ETAPA ESCOLAR (Solo Desarrollo de TP)
ETAPA ESCOLAR (Solo Desarrollo de TP)
ETAPA ESCOLAR (Solo Desarrollo de TP)
En relación al lenguaje Ausubel y Sullivan manifiestan que, los rasgos estructurales tomados
en conjunto hacen posible que un niño con poderes limitados para el aprendizaje
discriminatorio y con una memoria restringida pueda transmitir y comprender una infinita
variedad de mensajes, y que a su vez lo haga a pesar del ruido o las distracciones. Dentro del
mismo, logramos señalar tres principales componentes: fonología, sintaxis y semántica.
Durante este período también se espera que el niño llegue a dominar varias y nuevas
aptitudes lingüísticas, como la lectura, la escritura, la ortografía, la puntuación, la gramática
y la composición. La disposición para adquirir estas aptitudes depende en gran medida del
nivel intelectual y de los antecedentes de experiencia y motivación lingüística de un
individuo determinado dentro de una familia, clase social y ambiente cultural a esto se lo
denomina adquisición del significado.
ETAPAS DE LA EDUCACIÓN
Inicialmente si hablamos de Pedagogía, según Debesse, esta fase se denomina “edad del
escolar” ya que, en este ciclo aparece la evolución mental, como un período de relativa
estabilidad y de adaptación fácil.
Además, comienza a desarrollarse la actividad de trabajo y al mismo tiempo, el carácter es
más dócil. La imaginación misma se calma, el gusto de lo maravilloso desaparece y es
reemplazado por el gusto de la aventura. Por este motivo, es la edad de la razón y el saber,
es para él un juego aprender de memoria, es favorable para la adquisición de una lengua
extranjera.
Posteriormente el autor expone ciertas características generales de esta edad, las cuales
forman parte del desarrollo psíquico:
•La del YO: El niño se conoce como objeto privilegiado entre otros objetos.
•La del YO de una parte: la disociación entre el YO familiar y el YO en la escuela, hay una
bipolaridad de situaciones.
Por ende, el niño sigue participando efectivamente, continúa transfiriendo sus emociones y
sus intenciones, es decir, aún presenta egocentrismo infantil. La escuela no lo acoge, lo
recibe. El sujeto está inquieto, sus actos son inciertos, se siente desdichado, pero al cabo de
unas semanas, se siente orgulloso por esta especie de promoción. Algunos sienten vergüenza
o burla por los rasgos de solicitud y de ternura familiar.
Aptitud de trabajo: El niño deberá soportar al otro, compararse con él, adaptarse a él de
mismo modo como necesita acomodarse a la acción del maestro, el cual encarna la autoridad
de la regla colectiva.
AFECTIVIDAD
Continuando con el conocimiento pedagógico propuesto por Debesse, conseguimos resaltar
la afectividad del escolar. A raíz de esto, dicho autor destaca que el escolar necesita vivir en
grupos, tomar parte de actividades comunes. Del mismo modo, el medio escolar y el medio
familiar se complementan y ambos ambientes deben ser solidarios. Al mismo tiempo, se
forman grupos de pares y, en la escuela y en otros ámbitos extrafamiliares (clubes, iglesias,
plazas) los niños de estas edades tienen oportunidad de vincularse con compañeros; estas
relaciones son esenciales en el desarrollo de sus competencias sociales. El autor, destaca
que en estos grupos el niño no ocupa una posición marginal o de subordinación, sino de
paridad, en un conjunto de iguales, con intereses similares.
El escolar establece con sus pares relaciones de rivalidad y/o cooperación, pero siempre
teñidas de los afectos de las relaciones fraternas que el niño transfiere a sus compañeros.
En los primeros años de este período las actividades en grupo tienen en general una
organización inestable; la dependencia hace necesaria la intervención de los adultos o niños
mayores para organizar actividades o comomediadores de los conflictos. Hacia el final del
período, las actividades con pares tienden a ser más estables en el tiempo, organizadas por
los mismos niños y con muestras de fuertes sentimientos de pertenencia al grupo.
Entre los 5 y 7 años contribuye al enriquecimiento de su yo la imitación de adultos. La
imitación casi mimética de la primera infancia, a partir del segundo año junto con la
identificación afectiva del niño con uno de sus prójimos, son reemplazadas por una imitación
más diversificada. Enriquece la personalidad gracias a los diversos papeles que el niño
desempeña.
Como consecuencia Debesse plantea que la excitación del sentimiento de la personalidad
corresponde a una vida afectiva intensa. El apego a la madre o a otra persona de la familia
puede determinar tensiones, rivalidades y celos inocentes; luego, los lazos se aflojan y,
normalmente, se produce un apaciguamiento. Si no son resueltos, los complejos de la primera
infancia, complejos de Edipo y de Electra, permanecen como nudos sensibles en el
inconsciente infantil.
INTELIGENCIA
La psicología del niño estudia el crecimiento mental o el desarrollo de las conductas, es decir,
desde los comportamientos, comprendida la conciencia hasta esa fase de transición,
constituida por la adolescencia, que marca la inserción del individuo en la sociedad adulta.
El crecimiento mental es indisociable del crecimiento físico, especialmente de la maduración
de los sistemas nerviosos y endocrinos que prosigue hasta alrededor de los 16 años.
Las influencias del ambiente adquieren una importancia cada vez mayor, a partir del
nacimiento, tanto desde el punto de vista orgánico como del mental.
En cuanto a la teoría de los estadios de Piaget acentuamos que, propone que el desarrollo de
la inteligencia infantil se realiza a través de cuatro etapas diferentes: la sensorio motora, la
preoperacional, la de las operaciones concretas y la de las operaciones formales. Las etapas
de Piaget permiten conectar los reflejos innatos de los bebés con la inteligencia sensorio
motora y, a su vez, con la aparición del lenguaje, la representación simbólica y con la
inteligencia lógica.
Primeramente, cuando el niño por fin logra imaginar la realidad en su mente, empieza la
segunda etapa del desarrollo que identifica Piaget. Estamos hablando del “Estadio
preoperatorio”, desde los 2 hasta los 6-7 años de vida, el periodo preescolar. Lo que indica
el paso a esta etapa es la conquista de los conocimientos básicos en relación a los objetos,
que le permiten al pequeño entrar con más eficacia en contacto con el mundo. El niño
consigue encontrar la solución a un problema sin tener que actuar físicamente, solo pensando.
Secundariamente, cuando el escolar incrementa los primeros razonamientos comienza la
tercera etapa del desarrollo, es decir, surge el “Estadio de operaciones concretas del
pensamiento y las relaciones interindividuales”. Esta etapa se profundiza en la
capacidad que tienen los niños para organizar sus ideas y tener un pensamiento racional. Se
demuestran las habilidades que los niños han aprendido durante las etapas anteriores.
La causalidad perceptiva
Se caracteriza por impresiones que implica observar en movimiento de velocidad y de
relaciones espacio-temporales.
La función semiótica o simbólica
Función fundamental que consiste en poder representar algo, por medio de significantes
diferenciados y que solo sirve para esa representación (lenguaje, imagen menta, gesto
simbólico).
El juego simbólico
Jean Piaget determina el apogeo del juego infantil, a su vez su motivación no es la
adaptación a lo real, sino la asimilación de lo real al “yo”. El juego transforma lo real por
asimilación, a las necesidades del yo, mientras que la imitación es acomodación a los
modelos exteriores y la inteligencia es equilibrio entre acomodación y asimilación.
Adaptación
Piaget estableció en su teoría de la inteligencia dos funciones básicas de
la misma, que son a su vez dos formas distintas de aprendizaje o adquisición de
conocimientos: la asimilación y la acomodación.
En primer lugar, la “asimilación” permite al sujeto incorporar los objetos a su estructura
cognoscitiva, a sus esquemas previos, en un proceso activo mediante el cual el sujeto
transforma la realidad a la que se adapta. En segundo lugar, la “acomodación” es el
proceso complementario por el cual el sujeto transforma su estructura cognoscitiva y
modifica sus esquemas para poder incorporar los objetos de la realidad.
Imágenes mentales
Diferencia entre las imágenes del nivel preoperatorio (hasta los 7-8 años) y la de los
niveles operatorios.
MOTRICIDAD
En primer lugar, con respecto a la actividad corporal, la autora señala que el niño puede
mantenerse en equilibrio sobre un pie y con los ojos cerrados, practica algún deporte de
destreza, proezas físicas, tiene dominio de la motilidad voluntaria, realiza ejercicios de
atención y posee memoria auditiva.
En segundo lugar, manifiesta que la coordinación manual del escolar está en constante
perfeccionamiento, dispone cierta estructuración gradual de la capacidad de mecanización
como así también, está presente la disociación progresiva, manual y digital: actividad visual,
por ejemplo, la realización de una trenza, necesita una imagen mental clarificada precediendo
a la acción.
En tercer lugar, cuando la autora explica sobre “la evolución de la conducta en la etapa post-
natal desde el nacimiento hasta los 14 años” exhibe tres fases:
• Primera etapa: abarca desde el nacimiento hasta los 6-7 años. En ella el movimiento
evoluciona hasta adquirir precisión.
• Segunda etapa: comprende el lapso de 6-7 hasta los 10 años, en el cual, a la precisión
adquirida, se suma el factor rapidez, cualidad que determinará agilidad de
movimiento.
• Tercera etapa: desde los 10 hasta los 14 años. Se caracteriza por el desarrollo en
aumento de la fuerza muscular, con lo cual se agrega, a la precisión rápida adquirida,
un factor preponderante para el establecimiento progresivo de la coordinación del
accionar. Al final de esta etapa se considera concluida la evolución del dinamismo en
sus factores esenciales constitutivos y su posterior perfeccionamiento va a depender
exclusivamente del aprendizaje y ejercicio.
Teniendo en cuenta que este trabajo está enfocado en la etapa escolar profundizaremos las
siguientes características de la segunda etapa de motricidad:
En dicha fase visualizamos que, cuando un niño llega a esta edad y aún no puede manejar
una mano dominando la otra, es necesario investigar el grado de acentuación de su problema
para ayudarle mediante la educación especial a definirse en el uso de una de sus manos como
mayor o dominante, dejando a la otra el papel de pasiva o subordinada.
También, el ojo dirige la mano y esta coordinada acción se ejerce en el acto de la escritura,
problemas de incoordinación en la dominancia ojo- mano, traen también aparejados
trastornos en el aprendizaje de la lectura. Por ello es importante que el niño llegue a la edad
del escolar con su dominancia lateral bien afirmada o que, en su defecto, se lo investigue
adecuadamente para que pueda ser llevado a cabo el tratamiento psicomotor que corresponde
a esos fines.
Del mismo modo, encontramos al niño de 6 años con una exuberante actividad que despliega
en todo momento: juega a la pelota, corre, trepa, salta, etc. Además, puede usar la bicicleta,
lo que supone el equilibrio cinético ejercido a través del dominio del instrumento-objeto.
En cuanto a la conducta motriz fina, Molina de Costallat acentúa que el infante consigue a
esta edad un control maduro preparando la mano, el ojo y la postura para poder ejercer las
coordinaciones necesarias para el aprendizaje de la lecto-escritura.
La prensión y el manipuleo de los útiles escolares es constante: inicia las primeras
disociaciones necesarias para el manejo correcto del lápiz y el papel. En general, los primeros
cuadernos son desprolijos y se mantienen así hasta que el niño ajusta los diversos tipos de
movimientos necesarios para la diversidad de tareas por ejecutar logra el uso coordinado de
todos los elementos que debe utilizar.
Luego el niño de 7 años actúa con seguridad en acciones que involucran la puesta en juego
de su sistema de equilibrio, demuestra mayor agilidad en la carrera y su capacidad para el
salto tanto en alto como ancho, se afirma notablemente.
El equilibrio puede ser llevado a término aun con los ojos cerrados, lo que constituye una
señal de que el individuo organiza con firmeza su estabilidad corporal aún sin la ayuda de
patrones visuales. Ellos necesitan de todos los patrones de refuerzo posibles dados por las
vías eferentes del sensorio para organizar sus sistemas de equilibrio, apoyándose en primer
término en la visualización del espacio.
A los 9 años, las estimulaciones son aún más ricas y, en consecuencia, los pasajes de uno a
otro sector del ejercicio se complican con el complemento de enunciado de palabras en lugar
de tiempos de espera que puede ser tanto sucesivo o de conjunto. Algunas de las actividades
manuales de más difícil perfeccionamiento, como son el recortado con tijeras y el coloreado
con pincel, logran un nivel rendimiento realmente positivo.
JUEGO
Con respecto al juego, el autor hace una clasificación de los juegos en dos grandes grupos,
juegos reglados y no reglados introduciendo entre ellos los juegos de destrucción. Establece
una regla básica para el desarrollo del juego infantil, que es que el orden viene impuesto por
la propia actividad.
Juegos No Reglados: se dan fundamentalmente de los 0 a los 3 años.
• Juegos Funcionales
• Juegos Hedonísticos
• Juegos con lo nuevo
Juegos de Destrucción: están entre los “no reglados” y los “reglados”.
• Juegos de Destrucción
• Juegos de Desorden y Arrebato: de los 6 a los 10 años. Suele implicar poder, permite
conseguir cosas, y es una forma de autoafirmación.
Juegos Reglados: desarrollan la personalidad del sujeto. Obedecer la regla hace que el
individuo se autoafirme.
• Juegos de Construcción
• Juegos de Regla Arbitraria: de los 4 a los 6 años. Demuestran la capacidad del niño
para crear reglas y normas para ordenar su actividad lúdica.
• Juegos Sociales: Desde los 7 años aproximadamente: para chicos: son poco capaces
de organizar un juego, aunque tienen juegos de imitación colectiva o de regla
arbitraria en grupo. Para chicas, sus grupos se organizan más fácilmente. Siguen
teniendo juegos de imitación colectiva y de regla arbitraria y juegos tradicionales
simples.
• De los 10 años en adelante son juegos en grupos organizados. Son juegos
tradicionales individuales y/o colectivos.
En definitiva, Chateau afirmó que el juego representa un aspecto esencial en el desarrollo del
infante, en cuanto a que está ligado al desarrollo del conocimiento, de la afectividad, de la
motricidad y de la socialización del niño, en pocas palabras, el juego es la vida misma del
niño.
DIBUJO
El dibujo es una modalidad de las artes plásticas, cuyo desarrollo pasa por una serie de etapas
que, en el caso del niño en el nivel inicial, según Viktor Lowenfeld son el garabateo y la
etapa preesquemática seguida por otras etapas que pertenecen a niños en edad escolar tales
como la etapa esquemática, realismo, pseudonaturalismo y el periodo de la decisión.
Etapa preesquemática (de 4 a 7 años)
Los dibujos y pinturas de un niño, no solamente, representan sus conceptos, sentimientos y
percepciones del ambiente, sino que también permiten que el adulto consciente y sensible
tenga en su mano los medios para comprender mejor al infante. A su vez, en dicho proceso,
se evidencian variaciones en el comportamiento o en las pautas de desarrollo. En él tienen
lugar, también, los cambios significativos en el producto artístico.
En esta etapa, ya se producen los primeros intentos de representación. Las creaciones de los
niños tienden a estar muy relacionadas con el mundo que les rodea teniendo los trazos un
significado concreto. La casa, el árbol y la figura del hombre son los primeros elementos que
asimilan y que representan con la utilización de círculos y línea. Las figuras de los animales,
casas, árboles, flores y transportes, son representadas con forma de persona.
La figura humana (hombre y mujer) se dibuja con todos sus detalles estableciendo un
esquema muy sintetizado y donde, en base a su experiencia personal, ya sea positiva o
negativa, su esquema de dibujo puede sufrir cambios: por ejemplo, la exageración de partes
importantes o el desprecio o eliminación de partes no importantes. La porción de la figura
humana comienza a evolucionar. Se pinta la figura de perfil.
Respecto al color empieza a relacionar los colores con los elementos de la realidad y, el hecho
de aún no ser consciente de las posibilidades del color en el arte indica que las variaciones
en los colores, por ejemplo: del cielo pueden estar detrás de cambios o problemas
emocionales.
El infante empieza a reconocer las dos dimensiones, utiliza al comienzo una línea de tierra o
base donde apoyan las figuras.
Etapa del realismo (entre 9 y 12 años)
Es la etapa en la que la imaginación y la representación mimética de las cosas se combinan
por lo que es cuando se deben comenzar con la enseñanza técnica del dibujo: las diferentes
formas de representación espacial (perspectiva, anatomía, proporción, etc.) y los procesos de
elaboración de imágenes estéticamente bien resueltas (color, texturas, composición, diseño).
Luego de dicha fase se presentan las etapas de pseudonaturalismo y período de la decisión.
GENERALIDADES
Juan Delval propone las “Teorías sobre el desarrollo” y establece que, las diferentes teorías
contienen supuestos implícitos o explícitos acerca de cómo se produce el desarrollo, su
naturaleza, sus causas, qué factores lo favorecen o lo dificultan, cuál es la importancia relativa
de los factores biológicos y ambientales, cuáles son los aspectos del desarrollo que tiene más
importancia estudiar y con qué métodos, o cuáles son las unidades de la conducta a las que
hay que prestar atención.
Por último, el autor presenta que la “psicología cognitiva” trata de estudiar los procesos
internos que tienen lugar en el sujeto, es decir, que el individuo elabora y construye
información en relación a las representaciones del mundo y su propia conducta.
Desde el punto de vista de Erik Erikson conseguimos enfatizar sobre las ocho edades del
hombre: confianza básica versus desconfianza básica, autonomía versus vergüenza y duda,
iniciativa versus culpa, industria versus inferioridad, identidad versus confusión de rol,
identidad versus aislamiento, generatividad versus estancamiento e integridad del yo versus
desesperación.
A propósito, durante el lapso de “industria versus inferioridad” conviene enfatizar que el niño
tiene una vida escolar que va desde los 6 años hasta la adolescencia. Independientemente de
que se sienta a gusto o insatisfecho, el niño empieza a obtener reconocimiento por lo que
hace en ese nuevo entorno. Está en disposición de adquirir nuevos conocimientos y
habilidades o, dicho de otra manera, de volverse productivo.
Se trata de una etapa muy decisiva desde el punto social, puesto que la industria implica hacer
cosas junto a los demás y con ellos, por tanto, el niño despliega un primer sentido de la
división del trabajo y de la oportunidad diferencial.
El riesgo en esta etapa consiste en que cuando no hay suficiente reconocimiento, aparece una
sensación de inadecuación que puede conducir a un sentimiento de inferioridad. En cambio,
la exitosa solución de esta crisis permite aumentar la virtud de la competencia, que consiste
en una visión del “yo” como capaz de dominar y terminar sus tareas.
En correspondencia con Sigmund Freud, quien plantea la “teoría psicosexual”, observamos
que el autor pensaba que los primeros años de vida son decisivos en la formación de
la personalidad, a medida que los infantes desarrollan conflictos entre sus impulsos
biológicos innatos relacionados con la sexualidad y las restricciones de la sociedad.
El psicoanálisis freudiano distingue cinco etapas del desarrollo humano:
Este período se ubica entre la fase fálica y la fase genital, se inicia más o menos entre los 5 y
6 años de edad. Es considerado como un lapso en la que se detiene la evolución de la
sexualidad, ya que hay una disminución de las actividades sexuales, se desexualizan las
relaciones de objeto y de los sentimientos (predomina la ternura sobre los deseos sexuales),
aparecen sentimientos como pudor y asco y aspiraciones morales y estéticas, se intensifica la
represión, lo que provoca una amnesia al inicio del período, se transforma la libido hacia los
objetos en identificación con los padre y se dirige la energía sexual hacia otras actividades
no sexuales como el estudio, el deporte, etc. Esta canalización de la energía sexual le permite
adquirir nuevos conocimientos y habilidades. A pesar de que hay una disminución de la
actividad sexual siempre los niños hablan de tener novio o novia y expresan sus preferencias
al respecto. Este período se inicia con la declinación del Complejo de Edipo.
Fase genital
Es la quinta fase del desarrollo, que se caracteriza por la formación de la libido alrededor de
las zonas genitales. Se compone de dos tiempos, separados por el período de latencia: uno la
fase fálica y el segundo, la organización genital propiamente dicha, que inicia en la pubertad.