La Familia Pastoral y Las Presiones Ministeriales

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1

LA FAMILIA PASTORAL Y LAS PRESIONES MINISTERIALES

Introducción

Uno de los mayores retos de todo pastor es saber manejar la tensión entre su

familia y el ministerio. Ambos polos son mucha importancia para el ministro y

requieren dedicación a cada uno de ellos. Por esa razón el presente trabajo tiene como

objetivo conocer cómo el pastor debe manejar estas áreas en su vida. En donde tiene

por un lado una congregación que atender y por el otro una familia que atender. Y

prácticamente las presiones de un lado como del otro son fuertes. Porque el pastor no

es solamente pastor, también es esposo, padre, hijo y en ciertos casos abuelo. El éxito

integral del pastor dependerá de cómo maneje estas áreas en su vida personal. Un

ministro puede tener una gran iglesia y atenderla de manera excelente, pero puede

tener una familia decadente en donde sus hijos y su esposa están descuidados.

Se escuchan pastores decir los siguiente “Yo llevo cinco días que estoy fuera de

casa y ni he hablado con mi esposa, porque todo mi tiempo es del Señor y mi esposa

lo sabe”. ¿Es esta tesis correcta para un ministro? ¿Debe el pastor dedicar todo su

tiempo al ministerio? ¿Qué es más importante su familia o la iglesia? ¿Cómo manejar

de manera integral la vida del pastor? Estas preguntas conducirán este trabajo y lo

llevarán por un rumbo en donde el pastor debe darse cuenta que no es imposible.

Para desarrollar este tema se ha desglosado en diferentes partes, las cuales

todas juntas presentan las diferentes áreas con las que el ministro debe tratar. En

primer lugar se verá al ministro como esposo, luego se presenta al ministro como

padre. Estas dos primeras partes dan a conocer al pastor tomando el papel como

sacerdote del hogar. Luego se presenta al ministro como pastor y sus funciones

dentro de su trabajo pastoral. Ésta ultima parte tratará de tocar de manera general

algunas presiones ministeriales y como puede manejarlas.


2

EL MINISTRO COMO ESPOSO

Esta es la primera parte en la cual se toca un tema muy delicado relacionado

con el papel del pastor dentro de su familia. El pastor, a demás de ser el líder

eclesiástico, es el sacerdote familiar. Su papel como esposo es una prioridad para él.

Porque tener una familia saludable da credibilidad y seguridad en el ministerio

eclesiástico. Así como la familia es la base de la sociedad, también una familia sana

es la base para un ministerio exitoso. Es por esa razón que el aposto Pablo le toma

gran importancia al sacerdocio familiar del obispo en 1 Timoteo 3:2, 4-5. Esa es la

característica que más espacio dedica para desarrollarla con respecto a las demás.

Después de su relación con Cristo, la de prioridad más alta es la relación con su

esposa. Surge la pregunta ¿Por qué es tan importante para el pastor un matrimonio

saludable? Ernest E. Mosley dice: “Es imposible caminar en la luz en la iglesia y en

la comunidad mientras se vive en la tiniebla emocional en el hogar”.1 Esto indica que

la relación del pastor con la iglesia y con la comunidad refleja la relación con su

esposa e hijos.

Es interesante notar que la mayoría de pastores dejan su papel como esposo en

un lugar muy bajo. Tomando como prioridad la iglesia, la visitación, las

conferencias, etc. O sea los compromisos ministeriales. Pero ¿acaso la relación con

su esposa no es también un compromiso ministerial? Posiblemente este pasando lo

que dice Cantares 1:6 “Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que era mía, no

guardé”.2 Por estar cuidando las vidas de los miembros de la iglesia se descuida la

vida de la esposa y de los hijos. Hay que recordar que aunque el pastor es llamado al

ministerio, la iglesia local no va a estar con él toda la vida, mientras que su esposa

1
Ernest E. Mosley, Prioridades en el Ministerio, trad. Nelda B. de Gaydou (El paso, Texas:
Casa Bautista de Publicaciones, 1995): 43.
2
A menos que se indique otra cosa, todas las citas bíblicas están tomadas de la Versión Reina-
Valera 1960.
3

hizo un pacto de estar hasta que la muerte los separe. Es lamentable que las palabras

dichas por Jesús: “lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” no se cumpla en

muchos pastores. Porque muchas veces el mismo ministerio se encarga de separar o

de dividir la familia pastoral.

En este mundo postmoderno es casi un milagro encontrar dos personas que un

día se prometieron amor toda la vida, y que después de muchos años sigan

manteniendo su promesa. Es triste ver como los grandes líderes caen a causa de no

cumplir esa promesa, y el problema es que cuando el matrimonio de un pastor se

viene abajo, también su ministerio se derrumba. Esto hace que una de las mayores

presiones en el ministerio sea la salud de su familia. Ya que toda la iglesia espera que

la familia pastoral sea un ejemplo de éxito. Para lograr este nivel de expectativa por

parte de la iglesia, el ministro debe dedicar el tiempo necesario para su esposa y los

hijos.3 También debe reconocer que esta presión no es solamente para él, sino

también para cada integrante de su familia. Porque todos están el ojo del huracán.

Todos los miembros se dan cuenta de los errores de los hijos y critican el andar diario

de su esposa. Por esa razón, la esposa juega un papel importante en la vida del

ministro.

Las máximas para un matrimonio sano

Anteriormente se describió de manera breve la importancia del pastor de tener

un matrimonio saludable. Pero ¿Cómo puede hacer el pastor para que eso sea una

realidad? Se deben considerar muchos puntos de vista y principalmente cada

sugerencia dependerá del contexto y circunstancias de cada pastor. Pero en esta

sección se tratará de presentar algunas pautas importantes que todo pastor debe tomar

en cuenta al momento de “cuidar su viña”. Pablo estaba muy interesado en este


3
James E. Giles, De pastor a pastor Ética pastoral práctica (El Paso, Texas: Casa Bautista de
Publicaciones, 2000): 45.
4

asunto que en Efesios 5:22-33 comparó el matrimonio como la relación que existe

entre Cristo y la iglesia. Por un lado, “las casadas sujetas a sus propios maridos… así

como la iglesia está sujeta a Cristo”. Por el otro, “Maridos, amad a vuestras mujeres

como Cristo amó a la iglesia”. Por lo tanto, bíblicamente para tener un matrimonio

saludable, éste debe ser cristo céntrico, en donde el amor debe de reinar y la sujeción

de la esposa hacia el esposo debe existir. Estos son elementos importantes a tomar en

cuenta. Con relación a esto, Mosley dice:

Una de las cosas que Jesús hizo al comparar el amor en el matrimonio con su
relación con la iglesia fue llamar nuestra atención al hecho de que la nutrición
con la iglesia fue llamar nuestra atención proporcionada por el matrimonio
surge de la misma base de amor expresada en su ministerio a las personas y a la
iglesia4

Cristo sabia que había creado al hombre y a la mujer para que vivieran en

compañerismo y juntos crecer, llorar, sufrir, amar, soñar, etc. Las relaciones

interpersonales en un matrimonio están basadas en el amor y esto afecta a las

personas que se ministran.

“Aunque fuera una vez, me hubiera gustado que cancelara algo por nosotros en

vez de cancelarnos a nosotros”. 5


Esa es la queja de la esposa de un pastor, que su

relación en el matrimonio había reventado como una burbuja. Esta cita refleja que la

mayor queja de la esposa y los hijos es que no le dedican el tiempo necesario. Es por

esa razón que el primer elemento a tomar en cuenta para tener un matrimonio

saludable es el tiempo. Es muy importante que el pastor dedique un día a la semana

para su esposa. No importa el lugar, puede ser el lago, un restaurante, el jardín o el

patio.6 Lo importante es que ellos compartan juntos un tiempo de calidad.

4
Mosley, Prioridades en el ministerio: 46.
5
Ibid., 47.
6
Idid., 48.
5

Este tiempo de calidad debe servir para enfocarse en el matrimonio, en los

problemas del hogar y es cuando se deben tomar decisiones. El pastor debe estar

consiente de los problemas de la esposa. Debe recordar que ella es una mujer que

necesita tiempo para amar y sentirse amada. Porque el ministro pasa pastoreando a

muchas personas todo el tiempo. Pero “irónicamente, una de las necesidades más

grandes de la esposa del pastor es tener un pastor”. 7 Esta es una realidad que el pastor

debe manejar con sabiduría. En el tiempo a solas se debe aprovechar, no solo para

ordenar las cosas de la casa, sino para ser pastor de la esposa. Porque ella también

tiene luchas y problemas como cualquier otra hermana de la iglesia. Muchas veces

las esposas de los pastores se sienten solas, abandonadas, sin amigas intimas y aun

peor sin un esposo que les dedique el tiempo necesario para sentirse amadas y

apoyadas.

Por eso es necesario que el pastor haga tiempo para estar con su amada esposa

y de esa manera hacer crecer el amor que una vez nació con una mirada. Es cierto que

el trabajo del ministro demanda mucho tiempo y no siempre se tiene la misma

cantidad de tiempo disponible. Quizás para dedicarle tiempo a su esposa se debe

hacer un esfuerzo extra. “A lo mejor hará falta levantarse más temprano para poder

conversar de asuntos íntimos y mutuos”.8 Para su matrimonio, este tiempo será más

importante que las muchas horas que pasará el pastor con otras personas. Pastores,

hay que cuidar el hogar porque la esposa está como ayuda idónea y no como ayuda

domestica o para satisfacción sexual.

Otro elemento a tomar en cuenta para tener un matrimonio saludable es la

atención. Puede ser que se le de todo un día completo a la esposa, pero la mente esté

en el problema de la hermana zutana, o en la reacción del anciano fulano en la


7
Lucille Lavender, Los pastores también lloran, trad. Josie H. de Smith (El Paso, Texas: Casa
Bautista de Publicaciones, 1988):71.
8
Mosley, Prioridades en el ministerio: 48.
6

reunión pasada. La esposa se da cuenta de que ella no posee toda la atención de su

esposo. Lo único que está con ella es el embace, pero su mente está en los problemas

eclesiásticos. Si la actitud del pastor es ésta, en vez de ser de bendición para la

esposa, será de depresión. Porque la esposa se sentirá que es un estorbo. Por lo tanto,

el tiempo que se tiene con la esposa debe ir acompañado de toda la atención hacia

ella. Hay que recordar que el ministro es siempre tiene toda la atención de su

congregación. La atención ha la esposa es, muchas veces, solo para criticarla. Y si los

hermanos/as no ponen su atención sobre su esposa y usted tampoco no lo hacer,

¿Quién lo hará?

Por esa razón es necesario que el ministro sea un buen esposo dedicándole toda

la atención a su esposa, en momentos específicos. Para que ella se sienta importante y

sepa que usted está poniendo toda su atención en ella, se debe “repasar algunos de los

momentos que pasó junto a ella durante el mes pasado”. 9 Es necesario recordar los

bellos momentos del pasado para construir el presente sobre fundamentos correctos.

Además que la esposa se siente importante, el ministro también tiene la oportunidad

de compartir con ella los miedos que está pasando en el ministerio. Porque también el

hombre necesita una compañera con quien pueda hablar de los acontecimientos del

día, discutir problemas y vaciar su alma. 10 Esto es una necesidad de ayuda mutua y de

atención complementaria. Por lo tanto, ambos salen ganando cuando se da el tiempo

necesario, acompañado de la atención completa. Parafraseando lo que dice Mosley,

su esposa no necesita su atención todo el tiempo, pero sí necesita toda su atención

parte del tiempo.11 Para evitar un accidente matrimonial en la vida del ministro es

sumamente importante tomar en cuenta estos dos elementos.

9
Ibid., 49.
10
Alice Taylor, Cómo ser la esposa de un ministro y ser feliz (Gran Rapids, Michigan:
Zondervan, 1971): 69.
11
Mosley, Prioridades en el ministerio: 50.
7

Pero los problemas no terminan ahí, lo dicho anteriormente solamente es la

base para fomentar un matrimonio saludable. Porque el siguiente elemento que nunca

debe fallar para ser un buen esposo es la comunicación. Se debe estar consiente que

no existen familias sin problemas. No solo por el hecho de ser pastor significa que no

habrá problemas en el matrimonio. Incluso, posiblemente los problemas dentro de los

matrimonios de los pastores tienen más presión que los otros. Porque ellos están en la

mira de toda la iglesia y la comunidad y esto ejerce un desgaste en el matrimonio. Por

esa razón es de gran importancia que la comunicación esté siempre presente. El

pastor pasa hablando muchas horas con la congregación, solucionando los problemas

de todos, pero solamente habla cinco minutos con su esposa. Estos cinco minutos es

para pedir la cena, y para decir buenas noches. Ya que llega tan cansado del

ministerio que se olvida de dedicar toda su atención a su esposa a través de la

comunicación.

Algo que mantiene siempre esa buena comunicación es el culto familiar antes

de ir a la cama. Es muy importante llamar a los hijos y junto a esposa abrir la Biblia

de manera diferente, en comunidad familiar. Esta lectura debe estar bañada de

oración y palabras de agradecimiento hacia Dios por las bendiciones del día. Este

momento abre una puerta para la efectiva comunicación entre el pastor y su esposa.

Pero no hay que confundir la conversación, o buena comunicación, con hablar o

charlar. Mosley las define así: “la conversación es un intercambio de significados

entre personas a través de palabras habladas y de señales no verbales. La charla

puede ser un estorbo para la conversación”.12 La verdadera conversación va más allá

del comportamiento y llega hasta los sentimientos. La charla es egoísta, la

conversación es participativa, siempre viendo el bien del conyugue.

12
Ibid.
8

La sección anterior presenta, de manera general, algunos elementos a tomar en

cuenta para tener un matrimonio saludable. Tanto el tiempo, la atención y la

comunicación son responsabilidades del sacerdote del hogar ejecutarlos de la mejor

manera. Pero también es importante tomar en cuenta el papel que juega la esposa del

pastor en todo este asunto. Por esa razón, a continuación se desarrollará el tema de la

esposa del pastor.

La esposa del ministro

La esposa del pastor está siempre propensa a crítica, a rumores, malos

comentarios, etc. Además pareciera que es la asistente del pastor. La iglesia exige que

esté involucrada en todos los ministerios y que su vida sea implacable. Como lo dice

James E. Giles:

Esto abarcaba mantener todo en el hogar en buen orden, incluyendo la


preparación de las comidas para la familia, el arreglo de la ropa para todos, el
aseo de la casa pastoral y el hacer las compras de lo necesario en el hogar.
Además de eso, ella debía estar en todos los cultos de la iglesia y las reuniones
denominacionales…13

Todas estas responsabilidades son imposibles de llevarlas con excelencia. Pero

la mayoría de personas de la congregación tienen expectativas de esa índole para la

esposa del pastor. Y el problema es que a la esposa del pastor no le dan un sueldo y

quieren que haga de todo en la iglesia. La esposa del pastor debe estar consiente de

todo esto y saber lidiar con estas responsabilidad crean un desanimo. Porque a la

esposa del pastor le es imposible atender y suplir todas las expectativas de los

hermanos.

La esposa del pastor debe saber manejar todas estas tenciones, Lucille

Lanvender la describe de la siguiente manera:

La esposa del pastor debe ser atractiva, pero no demasiado; tener buena ropa,
pero no muy buena (y siempre la alabarán si se la cose ella misma); estar bien
13
James Giles, De pastor a pastor: 52.
9

peinada, pero no demasiado; ser amistosa pero no demasiado; ser expresiva y saludar
a todos, especialmente las visitas, pero no demasiado dinámica; inteligente, pero no
demasiado, educada, pero no demasiado, capaz, pero no demasiado; encantadora,
pero no demasiado; puede ser ella misma, ¡Pero no abiertamente!14

Con tantas tensiones nadie quisiera ser esposa de pastor. Pero lo ideal es que

toda señorita que va a ser esposa de pastor debe estar consiente de todas estas

tensiones. Y debe aprender a tener su rol dentro de la iglesia sin descuidarse del

hogar. Porque también debe tener siempre la casa como el lugar en el cual su esposo

se sienta cómodo. Ya que la casa debe ser el puerto de reposo y tranquilidad del

pastor.15

Para cumplir con esas responsabilidades, la esposa del pastor debe estar

siempre cerca de Dios y también de su esposo. Y el esposo debe estar consiente que

él no es un dictador que toma las decisiones sin considerar las necesidades ni el punto

de vista de la esposa en los asuntos relacionados con el matrimonio. 16 Esto permitirá

que la esposa pueda cumplir de la mejor manera sus responsabilidades. Sabiendo que

tiene un esposo que siempre la toma en cuenta al momento de tomar decisiones.

Otro aspecto importante que involucra al pastor y a su esposa es la intimidad

que debe haber entre ellos. El sexo en el matrimonio es normal y bueno. Ambos

deben gozar de esa faceta del matrimonio.17 Tanto la esposa como el esposo deben

garantizar que el acto sexual sea de máxima satisfacción para ambos. Esto cerrará la

puerta al diablo de no hacer caer al esposo en adulterio. Además alivia las tensiones

provocadas por ajetreo diario. También trae unidad a la pareja en la forma más

intima. Por esa razón es de mucha importancia a este tema, sin miedos ni tabúes.

EL MINISTRO COMO PADRE

14
Lucille Lavender, Los pastores también lloran: 71.
15
Kathleen Nelly Nyberg, Cuidado y alimentación del pastor, trad. Adam F. Sosa (Buenos
Aires: Methopress, 1961): 25.
16
James Giles, De pastor a pastor: 55.
17
Ibid., 60.
10

El ministro a demás de ser pastor y esposo, es padre. ¿Cómo debe ser el papel

del ministro como padre? ¿Cómo debe ser la formación de sus hijos? Este es un tema

muy delicado. Porque en la actualidad se tiene el siguiente dicho “Hijo de pastor lo

peor”. ¿Por qué razón se califican así a los hijos del pastor? ¿De quién es la culpa?

Todas estas son preguntas que requieren un estudio mucho mayor. Pero esta etapa del

trabajo desarrollará de manera general el papel del ministro como padre.

Como se dijo anteriormente, de la salud del matrimonio depende el éxito del

ministerio. Y el papel de padre es de gran importancia para el buen desarrollo del

pastorado. Los hijos siempre son el blanco de ataques de parte de la congregación.

Ya que los hijos deben ser ejemplo de conducta a toda la iglesia y comunidad, como

si fueran súper héroes. ¿Acaso no tienen las mismas dudas y problemas existenciales

que los demás adolescentes? Desde el nacimiento hasta la adolescencia, el niño es

objeto de admiración y aplausos. Pero cuando él comienza a descubrir el mundo que

le rodea, esa admiración y aplausos se convierten en crítica y señalamientos. Esto

hace que el hijo del pastor se sienta presionado a no tener su propia identidad. Sino

crear la identidad que la iglesia exige. El problema se da que cuando el niño se da

cuenta que nunca alcanzará estas expectativas, decide mejor rebelarse en contra de

los padres, de la iglesia y en el peor de los casos hasta de Dios. ¿Qué pueden hacer

los pastores para evitar esa consecuencia en la vida de sus hijos?

Es una pregunta difícil de contestar. Pero vale la pena comenzar por tomar los

mismos elementos desarrollados anteriormente. Los hijos, igual que la esposa,

necesitan tiempo, atención y comunicación. Además de esos elementos, los hijos

requieren que su padre sea ejemplo como hombre, como esposo, como pastor y como

padre. Esto incluye que el pastor debe darles mucho amor a sus hijos e interesarse por

ellos. Muchos hijos se sienten abandonados y no encuentran refugio en ninguna


11

parte. Su padre está ocupado todo el tiempo, su mamá no le inspira confianza

suficiente, la iglesia lo crítica ¿En donde encuentra la salida? Con sus amigos, en el

mundo, los cuales se encargan de crear en el adolescente una personalidad no bíblica.

Y es lamentable que los hijos del pastor estén en las calles, mientras él ministra una

predicación. El ministerio ni tiene credibilidad y su familia no inspira confianza.

Por esa razón es importante que el pastor llegue unos minutos antes que sus

hijos se acuesten. Pasar ese pequeño tiempo de calidad, compartiendo con ellos y

haciendo el culto familiar. Pero también hay que demostrarles que se está interesado

en sus asuntos. Games Jiles dice al respecto: “Cuando ya están en el colegio, el padre

debe mostrar interés en lo que está estudiando y en el progreso de cada uno. Es bueno

si puede ayudar a cada uno con las tareas de vez en cuando”. 18 Esto es solamente un

ejemplo de cómo demostrar el interés por los hijos.

Algo que nunca hay que descuidar es la disciplina. Los padres deben disciplinar

a sus hijos. Esta no es responsabilidad solamente del padre, sino también de la madre.

Ambos tienen el mismo derecho de castigar, porque son hijos de ambos no solo de

uno. Pero tiene que haber un equilibrio en este punto. Muchas veces como el padre

no está en casa le toca a la madre toda esta responsabilidad. El otro extremo es que la

madre no castiga, sino que le pone queja a su esposo hasta que él llega. Pero él no ha

estado cuando surgió el problema y lo peor que el niño ya está acostado. Por esa

razón es importante que ambos ejerzan disciplina según crean conveniente. La

disciplina debe ser para corregir al niño en su etapa de crecimiento. Es un proceso

largo pero debe ser constante. Los padres que no disciplinan a sus hijos no saben el

daño que les hacen.

EL MINISTRO COMO PASTOR

18
Ibid., 49.
12

Dios llama a los hombres al ministerio, pero no todos los ministros han sido

llamados por Dios. El ministro que ha sido llamado por Dios ha ejercer el pastorado

“requiere una convicción firme de que uno ha sido llamado por Dios”. 19 Este llamado

es muy importante porque tiene la confianza en Dios y sabe que él nunca lo dejará.

Aunque por en veces parece lo contrario. Lo cierto es que cuando Dios llama a su

ministerio, no promete un lecho de rosas.20 Y el ministro que ha sido llamado por

Dios sabe que su ministerio es Dios. Existen muchas maneras con las cuales Dios

llama. No hay un patrón específico en todos los casos. Puede ser desde una voz

audible hasta una convicción fuerte o una necesidad vista. Lo único que acompaña a

todo llamado es la paz en el corazón del ministro y la dependencia de Dios.

El ministro tiene muchas funciones como pastor. Debe estar preparado para enfrentar

de la mejor manera las responsabilidades del día. Giles dice:

En el curso de un día puede participar en un servicio fúnebre, visitar en el


hospital a personas alegres por el nacimiento de un hijo y a otros que están
encarándose con la muerte, y terminar el día con una boda de jóvenes
miembros de la iglesia.21

Tiene que tener la capacidad para identificarse emocionalmente con cada grupo

de personas. Esto sí que es una tensión desgastante para la vida emocional y física del

pastor. No debe de llenar con tristeza la alegría del recién nacido, tampoco debe

mostrar su alegría por el mismo, en el servicio fúnebre. ¿Cómo puede un ministro

lograr manejar estas áreas? Con mucha oración, dependencia de Dios y dominio

propio. Estos tres elementos son fundamentales para desarrollar su labor pastoral con

excelencia.

El cuidado pastoral requiere una buena salud emocional, física y espiritual del

ministro. Porque tendrá a su cargo diferentes tipos de caracteres que llenarán su

19
Ibid., 31.
20
Lucille Lavender, Los pastores también lloran: 16.
21
James Giles, De pastor a pastor: 36.
13

oficina con problemas de toda índole. Por esa razón, es necesario que esté preparado

para enfrentar esos problemas con cabeza fría y con el corazón en la mano para ser un

buen pastor. Las responsabilidades del pastor no terminan en la oficina, continúan en

la sala de sesiones con el concilio, en la comunidad, en la casa, etc. El pastor debe

tener la capacidad de manejar líderes problemáticos, esposas desesperadas, jóvenes

que no le encuentran sentido a la vida, ancianos con necesidades, problemas éticos,

etc. El pastor a demás de ser un buen pastor debe ser un buen líder y un buen

administrador. ¿No es acaso esto una utopía? ¿Existirá una persona capaz de llevar

todas estas responsabilidades sin descuidarse de su familia? Es por esa razón que el

llamado es muy importante. Porque en realidad no existe ninguna persona que

cumpla esas responsabilidades con excelencia, pero sí existe un Dios todo poderoso

que ayuda al ministro que él ha llamado a salir adelante en estas situaciones.

El ministro funciona en un contexto tormentoso que requiere que esté por

encima de las circunstancias de la vida, y no controlado por esas circunstancias. 22

Existen algunos elementos a tomar en cuenta para superar o controlar estas presiones

ministeriales. Hay que saber que el pastor necesita salud emocional. Muchos pastores

viven con estrés y hasta se enferman de gravedad a causa del estrés provocado por el

ministerio. El problema es que nunca va a quedar bien con todas las personas. Unos

lo critican por la predicación, otros porque no llega a visitarlos, otros por la

administración de la iglesia, etc. Todos tendrán una causa para criticar al pastor. Por

esa razón el ministro debe mantenerse con la máxima salud emocional.

Otro elemento importante a considerar es la salud física. El pastor tiene que

descansar como cualquier otra persona. Necesita una alimentación sana para

mantener el equilibrio físico. Necesita ejercicio todos los días. La mayoría del tiempo

pasa sentado preparando sermones, estudios o dando consejos. Por eso es necesario
22
Ibid., 13.
14

que realice actividades que requieran esfuerzo físico. Esto permitirá tener un

equilibrio entre las tenciones ministeriales y la salud física. Otro elemento necesario

es la salud intelectual.23 Todo pastor tiene que mantenerse informado de los

acontecimientos de su país, comunidad o pueblo. Además de eso, debe mantener la

mente despierta y funcionando. Estar actualizado en cuanto a los temas de

predicación y nuevas ilustraciones. Para ser creativo en su predicación y mantener el

brillo en el pulpito. A través de los sermones del pastor, la audiencia se da cuenta de

lo informado o actualizado que está.

Por último, no por eso la menos importante, está la salud espiritual. Es

paradójico que la persona que inspira a tantos a cultivar una vida devocional activa a

veces queda faltante en este aspecto de su propia vida.24 Es lamentable que la mayoría

de ministros descuiden su vida espiritual cuando están en el seminario. Cuando el

ministro está activo en el pastorado, necesita fundamentos sólidos en su vida

espiritual. Al fin y al cabo, ¿Quién es el pastor del pastor? ¿Acaso se debe pastorear

el mismo? Esta es la realidad, nadie pastorea al pastor. Por lo tanto, en él se hacen

muy efectivas las palabras del salmista “Jehová es mi pastor” (Sal. 23). Pero para que

Dios lo pastoree tiene que tener una vida devocional, no por rutina, ni por hábito,

sino por una necesidad a priori. Estos elementos antes mencionados servirán al

pastor a mantener el equilibrio entre su hogar y las tensiones ministeriales. El

ministro debe trabajar para desempeñar sus papeles con excelencia.

CONCLUSIÓN

Este trabajo ha sido elaborado pensando en la vida práctica del pastor. Los

temas tratados son reales y problemáticos. Es necesario pedir mucha sabiduría a Dios

para tomar en serio estos temas y ser buenos pastores y buenos esposos y buenos

23
Ibid., 39.
24
Ibid., 40.
15

padres. El reto existe, la fortaleza viene de Dios y la voluntad la pone cada pastor.

Porque todos son responsables de los dones que Dios les ha dado para administrarlos.

¿Cómo los administraran? Con mucha oración y dependencia de Dios. Falta mucho

por delante, y muchas cosas que considerar. Pero lo cierto es que el pastor debe

poner, después de Dios, a su familia en primer lugar. Si la familia del pastor es

ejemplo a seguir en la comunidad, seguramente que también la iglesia será ejemplo.

Hay que recordar que lo importante no es lo funcional sino lo fundamental. El

fundamento se hace en el matrimonio, tomados de la mano de Dios. Los logros

vienen como resultado de un buen fundamento. Porque sino existe un fundamento

fuerte, el ministerio se vendrá abajo y también la vida personal de cada pastor

juntamente con su familia.

Como conclusión se puede ver que el ministerio pastoral es un privilegio que

requiere de mucha sabiduría para llevar acabo todas las responsabilidades. Es un

privilegio porque es un llamado de Dios, pero también es una responsabilidad porque

se vive un tiempo, espacio y con circunstancias que se deben manejar éticamente

bíblicas. Recuerde que el ministro está en la mira de todos. Por esa razón debe ser

ejemplo para con los de adentro, o sea los miembros y con los de afuera, esto es lo

que no son de la iglesia.25 He allí el motivo por lo que el apóstol Pablo dice: “Es

necesario que el obispo sea irreprensible” (1 Ti. 3:2). Que Dios ayude a todos los

pastores a encontrar el equilibrio sano entre su familia y la iglesia.

25
Josué David Lopez, Perfil Biblico del Líder (Guatemala: Fraternidad de iglesias Nazaret): 70.

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