Ficha STC3028-2020
Ficha STC3028-2020
Ficha STC3028-2020
REPORTE DE CONSULTA
RELEVANTE
ASUNTO:
«Corresponde a la Corte establecer si la Sala Civil Familia del Tribunal
Superior de Cúcuta, vulneró las prerrogativas fundamentales de la
accionante, al confirmar el rechazo de la demanda ordinaria que promovió
(rad. 2019-00066), o si por el contrario esa decisión obedece a un criterio
jurídicamente razonable».
Tesis:
«La jurisprudencia de esta Corte de manera invariable ha señalado, por regla
general, que el resguardo no procede contra providencias judiciales y, por
tanto, sólo en forma excepcional resulta viable para atacar tales decisiones,
cuando con ellas se causa vulneración a los derechos fundamentales de los
asociados.
Tesis:
«De la revisión efectuada a los argumentos de la presente queja y a la
información extractada de las piezas procesales allegadas al expediente, la
Sala denegará el amparo deprecado, toda vez que la decisión dictada por la
corporación acusada el 15 de noviembre de 2019, consistente en “confirmar
el auto fechado 20 de marzo de 2019” mediante el cual el Juzgado Cuarto
Civil del Circuito de Cúcuta rechazó la demanda por no haberse cumplido lo
exigido en el auto inadmisorio del 13 de marzo de la misma anualidad, no
constituye defecto específico de procedibilidad con la fuerza suficiente para
quebrantarla.
En relación directa con las medidas innominadas, dijo que para su decreto,
“el juez debe hacer uso de sus poderes de instrucción u ordenación” y que si
bien cuenta con “un amplio margen de discrecionalidad” para disponer de
ellas, la medida a adoptar “deberá ser razonable (…) y de acuerdo a cada
caso en particular”, atendiendo “los lineamientos señalado en los incisos 2 y
3 del literal c, esto es, establecer “la legitimación o interés para actuar de las
partes, la existencia de la amenaza o la vulneración del derecho, la
apariencia de buen derecho, la necesidad, efectividad y proporcionalidad de
la medida específica”.
4. Conclusión
SALVAMENTO DE VOTO
AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO
OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE
Tesis:
«(…) el proceso civil de esta era, sentado en la Ley 1564 de 2012, zanjó la
deuda histórica que se tenía frente a los cambios traídos por las nuevas
realidades que provocó la expedición de la Constitución Política de Colombia
de 1991. Por manera que para el legislador de la novel codificación adjetiva
fue indispensable rediseñar las reglas procedimentales con la mira puesta
en la norma superior.
Tal finalidad concuerda con otros postulados, como el que “el objeto de los
procedimientos es la efectividad de los derechos reconocidos por la ley
sustancial” (art. 11, C.G.P.), la “tutela jurisdiccional efectiva” (art. 2,
ibídem), así como “la igualdad real de las partes” (art. 4, ejusdem), de donde
emerge un enfoque particular de la totalidad de los componentes del
“proceso civil”, entre ellos, el que en esta oportunidad se trata.
2.1.- Ahora bien, para la doctrina las medidas cautelares son instrumentos
mediante los cuales, de forma accesoria, transitoria o provisional, e inclusive
anticipada, se procura garantir el cumplimiento de la sentencia, cuando
están acreditados la apariencia de buen derecho en el actor, así como el
peligro que representa la tardanza del juicio para el I derecho perseguido
con la pretensión (Fum.us Boni Iuris Periculum In Mora).
2.2.- Puestas las cosas de esa manera, la hermenéutica que está llamada a
dársele al artículo 590, numeral primero, literal "del Código General del
Proceso, sugiere, a modo de regla general, la posibilidad de decretar dentro
de un proceso judicial declarativo cualquier medida que el juez encuentre
razonable para la protección del derecho objeto del litigio, impedir su
infracción o evitar las consecuencias derivadas de la misma, prevenir daños,
hacer cesar los que se hubieren causado o asegurar la efectividad de la
pretensión, previa petición de parte.
Eso sí, para que ello ocurra, “el juez apreciará la legitimación o interés para
actuar de las partes y la existencia de la amenaza o la vulneración del
derecho”, así como “tendrá en cuenta la apariencia de buen derecho, como
también la necesidad, efectividad y proporcionalidad de la medida”. Huelga
reiterar, el juez no está facultado para adoptar medidas atípicas a su
arbitrio y sin, limitación alguna. Todo lo contrario, para establecerlas no
podrá perder de vista que su finalidad no es otra que propender por la tutela
efectiva del interés perseguido en el caso sometido a su conocimiento, con
observancia, además, de los supuestos que la gobiernan, como lo son, entre
otros, que resulten proporcionales, así como razonables, a la luz de los
postulados constitucionales y el respeto de la dignidad humana. Todo lo
cual deberá dejar suficientemente ilustrado con la motivación del auto
respectivo.
Quiere decir que es factible perseguir la anticipación material del fallo antes
de que este se produzca. Tan es así que, una vez decretada, no podrá ser
detenida o levantada la cautela con la fijación de una caución, sino que
deberá debilitarse la verosimilitud del derecho y/o demostrarse la
inexistencia de un desmedro irremediable e inminente.
2.3.- En conclusión, el artículo 590 del Código General del Proceso formuló
una regla general (lit. "c") y dos complementarias (lit. "a" y "b"), en las que
instituyó las medidas cautelares nominadas que allá se exponen y las
innominadas que vengan al caso, medidas éstas que para otros eventos
podrán ser nominadas. Al paso que, dentro de las últimas, incluyó las
“tutelas materiales urgentes, anticipatorias y satisfactivas” (lit. "c", inc.4°)
Tesis:
«En lo que atañe a la conciliación como requisito de procedibilidad y su
omisión cuando “se solicita la práctica de medidas cautelares”, sea bueno
recordar que las últimas se perfeccionan luego de 3 etapas o fases, como
son la solicitud, el decreto y su práctica.
Si se hubiera querido otra cosa, esto es, que dicho eximente se materializara
con el decreto o con la práctica de ellas, así lo habría señalado la ley, pero
no lo hizo. De allí que no pueda imponerse una sanción, como lo es el
rechazo de la demanda, sin que exista norma expresa que así lo disponga,
ya que se quebrantaría el principio de legalidad, habida cuenta que no hay
pena sin ley que la establezca nulla poena sine lege-.
4,- Desde esa perspectiva, el proveído atacado por la Fiduciaria Bogotá S.A.
luce antojadizo, por dos razones: de un lado, porque la “entrega inmediata
de la obra en el estado en que se encuentre”, aun cuando sea la pretensión
a desatar en la sentencia, es plausible de ser urgente, necesaria, razonable y
proporcional para “conjurar un perjuicio irremediable”, a voces del literal c),
del numeral 1° del artículo 590 de la ley 1564 de 2012, circunstancias que
ha debido, en- nuestro criterio, valorar el juzgador antes de definir su
improcedencia. Y del otro, en tanto no era admisible el rechazo de la
demanda de ser eventualmente inadecuadas las cautelas pedidas, dado que
solo se requería la solicitud de ellas para que se le excusara por no utilizar
el mecanismo autocompositivo aludido, de conformidad con el parágrafo
primero de la misma normativa.
Miramientos que no tuvo en cuenta el Colegiado reprochado cuando obró de
la manera conocida, de allí que debió ordenársele volver a solventar la
apelación con sujeción en lo visto».