3 Gera Misterio
3 Gera Misterio
3 Gera Misterio
(Capítulo 1)
1. CATEGORIAS FUNDAMENTALES
1. Misterio
3 Cfr. Daniel, Z.
4 Cfr. Me. 4, 11 Y paralelos.
EL MISTERIO DE LA IGLESIA 157
6 Cap. I, N9 2.
EL MISTERIO DE LA IGLESIA 159
2. Historia
14 Re!atio genera lis del CapítUlo II; Schema 1964, pág. 57.
164 LUCIO GERA
EL PADRE (2)
25 Todos los hombres, antes de la venida de Cristo, son puestos bajo la Pro-
videncia salvífica del Padre: "El eterno Padre ... no los abandonó caídos en
Adán" (2).
172 LUCIO GERA
aspectos, que tiene dos momentos: uno, de "venida", a saber, las misiones trini-
tarias; otro, el "retorno", por el que los hombres, por el Espíritu, son llevados al
Hijo, y de éste al Padre. Es elocuente, en este sentido, el texto de Ireneo, Adv.
Haer, Lib. V, cap. 36, PG, 7, 1223: "Es por el Espíritu que se asciende al Hijo, y
por el Hijo al Padre". Cfr. Ch. Journet: L'EgZise du Verbe Incarné, 11, Desclée de
Br., 1951, pág. 374 Y 379.
30 El N9 2 se pone en la perspectiva de la Iglesia universal y la Iglesia fun-
dada por Cristo aparece como una etapa de aquélla. La Iglesia universal es deter-
minada con el concepto de "elegidos" y de "justos": "A todos los elegidos el Pa-
dre los conoció antes de los siglos ... "; y al final del párrafo se habla de todos los
elegidos reunidos en la Iglesia universal: "Entonces, como se lee en los santos
Padres, todos los justos ya desde Adán, desde el justo Abel hasta el último ele-
gido, se reunirán en la Iglesia universal junto al Padre". La Constitución se re-
mite expresamente a los Padres; una nota del Schema-1963, que se considera vá-
lida para las redacciones posteriores, apoya esta visión de la Iglesia universal con
abundantes citas patrísticas y añade una explicación teológica: "Para todos ellos
(los justos o elegidos), pertenecer al cuerpo de Cristo o de la Iglesia, ya desde
Adán o desde Abel, significa: recibir la salvación por la fe en Cristo, único me-
diador, cuyo influjo eficaz trasciende tiempos y lugares. La Iglesia así entendida,
como comunión de salvación y de gracia, es más determinada, por la Encarnación
174 LUCIO GERA
EL HIJO (3)
EL EspfRITU (4)
contemplar ahora las relaciones que el Espíritu tiene, por una parte,
con la persona que envía; por otra, con el término al que es enviado.
El texto del NQ 4 expresa, con una fórmula concisa, el hecho
de la misión, no las Personas que lo envían: fue enviado el Espíritu
Santo. Está implícito que son el Padre y el Hijo quienes lo envían.
Tampoco se expresa que Cristo envía al Espíritu, sino solamente que
el Espíritu sucede a Cristo e interviene una vez que Aquél hubo
acabado su obra en la tierra: terminada la obra que el Padre encar-
gó al Hijo de realizar en la tierra 35 •
tema de la misión del Espíritu por parte del Hijo ha quedado des-
plazado de su contexto (por consiguiente, de su nivel) trinitario y
remitido exclusivamente al contexto cristológico, en el que el Re-
sucitado aparece derramando el Espíritu sobre la comunidad37 .
to cae ahora sobre el hecho que realiza ese lazo místico, estando en
unión con Cristo. Dentro de una perspectiva histórica, la Iglesia apa-
rece manteniendo su continuidad y fijeza; no obstante, el acento
marca ahora la modalidad progresiva, a través de los momentos de
comienzo, desarrollo y tensión escatológica de que está cruzada la
Iglesia peregrina.
Estos acentos van aflorando en diversos números del texto: el
párrafo consagrado al tema del Reino pone en evidencia el aspecto
histórico sin dejar de integrar los restantes aspectos de la Iglesia. En
el párrafo dedicado al tema del Cuerpo de Cristo, el relieve está dado
por el momento de comunión con Cristo, pero son también expre-
sados otros rasgos de la Iglesia4o •
De las diversas expresiones con que es descrita la Iglesia elegi-
mos dos, la de "Reino de Dios" y la de "Cuerpo de Cristo", para ver
cómo son desarrolladas por la Constitución.
49 Jn. S, 36.
50 Cfr. N. 5: "recibe la misión de anunciar el Reino de Criato... "
190 LUCIO GERA
59 Cf. Nos. 7, 12, 19, 21, etc. con respecto al Espíritu; con respecto a Cristo
cf. N9 5: "Cristo... derramó sobre sus disCípulos el Espíritu ... Por consiguiente, la
Iglesia, dotada con los dones de su Fundador .....
60 A través de esta fórmula Cristo es concebido como principio agente y el
Espíritu a modo de forma (alma) intermedia entre el agente y el sujeto sobre el
cual obra ese autor Induciendo la forma.
61 En teología tomista, además, estrictamente instrumental.
62 N9 12. De suerte que, como sucede con respecto a la humanidad de Cris-
to, el Espíritu puede ser considerado a la vez como principio activo de los sacra-
mentos ("santificat per sacramenta et ministeria"), y como fruto y efecto de los
sacramentos: los sacramentos otorgan el Espírtiu. En teología tomista esta fór-
mula, tanto referida a la humanidad de Cristo como a los sacramentos, es adem{¡s
entendida en un sentido instrumental estricto: el Espíritu implorado y merecido
por Cristo para su Iglesia se da a esa Iglesia mediante la humanidad de Cristo
y los sacramentos: estos tienen una presencia ontológica, no sólo "moral", en la
Iglesia de todos los tiempos.
EL- MISTERIO DE LA IGLESIA 195
creación) no es más que la "filiación" divina: pasar de siervos del pecado (reden-
ción) a hijos de Dios. La novedad está en "nacer" de Dios y por eso en ser pues-
tos en una nueva esfera de vida. El texto insinúa esta equivalencia al atribuir la
renovación de los hombres al "Hijo" de Dios, al llamarlos "hermanos" de ese
Hijo, y al evocar el contenido general de la Epístola a los Gálatas (pasar de sier-
vos a hijos).
Además la renovación está puesta en relación con la comunicación del Espí-
ritu: de la cual depende no sólo que los hombres sean constituidos "Cuerpo de
Cristo", sino también, mediante esa constitución, su renovación filial.
La conexión de ideas establecidas por el texto con un "enlm", es entonces
la siguiente: Cristo transforma a los hombres en nueva creatura, o sea, los hace
hijos de Dios, constituyéndolos "Cuerpo suyo", mediante la comunicación de Su
Espíritu. Acabamos de decir que el acento no está en el aspecto corporativo Im-
plicado en el concepto de "cuerpo", sino en la relación a Cristo: Cuerpo de Cris-
to; éste, haciendo a los hombres suyos, o sea, hermanos, los transforma en hijos
de Dios, en nueva creatura.
El texto deja todavía abierto el modo de entender más concretamente la
fórmula "Cuerpo de Cristo". Puede, en efecto, entenderse en dos sentidos, no
exclusivos, sino acumulativos: a) Que Cristo hace a los hombres "Cuerpo suyo"
significa que los pone bajo su Influjo eficiente y les comunica así la graCia de
filiación y renovación. b) O puede entenderse en un sentido ejemplar y formal:
los hace "suyos" significa entonces que los hace participar de lo que El es, o sea,
la filiación, y así son renovados. De este modo se orienta el texto hacia un sen-
tido de identificación y transformación mística: hacer a los hombres "cuerpo
suyo" equivale a "hacerlos El", a transformarlos en SI mismo. SI la redención
consiste en una divinización (nova creatura), esa divinización se da en concreto
como "filiación" de Dios, o sea como "conformación" al Hijo: FUii in Ftlio, como
dice una fórmula vulgarizada por los teólogos del Cuerpo místico.
65 "Los Padres piden una exposición más simple y mejor ordenada. Por eso
ha sido introducida una distinción más clara entre los elementos más bien exter-
nos y los elementos más bien internos, en otras palabras, entre el tema acerca
de la solidaridad de todos los miembros, que se unen al cuerpo a través de los
sacramentos, y el tema acerca de la Cabeza, Cristo ... "; Relationes, Nq 7, pág. 21-22
Ver ibld. pág. 22 alinea 2 et 3; alinea 4 ad 8.
EL MISTERIO DE LA IGLESIA 197
71 Las fórmulas tomadas de las epístolas a los Col. y Ef.: "todas las cosas"
(universa); "ante todos y todo en El" (ante omnes et omnia in Ipso); "primacía
sobre todas las cosas" (in omnibus primatum tenens); "domina sobre los seres
celestiales y terrestres" (caelestibus et terrestribus); "todo el cuerpo de su
gloria" (totum corpus).
72 He aquí algunas fórmulas que usa la Constitución: Cristo con su fuerza
supereminente, es decir, que está por encima de todo y desde allí domina; ver
otras fórmulas del pasaje de Ef. 1,18-23 en el que se inspira la Constitución. Otras
fórmulas están tomadas de la ep. a los Coi. Cristo es imagen de Dios invisible;
se destaca así como imagen "única". No obstante esta Imagen resplandece sobre
la Iglesia y los fieles, que "continúan" a Cristo, como "imagen de la imagen" o,
para usar otras fórmulas de los Padres, si bien no son la "imagen" son "según
la imagen". Cristo es comienzo, lo restante es derivado. Es primogénito, tiene
así una supremacía sobre los hombres, con los que no obstante es homogéneo:
primogénito entre muchos hermanos, como se dice en Rom. 8,29. Otras fórmulas
parten de la imagen del fundamento: en El todo ha sido creado y tiene consis-
tencia. Si estas fórmulas manifiestan más bien el aspecto de trascendencia de
Cristo para que así resulte primero en todo, el grupo de fórmulas centrado en
el tema de la conformación pone de relieve más bien la homogeneidad de los
miembros con su Cabeza: estas fórmulas están tomadas de las epístolas a los
Gal., Fil., Rom. etc. Ver también el final del N9 7: la Iglesia como esposa está
sujeta a Cristo y a la vez es amada por él; la Iglesia como plenitud de Cristo
implica también los dos momentos de trascendencia de "aquel que la llena", so-
bre el ámbito eclesial que es "plenificado" y a la vez la inmanencia de Cristo
en ese ámbito o cuerpo plenificado.
200 LUCIO GERA
82 Las Relattones, NO 8, pág. 23-24, proponen una división del párrafo 8, se-
gún la cual se trata sucesivamente de los siguientes puntos: a) El misterio de la
Iglesia está presente y se realiza en una sociedad concreta. El grupo visible y el
elemento espiritual no son dos cosas, sino una sola realidad compleja, que abraza
lo divino y lo humano, los medios y los frutos de salvación. Lo cual es ilustrado
con la analogía del Verbo encarnado. b) La Iglesia es única, y aquí en la tierra
está presente en la Iglesia católica, si bien fuera de ella se encuentran elementos
eclesiales. c) La manifestación del misterio en la Iglesia católica, se realiza simul-
táneamente a través de la fuerza y la debiUdad, esto es, también en la condición
de pobreza y persecución, pecado y purificación, para que la Iglesia se asemeje
a Cristo, quien no obstante fue sin pecado. El tema de la pobreza, conforme al
deseo de los Padres, es algo desarrollado. d) La Iglesia supera esas dflicultades
mediante la fuerza de Cristo y la caridad, con la que revela, si bien con sombras,
el misterio, hasta que llegue a la plena luz.
EL MISTERIO DE LA IGLESIA 207
Las frases finales del Capítulo 1 son de una gran densidad, re-
capituladora y sintética, que se logra introduciendo el tema de la
Iglesia que peregrina hacia su final escatológico. Desde este tema
son recogidos los tres puntos que se venían desarrollando: el de la
función manifestativa de la Iglesia, el de los caracteres de pobreza,
humildad y santidad que debe poseer, y el de la ejemplaridad que
Cristo ejerce sobre ella.
Desde la perspectiva escatológica es recogido y llevado a su
cenit el tema acerca de la función reveladora de la Iglesia: ésta,
Sedem (29-VI-1959), en A.A.S. 51 (1939) págs. 497 s.; Alocución en la Basflica Vati-
cana (13-XI-1960), en A.A.S. 52 (1960) págs. 1004 s.; Alocución de Navidad de 1960,
en A.A.S. 53 (1961) págs. 5 s.; Alocución del 2 febrero 1962, en A.A.S. 54 (1962) págs.
101 s.; Motu Proprio "ConsiUum", ib., págs. 65.; Alocución inaugural del ConciUo
(11-X-1962), donde expresó su deseo de que el Concilio presentase a la Iglesia como
"Luz de los pueblos", ib., págs. 786 s. Ver además el Mensaje a la Humanidad
del 25-X-1962, ib., págs. 861 s. Entre otros, ha retomado el mismo tema el Cardo
Suenens; cfr. R. Laurentin, L' Enjeu .... t. 1, págs. 126-127. Ver al respecto J. Le
Gumou, Le Chríst et !' EgUse. Théologíe du Mystere, París, et. du Centurion, 1963,
págs. 69, 75 s.
93 Re!attones, Nq 8, alinea 3, pág. 25.
EL MISTERIO DE LA IGLESIA 213
Lucio Ge1'u