heurísticas que proponen Gigerenzer y sus colegas donde hay ejemplos de
39
heurísticas (como la heurística de la imitación o 1/n) que Kahneman y Tversky no han considerado
dentro de su clasificación. En una cuarta sección muestro que detrás del debate de Kahneman y
Gigerenzer hay diferentes maneras de entender el razonamiento heurístico porque hablan de diferentes
contextos de inferencia. Para desarrollar esta idea retomaré el concepto de estructura heurística de
Sergio Martínez (2003). Finalmente, en una quinta sección muestro que, pese a sus diferencias,
Gigerenzer y Kahneman tienen importantes supuestos comunes que se remontan a Simon. Veremos
como el supuesto de cognición individualista los ha llevado a enfrentarse en una polémica (sobre si las
heurísticas tienden al error o a resolver problemas de manera exitosa) que quizá sea un falso dilema.
Daniel Kahneman y Amos Tversky publicaron en 1974 un influyente artículo titulado “Judgment under
uncertainty: Heuristics and biases”. En ese texto Kahneman y Tversky defiendieron la idea de que las
evento es incierta) suelen confíar en un número limitado de principios heurísticos para hacer
inferencias. Estos principios heurísticos sirven para simplificar las tareas complejas de asignar
probabilidades y predecir valores. Para estos autores estos principios heurísticos son útiles, pero a veces
40
1.1.1 La heurística de la representatividad
La heurística de la representatividad se usa cuando los agentes enfrentan preguntas tales como las
de que el evento A se origina del proceso B? ¿Cuál es la probabilidad de que el proceso B generará el
evento A? (Tversky y Kahneman, 1974). Esta heurística señala que las probabilidades son evaluadas
juzgada como alta. Por otro lado, si A no es similar a B, la probabilidad de que A se origina de B es
Un ejemplo de esto es el caso hipotético de una mujer llamada Linda. Linda, según Kahneman y
Tverky (1996), ha sido feminista, ha estado involucrada en movimientos sociales y tiene un profundo
sentido de justicia. Ella estudió contaduría. ¿Qué es más probable, que Linda sea a) feminista y cajera ó
Según Kahneman y Tversky, en una encuesta que ellos hicieron, la mayoría de las personas
contestó la opción a), en vez de b). Esto es una violación del principio de probabilidad conocido como
la regla de la conjunción. Según esta regla, la probabilidad de que un evento A ocurra es mayor a que
ocurra un evento A y B. En el caso de Linda, es más probable que ella sea sólo cajera a que sea
feminista y cajera. Por lo tanto la respuesta correcta era b). Esto muestra que los agentes cometen un
error de inferencia dado que la descripción previa de Linda los lleva a creer que es más probable que
La heurística de la representación, según Tversky y Kahneman (1974) sirve para explicar los
41
Insensibilidad a las probabilidades anteriores a los resultados. Esto ocurre cuando se evalua la
probabilidad de un evento sin tomar en cuenta la probabilidad anterior o la tasa base de frecuencia.
Tversky y Kahneman (1974) usan el ejemplo de Steve. Steve es una persona seria, muy tranquila y
ordenada. No le interesa la vida social. De las siguientes ocupaciones: médico, piloto de avión,
bibliotecario, agente de ventas y campesino ¿Cuál será su ocupación? La gente tiende a pensar que es
más probable que Steve sea bibliotecario porque la descripción de su personalidad encaja con el
estereotipo que se tiene de los bibliotecarios. En ese juicio no se toman en cuenta otros factores como
la distribución de la población. Si Steve estuviera en un área rural, es más probable que sea campesino
que bibliotecario.
de la muestra. Un ejemplo de esto es pensar que la probabilidad de encontrar hombres que tengan una
altura mayor a 6 pies es igual en una población de 10, 100 y 1000 habitantes. La probabilidad va a
Confusiones sobre el azar. Ocurre cuando la gente espera que una secuencia de eventos
generados por azar representará las características esenciales de ese proceso incluso cuando la
secuencia es corta. Un ejemplo de esto es la falacia del jugador. Si hemos lanzado una moneda tres
veces, y en las tres ocasiones ha caído cara, el jugador cree que es más probable que en el siguiente
ensayo caerá cruz. Esto es falso porque el cuarto ensayo es independiente de los tres anteriores. La
probabilidad de que caiga cruz sigue siendo de 1/2. Aquí también entra la llamada “ley de los pequeños
números”, donde se cree que una muestra pequeña es representativa de toda una población.
predicción. Si se describe bien el funcionamiento de una empresa, entonces se realiza una predicción
optimista sobre esa empresa en el futuro. A veces puede ocurrir que esas predicciones se hagan sin
42
necesidad de tener información relevante que permita realizar un cálculo probabilístico preciso.
parece más representativa de la persona. La confianza que se tiene depende del grado de
representatividad.
Confusiones sobre la regresión. Es muy común que la gente no espere que se hagan regresiones
en muchos contextos donde es probable que ocurra. Cuando reconocen la ocurrencia de la regresión,
usualmente se inventan explicaciones causales espurias. Un ejemplo de esto es cuando se dice que al
momento de instruir a alguien en una actividad, las recompensas verbales van en detrimento del
aprendizaje, mientras que los castigos verbales lo benefician. Esta conclusión no está garantizada
porque se da una presencia de una regresión hacia el medio. Es decir, en casos donde la examinación se
repite, una mejora usualmente sigue a un mal desempeño, y un mal desempeño puede seguir a uno
bueno. Así, el no entender el efecto regresión puede lleva a sobre estimar la efectividad de los castigos
Todos estos son errores de inferencia que la heurística de la representación nos puede ayudar a
predecir.
Tversky y Kahneman (1974) señalan que hay situaciones en las cuales las personas evaluan la
frecuencia de una clase o la probabilidad de un evento por la facilidad con la que ejemplos o eventos
son traídos a su mente. Esta heurística es llamada “disponibilidad” porque apela a los recuerdos sobre
eventos y frecuencias sobre algunas clases de referencia que haya en la memoria de las personas. La
disponibilidad es una señal muy útil para asignar frecuencias o probabilidad porque ejemplos de
43
grandes clases son usualmente recordados mejor y más rápidamente que ejemplos de clases menos
frecuentes (Tversky y Kahneman, 1974). Sin embargo, la disponibilidad es afectada por otros factores
sesgos predecibles.
Un ejemplo de esta heurística sería el siguiente. Una persona podría evaluar el riesgo de sufrir
un ataque al corazón entre personas de edad mediana a partir de los recuerdos que esta tenga sobre tales
eventos entre personas que le sean familiares (Tversky y Kahneman, 1974). Si no conoce a nadie de
edad mediana que haya sufrido de un ataque al corazón, entonces la probabilidad que asignará a dicho
evento será muy baja. Pero si conoce a muchos, entonces la probabilidad que asignará será alta
Los sesgos debidos a la “recuperabilidad” son aquellos errores de inferencia que las personas
cometen cuando juzgan el tamaño de una clase a partir de la disponibilidad de sus instancias. Una clase
con instancias más fáciles de recordar parecerá más numerosa que otra clase con la misma frecuencia
de esas instancias pero menos recordable. Un ejemplo de esto es un experimento que Tversky y
Kahneman (1974) hicieron. A un grupo de voluntarios se les leyó los nombres de las personas que son
parte de dos grupos. Ambos grupos tienen el mismo número de personas, pero en uno hay más personas
famosas que en el otro. Cuando se le preguntó a los voluntarios sobre cuál creían que era el grupo más
grande, estos dijeron que el grupo con más famosos era el más grande (Tversky y Kahneman, 1974).
Los sesgos debido a la efectividad de un conjunto de búsqueda se refieren a los errores que
44
cometen las personas cuando creen que las instancias más fáciles de encontrar son más numerosas que
las más difíciles de encontrar. Por ejemplo, si se le pregunta a las personas qué palabras en inglés son
más numerosas, las palabras que empiezan con r o las que tienen r como tercera letra. Según Tversky y
Kahneman (1974) la mayoría se inclina por la primera opción. Esto es así porque para estas personas es
más fácil encontrar palabras que empiecen con r. Sin embargo hay más palabras en inglés con r como
tercera letra.
Sesgos de la imaginabilidad. Cuando las personas no tienen almacenadas en sus memorias las
frecuencias de las instancias de una clase, las pueden imaginar. En estos casos es típico que las
personas generen muchas instancias y evalúen su frecuencia o probabilidad por la facilidad con la cual
las instancias relevantes fueron construídas. Sin embargo esto no siempre refleja frecuencias reales.
Correlación ilusoria. Es cuando las personas creen que dos eventos independientes están
correlacionados. Un ejemplo de esto es creer que la forma de los ojos de una persona está relacionada
con que este sea sospechoso de un crimen. Estas correlaciones se refuerzan porque las personas pueden
En muchas situaciones las personas hacen estimaciones a partir de un valor inicial que es ajustado para
producir la respuesta final. El valor inicial o punto de partida, podría ser sugerido por la formulación
del problema o por el resultado de un cómputo parcial. En cualquier caso, según Tversky y Kahneman
(1974), los ajustes son típicamente insuficientes. Es decir, diferentes puntos de partida llevan a
diferentes estimaciones. Estas estimaciones están sesgadas hacia los valores iniciales, lo cual Tversky y
45
Un ejemplo de esta heurística es una encuesta (citado por Thaler y Sunstein, 2009) que se hizo a
habitantes de ciudades como Chicago y Green Bay donde se les preguntaba “¿Cuál crees que sea la
población de una ciudad como Milwaukee?” Las respuestas de aquellas personas que no conocían la
respuesta, daban estimaciones que tomaban como punto de referencia a la población de sus ciudades de
origen. En el caso de los de Chicago, las personas hacían estimaciones tomando en cuenta que la
población de Chicago tenía alrededor de 3 millones de habitantes. Pensaban que Milwaukee sería una
ciudad más pequeña, y pues pensaban que tendría 1 millón aproximadamente. Los de Green Bay, en
cambio sabían que su ciudad tenía una población de alrededor de 100 mil habitantes. Ellos sabían que
Milwaukee es una ciudad más grande que Green Bay, así que pensaban que tendría alrededor de 300
mil habitantes. Los de Chicago hacían estimaciones más altas (1 millón de habitantes), mientras que los
de Green Bay hacían estimaciones más bajas (300 mil habitantes) porque sus ajustes estaban anclados a
sus puntos de partida. Al final los ajustes que hacían, para inferir la población que tenía Milwaukee
Ajuste insuficiente. Esto ocurre porque el punto inicial de partida carga el ajuste hacia el valor
mencionado.
que hacen afirmaciones sobre intervalos de confianza que reflejan más certeza de la que está justificada
46
por su conocimiento sobre las cantidades evaluadas.
Tversky propusieron en su artículo de 1974, esto para tener más clara la diferencia que esos psicólogos
Heurísticas Sesgos
47
2. ¿Podemos confiar en las heurísticas como criterios de buen razonamiento?
2.1 ¿Las heurísticas de Kahneman y Tversky pueden ser normas de buen razonamiento?
Amos Tversky y Daniel Kahneman (1974) señalaron que las personas que participaron en sus
experimentos siguieron cometiendo los mismos errores de predicción a pesar de que se les motivó a ya
no hacerlos. Se les explicó más sobre probabilidad y se les dieron incentivos para que pusieran más
empeño en las pruebas. Sin embargo los sesgos persistieron (Tversky y Kahneman, 1974) . Estos
errores, además, no sólo son cometidos por personas “comunes y corrientes” (laymen). También hay
investigadores que los cometen, sobre todo cuando estos últimos piensan de manera intuitiva (Tversky
“These heuristics are highly economical and usually effective, but they lead to systematic and predictable errors. A better
understanding of these heuristics and of the biases to which they lead could improve judgments and decisions in situations
Como podemos ver de la cita anterior, para Kahneman y Tversky, las heurísticas son usualmente
efectivas, pero llevan a los agentes a cometer errores sistemáticos y predecibles. Como vimos en esta
sección, estos autores estudiaron cómo las diferentes heurísticas pueden llevar a sesgos, y de eso
Los sesgos se entienden como errores de inferencia en el sentido de que son desviaciones de las
normas de buen razonamiento. De otra forma, no se podrían identificar los “sesgos cognitivos”. En el
ejemplo de Linda (sección 1.1.1) las personas usan la heurística de la representatividad para evaluar la
probabilidad de que Linda es cajera y feminista. Ello los llevó al sesgo de la “falacia de la conjunción”
(un error de inferencia), que considera que la probabilidad de la conjunción de dos eventos (A y B) es
48
mayor que la probabilidad de un solo evento A. Esto es una desviación del principio de probabilidad de
que P(A)> P (A, B) el cual, para Kahneman y Tversky sería una buena regla de razonamiento.
En trabajos posteriores esos autores no estudiaron cómo las heurísticas que proponen
estudiando cómo esas heurísticas nos pueden llevar a cometer errores sistemáticos graves y predecibles.
Incluso cuando Kahneman habla sobre sus diferencias con Gigerenzer dice lo siguiente:
“(...) As Gigerenzer has emphasized, his heuristics are different from those that Amos and I studied, and he has stressed their
accuracy rather than the biases to which they inevitably lead (Kahneman, 2011: 457; las cursivas son mías)”.
De lo anterior vemos que Kahneman reconoce de manera muy clara que las heurísticas que él y
Tversky estudiaron son diferentes a las que ha estudiado Gigerenzer. La diferencia, como Kahneman
mismo lo pone, está en que Gigerenzer estudia el carácter efectivo de las heurísticas (“their
accuracy”), mientras que él y Tversky estudiaron los sesgos a los cuales “inevitablemente llevan”. Si
las heurísticas, tal y como afirma Kahneman, llevan a cometer sesgos de manera inevitable, estas no
pueden ser normas de buen razonamiento. Para esos autores, las normas de buen razonamiento serían
las leyes de la lógica y los principios de probabilidad. Las heurísticas, en todo caso, dan cuenta de los
Un tema que puede servir para ver cómo Kahneman considera que las heurísticas no pueden ser buenas
reglas de razonamiento es su posición con respecto a los juicios expertos. La noción de “juicios
expertos” ha sido estudiado de manera muy detallada por el psicólogo Gary Klein (2008), teórico de la
“Naturalistic Decision Making” con quien Kahneman ha tenido un debate. Según Klein (2008) los
49
juicios expertos son intuiciones que permiten a los expertos tomar decisiones rápidas en contextos de
incertidumbre y tiempo limitado. Los juicios expertos los usan los jugadores expertos de ajedrez para
hacer las mejores estrategias posibles en un tiempo reducido, los médicos de urgencias y enfermeras
para detectar síntomas en sus pacientes, los bomberos para saber cuánto tiempo puede resistir una casa
incendiada antes de caerse, los soldados y policías para detectar criminales y terroristas, etc. Ello no
significa que las intuiciones siempre funcionen bien. Pero Klein y sus colegas se centran en estudiar los
contextos bajos los cuales el juicio experto funciona bien (Philips, Klein y Sieck, 2008; Kahneman y
Klein, 2009).
En contraste, el enfoque de HS de Kahneman (2011) señala que las intuiciones expertas también
pueden ser falibles. Según Kahneman (2011) los juicios expertos pueden funcionar en unos contextos
donde los agentes pueden aprender de las regularidades del entorno, especialmente cuando la intuición
proviene de una habilidad y un entrenamiento. Pero el problema es cuando se llevan las intuiciones de
un contexto inicial a otro. Es ahí donde se puede dar el sesgo de la sobreconfianza. Para Kahneman
(2011) la sobreconfianza puede ser un obstáculo para el juicio experto. Para Kahneman, los juicios
expertos pueden ser útiles en unos contextos, pero al igual que las heurísticas, pueden llevar a los
expertos a cometer errores severos y sistemáticos. Esto es así porque los expertos también pueden tener
sesgos. Por esta razón Kahneman tiene una actitud escéptica con respecto a los juicios expertos.
En un artículo que Kahneman y Klein (2009) titularon “Conditions for Intuitive Expertise. A
“For historical and methodological reasons, HB [Heuristics and Bias] researchers generally find errors more interesting
and instructive than correct performance; but a psychology of judgment and decision making that ignores intuitive skill is
seriously blinkered. Because their intellectual attitudes developed in reaction to the HB tradition, members of the NDM
[Naturalistic Decision Making] community have an aversion to the word bias and to the corresponding concept; but a
50
psychology of professional judgment that neglects predictable errors cannot be adequate. Although we agree with both of
these conclusions, we have yet to move much beyond recognition of the problem.” (Kahneman y Klein, 2009: 525; las
De la cita anterior podemos ver que el proyecto de Kahneman (HS) se centra más en estudiar
los errores de las intuiciones que en el correcto funcionamiento de ellas. Pero reconocen que la
intuición, cuando es entrenada y está situada en ciertos contextos específicos, puede funcionar bien. En
cambio, la comunidad de psicólogos agrupados por Klein, estudia las intuiciones para saber cómo
entrenar y formar expertos. Klein y sus colegas tienen “aversión” a la noción de “sesgo” de Kahneman
y Tversky. Pero reconocen que es verdad que pueden haber errores de inferencia de la intuición que
A partir de los elementos arriba señalados, puede sostenerse que para Kahneman y Tversky las
heurísticas que ellos proponen (representación, disponibilidad y ajuste-anclaje) no son buenas reglas de
razonamiento porque pueden llevar a los agentes a que cometan errores sistemáticos y predecibles. En
todo caso, esas heurísticas sirven para advertir a los agentes de los problemas que puede haber si se
confia demasiado en las heurísticas. La normatividad que esos autores plantearían sería, en todo caso,
No obstante lo anterior, Kahneman si reconoce que otras intuiciones, como el “juicio experto”
propuesto por Klein, puede ser confiable en ciertos contextos específicos. Sin embargo el proyecto que
Kahneman impulsa no está interesado en estudiar los contextos bajo los cuales las intuiciones
funcionan bien. Es decir, Kahneman no está interesado en estudiar la expertise. Eso lo hace el proyecto
de Klein, y como veremos más abajo, el proyecto de Gigerenzer. Kahneman, en cambio, está interesado
A Kahneman (2011) le interesa estudiar cómo el razonamiento heurístico puede llevar a los
51
agentes a cometer errores. A él le interesa mostrar que las personas “somos ciegos a nuestra ceguera”,
que hay “ilusiones cognitivas” y que confiar demasiado en la intuición puede generar sesgos como la
demasiada confianza en “juicios expertos” puede ser peligroso. Eso, según él, ocurrió en la crisis
asesores financieros que pretendieron predecir lo que es esencialmente impredecible: los mercados
Concluyo este apartado diciendo que los sesgos, tal y como los caracterizan Kahneman y
Tversky, son errores que hay que evitar. Pero se puede aprovechar el conocimiento sobre heurísticas y
sesgos por terceras personas para diseñar ambientes institucionales para que los agentes que suelen
tomar malas decisiones (porque sus heurísticas los llevan a cometer errores severos y sistemáticos)
mejoren su desempeño. La idea de que las heurísticas llevan a los agentes a cometer errores
Sunstein (2009) pues, como veremos, les permite desarrollar la noción de empujón. Sobre esto hablaré
en capítulo 3.
razonamiento heurístico.
El psicólogo alemán Gerd Gigerenzer, inició una dura polémica con Daniel Kahneman y Amos Tversky
desde la década de los noventa entorno a las heurísticas y los sesgos cognitivos. La polémica ha sido
52
tan intensa que autores como Thomas Sturm (2012) la han llamado “las guerras de la racionalidad”.
Gigerenzer, al igual que Klein y otros psicólogos, fueron una reacción al trabajo de Kahneman y
Tversky sobre heurísticas y sesgos. Pensaron que se estaba afirmando que los agentes eran irracionales
o tontos.
cognitivo”. Él se preguntó: ¿Realmente existen los sesgos cognitivos? Gigerenzer señala que la noción
de qué es considerado un sesgo por Kahneman y Tversky es altamente dependiente de lo que esos
autores parecen asumir como normas de buen razonamiento. Según Gigerenzer (1996), Kahneman y
Tversky parecen asumir la lógica y las “leyes” de la probabilidad como normas de buen razonamiento.
La idea de Gigerenzer (1996) es que, si asumimos el bayesianismo como una norma de buen
razonamiento, en efecto, habrán sesgos cognitivos que las personas tendrán porque las personas de
carne y hueso no usan el teorema de Bayes para razonar. El punto de Gigerenzer es que las personas de
carne y hueso no usan el teorema de Bayes (ni otros principios de la probabilidad) para tomar
decisiones cotidianas, rápidas e instintivas. En ese sentido, es obvio que las personas tengan “sesgos”.
En cambio, Gigerenzer sostiene que si se le presenta el problema a los agentes usando frecuencias
estadísticas, las cuales son más intuitivas, lo que Kahneman y Tversky llaman “sesgo cognitivo”
Para argumentar en favor de esta idea, Gigerenzer (1996) usa el ejemplo de Linda, la estudiante
que estudió contaduría y que era feminista. Gigerenzer (1996) señala que en ese caso si dejamos de
asumir la “regla de la conjunción” (de que la probabilidad de que ocurra un evento A es mayor a que
ocurra A y B juntos) como principio normativo, entonces el sesgo cognitivo conocido como “falacia de
la conjunción” que tenían las personas que participaron en el experimento de Kahneman y Tversky
53
desaparecerá. Para Gigerenzer (1996) las personas realmente hacían una inferencia correcta, pues ellos
asociaban los rasgos descritos sobre la personalidad de Linda con su posible trayectoria de vida. No
hay error en creer que alguien que tiene cierta personalidad tendrá cierta trayectoria de vida que sea
Esto llevó a Gigerenzer (1996) a cuestionar la idea de “heurística” que Kahneman y Tversky
propusieron desde la década de los setenta. Para Gigerenzer (1996) dicha caracterización de las
etiqueta (one label word) que para él resulta vaga y ambigua. Él prefiere ser más explícito y para ello
les da forma matemática para así poder hacer predicciones más exactas que puedan ser sometidas a
pruebas empíricas (Gigerenzer, 1996). Dichas pruebas pueden ser tanto en el laboratorio (donde
participan personas voluntarias que interactúan bajo ambientes controlados) como por medio de
simulaciones computacionales.
Así, tenemos heurísticas como la heurística de la equidad (1/N) que mediante esa forma
matemática simple y con pocos parámetros la hacen más “transparente” y más precisa que las “palabras
etiquetas” que proponen Kahneman y Tversky. Si bien Gigerenzer considera que el proyecto de
Kahneman y Tversky es un avance con respecto a los modelos de la economía neoclásica, pues
estudian procesos de elección y no sólo el resultado, le parece que las heurísticas deberían formalizarse.
su posición. Ellos señalan que no son bayesianos, y que simplemente creen que las reglas de la lógica y
de la estadística son buenas normas de razonamiento. En el ejemplo de Linda, lo que hay de fondo,
como estos autores lo reconocen, es aceptar o no la “regla de la conjunción” como una norma de buen
razonamiento. Si se acepta, entonces se acepta que existen los sesgos cognitivos (Kahneman y Tversky,
1996). Lo que ellos quieren hacer es enfatizar en que los sesgos existen y que debemos evitar la
54
sobreconfianza. En el caso del experimento sobre Linda, el uso de la heurística de la representación
Gigerenzer, por su parte, no acepta la regla de la conjunción como una norma que sea válida
siempre, en todos los contextos. Él considera que el “ambiente social” es importante, y por ello retoma
la obra de Simon sobre racionalidad acotada para enfatizar en la idea de que la validez normativa de
una heurística está dada por su dimensión “ecológica” (Gigerenzer, 1996, 2007). Esta ecología de la
racionalidad está planteada por la metáfora de la tijera de Simon, que señala que las decisiones de los
agentes se explica por la interacción entre las capacidades cognitivas del agente y el ambiente en que
este se desenvuelve. Para Gigerenzer (1996) una norma de buen razonamiento depende más de una
cuestión “ecológica” que de reglas probabilísticas abstractas. Para este autor la “sobre confianza” no es
un problema, pues él no reconoce la existencia de sesgos cognitivos, al menos como los entienden
Kahneman y Tversky. Para Gigerenzer (1996), las personas que dijeron que Linda era cajera y
Me parece que la posición de Gigerenzer es debatible, pues si bien se puede pensar que las
personas no cometían un “error” de inferencia al decir que Linda es cajera y feminista, ello no significa
que todos los demás sesgos cognitivos “desaparezcan”. Lo importante en el caso de Linda, desde mi
punto de vista, es que la heurística de la representación permite predecir una inferencia que, como
veremos más adelante, permite elaborar instrumentos de política pública. Sin embargo, me parece
relevante que Gigerenzer reconozca la importancia del ambiente para caracterizar las normas de buen
razonamiento. Esto abre la posibilidad a pensar en otras normas de buen razonamiento que no son los
sobre qué es el razonamiento en general. Creo que las heurísticas también pueden ser buenas normas de
buen razonamiento que pueden ayudar a resolver problemas de inferencia. Por esta razón me parece
55
importante analizar la propuesta alternativa de Gigerenzer que emana de su crítica a Kahneman y
Tversky. Como veremos en el capítulo cuatro, esta manera alternativa de entender el razonamiento
heurístico también tiene implicaciones para formular otros instrumentos de política pública (los
llamados “impulsos”).
3.2 Las heurísticas como parte de una caja de herramientas adaptativas y el efecto “menos puede
ser más”
Gigerenzer retomó la obra de Simon para elaborar su posición alternativa sobre las heurísticas, para
satisfaccionista de Simon (revisado en el capítulo 1) como una referencia importante para elaborar su
Las heurísticas para Gigerenzer y Brighton (2011) son reglas de razonamiento rápidas y frugales
que, por lo general, nos llevan a tomar decisiones suficientemente buenas (no necesariamente óptimas).
Son reglas de inferencia que describen bloques de construcción (building blocks). Dichos building
blocks están constituídos por tres tipos de reglas: de busqueda, de paro, y de elección. Las reglas de
búsqueda se centran en buscar las diferentes opciones que se tenga para enfrentar un problema de
elección. Las reglas de paro se centran en detener la búsqueda de las opciones en aquella opción que
sea pertinente. Finalmente, las reglas de elección llevan a tomar la decisión que se considere adecuada.
La idea de Gigerenzer y Brighton (2011) es que estas reglas dependen de la habilidad cognitiva de los
agentes para reconocer pistas que les orienten en su proceso de elección. Para Gigerenzer y Brighton
(2011) las heurísticas son herramientas simples que se usan para resolver problemas complejos.
Las heurísticas, según Gigerenzer, forman parte de una “caja de herramientas adaptativas” que
56
son producto de la evolución humana. Ello hace pensar a Hutchison y Gigerenzer (2011) que no sólo
los humanos usan heurísticas, sino que también los animales. Los animales pueden usar heurísticas para
resolver tareas que les permitan sobrevivir y reproducirse (como buscar comida, evitar ser presas,
encontrar pareja, etc.). Por eso Hutchison y Gigerenzer (2011) enfatizan en el orígen evolutivo de las
heurísticas.
Para Gigerenzer (2014) los seres humanos pueden usar heurísticas de manera consciente o
inconsciente. Por ejemplo, los pilotos usan una instancia de la heurística de la mirada (gaze heuristic)
cuando tratan de aterrizar un avión. Esta heurística consiste en mirar fijamente un objeto y ajustar la
velocidad con la que uno se mueve de tal manera que el ángulo permanezca constante. Tal heurística
también la usan los jugadores de beisbol cuando van a cachar una pelota sin necesidad de hacer
cálculos matemáticos precisos (Gigerenzer, 2014). El punto es que hay heurísticas que se pueden
aprender a usar de manera más adecuada por medio de entrenamiento, para que en contextos de
Gigerenzer y Brighton (2011) señalan que en contextos de incertidumbre a veces tener “más
problemas como confusión, perplejidad e inacción. Esto puede traer consecuencias negativas para el
agente. Por eso se tiene que ser capaz siempre de tomar decisiones, incluso en contextos de severa
Las heurísticas, según Gigerenzer y Gaissmaier (2011) también se pueden caracterizar como
estrategias de razonamiento que ignoran parte de la información para hacer inferencias confiables.
Estos autores señalan que el grupo ABC descubrió el efecto “menos puede ser más” mediante análisis
experimental. Por ejemplo, cuando preguntaron a estudiantes estadounidenses y alemanes qué ciudad
era más grande, Detroit o Milkaukee, descubrieron que los estudiantes alemanes lo hicieron mejor que
57
los estadounidenses porque ellos tenían menos información que los pudiera confundir. Luego se
hicieron preguntar similares con 22 ciudades de cada país y se descubrió que los estudiantes
americanos hicieron mejores inferencias para el caso de ciudades alemanas que de Estados Unidos. Y
lo mismo pasó a la inversa: los estudiantes hicieron mejores inferencias para casos de ciudades
estadounidenses que de su propio país. Esto sugiere que, a veces, tener menos información ayuda a
hacer mejores inferencias. El grupo ABC en esto es muy cuidadoso, pues consideran que los efectos
“menos pueden ser más” no siempre se dan todo el tiempo. Pero lo relevante a apuntar aquí es que hay
casos donde tener menos información sobre una situación nos puede llevar a tomar mejores decisiones
Finalmente, Gigerenzer (2007) señala que las heurísticas operan en un nivel muy “básico” de la
mente humana. Hay heurísticas que hacen posible la interacción entre agentes. Esas heurísticas
Gigerenzer las llama “instintos sociales”. Esos instintos sociales los compartimos los seres humanos
con otros primates. Ejemplos de estos instintos sociales son la imitación (tanto de la mayoría, como del
agente que ha resuelto un problema de manera exitosa), la reciprocidad (“esto por eso”, sería responder
de igual forma a la última respuesta recibida por el otro agente) y la confianza. Según Gigerenzer
(2007), quien en esto sigue a Darwin, instintos de este tipo serían las piedras angulares de lo que
El siguiente cuadro muestra la clasificación de las heurísticas que ofrecen Gigerenzer y sus
colegas:
58
Satisfaccionismo Ayuda a tomar decisiones Vendedor de una casa que está
suficientemente buenas, que presionado por el tiempo y no puede
satisfacen niveles de aspiración, enfrentarse a todas las opciones de
sin necesidad de realizar manera simultánea
cómputos exhaustivos, sin
maximizar utilidad, sin buscar
tomar decisiones óptimas. Cuando se va al mercado y se compra
una mercancía sin necesidad de hacer
comparaciones exhaustivas porque se
tiene tiempo limitado
Toma la mejor Sirve para tomar la decisión que En la sala de urgencias de los
se considera mejor dentro de un hospitales, decidir si un paciente debe
rango de opciones. Y se decide ser atendido o si puede esperar.
así en función de una sola razón.
Se puede usar para hacer árboles
de decisión donde se identifican
señales
De la prioridad Ayuda a tomar decisiones a partir Elección de pareja, una sola razón
de considerar una sóla razón puede ser mucho más fuerte para
como prioritaria, sin necesidad decidir estar con alquien que muchas
de realizar cómputos exhaustivos razones en contra.
Eliminación por aspectos Ayuda a tomar decisiones Cuando no se sabe qué carrera elegir,
(Tallying) eliminando las opciones a partir entre dos o más opciones, y se
de los aspectos que no se quieren empieza descartando opciones por
medio de razones que no gustan (si no
gustan la matemáticas, se descartan las
59
ingenierías, etc.)
Heurística de la mirada (gaze Ayuda a tomar decisiones a partir Los jugadores de beisbol cuando
heuristic) de ajustar el movimiento y el cachan una pelota, los pilotos cuando
ángulo con la mirada pilotean un avión, los perros cuando
cachan un frisbee
De la equidad (1/N) Sirve para decidir cómo asignar Cuando se parte y reparte un pastel,
recursos de manera equitativa, cuando se decide invertir de manera
sin necesidad de realizar diversificada (poniendo los mismo
cómputos de las diferentes recursos en cada portafolio)
probabilidad de las opciones
consideradas
Esto por eso (reciprocidad) Sirve para decidir cómo El caso de los juegos sobre el
interactuar estratégicamente con ultimatum, se coopera si el otro ha
otros agentes. La respuesta que cooperado, se castiga cuando el otro
se dé al otro agente sería la ha castigado
misma a la última respuesta que
se recibió
Imitación (a la mayoría, a quien Sirve para decidir qué hacer en Cuando se va por el metro en una
logra resolver problemas) ciertas situaciones nuevas que ciudad nueva y no se conoce la salida,
nunca antes se había enfrentado, se sigue a la mayoría.
pero se tiene como referencia lo
que han hecho (o están haciendo)
otros agentes Cuando una persona está en un
ambiente nuevo (en una nueva clase
de la escuela) y no sabe cómo resolver
una tarea matemática. Imita a la
persona que la ha resuelto de manera
exitosa
Elaboración propia con base en Gigerenzer (2007), (2008), (2014); Hertwig, Herzog, Schooler y
Reimer (2008)
Hasta aquí hemos revisado el debate que ha habido entre los proyectos de Gigerenzer y Kahneman
sobre las heurísticas, los sesgos cognitivos y las normas de buen razonamiento. Vimos que tienen
posiciones muy diferentes. Kahneman enfatiza más en cómo las heurísticas pueden ser falibles y
60
tendientes a sesgos los cuales se vuelven predecibles porque se trata de errores sistemáticos. Gigerenzer
en cambio enfatiza más en una visión evolucionista que ve a las heurísticas como parte de una caja de
herramientas adaptativas que sirven tanto a los seres humanos como a los animales para poder resolver
En el siguiente cuadro resumo algunas de las diferencias conceptuales que hay entre ambos
proyectos:
¿Son buenas estrategias de Usualmente sí, pero también Sí. Llevan a resultados satisfactorios.
razonamiento? llevan inevitablemente a sesgos. No son estrategias “second best”, son
Su proyecto se centra en estudiar “good enough”. Ellos estudian cómo
cómo las heurísticas llevan a las heurísticas pueden llevar a
sesgos, no en cómo las resultados exitosos. No pensarían que
heurísticas pueden ser exitosas. las heurísticas son infalibles, pero no
estudian cómo esas heurísticas llevan a
errores de inferencia.
¿Recomienda el uso de No, más bien hay que usar la Sí, especialmente en situaciones de
heurísticas? lógica y los principios de incertidumbre. La mejor decisión en
probabilidad. Si se trata de un contexto de riesgo no es la mejor
confiar en el juicio intuitivo de decisión en un contexto de
terceras personas, como los incertidumbre. Es mejor confiar en las
expertos, habría que considerar propias heurísticas que en los juicios
qué tan probable es que sus intuitivos de terceras personas que
61
intuiciones sean confiables. El pueden llevar a juicios negligentes.
punto central es evitar el sesgo Por eso la enseñanza pública del uso
de la sobreconfianza. No confiar de heurísticas es fundamental.
demasiado en las heurísticas.
¿Las heurísticas llevan a sesgos? Si, de manera inevitable y Los sesgos no existen, al menos como
¿De donde provienen los predecible. Los errores de los formulan Kahneman y Tversky,
errores? inferencia provienen del pues dependen de normas de buen
razonamiento heurístico que razonamiento (la lógica y los
lleva a cometer sesgos. Los principios de probabilidad) que no
sesgos provienen de las ilusiones tienen por qué ser válidos siempre.
cognitivas que todos los agentes Los errores de inferencia de los
tenemos. Son como ilusiones agentes no provienen de su uso de
ópticas de la psicología de la heurísticas, sino del ambiente, de las
gestalt. No mencionan nada malas formas de plantear los
sobre los errores de inferencia problemas y de comunicar riesgos.
como producto de malas
estrategias de comunicación de
información.
¿Qué posición se tiene con Los cuestionan a nivel Los cuestionan tanto a nivel
respecto a los modelos descriptivo. Pero no los descriptivo como normativo. Se piensa
neoclásicos? cuestionan a nivel normativo. El que esos modelos no son necesarios y
modelo de utilidad esperada lo que su fuerza normativa es débil dado
aceptan como una “lógica de las que los agentes racionales no razonan
decisiones”. Kahneman señala ni toman decisiones usando el teorema
que él acepta, en un sentido de Bayes ni los axiomas de los
técnico las normas tradicionales modelos de la utilidad esperada.
de buen razonamiento para Tampoco los aceptan en un sentido
construír sus nociones de técnico pues no aceptan la noción de
heurísticas y sesgos, así como el sesgo cognitivo.
modelo de utilidad prospectiva.
¿De donde vienen las No tienen una explicación de Las heurísticas son producto de la
heurísticas? donde vienen las heurísticas, evolución del hombre. El ser humano
pero parecen asumir que todos aprendió a usar heurísticas para
los seres humanos tienen adaptarse a un mundo de
heurísticas en su mente. incertidumbre para poder sobrevivir.
Por eso las heurísticas son una caja de
herramientas adaptativa. Hay
heurísticas muy básicas que pueden
ser vistas como “instintos sociales”
(imitación, reciprocidad, confianza)
que pueden explicar la emergencia de
normas sociales
62
Como podemos ver en el cuadro 4, las diferencias en las concepciones de heurísticas que hay
entre Gigerenzer y Kahneman son muchas. Van desde la definición misma de qué es una heurística,
sobre cómo se forman, si llevan a sesgos, si recomiendan su uso para resolver problemas así como la
posición crítica que adoptan frente al modelo neoclásico de utilidad esperada. Podemos decir que estos
enfoques tienen diferentes marcos teóricos que los lleva a pensar de manera diferente sobre qué es una
heurística y qué no es una heurística. Esto lo podemos ver en las diferentes clasificaciones sobre
razonamiento heurístico que ofrecen (ver cuadros 2 y 3) donde se muestran de manera detallada cómo
cada heurística sirve para predecir sesgos (en el proyecto de Kahneman y Tversky) o bien para resolver
Me parece que tanto Kahneman como Gigerenzer están hablando de cosas diferentes. Esta idea
concepto de estructura heurística nos da una idea más clara de los contextos específicos a los cuales se
"Una estructura heurística es el andamiaje sobre el cual se construyen muchos de los contextos en los que podemos generar
inferencias confiables (de cierto tipo), tomando en cuenta el horizonte normativo propio de una situación compleja de
dependencia epistémica. Dicha dependencia se da con respecto a (lo que consideran conocimiento) otros agentes, con
respecto a los medios materiales (instrumentos por ejemplo), así como con respecto a las limitaciones de tiempo y
capacidad de procesamiento de información que tenemos en una situación dada. Ésta es, pues, una dependencia que se
articula precisamente en estructuras heurísticas (...) las estructuras heurísticas se articulan en prácticas, y éstas a su vez
De la cita anterior podemos ver que una estructura heurística sería un andamiaje que construye
los contextos en los que podemos generar inferencias confiables. Esos contextos están constreñidos por
63
los “horizontes normativos” que podemos encontrar en una situación de “dependencia epistémica”.
3) Las limitaciones de tiempo y capacidad de procesamiento de información que tenemos ante una
situación dada.
Este contexto de dependencia epistémica puede formar un ambiente en el cual se situa el agente.
Más adelante, Martínez señala que “(...) una estructura heurística explota la estructura del ambiente en
alcance normativo de la estructura en cuestión (...) la estructura normativa implícita en una estructura
heurística no es algo que pueda localizarse dentro de la cabeza” (Martínez, 2003: 114). En este sentido,
puede decirse que la estructura heurística es algo que se constituye en la interacción entre el agente y el
ambiente y que se estabiliza en el tiempo formando prácticas y luego tradiciones (Martínez, 2003). Esto
último es importante porque nos permite reconocer que las prácticas generan una estructura normativa
que posibilita y constriñe los usos que podamos hacer de las diferentes estructuras heurísticas que hay.
Por esta razón, para Sergio Martínez la manera de Gigerenzer de hablar de “marcos inferenciales”
podría decirse del trabajo de Daniel Kahneman. El punto es ver que estos proyectos serían formas
individualizadas de las estructuras heurísticas caracterizadas por Martínez que responden a diferentes
contextos prácticos. No es que Gigerenzer esté bien y Kahneman esté mal, o visceversa. En realidad
9 Al respecto, Sergio Martínez dice lo siguiente: (2003: 136):"Los diferentes modelos de estructuras heurísticas que se están
explorando en la literatura especializada resuelven los problemas acerca de cómo se decide la aplicación de una regla y no
de otra en casos de posible aplicación de diferentes reglas. Los “marcos inferenciales” de Gigerenzer (1993), caracterizados
por una clase de referencia de objetos y una red de asignaciones de probabilidad, constituyen un modelo concreto y
cuantificable de lo que aquí llamo estructuras heurísticas. Muy posiblemente, la capacidad de muchos animales de detectar
fluctuaciones en la disponibilidad de alimento en diferentes lugares, así como la capacidad de orientación, se articula en
reglas heurísticas relacionadas jerárquicamente."
64
ambos enfoques están hablando de cosas distintas porque se refieren a diferentes contextos. Por
reconocimiento de Gigerenzer que asigna probabilidades según se reconozca (o no) el símbolo que se
Como veremos en los capítulos 3 y 4, las diferentes maneras de entender las heurísticas de
Kahneman y Gigerenzer han llevado a formular diferentes políticas públicas porque permiten pensar en
diferentes estrategias para intervenir en la toma de decisiones en los agentes. Unos mediante el uso de
los sesgos que lleva a los agentes a tomar decisiones predecibles (debido a que los errores de inferencia
son predecibles), otros mediante la educación y entrenamiento de los agentes en el uso correcto de sus
heurísticas.
Antes de concluir este capítulo me gustaría decir que los enfoques de Gigerenzer y Kahneman, pese a
sus diferencias, comparten los siguientes supuestos (que se remontan a Simon, ver capítulo 1):
que su proyecto busca “mapear” el carácter acotado de la racionalidad, por lo cual se reconoce
Kahneman reconoce que los agentes tienen capacidades cognititivas limitadas. El uso de
heurísticas también puede llevar a sesgos, por lo tanto los agentes no suelen tomar decisiones
óptimas. En el caso de Gigerenzer, él acepta que los agentes no toman decisiones óptimas
porque usan heurísticas que los llevan a tomar decisiones good enough, tal y como Simon lo
65
planteó en su modelo satisfaccionista. En ninguno de los dos proyectos el agente toma
agentes tienen capacidades cognitivas ilimitadas para hacer modelos de toma de decisiones.
2) Lo relevante a estudiar en ambos enfoques es, al igual que en Simon, el proceso de la toma de
decisión, no sólo el resultado. Esto es importante porque ambos enfoques se interesan por
incertidumbre, donde el ambiente presiona a los agentes a que estos tomen decisiones en un
tiempo limitado. Se tienen que tomar decisiones rápidas y frugales basándose en la intuición.
Por eso ambos enfoques se centran en estudiar “la nueva noción de intuición” (Sturm, 2012): las
heurísticas. Aquí, en este punto difieren en cómo estudiar esas heurísticas pues, como vimos en
el apartado anterior, tienen diferentes maneras de entender las heurísticas lo cual a los
partidarios de Kahneman los lleva a estudiar los sesgos a los que estas conducen, mientras que a
los partidarios de Gigerenzer los lleva a estudiar cómo estas ayudan a resolver problemas.
esto se expresa en donde sitúan a las heurísticas: en el interior de la mente de individuos. Los
“agentes” tanto para Kahneman como para Gigerenzer son, en realidad, individuos. Por eso,
cuando se estudian las heurísticas, tanto para mostrar los sesgos a los cuales conducen, o para
mostrar las tareas específicas que se resuelven, esos enfoques siempre estudian cómo los
organizaciones.
66
Estos tres supuestos comunes muestran que los enfoques de Gigerenzer y Kahneman están más
cerca uno del otro de lo que ellos mismos creen. Sin embargo, en ambos enfoques no queda claro cómo
se pueden modificar y adaptar las heurísticas al ambiente social. En el caso de las heurísticas y sesgos
de Kahenman no queda claro qué papel juega el ambiente social en la estructuración del razonamiento
heurístico. Él simplemente postula la idea de que todos los seres humanos tenemos heurísticas y sesgos
cognitivos. Pero parece que los factores sociales no juegan ningún papel explicativo de cómo se
En el caso de Gigerenzer hay un intento por considerar elementos sociales cuando habla de
ayudan a un individuo a adaptarse a su medio para sobrevivir. Según Gigerenzer todos los seres
humanos nacen con una “caja de herramientas adaptativa”. Los aspectos sociales entran simplemente
como pistas que ayudan a los individuos a seleccionar las heurísticas que mejor resuelvan problemas.
Pero esas heurísticas ya las tenemos desde que nacemos pues, según Gigerenzer, las heurísticas son
producto de la evolución. Si las heurísticas son “reglas de inferencia” ligadas a la intuición (gut-
Parece ser que aquí el supuesto de cognición individualista juega el papel de restarle
importancia a la interacción entre el agente y el ambiente social en que este está situado. Parece ser que
estos autores no tienen una visión relacional de las heurísticas donde estas podrían entenderse como
algo que emerge de la interacción reiterada entre el agente y el ambiente social que se compone de
otros agentes, instituciones, normas sociales, procesos históricos y desigualdades sociales. En este
contexto, es verdad la afirmación que hacen Ana Laura Fonseca y Sergio Martínez (2017: 185):
“En ambos casos otro supuesto presente es la idea de que una heurística puede individualizarse en las condiciones
de laboratorio en las que se estudian y posteriormente mantener su individualidad (como componente) a través de
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razonamientos más complejos en diferentes tipos de situaciones. Este supuesto de descomposicionalidad justifica, tanto en
HS como en HRF, que el razonamiento heurístico se entienda como una simplificación del razonamiento más complejo que
puede estudiarse en forma fragmentaria, heurística por heurística, en el laboratorio, y que se pueda asumir que esas
mismas heurísticas deben de estar presentes en la complejidad del razonamiento que se presenta en la vida cotidiana” (los
La cita anterior nos ayuda a ver que los enfoques HS y HRF tienen, hasta cierto punto, unidad
metodológica, pues están en favor de asumir que las heurísticas que operan en el mundo real pueden
descomponerse en heurísticas más simples que pueden analizarse por separado en el laboratorio, una a
una. Sin embargo esta manera de estudiar las heurísticas no ayuda a explicar el carácter maleable de las
heurísticas, las cuales están situadas en prácticas sociales que están en constante transformación.
Para entender cómo las heurísticas se modifican y adaptan al medio parece que es necesario
alejarnos del supuesto de cognición individualista para poderle dar un papel más activo al ambiente
social. Una forma de hacerlo es tomando en serio la idea de hábitos. Los hábitos son disposiciones y
habilidades adquiridas en los agentes. Los hábitos, según Dewey (2002 [1922]) moldean otros
hábito veremos cómo las heurísticas se forman por la interacción reiterada del agente con el ambiente
social en el cual éste está situado. Así, el ambiente social constriñe pero tambien posibilita la
estructuración de diferentes estructuras heurísticas que están socialmente distribuídas. Más adeltante,
en el capítulo 5, explicaré con más detalle la relación entre las estructuras heurísticas y los hábitos.
Kahneman y Gigerenzer han llevado a la elaboración de diferentes propuestas para formular políticas
públicas: los empujones y los impulsos educativos. Veremos que esas discusiones son, en realidad, una
68
Capítulo 3
“We don’t have to stop inventing abstract models that describe the behavior of imaginary Econs.
We do, however, have to stop assuming that those models are accurate descriptions of behavior,
Richard Thaler
Introducción
En el primer capítulo mostré cómo la crítica de Simon a los modelos neoclásicos de elección racional
planteó una agenda de investigación que se centró en estudiar el proceso de toma de decisión de los
agentes. Para explicar cómo los agentes toman sus decisiones, se volvió necesario considerar aspectos
cognitivos. En particular, la noción de heurística se volvió crucial para estudiar la toma de decisiones
de los agentes en contextos de riesgo e incertidumbre. Sin embargo, como vimos en el capítulo 2, no
hay consenso en cómo entender las heurísticas. Expuse dos proyectos que se han enfrentado en duras
polémicas conocidas como “las guerras de la racionalidad”: las HS de Kahneman y Tversky y las HRF
de Gigerenzer. Mostré que ambos proyectos entienden de manera diferente las heurísticas porque en el
fondo hablan de cosas diferentes. Sin embargo mostré que las heurísticas de las que nos hablan ambos
proyectos pueden verse una expresión concreta de estructuras heurísticas que son el andamiaje que
69
posibilita la formación de contextos de inferencia que pueden ser confiables. También vimos que pese a
sus diferencias, los proyectos de Kahneman y Gigerenzer comparten una serie de supuestos comunes
que se pueden remontar al trabajo pionero de Simon: que los agentes tienen racionalidad acotada (no
son agentes optimizadores), que aspectos cognitivos son relevantes para explicar cómo los agentes
toman sus decisiones (racionalidad procedimental) y que los procesos cognitivos, entre ellos el
cognición individualista).
El objetivo de este capítulo es estudiar las implicaciones de política pública que el proyecto de
HS, elaborado por Kahneman y Tversky, tienen para el diseño de políticas públicas. Particularmente me
voy a centrar en analizar el proyecto conocido como “paternalismo libertario” de Richard Thaler y Cass
Sunstein. En ese proyecto, como veremos, se busca elaborar arquitecturas de las decisiones que den
pequeños y suaves empujones (nudges) a los agentes. Los empujones usan los sesgos que los agentes
tienen para llevarlos a tomar decisiones ya preestablecidas. En este capítulo abordaré la siguiente
pregunta: ¿Cuáles son los alcances y límites de los empujones? Para responder esta pregunta voy a
resaltar el papel que puede jugar el supuesto de cognición individualista en este proyecto. Hemos
apuntado en el capítulo anterior que este supuesto es problemático porque no permite ver como
aspectos que forman parte del ambiente social (como las normas sociales, las instituciones, las
desigualdades sociales, etc.) pueden jugar un papel relevante en la estructuración y modificación del
razonamiento heurístico. Aquí mostraremos algunas limitaciones de los empujones que se pueden
Para lograr el objetivo de este capítulo procederé como sigue. Primero expondré la teoría del
sistema dual que Thaler y Sunstein (2009) y Kahneman (2011) asumen. Esta teoría, como veremos, les
permitió a Thaler y Sunstein formular una noción de agente que se diferencia de la economía
70
neoclásica. Tal diferencia aparece formulado como una yuxtaposición entre los Humans (seres
humanos) y los Econs. Los primeros, los seres humanos, usan la mayor parte del tiempo el sistema 1 de
la mente. Los segundos, los “homo economicus”, en cambio, usan la mayor parte del tiempo el sistema
2. Mostraré como Thaler y Sunstein situan las heurísticas y sesgos descritas por Kahneman y Tversky
en el sistema 1 de la mente. El sistema 1 también involucra otros “efectos” planteados por Thaler: el
efecto dotación, la falta de autocontrol, encuadre y sentido de justicia. Todos estos elementos le dan,
según Thaler, un carácter más “humano” a la noción de agente racional. En una segunda parte pasaré a
exponer el concepto de arquitecturas de las decisiones y los empujones que, como Thaler y Sunstein
plantean, buscan intervenir en el sistema 1 de la mente. Los empujones, como veremos, se diferencian
de los incentivos que pueden entenderse como sistemas de premios y castigos (Grant, 2006) que, según
Thaler y Sunstein (2009), están diseñados para intervenir en el sistema 2 de la mente. En una tercera
parte paso a exponer el concepto de “paternalismo libertario” y en una cuarta parte paso a mostrar los
contextos en los cuales se puede justificar el uso de los empujones. Finalmente termino analizando dos
de las principales limitaciones de los empujones que he identificado: no es claro que los empujones
Richard Thaler y Cass Sunstein (2003A, 2003B, 2009) retomaron la teoría de los dos sistemas de Keith
Stanovich y Richard West para describir la manera en cómo los agentes reales toman decisiones. Esta
teoría distingue entre dos formas de pensar, una que es intuitiva y automática, y otra que es reflexiva y
racional. Al primer sistema se le suele llamar “sistema automático” y al segundo se le suele llamar
“sistema reflexivo” (Thaler y Sunstein, 2009). A esos dos sistemas Kahneman (2011) los llama
sistemas 1 y 2 respectivamente. Esta última es la terminología que estaré usando en este capítulo.
71
El sistema 1 genera respuestas automáticas e instantáneas que responden ante ciertos estímulos
que hay en el mundo. Ese sistema se usa cuando se toca con los dedos una superficie caliente y de
manera instantánea se retira la mano, se detecta que un objeto está más distante que otro, o se hacen
Sunstein (2009) mencionan que este sistema está asociado con las partes más antiguas del cerebro.
Usamos este sistema cuando hacemos un cálculo matemático complejo, cuando decidimos qué ruta
seguir cuando planeamos un viaje o cuando vamos a elegir alguna carrera universitaria.
El sistema 1 se usa cuando estamos sometidos a situaciones de estrés donde hay restricciones de
tiempo. Estas circunstancias nos obligan a pensar rápido. En cambio, el sistema 2 lo usamos cuando
somos más prudentes, cuando nos detenemos a pensar y reflexionar en las consecuencias de nuestros
actos. Esto, según Kahneman (2011) nos hace pensar más despacio.
En el sistema 1 Thaler y Sunstein (2009) sitúan las aportaciones de Kahneman y Tversky sobre
las heurísticas y sesgos (revisadas en el capítulo 2). Las leyes de la lógica y la probabilidad, en cambio,
están dentro del sistema 2 (Thaler y Sunstein, 2009; Kahneman, 2011). Ahí también situan el modelo
de utilidad esperada que Kahneman y Tversky (1979) mantienen como una especie de lógica de la
elección racional.
La implicación que Thaler y Sunstein, (2009) y Kahneman, (2011) sacan de la teoría de los
sistemas duales es que la mayoría de la gente, la mayor parte del tiempo, sólo usa el sistema 1.
Kahneman (2011) señala que deberíamos confiar más en el sistema 2. Sin embargo, el problema es que
pensar detenidamente sobre algo implica un fuerte consumo de energía que cansa a la persona. Por eso
Kahneman señala que el sistema 2 es “perezoso”. En cambio, la mayoría de la gente prefiere usar sólo
72
el sistema 1 para ahorrar energía (Kahneman, 2011). De ahí que mencionen que las personas, en la
mayoría de las ocasiones, están en “piloto automático”, tomando decisiones sin poner atención (Thaler
y Sunstein, 2009).
Kahneman (2011), al igual que Thaler y Sunstein (2009), son bastante pesimistas con respecto a
que los agentes puedan mejorar sus procesos de elección por sí mismos. Ellos creen que la mayoría de
las personas de carne y hueso son descuidadas, impulsivas, flojas, con poca fuerza de voluntad y con
poco autocontrol (Thaler y Sunstein, 2009). También con severos problemas de aprendizaje ante
contextos complejos.
Thaler y Sunstein (2009) identificaron algunas situaciones donde se había visto que los agentes,
a pesar de contar con toda la información relevante y tener los incentivos para cambiar sus decisiones,
seguían tomando malas decisiones que muchas veces iban en contra de su propia salud e integridad. Es
decir, decisiones que van en contra sí mismos. Casos como estos son los de fumar, no buscar un seguro
de automóviles, no ahorrar para el retiro, comer comida insana, contaminar, el consumismo etc. Ello
llevó a Thaler y Sunstein (2009) a cuestionar el supuesto de la economía neoclásica de que casi toda la
gente, casi todo el tiempo, toman decisiones que son lo mejor para su propio interés. También
cuestionan el supuesto de que esas decisiones son mejores que las elecciones que hubieran hecho por
Ello los llevó a establecer una representación de las personas como “Humanos” que
contraponen a los “Econs”, que serían los agentes económicos típicos de la teoría económica
convencional. Los Econs son agentes perfectamente racionales que tienen gran capacidad de
10 Conviene decir aquí que Thaler y Sunstein están discutiendo contra la escuela de Chicago que postula una noción de
agente racional que toma siempre las mejores decisiones para si mismo. Una versión de esta noción de agente es la
postulada por la hipótesis de “expectativas racionales” donde se asume que los agentes no cometen errores sistemáticos,
sino errores aleatorios, que procesan de la mejor manera posible toda la información que tienen a su disposición (es decir,
no desperdician información), y hacen predicciones que suelen ser muy precisas para tomar decisiones sin dejarse arrastrar
por inercias. Sobre este supuesto hablé, desde un punto de vista histórico, en mi tesis de maestría: Hernández (2012)
73
aprendizaje, pueden procesar grandes cantidades de información en poco tiempo y tienen una
capacidad de cálculo infinito que les permite comparar relaciones costo-beneficio para elegir la mejor
opción. Su principal motivación para tomar decisiones se basa en los incentivos: sistemas de premios y
Si los agentes de carne y hueso fueran tan racionales, la imagen de agente racional que
tendríamos sería muy parecida a la del señor Spock, de viaje a las estrellas (Thaler y Sunstein, 2009),
un personaje muy inteligente, que tiene gran control sobre sí mismo, muy prudente que puede realizar
cálculos y adaptarse a situaciones complejas. Ese tipo de agentes ficticios son los que habitan los
Los “Humanos” en cambio, son diferentes. Muchas personas apesar de tener el incentivo de
dejar de fumar (por ejemplo, recibir un premio por dejar de fumar, o evitar un castigo por seguir
fumando) lo siguen haciendo. Según el trabajo de la economía del comportamiento, los humanos no
son agentes tan racionales, fríos y calculadores. Tampoco tienen un gran autocontrol de sí mismos ni
una gran capacidad de aprendizaje. Como la mayor parte del tiempo la gente usa el sistema 1 en vez del
sistema 2, Thaler y Sunstein creen que las personas de carne y hueso se parecen más al personaje de los
Simpsons, Homero, que al señor Spock. Esto es así porque los agentes, al igual que Homero Simpson,
son impulsivos, flojos, les cuesta mucho trabajo aprender de situaciones complejas, cometen errores
sistemáticos y pueden ser muy emocionales al momento de tomar decisiones. De ahí que Sunstein
(2014) señale que los “Humanos” también se parezcan a James Dean (rebelde sin causa).
Esta concepción sobre el agente racional que Kahneman, Thaler y Sunstein tienen la resumo en
el siguiente cuadro:
74
Cuadro 5: Sistema dual de la mente
Sistema 1 Sistema 2
Humano Econ
Rápido Lento
Automático Reflexivo
Intuitivo Calculador
“caliente” “frio”
Aversión a las pérdidas, el sesgo del status quo, Axiomas del modelo de utilidad esperada: completitud,
efectos dotación, encuadre, falta de autocontrol y transitividad, independencia y continuidad
sentido de justicia
Sus principales motivaciones para actuar son Actuan principalmente por incentivos (sistemas de
emocionales, pasionales, inerciales (no prestan premios y castigos, buscan obtener premios y evitar
atención), por falta de autocontrol, por sus castigos).
ilusiones cognitivas (la manera en cómo se
encuadra un problema), no necesariamente por
incentivos
Elaboración propia con base en Thaler y Sunstein, (2009); Thaler (2015), Kahneman (2011)
La noción de agentes “Humanos”, como algo contrapuesto a los agentes “Econs”, genera una
idea de que los agentes humanos son vulnerables, dado que pueden tomar malas decisiones de manera
sistemática que pueder ir en contra de su propia salud e integridad. De ahí que Thaler y Sunstein (2009)
planteen la necesidad de intervenir en las decisiones de esos agentes para mejorarlas. Por eso esos
75
Para Thaler y Sunstein (2009) la tendencia recurrente de los agentes a tomar malas decisiones se
explica por los sesgos cognitivos que estos tienen. Estos sesgos permiten predecir los errores que los
agentes cometerán de manera sistemática. Ello le sirvió a Thaler y Sunstein (2009) para proponer una
serie de conceptos que sirven para diseñar ambientes institucionales que intervengan en los procesos de
estos autores entienden el contexto en el cual el agente tomará su decisión, donde la manera de
presentar las diferentes opciones al agente juega un papel muy importante en la toma de decisiones de
este. La idea de estos autores es que estos contextos se pueden diseñar centrándose en el usuario
(Thaler y Sunstein, 2009). Esto es, que se pueden diseñar los contextos para simplificar tanto como sea
posible todas las tareas involucradas en la toma de decisiones de los agentes. Y para ello se pone
énfasis en influir en el sistema 1 de la mente (Thaler y Sunstein, 2009). Sin embargo, la manera en
cómo se presentan las opciones a los agentes no es neutral. Esto quiere decir que pequeños cambios en
cómo se presentan las opciones producen cambios en las decisiones de los agentes (Thaler y Sunstein,
2009). Los pequeños detalles no son irrevelantes, pues pueden centrar la atención de los usuarios hacia
una dirección en particular11. Todos los detalles importan. Esto quiere decir que los agentes, al no ser
tan racionales, no sólo se fijan en la parte lógica de los problemas y en los incentivos (relaciones de
Para estos autores es muy importante señalar que los Econs responden primordialmente a
incentivos. Pero los Humanos no. Si fuera cierto que las personas reales fueran como los Econs, que
tomaran decisiones sólo considerando incentivos, entonces pequeños cambios en la manera en cómo se
11 Al respecto dicen lo siguiente: “(...) small and apparently insignificant details can have major impacts on people´s
behaviors. A good rule of thumb is to assume that “everything matters”. In many cases, the power of these small details
comes from focusing the attention of users in a particular direction”. (Thaler y Sunstein, 2009: 3)
76
presenta la información no tendría ningún efecto en sus decisiones. Pero el punto es que lo tienen. Esos
pequeños cambios para los seres humanos no son irrelevantes12. Por eso es importante pensar en otros
mecanismos ó técnicas para poder intervenir en los procesos de elección de los agentes de carne y
Así como hay una arquitectura de la decisión, también hay arquitectos de la decisión. Estos
arquitectos tienen la responsabilidad de organizar el contexto en el cual las personas tomarán sus
decisiones. Un arquitecto de la decisión puede ser un gobierno, una empresa, una organización social o
incluso una persona. De hecho Thaler y Sunstein (2009) sugieren que muchas personas son arquitectos
de las decisiones sin darse cuenta (como los padres de familia, que dan información sesgada a sus hijos
para tratar de motivarlos a que tomen buenas decisiones). En este sentido las arquitecturas de las
decisiones son inevitables (Sunstein, 2014) pues todo mundo es objeto de ellas, pero también ellos
Los arquitectos de las decisiones dan “pequeños empujones” (nudge) a los agentes para que
estos puedan tomar mejores decisiones. Por “empujones” estos autores entienden lo siguiente:
“A nudge, as we will use the term, is any aspect of the choice architecture that alters people´s behaviors in a predictable
way without forbidding any options or signicantly changing their economic incentives. To count as a mere nudge, the
intervention must be easy and cheap to avoid. Nudges are not mandates. Putting the fruit at eye level counts as a nudge.
Banning junk food does not”. (Thaler y Sunstein, 2009: 6; las cursivas son mías).
Como podemos ver, un empujón es cualquier aspecto de la arquitectura de la decisión que altera
la conducta de las personas hacia una dirección predecible. No involucra prohibiciones de ninguna
opción, no son mandatos. No involucra coersión. Tampoco significa cambiar los incentivos económicos
12 Al respecto estos autores dicen lo siguiente: “(...) a nudge is any factor that significantly alters the behavior of Humans,
even though it would be ignored by Econs. Econs respond primarily to incentives. If the government taxes candy, but they
are not influenced by such “irrelevant” factors as the order in which options are displayed. Humans respond to incentives
too, but they are also influenced by nudges” (Thaler y Sunstein, 2009: 8).
77
de los agentes. Para contar como un “empujón” la intervención debe ser fácil y barata de remover.
Los empujones explotan los sesgos cognitivos de los agentes, para tratar de corregir sus malas
decisiones (Thaler y Sunstein, 2009). Se puede empujar a los agentes a que tomen mejores decisiones
por medio de presentar las opciones de manera sesgada, tergiversada. También se puede influír en otras
personas que a su vez influyen en los agentes que queremos intervenir. Ya sea que los persuadan, sirvan
como ejemplos para imitar ó como puntos de referencia para anclar los procesos de deliberación y de
toma de decisiones hacia una dirección. El punto es usar todo el conocimiento sobre las heurísticas,
sesgos, y los aportes de la economía del comportamiento resumidos en el sistema dual de la mente
Los empujones, según Thaler y Sunstein (2009), no son incentivos. Los incentivos son sistemas
de premios y castigos que llevan al agente a tomar una decisión apartir de un cálculo costo-beneficio
que maximiza su utilidad (Grant, 2006). Los incentivos apelan a la motivación de los agentes a buscar
castigos, multas, costos y pérdidas (Grant, 2006). Como los incentivos requieren que el agente pueda
Los empujones no buscan alterar los sistemas de premios y castigos, ni tampoco apelar a que el
agente haga un cálculo racional costo-beneficio para que este tome una decisión. Más bien se centran
en factores que los economistas han considerado tradicionalmente “irrelevantes” (Thaler, 2015) para
poder modificar el comportamiento del agente hacia una dirección predecible. Por ejemplo, si un
agente enfrenta una situación donde tiene que elegir entre dos opciones, fumar o no fumar, si aplicamos
78
incentivos, entonces tendríamos que subir el impuesto del tabaco para hacer más costoso fumar.
También podríamos hacer programas donde a los fumadores se les dé recompensas por no fumar (como
darles menciones especiales en las empresas). En cambio, si aplicamos empujones, lo que haríamos
sería apelar al sistema 1 de la mente para usar los sesgos del agente para llevarlo a no fumar. Por
ejemplo, podemos poner “advertencias gráficas” (graphic warnings) en las cajetillas de cigarros donde
se muestren los pulmones destrozados de un fumador con cancer pulmonar (Sunstein, 2016). Esta
advertencia gráfica no altera el sistema de incentivos del fumador (no se hace ni más ni menos costoso
Veamos otros ejemplos de empujones. En los sistemas de pensiones de Estados Unidos Thaler
diseñó el programa “Save more tomorrow”13. Ese programa tenía como objetivo inscribir a los usuarios
que no tenían un programa de pensiones a uno en específico. Pero la cuestión es que muchos agentes
no estaban interesados en ahorrar para su futuro, ya sea por pereza, distracción o desidia. Thaler usó la
heurística del default para poner una opción por default que se activaría en caso de que los agentes no
decidan algo durante un periodo específico. Como el default en un primer momento era no tener ningún
programa para el retiro, esta opción se cambió por un programa aprobado por el Estado. Entonces se
pasó a inscribir de manera directa a los agentes a ese programa y a avisarles a los usuarios de que
tenían la opción abierta para elegir cancelar su inscripción, ya sea para cambiarse a otro programa o
para no tener ninguno. Pero se asume que el agente usa el sistema 1 en su razonamiento. En ese sentido
se asume que la mayoría de los agentes no cambiarán la opción por pereza, por inercia, o por
distracción. El efecto de esto es que se incrementó el número de trabajadores inscritos a algún sistema
79
Según Thaler y Sunstein (2009), este caso no es una imposición en un sentido estricto pues no
se está obligando al agente a que tome una decisión en contra de su voluntad. No es una coersión. Se
decisión específica.
Otro ejemplo es el mejorar la nutrición de estudiantes de una escuela. Si queremos que los
estudiantes tomen mejores decisiones sobre lo que comen en las cafeterías podemos facilitar a los
usuarios el acceso a comida saludable poniéndola sobre la barra y la comida chatarra guardarla en
refrigeradores o en otros pasillos. El punto es que el agente tomará lo que hay sobre la barra porque
seguirá la opción por default y no se esforzará en ir a los refrigeradores por la comida chatarra (Thaler
y Sunstein, 2009). En el cuadro 6 resumo algunos empujones que Thaler y Suntein han propuesto.
80
después de 5 años. La manera
negativa sería de 100 pacientes
que tienen la operación 10 se
mueren después de 5 años.
Presentar la información de tal Encuadre y aversión a las Llevar al agente a que tome
forma que apele a la aversión a pérdidas. Las aversión a las decisiones que piensa lo llevan a
la pérdida. Ejemplo: Si no usas pérdidas es la tendencia al agente evitar cualquier tipo de perdidas. Así
métodos de conversión de a evitar pérdidas a como dé puede usar métodos de conversión de
energía perderás 350 dólares. En lugar. energía que sean más ecológicos.
vez de decir. Si usas métodos de
conversión de energía ahorrarás
350 dólares
Elaboración propia con base en el material revisado en este capítulo
El punto de todas las arquitecturas de las decisiones es facilitar la vida de los agentes y, sobre
todo, protegerlos de malas decisiones que ellos toman en contra de sí mismos. Esto nos lleva al
concepto de “Paternalismo libertario” que Thaler y Sunstein proponen para justificar su proyecto de
Thaler y Sunstein (2009) señalan que hay que reconocer que todo mundo influye y es influído en los
procesos de toma de decisiones. En cierto sentido es justo decir que todas las personas son “arquitectos
de la decisión” de una manera consciente ó inconsciente. De ahí que las arquitecturas de las decisiones
y los empujones sean inevitables (Sunstein, 2014). Usamos empujones desde que usamos un mapa GPS
que nos presenta la información de manera sesgada para lograr llegar a un destino, desde que vamos
conduciendo en una autopista y en una curva peligrosa se ponen las líneas de la carretera más pequeñas
y continuas para generarnos el efecto óptico de que vamos rápido para así disminuir la velocidad, desde
que nos vestimos de manera adecuada para una entrevista de trabajo, así como información que le
damos a los niños para evitar que hagan cosas indeseables (Sunstein, 2016).
81
Sin embargo, a nivel público, es justo decir que el gobierno tiene que asumir su tarea de
proteger a sus ciudadanos. Pero al mismo tiempo, se asume que se tiene que respetar la libertad de
elegir de los usuarios. Así pues, el proyecto político que se defienden Thaler y Sunstein es el
paternalismo libertario.
El paternalismo, según Sunstein (2014) puede ser de dos tipos: fuerte y débil. Es fuerte cuando
imponen su voluntad mediante mera coersión. En esos casos se habla de gobiernos autoritarios y
dictaduras. Es paternalismo débil, en cambio, es cuando se trata de gobiernos que se limitan a regular
los mercados para evitar prácticas abusivas en empresas así como otras interacciones sociales (civiles,
manera de vivir de sus ciudadanos. Es no intrusivo cuando no buscan controlar la manera de vivir los
ciudadanos. Según Sunstein (2014), el paternalismo que él y Thaler impulsan es débil y no intrusivo.
Esto es así porque las opciones que hay en una arquitectura de las decisiones no están bloqueadas ni
son impuestas. Todas las opciones permanecen desbloqueadas. Pero se asume la tarea de proteger y
ayudar al ciudadano mediante empujones. Esto porque, como vimos en el apartado anterior, se conscibe
al agente como alguien vulnerable dado que tiene sesgos e ilusiones cognitivas que lo pueden llevar a
inadecuada o corrupta, según Thaler y Sunstein (2009), la “libertad de elegir” siempre servirá para
criticar esos malos diseños institucionales14 porque nada impide al agente tomar la decisión que él
14 “Libertarian paternalism is a relatively weak, soft, and nonintrusive type of paternalism because choices are not blocked,
fenced off, or significantly burdened. If people want to smoke cigarettes, to eat a lot of candy, to choose an unsuitable health
care plan, or to fail to save for retirement, libertarian paternalists will not force them to do otherwise -or even make things
hard for them (...) they are self consciously attempting to move people in directions that will make their lives better. They
nudge” (Thaler y Sunstein, 2009: 6). Más adelante señalan lo siguiente: “(...) since ni coercion is involved, we think that
some types of paternalism should be acceptable even to those who most embrace freedom of choice (...) by insisteing that
82
considera más adecuada.
“(...) Much is therefore at stake in the debate between the Chicago School and the behavioral economists, who reject the
extreme form of the rational-agent model. Freedom is not a contested value; all the participants in the debate are in favor
of it. But life is more complex for behavioral economists than for true believers in human rationality. No behavioral
economists favor a state that will force its citizens to eat a balanced diet and to watch only television programs that are good
for the soul. For behavioral economists, however, freedom has a cost, which is bourne by individuals who make bad
choices, and by a society that feels obligated to help them. The decision of whether or not to protect individuals against
their mistakes therefore presents a dilemma for behavioral economists. The economists of the Chicago school do not face
that problem, because rational agents do not make mistakes. For adherents of this school, freedom is free of charge”
De la cita anterior podemos ver cómo Kahneman situa el problema de las elecciones de los
agentes como algo más público. Él plantea que los economistas del comportamiento no pretenden
imponer su visión del mundo o restringir la libertad. Más bien se preocupan por aquellas personas que
no son suficientemente racionales, dado que cometen errores sistemáticos. El uso de los empujones, en
Me parece que la manera de Thaler y Sunstein de plantear las cosas está influenciada por el
ambiente académico y político de su país (los Estados Unidos) donde el interlocutor principal de su
debate es la escuela de Chicago. Esta escuela de pensamiento económico ha sido influenciada por las
ideas de Milton Friedman y Friedrich Von Hayek que promovieron las políticas de libre mercado y la
choices remain unrestricted, we think that the risks of inept or even corrupt designs are reduced. Freedom to choose is the
best safeguard against bad choice architecture” (Thaler y Sunstein, 2009: 11).
83
influenciada por las ideas “libertarianistas” de Robert Nozick quien defendió la idea del “Estado
mínimo” que debería centrarse sólo en garantizar el derecho de la propiedad privada y asumir tareas de
En este contexto, Thaler y Sunstein defienden algo bastante razonable: que el gobierno debería
asumir un papel más activo que lo lleve a intervenir y regular los mercados (y otras esferas de la vida
social) con el fin de promover el bienestar de los ciudadanos. Hay más elementos que se pueden decir
desde un punto de vista filosófico-político, pero en este escrito sólo me voy a centrar en la parte técnica
de la discusión: cómo diferentes nociones de razonamiento heurístico pueden ser útiles para formular
diferentes propuestas de diseño de política pública. Por esta razón es importante tener claro el contexto
en el cual los empujones se justifican para evitar un posible uso abusivo de estos.
El uso de empujones para influir en el comportamiento de los agentes se justifica, según Thaler y
Sunstein (2009), sólo en ciertos contextos donde se muestra que los agentes tienen dificultades muy
grandes para tomar buenas decisiones por sí mismos. Situaciones de este tipo son casos que el agente
rara vez enfrenta porque se repiten muy poco y no puede adquirir aprendizaje por medio de la
experiencia. Ejemplos de este tipo son las catástrofes naturales, las pandemias, las crisis económicas y
sociales. En momentos como esos, los empujones pueden ser herramientas útiles para llevar a la gente a
Otro contexto que justifica el uso de empujones son las situaciones típicas que se reproducen en
los mercados donde hay agentes vulnerables (como los consumidores) que son presas de otros agentes
más “racionales” como las grandes empresas. En esos casos Thaler y Sunstein dicen lo siguiente:
84
“Suppose that a chess novice were to play against an experienced player. Predictably, the novice would lose precisely
because he made inferior choices -choices that could easily be improved by some helpful hints. In many areas, ordinary
consumers are novices, interacting in a world inhabited by experienced professionals trying to sell them things” (Thaler y
En esa misma dirección Kahneman (2011) justifica el uso de los empujones para proteger a los
“Humans, more than Econos, also need protection from others who deliberately exploit their weakness -and especially the
quirks of System 1 and the laziness of System 2. Rational agents are assumed to make important decisions carefully, and to
use all the information that is provided to them. An Econ will read and understand the fine print of a contract before signing
it, but Humans usually do not” (Kahneman, 2011: 413; las cursivas son mías).
A lo que apuntan Thaler, Sunstein y Kahneman es que los agentes, al actuar la mayor parte del
tiempo usando el sistema 1 de la mente, suelen ser presas de su falta de atención, falta de autocontrol,
sus ilusiones cognitivas y sesgos que otros agentes pueden usar para perjudicarlos. Hay empresas que
usan el conocimiento sobre sesgos para hacer que las personas compren cosas que no necesitan, se
endeuden, consuman comida que les hace daño y firmen contratos que los pueden perjudicar. Por esa
razón se justifica que el gobierno asuma un papel activo para regular el uso de arquitecturas de las
En este capítulo hemos visto cómo algunas ideas de Kahneman y Tversky fueron retomadas por Thaler
y Sunstein para desarrollar una visión alternativa sobre el agente racional en economía. Esta visión de
agente se basa en el sistema dual de la mente. Con ello se ha logrado tomar en cuenta aspectos que los
economistas neoclásicos han considerado irrelevantes para explicar la toma de decisiones de los
85
agentes. Particularmente se ha reconocido que las emociones, problemas de autocontrol, heurísticas y
sesgos, entre otros aspectos recogidos por el sistema 1 de la mente, juegan un papel explicativo en la
toma de decisiones de los agentes en economía. Estos elementos han ampliado los recursos teóricos de
los economistas para poder explicar conductas que no son maximizadoras de utilidad y que tampoco
están motivadas por incentivos (sistemas de premios y castigos). Los conceptos de arquitecturas de las
decisiones y de empujones son muy útiles para poder intervenir en la toma de decisiones de los agentes
Pero hay algo más. Thaler y Sunstein han planteado una noción de “empujones sociales” para
poder influir en grupos sociales. Thaler y Sunstein entienden por empujones sociales lo siguiente:
“(...) Humans (...) are frequently nudged by other Humans. Sometimes massive social changes, in markets and politics
alike, start with a small social nudge. Humans are not exaclt lemmings, but they are easily influenced by the statements and
deeds of others (...) If you see a movie scene in which people are smiling, you are more likely to smile yourself (whether or
not the movie is funny; yawns are contagious, too. ” (Thaler y Sunstein, 2009: 53; las cursivas son mías).
De la nota anterior podemos ver que por “empujones sociales” Thaler y Sunstein entienden las
influencias que generan unos seres humanos sobre otros. Esta manera de influir en el comportamiento
de un agente puede basarse en afirmaciones y actos que hacen otras personas. Más adelante Thaler y
Sunstein (2009) afirman que la mayoría de las personas aprenden de otros. Según estos autores las
1) involucran información sobre lo que hacen los demás lo cual nos hace pensar qué es lo mejor
para nosotros y;
2) involucra presiones de los compañeros (sobre todo si nos importa lo que otros dirán sobre
86
Ejemplos de empujones sociales son los siguientes: Cuando hay una opinión unánime en un
grupos de personas grande, se tiende a generar un fuerte empujón a los individuos que apenas se
integran a ese grupo para aceptar la opinión dominante sin deliberar (Thaler y Sunstein, 2009); si se
quiere reducir el consumo de energía de los individuos se puede publicar lo que consume la media, para
que el individuo que está por encima de la media haga ajustes (Thaler y Sunstein, 2009); o
recientemente en el metro de la ciudad de México, que en el piso de los andenes se han pintado unas
flechas que las personas interpretan como indicadores para formarse y así, en horas pico, dejar que los
pasajeros bajen del metro y ellos luego puedan subir con el fin de evitar la colusión.
Puede que los “empujones sociales” sean útiles para intervenir en el proceso de toma de
decisiones de individuos que pueden estar aglomerados (como una opinión unánime en grupos
sociales) o dispersos (como publicar las medias de consumo de energía). Pero estos casos no
consideran los comportamientos habituales que los agentes tienen en su vida cotidiana. En este
apartado voy a analizar si los empujones sociales pueden ser efectivos para dos casos: 1) agentes
“agentes colectivos” como son las organizaciones, que operan con lo que Cohen (1991, 2006) llama
“rutinas organizacionales”. Este último caso es importante porque la economía y otras ciencias sociales
suelen considerar como agentes a entidades colectivas como son las empresas, los sindicatos, las
5.1 ¿Pueden los empujones sociales modificar los hábitos de agentes individuales?
Como hemos visto, los ejemplos de aplicación de empujones de Thaler y Sunstein suelen ser casos de
decisiones aisladas que sólo se toman una vez (o de vez en cuando) en agentes individuales igualmente
87
aislados. Estos ejemplos son los casos de la donación de órganos y el ahorro para el retiro donde las
reglas por default tienen un papel crucial para empujar a los agentes hacia una decisión ya
preestablecida. En esos ejemplos parece que no se generan nuevos hábitos porque son situaciones que
parece que no se repiten a lo largo del tiempo. Al no haber repeticiones en las interacciones entre el
agente y el ambiente, el agente no adquiere la experiencia suficiente que le permita desarrollar nuevas
habilidades o predisposiciones a actuar. El uso de reglas default no garantiza que el agente aprenda de
Hay otros ejemplos de empujones que se aplican a situaciones que sí se repiten. Tal es el caso de
las cafeterías de estudiantes donde se pone comida sana en el mostrador y la comida insana en los
refrigeradores. Una pregunta es si este empujón generará cambios en los hábitos de alimentación de los
estudiantes. Desde mi punto de vista, me parece que no es claro que este empujón genere nuevos
hábitos porque, en realidad, el agente se enfrenta en su vida cotidiana a múltiples arquitecturas de las
decisiones que lo pueden estar influyendo todo el tiempo. Puede darse el caso de que los estudiantes
que salen de las cafeterías donde se les aplicó un empujón se enfrenten a otras arquitecturas fuera de la
escuela que los puede llevar a consumir comida insana. Los niños pueden ser objeto de empujones que
los lleven a comer comida insana (dulces, refrescos, botanas, etc.) en las cajas de los supermercados
cuando sus padres van a pagar las compras, cuando van caminando por los pasillos, incluso pueden
reproducir el hábito de comprar y comer palomitas de maíz con refresco y otras botanas insanas cuando
van al cine con sus papás o amigos. También cuando van a visitar a un amigo a su casa les pueden
ofrecer comer comida insana (como pizzas y refrescos) mientras juegan video juegos o ven una
película. En suma, los efectos sanos del empujón que se aplicó en un momento específico del día se
pueden nulificar cuando el agente se enfrenta a otras arquitecturas de las decisiones que son inevitables
en la vida cotidiana.
88
El problema central está en que los empujones no tienen como objetivo generar capacidades o
habilidades en los agentes que les permita adaptarse al medio. En el caso de los hábitos alimenticios, no
basta con un sólo empujón aplicado en un momento específico del día en un contexto específico. Se
requiere pensar de manera más integral el ambiente social en el cual se desenvuelve el agente. Se
requiere entender cómo se estructuran socialmente los hábitos para plantear una estrategia inteligente
que nos ayude a modificarlos. Una respuesta, como veremos más adelante, es por medio de la
elaboración de planes integrales de política pública que busque modificar el nicho cognitivo que
estructura los hábitos alimentarios que queremos cambiar. El término nicho cognitivo lo explicaré con
más detalle en el capítulo 5. Aquí basta con apuntar que, siguiendo a Bardone (2011) un nicho es
construído por la interacción entre múltiples agentes. Estos agentes modifican su ambiente para poder
aumentar sus probabilidades de sobrevivencia. Se usa la expresión “cognitivo” para enfatizar la idea
que los nichos tienen almacenada información de las experiencias adaptativas de los agentes que
permite a los agentes actuales reducir sus sesgos cognitivos para adaptarse mejor al ambiente. El nicho
cognitivo puede constreñir, pero también posibilitar la expansión de las capacidades cognitivas de los
agentes. Como veremos, los nichos cognitivos incluyen estructuras heurísticas, hábitos e instituciones.
Los planes integrales de política pública, en mi propuesta, tendrían como objetivo principal modificar
esos nichos cognitivos. Esto lo voy a tratar con más detalle en el capítulo 5.
5.2 ¿Pueden los empujones sociales modificar los hábitos de agentes colectivos?
Los empujones tienen una característica central: se centran en intervenir en el sistema 1 de la mente de
agentes individuales. No es claro que estos empujones puedan intervenir en la toma de decisiones de
agentes colectivos. Los agentes colectivos se han entiendo como un conjunto de individuos que
comparten una “intencionalidad colectiva” (Searle, 1990). Esto es, un conjunto de individuos que
89
comparten una serie de objetivos e intereses comunes que los ha llevado a constituír un “nosotros”.
Este “nosotros” engloba personas que tienen una intención compartida. Esto último se ha formulado
reasoning) (Bacharach, 2006; Gold y Sugden, 2007) entre otros enfoques interesados en la idea de la
formación del nosotros colectivo (we-framing). La idea central de diferentes autores que se dedican a la
epistemología colectiva y teoría de juegos es que hay agentes colectivos que son algo más que la mera
suma de individuos. Estos individuos además de tener objetivos e intereses en común también tienen
emociones y actitudes compartidas. Esto puede generar una identidad colectiva que identifica a cada
uno de los individuos en un “nosotros queremos esto”, lo cual puede llevar a los individuos a
reconocerse como parte de algo más grande que los trasciende a ellos en tanto individuos. Ejemplos de
esto pueden ser los equipos de futbol, las familias, los sindicatos, partidos políticos entre otros.
compromiso ontológico inaceptable: postular una “supermente colectiva”. Este compromiso puede ser
así porque pensar en intenciones involucra “estados mentales”, y los únicos que pueden tener estados
mentales son los individuos. Pensar que haya una intencionalidad colectiva (tomar literalmente el
“nosotros tenemos la intención de...”) puede llevar a comprometerse con la postulación de una “super
Sin embargo, una forma de evitar caer en este problema es decir que los agentes colectivos, en
el fondo, son organizaciones. ¿Qué son las organizaciones? Según Cohen (2006) son sistemas sociales
que involucran múltiples agentes que están en constante interacción entre sí. De esas interacciones
organizacionales) que los ayuda a coordinarse. Los hábitos organizacionales son útiles porque ayudan a
90
Las organizaciones están compuestas por individuos que tienen “modelos mentales” (los
teóricos de las organizaciones le dan mucha importancia a la memoria de trabajo, Cohen 2006), pero
también involucran artefactos (materiales) que pueden ayudar a coordinar la interacción entre agentes
(Cohen, 2006). Por eso es muy importante considerar la dimensión de la materialidad. Aquí
encontramos un paralelismo muy relevante con el concepto de Sergio Martínez de estructura heurística
(que veremos de manera más detallada en el capítulo 5). Pero las organizaciones involucran algo más:
Las organizaciones pueden verse como “agentes colectivos”, con una “intencionalidad
colectiva”, donde ellos también pueden tener cognición. Por eso creo que es legítimo hablar de
Las organizaciones podrían verse en problemas cuando no pueden adaptarse a los cambios que
hay en el ambiente. Esto puede ser debido a que puede haber ciertos hábitos organizacionales que
pueden representar un obstáculo para generar una nueva adaptación a un ambiente diferente. Esto es así
porque los hábitos organizacionales pueden involucrar patrones de comportamiento recurrentes que son
inerciales (Hodgson, 2004). Por eso es muy importante generar un tipo de “aprendizaje organizacional”
que tendría que reconocer en la experiencia (la interacción entre agente y ambiente) una fuente de
aprendizaje.
Una pregunta es si los “empujones” pueden ser útiles en esos casos (donde las organizaciones
no se pueden adaptar a cambios en el ambiente social). Recordemos que los empujones están diseñados
para aplicarlos al sistema 1 de la mente de individuos. Me parece que los empujones sí pueden ser
útiles para alterar comportamientos de individuos que en su conjunto forman parte de una organización.
Recordemos que la noción de “empujón social” pone énfasis en cómo los seres humanos se influyen
entre sí, ya sea generando fuertes presiones de un grupo hacia un nuevo individuo que se integra al
91
grupo, ya sea por medio de la noción de reputación (a los agentes les importa lo que otros piensan de
ellos), Pero estos empujones son insuficientes para modificar el comportamiento de una organización.
Recordemos que las organizaciones involucran algo más que la mera suma de los individuos (o
disciplina, rutinas organizacionales etc. Ayudar a que una organización sea más “eficaz” en su
adaptación al medio pasa por pensar en términos más integrales en su composición, su tecnología, y en
su relación con el ambiente social en el cual se desenvuelve. Todo esto va más allá de influir a meros
individuos. Se requiere de caracterizar el ambiente social como algo que se compone por otras
Un ejemplo de esto puede ser la empresa de automóviles Ford que tenía su sede central en
Detroit en la década de los años setenta. En esos años la Ford era la principal empresa dedicada a la
producción” (Coriat, 1992). Esto hizo obsoleto la cadena de montaje de las grandes fábricas fordistas
de Detroit que ya no pudieron competir con los métodos japoneses de producción de automóviles. En
este caso, si se hubiera intentado aplicar empujones a individuos no se hubieran solucionado los
problemas organizativos de la Ford porque esa empresa es algo más que la suma de individuos. Lo que
se requirió fue replantear nuevas rutinas organizacionales que necesitaron de la introducción de nuevos
artefactos (nueva tecnología) (Pérez, 2002). También se requirió deslocalizar las grandes fábricas que a
la larga llevaron a despoblar la ciudad de Detroit. Aun así, la Ford dejó de ser la principal empresa
productora de automóviles. Este ejemplo nos muestra la complejidad del problema de adaptación de
organizaciones a ambientes cambiantes donde pensar sólo en términos de empujones sería algo
92
inadecuado. Se requiere de pensar de una manera más integral la relación del agente colectivo y su
En el capítulo 5 voy a retomar la idea de hábitos para plantear una manera alternativa de
entender los procesos de toma de decisión de los agentes. Mostraré que los hábitos pueden ayudarnos a
diseñar políticas públicas de una manera más integral. Como veremos, los empujones se pueden
93
Capítulo 4
políticas públicas
“An intuition is neither caprice nor a sixth sense but a form of unconscious intelligence.”
Gerd Gigerenzer
Introducción
En los capítulos previos hemos revisado una trayectoria de pensamiento: De la racionalidad acotada de
Sunstein. Pero como ya hemos mostrado en el capítulo 2, la manera de entender heurísticas por parte de
Kahneman y Tversky fue criticada por Gigerenzer. Ya hemos visto en el capítulo anterior que el trabajo
paternalismo libertario para poder desarrollar la noción de arquitecturas de las decisiones y empujones.
Aunque también hemos mostrado algunas limitaciones: los empujones están diseñados para intervenir
en las decisiones de agentes-individuo, aislados, que enfrentan decisiones aisladas. No es claro que
puedan ser efectivos para impulsar el cambio de hábitos tanto de agentes individuales como de agentes
colectivos.
En este capítulo vamos a estudiar cómo otra noción de heurística, diferente a la de Kahneman y
Tversky, también se retomó para proponer diseños de política pública. Particularmente me voy a
centrar en mostrar cómo la noción de heurística de Gigerenzer llevó a otros autores (Hertwig y Grüne-
94
Yanoff) a desarrollar la noción de impulsos (boosts). La pregunta central de este capítulo es la
siguiente: ¿Exactamente en qué consiste la diferencia entre impulsos y empujones? Esta pregunta es
relevante porque ambos instrumentos de política pública, pese asumir diferentes nociones de heurística,
parecen tener algunos elementos en común (como el uso de las reglas por default). También me interesa
saber, al igual que los empujones, cuáles son los alcances y límites de los impulsos en relación al
Para abordar este tema iniciaré el primer apartado revisando las críticas de Gigerenzer (2015) al
sistema dual de la mente. Esto es relevante porque nos muestra que este autor tiene una noción de
agente diferente a Thaler y Sunstein. Como veremos, Gigerenzer habla de homo heuristicus. En una
segunda parte expongo la crítica de Gigerenzer al concepto de paternalismo libertario. Voy a destacar
su propuesta alternativa: la sociedad resiliente. En una tercera parte paso a exponer el proyecto de los
“impulsos” que Hertwig y Grünne-Yanoff (del grupo ABC) formularon como alternativa a los
“empujones” de Thaler y Sunstein. Esos autores formulan la discusión como si empujar (nudging) y
educar fueran dos opciones contrapuestas. Los impulsos, según Hertwig y Grüne-Yanoff son de
carácter educativo. Luego, en otra sección paso a plantear una serie de limitaciones de los impulsos
elegir entre empujones o impusos, tal y como lo formulan Gigerenzer y sus colegas, es un falso dilema.
Como hemos visto en el capítulo 3, para el proyecto paternalista libertario de Thaler y Sunstein es
fundamental el sistema dual de la mente porque les permite formular una distinción entre Econs y
Humans que luego usan para decir que los incentivos son usados para modificar comportamientos de
95
Econs y los empujones para influir en los seres humanos. Sin embargo, Gigerenzer (2015) no acepta la
teoría dual de la mente. Esto porque para Gigerenzer el “sistema 1” también está sujeto a reglas que
llevan al agente a evitar errores y lo ayudan a resolver problemas. Es decir, para este autor el
razonamiento heurístico sigue ciertas reglas (de busqueda, de paro y de decisión) que sirven para toma
Gigerenzer (2015) sostiene una postura evolucionista, donde las heurísticas forman parte de una
caja de herramientas adaptativa que ayuda los agentes a sobrevivir en entornos de riesgo e
incertidumbre. Para este autor las personas no estarían tomando malas decisiones la mayor parte del
tiempo, como lo plantean Thaler y Sunstein, pues estas han sobrevivido y se han adaptando al medio
Según Gigerenzer (2015), el paternalismo libertario genera una idea equivocada sobre la
educación, sugiriendo que educar a las personas para que tomen mejores decisiones es un esfuerzo
inútil. Esto lo dice Gigerenzer porque Thaler y Sunstein dicen que los seres humanos son como
Homero Simpson: perezosos, sin autocontrol, impulsivos y con severas dificultades para aprender (ver
capítulo 3).
Este punto es consistente con el rechazo de este autor a la idea de que las heurísticas llevan a
sesgos cognitivos. Recordemos que Gigerenzer rechaza la existencia misma de los sesgos al menos tal
y como lo plantearon Tversky y Kahneman (ver capítulo 2). Gigerenzer (2011) no acepta la existencia
de sesgos porque estos se definen como desviaciones de las normas tradicionales de buen
razonamiento. Al no aceptar esas normas como validas siempre, en cualquier contexto, los agentes no
tendrían una “falta de racionalidad” que les impida ser educados. Este punto es crucial, porque Thaler y
Sunstein han planteado los empujones como algo diferente tanto de incentivos como de la educación.
Simplemente se usa el conocimiento sobre la mente humana para aprovechar los sesgos de los agentes
96
y así empujarlos hacia la decisión que el arquitecto de las decisiones quiere.
“(...) I do not argue against nudging per se. But I do object to the justification of such techniques on the basis of people´s
lack of rationality by libertarian paternalists such as Thaler and Sunstein (...) This justification focuses the blame for societal
problems exclusively on the individual mind, closing our eyes to institutions that steer individual behavior so that they can
take advantage of it, and it misleadingly suggests that a more sustainable solution, educating people, is a hopeless
endeavor. Thus, the target of my analysis is the program of libertarian paternalism, not nudging per se.” (Gigerenzer, 2015:
la idea de “empujar” en sí misma. Para Gigerenzer el problema está en cómo los empujones se
justifican. Según este autor Thaler y Sunstein justifican los empujones a partir de la “falta de
racionalidad” de los agentes, pues supuestamente “culpan” a la mente individual de problemas sociales.
Según Gigerenzer, las instituciones también pueden llevar a los agentes a cometer errores. No hay que
dejarlas de lado.
Gigerenzer parece estar criticando el supuesto de cognición individualista que está implícito en
el trabajo de Thaler y Sunstein sobre empujones. Sin embargo, como ya hemos visto en el capítulo 2,
Gigerenzer mismo no escapa a ese supuesto. Gigerenzer no explica cómo el contexto social contribuye
a formar el razonamiento heurístico de los agentes. Sólo asigna un papel secundario al contexto social
que da “pistas” a los agentes para que estos seleccionen las heurísticas con las que todos los seres
humanos nacemos. Para Gigerenzer, las heurísticas ya están dadas y están situadas en la mente de los
individuos. Sin embargo este autor no dice cómo el contexto social influye en la formación de las
97
heurísticas. Esta crítica la voy a desarrollar más adelante, en el capítulo 5, para mostrar cómo se puede
desarrollar un enfoque alternativo sobre heurísticas que se aleje del supuesto de cognición
Otro punto muy relevante es el papel que Thaler y Sunstein le dan a los “expertos” en el
paternalismo libertario. El uso paternalista de las arquitecturas de las decisiones parece asumir que hay
expertos que saben lo que es mejor para el usuario. Pero para Gigerenzer (2014) confiar en expertos es
algo problemático, más aún en el contexto socioinstitucional actual. Esto porque los expertos, según
Gigerenzer muchas veces no saben cómo comunicar riesgos. Pero hay algo peor: pueden tener
conflictos de interés. Muchos expertos hacen recomendaciones a sus clientes que no se recomendarían
a sí mismos ni a sus familiares (Gigerenzer, 2014). Y eso es así porque hay muchos casos de expertos
que priorizan las ganancias monetarias que les pueden generar sus usuarios.
Un caso de esto son las operaciones médicas innecesarias que se hacen de manera muy común
en los Estados Unidos. A los hospitales privados les conviene siempre recomendar hacer operaciones a
sus pacientes, incluso en situaciones donde estas pueden ser innecesarias (Gigerenzer, 2014). En el
contexto socioinstitucional de Estados Unidos, donde la salud se ha privatizado, los “expertos” van a
estar recomendando hacer operaciones priorizando la obtención de más ganancias. No la salud de los
usuarios. Pero los expertos no harían esas recomendaciones a sí mismos ni a sus seres queridos
(Gigerenzer, 2014). En contextos así adquiere mucho sentido enseñarle a las personas a pensar por sí
“Libertarian paternalism requires a technocracy of experts who know what is best for us in order to steer us there. This
assumes choice architects who do not suffer from the same cognitive errors and who pursue no conflicting interests. Among
98
professionals in health and wealth, however, studies show that such benevolent professionals and governmental officials are
largely nonexistent. The remedy is (...) to invest in educating people to become risk savvy so that they can critically evaluate
Como podemos ver de la cita de arriba, Gigerenzer es bastante crítico sobre el papel que tienen
los “arquitectos de la decisión”. Él pone en duda que esa “tecnocracia de expertos” no sufran de los
mismos errores cognitivos que ellos le atribuyen a las personas comunes y corrientes, ni que carezcan
de conflictos de interés. Para Gigerenzer sería algo ingenuo creer que los arquitectos de la decisión son
benevolentes y desinteresados. Por eso propone invertir más en educación para que la población esté
mejor preparada y sepa qué hacer ante situaciones de riesgo (risk savvy). El punto es no depender de
esos expertos.
Me parece que esta crítica es correcta. En efecto, no veo que haya garantías que nos lleve a
pensar que los expertos que formulan políticas públicas sean benevolentes, desinteresados y que no
tengan ellos mismos los sesgos que atribuyen a los usuarios. Esta crítica lleva a discutir aspectos éticos
los empujones sean excesivamente intrusivos y violen la autonomía de los agentes (Hausman, 2012;
Grüne-Yanoff, 2012; Reiss, 2013), el tema de la manipulación (Sunstein, 2016, Rebonato, 2015) y así
Sin embargo me parece que la crítica de Gigerenzer se puede aplicar a prácticamente todo
instrumento de política pública emanada del gobierno, ya sean políticas educativas, uso de esquemas de
incentivos o incluso políticas fiscales y monetarias: ¿Qué garantiza que estos no se vayan a usar de
manera inadecuada y perversa? Me parece que la crítica de Gigerenzer y otros autores al paternalismo
libertario es demasiado general. La misma crítica que Gigerenzer formula al paternalismo libertario se
aplicaría a prácticamente todo tipo de instrumento de política pública. Me parece que todo instrumento
99
de política pública tiene el riesgo de ser usado de manera indebida. Pero esto no significa que tampoco
se pueda usar de manera adecuada. Esto es un asunto que depende más del contexto específico donde
se use. Por ejemplo, en Estados Unidos se han aplicado unas etiquetas con advertencias gráficas
(graphic warnings) en cajetillas de cigarros (Sunstein, 2016). Esas etiquetas sirven para transmitir a los
consumidores la idea de que fumar de manera excesiva puede generar cáncer. Esto, según Sunstein
Sunstein (2014) ha reconocido que los expertos pueden tener sesgos cognitivos. Kahneman
(2011) también ha sido muy enfático en ello (por su actitud escéptica con respecto al expertise de
Klein). Sin embargo, Sunstein señala que el arquitecto de la decisión no necesariamente tiene que ser
un individuo. Pueden ser entes colectivos, grupos de expertos trabajando en conjunto, que juntos tratan
de minimizar al máximo sus sesgos. Esto no significa que el gobierno no se pueda equivocar al
momento de diseñar arquitecturas de las decisiones. Hay falibilidad. Pero esta es la misma que todos
los gobiernos enfrentan todo el tiempo en todas sus ramas de políticas públicas.
Gigerenzer (2014) señala que en una sociedad de crecientes riesgos, más que “dar empujones” a
los agentes, en un sentido paternalista, será necesario alfabetizarlos en el manejo de riesgos (risk
literacy). Se requiere de enseñarle a la gente pensamiento psicológico y estadístico. Por eso él llama a
una “revolución de las heurísticas” que consiste en poner en el centro de las ciencias sociales el tema
Para que las personas puedan manejar y entender mejor los riesgos (risk savvy15) las personas
tienen que ser educadas en razonamiento probabilístico que les permita lidiar con situaciones de riesgo,
y con razonamiento heurístico para lidiar con situaciones de incertidumbre. Así, las personas
aprenderán a no tenerle miedo a los riesgos, enfrentarlos y no rehuirlos. Por eso él dice que “aplicar
100
empujones a las personas sin educarlos es infantilizarlos” (“Nudging people without educating them
Para no infantilizar a la población, Gigerenzer (2015) cree que los gobiernos deberían invertir
“resiliente”. Es decir, una sociedad autoorganizada, con capacidad de adaptación, capaz de enfrentar
riesgos y catástrofes. Esto sin necesidad de esperar a que los gobiernos (que muchas veces pueden estar
Gigerenzer señala que las malas decisiones de los agentes se deben sobre todo, a los conflictos
de interés de las industrias que presentan la información sobre riesgos de manera exagerada y
amarillista. La desinformación lleva a que los agentes tomen decisiones malas. Por tanto, él centra más
Sunstein, que se centran más en la estructura cognitiva del agente que lo lleva a tomar decisiones
(2014), hay muchos expertos que no saben cómo comunicar riesgos a la población16.
Sin embargo la idea de sociedad resiliente es peligrosa. El politólogo Jonathan Joseph (2013:
“(...) Neoliberalism works through the social production of freedom and the ‘management and organization of the
conditions in which one can be free’. Resilience contributes to this through its stress on heightened self-awareness,
reflexivity and responsibility. It encourages the idea of active citizenship, whereby people, rather than relyingonthe state,
take responsibility for their own social and economic well-being. In particular, it focuses on the risk and security aspects of
16 Al respecto Gigerenzer (2014: 2) dice lo siguiente: “You might think, why bother if there are experts to consult? But it
isn´t that simple. Bitter experience teaches that expert advice may be a dangerous thing. Many doctors, financial advisers,
and other risk experts themselves misunderstand risk or are unable to communicate them in an understandable way. Worse,
quite a few have conflicts of interest or are so afraid of litigation that they recommended actions to clients the would never
recommend to their families. You have no choice but to think for yourself” (las cursivas son mías).
101
Lo anterior muestra que la idea de resiliencia contribuye a una agenda neoliberal al señalar que
los ciudadanos deberían ser más autoconscientes, reflexivos y responsables para actuar en áreas
bienestar económico-social que deberían competer al Estado. El problema está en asumir que los
ciudadanos asuman tareas que competen al gobierno, como es ofrecer protección, seguridad, educación,
etc. La idea de resiliencia se puede usar para justificar recortes en programas sociales, quitar derechos a
los trabajadores que van en la dirección del desmantelamiento del Estado-benefactor. Hay sectores
No sostengo que Gigerenzer sea neoliberal, pero sí señalo que su idea puede ser funcional a un
proyecto de esa tendencia. Lo mismo se puede decir del paternalismo libertario, que ha sido también
criticado por diseñar tecnologías de poder funcionales a empresarios que usaron el programa Save more
tomorrow para especular con las pensiones de los trabajadores (McMahon, 2015).
problema es cómo se usan. Por eso la discusión reciente sobre el paternalismo libertario ha ido hacia
aspectos éticos y de filosofía política (Hausman, 2012; Grüne-Yanoff, 2012; Reiss, 2013).
Till Grüne-Yanoff y Ralph Hertwig (2015) plantearon como alternativas a los empujones de Thaler y
17 Al respecto Tom Slater (2014) dice lo siguiente: “Resilience so easily supports not only austerity, but the territorial
stigmatisation that so often precedes strategies of dislocation (“that community is just not resilient enough, so we need to
break it up and scatter its residents”). Since the famous and hugely influential writings of the Chicago School of Human
Ecology, there is a long and ugly history of concepts being brought from biological sciences to be applied to the social
sciences and especially the study of cities – “regeneration” being the most pervasive recent example. In the case of
resilience, a global recession morphs from being a political creation into a naturally occurring phenomenon that requires a
program of public expenditure gutting to set it back on its natural path. As an analytic framework (if it can even be called
that) “resilience” studiously, perhaps even judiciously, ignores every important question about the contradictions of capital
accumulation and circulation, about uneven development, about enabling political structures, about state strategies of
‘growth machine’ branding – I could go on.”. Véase https://www.opendemocracy.net/opensecurity/tom-slater/resilience-of-
neoliberal-urbanism
102
Sunstein (2008) el concepto de “impulsos” (boosts). Esto para distinguir los instrumentos de políticas
públicas que emanan de la manera de entender el razonamiento heurístico del grupo ABC. Los
impulsos, a diferencia de los empujones, no buscan usar los sesgos cognitivos de los agentes para
llevarlos a tomar la decisión diseñada por el arquitecto de la decisión. Al contrario, buscan hacer
desaparecer los sesgos de los agentes. En ese sentido son educativos: enseñan a los agentes a usar sus
heurísticas de razonamiento. Según Grüne-Yanoff y Hertwig (2015) los impulsos pueden ser usados
tanto por expertos como por no expertos. La idea de “hacer desaparecer los sesgos” es consistente con
interesó en hacer desaparecer los sesgos en ejemplos como el de Linda (ver capítulo 2).
“The common denominator behind boost policies is the goal of empowering people by expanding (boosting) their
competences and thus helping them to reach their objectives (without making undue assumptions about what those
objectives are). These competences can be context-transcending—for instance, statistical literacy— or relatively context-
specific, such as making fast and good decisions in a professional (e.g., medical) context. At least three classes of boost
policies can be distinguished: Policies that (1) change the environment in which decisions are made, (2) extend the
repertoire of decision-making strategies, skills, and knowledge, or (3) do both.” (Grüne-Yanoff y Hertwig, 2015: 8; las
De la cita anterior podemos ver que los impulsos buscan empoderar a las personas por medio
expandir sus competencias. Ello los ayuda a lograr sus propios objetivos. Las políticas que plantean
pueden involucrar cambiar el ambiente en el cual las decisiones se toman. También involucra expandir
requieren de tiempo de entrenamiento. Sus efectos son más duraderos y son independientes de las
arquitecturas de las decisiones (los empujones funcionan en arquitecturas de las decisiones específicas).
103
Ejemplos de “impulsos educativos” son los siguientes:
1) Comunicar riesgos usando frecuencias absolutas para hacer la información “más transparente”.
Un caso de esto es cómo se comunican los riesgos que implica consumir píldoras
anticonceptivas. En el Reino Unido, según Gigerenzer (2015) se estuvo diciendo en los medios
masivos de comunicación que las pastillas anticonceptivas habían aumentado en 100% el riesgo
descenso del consumo de esas píldoras y con ello el incremento de embarazos no deseados
información es lo que llevó a las personas a tomar decisiones erróneas, no tanto su “falta de
racionalidad” o que sus heurísticas los haya llevado a tener sesgos. La propuesta alternativa de
Gigerenzer es que las empresas y los gobiernos deberían presentar la información de manera
diferente para dar una idea más precisa a las personas sobre los riesgos reales de algunas
opciones. Para ello propone distinguir entre hablar de variaciones relativas de los riesgos y
hablar de variaciones absolutas de los riesgos (Gigerenzer, 2014). Las variaciones relativas
serían las que fueron reportadas por los medios masivos de comunicación en el ejemplo de la
píldora (de que su consumo aumentó el riesgo de sufrir cancer en 100%). Las variaciones
presenta la información como sigue: de 100 mujeres que tomaban la píldora, sólo una
desarrollaba problemas de cáncer. Después subió a 2, de tal manera que de cada 100 mujeres
que consumen la píldora, 2 desarrollaron cáncer. En efecto, hubo un incremento del 100%
(variación relativa del riesgo), pero en términos frecuentistas (variación absoluta del riesgo)
resulta que el incremento no es tan exagerado (antes 1 de cada 100, después 2 de cada 100).
Según Gigerenzer (2014) reportar variaciones absolutas de los riesgos da una idea más precisa a
104
las personas de qué es lo que realmente están diciendo los científicos. En ese sentido son más
exageradas que puede llevar a los agentes a tomar decisiones erróneas. El punto de ese ejemplo,
2) Dar información específica a los usuarios para que estos aprendan a detectar señales claves para
reconocer situaciones de riesgo y puedan tomar decisiones rápidas. Por ejemplo, cuando hay
cardíacos para que estos sepan cuándo llamar a emergencias (Grüne-Yanoff y Hertwig, 2015).
Esto, según esos autores, no se trata de meras campañas de información, sino de dotar a las
decisión organizan la secuencia en que se tomarán las decisiones con base en la detección de
señales. Un ejemplo de esto son las unidades de urgencias de los hospitales (Luan, Schooler y
Gigerenzer, 2011). Ahí los médicos y enfermeros deben diagnosticar en poco tiempo si un
paciente está muy grave o no. Esto para decidir si se debe enviarlo o no a urgencias. Un punto
central es evitar que urgencias se sature, sobre todo, de falsas alarmas que pueden costar las
vidas de quienes sí deben ser atendidos. Así, mediante la heurística “toma lo mejor” (take the
best) se construyen árboles de decisión que mediante pocas preguntas permiten a los médicos
clasificar a sus pacientes entre aquellos que deben enviarse a urgencias y aquellos que no. Esto
105
Diagrama 1: Árbol de decisión rápido y frugal de la sección de urgencias de un hospital
2015). En este caso el agente sigue lo que la mayoría hace. Un caso de esto es un paciente que
no puede decidir si debe o no someterse a una operación debido a una lesión cerebral o alguna
situación que le impide estar consciente. Un amigo o familiar tiene que tomar la decisión por él.
Pero no sabe qué hacer. En este caso simplemente puede seguir la opción por default (por
106
En este capítulo hemos visto las críticas que Gigerenzer y el grupo ABC hacen al paternalismo
libertario. Esas críticas involucran el rechazo al sistema dual de la mente, al concepto de paternalismo
libertario y su manera específica de entender heurísticas. Esto los llevó a defender la idea de una
“sociedad resiliente” donde los agentes sean educados para que puedan usar sus heurísticas sin
necesidad de expertos que les digan qué hacer. Esta idea llevó a Hertwig y Grünne-Yanoff a plantear su
propuesta alternativa: los “impulsos educativos”, que ellos plantean como algo contrapuesto a los
empujones.
Sin embargo, hay casos en políticas públicas que pueden interpretarse como empujones o
impulsos. Es el caso de las opciones por default. En el caso de Thaler y Sunstein (2008) la heurística
del default se explica en términos de inercia, por un sesgo de “status quo” o por indiferencia (la
expresión “yeah, whatever”). En el caso de Gigerenzer y sus colegas el default se explicaría por un
Gigerenzer y sus colegas, la opción por default tiene información social que puede generar confianza
“Thus, even in cases where nudgers and boosters propose the same policy, their respective mechanistic interpretation of the
intervention distinguishes the distinct goals they pursue with it.” (Grüne-Yanoff y Hertwig, 2015).
Este comentario es importante porque muestra que hay casos de política pública donde
“empujones” e “impulsos” pueden llegar a una misma recomendación. Esto acerca mucho a estos dos
proyectos. Al final de cuentas esos proyectos no son tan diferentes, aunque hay matices muy relevantes
a tomar en cuenta.
Los impulsos educativos, a diferencia de los empujones, buscan generar habilidades cognitivas
en el agente haciendo desaparecer sus sesgos. De esta forma, los impulsos educativos funcionan con
107
los impulsos son más formativos del agente. Pero requieren tiempo y entrenamiento.
Esto parece sugerir que tanto Gigerenzer, Hertwig y Grünne-Yanoff están pensando en algo
muy parecido a hábitos (que recordemos, son habilidades adquiridas). Pero esos autores no lo plantean
de manera explícita. Y esto se debe al papel que juega el supuesto de cognición individualista en sus
modelos sobre heurística. Lo que hay de fondo es que Gigerenzer y sus colegas parecen reconocer la
importancia del contexto social para explicar la toma de decisiones de los agentes. Pero no explican
cómo el contexto social estructura el razonamiento heurístico. Una limitación muy grande de los
hacer pequeñas modificaciones que pueden generar algunas habilidades cognitivas en los agentes, pero
no es claro que ello lleve al cambio de hábitos. Por ejemplo, comunicar de manera más transparente la
información sobre el riesgo de consumir píldoras anticonceptivas no necesariamente lleva a que las
mujeres consuman más esas píldoras. Simplemente les da más información, pero ello no genera nuevas
“habilidades adquiridas” o “disposiciones a actuar”. De hecho hay casos donde hay mujeres religiosas
que no van a consumir píldoras de este tipo porque sus costumbres se los prohiben. Por más
patrones de comportamiento.
Es aquí donde la idea de hábitos de Dewey se vuelve muy relevante pues él dice que para
cambiar hábitos (y costumbres) se requiere modificar el contexto social que los estructura. En el
siguiente capítulo expondré una noción hábitos que nos llevará ver a la racionalidad como algo
socialmente acotado. Y esto, como veremos, también tiene implicaciones para formular políticas
públicas.
108
Capítulo 5
Hacia una noción de racionalidad socialmente acotada: Los hábitos y las políticas públicas
John Dewey
Introducción
A largo de los cuatro capítulos anteriores he mostrado que los proyectos de HS (Kahneman y Tversky)
y de HRF (Gigerenzer), pese a sus diferencias, comparten tres supuestos comunes: que la racionalidad
es acotada, que lo relevante a explicar son procesos de toma de decisión (de ahí el interés en estudiar
heurísticas y otros procesos cognitivos) y que los procesos cognitivos, entre ellos el razonamiento
individualista). He mostrado que estos tres supuestos también están en la obra de Simon, el cual inició
una manera de modelar a los agentes con racionalidad acotada, alternativa a la economía neoclásica.
Los supuestos arriba mencionados están presentes en las nociones de heurísticas de Gigerenzer
y Kahneman que se han usado para elaborar los instrumentos de política pública conocidos como
empujones e impulsos. Estos instrumentos buscan intervenir en la toma de decisiones de los agentes
para ayudarlos a mejorar su bienestar. Sin embargo, los empujones e impulsos se diferencían en su
posición respecto a los sesgos: mientras los empujones buscan usar los sesgos de los agentes para
llevarlos a tomar una decisión ya establecida por un arquitecto de la decisión (que puede jugar el papel
de ser un paternalista-libertario en el sentido de Thaler y Sunstein), los impulsos buscan educar a los
109
agentes en el correcto uso de su razonamiento heurístico para hacer desaparecer sus sesgos. La noción
de impulsos propuesta por Hertwig y Grünne-Yanoff tiene como objetivo ayudar a que los agentes
puedan tomar decisiones suficientemente buenas sin necesidad de que dependan de expertos que los
Sin embargo, como vimos, ambos proyectos diseñan políticas públicas centradas en individuos
aislados que toman decisiones de manera aislada. Como vimos en el capítulo 3, los empujones no
organizaciones). En el capítulo 4 vimos que los impulsos también están centrados en educar a agentes-
individuo, no a agentes colectivos. También mostramos que su idea de impulsos buscan generar en el
agente habilidades cognitivas, pero estas requieren de modificaciones en el ambiente social para que
los agentes puedan tener un cambio efectivo de hábitos. Pese al intento de Hertwig y Gigerenzer por
considerar aspectos más sociales con su concepto de racionalidad ecológica, estos autores aún
mantienen un supuesto de cognición individualista que los hace pensar que el razonamiento heurístico
ocurre en el interior de la cabeza de agentes-individuo. Esta visión individualista no nos dice cómo las
heurísticas se modifican mediante interacciones entre el agente y su ambiente social. Esto porque, al
estructuras heurísticas (que involucran lo que los agentes consideran conocimiento, artefactos
importancia que juegan las instituciones. Voy a defender un enfoque que se aleje del supuesto de
cognición individualista, para ir hacia una noción más social que ponga en el centro a los hábitos dentro
110
La ventaja del enfoque que voy a defender es que permite pensar a las heurísticas como algo
socialmente situado (dentro de un nicho cognitivo), que no deberían considerarse de manera aislada,
sino en relación con un todo más amplio, y que permite pensar en el diseño de políticas públicas que
busquen modificar los hábitos apartir de introducir modificaciones en un nicho cognitivo. Esto nos
permitirá ver una complementariedad entre empujones e impulsos que se puede aprovechar para
diseñar planes integrales de política pública que tenga como objetivo principal promover el cambio de
Para lograr defender la tesis principal de este capítulo procederé de la siguiente manera. Primero
expondré cómo alejarnos del supuesto de cognición individualista nos puede ayudar a tener un mejor
entendimiento de cómo se estructuran los patrones de comportamiento de los agentes. En una segunda
sección pasaré a mostrar cómo la noción de hábitos de Dewey nos puede ayudar a evitar caer en un
dualismo razón-pasión en que parece caer la teoría del sistema dual del razonamiento. En una tercera
sección pasaré a criticar la noción de hábito que está implícita en la teoría del sistema dual en la
formulación de Kahneman, Thaler y Sunstein. Voy a apuntar la idea de que esa noción de hábito es muy
simplista en comparación del concepto de hábito de Dewey. La ventaja del concepto de hábitos es que
nos permitirá formular la idea de que las heurísticas son producto de complejos procesos de
socialización. Para desarrollar esta idea, en la cuarta sección pasaré a desarrollar la conexión que hay
entre los hábitos y las estructuras heurísticas. Esta conexión es importante porque nos permite ver que
las heurísticas no están dentro de la cabeza de agentes individuales, sino que está en la interacción del
agente con su ambiente, el cual en conjunto forman un sistema que, siguiendo a Bardone (2011),
llamaré nicho cognitivo. En la quinta sección veremos que la formación de este nicho cognitivo
involucra instituciones que, entendidas como sistemas de reglas estables que regulan las interacciones
sociales (Hodgson, 2007), moldean hábitos y estos, a su vez, contribuyen a la formación de patrones de
111
comportamientos mediante un complejo proceso de causalidad interactiva. En una sexta sección pasaré
a mostrar cómo esta noción de heurística, como algo ligado a hábitos, situados en nichos cognitivos,
puede ser útil para formular políticas públicas que nos ayuden a ver la complementariedad en el uso
entre empujones, impulsos y otros instrumentos de políticas públicas. La idea crucial de esta sección es
ver que las políticas públicas requieren estructurarse mediante un plan integral de política pública que
tenga como objetivo principal modificar hábitos por medio de introducciones de cambios en los nichos
puede ayudar a diseñar políticas públicas que sean efectivas: nutrición y malos hábitos de alimentación
Las heurísticas que han defendido Kahneman y Gigerenzer (y sus respectivos seguidores) asumen un
individualismo cognitivo porque para estos autores las heurísticas ya están dadas y están situadas en la
mente individual de los agentes18 (Martínez, 2016). Un ejemplo de esto es la heurística del default: si
un agente no toma una decisión en un tiempo dado, se activa una opción por default. Esta heurística ha
sido la que más ha usado el paternalismo libertario. Un caso de aplicación es un programa de donación
de riñón que se aplicó en los Estados Unidos. En ese programa se enroló automáticamente a las
personas que tramitaron su licencia de manejo y se les informó que podían salirse de ese programa
cuando ellos quisieran. El agente, movido por el sistema 1 de la mente (la heurística del default), no
suele prestar atención y no toma ninguna decisión. Entonces se mantuvo como donador de riñón dentro
del programa. Y así pasó con muchas otras personas. Este ejemplo plantea una situación aislada donde
18 Al respecto Sergio Martínez (2016: 247) dice lo siguiente: “(...) es usual pensar que la discusión se reduce a qué tanto y
cómo se extiende la cognición más allá del cerebro (...) esta manera de plantear las cosas presupone un individualismo
metodológico según el cual el carácter social de la cognición se deriva de la manera como se entiende la cognición
individual.”
112
el agente individual decide sólo una vez usando heurísticas de razonamiento (donar o no un órgano).
La heurística del default es aceptada por los enfoques de Gigerenzer y Kahneman. Sin embargo,
como ya hemos visto en capítulos anteriores, esto lleva a un problema: Estos enfoques, por ser
individualistas, no permiten entender cómo las heurísticas se pueden modificar, transformar y moldear
según los diferentes y cambiantes contextos sociales que se le presentan al agente. Las visiones
individualistas, por centrarse en el individuo, descuidan la relación del agente con su entorno social
A nivel de políticas públicas este supuesto plantea el problema de que los instrumentos
propuestos por los seguidores de Kahneman y Gigerenzer (empujones e impulsos) están diseñados para
intervenir en la toma de decisiones de agentes individuales que están en contexto sociales aislados.
Como ya hemos visto en los capítulos 3 y 4, los empujones e impulsos no están diseñados para
En este capítulo vamos a desarrollar una manera de entender las heurísticas que nos aleje del
supuesto de cognición individualista. Esto para tener una concepción más social de las heurísticas.
Como veremos, dos conceptos van a ser claves en este proyecto: el concepto de hábitos y el de
estructura heurística, los cuales, junto con las instituciones, forman un nicho cognitivo (Bardone,
2011). Pasemos ahora a explicar de manera más detallada lo que entiendo por hábitos.
Como hemos visto en el capítulo 3, Kahneman, Thaler y Sunstein (y otros economistas y psicólogos)
han usado el sistema dual de la mente para desarrollar su noción de agente, así como las nociones de
arquitecturas de las decisiones y empujones. Sin embargo, puede decirse que la teoría del sistema dual
113
de la mente reproduce un dualismo cuestionable: La separación tajante entre la razón e intuición. Los
filósofos de la modernidad (Descartes, Hume, Kant, etc) hablaron de las intuiciones como algo distinto
y a veces contrapuesto a la razón. Las intuiciones se ligaron a emociones, instintos y pasiones, y estas,
a su vez, se veían como una continuidad que hay entre los seres humanos y los animales. Respirar,
sentir coraje y tener hambre serían pasiones. En cambio la razón, según los filósofos de la modernidad,
involucra actividades mentales como pensar, razonar, abstraer, analizar y calcular, los cuales son
completamente diferentes a las intuiciones, los instintos, las pasiones y las emociones. Así, razón y
pasión se convierten en un “dualismo” donde se plantea una disyunción excluyente: o los agentes
actúan por instintos y pasiones, o actúan por medio de la razón. Parece que el “pensar rápido o pensar
lento” de Kahneman (2011) reproduce un dualismo de este tipo, comprometiéndose con la idea de que
el uso del sistema 1 de la mente puede ser tendiente al error, mientras que el sistema 2 podría ser
Sin embargo este tipo de dualismos han sido criticados por diferentes autores, como el filósofo
pragmatista John Dewey, así como otros autores como Gibson (1979), Di Paolo, Buhrman,
Barandiaran, (2017), Hutto y Myin, (2013), Laland, Matthews y Feldman, (2016) entre otros. En el
caso de Dewey, él intentó disolver el dualismo entre intuición y razón diciendo que hay algo que media
entre ambos: los hábitos. Me centraré en recuperar la noción de hábito de este autor para luego
centrarme en la idea de cómo podemos usar de manera complementaria empujones e impulsos para
fomentar un cambio de hábitos. Es importante recordar, como hemos visto en el capítulo 3, que es muy
importante hablar del concepto de hábitos para poder entender patrones de comportamiento que se
repiten en contextos socioinstitucionales estables. Las heurísticas tal y como las han formulado los
autores aquí estudiados (Kahneman, Thaler, Gigerenzer et al.) se han centrado en estudiar decisiones
114
Para Dewey, (2013 [1922]) el comportamiento humano tiene tres componentes básicos: la
habitual, los instintos y la inteligencia. Los hábitos son la parte dominante y estructuran las otras dos
relacionada con los deseos, impulsos, emociones e instintos del agente. La inteligencia, en cambio,
está relacionada con la capacidad de los agentes de hacer planes que involucra tener la capacidad de
instrumental, donde se puede pensar en los mejores medios para lograr realizar objetivos específicos.
Los hábitos son para Dewey (2013 [1922]) predisposiciones y habilidades adquiridas por la
experiencia. Por experiencia se entiende la interacción entre el agente y el ambiente (Dewey, 2013
[1922]). Los hábitos emergen de la interacción reiterada del agente y el ambiente social que, de manera
paulatina, lleva a formar diversos tipos de hábitos: hábitos de pensamiento, hábitos corporales, hábitos
artísticos, hábitos artesanales, hábitos inteligentes, malos hábitos (como los vicios), etc. Los hábitos
para Dewey, (2013 [1922]) son funciones que ayudan al agente a interactuar con su medio y como tal
Los hábitos individuales están estrechamente relacionados con otro tipo de hábitos que son de
carácter intersubjetivo. A ese tipo de hábitos Dewey les llama costumbres. Al respecto Dewey dice lo
siguiente:
“We often fancy that institutions, social custom, collective habit, have been formed by the consolidation of
individual habits. In the main this supposition is false to fact. To a considerable extent customs, or wide-spread uniformities
of habit, exist because individuals face the same situation and react in like fashion. But to a larger extent customs persist
because individuals form their personal habits under conditions set by prior customs. An individual usually acquires the
morality as he inherits the speech of his social group. The activities of the group are already there, and some assimilation of
his own acts to their pattern is a prerequisite of a share therein and hence of having any part in what is going on” (Dewey
115
Las costumbres son hábitos compartidos de manera intersubjetiva. Dichas costumbres
establecen expectativas en los individuos (Dewey, 2013 [1922]). Permiten establecer interacciones
entre individuos donde se establece lo que está permitido y lo que no está permitido, lo que debería o
no debería hacerse, lo que se puede y no se puede hacer. Incluso establece un rango de posibilidades de
interacción. Por eso Dewey (2013 [1922]: ) dice que “(...) las costumbres son a las colectividades lo
Las costumbres, a su vez, están distribuidas en diferentes grupos sociales. Sobre esto Dewey
“(...) we attribute distintive characteristics to rich and poor, slum-dweller and captain of industry, rustic and suburbanite,
officials, politicians, professors, to members of races sets and parties. These judments are usually too coarse to be of much
use. But they show our practical awareness that personal traits are functions of social situacions” (las cursivas son mías)
De la cita anterior podemos ver cómo Dewey distingue entre diversos sectores de la sociedad:
los ricos y pobres, la población suburbana y la del campo (rustic), diferentes “razas” entre otros
sectores de la sociedad. Cada uno de ellos con características distintivas (sus costumbres) que son
Las costumbres también están distribuídas en diferentes pueblos y naciones. Según Dewey
(2013, [1922]) la sociedad moderna, capitalista, ha generado una mayor interrelación entre los pueblos
de tal modo que las costumbres tienden a influenciarse mutuamente. En la realidad no se presentan
“costumbres puras”, pues estas son producto de siglos de interrelaciones históricas (Dewey, 2013
[1922]).
Otro concepto clave en Dewey para completar el cuadro general sobre hábitos es el de
situación. Para este autor una situación constituye una totalidad compuesta de diversas partes que está
dada al agente, y que le condiciona sus cursos de acción (Dewey, 1939). En ese sentido, el agente
116
enfrenta diferentes situaciones, y puede lidiar con ellas mediante planes que va adaptando al entorno
cambiante (Dewey, 1939). Una situación incierta es aquella que se nos presenta y no sabemos qué la
determinó. Una situación cierta es aquella que ya ha sido analizada y aclarada mediante la producción
de conocimiento (Dewey, 1939). Ejemplos: cuando ocurre una crisis económica, los trabajadores,
empresarios y gobiernos enfrentan una situación que no esperaban y que a veces no entienden por qué
ocurrió. En ese sentido enfrentan una situación incierta que no saben como resolver. Luego llegan las
discusiones y análisis para entender por qué ocurrió la crisis, y con base en ese conocimiento, se busca
realizar algún plan de política pública para intentar resolver la crisis. Esto fue justo lo que ocurrió con
la crisis de 1929 (que Dewey mismo vivió) y que llevó a la formación de un nuevo pensamiento
económico (muy influído por Keynes), donde se buscó promover políticas públicas de regulación e
intervención en los mercados. La planificación se volvió crucial en esos años. Más adelante hablaré de
la necesidad de hacer planes integrales de política pública para buscar cambiar hábitos que parta del
Todos estos puntos muestran la complejidad y riqueza del concepto de hábitos de Dewey.
Pasemos ahora a revisar críticamente el concepto de hábito que está implícito en los trabajos de
En los trabajos de Richard Thaler y Cass Sunstein no hay una reflexión sistemática sobre lo que son los
hábitos y el papel que estos pueden tener en la economía del comportamiento. Sin embargo puede
decirse que esos autores tienen una idea implícita de hábito basada en la teoría del sistema dual. Al
respecto dicen "(...) Taking the pill becomes a habit, and habits are controlled by the Automatic
117
System" (Thaler y Sunstein, 2009: 91). Esto sugiere que para estos autores los hábitos serían algo
ligado al sistema 1 de la mente, donde los hábitos serían respuestas inconscientes, repetitivas, rápidas y
automáticas que se activan ante ciertos contextos. Serían, por tanto, patrones rígidos de
comportamiento que generan comportamientos inerciales en los agentes. Hay varios psicólogos
cognitivos que estarían de acuerdo con esta manera de ver los hábitos (Duhigg, 2012; Márechal, 2010;
Neal, Wood y Quinn, 2006; Wood y Neal, 2009; Wood y Rünger, 2016).
Los hábitos, al tener un componente inercial, podrían jugar un papel en el diseño de empujones:
podrían ser aprovechados para diseñar reglas default donde ya se sabe, de antemano, qué reacción
tendrá un agente ante un contexto concreto. Por ejemplo, si una persona tiene el hábito de no leer lo
que está instalando en su computadora cada vez que descarga un programa, seguramente seleccionará
la opción por default que los productores del programa hayan seleccionado (Thaler y Sunstein, 2009).
Esta manera de hablar de hábitos es problemática porque, si bien es cierto que existen hábitos
que son patrones de comportamiento repetitivos, inerciales y automáticos, también hay, como vimos
con Dewey, otro tipo de hábitos que son importantes: los hábitos relacionados a las habilidades
adquiridas, donde hay “habitos inteligentes”, artísticos, científicos, creativos, etc. La noción de hábito
de Thaler y Sunstein (y de otros economistas y psicólogos), en cambio, serían algo equivalente a lo que
Dewey llama “hábitos muertos”: meras rutinas repetitivas que carecen de voluntad, emoción y
creatividad. El punto es que los hábitos no se pueden reducir a meras respuestas repetitivas y
automáticas, pues, como la planteado Dewey, hay muchos otros tipos de hábitos que son creativos.
Por otro lado, Thaler y Sunstein no afirman que los empujones puedan cambiar hábitos.
Tampoco lo niegan. Este vacío teórico puede generar interpretaciones. Como vimos en el apartado 5
del capítulo 3, no es claro que los empujones puedan generar un cambio de hábitos en los agentes
(individuales y colectivos). Esto porque el problema central está en que los empujones no tienen como
118
objetivo generar capacidades o habilidades en los agentes que les permita adaptarse al medio. En el
caso de los hábitos alimenticios, no basta con un sólo empujón aplicado en un momento específico del
día en un contexto específico (como el empujón de la cafetería de una escuela). Se requiere de pensar
de manera más integral el ambiente social en que el agente está situado. Se requiere entender cómo se
estructuran socialmente los hábitos para plantear una estrategia inteligente que nos ayude a
modificarlos.
Me parece que los empujones e impulsos deberían usarse para modificar hábitos por una razón
de efectividad: para que los empujones sean realmente efectivos para cambiar comportamientos
tendríamos que tomar en serio patrones de comportamientos recurrentes y los ambientes sociales bajo
los cuales estos patrones se estructuran. De otro modo, los empujones podrían no aprovecharse. Incluso
podrían darse casos (como el de los hábitos alimentarios arriba mencionado) donde los efectos de unos
empujones que se pueden neutralizar por los efectos que d otras arquitecturas de las decisiones
(recordemos que estas son inevitables). Esos empujones también se podrían neutralizar por los efectos
que generan los incentivos (sistemas de premios y castigos) que hay en un ambiente, así como por
ciertas instituciones que contribuyen a reproducir ciertos comportamientos. Para que los empujones
realmente sirvan para modificar comportamientos requerimos tomar más en serio el contexto social
Una respuesta, como veremos más adelante, es por medio de la elaboración de planes integrales
de política pública que busquen modificar el nicho cognitivo que estructura los hábitos que queremos
cambiar. Esos planes pueden usar de manera complementaria empujones, impulsos, pero también
del “paternalismo libertario” de Thaler y Sunstein, en particular de la parte “libertaria”, porque creo que
119
es legítimo que los gobiernos puedan hacer uso de prohibiciones selectivas (como prohibir comer peces
contaminados), regulaciones (que no se usen pesticidas para producir alimentos, no dejar que entre
comida chatarra de manera masiva al país) y el uso de incentivos (como aumentar impuestos a los
grandes empresarios, aumentar los salarios y redistribuir la riqueza mediante programas sociales) para
modificar hábitos. Me alejo de la parte “libertaria” del proyecto de Thaler y Sunstein porque creo que
se requiere de más instrumentos de política pública para elaborar planes integrales. Los empujones son
instrumentos valiosos pero insuficientes para generar cambio de hábitos en los agentes.
Pero antes de pasar a hablar sobre el cambio de hábitos, es importante mostrar cómo los hábitos
Recordemos que en el capítulo 2 hemos afirmado que los proyectos de HS de Kahneman y Tversky y
las HRF de Gigerenzer pueden considerarse como instancias específicas de lo que Sergio Martínez
(2003) llama “estructuras heurísticas”. Una estructura heurística, es el andamiaje que posibilita la
formación de contextos de inferencia que son confiables. Recordemos también que Sergio Martínez
(2003) afirma que las estructuras heurísticas pueden conformar diferentes tradiciones. También
Martínez y Huang (2015) han dicho que las heurísticas tienen sesgos que pueden tener una dimensión
epistémica: se pueden aprovechar por los agentes como recursos para aprender a razonar mejor. “El
sesgo depende del material del que está hecha la regla y de la capacidad del usuario para manipularla”
(Martínez y Huang, 2015: 107). Esto último sugiere que puede haber una relación entre las estructuras
120
Recordemos que las estructuras heurísticas involucran los siguientes elementos: 1) lo que los
limitado. Estos elementos sugieren que una estructura heurística se puede modificar cuando por lo
Pero para que se generen estos cambios en las estructuras heurísticas, me parece que se requiere
que haya nuevos hábitos de pensamiento (Dewey, 1939) para que las interacciones intersubjetivas
vuelvan estables los cambios introducidos en una estructura heurística. Por ejemplo, si lo que otros
agentes consideran conocimiento cambia, esto se tiene que traducir en nuevas habilidades y
predisposiciones adquiridas que los agentes usan para generar cambios en las maneras en cómo
interactuan entre si. Esto puede darse cuando un nuevo conocimiento entra en la interacción
Otros cambios en las estructuras heurísticas que requieren de la formación de nuevos hábitos de
pensamiento para volverse estables son los cambios tecnológicos que generan nueva tecnología
(artefactos) que permiten hacer nuevas cosas que antes no se podían (como los teléfonos celulares y la
conexión a internet). La nueva tecnología puede ser tan importante que incluso puede generar nuevos
La emergencia de nuevos problemas que antes no había y que requieren solución en tiempo
limitado también requiere de la formación de nuevos hábitos. El cambio de hábitos, a su vez, require de
cambios en las estructuras heurísticas para que los cambio de hábitos se vuelvan estables. Cualquiera
de estos cambios pueden venir de la evolución misma de una práctica social o por cambios que vienen
de un contexto socio-institucional más amplio. Por esto es importante tomar en cuenta el papel que
121
El concepto de estructuras heurísticas y de hábitos parecen apuntar a lo mismo: la formación de
capacidades de razonamiento que pueden llegar a considerarse como algo innato porque están muy
arraigados en los agentes, pero en el fondo son producto de complejos procesos de socialización. Esos
razonamientos pueden tener “sesgos” o prejuicios que pueden tener una dimensión epistémica que
posibilitan la interacción social entre agentes. No sólo nos dirían que los agentes cometen errores
severos y sistemáticos porque usan reglas heurísticas que son falibles. Estos sesgos no están en la
cabeza de los agentes, como sugieren Kahneman, donde todos los seres humanos tendríamos los
mismos sesgos. Más bien estos, los sesgos, al estar relacionados también con hábitos, estarían
socialmente distribuidos en diferentes prácticas de diferentes grupos sociales. No todos tenemos los
mismos sesgos, ni todos los sesgos son malos. Estos se forman mediante complejos procesos de
nichos cognitivos.
Las instituciones, según Hodgson (2006), son sistemas de reglas o normas sociales que son estables y
perduran en el tiempo. Estas reglas estructuran y regulan las interacciones entre los agentes. El
lenguaje, el dinero, la ley y los sistemas de pesos y medidas son ejemplos de instituciones (Hodgson,
2006). Pero organizaciones como algunas empresas, universidades o sindicatos también podrían ser
ellas mismas instituciones pues tienen sus sistemas de reglas que se estabilizan y perduran en el tiempo.
Para Hodgson la noción de hábito es clave para ver cómo las instituciones tienen un papel
causal en la estructuración de los individuos. Según Hodgson (2000, 2006, 2007), quien en esto sigue a
Dewey y Veblen, los agentes no son algo “dado”, sino que más bien estos estarían estructurados por
122
medio de hábitos adquiridos. Y estos hábitos llevan a los agentes a aprender los sistemas de reglas ya
Los hábitos son clave para entender la interacción recíproca entre los agentes y el ambiente.
Cambios en el ambiente generan cambios en los comportamientos de los agentes dando como resultado
porque generan hábitos intersubjetivos que, poco a poco, van perdurando en el tiempo, hasta culminar
Es importante señalar que la noción de Hodgson (2000) de institución (como sistemas de reglas
estables) contrasta con la noción de institución de otros economistas institucionalistas más cercanos a la
economía neoclásica como son Douglass North y John Williamson. Esos autores consideran que las
instituciones son meras “reglas de juego” que estructuran interacciones entre agentes maximizadores de
utilidad. En esa visión se asume la teoría de juegos tradicional donde los agentes ya están dados, y sus
interacciones estratégicas se dan con base en reglas del juego (instituciones). Así, las instituciones y los
agentes (organizaciones que se modelan como si fuesen individuos) se diferencían de manera tajante.
Esto es problemático porque, como Hodgson (2006) lo señala, no es claro que las instituciones y las
organizaciones puedan diferenciarse de manera tajante: las organizaciones también tienen sus propias
reglas internas.
Para Hodgson no se puede establecer una diferencia tajante entre instituciones y organizaciones.
Más bien hay un continuum. Y los hábitos, al ser mediaciones entre instituciones y agentes, van
estructurando al agente, tanto a nivel organizacional como a nivel individual. De ahí que haya una
causalidad descendente, desde las instituciones hacia el agente (Hodgson, 2004). En ese sentido no se
trata de una visión reduccionista, sino emergentista, ligada a los sistemas complejos, donde hay una
causalidad desde las instituciones hacia el individuo mediado por los hábitos (Hodgson, 2006). Pero
123
también se da el caso de que las interacciones reiteradas entre agentes van formando hábitos que, si
perduran en el tiempo, luego se convierten en instituciones. De ahí que Hodgson acepte tanto
“causalidad ascendente” como “causalidad descendente”: de la interacción entre agentes hacia las
agentes forman hábitos que pueden entenderse también como herramientas de adaptación que se
pueden usar ante un contexto apropiado (Hodgson, 2007). En ese sentido los hábitos no necesariamente
son patrones de comportamiento. Serían habilidades y predisposiciones que están en el agente como
potencias, listas para ser desplegadas cuando se da el contexto apropiado (Hodgson, 2007). Los hábitos,
en este sentido, son herramientas adaptativas que los agentes usan en diferentes contextos, y al mismo
tiempo los hábitos también se van modificando, se van adaptando mediante la interacción reiterada del
En el diagrama 1 se resumen las ideas principales expuestas en los apartados 4 y 5. Las flechas
son bidireccionales para remarcar un tipo de causalidad interactiva (Kandal et. al., 2011; Laland,
Matthews y Feldman, 2016). En el diagrama el nicho cognitivo sería todo lo que ahí se representa
(estructuras heurísticas, hábitos e instituciones), y las flechas muestran cómo se van influenciando y
modificando entre sí las estructuras heurísticas, los hábitos y las instituciones en un proceso dinámico y
complejo.
La idea central es que los seres humanos, al igual que otros seres biológicos, van construyendo
y modificando su ambiente socio-cultural de manera constante. Forman nichos para poder aumentar sus
probabilidades de sobrevivencia. Los nichos, a su vez, también pueden modificar a los agentes. En el
caso de los seres humanos, estos forman “nichos culturales” que pueden ir moldeando capacidades
cognitivas. De ahí que, siguiendo a Bardone, me centre en hablar de “nichos cognitivos”. El nicho
cognitivo puede estar compuesto por instituciones, hábitos y estructuras heurísticas, que se pueden
124
relacionar con otros elementos como desigualdades sociales y procesos históricos específicos. Cuando
se genera un nicho cognitivo se puede decir que este sirve como un artefacto para que los agentes
puedan adaptarse a eventuales cambios en el ambiente social (Laland, Matthews y Feldman, 2016).
Instituciones (Hodgson)
Una manera de verlo es la siguiente: Las instituciones pueden influir directamente en los
hábitos y a los comportamientos de los agentes. Pero estos a su vez, también pueden generar cambios
en las instituciones ante nuevas interacciones inter-agente. Los hábitos a su vez pueden influir en la
modificación de estructuras heurísticas al modificar lo que otros agentes consideran conocimiento. Pero
cambios en las estructuras heurísticas pueden generar cambios en los hábitos de pensamiento al
plantear nuevas heurísticas específicas para resolver problemas derivados de prácticas concretas de
agentes y nueva tecnología que ayuda a resolver problemas y genera otros problemas diferentes.
125
En el siguiente apartado muestro las implicaciones que esta manera de ver la relación entre
El cambio de hábitos es muy importante para Dewey, ya sea para sobrevivir a entornos cambiantes
(incertidumbre), o para dejar de lado malos hábitos. Sin embargo cambiar o modificar los hábitos no es
“(...) We cannot change habit directly: that notion is magic. But we can change it indirectly by modifying conditions, by an
intelligent selecting and weighting of the objects which engage attention and which influence the fulfilment of desires”
De la cita anterior podemos ver que para Dewey el cambio de hábitos requiere de una selección
inteligente de objetos que atraigan la atención del agente y que influyan en sus deseos. Es una idea
parecida a diseñar arquitecturas de las decisiones para hacer empujones (revisado en el capítulo 3).
Pero difiere en que Dewey tiene en mente algo más amplio: reformas sociales y proyectos educativos.
apartado 2) para elaborar planes integrales de política pública. Estos planes pueden realizarse tomando
como base estudios detallados que nos den un buen diagnóstico sobre una situación concreta que
queremos modificar. Luego, ese diagnóstico nos servirá como guía para elaborar un plan. Ese plan
puede usar un conjunto de instrumentos de política pública que sirvan para abordar un problema social
19 No hay que perder de lado que Dewey era un “socialista democrático”, que criticó la tendencia del capitalismo a generar
una enorme desigualdad social que atenta contra la democracia. Pero también fue un crítico de los marxismos totalitarios (el
estalinismo, las tendencias absolutistas del trotskismo). Al respecto ver el artículo de Jonathan Moreno y Scott Frey (1985)
“Dewey´s critique of marxism”.
126
de manera integral. Podemos usar todas las herramientas de política pública que se consideren
relevantes para resolver el problema. El punto principal es evitar la ilusión de que un sólo instrumento
de política pública (e.g. los empujones o los incentivos) es capaz de resolver todo un problema social
relacionado a malos patrones de comportamiento adquiridos por los agentes. Habría que ser prudentes
y ser conscientes de los límites que diversos instrumentos de política pública tienen.
múltiples agentes que interactuan entre si, que mediante su interacción forman complejos procesos de
socialización que forman estructuras heurísticas que se vuelven estables y regulan las prácticas sociales
de los agentes. Se van forman hábitos de pensamiento en los agentes que, conforme se van perdurando
a lo largo del tiempo forma sistemas de reglas o normas sociales que se vuelven estables (instituciones).
Este nicho cognitivo es un sistema dinámico donde pueden introducirse empujones e impulsos que
pueden promover la modificación de las estructuras heurísticas y, por consiguiente, de los hábitos. Pero
requieren de complementarse con otras políticas a nivel institucional (como regulaciones del mercado,
prohibiciones, etc) para generar cambios en los hábitos que sean estables.
enfoque desarrollado en este capítulo puede servirnos para diseñar políticas públicas que busquen
7.1 Diagnóstico
En 2006 se publicó la Encuesta Nacional de Salud (Ensatur) donde se mostró que México era el país
127
del mundo que tenía mayor tasa de crecimiento de la obesidad entre 1999 y 2006. Esta situación se ha
agudizado de tal manera que México es el pais de la OCDE y del mundo que tiene mayor índice de
obesidad. 7 de cada 10 mexicanos padece esta enfermedad. Ya se ha rebasado a los Estados Unidos en
este tema. Esta situación es grave pues la obesidad está ligada a enfermedades como la diabetes, la
¿Cómo llegamos a esta situación? La mayor parte de los diagnósticos han apuntado a cambios
en el contexto socioinstitucional de México, ocurrido durante la década de los años noventa, que ha
generado cambios en los hábitos de alimentación de los mexicanos. Estos cambios van desde la entrada
entrada masiva de productos de comida chatarra procedentes de los Estados Unidos, la caída del salario
real de los trabajadores, el desplazamiento de los productores locales, el abandono del campo
mexicano, entre muchos otros factores que, en su conjunto, han alterado la manera en cómo los
mexicanos se alimentan de manera habitual. El consumo del alimentos y bebidas con altos aditivos,
azúcares, etc. Se ha extendido en todo el país de manera alarmante. México es el país del mundo que
En este contexto cabe preguntar: ¿Qué se puede hacer para resolver este problema? A
continuación voy a exponer algunas propuestas de empujones e impulsos que pueden usarse de manera
complementaria, junto a otros instrumentos de política pública, para buscar modificar los hábitos de
alimentación de los mexicanos. Esto puede hacerse buscando modificar el nicho cognitivo (descrito en
el diagrama 1 del apartado 5), donde los empujones e impulsos podrían usar las formas
individualizadas de las estructuras heurísticas (i.e. los proyectos HS y HRF) para desde ahí buscar
generar cambios en los hábitos de los agentes. Cabe decir, por otro lado, que pueden introducirse
cambios en las instituciones (como regulaciones y prohibiciones) que busquen modificar el nicho
cognitivo para generar cambios en los hábitos de alimentación de los agentes que sean estables. Esto lo
128
mostraré más abajo.
7.2 Propuestas de empujones e impulsos para generar cambios en los hábitos alimentarios
El problema de la obesidad es un fenómeno complejo que requiere de soluciones integrales. Para ello
para entablar un diálogo público que sirva para elaborar conjuntamente un plan integral de política
pública. Este plan tendría que tener una agenda donde el objetivo principal debería ser impulsar el
cambio de hábitos alimentarios de los mexicanos. Esto es, pasar de malos hábitos de alimentación que
han generado el problema de la obesidad a hábitos de alimentación más saludables. Esto para garantizar
un bienestar material y psicológico en los agentes. A continuación voy a enumerar algunas propuestas
de empujones e impulsos que podrían usarse de manera complementaria para buscar modificar el nicho
Recordemos que las arquitecturas de las decisiones son el contexto en el cual el agente tomará su
decisión. Esas arquitecturas nunca son neutrales, pues la manera de plantear la información al usuario
carga la decisión hacia una opción. Las arquitecturas de las decisiones son inevitables. Pero se pueden
diseñar de manera consciente para introducir una serie de alteraciones en la arquitectura que lleven a
los agentes a tomar una decisión predecible. Esto último es lo que Thaler y Sunstein llaman empujón.
1) Que los supermercados no ofrezcan en la caja, cuando se vaya a pagar, productos de bajo nivel
129
nutricional (refrescos, chocolates, botanas) que la gente ve y compra de manera improvisada.
Mejor poner en esos lugares comida saludable (fruta, ensalada, jugos naturales, etc). La comida
de las tiendas.
Este empujón (poner la comida sana a la vista y la insana ponerla más alejada de la vista) es planteado
por Thaler y Sunstein (2009) cuando ponen el ejemplo las cafeterías de escuelas primarias. En ese
ejemplo, ellos señalan que Carolyn, la directora de un sistema de servicio de comida, dió instrucciones
precisas sobre cómo presentarle la comida a los estudiantes. El objetivo era que los estudiantes
comieran de manera más saludable, sin prohibir la comida chatarra (papas fritas, pizza etc). El punto es
que pequeñas alteraciones (como poner la comida a la vista, o en refrigeradores) generaron reducciones
2) Agregar imágenes a las envolturas de comida chatarra que la gente asocie con las enfermedades
que estas pueden causar. Por ejemplo, a los refrescos de Coca Cola poner una imágen que diga
“el consumo reiterado de este producto puede generar diabetes”. Esta medida ya se ha aplicado
con respecto a las cajas de tabaco que dicen “el consumo de este producto puede generar
cáncer”.
Este empujón, según Sunstein (2016) fue aplicado en los Estados Unidos en 2014 por la Food
and Drug Administration al crear nuevas etiquetas en los productos alimenticios que se ofrecen en los
mercados. Estas etiquetas buscan mostrar advertencias gráficas (graphic warnings) para transmitir
información rápida al usuario sobre los riesgos y consecuencias de largo plazo que tiene el consumo de
alimentos de cierto tipo. Se aplican en tabaco para reducir su consumo (Sunstein, 2016).
3) Uso de opciones por default. Que en los menús de los restaurantes y de las cafeterías (públicas y
130
privadas) la opción por default como que el postre sea fruta, yogurt o gelatina. Esto en vez de
pastel, helado o otros alimentos muy altos en azúcares. Se puede dejar abierta la opción para
que los usuarios pidan otros postres, pero en caso de que no pidan nada, la opción por default
serían postres sanos. Lo mismo con el azúcar y la sal: no dejar sobre la mesa los frascos con sal
y azúcar, pero dejar abierta la opción para que los clientes que la quieran la pidan. Esto para
Como señalan Thaler y Sunstein (2009), implementar opciones por default es algo inevitable.
Se han aplicado opciones por default tanto en casos como programas de ahorro para el retiro, como
para incrementar la donación de órganos. Me parece que también se pueden aplicar opciones por
Estos empujones, como vimos en el capítulo 3, tienen alcances limitados porque inciden en el
comportamiento de agentes aislados que enfrentan situaciones aisladas. Estos empujones se pueden
nulificar con otras arquitecturas de las decisiones que los agentes pueden enfrentar de manera
inevitable en su vida cotidiana y que los puede llevar a comer de manera insana. Por lo tanto, va a ser
muy importante complementar estos empujones con unos impulsos que a continuación enumero.
Ralph Hertwig (2017) dice que los impulsos, a diferencia de los empujones, buscan generar
competencias o habilidades cognitivas. En ese sentido los impulsos pueden funcionar con total
independencia de las arquitecturas de las decisiones. Los impulsos, a diferencia de los empujones,
pueden tener efectos más duraderos pues al ser educativos, permiten a los agentes tomar decisiones
correctas en diferentes contextos. Pero requieren de tiempo y entrenamiento. A partir de estas ideas
131
propongo los siguientes impulsos:
1) Hacer una campaña de educación nutricional para que la gente sea consciente de los riesgos de
comer comida chatarra así como del tipo de comida que deberían de comer.
Dentro de la educación nutricional, Hertwig (2017) cita un libro escrito por Michael Pollan
(2009) donde se hablan de una serie de reglas heurísticas específicas que sirven para comer bien. Estas
reglas hablan de qué tipo de comida deberíamos comer y en qué cantidad. Incluye reglas como las
siguientes: a) no comer nada que nuestra bisabuela no reconocería como comida (esto para evitar la
ingesta de comida altamente procesada que seguramente contiene sustancias nocivas para la salud); b)
evitar los alimentos que dentro de los tres principales ingredientes tengan alguna forma de azúcar, c)
evitar comprar productos en los supermercados que tengan más de cinco ingredientes, d) evitar
productos que contengan ingredientes que una persona común y corriente no pueda pronunciar, e)
evitar los productos que se anuncian en la televisión, f) consumir productos que sus ingredientes los
puedas imaginar en su estado natural, g) consumir productos que eventualmente se van a echar a
perder, h) comer comida que haya sido cocinada por seres humanos (no por máquinas), i) comer
mayoritariamente plantas, especialmente hojas, j) tratar la carne como un saborizante o para situaciones
especiales, k) comer animales que a su vez hayan comido bien, l) comer comida que provenga de
2) Poner en lugares públicos (como en el metro, en plazas públicas, autobuses, calles muy
transitadas) imágenes de dietas sanas, reglas de comida (como las de Pollan recién
Este tipo de estrategias sirven para transmitir ideas de manera visual a los agentes. Esta es una
132
forma rápida de desarrollar ciertas intuiciones en los agentes para saber qué sí deberían comer y qué
deberían evitar. La idea es que los agentes aprendan a saber cuales son las consecuencias de comer
Estos impulsos pueden ser útiles, pero recordemos que la situación es tan compleja que requiere
de otros complementos para modificar el nicho cognitivo que ha estructurado los malos hábitos de
alimentación.
Los malos hábitos alimentarios de los mexicanos se han estructurado a partir de una situación histórico-
social muy compleja que ha creado un nicho cognitivo que no puede modificarse sólo usando
empujones o impulsos. Aunque estos pueden ser muy útiles, son insuficientes pues los hábitos de los
agentes se estructuran de manera social. Por esta razón es muy importante también cuestionar el
sistema socio-económico (como el capitalismo neoliberal) que estructura ciertos hábitos de consumo.
Este sistema, a su vez, lleva a privilegiar unas arquitecturas de las decisiones en vez de otras. Por esta
razón el tema de quién y cómo diseña las arquitecturas de las decisiones se vuelve un tema crucial. No
es objetivo de este trabajo entrar en ese tema, pero ahí hay un tema pendiente que de hecho ya se está
discutiendo. Aquí sólo apunto que, siguendo a Dewey, el cambio de hábitos supone el cambio en el
contexto socio-institucionales, razón por la cual la reforma social se vuelve un tema crucial.
Para que se puedan modificar los hábitos alimentarios de los agentes se requiere de
complementar los empujones e impulsos con otras medidas que busquen generar las capacidades
materiales en los agentes (Sen, 2009) para que estos puedan tener acceso una dieta de mejor calidad.
Para ello es necesario tomar medidas para reducir la pobreza y la desigualdad que hay en México que
133
tienen un importante papel en la estructuración de malos hábitos alimenticios. Esto pasa también por
incrementar el salario mínimo de los trabajadores, generar más empleo, impulsar políticas de
También se requiere de impulsar una renegociación del Tratado de Libre Comercio en materia
de productos agropecuarios. Esto para evitar la entrada masiva de productos nocivos para la salud, así
países (México y Estados Unidos). Se necesita también establecer prohibiciones selectivas así como
subir los impuestos a los productos de bajo nivel nutricional y de alto contenido aditivo para
desincentivar su consumo.
Se espera que todas estas políticas tengan un impacto en la reestructuración del nicho cognitivo.
Los empujones e impulsos educativos pueden ser un inicio de una serie de políticas que se pueden ir
complementando, de manera gradual y organizada, con otras medidas. Se puede decir que los
empujones e impulsos se pueden aplicar en el corto plazo para generar modificaciones parciales en los
hábitos de los agentes mientras que otras medidas complementarias se preparan para aplicarlas en el
En este capítulo hemos avanzado hacia una manera alternativa de entender el razonamiento heurístico
que nos aleje del supuesto de cognición individualista. Como vimos, una manera de alejarse de ese
supuesto es tomando en serio la noción de hábitos de John Dewey. Los hábitos, como vimos, son
disposiciones y habilidades adquiridas. Los hábitos individuales están estrechamente ligados a las
134
costumbres de un grupo social. Vimos que la relación entre estructuras heurísticas y hábitos se puede
plantear como una causalidad interactiva (de codeterminación). También vimos que las instituciones
son relevantes tanto para modificar los hábitos de los agentes, como para restringir o abrir opciones de
elección. Recordemos que las instituciones tienen un nivel normativo: nos dicen qué se puede y qué no
se puede hacer, qué se debe y qué no se debería hacer. Todos estos elementos nos ayudan a elaborar una
idea de nicho cognitivo, como algo socialmente estructurado, que tiene un impacto en la manera en
La relación expuesta en este capítulo entre heurísticas y hábitos nos lleva a tener una visión más
social sobre la racionalidad acotada lo cual también tiene implicaciones para formular políticas
públicas. Como vimos, podemos enfocar las políticas públicas (empujones, impulsos y otros
instrumentos) para buscar modificar el nicho cognitivo que reproduce patrones de comportamiento en
impulsos, buscando así salir del dilema de tener que elegir entre una posición o otra. Vimos que se
pueden usar impulsos y empujones de manera complementaria por medio de la elaboración de planes
integrales de política pública que sirvan para modificar el nicho cognitivo que estructura los
comportamientos de los agentes. Hay que notar, sin embargo, que para que estos planes funcionen, se
requiere de partir de buenos diagnósticos de una situación específica que nos explique por qué se
reproducen los hábitos que queremos modificar. Aquí se han planteado algunas ideas que requieren de
Hay que decir, que la idea de hábito resulta clave para repensar la noción de agente racional en
la economía.
135
Conclusiones generales y líneas de investigación
Economic theory has been much preoccupied with this rational fool
Amartya Sen
heurísticas y sesgos. Revisamos con detalle los trabajos pioneros de Simon (capítulo 1), los proyectos
de Kahneman y Tversky (HS), de Gigerenzer y sus seguidores (HRF) (capítulo 2) así como las
propuestas de diseño de políticas públicas centrados en los empujones de Thaler y Sunstein (capítulo 3)
y los impulsos de Hertwig y Grünne-Yanoff (capítulo 4). Vimos que los debates entre empujones e
impulsos pueden verse como una prolongación de las “guerras de la racionalidad” que hay que entre
HS y HRF. Pero vimos también, a lo largo de estos cuatro capítulos, que los enfoques HS y HRF, pese a
sus diferencias, comparten una serie de supuestos comunes que los hacen ser parte de una misma
Estos proyectos, si bien han aportado nuevas herramientas de política pública para intervenir en
los procesos de toma de decisiones de los agentes, generan un problema. Por la manera en cómo se ha
planteado la discusión entre los enfoque HS y HRF tal pareciera que tenemos que elegir entre uno de
esos dos enfoques, como si sólo uno de los dos modelos fuese el correcto y el otro estuviera en el error.
Tal y como vimos en el capítulo 2, el supuesto de cognición individualista llevó a Kahneman, Tversky
y Gigerenzer a pensar que las heurísticas ya están dadas y están situadas en la cabeza de agentes-
136
individuos. Este supuesto, a su vez, llevó a los enfoques HS y HRF a diseñar políticas públicas
aisladas.
Para evitar caer en este dilema (elegir entre HS y HRF, que a su vez nos lleva a tener que elegir
entre empujones o impulsos), fue necesario realizar una crítica al supuesto de cognición individualista,
como vimos en el capítulo 5. Esta crítica, por tanto, nos llevó a desarrollar una propuesta más social de
modelación de las heurísticas. Esta propuesta nos llevó a ver que el razonamiento heurístico es una
habilidad que se estructura mediante complejos procesos de socialización que involucra los siguientes
elementos: los hábitos, las estructuras heurísticas y las instituciones. Estos tres elementos en su
conjunto forman nichos cognitivos que los agentes construyen para poder aumentar sus probabilidades
de sobrevivencia. Vimos que las instituciones y las estructuras heurísticas ayudan a los agentes a
reducir sus sesgos, así como a darles herramientas adaptativas para lidiar con la incertidumbre. Las
heurísticas no son algo así como una clase natural fija y ya dada, sino que más bien están en constante
Es importante mencionar aquí que la noción de estructuras heurísticas nos ayudó a ver que los
proyectos HS y HRF no necesariamente están contrapuestos, sino que más bien pueden verse como
HS y HFR, por lo tanto, no hablan de lo mismo. Lo mismo puede decirse de los empujones e impulsos:
estos no necesarimente tratan los mismos problemas. Por lo tanto, pueden verse como algo
complementario que podemos integrar dentro de una noción de racionalidad más amplia, que he
137
pública que nos permitan usar de manera inteligente diferentes instrumentos que sirvan para modificar
los nichos cognitivos. En este sentido podemos usar de manera complementaria tanto empujones como
impulsos, así como otras herramientas de políticas públicas (como prohibiciones selectivas o
regulaciones institucionales), que nos ayuden a introducir cambios en los nichos cognitivos para poder
concepción más social y dinámica del razonamiento heurístico que a su vez tiene más consecuencias.
Esto puede llevar a una reelaboración de los tres supuestos de racionalidad acotada que comparten HS
contribuye a formar la racionalidad de los agentes. Esto tanto a nivel individual como a
2) Los procesos heurísticos se estructuran por medio de andamiajes que requieren de tomar
de una manera más seria la relevancia del contexto material (tecnología, artefactos) que
3) Las heurísticas son producto de relaciones causales complejas e interactivas, que lleva al
agente a construir su ambiente social, pero al mismo tiempo, lo lleva a ser construído
por él.
Finalmente señalo que he identificado dos líneas de investigación que se pueden desarrollar en
138
relevante tratar temas relacionados a sesgos sociales, normas sociales, instituciones y
desigualdad social. Esto para avanzar hacia una la construcción sistemática de una noción del
agente racional basada en hábitos. Y para ello es necesario el diálogo de la economía del
Bourdieu, Wacquant) y las ciencias cognitivas (en particular con las corrientes de cognición
Di Paulo, etc).
2) Estudiar cómo la economía del comportamiento se vincula con el actual contexto histórico del
capitalismo mundial. Es decir, estudiar qué funcionalidad tiene la economía del comportamiento
dominante (su papel discursivo en los conflictos de clase, raciales y de género). Esto servirá
para mostrar el papel histórico que la economía del comportamiento juega en la sociedad actual.
Esto puede estudiarse por medio del concepto de “práctica de consenso ampliado” de Philip
Kitcher que vincula el contexto interno (la academia) con el externo (la sociedad). Otro
139
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