Tesis Ingrid Henig
Tesis Ingrid Henig
Tesis Ingrid Henig
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
Santiago, Chile
2013
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SUMARIO
1. AGRADECIMIENTOS
2. INTRODUCCIÓN.
3.1. Objetivos
3.2. Metodología
4. MARCO TEÓRICO
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4.2.4.3. Desde los aspectos cinéticos, a los aspectos tónico-
posturales de la motricidad.
4.2.4.4. Desde la función motriz, al funcionamiento y funcionalidad
psicomotriz.
4.2.4.5. Desde el énfasis en el esquema corporal, hacia el interés por
la imagen del cuerpo.
4.2.5. Las otras vertientes al campo teórico de la Psicomotricidad Clínica
Infantil
4.2.5.1. Los aspectos neurobiológicos
4.2.5.2. El aporte de la teoría psicogenética
4.2.5.3. Los aspectos histórico-socio-culturales
4.2.6. El diálogo interdisciplinario permanente
3
5.3.2. La dimensión somática del síntoma psicomotor.
5.3.3. El síntoma psicomotor y la defensa contra la angustia.
5.3.4. La dimensión inconsciente del síntoma psicomotor: un enigma a
descifrar.
5.3.5. El síntoma psicomotor involucra al otro semejante significativo, se
despliega en transferencia
5.3.6. El síntoma psicomotor, compulsión a la repetición y pulsión de muerte
5.3.7. El síntoma psicomotor, goce del sujeto en construcción y goce del
otro.
7. REFLEXIONES Y CONCLUSIONES
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
9. ANEXOS
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1. AGRADECIMIENTOS
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2. INTRODUCCION
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Cuidando de no ignorar las otras vertientes de la disciplina, así como de no desdibujar el
origen de los conceptos, en este trabajo se propone profundizar en los aportes de
Psicoanálisis.
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(nominación que toma de J. Laplanche), que consiste en categorizar, reducir la diferencia
a la oposición binaria: esto vale y esto no. 1
Otra operación utilizada comúnmente, según Rodulfo (1992) es la “operación del
complemento o suplemento”, según la cual tal autor complementa a otro, como si cubriera
la falta del otro.
“Se pierde así la riqueza potencial de los cruces” (p.167)
Ofrece como ejemplo la concepción del “jugar como una práctica significante”, que
conduce más allá de Lacan y Winnicott. Rescata la operación del cruce como
engendrador de diferencias.
1
Un ejemplo que se podría mencionar es con respecto a la 2da. teoría freudiana de las pulsiones, Winnicott es un autor
que no considera la pulsión de muerte, sin embargo conceptualiza “el derrumbe psíquico”, “la desintegración”.
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En cuanto a la problemática: Se considera el concepto de síntoma psicomotor, de
inspiración psicoanalítica, como sumamente complejo e insuficientemente precisado
desde la disciplina Psicomotricidad. Por lo tanto, se pretende profundizar en la relación
entre las fallas en la constructividad corporal con fallas en la estructuración psíquica. Esta
enunciación impresiona dicotómica, por lo que requiere la aclaración de que tal distinción
entre los procesos es meramente didáctica.
Se establece un conflicto teórico: la palabra síntoma refiere para el psicoanálisis clásico,
al síntoma psiconeurótico, que remite a la problemática edípica, o sea a la formación
sustitutiva, al retorno de lo reprimido.
¿Cómo se concibe entonces la naturaleza del síntoma psicomotor temprano?
¿Todos los síntomas psicomotores se relacionan con el vínculo temprano, o sea con los
primeros intercambios entre la madre y el bebé?
¿Corresponde hablar de síntoma por lo menos en el sentido más tradicional, dado que en
el caso de la problemática temprana, la angustia no se metaboliza, no hay elaboración
psíquica?
9
Al énfasis sobre los aspectos evolutivos es posible identificarlo como muy marcado
en la mirada psicomotriz tradicional y a su vez como necesario en algunas situaciones
clínicas. Está por un lado el cuándo se logran las adquisiciones del desarrollo psicomotor
y ese dato no es menor, porque da cuenta de un equipamiento biológico. Pero nos
interesa fundamentalmente en Psicomotricidad considerar cómo el organismo no alcanza
si no está impulsado por el deseo, cómo se conquistan las adquisiciones (como logros
propios o atrapados en el deseo del otro).
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• Presentación e historización de la Psicomotricidad Clínica Infantil. Se trata de
contextualizar e historizar cómo surge el paradigma del síntoma en la
Psicomotricidad Clínica, y especificar el proceso particular en nuestro país.
El paradigma del síntoma remueve la intervención psicomotriz terapéutica,
reformula el objeto, orienta hacia nuevos objetivos y el posicionamiento del
terapeuta se instala en una nueva ética.
Este paradigma viene a interpelar las bases de la Psicomotricidad. Las demás
vertientes conceptuales de la Psicomotricidad como los factores neurobiológicos y
los psicocognitivos son teñidos por el cambio de enfoque en pro de la coherencia.
Se trata de una nueva mirada sobre la constitución del sujeto.
• Aportes del Psicoanálisis para comprender la constructividad corporal dentro de
los procesos de estructuración psíquica y de subjetivación. Permitirá identificar los
principales hitos en estos procesos, lo que facilitará la comprensión de la
naturaleza del síntoma psicomotor y su gesta, tema abordado directamente en el
siguiente capítulo.
• Revisión bibliográfica sobre el concepto de trastorno/síntoma psicomotor y la
nominación de aquellas categorías nosográficas sobre las que hay un mayor
consenso.
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Existe una terminología utilizada en Psicomotricidad que hay que necesariamente cotejar
con la que está siendo difundida actualmente en forma predominante por las disciplinas
de la salud.
En segundo lugar aparecen los objetivos de la Asignatura “Formación Personal por Vía
Corporal”, en los cuatro años de la Licenciatura en Psicomotricidad, de la Universidad
Católica del Uruguay. Esta formación habilita para el desempeño de los aspectos
específicos del rol del Psicomotricista.
3. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA
3.1. Objetivos
3.2. Metodología
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4. MARCO TEÓRICO
¿Qué es el Psicoanálisis: una teoría, una ética, una técnica, un método, una
escucha particular del sujeto o la práctica específica del psicoanalista?
En la literatura psicoanalítica podemos encontrar todas estas acepciones.
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relaciones estructurantes, en el marco de una organización privilegiada y universal que
es la estructura del Edipo.
Las interrogantes van más allá del cambio de época, alcanzando al Psicoanálisis
en sí mismo: ¿Ha cambiado la escucha?
“El lector informado que consulta la literatura psicoanalítica sólo puede sentirse
desconcertado ante la diversidad de los modos de pensamiento y la variedad de
teoremas básicos de los subgrupos que actualmente constituyen el Psicoanálisis
(…) Tendríamos que reconocer que el Psicoanálisis hace cohabitar diversos
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Contexto socio-histórico-cultural en el que surgió el Psicoanálisis a fines del siglo XIX: Grandes
transformaciones en las sociedades europeas, luego de la revolución industrial, con la migración del campo a
la ciudad, pasaje de la comunidad a la sociedad capitalista, nuevas angustias, temores y frustraciones,
jerarquización de las enfermedades mentales, mayor importancia atribuida a la sexualidad. (Apuntes de clase
dictada por el Psiquiatra Manuel Laguarda en Curso “Teoría, Clínica y Psicopatología psicoanalítica para una
práctica interdisciplinaria” en “UNO” Instituto de estudios en salud mental. Mdeo. Año 2008
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modelos que se desarrollan uno al lado del otro, a pesar de las contradicciones
que los oponen…la teoría psicoanalítica – Freud tenía plena consciencia de esto-
no puede otra cosa que modificarse con el tiempo, es decir con el aprendizaje y la
experiencia” (Green, A. 2009,115)
“El psicoanálisis tiene más que ver con una actitud, una posición, una manera
de pensar nada fácil de aprehender ni de definir -aunque debe ser posible
estudiarla-, una manera de pensar que es independiente de un vocabulario teórico
determinado o la sumatoria de esos vocabularios teóricos” (Rodulfo R. 2008,18)
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Con respecto a la Clínica Psicoanalítica, opina Green (2009):
“Alrededor del año 1924 se produce una gran mutación psicoanalítica. Para Freud,
el psicoanálisis era sobre todo la ciencia de los procesos mentales inconscientes.
La terapéutica sólo era uno de los aspectos de la aplicación del psicoanálisis. Para
los investigadores que siguieron, esta actitud se modifica. La terapéutica
psicoanalítica deviene su preocupación principal.” (p.124)
La Clínica Psicoanalítica con niños incorpora el jugar como la vía regia en la expresión de
lo inconsciente y como promotor de la constitución subjetiva en el camino hacia la cura.
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que sus elementos son la expresión simbólica de los fantasmas, deseos y experiencias
del niño, cuyo contenido latente puede ser interpretado. El objeto parcial y la pulsión de
muerte son los pilares de su elaboración teórica. La posición depresiva infantil es
propuesta como posición central del desarrollo del niño.
D. Winnicott (pediatra, psiquiatra infantil y psicoanalista británico, 1896-1939) se destacó
por la extensión de su aporte teórico y su difusión. Se interesa especialmente en la
interrelación madre-hijo, introduce la noción de ambiente facilitador, insistiendo en la
evolución de la dependencia a la independencia relativa.
F. Doltó conoció un éxito resonante. Esperaba intervenir precozmente, antes de los
síntomas.
Con respecto a J. Lacan, continúan planteando Chemama y Vandermersch (2010), si bien
nunca se interesó directamente en el Psicoanálisis del niño, inaugura referencias teóricas
que modifican radicalmente las concepciones psicoanalíticas infantiles. Como ejemplos se
citan: el estadio del espejo, el lugar de la falta en la subjetividad, la dimensión simbólica
del padre, etc.
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pacientes que padecen de un abuso de verbalización (interna y externa), lo que Winnicott
llama mentalización, disfrutar de un silencio intrapsíquico constituye alivio y curación.
“el niño no puede asociar sobre la historia. El niño puede poner en acto, mostrar, y
en algunos casos armar alguna articulación significante que dé las pistas para
construir los recorridos junto a él sin ejercer un exceso de violencia simbólica,…”
(p.19)
De todas maneras, también señala que “la intervención del analista no se reduce a
encontrar lo que ya estaba, sino a producir elementos nuevos de recomposición y
de articulación que den un producto diferente del preexistente.” (p.37).
El Centro “Dra. Lydia Coriat” (Buenos Aires), constituye una reconocida escuela de
pensamiento. Lleva el nombre de su fundadora (médica neuróloga y genetista), quien lo
crea en el año 1971. Su interés inicial fue la población de niños con Síndrome de Down,
pero luego se amplió a los niños con problemas de desarrollo. Fue pionera en el mundo
en la disciplina Estimulación Temprana con niños menores de 3 años. Prontamente
necesitó el aporte del Psicoanálisis. Fallecida en el año 1980, el Dr. Alfredo Jerusalinsky
la sucede en la dirección y junto con el equipo continúan el proceso de investigación y
docencia en la clínica con niños con problemas del desarrollo.
La presentación de esta institución resulta interesante pues todo el equipo del Centro
tiene una formación psicoanalítica sólida y su práctica clínica cuenta con ese enfoque.
“…el deseo no nos viene impreso en el bagaje congénito con el que nacemos. El deseo
se construye.” (Coriat, E.1996,95)
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En la estructuración psíquica, el deseo aparece en el lugar vacío del Otro que se
reconoce carente en los actos que dirige hacia el niño y por eso necesita preguntarle:
¿Qué quieres?. Esta pregunta del Otro funda al sujeto.
Así como es clave la posición del otro propiciando la constitución del sujeto de deseo,
éste es según la autora, el fin que orienta la dirección de la cura en todo tratamiento en el
Centro Coriat, incluida la intervención psicomotriz. Ello supone una formación
psicoanalítica de cada uno de los especialistas que atienden a los niños con problemas de
desarrollo (psicopedagogos, fonoaudiólogos, psicomotricistas, etc.).
“El saber que le ofrece la teoría psicoanalítica es, específicamente saber qué hace con
todo lo que sabe; es decir, cómo, cuándo, de qué manera, corresponde implementar en la
clínica el saber teórico acumulado.” (Coriat, E.1996,71)
El equipo de profesionales del Centro Coriat, considera como ejes centrales de la práctica
clínica a los siguientes conceptos teóricos trabajados y producidos por el Psicoanálisis:
constitución del sujeto, transferencia, juego, dirección de la cura, e interdisciplina.
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4.2. Presentación e historización de la Psicomotricidad Clínica Infantil
en Uruguay
Calmels D. (2003) describe cómo en 1905, el Dr. Ernest Dupré introduce el término
psicomotricidad en el discurso médico, primeramente aludiendo al paralelismo que liga el
desarrollo motor y el desarrollo cognitivo. Pocos años después, entre 1907 y 1911, el
mismo Dupré caracteriza una entidad nosográfica que rompe este esquema de
pensamiento determinista: la debilidad motriz, en la que una disfunción a nivel motor, no
se corresponde con una lesión ni con un déficit cognitivo.
Estos planteos de Dupré harán de la psicomotricidad, como integración funcional entre
motricidad, inteligencia y afectividad, un objeto de análisis exhaustivo por parte de
distintos campos disciplinares. Se trasciende el dualismo cartesiano cuerpo-mente.
“La Psicomotricidad ha sido desde Dupré en las primeras décadas del siglo XX, el
concepto que hace al movimiento solidario de las funciones psicológicas, de la inteligencia
y de la afectividad, la eferencia del funcionamiento global del sistema nervioso.” (p.12)
3
Antonieta Rebollo: neuropediatra uruguaya, creó en el año 1979, en el Dpto. de Neuropediatría del Hospital
de Clínicas en Montevideo, Uruguay, la Carrera Universitaria de Reeducador Psicomotriz.
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El conocimiento de la psicomotricidad como integración funcional, compete a todos
los profesionales que se dedican al estudio e intervención en el desarrollo del ser
humano, especialmente del ser infantil. Está justificada como contenido en la formación
de educadores, médicos, psicólogos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, etc.
Tiene como cuna a Francia y a partir de allí se desarrolla a nivel mundial. Henry
Wallon y uno de sus seguidores, Julián de Ajuriaguerra (neuropsiquiatra y psicoanalista
nacido en España y nacionalizado en Francia, 1911-1993) han tenido un rol protagónico
en la construcción del campo conceptual de la Psicomotricidad francesa. De éste campo
emerge un quehacer profesional y la necesidad de trasmisión de este saber-hacer. Se da
lugar a una propuesta de formación educativa.
4
Seminario dictado por B. Aucouturier “Motricidad y psicomotricidad infantil”, organizado por el
MINEDUC , Santiago de Chile, 11 y 12 de octubre de 2012.
21
No todos los países cuentan con una formación universitaria en esta disciplina y a
su vez entre los que sí la poseen, pueden encontrarse distintos enfoques teórico-prácticos
que pendulan desde una visión más organicista (privilegiando los aspectos
instrumentales) a otra más psicologizada (privilegiando los aspectos relacionales).
La disciplina es una, pero existen muchas maneras de ejercerla, todo dependerá de la
formación teórica, práctica y personal del profesional de la Psicomotricidad: el
Psicomotricista.
Correspondería entonces al aproximarnos a una práctica psicomotriz esclarecer: ¿Cuál
Psicomotricidad?
Como se señalaba en la introducción de este trabajo, la referencia aquí es en general la
Psicomotricidad en Uruguay, y más particularmente la que surge a partir de un proceso de
construcción profesional, compartido con otros colegas. Es importante aclararlo, de
manera de definir posiciones y responsabilidades.
• La formación teórica
• La formación práctica
• La formación personal por vía corporal
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La extensión de la disciplina ha presentado permanentes desafíos con la
progresiva ampliación del campo de acción a diferentes contextos y a todo el ciclo vital:
Psicomotricidad Educativa, Psicomotricidad Comunitaria, Psicomotricidad Clínica,
Gerontopsicomotricidad.
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Facultad de Medicina, el proyecto del curso para la formación de técnicos en Reeducación
Psicomotriz. Su iniciación se concreta en el año 1978.
La formación de las primeras generaciones en Montevideo, tiene como lugar de práctica
la policlínica mencionada. Sus primeros egresados (fines del año 1979), lo hicieron con el
título: “Técnico en Reeducación Psicomotriz”, como ayudantes o colaboradores del
médico.
A estos primeros profesionales les tocó enfrentar el desafío de la construcción y difusión
de la disciplina naciente, lo que implicó una ardua militancia y un inagotable esfuerzo de
formación. Las psicomotricistas Cristina De León y Ana Cerutti realizaron viajes al
exterior, contactándose con autores que fueron nuevas referencias para la integración
teórico-práctica (entre ellos sobresalen B. Aucouturier y J. Bergés), e impulsaron
renovados rumbos a la Psicomotricidad uruguaya.
Sin embargo, en entrevistas realizadas a integrantes de la primera generación (por
Agustoni C. y Jaso J.,2011), todas ellas/os destacan (sin negar la trascendencia de los
autores franceses), la incidencia de otros profesionales de nuestro medio (psicoanalistas,
psicólogos, neuropediatras), a quienes recurrieron en el afán de ir encontrando las
respuestas, marcando un camino de formación y una práctica muy particular.
24
J. Le Camus (1984) citado por Cerutti A. (1996) estudia las etapas de la
Psicomotricidad francesa, marcadas por la concepción del cuerpo predominante en la
época. Distingue 3 estadios:
Hacia la actualidad, el estadio del cuerpo significante, del cuerpo expresivo, portador de
significaciones.
Desde este enfoque, con una mirada hacia el desarrollo de las funciones en
referencia a parámetros de normalidad, el objetivo de la evaluación psicomotriz es
detectar las dificultades del niño, el déficit.
25
En Uruguay, la evaluación psicomotriz fue realizada inicialmente por el neurólogo; sólo
luego de varios años, los psicomotricistas fueron habilitados para ejercer en el área
diagnóstica.
La intervención se define a partir del diagnóstico, en el que se enfatiza la exploración de
las funciones (motriz, perceptiva, práxica). Valorando cuantitativamente el desfasaje en su
desarrollo, se establece el plan de trabajo consistente en propuestas concretas que ponen
en juego la función, pensadas para la evolución del desempeño instrumental.
El abordaje es comúnmente grupal, pues las propuestas pueden diversificarse por niveles
y categorías. La intervención se sustenta en la aplicación de la técnica.
El modelo de la Reeducación Psicomotriz se asimila a un modelo médico en el que el
paciente acude al médico para curar su enfermedad y éste posee el saber para ello. El fin
es normalizador.
“Lo que el enfermo no le pide al médico es que lo cure: porque eso se sobreentiende,
porque la convención implícita en la consulta médica es que quien acude a la consulta
está enfermo y espera del médico dejar de estarlo.” (Clavreul, J. 1978,175)
26
La evolución de la Psicomotricidad desde la Reeducación Psicomotriz a la Clínica
Psicomotriz con aporte del Psicoanálisis implica un giro paradigmático a nivel
epistemológico. Se integran nuevas conceptualizaciones teóricas que reformulan la
posición del Psicomotricista.
“Yo sostengo que en psicoanálisis existe no sólo una teoría de la clínica , sino
también un pensamiento clínico, es decir, un modo original y específico de
racionalidad surgido de la experiencia práctica… aunque no haga referencia a los
pacientes, el pensamiento clínico hace pensar siempre en ellos” (p.13)
5
Jean Claude Filloux, “Intersubjetividad y formación”Bs. As. Ediciones novedades educativas.1996
6
De ahora en adelante en el trabajo, la referencia a la Clínica Psicomotriz Infantil o a la Terapia psicomotriz
significa la integración de la teoría psicoanalítica.
27
En el campo de la Psicomotricidad, se utilizan diversos términos para nombrar la
vertiente terapéutica: tratamiento Psicomotriz, Terapia Psicomotriz o Clínica Psicomotriz.
Incluso se llega a plantear que éstos designan diferentes niveles en el abordaje
terapéutico, niveles de creciente profundidad de la intervención en cuanto al enfoque
desde el Psicoanálisis.
7
Concepto de expresividad motriz: “es una construcción del psicomotricista…” “es la manera que cada niño
tiene de manifestar el placer de ser él mismo, de construirse de una manera autónoma y de manifestar el
placer de descubrir y conocer el mundo que lo rodea.” (Aucouturier B.,2004,130)
8
Concepto de resonancias tónico-emocionales recíprocas: movilizaciones tónico-afectivas del niño y el
psicomotricista que facilita la emergencia de la historia de sufrimiento del niño y que sea jugada
simbólicamente. (Aucouturier B.2004)
28
La primera necesidad entonces, es brevemente anunciar el concepto de cuerpo (se
profundizará en el punto 3.3). Con este propósito, se destacan dos premisas teóricas de la
Psicomotricidad Clínica Infantil:
“El cuerpo es en construcción en y para la relación con otro. Es a partir de otro que
el cuerpo de un sujeto se va construyendo y sabiendo de esa construcción” (L.
González, 2009,14)
9
Organismo: “Conjunto de órganos del cuerpo animal o vegetal y de las leyes por que se rige.”
Cuerpo: “Conjunto de los sistemas orgánicos que constituyen un ser vivo.”
10
Lic. en Ciencias de la Educación y Psicomotricista. Actual coordinadora y docente de la Licenciatura de
Psicomotricidad de la Universidad Nacional “Tres de Febrero”, Buenos Aires.
29
especialmente relacional de la función motriz (en sus aspectos tónico-pósturo-motriz y
práxico), en la que inciden aspectos somáticos y psíquicos.
Las problemáticas que a ese nivel se presenten, no van a ser reducidas a una dificultad,
sino que son concebidas como síntoma, manifestación inconsciente y subjetiva, que alude
al padecimiento de un niño y su familia.
“Lo esencial del diagnóstico psicomotor es conocer la posición del niño” (J. Bergés,1997)
“Defino a la posición del niño como aquel sitio, aquel lugar donde el cuerpo del niño ha
sido puesto, ubicado a través de acciones concretas, de las imágenes y del lenguaje de
los padres” (L. González 2009,110, retomando a Bergés J.,1997)
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Este objetivo general se persigue a través de cuatro niveles de Intervención:
2do. nivel: Intervención con los padres (en algunos casos involucra también a
otros familiares y en otros casos los padres se integran al trabajo directo con el
niño)
Objetivos:
- Aproximarse al conocimiento del lugar que tiene el cuerpo del niño en la familia, a
cómo ese lugar se fue construyendo en relación.
Objetivos:
Objetivos:
31
- Integrar los aportes de otras disciplinas.
32
“el juego compromete al cuerpo” (Winnicott, D.,1979), y constituye nuestro contexto de
trabajo.
33
psicomotricista analiza estas modalidades de relacionamiento corporal y a partir de este
análisis orienta su intervención.
El lenguaje verbal acompaña los procesos que se fundan en la experiencia corporal
relacional, poniendo en palabras lo que es sentido y lo que es actuado corporalmente.
Llámese experiencia corporal a un desplazamiento en el espacio o simplemente a un leve
gesto o transformación tónico-emocional, que se inscribe en una relación transferencial.
Con su participación en el juego del niño, el terapeuta habilita una resignificación de
experiencias corporales. ¿En qué consiste esa resignificación por el niño? Se construyen
nuevas representaciones que motivan nuevas búsquedas en un marco de seguridad y
contención afectiva. Implica procesos de ligazón psíquica que se traducen en nuevas
maneras de ser y estar en el cuerpo. Desde la fijación, el recorrido es hacia la
transformación.
Destacamos en especial la importancia de la experiencia corporal, pues allí quedó fijada
la problemática. Acompañar al niño en juegos que remiten a los primeros tiempos de vida
-etapa de la dependencia absoluta según Winnicott- es un desafío para cualquier
terapeuta. La experiencia quedó truncada a nivel de las sensaciones de predominancia
displacentera; rupturas traumáticas en la continuidad existencial interfirieron en la
elaboración imaginativa del funcionamiento corporal (integración psique-soma de
Winnicott, 2006).
34
En un momento que es singular de cada profesional en formación, es necesario abordar
un Psicoanálisis personal, de modo ser capaz de separar más claramente lo que viene del
paciente y lo que proviene de la historia propia.
La mirada, la escucha psicomotriz y el hacer del terapeuta en Psicomotricidad son fruto de
una formación teórica, práctica y personal específicas.
35
cosas se separan porque apuntan a visiones distintas y yo creo que complementarias de
la estructuración psíquica.”
“Todo acto de inteligencia, por más sencillo y rudimentario que sea, supone
también una interpretación de la realidad externa. Tal interpretación se realiza a
través de una asimilación del objeto por conocer a algún tipo de sistemas de
significaciones existentes en el sujeto, así como de una acomodación a las
demandas o requerimientos que el mundo de los objetos impone al sujeto.”
(Fernández A. 2000,104)
36
Lo expuesto por los autores pone de relieve la consideración desde el
Psicoanálisis, de una dialéctica entre los procesos de la inteligencia con los de
representación y simbolización, y a éstos con los movimientos del placer y el deseo.
Afectividad: se cita a Bleuler, quien designa el conjunto del acontecer emocional: los
sentimientos, emociones y pasiones.
Desde el Psicoanálisis:
A diferencia de la concepción de la Neurología o Neuropsicología, no se reconoce la
necesidad de la localización anatómica de los procesos psíquicos.
Laplanche y Pontalis (2007) definen el Afecto:
37
representación. El afecto es la expresión cualitativa de la cantidad de energía
pulsional y de sus variaciones” (p.11)
38
- O es mudado en un monto de afecto cualitativamente diverso, particularmente en
angustia
- O es sofocado o suprimido
Lacan (según Chemama y Vandermersch, 2010) introduce una nueva visión, “La
angustia es lo que nos deja dependiendo del Otro, sin palabra alguna, fuera de la
simbolización”. (p.39). Más adelante se volverá a presentar esta diferencia conceptual
entre los dos autores
39
Para Lacan, el concepto de sujeto no se corresponde con el concepto de individuo
o persona que se maneja comúnmente. El sujeto se constituye a través de un proceso de
constitución subjetiva, ligado al de estructuración psíquica, y tiene como punto culminante
la separación de la madre y la instauración del orden simbólico. La etapa de los primeros
años es entonces fundante del sujeto.
Lacan atribuye al estadio del espejo y al complejo de Edipo (que considera
contemporáneos) como estructurantes de la subjetividad. El niño pasa de una situación de
fusión con la madre, de ser objeto de deseo de la madre (momento de identificación
alienante), a tener que renunciar a la satisfacción pulsional y separarse por la introducción
de un lugar tercero, la función paterna.
El padre se hace preferir frente a la madre y el niño requiere representar la ausencia
materna, que liga a la presencia del padre. El significante materno (ser objeto fálico,
objeto de deseo de la madre) es reprimido y sustituido por otro: “el nombre del padre”
Un sujeto es efecto de esta sustitución significante, que Lacan designa como “metáfora
paterna”. Ella inaugura la represión llamada originaria, fundadora del inconsciente.
“El deseo de ser reprimido a favor del deseo de tener obliga al niño a dirigir su
deseo hacia el campo de objetos sustitutivos del objeto perdido. Para lograrlo, la
única posibilidad del deseo es hacerse palabra y ponerse de manifiesto en una
demanda.” Dor J. 1985,108)
40
4.2.4.3. Desde el interés por los aspectos cinéticos, al interés por los
aspectos tónico-posturales de la motricidad
“…existe una motricidad a nivel de la postura que no tiene nada que ver con la
motricidad, con la motricidad tal como se la entiende del lado del movimiento. La
postura es el trampolín del movimiento, es de ese telón de fondo tónico que
emerge el movimiento, este surgimiento no se hace de una manera aleatoria sino
que tiene un sentido en la medida que el movimiento se convierte en gesto…”
11
En sintonía con J. Bergés, J. de Ajuriaguerra (1993), también retoma a Wallon en la importancia adjudicada a la postura
en el desarrollo psicológico del sujeto. Llama diálogo tónico a fenómenos motores en la situación de fusión inactiva
primitiva y lo considera preludio del diálogo verbal posterior.
41
Interesa entonces, ir un paso atrás de la función motriz en su componente clónico
y remitirla a componente tónico: la organización tónico-postural; telón de fondo donde se
construye la gestualidad corporal.
Es útil en este momento retomar las definiciones de: función motora, movimiento y
tono muscular. Para ello nos remitiremos a la Dra. A. Rebollo (“El desarrollo
neuropsíquico y su evaluación”, 2007, 150):
Tono muscular: Para definirlo, Rebollo (2007) cita a Barraquer “el tono muscular es un
estado de tensión permanente de los músculos, de origen esencialmente reflejo, variable,
cuya misión fundamental tiende al ajuste de las posturas locales y de la actitud general y
dentro del cual es posible distinguir diferentes propiedades”. (p.161)
La autora remarca que: “el movimiento no depende sólo del sistema motor sino
que el movimiento es la emergencia del funcionamiento global del sistema
nervioso, por lo tanto resulta también de la integración de las senso-percepciones,
de la inteligencia y de la afectividad. Esto es lo que ha llevado al concepto de
psicomotricidad.” (Rebollo A. 2007,151)
42
En general, los autores consideran funciones psicomotoras: al tono muscular, la
función postural, la coordinación motora, el equilibrio, las gnosopraxias o pratognosias.
“Hay que establecer más bien lo que funciona, porque el movimiento terapéutico pasa por
lo que funciona y no por lo que no funciona” (Bergés J. 1991)
43
generalizar factores determinantes para cada contexto, dada la siempre presente
heterogeneidad, diversidad.
“Si, en principio, el esquema corporal es el mismo para todos los individuos (de
una misma edad o viviendo bajo un mismo clima, poco más o menos) de la
especie humana, la imagen del cuerpo, por el contrario, es propia de cada uno:
está ligada al sujeto y a su historia.” (Doltó F.1986,21).
Relata casos de niños sanos, según ella en cuanto a su esquema corporal pero en los
cuales el funcionamiento de éste resultaba recargado por imágenes patógenas del
cuerpo. Sin embargo al proseguir la lectura, plantea la interrelación entre estos dos
conceptos, ya que al referirse a un caso clínico sostiene que la utilización adecuada del
esquema corporal se hallaba interferida por aspectos patológicos en la imagen del cuerpo.
Más adelante, tomaremos los aportes de J. Lacan al tratar el estadio del espejo.
Resultan imprescindibles para entender el entramado entre la constitución de la imagen
corporal y la constitución del Yo.
45
A diferencia de Lacan, la imagen inconsciente del cuerpo de Doltó comenzaría a
construirse ya en el período uterino y culmina con el logro del “sentimiento de sí mismo”
hacia los 3 años. (Nasio J.D., 2008)
La Dra. Antonieta Rebollo, publica en 2007 un libro que titula “La psicomotricidad”.
Jerarquiza en su obra el aspecto biológico de la psicomotricidad como integración
funcional, al movimiento como eferencia del funcionamiento global del sistema nervioso.
46
Un sistema o módulo de ejecución , que incluye el sistema piramidal unido a la neurona
motora periférica, en relación con el sistema extrapiramidal que rige el movimiento pasivo,
el tono muscular y el cerebelo que coordina las acciones en el espacio y el tiempo.
Un sistema o módulo vinculado a la afectividad que tiene a su cargo las manifestaciones
vegetativas y somáticas de la emoción: posturas, ademanes, mímicas y automatismos
más o menos complejos, los movimientos expresivos. Se expresan a través del tono
muscular y sus variaciones
Un sistema o módulo vinculado con las funciones cognitivas, que se manifiesta en
movimientos o acciones planificadas, aprendidas, primero conscientes y luego
automatizadas que denominamos praxias.
Un sistema o módulo conductual o comportamental que coordina y ordena el
funcionamiento de los anteriores que depende del funcionamiento de la región frontal y
cuya aferencia del sistema conductual es la psicomotricidad.
47
“La cuestión de la huella, eje del fenómeno de la plasticidad, se sitúa claramente en la
intersección entre neurociencias y psicoanálisis, permitiendo poner en serie huella
sináptica, huella psíquica y significante” (p.225).
Los nuevos avances de la genética marcan que si bien hay factores genéticos
determinantes en su manifestación (ej. una alteración cromosómica como el síndrome de
Down), gran parte de la transmisión genética está conformada por los factores
predisponentes, o sea potencialidades que se pondrán en juego o no, de acuerdo a las
condiciones del ambiente.
Lo determinante de la alteración genética se relativiza con la influencia de los factores
ambientales, por lo que, siguiendo el ejemplo, no se puede definir de antemano cómo va a
ser el desarrollo de un niño con síndrome de Down.
48
Movimiento: Va más allá de la traslación en el espacio. En un sentido muy general sería
“el estado de existencia de la materia” y se puede ubicar su presencia en reflejos, gestos,
acciones, actos, praxias y acontecimientos. Constituye la materia prima de todos ellos.
Aquí constatamos que Calmels está utilizando una acepción amplia del movimiento.
El acto: tiene una unidad de sentido, una intencionalidad y una dirección. Marcaría un
logro específico, la culminación con sentido de una serie de acciones.
Si bien algunas de estas acepciones tienen mucha similitud entre sí, queda clara la
intención de desmenuzar en las producciones corporales, el sentido comunicacional y/o
operativo. Esto requiere un análisis muy exhaustivo de la función motriz en cuanto a sus
bases anátomo-fisiológicas, integración funcional, distintos niveles de complejidad y en
especial, la relación con el ambiente circundante.
12
J. Piaget y B.Inhelder (1997) explican en la introducción del libro “Psicología del niño”, la distinción entre
el término Psicología del niño y Psicología genética, aunque la primera constituya un instrumento esencial de
la segunda. La palabra genética, fue introducida por los psicólogos en la segunda mitad del siglo XIX, antes
de que los biólogos la utilizasen restringidamente para referirse a al los mecanismos de la herencia.
La psicología del niño estudia al niño por sí mismo en su desarrollo mental, mientras que la psicología
genética es una psicología general (estudio de la inteligencia, las percepciones, etc), en tanto que trata de
explicar las funciones mentales por su modo de formación, o sea, por su desarrollo en el niño. Por eso la
psicología infantil constituye un instrumento esencial para la psicología genética.
49
repetición de los reflejos, el niño construye esquemas de acción sensorio-motores, en los
que integra el movimiento con los datos senso-perceptivos.
50
intención”. Rebollo agrega que son movimientos o acciones planificadas, aprendidas y
luego automatizadas por repetición; es el movimiento más evolucionado, característico del
hombre,
En las praxias se pone en juego: la motricidad, la función simbólica y la senso-percepción.
51
La emoción para desarrollarse, continúa Wallon, necesita desviar o abolir el orden de las
representaciones. Se acompaña con una distorsión a nivel de las percepciones, se
imponen las impresiones ligadas a la conmoción a nivel de las funciones vegetativas.
52
Tomamos rápidamente consciencia de cómo los estados emocionales del niño o de sus
padres repercuten en nuestro propio cuerpo13.
El autor como otros, enfatiza en la naturaleza del cuerpo no como una realidad en
sí misma, sino como construcción simbólica.
13
Es clara la inspiración en Wallon de B. Aucouturier (2004) al conceptualizar “las resonancias tónico-
emocionales recíprocas”
53
Es necesario que el psicomotricista sea consciente de mandatos socio-culturales
que tiñen la imagen del cuerpo. Así por ejemplo podemos comprender fenómenos tan
preocupantes de nuestro tiempo como: la proliferación de los niños “inquietos y
desatentos”, las “dificultades para la autorregulación”, las alteraciones de la imagen
corporal en la base de trastornos de alimentación, la necesidad de marcar, agredir o
exhibir el cuerpo, etc.
Seamos también responsables y no ingenuos, profesionales de la educación y la salud
capaces de percibir la difusión de valores sociales signados por la eficacia y el éxito.
La tendencia de la sociedad de nuestro tiempo es a patologizar la infancia, utilizando
categorizaciones que ignoran la singular subjetividad, el contexto vital de cada sujeto.
EN SUMA:
14
Z. Bauman (2001) y R. Sennett (2000 y 2006) se dedican a analizar cómo las nuevas condiciones socio-
económico-culturales de la nueva era moderna, están determinando nuevas construcciones subjetivas al
provocar cambios en la vida cotidiana de los individuos, atravesando áreas como el trabajo, la familia, las
relaciones interpersonales.
Los vínculos personales se ven resentidos, tendiendo a la superficialidad, a la falta de conocimiento.
La fluidez (metáfora elegida por Bauman para pensar la vida moderna actual) determina relaciones
interpersonales muy fugaces, de escaso compromiso, lo que provoca una sensación de soledad.
54
La práctica psicomotriz, especialmente en el área clínica, estará signada por la
prevalencia de las diferentes miradas hacia el cuerpo, aunque no es posible obviar
ninguna de ellas.
Lo que determina una posición, una ética del terapeuta es la mirada hacia el sujeto y a
esta mirada la vamos a considerar desde el Psicoanálisis.
55
4.3. Aportes del Psicoanálisis para comprender la constructividad
corporal y sus avatares, inscripta en los procesos de
estructuración psíquica y subjetivación
“El cuerpo es una entidad física, en el sentido material del término, con su
superficie, su peso y su profundidad, cuya actividad propia evoluciona desde lo
automático a lo voluntario, volviéndose más tarde a automatizar con una libertad
de acción para hacerse económicamente capaz de hacer compatibles la fuerza y
la habilidad, siendo capaz de adquirir incluso por su capacidad expresiva un valor
de diálogo semiótico. En el transcurso de su evolución, el cuerpo que actúa al
principio, “manejado por la acción del “otro” (ya que el niño es un animal que nace
inmaduro), se convertirá en “actuante” y transformador” (De Ajuriaguerra,
2000,345)
En esta definición, el autor sintetiza las múltiples dimensiones del cuerpo, para lo cual
previamente analiza las distintas doctrinas que aportan miradas diferentes sobre el
cuerpo. Se opone a la dicotomía cuerpo-psiquismo, más difícil de aceptar aún en el niño.
Presenta al cuerpo como habitáculo; en él se expresan las necesidades, se manifiestan
las pulsiones y es él quien sufre emociones.
56
- Cuerpo instrumental, actuante y transformador, luego de una evolución desde la
situación de dependencia del otro, a la conquista de la compatibilidad entre la
habilidad y la fuerza.
- Cuerpo relacional: Tiene un papel primordial el otro que satisface las necesidades
del niño. El niño pasa de una fase de confusión con el otro, a otra fase en la que
vive el cuerpo del otro y el suyo propio como si fueran ambos él mismo. Cuando
sobreviene la posibilidad de separarse, el otro se mezcla constantemente.
- El cuerpo imaginario, evoluciona desde la imagen fraccionada del cuerpo (vive sus
diversos fragmentos como totalidades) a la comprensión de la unidad de su cuerpo
como un todo organizado. Destaca el aporte de J. Lacan con el concepto acuñado
en “el estadio del espejo”.
El autor destaca:
Entonces, este concepto de epigénesis integra las dos grandes influencias que
determinan al individuo (lo genético y lo ambiental) y propone la idea de un proceso
constructivo.
“En los primeros cinco años de vida se construyen las bases del cuerpo y de sus
manifestaciones, que tendrán una configuración a nivel de la imagen –imagen del
cuerpo-particular, única y original, y en la construcción de un esquema corporal,
57
que permite espacialmente la localización del cuerpo en sus segmentos y
articulaciones, así como el accionar eficaz sobre los objetos y el medio
circundante…La alteración en la construcción de las manifestaciones corporales
funcionaría como un indicador de anomalías en el desarrollo.” (Calmels,
D.2009,18)
Denominada así por ser las modificaciones en la estructura tónica, el primer código
de comunicación (código tónico-postural) entre el sujeto y el medio. La fluctuación tónica,
asociada al placer y displacer, se integra en la estructura de los movimientos reflejos. En
una modalidad asimiladora que se acomoda al medio, se evocan, buscan y reeditan
situaciones placenteras. Son los comienzos de la estructuración del tiempo y el espacio
que refieren a la calidad de los primeros encuentros:
Tiempo: secuencia entre búsquedas-encuentros, placer-displacer.
Espacio: cuerpo del niño-cuerpo de la madre y objetos muy próximos que quedan
investidos, ej.: la colcha.
La evolución de la visión permite el sostén de la mirada en la mirada del otro, como
auténtico diálogo pre-verbal. El cuerpo del bebé, a través del cuerpo del otro, pero
diferenciándose progresivamente de él, comienza a producir gestos, contactos,
movimientos. Va relevando a nuevos y propios códigos que anuncian la nueva fase.
_____________________________________________________________________
Posibles avatares en esta fase del cuerpo tónico (pueden coincidir varios de ellos):
58
• Fase del cuerpo instrumental. La intención lidera el desenvolvimiento pósturo-
motriz.
_____________________________________________________________________
Un ambiente obstaculizador en esta fase del cuerpo instrumental, podría estar representado
por las siguientes actitudes de la madre (muchas relacionadas entre sí):
59
_____________________________________________________________________
Un ambiente obstaculizador en esta fase del cuerpo cognitivo, podría estar representado por
las siguientes actitudes de los padres:
González (2009) aclara que las fases descriptas no son etapas y/o estadios, en la
que la aparición de cada una implica la ausencia de la anterior, sino que hay una
permanente inclusión. “El cuerpo es una estructura tónica, instrumental y cognitiva.” (p.21)
El desarrollo psicomotor es concebido por la autora como lo que el cuerpo produce al ser
un cuerpo en construcción en y para la relación con otro.
60
enmarcadas por un contexto relacional que tiñen el modo como el niño las
logra, la significación que tienen para él y para las personas de su entorno.
En suma:
A lo largo del proceso de construcción corporal temprano (0 a 3-5 años) el niño va
explorando, conociendo, representando y apropiándose del cuerpo; constituyendo un
esquema e imagen corporal, que se refleja en un particular estilo de funcionamiento
psicomotor (en sus aspectos tónico-pósturo-motriz y práxico).
Inciden factores del orden biológico (innatos y adquiridos) y especialmente la relación con
otro semejante significativo para el niño.
Los aspectos cuantitativos y cualitativos de las adquisiciones en el desarrollo psicomotor
dan cuenta del entramado entre estos factores. Especialmente lo cualitativo está
determinado por la constitución del sujeto como separado y deseante.
61
4.3.2. Cuerpo-organismo inscripto en la dialéctica necesidad-deseo-
demanda
Este desamparo del bebé al nacer requiere que alguien satisfaga sus necesidades
para continuar viviendo. Hay otro que acude a su llamada, posibilita la primera experiencia
de satisfacción a la necesidad (Freud 1985) y un placer extra. En próximas situaciones de
necesidad, según el autor, se evocará la huella mnémica de la satisfacción unida al
placer, provocando la alucinación del objeto. Lo encontrado en esta nueva ocasión
siempre enfrentará con lo diferente, o sea con la falta, inaugurando el circuito inacabable
del deseo y la dimensión pulsional.
62
pero se forma según el modelo de la alucinación primitiva.” (Laplanche y Pontalis,
2007,134)
Freud (1925, “La negación”), en los orígenes de la función intelectual del juicio,
postula la existencia de un “Yo-placer originario”, anterior al “Yo-realidad definitivo”. 15.
En un estado inicial de indiferenciación, la primera función del yo-placer en esta primera
fase es introyectar lo bueno y expulsar lo malo.
En “el extremo sensorial del aparato anímico”, tiempo de una primera categorización de la
experiencia en placentera o displacentera, esta polaridad del funcionamiento del yo-placer
se basa en las mociones pulsionales primitivas (integrar-excluir), a través de las cuales se
vehiculiza la oposición de los dos grupos pulsionales: Eros y pulsiones de destrucción.
En la segunda fase del Yo-placer se establece la correspondencia: lo de adentro se
corresponde con lo bueno y lo de afuera con lo malo.
Estamos en este momento en los albores de la constitución del psiquismo, la
diferenciación de un afuera y un adentro, en lo cual Freud postula el protagonismo del
cuerpo-organismo e interiorización de sus experiencias (proceso perceptivo).
Freud plantea que es preciso recordar que todas las representaciones provienen de
percepciones, son repeticiones de éstas. Se evidencia la necesidad de un objeto que
brinde primeramente una satisfacción real y la importancia de la calidad de esas
experiencias corporales supeditadas a la relación con otro.
En una fase posterior, cuando la alucinación ya no baste para el logro de la satisfacción, o
para corroborar la percepción, el Yo-realidad, a través de un examen de realidad
(fundante de la diferenciación subjetividad-objetividad), procura el reencuentro con el
objeto y verifica que esté realmente allí. Se reafirma según Freud la distinción entre afuera
y adentro; entre realidad subjetiva (psíquica) y realidad objetiva.
La función del juzgar, en esta fase conduce del pensar al actuar; se da un tanteo, una
exploración motriz, que al promover el reencuentro con el objeto, reitera y reafirma la
experiencia de placer.
“No se trata sin embargo de cotejar la representación con la percepción precedente, sino
de la verificación de la percepción, del reencontrar el objeto en la función misma de
15
El autor estudia la función del juicio: “es tarea del juicio afirmar o negar contenidos de pensamiento”.
Distingue dos decisiones en esta función: el juicio de atribución que atribuye o rehúsa una propiedad de una
cosa y el juicio de existencia que admite o impugna la existencia de una representación en la realidad.
63
percibir, la satisfacción está en el logro del hacer funcionar la función.” (Bergés J. y Balbó
G., 1993)
Los autores señalan como para Freud, el objeto está desde el principio perdido (la nueva
experiencia siempre es distinta a la anterior), pero la intención del sujeto es siempre
reencontrarlo.
El deseo sólo puede nacer en una relación con el Otro18. Se trata de otro
privilegiado que atribuye a las manifestaciones del niño el sentido de una demanda,
16
Dor explica la huella mnésica como la imagen, percepción del objeto. Constituye la representación del
proceso pulsional. Cuando reaparece la tensión pulsional, la huella mnésica es reactivada.
17
Apuntes de clase del curso: “Clínica Psicoanalítica” del magíster. Año 2011.
64
aunque en realidad no hay intencionalidad de comunicación del niño en esas
manifestaciones, pues no tiene representación psíquica del otro.
Al atribuir a las manifestaciones del niño el sentido de una demanda, la madre lo remite a
un universo semántico, a un universo del discurso que es suyo. La supuesta demanda del
niño es la proyección del deseo del Otro.
18
Lacan diferencia el pequeño otro (semejante) del gran Otro, que designa un orden radicalmente anterior,
exterior, del que depende y lo determina. (Chemama y Vandemerch, 2010)
19
Chemama y Vandermerch (2010) plantean la complejidad del concepto muy utilizado por Lacan. Goce y
placer se oponen, ya que el segundo a diferencia del primero disminuye las tensiones del aparato psíquico, al
nivel mínimo.
65
El concepto de pulsión remite a lo corporal como especial integración somática y
psíquica.
En la teorización del primer dualismo pulsional, Freud (1915) destaca dos tipos de
pulsiones: las pulsiones del Yo o de autoconservación y las pulsiones sexuales. Reconoce
a la pulsión sexual como el prototipo pulsional.
La fuente de la pulsión, plantea Freud es somática. J. Laplanche (2007), retoma la
teoría freudiana, pero enfatiza el papel del encuentro con el otro; sostiene que en realidad
la pulsión nace del encuentro del organismo del bebé con un otro deseante. La pulsión
emerge de la erogenización del cuerpo. Ese “algo más” de la respuesta del otro (plus de
placer) es enigmático para el niño, tiene cierta imprevisibilidad, es fuente de deseo que ya
se podría denominar sexual.
“El quehacer sexual se apuntala primero en una de las funciones que sirven a la
conservación de la vida, y sólo más tarde se independiza de ella.” (Freud, 1905)
66
En la primera etapa de cuerpo fragmentado, van a tener un papel preponderante
las zonas erógenas, partes del cuerpo especialmente excitables, a partir de las cuales se
van a dar los intercambios con el medio, organizando el cuerpo.
Si bien algunas zonas parecen predestinadas para tal función - zona oral, zona anal,
uretro – genital, pezón – Freud afirmará (según Laplanche 2001) que toda región cutánea,
todo órgano, toda función y en definitiva toda actividad humana (ej. actividad muscular,
trabajo intelectual intenso), pueden ser erógenas, en el sentido que se introduce en el
niño la excitación sexual. El Psicoanálisis freudiano extiende el concepto de sexualidad a
toda actividad humana.
Las pulsiones son entonces estímulos que provienen desde el interior del
organismo (organismo convocado ya por el otro), con respecto a los cuales, no es posible
implementar la evitación, la huída, impulsando de esta manera la estructuración psíquica.
67
¿Cuánto se pueden relacionar algunas problemáticas psicomotoras como la excesiva
movilidad en el niño y su contracara, la inhibición psicomotora, a estos procesos de la
pulsión en etapas tempranas?
“La sexualidad infantil es, pues, lo reprimido por excelencia y esta afirmación, se repite
una y otra vez en la obra de Freud.” (Laplanche J.,2001,43)
“Es la visión de esa totalidad humanizada la que impulsa a la madre a realizar múltiples
acciones cuyo efecto abre vías de ligazón: habla, sostiene, acaricia, produce en definitiva
vías de investimiento lateral” (Bleichmar, S. 2001,128)
68
La autora señala también cómo los padres, por el doble carácter de su
funcionamiento psíquico también introducen deseos y prohibiciones. “A partir de sus
deseos inconscientes, de su sexualidad reprimida –no sólo edípica sino también pulsional-
, implantan deseos que desde su narcisismo, desde el yo, desconocen y reprimen a
posteriori”. (Bleichmar S. 2001,124)
Freud (1915,1920) propone como premisa que el principio del placer rige el
decurso de los procesos anímicos. Refiere el placer y displacer a la cantidad de excitación
presente en la vida anímica y no ligada de ningún modo. En ello consiste el punto de vista
económico: al displacer le corresponde un incremento de esa cantidad, y al placer una
reducción de ella.
20
“En principio, siguiendo a Freud, la represión originaria recae sobre los representantes pulsionales, a
diferencia de la represión secundaria, que atañe al Edipo complejo” (Bleichmar, S. 2001,121)
21
Frecuentemente nos referimos en la clínica psicomotriz a niños “muy pulsionales”, en los que observamos
dificultad para controlar los impulsos y para acceder a la representación. Se trata de casos en los que la
represión originaria ha transcurrido con fallas.
69
Según Laplanche y Pontalis (2007), el principio de realidad, otro de los principios
que rige el funcionamiento mental, que se contrapone al principio del placer, aparece en
forma secundaria y como modificación de éste, que domina al inicio de la vida. El principio
de realidad permite alcanzar la satisfacción deseada a través de rodeos y
desplazamientos necesarios.
El principio del placer se deriva según Freud (1920), del principio de constancia.
“Los hechos que nos movieron a creer que el principio de placer rige la vida
anímica encuentran su expresión también en la hipótesis de que el aparato
anímico se afana por mantener lo más baja posible, o al menos constante, la
cantidad de excitación presente en él…, todo cuanto sea apto para incrementarla
se sentirá como disfuncional, vale decir, displacentero.”
“Es entonces una tendencia que está al servicio de una función: la de hacer que el
aparato anímico quede exento de excitación, o la de mantener en él constante, o
en el nivel mínimo posible, el monto de la excitación. Todavía no podemos
decidirnos con certeza por ninguna de estas versiones, pero notamos que la
función así definida participaría de la aspiración más universal de todo lo vivo a
volver atrás, hasta el reposo del mundo inorgánico.” (Freud, 1920)
70
Los movimientos hacia el desarrollo serían el efecto de factores perturbadores,
desviantes del medio ambiente.
Estudia el papel de las pulsiones sexuales en los procesos vitales (conservadoras de la
vida), su relación con las pulsiones yoicas (que antes presentara como oponiéndose en el
primer dualismo pulsional). Llega a la conclusión que ambas podrían agruparse en las
pulsiones de vida que designa con EROS.
Surge así un nuevo dualismo pulsional: pulsiones de vida y pulsiones de muerte. A esta
propuesta conceptual, Freud la va a mantener luego durante toda su obra.
Freud, citado por Laplanche y Pontalis (2007) introduce esta oposición a partir de
la cual:
- Las pulsiones de muerte (TÁNATOS)22 tienden a la destrucción de las unidades
vitales, a la nivelación radical de las tensiones y al retorno absoluto a lo orgánico
(que se considera como el estado de reposo absoluto), o sea a la desligazón
psíquica.
- Las pulsiones de vida (EROS)23 tienden, no sólo a conservar las unidades vitales
existentes, sino también a constituir a partir de éstas unidades más amplias, o sea
a la ligazón psíquica.
22
Tánatos: Palabra griega (la muerte) utilizada en ocasiones para designar la muerte. El término no se
encuentra en los escritos freudianos, pero según Jones, lo utilizó en la conversación. (Laplanche, 2006,425)
23
Eros: término con el que los griegos designaban el amor y el dios del amor. Freud lo utiliza en su última
teoría para designar las pulsiones de vida. La libido designa la energía de las pulsiones sexuales, pero también
es utilizada por Freud para nombrar la energía de Eros. (Laplanche y Pontalis,2006,121 y 122)
71
Freud no habla de imagen del cuerpo, pero si de un Yo-cuerpo. “El yo es sobre
todo una esencia-cuerpo; no es sólo una esencia-superficie, sino, él mismo, la proyección
de una superficie.” (1923)
A diferencia de Lacan, Freud jerarquiza el papel de las sensaciones y percepciones
corporales en la constitución del Yo.
Más adelante en su obra, Freud (1920), propone que este narcisismo yoico es
secundario, designando como narcisismo primario un estado anobjetal, cuyo prototipo es
la situación prenatal. Este concepto ha tenido una adhesión limitada en los autores
postfreudianos, por resultar confuso.
24
El término autoerotismo es utilizado aquí por Freud dado que la pulsión sexual no está dirigida a otra
persona sino que se satisface en el cuerpo propio.
Chemama y Vandermerch ( puntualiza que hoy, a partir de la tesis lacaniana del estadio del espejo, se puede
discernir el concepto de autoerotismo del de narcisismo: mientras que el narcisismo envuelve al cuerpo en su
totalidad, el autoerotismo concierne a partes del cuerpo o mejor aún, a los bordes de los orificios corporales
investidos por la libido. (2010,60)
72
“El narcisismo originario genera confusiones, pues Freud lo nombra primario
respecto a la ausencia de relación de objeto o la inexistencia del otro que
caracteriza al recién nacido. Sin embargo, se puede pensar que más que un
estado constitucional que no considera al otro, el narcisismo es un efecto, una
plataforma psíquica que se edifica y depende de la presencia materna. Esto para
decir que el narcisismo puede entenderse como una base requerida desde la que
se constituye el psiquismo…Se puede entender al narcisismo primordial como una
libidinización original…”(p.70)
Con el concepto del estadio del espejo, Lacan realiza un aporte imprescindible
para entender la relación entre los procesos de constitución del yo y de una imagen
unificada del cuerpo.
Laplanche y Pontalis (1996,148) señalan que la expresión “fase” como “período que
vuelve” sería más indicada que el término “estadio” como “etapa de una maduración
psicobiológica”. El propio Lacan lo indica en 1957. No obstante el término estadio es el
más difundido y utilizado.
Refiere a la etapa del niño desde aproximadamente los 6 meses hasta los 18 meses.
73
fragmentado, cuyos vestigios aparecen tanto en la configuración de ciertos sueños como
en los procesos de destrucción psicótica.
Esta actividad conserva para nosotros hasta la edad de dieciocho meses el sentido
que le damos.” ( Lacan J.,1949)
“El estadio del espejo se edifica sobre un cuerpo ya erógeno” (Paganini A.,2011)25
La anticipación de la unidad corporal no se trata de un momento mágico sino el efecto de
un proceso que se ha ido gestando.
“La inserción de la relación especular depende de cómo el sujeto se haya constituído en
el lugar del otro…Esta identificación compromete al cuerpo, permite que el cuerpo se
constituya; es una incorporación, introducción del significante en el organismo” (Fliman V.,
2011)26
25
Apuntes de clase Curso: “Clínica Psicoanalítica”,2011
26
Apuntes de clase Curso: “Fundamentos lacanianos”, 2011
74
Es claro entonces, que para el autor, el Yo, no es fruto de un sistema de percepciones
corporales, sino de una operación psíquica: la identificación.
Dor (1986) asegura tomando a Lacan que “el estadio del espejo es una experiencia que
se organiza con anterioridad a la aparición del esquema corporal” (p.92)
Dor (1986) plantea que “La experiencia del niño durante la fase del espejo se
organiza en base a tres tiempos en el Estadio del espejo que marcan la conquista
progresiva de la imagen de su cuerpo” (p.91)
El niño ha percibido en forma completa a los otros, no a su propio cuerpo, cuyas partes
sólo son visualizadas en forma parcial. Comienza a partir de allí una exploración lúdica a través de
la cual va estableciendo una correspondencia entre las sensaciones propioceptivas (provenientes
del movimiento de su cuerpo) y las visuales.
75
“Este acto, en efecto, lejos de agotarse, como en el mono, en el control, una vez
adquirido, de la inanidad de la imagen, rebota en seguida en el niño en una serie
de gestos en los que experimenta lúdicamente la relación de los movimientos
asumidos de la imagen con su medio ambiente reflejado, y de ese complejo virtual
a la realidad que reproduce, o sea con su propio cuerpo y con las personas,
incluso con los objetos, que se encuentran junto a él.” (Lacan, 1949)
“Hay que dar toda su importancia a este gesto de la cabeza del niño quien, aún
después de haber sido cautivado, interesado por esos primeros esbozos de juego
que hace frente a su propia imagen, se da vuelta hacia el adulto que lo sostiene,
sin que pueda decirse sin duda lo que él espera de eso, si es del orden de un
acuerdo, de un testimonio. Pero le que queremos decir aquí, es que esta
referencia al otro, viene a desempeñar una función esencial…” (Lacan, 1961)
En general el adulto está al lado del niño y participa también de su júbilo. Contempla
extasiadamente del espectáculo pero también interviene a través del lenguaje, tocando y
nombrando las partes del niño, aproximándolas a la superficie del espejo para que contacten,
diferenciando “lo mío”, lo “tuyo”.
Recién en un tercer momento según Lacan, el niño se asegura de que sólo es una
imagen y descubre que es suya.
Remitiéndonos a la experiencia propia y tan común de ver niños en el espejo, queda claro
en los gestos del niño, que ahora el juego consiste ya en comprobar, reafirmar la correspondencia;
el gesto del niño ya no denota tanto la sorpresa sino el júbilo por el dominio del juego especular.
¿Qué espera el niño del adulto que está al lado? Espera un reconocimiento.
En general el adulto agrega la frase: “Eres tú” o “es…….(nombre del niño)” y un toque a su cuerpo.
76
“Al re-conocerse a través de esa imagen, el niño reúne la dispersión del cuerpo
fragmentado en una totalidad unificada que es la representación del cuerpo propio.
La imagen del cuerpo es, entonces, estructurante para la identidad del sujeto que
realiza en ella su identificación primordial.” (Dor,J.1986,92)
Esta distinción que se da en el niño a nivel psíquico, que aún es precaria, habilita
el proceso de separación.
“El estadio del espejo constituye la fase inicial de la evolución psíquica en la que el
niño se sustrae al registro de la relación dual con la madre…El esbozo de
subjetividad que se produce a través de la conquista de la identidad originaria
permite al niño iniciar su promoción subjetiva hacia el acceso a lo simbólico
gracias a lo cual pondrá fin a la relación especular imaginaria con la madre…Ese
acceso a lo simbólico es precisamente lo que organiza una recaída del sujeto en lo
imaginario que culmina con el advenimiento del Yo” (Dor,J.1986,140)
Coincidentemente, a partir del año de edad se dan dos conquistas importantes en el niño:
El inicio del lenguaje verbal, por el acceso a lo simbólico, que mediatiza la relación adulto-
niño.
77
4.3.7. Cuerpo de un sujeto deseante (J. Lacan)
• 1er tiempo del Edipo: Etapa fálica primitiva: “Ser o no ser el falo”.
Lacan enfatiza el análisis de la relación, no del niño con su madre, sino la relación
del niño con el deseo de la madre. Inicialmente, el niño busca satisfacer el deseo de ella,
se identifica con él e instala la demanda. El fruto de esta demanda lo va a ubicar o no
como satisfactor del deseo de la madre.
“Para agradar a la madre…..es necesario y suficiente con ser el falo” (Lacan, 1958)
El falo es para Lacan, un objeto imaginario, susceptible de satisfacer la falta del Otro; es
el objeto de deseo del Otro. Ser el falo imaginario de la madre es el elemento primario de
la construcción del narcisismo.
En el mundo está instaurada la primacía del falo. La madre en este período es llamada a
constituirse en madre fálica, omnipotente para el niño. Lacan cita a Freud:
“Por su parte, Freud nos dice que entre las faltas de objeto esenciales de la mujer esta
incluido el falo, y que ésto está íntimamente vinculado a su relación con el niño. Por
una simple razón, si la mujer encuentra en el niño una satisfacción, es precisamente en
la medida en que halla en él algo que calma, algo que satura, más o menos bien, su
necesidad de falo” (Lacan S4,1957).
La metáfora paterna obra en sí, en tanto que, ya, en el mundo la “primacía del falo
está instaurada por la existencia del símbolo del discurso y de la ley”. (Lacan,S5,1958)
Por lo tanto, según Lacan, la relación con la madre antes del Edipo no es diádica sino
triádica (madre-hijo-falo) El padre ingresa como cuarto en él. (Lacan,S4,1957)
2do tiempo del Edipo: Momento privativo, el padre interviene como privador de la
madre. La madre como deseante de otro, que no es el niño
La demanda del niño “es reenviado a un tribunal superior” y “lo que vuelve al niño es pura
y simplemente la ley del padre en tanto que ella es concebida imaginariamente por el
sujeto como privando a la madre” (Lacan,J.,1958)
78
Lo que desata al sujeto de su identificación, lo vuelve a atar a la primera aparición de la
ley. La madre es dependiente de un objeto que ya no es simplemente el objeto de su
deseo, sino un objeto que el otro tiene o no tiene.
“La noción de que a la madre le falta ese falo, que ella misma es deseante, no sólo de
algo distinto de él, sino simplemente deseante, es decir, que algo hace mella en su
potencia, será para el sujeto lo más decisivo.” (Lacan,S5,1958)
Esto posibilitará la representación de la madre como incompleta, carente, “castrada”.
El niño entra en la dimensión de la castración por la intrusión de la figura paterna.
Lacan destaca que lo esencial no es la relación de la madre con el padre si no a su
palabra. El mensaje de la madre deviene el mensaje del padre.
En esta etapa, el padre, si bien está menos velado que en la primera, aún no aparece
como completamente revelado. “Interviene aquí a titulo de mensaje para la madre, él,
tiene la palabra aquí y lo que dice, es una interdicción, es un "no" que se transmite aquí
en el nivel en el que el niño recibe el mensaje esperado de la madre. Es un mensaje
sobre un mensaje” (Lacan, S5,C11)
“El Nombre del padre” es la función simbólica que representa al padre como mediador y
transmisor de un código.
“es porque el objeto de deseo de la madre es cuestionado por la interdicción paterna, que
la interdicción paterna impide que el círculo se cierre completamente sobre él, a saber que
él devenga pura y simplemente objeto del deseo de la madre.” (Lacan,S5,1958)
79
“¿Cuál es la configuración especial de esta relación a la madre, al padre, y al falo,
que hace que el niño no acepte que la madre sea privada por el padre de algo que
es el objeto de su deseo, y en qué medida, en tal caso, es preciso puntuar que, en
correlación con esta relación, él, el niño, mantiene su identificación al falo?
En otra:
“en casos en los que el padre ama demasiado a la madre, en los que él aparece
por su amor demasiado dependiente de la madre, el resultado sea exactamente el
mismo, se encuentra de hecho en la misma posición de ser aquel a quien la madre
hace la ley.”
EN SUMA:
La constitución del cuerpo y del Yo como instancia psíquica tienen como elemento
fundante a la imagen corporal. La operación psíquica es la identificación con otro
semejante significativo, del cual paulatinamente el sujeto se va a separar, aunque siempre
la independencia va a ser relativa.
Algunos niños nunca llegan a poder identificarse con la imagen especular, porque la
condición para hacerlo es haber podido entablar un vínculo habilitante; vínculo que se
construye a partir de interacciones corporales libidinizantes.
Otros niños logran acceder a la operación de identificación, aunque con fallas, por lo que
tienen importantes problemas en el proceso de diferenciación, separación.
Como se retomará posteriormente en el trabajo, los síntomas psicomotores manifiestan
fallas en la constitución de la imagen del cuerpo.
80
4.4. Revisión bibliográfica acerca del concepto de trastorno/síntoma
psicomotor
81
El concepto de trastorno/síntoma psicomotor está en construcción. Es escasa la
bibliografía desde la Psicomotricidad que aborda el tema directamente.
Se aclara que la bibliografía consultada se refiere al síntoma psicomotor en la infancia.
Desde la Psicomotricidad, es posible designar a J. de Ajuriaguerra y Jean Bergés
(psicomotricista y psicoanalista francés, lacaniano) como principales referentes teóricos.
Otro sigue siendo Bernard Aucouturier (psicomotricista francés de inspiración
Winnicottiana). Más próximos en el espacio y el tiempo, se encuentran colegas nacionales
y extranjeros, con los cuales se comparten un camino de búsqueda hacia la construcción
teórico-práctica de la especificidad en el campo de la Psicomotricidad clínica.
- Los trastornos psicomotores no responden a una lesión central como origen de los
síndromes neurológicos clásicos.
- Son más o menos automáticos, motivados, sentidos o deseados
- Van unidos a los afectos, pero también en relación con lo somático para fluir a
través de una conducta final común, y por ésto no poseen las características
propias de la perturbación de un sistema concreto
- Son persistentes o lábiles en su forma, pero variables en su expresión. En un
mismo individuo estarán estrechamente ligados a aferencias y situaciones.
- Suelen expresarse en forma caricaturesca y conservan caracteres primitivos.
El autor expone que el término síntoma psicomotor se impone sobre el de trastorno, “en
un terreno en el que la perturbación comprobada es, con frecuencia, sólo la traducción (de
82
predominio corporal) del malestar experimentado por el individuo para vivir, realizarse y
comunicarse.” (1995, prólogo).
“Se trata en cambio de un síntoma que tenga en cuenta que el inconsciente existe”
Queda claro que Bergés insiste en la naturaleza relacional del síntoma psicomotor: se
trata de una particular puesta en juego de la función motriz en dependencia de la
presencia del otro, su mirada y su voz.
83
Se desprende la necesidad de conocer en profundidad el proceso de constructividad
corporal enmarcado dentro del proceso de constitución subjetiva.
“El niño no nace ya con un síntoma psicomotor instaurado. Este se crea con
relación al deseo y la demanda del Otro”. (Levin E. 1991,267)
“La alteración psicomotriz es una alteración del movimiento en sus relaciones con
la afectividad y con las funciones cognitivas, donde el conflicto se dice a través de
la realización y/o de la expresión motriz. Encontramos en nuestra clínica que los
trastornos psicomotores y los trastornos afectivos están estrechamente
intrincados, en un movimiento de retroalimentación mutuo, razón por la cual los
llamamos psicomotores.” (Ravera C. y Steinek C.2001,26)
28
Psicomotricista uruguaya. Directora actual de la Licenciatura de Psicomotricidad en Instituto universitario
CEDIIAP
84
- Un decir corporal del sujeto que contiene una dimensión inconsciente
85
5. CONTRIBUCIONES DEL PSICOANÁLISIS EN LA COMPRENSIÓN DE LA
PROBLEMÁTICA PSICOMOTORA EN LA INFANCIA. POSICIONAMIENTO DEL
PSICOMOTRICISTA EN CLÍNICA INFANTIL.
86
Habrían otros caminos para encontrar sentidos en el síntoma psicomotor, otras
formas de mirar la escena clínica; por ejemplo, desde el paradigma neuropsicológico. Y
hasta puede considerarse una mirada complementaria. Pero en esta oportunidad, se
intenta profundizar en una mirada, que es la que incluye el Psicoanálisis.
El recorrido del análisis que se propone en este trabajo implica desplegar estos
conflictos teóricos y seleccionar contribuciones útiles para pensar el síntoma psicomotor y
su repercusión en la Clínica Psicomotriz Infantil.
87
5.2. Concepciones psicoanalíticas sobre el síntoma psíquico y su
contribución a la comprensión del síntoma psicomotor.
¿Los trastornos psicomotores son una neurosis o son otra cosa” (Bergés J. 1988)
1. “Una represión primordial, una primera fase de la represión que consiste en que a
la agencia representante psíquica (agencia representante-representación) de la
pulsión se le deniega la admisión en lo consciente. Así se establece una fijación; a
partir de ese momento la agencia representante en cuestión persiste inmutable y la
pulsión sigue ligada a ella...” (Freud,1915)
88
Laplanche y Pontalis (2007) denominan al primer tiempo “represión originaria”,
pues lo consideran una mejor traducción del alemán. Se crea un primer núcleo
inconsciente que funciona como un polo de atracción.
Y agregan un 3er. tiempo de la represión freudiana:
89
Dor J. (1986) señala la originalidad de Lacan al concebir que “el Inconsciente se
estructura como un lenguaje”, a la que arriba utilizando conceptos del estructuralismo y la
lingüística de F. de Saussure.
Lacan se apoya en el método de análisis freudiano de los sueños a través de la
asociación libre, que articula la práctica psicoanalítica con la práctica del lenguaje; es en
la palabra que el inconsciente encuentra su articulación esencial. Lacan, en su “retorno a
Freud” vuelve a situar en el primer plano del campo psicoanalítico la dimensión de esa
palabra.
El análisis de las verbalizaciones del paciente y el trabajo asociativo del analista, le
permiten a Freud llegar a la conclusión de que hay una diferencia entre el contenido
latente y el manifiesto del sueño. En el sueño como en otras manifestaciones del
Inconsciente, aparece un discurso disfrazado, encubierto y condensado. En Freud
aparece la intuición de que un discurso siempre dice mucho más de lo que pretende decir.
Lacan profundiza en esta relación entre el Inconsciente y el lenguaje, y llega a la
conclusión de la existencia de una analogía estructural entre la dinámica del inconsciente
y el funcionamiento de ciertos aspectos del lenguaje. Toma concepciones de Saussure y
de Jacobson con respecto a dos principios del lenguaje:
• la discriminación de los dos ejes del lenguaje utilizados para hablar: eje de
las selecciones, que permite elegir unidades lingüísticas y el eje de las
combinaciones, que las combina entre sí. En el discurso, se ponen en
juego operaciones metafóricas (eje de las selecciones) que presuponen
una posibilidad de sustitución por similitud y operaciones metonímicas (eje
de las combinaciones) que presuponen una combinación por contigüidad.
Lacan marca cómo el significante insiste, se repite en forma coercitiva en el discurso del
sujeto, se asocia en cadena con otros significantes.
El significante lacaniano se despega del concepto de la lingüística de imagen acústica,
“es a partir de su efecto de sentido, y sobre todo de papel que juegan en una
economía subjetiva, como los elementos del discurso pueden tener valor como
significantes”. (Chemama y Vandermersch,2010,527)
“El síntoma que dice algo de una manera indirecta e inaudible, puede ser
considerado como el significante de un significado inaccesible para el sujeto.”
(Chemama y Vandermersch, 2010,624)
29
Dor los explica distinguiendo: El mecanismo de condensación: puede hacerse por ejemplo por omisión,
incompletud en el contenido manifiesto con respecto al latente. O por fusión: elaboración de personas
colectivas o creación de neologismos.
A través del mecanismo de desplazamiento, se transfieren intensidades psíquicas de diferentes elementos.
91
¿Corresponde hablar de síntoma en el caso de la problemática psicomotriz
temprana, cuando la angustia no se metaboliza, no hay elaboración psíquica?
“Pero es una cosa considerar a los trastornos psicomotores como síntomas, o sea, como
un compromiso y es otra cosa determinar cuáles son los términos del contrato del
compromiso” (Bergés J., 1988)
¿Cómo se puede concebir ese compromiso? Más que entre sistemas psíquicos,
parece más claro el compromiso, la transacción inconsciente entre el sufrimiento psíquico
del sujeto en construcción y su modalidad de tramitarlo involucrando al cuerpo en su
funcionamiento psicomotor.
“Un movimiento se transforma en gesto en tanto y en cuanto haya otro que capte
en ese movimiento una significación.” (p.99)
92
cronificando este lugar esta posición que bloquea el desarrollo psicomotor de un
sujeto.” (p.146)
“El psicoanálisis considera el conflicto como constitutivo del ser humano y desde
diferentes puntos de vista: conflicto entre el deseo y la defensa, conflicto entre los
diferentes sistemas o instancias, conflictos entre las pulsiones, conflicto edípico, en
el que no solamente se enfrentan deseos contrarios, sino que éstos se enfrentan
con lo prohibido.” (Laplanche y Pontalis, 2007,77)
30
George Canguilhem: médico y filósofo francés, 1904-1991.
93
cuando señala que en el niño, cada nueva fase madurativa crea nuevas posibles
conflictivas y modos de hacer frente a los conflictos, pero también trae en cierto modo, la
posibilidad de modificar los conflictos anteriores. Agrega:
Remarca que las dificultades pueden estar desde la función del semejante a cargo de los
cuidados del niño en base a dos aspectos: a nivel de la libidinización del niño, como de la
función ligante.
Las vicisitudes en esta última, relacionadas con fallas (estructurales o circunstanciales) en
las constelaciones narcisísticas de la madre exponen al niño a un monto de excitación
que no puede ser descargada, ni ligada a través de investiduras colaterales y unificantes.
La fijación es el efecto de un sobreinvestimiento que no logra canales de derivación (a
través de estos investimientos colaterales que ligan y distribuyen la energía), dejando al
bebé sometido al traumatismo constante.
94
Bleichmar propone diferenciar trastorno de síntoma, éste - de acuerdo a la
concepción freudiana- en tanto formación del Inconsciente, producto transaccional entre
los sistemas psíquicos, y aquel como algo de otro orden, que no puede ser considerado
como tal en sentido estricto, pues el comercio entre los sistemas psíquicos aún no ha
operado. (Bleichmar S. 2002)
Para definir si una problemática es o no síntoma, va a referirse a las relaciones entre los
sistemas y la persistencia o no de los elementos pulsionales.
“Del orden del trastorno porque pone de relieve algo de lo pulsional, a lo cual hay
que renunciar en el proceso de construcción psíquica para dar parte a la
instauración de las instancias segundas, y eso está de algún modo aún activo, no
cancelado, de modo que la represión no se ha podido instaurar” (Bleichmar S.
2001,173)
“Un niño que tiene alteradas las relaciones témporo-espaciales, que posee una
rigidización motriz que dificulta el manejo del lápiz para la escritura –no
padeciendo, por otra parte ningún tipo de lesión orgánica-, no tiene “un síntoma
para el aprendizaje”, sino un trastorno en la constitución de su aparato psíquico
que se relaciona con una perturbación de la tópica psíquica, la cual da origen a las
relaciones témporo-espaciales que el yo instaura. Tiempo y espacio no son
95
categorías innatas, sino construcciones del espíritu como efecto de la
diferenciación que la instauración del yo –correlativa a la represión originaria-
funda tanto del inconsciente como del mundo exterior.” (Bleichmar S.2002,259)
Cuando habla de cuerpo en este texto, aclara que se refiere al cuerpo somático y no
representacional.
96
Por su parte, Rodulfo R. (2010) introduce la categoría del trastorno como manera
de trascender la hegemonía del orden binario: neurosis/psicosis, intentando abrir una
nueva problemática.
Cuestiona cómo a partir de M. Klein, lo arcaico quedó ligado a lo psicótico, enlazándose
también la ecuación narcisismo-psicótico.
Por eso Rodulfo especifica su dedicación a los trastornos narcisistas no psicóticos.
Plantea que dentro de éstos se despliega un abigarrado inventario de fenómenos, en una
escala que va desde lo sutil a la gravedad y dentro de las cuales incluye problemáticas
corporales como la torpeza.
En algunos casos se descarta la organicidad y en otros se esclarece cómo un
compromiso corporal temprano resulta en una exigencia de trabajo donde un niño
fácilmente se puede extraviar narcisísticamente.
Reconoce que esta problemática acarrea un problema nuevo para el Psicoanálisis.
Acostumbrado el Psicoanálisis a trabajar en el plano de la significación, el sentido
inconsciente de tal hecho, se encuentra con la situación en la que “es toda la función la
comprometida” (Rodulfo R. 2010,25). Por ejemplo, en la torpeza, se trata de una torpeza
que forma parte de él.
“el Psicoanálisis originariamente no se inventó para este tipo de pacientes.” (Rodulfo,R.
2010,24)
97
la especificidad de nuestra disciplina. A la vez fundamentar el posicionamiento del
Psicomotricista en Clínica Infantil, cuando se integran los aportes del Psicoanálisis.
Tal como se planteaba en la introducción, el Psicoanálisis se considera una teoría, una
ética, una manera de pensar el sujeto.
“De la concepción que tengamos del cuerpo de un sujeto devienen la ética, la intervención
y la posición en la que el terapeuta se ubica frente al paciente” (Levin E.,1991,68)
98
En cuanto a la singularidad de la producción sintomática, surge la pregunta:
¿Por qué un síntoma psicomotor?
Así como en las enfermedades psicosomáticas se piensa en una facilitación del órgano
(Bleichmar, 2001), ¿podría pensarse en el caso del síntoma psicomotor en una
vulnerabilidad constitucional, en una fragilidad del equipamiento motor? Este factor no se
descarta.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta a la tonicidad y la motricidad como recursos
tempranamente disponibles para recibir y responder medio, tal como lo afirman los
autores inspirados en H. Wallon.
J. Bergés (1996) plantea que la motricidad y la tonicidad se encuentran especialmente
implicados en el proceso armónico o disarmónico que se establece entre la madre y el
niño. Que se instale la fluctuación tónica depende de la calidad de la relación y la armonía
entre los ritmos biológicos del hambre, del sueño, y la respuesta a esos ritmos.
J. de Ajurieguerra (2000) nombra diálogo tónico, al acuerdo instalado entre los ritmos de
la madre y el niño.
L. González (2009) define a la primera fase de la constructividad corporal, como fase del
cuerpo tónico.
Todos aluden a la capacidad temprana de sentir el cuerpo del otro como suyo, de recibir
los ritmos del exterior o rechazarlos; el papel de la motricidad como una manera de
expresar la necesidad y llamar al otro.
En el texto “El cuerpo y la mirada del otro” (1996), Bergés se refiere a imitaciones
precoces en el lactante (boca, lengua, Wallon estudia estas imitaciones en la postura), a
la capacidad en las primeras semanas de vida de coordinaciones visuo-auditivas (el niño
anticipa por la visión un dato sensorial de origen auditivo) y posteriormente en el estadio
del espejo, la identificación del niño con la imagen del otro, lo que muestra la capacidad
de sentir el cuerpo del otro como suyo, de alienarse. Como receptáculo, el cuerpo recibe
los ritmos del exterior. Destaca el papel del eje axial.
99
Más tarde, aún cuando el sujeto construye otros recursos para relacionarse con el
ambiente, esa estructura tónica se reedita permanentemente como una matriz relacional.
“Lo que podemos llamar resistencia en terapia psicomotriz, se encuentra toda por
el lado del cuerpo del terapeuta y en primer lugar se ubica en la noción que él
tendría algo para expresar, es en la medida en que es competente para recibir,
que el cuerpo del terapeuta es terapéutico.” (Bergés,J. 1988)
31
Apuntes de clase del curso “Clínica Psicoanalítica”, año 2012, UDP.
100
Acompañamos a los niños y padres en la construcción de algo nuevo, sin apropiarnos de
su proceso, somos testigos de él. Se les ofrece un espacio para pensar, preguntarse,
reflexionar, volver a pensar desde otro lugar. No hay una meta prefijada para llegar, no se
sabe de antemano. En ese empoderamiento, reapropiación del saber, pensar y hacer
está el sujeto deseante.
“La persona que hizo esa demanda de análisis, cuando comienza el trabajo, es ella quien
trabaja, para nada deben considerarla como alguien a quienes ustedes deben moldear”.
(Lacan, 1975. Conferencia sobre el síntoma en Ginebra)
¿El organismo puro existe? Ante esta pregunta, el propio pensamiento se dirige
hacia dos situaciones: la del embrión humano y a la del ser humano en estado vegetativo
por muerte cerebral.
Al detenerse en la primera, se evoca la voz de numerosos autores que desde el
Psicoanálisis plantean cómo el cuerpo del niño es hablado antes de nacer, se construye
en la fantasías, deseos de los padres; en él se proyecta la historia familiar.
Ya antes del nacimiento es posible considerar un cuerpo, como organismo atravesado por
el deseo y el lenguaje (que introduce el campo de lo simbólico, de la cultura).
Por otro lado, ¿Es posible explicar todo lo que le pasa al sujeto por la dialéctica del
deseo? Es imposible ignorar el equipamiento biológico, en el que confluyen el bagaje
101
genético, lo biológico adquirido como las enfermedades, lesiones, pero también las
experiencias y aprendizajes que se inscriben en el organismo gracias a la plasticidad
neuronal.
Se parte de una concepción del cuerpo como integración psicosomática,
denunciando el lazo entre lo biológico y lo psíquico, la confluencia entre factores
genéticos y ambientales.
102
D. Calmels (1997), tomando a Bergés, sugiere analizar qué tipo de localización
posee el síntoma, recorriendo 4 planos: órgano-función-funcionamiento-funcionalidad.
Mientras que el órgano y la función son de incumbencia médica, kinesiológica, el
funcionamiento y la funcionalidad son de incumbencia de la Psicomotricidad.
Parece sensato para la disciplina, no dejar de lado la pregunta sobre las dos primeras,
que se canaliza a través del ámbito interdisciplinario.
En esta concepción está implícita la noción de plasticidad cerebral, entendida ella como la
capacidad de cambio del sistema nervioso, por efecto de experiencias, modificando el
programa genético. (Tersaghi M.,2013).
32
Psicomotricista uruguaya. Directora actual de la Licenciatura de Psicomotricidad en Instituto universitario
CEDIIAP
103
El psicomotricista en terapia psicomotriz, analiza cómo el disfuncionamiento está
afectando los procesos de aprendizaje, socialización o autonomía y en función de la
necesidad y la oportunidad se construye la intervención:
“Así pues, no deberemos atacar los síntomas como tales: en ese caso sólo
conseguiríamos fijarlos. Es preciso modificar el conjunto en el que el síntoma está
inmerso. Hasta cierto punto, el modo de escribir del niño traduce “su modo de ser”.
(de Ajuriaguerra, 1984,6)
- El reposicionamiento real y simbólico del cuerpo del niño por él mismo y por los
referentes afectivos adultos:
- Ubicación del niño en el lugar de “poder hacer”, “saber hacer con su cuerpo”
- Aseguración del niño en las posibilidades del cuerpo y que sus dificultades no
constituyan un obstáculo para relacionarse, hacer creativamente, aprender.
El objetivo:
104
Retomando a Bergés, la mirada del psicomotricista va dirigida especialmente al
funcionamiento de la función motriz, su realización en presencia del otro.
105
deberá ser aligerada a través de descargas motrices. También se acompaña con
sensaciones provenientes de la respiración y aceleración del ritmo cardíaco.
“La situación de peligro es la situación de desvalimiento discernida, recordada, esperada.”
(Freud, 1925)
El peligro va a depender del momento de la vida; las situaciones de peligro van
sucediendo:
Angustia del nacimiento. Separación del objeto madre, sin consciencia de ello.
Peligro: aumento de tensión de la necesidad.
Angustia del lactante: Con consciencia de la separación de la madre.
Peligro: ausencia del objeto proveedor de la satisfacción de la necesidad.
Angustia de castración. Etapa fálica.
Peligro: pérdida de los genitales, separación de la madre
Angustia de la consciencia moral, angustia social. Período de latencia.
Peligro: hostilidad del superyo.
Cada etapa del desarrollo se corresponde con una determinada condición de angustia,
que luego pierde significatividad.
Sobre las angustias tempranas (tal como se expresaba en el punto 3.2.2), Freud
sostiene que la perturbación económica es el núcleo genuino del peligro. El aparato
psíquico se rige por el principio de constancia, que tiende a mantener la cantidad de
excitación a un nivel tan bajo o por lo menos tan constante como sea posible. Para lo
cual, frente a los aumentos de tensión pone en acción los mecanismos de evitación,
descarga y defensa.
¿Cómo se defiende el yo incipiente del peligro de la intrusión (externa e interna) de
estímulos cargados de afectos displacenteros? Dice Freud:
“No es difícil que el aparato psíquico, antes de la separación tajante entre yo y ello, antes
de la conformación de un superyó, ejerza métodos de defensa distintos de los que emplea
luego de alcanzados esos grados de organización.”
106
“Del estado de deseo se sigue directamente a una atracción hacia el objeto de deseo,
respectivamente su huella mnémica; de la vivencia de dolor resulta una repulsión, una
desinclinación a mantener investida la imagen mnémica hostil.” (Freud,1925)
A lo largo de este texto, tan rico como oscilante, Freud va a llegar a una última
conclusión: la angustia podría tratarse de una reacción frente a la pérdida y la separación.
“Sí hasta ahora la considerábamos una señal-afecto del peligro, nos parece que se trata
tan a menudo del peligro de la castración como de la reacción frente a una pérdida, una
separación”
“Para Lacan es la falta de la falta lo que angustia, el vacío es lo que hay que
preservar. (…) Quien angustia es el Otro que colma. La demanda del Otro
angustia. El deseo del Otro angustia, en tanto que el sujeto se convierte él mismo
en lo que colma al Otro, sin saber en qué lo atrae. Cada vez la angustia está del
lado del colmar” (Miller, J. 2007,525)
Sin embargo, Miller también trae como Lacan retoma la concepción freudiana según la
cual la verdadera situación inicial de angustia es la situación de insatisfacción. La llave de
todo el psiquismo es la insatisfacción; todo el desarrollo de la pérdida tiene como llave
inicial una perturbación económica, el crecimiento de la tensión de la necesidad.
107
- Retorno a un estado de no-integración (defensa: desintegración)
- Caer para siempre (defensa: autosostén)
- Pérdida de la relación psicosomática, falla de residencia (defensa:
despersonalización)
- Pérdida de sentido de lo real (defensa: explotación del narcisismo primario,
etc.)
- Pérdida de la capacidad para relacionarse con los objetos (Defensa: estados
autistas, relación exclusiva con los fenómenos del self).
Estas agonías son reconocidas como la materia prima específica de las angustias
psicóticas. (Winnicott D.,2002).
El autor distingue entre la “no integración” como estado inicial, (al que luego se
remiten momentos en el proceso de normalidad) y la “desintegración”, que a diferencia del
anterior resulta temible, pues se trata de “una defensa compleja que consiste en una
producción activa de caos como defensa contra la no integración en ausencia del yo
auxiliar materno, es decir, contra la angustia inconcebible o arcaica que resulta del
fracaso del sostén en la etapa de la dependencia absoluta”. (Winnicott, D.2002,80)
108
“La angustia se refiere a una opresión del cuerpo debida a tensiones tónicas excesivas
que limitan la expansión del placer y la constitución de la unidad” (p.39).
Según el autor, los niños con síntomas psicomotores manifiestan angustias arcaicas en
un grado imposible de asumir, por lo que no pueden asegurarse naturalmente (necesitan
ayuda terapéutica) a través de las acciones y el juego. Esas angustias arcaicas han sido
insuficientemente contenidas, no se han dado suficientes interacciones-transformaciones
con la madre que brindan una envoltura corporal, la cual favorece la constitución del
cuerpo como unidad de placer.
“El sufrimiento ocasionado por el déficit de integración psíquica al nivel más arcaico sólo
puede expresarse por el tono y de la motricidad.” (p.51). Nombra a la hipermotricidad, a la
pasividad y a la fijación emocional en actividades repetitivas como trastornos de la
expresividad motriz.
Aucouturier introduce el concepto de “fantasmas de acción” designando una
representación ilusoria de acción, a la que recurre el bebé alrededor del sexto mes, para
recuperar el objeto perdido y actuar imaginariamente sobre él obteniendo como resultado
la seguridad afectiva y el placer. Tienen un carácter pulsional. Están cargados de
insatisfacción porque nacen de la pérdida. Nombra fantasmas relacionados a las
siguientes acciones: penetrar, fusionar, incorporar, destruir, agredir, los fantasmas de
acción de apego y dominio, reunir, separar, agarrar, los de movilización del cuerpo en el
espacio como: despegar, caer, girar, oscilar, etc.
109
“Los juegos de aseguración profunda como los juegos de destrucción, de placer
sensomotor, de protegerse con una envoltura, de esconderse, de ser perseguido y
de identificación con el agresor, tienen la función específica de asegurar una y otra
vez al niño frente a la pérdida originaria de sí mismo y del “objeto madre.” (p.89)
Lacan presenta lo inconsciente como “lo que pertenece al interior del sujeto, pero
que no se realiza más que fuera, es decir, en ese lugar del Otro donde solamente puede
tomar su estatuto.” (1964, S11, “Análisis y verdad o el cierre del inconsciente”)
111
Estas oposiciones son retomadas por Lacan al analizar la atención flotante del
analista, ya planteada por Freud, quien la ubica como correlato a la asociación libre del
paciente.
Dor, apela a Lacan y señala: “como el inconsciente sale a la luz en el discurso del sujeto
por medio de la enunciación, la atención flotante resulta flotante sobre todo a nivel del
enunciado y de su sujeto. La agudeza de la escucha, en cambio deberá aplicarse al
registro del decir.”(Dor J.1986,p.137)
A nivel del discurso verbal, nos interrogaremos también sobre lo que no se dice, lo
que se repite, lo que se contradice y en qué momento se dice. Lo relacionaremos con la
historia familiar y con el discurso que portan otros, especialmente el niño, pero también la
Institución escolar, los otros profesionales que trabajan con el niño.
La atención flotante del terapeuta en Psicomotricidad representa esa escucha y mirada
que recibe el discurso a nivel verbal y no verbal de los padres interrogándose sobre su
significación más profunda.
La interpretación psicoanalítica constituye la especificidad del psicoanalista.
112
El psicomotricista se interroga sobre el sentido de lo que le pasa al niño,
construye hipótesis de sentido (continuamente cuestionadas, no acabadas) y para ello:
- Historiza el síntoma psicomotor: se pregunta acerca de cómo el síntoma
psicomotor se fue construyendo a través de la historia del niño.
- Contextualiza el síntoma psicomotor, preguntándose cómo el niño y las personas
que se relacionan con él, se ubican con respecto al síntoma: ¿Cómo lo viven
cotidianamente?, ¿Qué discurso portan sobre él?, ¿Qué sentido le atribuyen?,
¿Cómo se involucran con respecto a él?, ¿Cuál es el contexto socio-cultural donde
está inmerso el niño?
Sin embargo, hay algo de lo enigmático que nunca va a ser revelado, por lo que se
apela a la capacidad de incertidumbre del terapeuta.
“Lacan, por su parte, comienza por decir en 1958 que el síntoma va en el sentido de un
deseo de reconocimiento, pero este deseo permanece excluído, reprimido.” (Chemama y
Vandermersch, 2010,638)
113
El énfasis en la dimensión relacional del síntoma psicomotor tiene dos implicancias
terapéuticas:
114
5.3.5.1. La transferencia en la intervención con el niño en terapia
psicomotriz
115
El terapeuta en Psicomotricidad va a permitir en primer lugar que se despliegue
esa modalidad particular de funcionamiento psicomotriz, instalándose el campo de la
transferencia. Se requiere un tiempo en la relación terapéutica y un vínculo de confianza
para que el niño se muestre tal cual es. De esto se trata cuando vemos significativas
diferencias entre la actitud y conducta del niño durante el proceso diagnóstico y cuando ya
transcurre una primera etapa del tratamiento.
33
Definiciones del diccionario de la Real Academia Española:
Análisis: “Separación de las partes de un todo para llegar a conocer sus principios o elementos.”
Interpretar: “Explicar el sentido de una cosa”
116
Para el primer nivel de análisis de la transferencia (aspectos tónico-emocionales),
son imprescindibles los aportes de H. Wallon.
117
Entonces, cuando nos referimos a un análisis psicomotor a nivel tónico-emocional,
¿a qué nos referimos? Se trata de un ejercicio especialmente de la mirada, integrada a la
escucha terapéutica y dirigida a las manifestaciones del cuerpo: gestos, movimientos y
praxias.
Estas producciones del cuerpo tienen como lo plantea Wallon, al tono como telón de
fondo y su consecuente dialéctica con las emociones. Las variaciones emocionales
inscriptas en lo tónico-postural donde emerge la gestualidad, y reflejadas en el
funcionamiento vegetativo, brindan señales de cómo está el otro en su cuerpo.
No obstante, se puede considerar que los aspectos expresivos del cuerpo del
terapeuta reciben al niño. Desde la posición de terapeuta en Psicomotricidad cobra
relevancia:
El discurso corporal del psicomotricista: los aspectos tónico-emocionales que serán la
plataforma desde donde se construye la actitud postural, movilidad, gestualidad, voz,
silencio, proximidad-distancia, respuesta-abstinencia, etc.
El lenguaje verbal, puesto que no puede limitarse la intervención a la experiencia corporal.
“sólo tengo acceso al cuerpo porque se habla de él” dice Bergés (1988,6)
El lenguaje verbal acompaña los procesos que se fundan en la experiencia corporal
relacional, poniendo oportunamente en palabras lo que es sentido y lo que es actuado
corporalmente.
“En una Terapia Psicomotriz se instalan preguntas sobre el cuerpo y sobre lo que
este cuerpo produce en transferencia con el terapeuta y los objetos en un espacio
118
y un tiempo dado; se trata de participar, ser testigo de la experiencia creativa del
niño que desea y hace” (González L. 2005,25)
L. González (2005) destaca los otros elementos que se incluyen en la escena terapéutica
además del adulto:
119
camino, allí en el pasaje entre ser el falo que completa a la madre y el no serlo”
Levin E., 1991,139 y 140)
120
Los padres reubican el lugar del saber en los profesionales. La disposición de los padres
de traer la vida cotidiana al espacio terapéutico, requiere el establecimiento de un vínculo
de confianza con el terapeuta. Se instala el campo de la transferencia y el terapeuta es
ubicado en el lugar de sujeto supuesto saber.
“Cada vez que esta función (se refiere a la de sujeto supuesto saber) puede ser
encarnada, para cada sujeto, en alguien, quienquiera que sea, analista o no,
resulta, de la definición que acabo de darles, resulta, digo, que la transferencia
desde ese momento ya está fundada.” Lacan, J. (1964)
Es necesario que los padres sientan que saben (aunque no todo) sobre su hijo y
que ese saber sea respetado por los distintos profesionales consultados.
¿Cómo manejar la necesidad-deseo del profesional de saber de la historia del paciente,
respetando el proceso de establecimiento de un vínculo de confianza, y la necesidad-
deseo de los padres de decir y decirse?
Una posición ética del terapeuta en Psicomotridad supone no alojarse en ese lugar de
saber absoluto; de otro modo, la intervención se limita a la sugestión.
La verdad sobre el sujeto es inaccesible para él, para sus padres y para el profesional. El
saber teórico y la experiencia clínica son interrogados a la luz de la singularidad del
sujeto, de la familia, de su contexto y de su historia.
121
hasta un cierto punto, el mantenimiento intacto en él de ese sujeto supuesto saber
a pesar de que de ese sujeto él conoce por experiencia la deposición y la
exclusión, y lo que de ello resulta del lado del psicoanalista?
122
Es sumamente beneficioso en algunos casos (especialmente en el de niños
pequeños o niños con problemáticas muy severas) el abordaje conjunto del niño con sus
padres. En esta estrategia de trabajo, los padres se integran a la propuesta de juego en
sala de psicomotricidad. El rol del terapeuta apunta a favorecer el encuentro del niño con
sus padres a través del juego (que siempre compromete al cuerpo, según Winnicott); la
movilización tónico-emocional, el placer compartido y su repercusión en la expresividad
motriz tienen efectos transformadores en el vínculo. Se trata de un espacio-tiempo
privilegiado por el clima de contención afectiva, un reencontrarse con su propio cuerpo y
el cuerpo del hijo.
123
También Freud (1920) se plantea el caso de manifestaciones repetitivas que en
ningún caso podían relacionarse con la obtención de la satisfacción como es el caso de
imágenes recurrentes o pesadillas en traumatizados por accidente. Es entonces, cuando
propone la teoría de la neurosis traumática, como efecto de un estímulo exterior que
sobrepasa la barrera antiestímulo. Frente al fracaso de la ligazón y de la represión
(posibilidad de abstraerlo a la consciencia), hay un reintento por ligar a representaciones.
A partir de este análisis, se refiere a la existencia de excitaciones pulsionales intensas,
ahora estímulos internos, que por fallas en la ligazón psíquica, también tienen un efecto
traumático. El aparato anímico tiene la tarea de dominar o ligar la excitación, aún
independientemente al principio del placer. Por lo que el sujeto trae una y otra vez estas
impresiones traumáticas a la situación actual, en procura de ligazón psíquica.
Relaciona la compulsión de repetición a la pulsión de muerte, que tiene como final
cometido volver a un estado anterior a la vida, de inercia, de reposo.
El mismo principio del placer, expresión del principio de Nirvana (mantener a nivel mínimo
y constante la excitación en el aparato anímico), estaría al servicio de la pulsión de
muerte.
S. Bleichmar ((2002) apela a Freud, afirmando que lo que no logra ligarse está
destinado a la compulsión de repetición, insistiendo bajo el modo de pulsión de muerte.
Se pone en riesgo la represión originaria; fallas en ésta determinarán que la pulsión no
pueda ser tramitada psíquicamente a través de destinos como la represión y la
sublimación.
De esto se trata la fijación en el inconsciente: el posicionamiento definitivo de las
representaciones (de carácter atemporal) en el inconsciente, ajenas al sujeto.
Fácilmente se diferencia una repetición por placer y una repetición por fijación.
En el caso primero, el niño tenderá a prolongar, evocar, repetir todas aquellas
experiencias placenteras en el juego. La expresividad motriz del niño refleja este placer: a
través de la vivacidad de la mirada, el despliegue de la gestualidad, la fluctuación tónica,
la participación de la voz y el lenguaje. Y la emoción compromete funciones orgánicas (ej.
aumento del ritmo respiratorio y cardíaco, etc).
Cuando no hay placer la gestualidad es estática, no hay fluctuación tónica significativa
(predominando la elevación o disminución del tono), no hay creatividad, y por lo general
no hay lenguaje.
124
El terapeuta en psicomotricidad:
- Capta lo que se repite con placer y lo que se repite compulsivamente sin placer.
125
5.3.7. El síntoma psicomotor, goce del sujeto en construcción y goce
del otro.
Otra situación clínica que puede pensarse en el mismo sentido, aunque sea
distinta la problemática :
Llama la atención aquel niño que se resiste al aprendizaje de hábitos de autonomía,
cuando no hay dificultades severas a nivel funcional. Hay una cuestión a nivel actitudinal,
de indisponibilidad afectiva para el aprendizaje práxico (frecuentemente falla la
automatización), aunque esto conlleva a una importante frustración, desvaloración de sus
posibilidades y restricción de su libertad de acción. En ocasiones afecta significativamente
su integración social.
“…el cuerpo no permite olvidar que es ante todo el sitio del goce.” (Clavreul, J. 1978,35)
126
Refiriéndose al síntoma psicomotor, dice E. Levín (1991): “En la estructura del
mismo hay compulsividad y goce. (…) el goce estará siempre del lado de la pulsión de
muerte” (p.243)
“La relación del niño con la madre, que es una relación de amor, abre la puerta a lo
que se llama habitualmente, a falta de saber articularlo, la relación indiferenciada
primordial. De hecho, ¿qué ocurre fundamentalmente en la primera etapa concreta
de la relación de amor, fondo sobre el cual tiene o no lugar la satisfacción del niño,
con la significación que comporta? Se trata de que el niño se incluya a sí mismo en
la relación como objeto de amor de la madre. Se trata de que se entere de esto, de
que aporta placer a la madre. Esta es una de las experiencias fundamentales del
niño, saber si su presencia gobierna, por poco que sea, la de la presencia que
necesita, si el mismo aporta la luz que hace que dicha presencia este ahí para
envolverle, si él le aporta una satisfacción de amor. En suma, ser amado, es
fundamental para el niño. (Lacan, S4 C13)
127
Si esto último sucede, lo trasmite al hijo en discontinuidades, ausencias, expresadas en
tensión corporal displacentera. La escucha de las necesidades del niño y la adaptación a
las mismas es interferida por los miedos de la madre y sus inhibiciones.
“El rechazo de la madre al niño puede relacionarse con poder ubicar a su hijo en un lugar
fálico” (Paganini, A. 2012)34
El niño deberá encontrar otros caminos alternativos, frente a la dificultad de la madre para
ligar el remanente excitatorio.
Es interesante la teorización del psicoanalista Víctor Guerra (s/f) quien inspirándose en D.
Winnicott, propone el concepto de “falso self motriz”. A través de esta organización
defensiva, el movimiento cumple el papel de asegurar la continuidad existencial del niño.
Por lo general, desde el inicio, la madre está muy atenta a lo que el niño muestra
como propio y lo va ubicando paulatinamente en la posición de sujeto, y a ella como
deseante de algo que ya no es el cuerpo del niño. Introduce las frustraciones iniciando el
camino de la separación.
34
Apuntes de clase, curso: “Fundamentos del sujeto, escrituras del objeto”.
128
“El síntoma psicomotor, entonces, se ubica de manera tal que está a la vista del
Otro, y allí el Otro goza mirando y manipulando este cuerpo. El otro goza en más
(…) el síntoma psicomotor se cronifica en este darse a ver para el goce del Otro y
el cuerpo real se torna “doblemente” presente. Presencia que obstaculiza su
desarrollo psicomotor” (Levin. E. 1991,139)
35
O sea encaminar su deseo a través de actividades que no apuntan manifiestamente hacia un fin sexual
(en sentido restringido) por ejemplo la creación artística, la investigación intelectual, (Laplanche y Pontalis,
2007, refiriéndose al concepto Freudiano de sublimación).
129
6. PROBLEMÁTICAS PSICOMOTORAS EN RELACIÓN A DISTINTOS MOMENTOS
DE LA ESTRUCTURACIÓN PSÍQUICA
“Javier, de 6 años, entra a la sala corriendo y recorre todo el espacio. Va hacia los
colchones y bloques de polyfon y los choca violentamente. Se da un efecto rebote y es
lanzado hacia el piso. Queda tendido e inmóvil. Un terapeuta se acerca rápidamente,
pero Javier ya está nuevamente en pie, retomando su desenfrenada carrera.
Los otros niños están esperando sentados en el espacio de encuentro.
La terapeuta lo va a buscar y acompaña a dicho espacio, pero Javier acelera
bruscamente y pasa junto a los otros niños como “avión razante”, choca su cuerpo
contra el cuerpo de ellos y el de los adultos. Cae en el medio de la ronda y queda
tendido, con los ojos cerrados y la lengua hacia afuera.
Durante la sesión, no le es posible crear un espacio de juego. Invade el espacio de los
otros, que manifiestan temor en su gestualidad cuando el niño se acerca.
La intervención del profesional va dirigida en las primeras sesiones especialmente a
cuidar de su seguridad y la de los otros niños, lo que se vuelve muy difícil porque
cuando el adulto se acerca, el niño se aleja rápidamente.
Sin embargo, en otras ocasiones, se aproxima aceleradamente al adulto que está en
posición sentada y se acurruca con brusquedad en su regazo. Intenta tocar zonas no
permitidas del cuerpo del adulto (senos).”
Viñeta clínica 2:
130
acude a él para garantizar la seguridad y acompañarlo nuevamente al lugar de
encuentro donde están los otros niños del grupo.
Al comenzar el momento de juego recorre con ritmo acelerado los distintos espacios y
materiales de la sala, deteniéndose en aquellos ocupados por los otros niños. Los
ocupa bruscamente, en ocasiones derriba construcciones de otros, mirando al adulto
con una sonrisa desafiante. En otras se suma al proyecto de otro par; es muy difícil
que inicie una actividad por sí mismo. Cuando se compromete en una actividad, llega
a apropiarse del espacio y crear, mostrando dificultad para escuchar, negociar, ceder.
Llama la atención que frente a la mínima frustración se desencadenan intensas crisis
de llanto, que interrumpe abruptamente con un rápido cambio de ánimo cuando
consigue lo que quiere. Se evidencian las dificultades para poner en palabras lo que le
sucede y lo que desea.
No presenta dificultades muy importantes en la coordinación dinámica general, pero la
impulsividad afecta la organización del movimiento.
En propuestas de expresividad grafoplástica, insiste en prolongar el momento de
juego, no se compromete en el dibujo o la construcción, no logra sostener la actividad
y la abandona. Sus producciones gráficas son muy descendidas a nivel instrumental y
representativo. Muestra desagrado hacia ellas. Exclama con enojo: “no me sale nada”.
Al finalizar la sesión, no quiere ponerse los zapatos y el abrigo, no los reconoce y pide
ayuda. Intenta repetitivamente que la madre lo venga a buscar escondiéndose en la
sala o corriendo por el espacio.”
- ¿Cuál es el contexto vital del niño? ¿Cómo vivencia su entorno (familia, escuela),
el síntoma que porta el niño?
131
El primer niño, Javier de 6 años, presenta una hiperlaxitud ligamentaria36 y un tono
muscular de base descendido. Vive con sus dos padres, es único hijo y su madre padece
depresión. La mamá se siente muy sola y siente que el niño la desborda. Hace pocos
años que viven en el país. El papá tiene muy escasa presencia en la casa, trabaja todo el
día. En la escuela se plantea una situación de importante desadaptación. La madre
presenta una actitud de resistencia importante hacia el tratamiento, le es difícil establecer
un vínculo de confianza con las terapeutas. La evolución del niño en el tratamiento es muy
lenta. En algunas sesiones se dan instancias de intervención y evolución en el niño que
tienen un efecto efímero, poco sostenido.
Mateo vive con sus dos padres y una hermana adolescente. La madre es
sumamente sobreprotectora, el niño es “el bebé” de la casa. El papá trabaja todo el día,
ve muy poco al niño y cuando llega le es difícil ponerle los límites. La mamá se queja de
que el niño no acepta los límites, pero es consciente de la relación con la crianza.
Rápidamente puede incorporar cambios que redundan en la evolución del niño. Muestra
importante compromiso con el tratamiento. En la escuela, el niño se integra socialmente a
pares, se muestra muy disperso y sus producciones corresponden a un niño de menor
edad.
La evolución en pocos meses de tratamiento es significativa.
Se suman interrogantes:
¿Estaremos realmente frente a la presencia de un disfuncionamiento a nivel de los
neurotrasmisores?
¿Alcanza esa hipótesis para encontrar un sentido de lo que le pasa al niño?
¿Cuánto ha empañado el factor somático (hiperlaxitud ligamentaria y tono muscular de
base descendido), la calidad de las experiencias del cuerpo en relación, en el caso de
Javier?
36
Flexibilidad excesiva en tendones y ligamentos, que lleva a una hipermovilidad de las articulaciones.
132
Teniendo el mismo diagnóstico clínico, el discurso corporal de ambos niños es
muy diferente. Es claro que el primer niño presenta una problemática mucho más
preocupante que el segundo.
Lacan se refiere a momentos dentro del estadio del espejo (tratados en punto
3.3.6) desde la identificación alienante a la distinción de la propia imagen virtual con
respecto a la del otro; Si bien se ha aclarado que Lacan no se refiere a un tiempo
cronológico, sino a un tiempo lógico de la constitución subjetiva.
133
Algunos niños nunca llegan a poder identificarse con la imagen especular. Por
una multiplicidad de factores, no se entabla un vínculo habilitante, un espejo posible con
el cual identificarse y avanzar en los procesos de subjetivación. No acceden a una imagen
corporal unificada, por lo que tampoco pueden constituir un yo. Se ubican en esta
situación, niños con autismo severo.
En otros niños, fallas en el proceso de constitución de la imagen corporal, se
corresponden con un Yo muy frágil. En este espectro, ubicamos a los niños con síntomas
psicomotores. Se habla de espectro, porque la profundidad e intensidad de la
problemática es singular para cada caso en particular, por la multiplicidad de factores que
intervienen.
Los niños con síntomas psicomotores logran acceder a la fase identificatoria, pero luego
presentan dificultades en la separación (Levin E.1991).
Es claro que no se ubican en la psicosis y cabría preguntar si se ubican en la neurosis.
Algunos de ellos es probable que si. Otros tal vez estarían mejor ubicados formando parte
de cuadros fronterizos, borderline.
El panorama planteado por los niños de las dos viñetas clínicas, podrían ser
ilustrativos de dos grandes grupos de situaciones clínicas que se distinguen en la clínica,
aunque cada caso es particular y único. No se puede establecer una asociación entre
134
cada una de ellas y cierta intensidad comparativa de la problemática (consideraciones de
levedad o severidad) porque todo depende de la intensidad y variedad de los factores que
intervienen, como lo tramita el niño en las sucesivas etapas de la evolución y cómo va
respondiendo el ambiente.
Es importante no dejar de considerar la incidencia de los aspectos somáticos, como
formando parte de la estructura biológica innata del niño y los aspectos somáticos
adquiridos, de causa ambiental.
37
Chemama y Vandermersch (2010) acuerdan con Laznik-Penot, la designación de cuerpo propio como la
preimagen del cuerpo, anterior a la imagen totalizadora, “creada por la conjunción del cuerpo orgánico del
niño y de la mirada de los padres sobre él, mirada anticipadora, idealizada, objeto de amor, y de investidura
libidinal”(p.112)
135
etapa de gran vulnerabilidad -necesidad de omnipotencia e ilusión según Winnicott- queda
inscripto corporalmente en un mal-estar que se reedita en sus futuras relaciones.
Los síntomas psicomotores tempranos tienen como base una alteración en la fluctuación
tónica, quedando fijados a uno u otro polo (hipotonía o hipertonía). Son difíciles para el
niño las transiciones, las transformaciones, el entrar y el salir, acercarse y alejarse,
empezar y terminar.
A su vez, por fallas en el encuentro, el niño queda prendido del otro materno,
complejizándose el proceso de separación.
Por lo que se conoce de las entrevistas, la madre de Javier (primer viñeta clínica),
presenta signos de depresión. Ha sufrido el desarraigo y alejamiento de su familia, al
pasar a vivir a otro país. Es inevitable pensar en cómo esta situación anímica de la madre
ha afectado su disponibilidad para el vínculo con su hijo. Sería muy interesante indagar en
cómo se establecieron los ritmos primarios del bebé.
136
- Inestabilidad postural: dificultad para mantener posturas por un tiempo
determinado.
- Fijaciones posturales: tendencia marcada a permanecer en ciertas posturas,
evitando claramente otras.
137
Resulta muy interesante el concepto “deseo de no deseo” de Piera Aulagnier 38
(1975). Según la autora, la actividad psíquica en el proceso originario39, tiene su sustento
en una regulación energética del cuerpo. Toda ruptura de este estado, se presenta como
una “experiencia inconocible (x), de sufrimiento corporal. Informada la psique de ese
sufrimiento o su riesgo, responde con la única acción a su alcance: “la alucinación de una
modificación en la situación de encuentro que niegue su estado de falta” (…) Esta
reacción de la psique, revela Aulagnier “la presencia original de un rechazo de la vida en
beneficio de la búsqueda de un estado de quietud y de un estado de no deseo.”(p.41)
Continúa diciendo:
38
Piera Aulagnier: psiquiatra y psicoanalista francesa, de origen milanés (1923-1990)
39
En el período originario, según la autora, las representaciones se corresponden a vivencias de placer o displacer.
138
Por lo que vemos, los conceptos: “pictograma”, “imagen de la zona corporal” y “fondo
representativo” son presentados por la autora como formando parte de una analogía.
Singer opta por no tomar partido entre una y otra postura, lo que le interesa es
preguntarse sobre la fluctuación que va de una a la otra y ver la utilidad clínica.
Sostiene que las nosografías agrupan los fenómenos patológicos, y esto tiene su utilidad,
pero se homogenizan los fenómenos clínicos. Presenta a la clínica borderline como un
desafío y un enigma. Un enigma pues los límites entre organizaciones o estructuras
prevalentes o estables, estados o procesos críticos, subcuadros, están difusos e
indeterminados. Y ese enigma se debe preservar.
Agrega que en general hay consenso en ubicar la problemática del sujeto borderline en
experiencias tempranas de insatisfacción que afectan la constitución de los límites del
psiquismo y las funciones sintéticas del Yo.
139
Un trauma primordial no puede ser metabolizado por vías intrapsíquicas, la fragilidad del
yo lleva a un proceso de clivaje, desligazón, un funcionamiento psíquico de tipo
proyectivo. Está comprometido el proceso de simbolización.
El conflicto es exteriorizado bajo forma de actings, somatizaciones y relaciones de objeto
peculiares.
140
La gestualidad de Mateo es expresiva: la mirada vivaz se dirige alternativamente
hacia el adulto y sus pares, la sonrisa es frecuente. El movimiento muestra una intención
clara, al aproximarse directamente a los espacios ocupados por los otros niños. Puede
acceder al placer sensorio-motor. Se muestra demandante, transgresor, con dificultades
para escuchar y negociar.
- Dificultad del niño para encontrarse con su propio deseo, frecuentemente queda
adherido al deseo, a la iniciativa del otro. O dificultad del niño para frustrar su
deseo. Aunque sería interesante pensar si la expresión de deseo es tan clara y
auténtica como parece.
Dificultad (que no se justifica por la edad) para verbalizar lo que siente o desea.
141
Mateo no presenta dificultades tan importantes a nivel de la adaptación escolar e
integración social, pero si en su actitud y desenvolvimiento frente a los aprendizajes
escolares y las praxias cotidianas. Su inquietud es excesiva, son evidentes las dificultades
en la atención, coordinación manual, la representación gráfica y el proceso de autonomía.
40
Doltó (1986) plantea que la palabra castración en Psicoanálisis, da cuenta del proceso que se cumple en un
ser humano cuando otro ser humano le significa que el cumplimiento de su deseo, con la forma que él querría
darle, está prohibido por la ley. Esta significación pasa por el lenguaje, bien sea gestual, mímico o verbal.
142
La autora les atribuye “efectos humanizantes”, ya que el sujeto deseante se inicia
en la Ley, que no es sólo represiva sino que “lo promociona para la actuación en la
comunidad de los seres humanos” (1986,66)
D. Evans (2005) explica como Lacan, deja en claro que para elaborar su
concepción del orden simbólico, debe mucho a la obra antropológica de Claude Lévi-
143
Strauss. Recoge de él la idea de que el mundo social está estructurado según ciertas
leyes que regulan las relaciones de parentesco y el intercambio de presentes.
Tomada la palabra como forma básica de intercambio, en la teoría de Lacan, los
conceptos de “Ley y estructura” son impensables sin el lenguaje. “…lo simbólico es en
especial una dimensión lingüística.” (Evans D.2005,179).
Sin embargo, el autor aclara que Lacan no equipara sencillamente el orden simbólico con
el lenguaje, sino que el lenguaje además de la dimensión simbólica, también involucra la
imaginaria y real.
Lo simbólico es el reino de la Ley que regula el deseo en el complejo de Edipo, es el reino
de la cultura y lo característico son las relaciones triádicas (a diferencia de lo imaginario);
es el reino de la ausencia y de la falta.
De la lectura de Lacan (ver punto 3.3.7), se puede concluir que el niño desde un
principio está sujeto al orden simbólico, representado en el discurso de la madre, a través
del cual trasmite las leyes de la cultura. Es en relación a esto que Lacan se refiere a la ley
del padre41, como presente desde el principio. Está el niño, la madre y el falo quien
representa la falta, el objeto de deseo de la madre. Por algo la madre busca en el niño la
satisfacción, es porque le falta algo.
Como se planteaba en el punto 4.3.7., recién en el tercer tiempo del Edipo, es cuando el
padre se revela totalmente (antes permanecía velado) y actúa como prohibidor e
interdictor. Instaura su ley que sustituye la ley de la madre y permite que el niño pueda
separarse de ella y relanzar el deseo hacia los otros objetos sustitutivos, instalándose en
41
Recordemos: “El Nombre del padre” es la función simbólica que representa al padre como mediador y
transmisor de un código.
144
el campo de la cultura. En ese momento es cuando realmente se instaura cabalmente el
orden simbólico.
De eso se trata cuando se afirma desde la teoría lacaniana que el complejo de Edipo es
un momento fundante en la estructuración de la subjetividad.
145
7. REFLEXIONES. CONCLUSIONES
146
El gran aprendizaje una vez más es que lo humano se resiste siempre a la simplificación,
homogeneización y categorización. No hay otra manera de aproximarse al conocimiento
de lo humano si no es desde el paradigma de la complejidad (Edgar Morin,1986) que
rescata la diversidad y la singularidad. La teoría se concibe como una manera de ordenar
los saberes emergentes de la clínica, pero siempre es relativizada e interrogada.
De acuerdo con los distintos autores consultados, la motricidad del niño es llamada
a cumplir un papel muy importante en los procesos de estructuración psíquica. Es fuente
de sensaciones placenteras y/o displacenteras, experiencias corporales que irán
marcando un adentro y un afuera, diferenciando un Yo y un No-Yo. Es vehículo de
comunicación y descarga de excitaciones. Puede llegar a ser un recurso para el niño
deprivado y sustituir aunque fallidamente un sostén afectivo, pues otorga una vivencia de
continuidad existencial.
147
“…vuelvo a pensar sobre la función motriz y planteo si no debemos pensarla como
una función múltiple. Es decir en su faceta defensiva, en su faceta de albergue de
un precario sentimiento de existencia, una modalidad de investidura paradojal
similar al concepto de sufrimiento que propone Piera Aulagnier (1982), deseo de
desinvestidura, pulsión de muerte, pero a la vez parte de la vida, pero en su
dimensión doliente.” (Paganini A.,2012)
El niño da cuenta a través del movimiento (en su concepción amplia que abarca
desde la leve contracción tónica hasta el desplazamiento), de cómo va organizando su
cuerpo como construcción somatopsíquica y cómo va tramitando los avatares en dicho
proceso.
148
Otra inquietud que se mantuvo a lo largo del trabajo, paralela al esfuerzo por
integrar la Teoría Psicoanalítica, fue ir rescatando la especificidad de la Clínica
Psicomotriz y la coherencia de su discurso.
Tal vez el punto más controvertido, radique en la consideración de la transferencia.
Intentando definir una posición, se considera que la Intervención en Terapia Psicomotriz
pasa esencialmente por los aspectos relacionales entre el profesional y el paciente, por lo
que es necesario un análisis psicomotor de la transferencia en el trabajo con el niño y
destacar la importancia del trabajo con los padres.
Se procura ir más allá de lo observable, hay interrogaciones sobre el sentido de lo que se
observa, especialmente de lo que se observa repetitivamente, lo que insiste en el discurso
psicomotor del niño y de los padres. El psicomotricista realiza un análisis psicomotor de
las manifestaciones del cuerpo, a través de las cuales se actualiza la historia corporal del
niño, que es una historia relacional.
En cuanto a los padres, ellos también transfieren afectos sobre el terapeuta, portan una
modalidad particular de relacionarse corporalmente que ponen en juego en la relación con
el hijo. La alianza terapéutica que se establece entre los padres y el terapeuta im plica en
primer lugar el respeto y no juzgamiento sobre su “ser padres”, pues ellos también son
fruto de una historia, Por lo contrario, la intervención tiene como objetivo reasegurarlos en
su rol, potenciar sus fortalezas, ofrecer un espacio para que puedan pensar sobre la
crianza sin culpa, contenerlos en sus angustias y acompañarlos en un proceso de
redescubrimiento de sus propias posibilidades y las del hijo.
Como la intervención es a partir de este análisis, también puede ser considerada una
intervención de la transferencia.
149
cuerpo y una formación para recibir y captar (en términos de interrogante) el sentido de
las manifestaciones corporales de otro.
“La dificultad del pensamiento complejo es que debe afrontar lo entramado (el
juego infinito de inter-retroacciones), la solidaridad de los fenómenos entre sí, la
bruma, la incertidumbre, la contradicción. Pero nosotros podemos elaborar algunos
de los útiles conceptuales, algunos de los principios, para esa aventura, y
podemos entrever el aspecto del nuevo paradigma de complejidad que debiera
emerger.” (Morin, E.1986,4)
150
8. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ansermet, Francois y Magistretti Pierre (1era. Edición 2006 y tercera reimpresión 2010).
“A cada cual su cerebro. Plasticidad neuronal e inconsciente”. Katz editores. Buenos
Aires.
Bergés, Jean. (1989). “Los trastornos psicomotores del niño” en Lebovici S., Diatkine R. y
Soulé M. “Tratado de Psiquiatría del niño y del adolescente” (p.63) de Editorial biblioteca
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158
9. ANEXOS
Más allá de las dificultades de aislar a los síntomas psicomotores como entidades
clínicas, un intento de ordenamiento más que de clasificación es válido y necesario.
Aporta elementos organizadores en la intervención clínica con el niño y su familia, y
facilita el diálogo interdisciplinario. Siempre teniendo en cuenta que cada sujeto desborda
este ordenamiento, por lo que hay que evitar partir de esquemas rígidos y cerrados.
• la inhibición psicomotora
• La disgrafía
Varios autores, entre ellos J. Bergés (1989), considera los tics como perturbaciones
psicomotoras. Marcelli y de Ajuriaguerra (2005) plantean que los tics se asocian
frecuentemente con la inestabilidad. Puede convertirse en una vía privilegiada de
descarga tensional.
V. da Fonseca (2000), designa a los tics y a la tartamudez como perturbaciones del
control tónico-emocional, y a la relajación como muy beneficiosa para su tratamiento.
159
Otros autores como Calmels (2003) y de Ajuriaguerra y Marcelli (2005) incluyen los
trastornos en la dominancia lateral.
42
La Clasificación francesa de los trastornos mentales del niño y el adolescente de 1990, no tiene una difusión
internacional, fue traducida al español en 1991 a solicitud de la Clínica Psiquiátrica de Niños y Adolescentes
de la Facultad de Medicina en el Centro Hospitalitario Pereira Rossell, dirigido en ese entonces por el Prof.
M. Cherro Aguerre.
43
En mayo de 2013 se ha publicado el DSM V, pero su traducción al español aún no está disponible.
160
otra tesis, podemos hacer una breve interrelación entre ambas nomenclaturas, sin intentar
equipararlas, pues provienen de distintos paradigmas epistemológicos, en cuanto a la
concepción de lo psicopatológico.
161
- La inestabilidad postural (caracterizada por actitudes de seducción corporal y/o
reacciones de prestancia descriptas por H. Wallon)
- La inestabilidad motriz propiamente dicha, que incluye agitación motriz.
La agitación motriz, a veces extrema, puede adoptar dos modos:
- Una inestabilidad en estados tensionales, en los que la agitación surge como una
irrupción en un contexto de hipercontrol y contención insoportable (paratonía,
bloqueos respiratorios, calambres). El cuerpo se constituye como muralla tónica.
- Una inestabilidad en estados de dehiscencia. La agitación surge como una
búsqueda incesante de límites, de fronteras. Predomina el bajo tono muscular.
Es muy difícil establecer con seguridad la etiología del síntoma. Los factores psico-
afectivos siempre están incidiendo; pueden constituirse en la causa original o
desencadenarse a partir de la incidencia de factores constitucionales del niño en la vida
de relación.
162
Es conveniente cuidar nuestro discurso frente a profesionales del equipo, docentes
y padres para que no se canalice aceleradamente el camino hacia el diagnóstico de
TDAH. Se toma consciencia de la preocupación general hacia el sobrediagnóstico y uso
abusivo de la medicación. Se comparte un discurso que se opone a la tendencia actual a
patologizar la infancia.
Es tal vez la sintomatología corporal que refleja un mayor contraste con respecto a
la imagen del niño sano, para quien el movimiento constituye el medio privilegiado de
expresión, relación y acción sobre el entorno. Por esta razón, debería ser la que despierta
una mayor sensibilización frente al sufrimiento infantil; Sin embargo, puede pasar
desapercibida, tardíamente derivada a la consulta, puesto que los contextos familiar y
163
escolar frecuentemente no lo ven como un problema, no causa disturbios como el niño
inestable o hiperactivo.
164
años, con intensidad poco frecuente, se acompaña con dificultades en el funcionamiento
social, y no forman parte de un trastorno de las emociones más generalizado. Los niños
presentan un temor persistente o recurrente, o un comportamiento de evitación ante los
extraños.
165
leves y moderadas, aunque hay autores que plantean la existencia por ejemplo, de
dispraxias psicógenas.
166
- Aproximarse al conocimiento de cómo las alteraciones están repercutiendo en la
vida cotidiana, a nivel relacional, en sus aprendizajes y autonomía.
Es importante destacar que a la consulta psicomotriz llegan niños que han llegado
a estructurar un síntoma psicomotor y otros que tienen un leve desfasaje a nivel del
desarrollo funcional que no han llegado a configurar realmente un problema para el niño y
su entorno. En el segundo caso, la iniciativa puede venir de la familia o de la escuela,
pero ello no ha constituido una preocupación generalizada que se proyecte a todo el
funcionar del niño y este no muestra una situación de padecimiento. En este caso, una
167
intervención psicomotriz representa un factor de protección, un factor de promoción de
salud, fortalecimiento del niño.
CFTMNA:
6.11: “Otros trastornos de las funciones instrumentales”, donde se incluye: “la torpeza
ligada a trastornos dispráxicos, es decir de la organización gestual en relación con una
perturbación mayor de la organización corporal y de la representación espacial.” También
se hace referencia a “Otros trastornos limitados de la organización perceptivo-motriz y de
la organización espacio-temporal”. (p.30)
CIE.10 (OMS):
DSM IV:
168
Rebollo A. (2003) define “la torpeza motriz como un síndrome en el que el niño
puede presentar manifestaciones motoras diversas que significan un rendimiento motor
inadecuado, en relación a la edad y a las circunstancias en las que el niño se
encuentra.”(p.157)
Plantea que no es una entidad clínica, sino que es un síndrome, pues no tiene
características sintomatológicas ni etiológicas que la definan.
Las manifestaciones en el niño y su etiología puede ser diversa; por lo que pueden
evolucionar de distinta manera.
169
- Se hace referencia a la torpeza motriz cuando sus indicadores son significativos, o
sea dan cuenta de un desfasaje importante con respecto al desempeño a nivel
motriz esperado para la edad del niño.
9.1.5. Disgrafía
170
- Una coordinación afinada de hemicuerpos, movimientos de manos y dedos
- Una organización espacio- temporal
- Una sutil regulación tónico-muscular
- Pero fundamentalmente es posible, si el sujeto siente el deseo de comunicarse
consigo mismo y con el otro, estando disponible para comprometerse
afectivamente en una tarea cuyo aprendizaje es arduo y complejo.
“Será disgráfico todo niño cuya calidad de escritura sea defectuosa, si no tiene
algún importante déficit neurológico o intelectual que lo justifique. Son niños
intelectualmente normales que escriben despacio y en forma ilegible, cosa que les
retrasa su avance escolar”. (de Ajuriaguerra J.,2000,253)
- Por enlentecimiento
- Por ilegibilidad
“El examen en el momento de la escritura evidencia una crispación importante del brazo,
paradas forzosas, fenómenos dolorosos en la mano y en el brazo y sudoración notable. El
conjunto implica ciertamente desagrado extremo hacia la escritura.” (de Ajuriaguerra y
Marcelli, 2005,103)
171
Durante el proceso diagnóstico se indagará sobre:
Por lo que:
172
9.2. Objetivos de la Asignatura “Formación Personal por Vía Corporal” en
la Licenciatura de Psicomotricidad de la Universidad Católica del
Uruguay.
1er. año
2do. año
3er. año
4to. Año
174