EACV U1 Contenido
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Programa de la asignatura:
U1 Conceptos generales y
antecedentes
Índice
Presentación de la unidad
Competencia específica
Propósitos
Identificar las emisiones (en el aire, el agua y el suelo) y los gases de efecto
2 invernadero generados en un proceso definido.
El primer análisis de ciclo de vida (ACV) se publicó en 1992 en Holanda. Fue escrito, de
manera conjunta, por el Centro de Medio Ambiente de la Universidad de Ciencia-Leiden
(Países Bajos), la Organización para la Investigación Científica Aplicada y los
Combustibles y la Oficina de Materias Primas, bajo los auspicios de la reutilización
nacional del Programa de Investigación de Residuos. Este análisis consistía en una guía
que se ha utilizado ampliamente y que ha estimulado debates en foros científicos y
sociales. En la última década, se han producido muchos avances en la metodología del
ACV, especialmente a través de la obra científica de SETAC (en español: Sociedad de
Toxicología Ambiental y Química). Además, han existido extensos desarrollos en los
estándares ISO relacionados con el ACV. En tercer lugar, está el creciente papel de la
UNEP (en español: Programa Ambiental de las Naciones Unidas) que estimula el uso
global del ACV. El último manual sobre ACV lo realizó el gobierno holandés a través de su
Ministerio de Vivienda, el Departamento de Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, el
Ministerio de Asuntos Económicos, el Ministerio de Agricultura, Naturaleza y Pesca y el
Ministerio de Transporte, Obras Públicas y Gestión del Agua.
Por lo tanto, el ACV es una herramienta para el análisis de la carga ambiental de los
productos en todas las etapas en su ciclo de vida; lo cual incluye:
1) La extracción de recursos
2) La producción de materiales
3) Las piezas de productos
4) El producto en sí
5) El uso del producto en la gestión, después de ser descartado, mediante la reutilización,
el reciclaje o la disposición final.
Una de las razones para utilizar el ACV es que el consumo final de los productos se
convierte en el motor de la economía. Por lo tanto, el consumo final ofrece oportunidades
básicas para la gestión ambiental en toda la cadena o red de procesos unitarios
relacionados con un producto. Otra razón fundamental es que el enfoque “de la cuna a la
tumba” evita remover un problema. Ahora bien, es importante que, para resolver un
problema ambiental, no se desplace éste a otra etapa en el ciclo de vida del producto. Por
ejemplo, hacer un coche de aluminio en lugar de acero significa que su consumo de
gasolina se reduce, pero la producción de aluminio requiere más energía que la del acero.
Cuando se tienen en cuenta todos estos hechos, se puede juzgar si un coche de aluminio
es realmente más ecológico que uno de acero.
Figura 1.1. Diagrama de flujo del ACV para un producto. Fuente: EC, 2013.
Definiciones
Figura 1.2. Etapas del sistema del ACV. Fuente: ISO, 2006ª.
a) Reuniones científicas anuales, en América del Norte y Europa, que son una parte
habitual de las reuniones del calendario de SETAC e incluyen sesiones centradas
en el desarrollo de la metodología de ACV.
b) Un caso anual, el Simposio de Estudios de Caso, que se celebró en Bruselas,
centrándose en la aplicación del ACV en diferentes ramas de la industria. Desde
La serie de las normas ISO 14000 incluye la norma 14001 de Sistemas de Gestión en el
Medio Ambiente, así como una serie de normas relativas del ACV (la serie 14040). Estas
actividades iniciaron en 1994 y su objetivo es producir la primera serie completa de
normas sobre ACV. Las normas ISO de ACV se refieren a los aspectos técnicos y a la
organización de un proyecto de ACV. Los aspectos organizativos se concentran,
principalmente, en el diseño de los procesos de revisión crítica, con especial atención a
las comparativas reveladas al público (ISO, 2012). Las siguientes normas generales y los
informes técnicos se realizaron por la ISO 14040 de la serie Gestión ambiental-Evaluación
del ciclo de vida:
14040 ISO: Una serie de principios y marco teórico del ACV. Primera edición
en1997.
14041 ISO: Una serie de definición del objetivo y alcance, asimismo del análisis de
inventario del ACV. Primera edición en 1998.
14042 ISO: Un estándar en la evaluación del impacto del ACV. Primera edición en
2000.
14043 ISO: Una serie en interpretación del ACV. Primera edición en 2000.
14047 CD: Un proyecto de informe técnico que contiene la presentación de ejemplos
para la norma ISO 14042 en la evaluación del impacto del ACV.
14048 CD: Un proyecto de norma sobre el formato de datos
14049 TR: Un informe técnico y la presentación de ejemplos para la norma ISO
14041, fase de inventario en el ACV. Primera edición en 1999.
Las normas internacionales e informes técnicos también han mejorado en la inclusión del
ACV como herramienta de apoyo en la decisión, por la industria y el gobierno.
La definición del objetivo y el alcance del estudio (además de seleccionar una unidad
funcional).
La compilación de un inventario, sobre los insumos de energía y los materiales
pertinentes, y las emisiones ambientales (inventario del ACV).
La evaluación de los impactos ambientales potenciales asociados con las entradas y
salidas del sistema (evaluación del impacto del análisis de ciclo de vida, IACV).
Interpretación de los resultados para ayudar a quienes toman las decisiones, de esta
manera, las decisiones serán más informadas, precisas y exactas.
La tabla 1.3 muestra los gases más importantes y su potencial de calentamiento global,
de acuerdo con el protocolo de Kyoto. En 1997, los líderes mundiales negociaron el
protocolo de Kyoto como una enmienda a la Convención Marco. En virtud del protocolo,
los países industrializados se comprometieron a la reducción, vinculante, de sus
emisiones de gases de efecto invernadero colectivos (5.2% en 2012 en comparación con
los niveles de 1990). Dentro del marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas
sobre Cambio Climático (UNFCCC por sus siglas en inglés, United Nations Framework
Conventionon Climate Change), las negociaciones internacionales tratan de establecer
nuevas metas de reducción para el segundo período de compromiso posterior a 2012
(UNFCCC, 1992).
eliminación de residuos.
Generado en algunos procesos
de fabricación de materias
primas para productos
N2O 310 11% químicos, el proceso de
descomposición de los
microorganismos en el estiércol
del ganado, etc.
Se utiliza en el refrigerante, en
aparatos de refrigeración y aire
HFC-
140-11,700 <1% acondicionado, y en agentes
hidrofluorocarbono
espumantes, como materiales
de aislamiento térmico, etc.
Se utiliza en los procesos de
PFC- perfluoro de
7,400 <1% fabricación de semiconductores,
carbono
etc.
En el gas de cobertura al hacer
una solución de magnesio,
SF6-Hexafloruro de
25,000 <1% fabricación de semiconductores
azufre
y gas de aislamiento eléctrico,
etc.
Fuente: Guoxiang, 2012.
Las emisiones de GEI asociadas a una actividad se pueden clasificar según el tipo de
emisiones: directas o indirectas (figura 1.4).
• Las emisiones directas son emisiones de fuentes que el sujeto que genera la actividad
posee o controla.
• Las emisiones indirectas son emisiones que son consecuencia de las actividades que
realiza el sujeto, pero que tienen lugar en fuentes que otro sujeto posee o controla.
La figura 1.4 representa, de forma esquemática, qué emisiones incluyen los tres alcances
de tipos de emisiones de GEI y cuáles son las emisiones que pueden calcularse en un
ACV (OCCC, 2011). Los alcances son directos, indirectos de la energía. Esta clasificación
sobre los materiales y energía se verán con mayor profundidad en subcapítulos
posteriores.
Figura 1.4. Clasificación de las emisiones de GEI y emisiones que pueden calcularse. Fuente:
OCCC, 2011.
Para calcular las emisiones asociadas, debe aplicarse un factor de emisión de CO2
atribuible al suministro eléctrico, también conocido como mix eléctrico (g de CO2/kWh),
que representa las emisiones asociadas a la generación eléctrica, conectada a la red
nacional necesaria para cubrir el consumo. El mix eléctrico del año 2010 es de 181 g
CO2/kWh (OCCC, 2011).
Una residencia de ancianos, con un consumo eléctrico anual de 38,000 kWh, introduce
medidas para el ahorro de consumo de energía; por ejemplo, la iluminación de bajo
consumo, equipos de climatización y electrodomésticos eficientes, lo que representa un
ahorro del consumo eléctrico del 8 %. ¿Qué reducción de emisiones resulta de ello?
(OCCC, 2011).
Condiciones iniciales:
Una vivienda con un consumo de gas natural de 100 m3/mes cambia la caldera por otra
más eficiente, lo que supone un ahorro del 5 % en el consumo total de gas natural. Para
obtener la reducción de emisiones de CO2 asociada, debe efectuarse el cálculo siguiente
(OCCC, 2011):
Condiciones iniciales
Condiciones finales
Ejemplo de biomasa
Una industria del sector cerámico, con un consumo de gas natural de 3.5 millones de m3,
instala una caldera de biomasa alimentada con cáscara de arroz y maíz, la cual le permite
autoabastecerse energéticamente en un 15 %. Para obtener la reducción de emisiones de
CO2 asociada, debe efectuarse el cálculo siguiente (OCCC, 2011):
Condiciones iniciales
Condiciones finales
Un club de natación, con necesidades térmicas totales de 382,800 kWh anuales (las
cuales inicialmente se cubren con una caldera de gas natural), lleva a cabo la instalación
de energía solar térmica para la producción de agua caliente sanitaria (ACS) y para la
climatización de la piscina cubierta, lo que supone una producción de 79,000 kWh/año.
Para obtener la reducción de emisiones de CO2 asociada, debe efectuarse el cálculo
siguiente (OCCC, 2011):
Condiciones iniciales
Condiciones finales
Eutrofización
Tras una masiva entrada de nutrientes, el agua pasa a estar dominada por fitoplancton,
que genera turbidez y macroalgas; estos, a su vez, utilizan los nutrientes para la
producción autotrófica de materia orgánica (biomasa algal). Bajo condiciones necesarias
(luz-temperatura-nutriente), esta biomasa se multiplica en la capa más superficial,
obstruyendo el paso de luz a las capas más profundas, lo que provoca que las algas
sumergidas desaparezcan y que los peces predadores no sean capaces de ver y cazar
alimento, alterándose así el equilibrio (Alfaro, 2003).
Heijungs y col. (1992) fueron los primeros en incluir la eutrofización dentro del marco de
ACV, usando como indicador de impacto, la producción de biomasa (para N y P) y la
demanda de oxígeno (para materia orgánica). Sus factores de caracterización para N y P
se basaban en la relación relativa de nutrientes que constituyen el fitoplancton, también
conocido como la relación de Redfield (C:N:P=106:16:1) (Redfield y col., 1963). Por su
parte, el factor correspondiente a la materia orgánica se expresaba a través de la
demanda química de oxígeno (DQO) y se obtenía de asumir que 138 moles de O2
degradan un mol de biomasa de alga (C106H263O110N16P). Usando como unidad de
referencia el equivalente, estos factores permitían expresar el impacto potencial
provocado por estas sustancias (tabla 1.7).
NO 0.20
NOX (como NO2) 0.13
NH3 0.35
NH4+ 0.33
N 0.42
-
NO3 0.10
P 3.06
-3
PO 4 1.00
DQO 0.022
Fuente: Heijungs y col., 1992.
Ecuación 1.1
Ecuación 1.2
Ecuación 1.3
1 mol de NH4+ contribuye a la formación de 1/16 moles de materia orgánica siempre que el
elemento P esté disponible. Por tanto, 1 g of NH4+contribuye a la formación de 0.0035
moles de algas 1/(16*18) y se consumen 0.459 moles de O2 (0.0035*138). EP del NH4+es
0.33 g eq. PO4·g-1(0.459/1.453).
Acidificación
Ecuación 1.4
Ecuación 1.5
Donde h H+(mol·kg-1) representa el número de iones H+, que pueden ser potencialmente
producidos por un kg de substancia i, MH+ (kg·mol-1) el peso equivalente de un mol H+ y
Mi el peso equivalente de la substancia i.
Por ejemplo, un mol de SO2 forma un mol de H2SO4 que emite dos moles de H+. Por tanto,
un gramo de SO2 contribuye a la formación de (2/64) 0.03125 moles de H+. El valor del
factor de caracterización de AP para el SO2 es 0.03125 (tabla 1.8).
Sustancia AP
NH3 1.6
NO2 0.5
SO2 1.2
Hoy en día, la reducción del espesor de la capa de ozono, junto con el cambio climático
global, representa uno de los problemas ambientales más importantes en el mundo. El
agotamiento del ozono estratosférico es causado por varios agentes que se conocen
genéricamente como sustancias agotadoras del ozono (SAO), que contienen cloro, bromo
y flúor y se generan principalmente como resultado de las actividades humanas. Al ser
liberadas, las SAO alcanzan la estratosfera, donde participan en una serie de reacciones
que conducen a la liberación de átomos de cloro y bromo, que destruyen el ozono; una
molécula de cloro o bromo puede destruir cien mil moléculas de ozono. Las SAO se
utilizan en los sistemas de refrigeración, el aire acondicionado, la espuma rígida de
poliuretano, solventes, insecticidas, aerosoles y extintores, entre otros. Las SAO más
conocidas son los clorofluorocarbonos (CFC), pero también se destacan los
hidroclorofluorocarbonos (HCFC), los halones, el bromuro de metilo (MBR), el tetracloruro
de carbono (TET) y el metil cloroformo (MCF) (WMO y UNEP, 2003).
Ecuación 1.6
El concepto ODP fue introducido por Wuebbles en 1988 (Guinée y col., 2002); se define
como la relación entre la descomposición del ozono en el estado de equilibrio, debido a
las emisiones anuales (flujo en kg·a-1 de una cantidad de una substancia, i, emitida hacia
la atmósfera), y la descomposición del ozono en estado de equilibrio, debido a una
cantidad igual de CFC-11:
Ecuación 1.7
por tratarse de potenciales estables en el tiempo. Sin embargo, el grado de impacto será
influenciado por las condiciones atmosféricas de contaminación en el momento y en el
lugar de la emisión. Para tener en cuenta el efecto local en la emisión, se establecen tres
índices: medio, alto y bajo, correspondientes a las zonas de contaminación atmosférica
media, alta y baja (tabla 1.10) (TEAM, 1999).
Bajo la influencia de la radiación solar, los óxidos de nitrógeno (NOx) reaccionan con los
compuestos orgánicos volátiles (COV) para producir ozono troposférico. Este fenómeno
tiene lugar durante los meses de verano, principalmente. Asimismo, la presencia de
monóxido de carbono puede contribuir a la formación de ozono (Bizkailab, 2012; Mayorga,
2013).
Las oxidantes foto-químico pueden resultar perjudiciales para la salud humana, los
ecosistemas y la agricultura, al afectar las cuatro áreas de protección (Udo de Haes y col.,
1999): salud humana, recursos naturales, entornos naturales y entornos modificados por
el hombre. Para calcular el indicador de formación de foto-oxidantes (POI), se utiliza como
factor de caracterización (POCP) el Photo-chemical Ozone Creation Potentials (Guinée y
col., 2002). Se mide con respecto al efecto producido por 1 kg de etileno:
Ecuación 1.8
Ecuación 1.9
Ecuación 1.10
Ecuación 1.11
Ecuación 1.12
Ecuación 1.13
Donde Ri es la reserva del recurso i en kg, DRi es la disminución de Ri en kg a-1, Rref (kg)
es la reserva de antimonio, como recurso de referencia, y DRref en kg a-1 es la
disminución de Rref. La tabla 1.12 enlista los valores de F3 y ADF para distintos
elementos.
A pesar de que ésta es una de las categorías que más importancia puede tener para
establecer la sostenibilidad de una actividad, no existe hoy en día un consenso sobre qué
indicadores usar; quizás, precisamente, a causa de su propia complejidad. Hay
numerosos estudios en donde se muestra que la extinción de las especies sucede a
causa de la pérdida de su hábitat. La conversión de hábitats naturales para la práctica
agrícola y forestal, la expansión de las áreas urbanas e industriales han desplazado los
ecosistemas naturales (UNEP, 2003).
Por esta razón los indicadores más desarrollados hasta el momento guardan relación con
la biodiversidad. Asimismo, se ha visto la necesidad de establecer indicadores que
evalúen los cambios en la calidad del suelo, que afectará aquellas funciones de sostén de
la vida, la fertilidad del suelo, los ciclos hidrológicos, etc. (Weidema y Lindeijer, 2001).
Toxicidad
En esta categoría se contemplan los efectos que producen las sustancias tóxicas del
ambiente en los seres humanos y los ecosistemas, acuáticos y terrestres. Estas
sustancias afectan las áreas de protección, la salud humana, el entorno natural y los
recursos naturales. En estas categorías, el factor destino y, especialmente, el transporte a
través de diferentes medios ("intermedia transport") tiene mayor importancia. Un
contaminante no permanece en el medio ambiente (como aire, suelo, agua superficial,
agua subterránea, mar) en el que es emitido, sino que puede desplazarse y alcanzar otros
compartimentos que serán contaminados. Una determinada sustancia puede, incluso, ser
más dañina en un medio diferente al de su emisión (Antón, 2004; Allen y Shonnard,
2002). Calcular el impacto de toxicidad en humanos será determinado por la ecuación
siguiente (Huijbregts y col., 2000):
Ecuación 1.14
Donde HTP es el factor de caracterización, cuyas unidades van a depender del método
utilizado para su caracterización; fi, n es la fracción de la substancia i, que se transporta
desde el invernadero al compartimento ambiental n, adimensional; y m la masa emitida de
cada contaminante. De igual manera, el cálculo de la ecotoxicidad acuática (ATI) se
calculará mediante la expresión (Antón, 2004):
Ecuación 1.15
Ecuación 1.16
Donde ATP y TTP son los factores de caracterización para la toxicidad de los ecosistemas
acuáticos y terrestres, respectivamente. Existen diferentes métodos para el cálculo de los
factores de caracterización de la toxicidad. No existe aún un consenso sobre qué método
utilizar. Por defecto, en este texto, se utilizará el método conocido como Critical Surface
Time (CST) recomendado por Audsley (1997) para los sistemas agrícolas.
La tabla 1.13 resume los factores de caracterización calculados por el método CST (Jolliet
y Crettaz, 1996) de diversas sustancias que aparecerán en los inventarios, excluyendo los
plaguicidas. En este caso, las unidades para el factor de caracterización de la toxicidad
humana son los kg equivalentes de plomo en el aire por kilo de sustancia; para la
toxicidad de ecosistemas acuáticos, kg equivalentes de Zinc en el agua por kilo de
sustancia; y para ecotoxicidad terrestre, kg equivalentes de Zinc en el suelo por kilo de
sustancia (Jolliet y Crettaz, 1996).
Estaño 0.0015
Fenoles 0.052 15.4
Fluoruros 0.045
Fosfatos como fósforo 0.0000032 0.01
Mercurio 7.8 1,300
Níquel 0.062 0.79
Plomo 0.86 5.2
Selenio 10.9
Zinc 0.0032 1
Fuente: Jolliet y Crettaz, 1996.
Un análisis del ciclo de vida puede llegar a ser bastante complejo en un tiempo muy corto.
La forma más fácil de trazar el flujo de procesos involucrados, incluyendo materias primas
y productos, es utilizando diagramas o plantillas. Una plantilla es una guía para ayudar a
la recolección, asignación e interpretación de datos. Corrientes de productos pueden
colocarse en el diagrama simplemente, como se muestra en la figura 1.6. Sin embargo, se
hace evidente que este nivel de detalle no es adecuado, pues se requieren diagramas a
detalle. Un diagrama más detallado de un proceso, con los flujos para la fabricación, se
muestra en las figuras 1.7 y 1.8 (Ciambrone, 1997).
Figura 1.7. Diagrama simplificado del proceso de la pulpa y papel. Fuente: Ciambrone, 1997.
Figura 1.8. Diagrama de flujo del proceso de la leche. Fuente: Nemerow y Dasgupta, 1991.
Algunos textos que se utilizan en la plantilla básica se muestran en la figura 1.9. Las
plantillas básicas utilizadas deben desarrollarse en el nivel necesario más bajo
(subsecciones) para obtener los datos requeridos. Los diagramas ayudan a hacer un
seguimiento de la información. Cada diagrama deberá contener lo que se muestra en la
tabla 1.14.
Figura 1.9. Balance de materia y energía de un diagrama básico en una operación unitaria. Fuente:
Ciambrone, 1997.
Tabla 1.14 Entradas y salidas que debe contener un diagrama básico para realizar un
estudio de balance de masa y energía, en el ACV.
Entrada Salientes
Materias primas o intermedia Emisiones al aire
Energía Emisiones al agua
Agua Desechos sólidos
Otras entradas Productos
Fuente: Ciambrone, 1997.
Los materiales de entrada para cada operación unitaria se conocen como materias primas
o intermedias. Las materias primas son, generalmente, materiales que han sido extraídos
de la tierra pero que no han sido refinados o manufacturados. Los ejemplos incluyen los
minerales, animales, productos de origen vegetal, etc. Los materiales intermedios son los
que han sufrido algún tipo de procesamiento. El inventario más completo del ciclo de vida
empezará un nivel de las materias primas. En la figura 1.8, la leche se puede considerar
una materia prima intermedia, porque se obtiene directamente de las vacas. Por otra
parte, hay un impacto en el medio ambiente en la crianza y el mantenimiento de las
vacas. Otros pueden considerar la leche como materia prima, porque nada le ha sucedido
a la leche antes de llegar a la planta de procesamiento. Si se considera la leche como
punto de partida, el fundamento de esta decisión debe tener en cuenta el mismo
razonamiento para aplicarlo al proceso de pulpa de papel, como en la figura 1.8
(Ciambrone, 1997).
La ventaja del primer método es que el analista no tiene que explicar o defender lo que se
ha incluido o excluido; la desventaja es que todo el estudio podría convertirse en un largo
ejercicio y muy caro. Asimismo, el aspecto computacional, de incluir todo, podría ser
exhaustivo.
Algunos ejemplos incluyen ciertas especies como madera, cultivos agrícolas, algas, etc. Se
debe tener en cuenta que los recursos materiales deben ser renovables y que se reponen
en un marco de tiempo relevante para la sociedad. Algunos materiales ya no se consideran
renovables, porque se abusó en su explotación (Ciambrone, 1997).
Los ejemplos incluyen a los minerales extraídos de la tierra, el carbón, el petróleo, el gas
natural y los materiales de los suministros en periodo de agotamiento.
Balance de energía
La energía se muestra como una entrada en el diagrama de flujo del balance de materia y
energía, en el proceso o sistema. La energía que se muestra en los niveles superiores es
un compuesto de aquellos que están en las operaciones unitarias siguientes. Hay tres
clases de energía para su uso en el análisis:
Se requiere energía de proceso para operar y ejecutar cada proceso en los subsistemas
u operaciones unitarias. Estos incluyen la energía eléctrica (para los motores, bombas,
reactores, celdas electrolíticas) y el gas (para la calefacción).
Tabla 1.15. Ejemplo de una mezcla de fuentes de red de energía eléctrica para un
proceso.
Combustible %
Carbón 5
Nuclear 20
Hidroeléctrica 10
Gas natural 10
Petróleo 4
Otros (madera, desechos a energía, geotermia, eólica, <1
pero excluye fuentes de cogeneración)
Fuente: Ciambrone, 1997.
Balance de agua
Los volúmenes de agua deben incluirse en un ACV. ¿Cómo se debe incluir el agua? El
objetivo es medir por unidad de producto. Por ejemplo, el agua extraída de un arroyo, que
se utiliza en un proceso y es reemplazada por la misma cantidad y condición, no debe ser
contabilizada en el análisis. Por otro lado, el agua tomada a partir de una fuente de agua
subterránea y que se descarga en la superficie se debe cuantificar.
Un ACV considera cinco tipos de salidas en el balance de materia y energía (Hunt y col.,
1992):
Las emisiones en el aire se restauran sobre una base en peso. Las cantidades deben ser
las cantidades reales de residuos y se permite cuantificar los residuos emitidos en el
medio ambiente y excluir los que están siendo atrapados o sometidos en un sistema de
eliminación de residuos. Sin embargo, el estudio deberá tener en cuenta el sistema de
tratamiento como una operación unitaria y modelarlo en consecuencia; asimismo, se
Los desechos reales variarán para cada sistema, dependiendo del tipo de industria, el
proceso y los desechos relacionados con el producto o el proceso. Por ejemplo, los
residuos en la elaboración de alimentos, para una planta de chips de maíz, es
principalmente la harina de maíz. Aunque no es potencialmente peligroso, grandes
concentraciones de desechos de maíz pueden arrastrarse en aguas residuales. Esto
aumentará drásticamente la DBO, DQO y los niveles de SS. Los propietarios de la planta
podrían considerar un sistema de tratamiento que les permita vender la harina de maíz
(de desecho) para la alimentación animal y la reutilización del agua para torres de
Los residuos sólidos incluyen todo el material sólido que debe eliminarse de las fuentes
que se encuentran dentro del sistema que se está estudiando. Los desechos sólidos se
reportan en peso, aunque también se pueden convertir en volumen para las
comparaciones, por ejemplo, en la eliminación en rellenos sanitarios (figura 1.10). A
veces, es necesario separar los desechos por tipo; de esta manera, se ayudará a
determinar el proceso para poder reducirlos (Hunt y col., 1992).
Figura 1.10. Impacto en un relleno sanitario de la disposición de 1,000 bolsas de papel y 1,000
bolsas de plástico. Fuente: Ciambrone, 1997.
Residuos del proceso: son aquellos residuos generados durante los ciclos de
fabricación del producto. Se considera todos los residuos sólidos, tanto los peligrosos
como los no peligrosos.
La profundidad con la que el analista estudia los desechos depende de las condiciones y
límites del sistema en el estudio. Por otra parte, es opcional incluir los desechos de la
refinación de los combustibles utilizados en el proceso o los utilizados para el transporte,
Figura 1.11 Productos de una operación unitaria. Fuente: Batelle y Franklin, 1993.
Figura 1.12. Asignación del co-producto- Producto A. Fuente: Batelle y Franklin, 1993.
Figura 1.13. Asignación del co-producto- Producto B. Fuente: Batelle y Franklin, 1993.
Los siguientes pasos del producto primario están más allá del alcance y de límites del
estudio y no necesitan ser incluidos. Si durante el estudio existen los datos suficientes
para lograr los valores cualitativos y cuantitativos de los co-productos, esto facilita el
estudio, reduciendo el tiempo y el esfuerzo requerido en el modelo. En el caso del
producto primario los procesos químicos pueden llegar a ser bastante complejo. En casos
como estos, la asignación de masa es necesaria (valor cuantitativo). Cuando no sea
posible asignar los co-productos, será necesario agruparlos como comunes; un ejemplo
de esto es el tratamiento electrolítico de salmuera, que produce sodio, hidrógeno y cloro
como co-productos. En este caso, se podrían considerar las emisiones por el cloro; sin
embargo, la celda electrolítica también produce sodio e hidrógeno al mismo tiempo. Por lo
tanto, la celda no puede producir solamente sodio e hidrógeno. El cloro se coproduce y,
en este caso, todos pueden agruparse como una emisión conjunta sobre una base de
asignación de masa (Ciambrone, 1997).
Figura 1.15. Límites del sistema en el ACV. Fuente: Batelle y Franklin, 1993.
Figura 1.16. Etapa de fabricación del producto. Fuente Batelle y Franklin, 1993.
Para mantener el ACV bajo control, se debe realizar el mapeo de los procesos que se
incluirán. Esto permitirá que el proceso pueda visualizarse y, de esta manera, se facilitará
el ajuste apropiado de los límites y la profundidad del análisis. Esto se puede lograr
utilizando un método simple de modelación. En este “sistema”, el modelo se iniciará con la
primera etapa superior del proceso, como se muestra en la figura 1.17. En la figura 1.17,
el conjunto que se estudiará está encerrado por un límite (o caja); este es el nivel 1.0, que
puede ser dividido en la siguiente capa. Por ejemplo, el dueño de ACME, Plásticos y
Colocación, que hace un moldeo por inyección de piezas de plástico y los baña con una
capa de cromo para platearlos, se interesa por el impacto ambiental que tienen los
cabezales de ducha de plástico plateados; para conocerlo, deberá modelar el ciclo de vida
de su producto y así decidirá las condiciones límite del sistema de su modelo. Por otra
parte, el propietario decidió excluir los procesos de fabricación del plástico ABS y la
fabricación de las soluciones de platinado; para ello, éstos considerarán materias primas
idóneas. El diagrama del sistema del nivel 1.0 se muestra en la figura 1.18 (Ciambrone,
1997).
Figura 1.17. Modelo principal del sistema, nivel 1. Fuente: Ciambrone, 1997.
El nivel 2 desglosa el proceso aún más, tal como se muestra en la figura 1.19. Cada
bloque en el modelo tiene un número asignado, en función de dónde proviene. Por
ejemplo, en la capa del modelo del nivel 2, cada bloque tiene un número de identificación,
como 2.1, para la fabricación. Esto permite a los usuarios tomar cada bloque y
descomponerlo sistemáticamente, como se ilustra en la figura 1.20; en esta figura, el
bloque 2.1, que corresponde a la industria manufacturera, se amplió. Asimismo, se ha
ampliado, aún más, éste en la figura 1.21, descomponiendo el bloque 2.1.3. Cada uno de
los bloques, en la figura 1.20, puede y deben subdividirse. Como regla general, cada
desglose no debería tener más de cuatro o seis bloques. La figura 1.21 es el ejemplo para
este bloque. De este modo, el modelado proporciona las siguientes ventajas:
Los modelos pueden tener, en realidad, números cuantitativos escritos en cada flecha, en
la entrada y salida de cada bloque. Si los valores cuantitativos, como la energía, no están
disponibles en cada paso, el analista puede tratar de organizarse para realizar las
mediciones y calcular la energía, a partir de la base de datos que tiene el equipo (potencia
de los motores para el momento del análisis), o encontrar el nivel en el que está
disponible y la partición, de la mejor manera posible. Por ejemplo, el usuario podría tener
el gas y la electricidad total, de uso en la instalación, y prorratear la suma aproximada a
las zonas en estudio. Cualquiera que sea el método que se utilice, se debe tomar nota
para futuras referencias. Siempre que sea posible, los datos que describen el
funcionamiento de los subsistemas u operaciones unitarias deben elaborarse a partir de
fuentes primarias. En algunos casos, el sistema de fabricación será el único para el
sistema en estudio (Ciambrone, 1997).
Figura 1.22. Balance de materia del proceso de fabricación del vidrio. Fuente: CNPML, 2004.
Figura 1.23. Balance de masa del proceso de tableros aglomerados de partículas. Fuente: CNPML,
2004.
Figura 1.24. Balance de masa para la producción de una tonelada de jabón. Fuente: CNPML,
2004.
Figura 1.25. Balance de materia y energía de un proceso de aserrado. Fuente: CNPML, 2004.
Cierre de la unidad
En esta unidad se expusieron los conceptos básicos para realizar la evaluación de un
proceso, producto o servicio. Para ello, aprendiste cómo se conforman las operaciones
unitarias involucradas en el sistema en estudio, determinando las entradas y salientes del
mismo sistema. Asimismo, en las entradas y salientes se estudió cómo determinar las
emisiones en el agua, aire y suelo generadas en el sistema y en cada una de las
operaciones unitarias. Esto implicó aplicar balances de materia y energía en el sistema
para realizar los cálculos en la entrada y la salida del sistema en cada operación unitaria.
Al final de esta unidad se pudo realizar, con lo aprendido, el esquema de un proceso que
poseyera todas las operaciones unitarias involucradas con sus entradas y salientes
correspondientes. En la unidad 2 se podrá aplicar la metodología del análisis de ciclo de
vida, según la normatividad, y se aplicará en el esquema terminado en la unidad 1.
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Fuentes de consulta
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