Un Dolor Fingido - 14
Un Dolor Fingido - 14
Un Dolor Fingido - 14
Durante todo mi primer curso interno en el colegio –El director ha telefoneado a tu casa y tu madre vie- Durante todo mi primer curso interno en el colegio –El director ha telefoneado a tu casa y tu madre vie-
de Saint Peters no me abandonó la morriña o nostal- ne por ti esta tarde. de Saint Peters no me abandonó la morriña o nostal- ne por ti esta tarde.
gia de mi casa. Por eso, a principios del curso tramé gia de mi casa. Por eso, a principios del curso tramé
No le contesté. Seguí allí tendido, sin más, procu- No le contesté. Seguí allí tendido, sin más, procu-
un ardid para que me enviaran a casa, aunque tan un ardid para que me enviaran a casa, aunque tan
rando aparentar que estaba muy malo, pero el cora- rando aparentar que estaba muy malo, pero el cora-
solo fuera por unos días. Mi idea consistía en simu- solo fuera por unos días. Mi idea consistía en simu-
zón me cantaba en el pecho toda suerte de cánticos zón me cantaba en el pecho toda suerte de cánticos
lar un ataque fulminante de apendicitis. lar un ataque fulminante de apendicitis.
prodigiosos de loor y de júbilo. prodigiosos de loor y de júbilo.
Cuando llamé a la puerta color castaño, ni siquiera Así pues, me llevaron a casa y tan dichoso me sentía Cuando llamé a la puerta color castaño, ni siquiera Así pues, me llevaron a casa y tan dichoso me sentía
sentía el terror que la celadora solía inspirarme. de alejarme de aquel horrendo edificio de la escuela sentía el terror que la celadora solía inspirarme. de alejarme de aquel horrendo edificio de la escuela
–¡Adelante! –tronó su voz. que por poco se me olvida mi papel de supuesto en- –¡Adelante! –tronó su voz. que por poco se me olvida mi papel de supuesto en-
fermo. Esa tarde me reconoció el doctor Dunbar en fermo. Esa tarde me reconoció el doctor Dunbar en
Entré agarrándome con las manos la parte derecha su consulta e intenté una vez más los mismos tru- Entré agarrándome con las manos la parte derecha su consulta e intenté una vez más los mismos tru-
del vientre y tambaleándome. cos. Pero el doctor Dunbar era mucho más compe- del vientre y tambaleándome. cos. Pero el doctor Dunbar era mucho más compe-
–¿Qué te ocurre? –gritó la celadora. tente y avisado que la celadora y que el médico del –¿Qué te ocurre? –gritó la celadora. tente y avisado que la celadora y que el médico del
colegio. Después de haberme palpado el vientre y colegio. Después de haberme palpado el vientre y
–Me duele, señora celadora –gemí–. ¡Me duele mu- haber yo lanzado mis alaridos de rigor, me dijo: –Me duele, señora celadora –gemí–. ¡Me duele mu- haber yo lanzado mis alaridos de rigor, me dijo:
chísimo! ¡Aquí, aquí! chísimo! ¡Aquí, aquí!
–Ahora vístete y siéntate en esa silla. –Ahora vístete y siéntate en esa silla.
–¡Has zampado demasiado! –ladró ella–. Cómo quie- –¡Has zampado demasiado! –ladró ella–. Cómo quie-
res que no te duela si estás todo el santo día co- Se sentó él a su vez detrás de su mesa escritorio y res que no te duela si estás todo el santo día co- Se sentó él a su vez detrás de su mesa escritorio y
miendo bizcocho con pasas. clavó en mí una mirada penetrante, aunque no se- miendo bizcocho con pasas. clavó en mí una mirada penetrante, aunque no se-
vera ni hostil. vera ni hostil.
–Ya hace días que no como –mentí–. ¡No puedo co- –Ya hace días que no como –mentí–. ¡No puedo co-
–Estás fingiendo, ¿verdad? –dijo. –Estás fingiendo, ¿verdad? –dijo.
mer, señora celadora! ¡No tengo ganas! mer, señora celadora! ¡No tengo ganas!
–¿Cómo lo sabe? –espeté. –¿Cómo lo sabe? –espeté.
–Échate en la cama y bájate los pantalones. –Échate en la cama y bájate los pantalones.
–Porque tienes el vientre blando y perfectamente –Porque tienes el vientre blando y perfectamente
Me tendí en la cama y se puso a palparme violenta- Me tendí en la cama y se puso a palparme violenta-
normal –repuso–. Si hubieras tenido una inflama- normal –repuso–. Si hubieras tenido una inflama-
mente la barriga. Yo la observaba con atención y, mente la barriga. Yo la observaba con atención y,
ción ahí abajo, habrías tenido el vientre duro y rígi- ción ahí abajo, habrías tenido el vientre duro y rígi-
cuando tocó donde me figuraba que estaba el apén- cuando tocó donde me figuraba que estaba el apén-
do. Es fácil de averiguar. do. Es fácil de averiguar.
dice, solté un alarido. dice, solté un alarido.
Guardé silencio. Guardé silencio.
–¡Ay, ay, aaayyy! –grité–. ¡No, señora celadora, no, –¡Ay, ay, aaayyy! –grité–. ¡No, señora celadora, no,
ahí no! Me he pasado la mañana devolviendo –ge- –Supongo que tienes morriña –añadió él. ahí no! Me he pasado la mañana devolviendo –ge- –Supongo que tienes morriña –añadió él.
mí–, ¡y ahora ya no me queda nada que devolver, Asentí compungido. mí–, ¡y ahora ya no me queda nada que devolver, Asentí compungido.
pero me siguen dando arcadas! pero me siguen dando arcadas!
–Todo el mundo la siente al principio –dijo–. Debes –Todo el mundo la siente al principio –dijo–. Debes
Acerté de lleno. La vi titubear. echarla fuera. Acerté de lleno. La vi titubear. echarla fuera.
–No te muevas de ahí –dijo, y salió a toda prisa. Al –¿Qué va usted a decir a los del colegio? –le pregun- –No te muevas de ahí –dijo, y salió a toda prisa. Al –¿Qué va usted a decir a los del colegio? –le pregun-
cabo de una hora llegó el médico y repitió los mis- té, temblando. cabo de una hora llegó el médico y repitió los mis- té, temblando.
mos tanteos y exploraciones dactilares de mi barriga –Diré que tenías una infección de vientre grave que mos tanteos y exploraciones dactilares de mi barriga –Diré que tenías una infección de vientre grave que
y yo volví a soltar los alaridos oportunos cada vez yo estoy tratando con píldoras –contestó sonriendo–. y yo volví a soltar los alaridos oportunos cada vez yo estoy tratando con píldoras –contestó sonriendo–.
que me parecía que tocaba en el sitio pertinente. 0 sea, que vas a quedarte en casa tres días más. Pe- que me parecía que tocaba en el sitio pertinente. 0 sea, que vas a quedarte en casa tres días más. Pe-
Luego me puso un termómetro en la boca. ro prométeme que no volverás a intentar nunca nada Luego me puso un termómetro en la boca. ro prométeme que no volverás a intentar nunca nada
–Hum –murmuró–, la temperatura es normal. Va- de esto. Ya tiene tu madre bastantes problemas y fa- –Hum –murmuró–, la temperatura es normal. Va- de esto. Ya tiene tu madre bastantes problemas y fa-
mos a explorar el vientre de nuevo. tigas para, encima, tener que ir a buscarte al colegio. mos a explorar el vientre de nuevo. tigas para, encima, tener que ir a buscarte al colegio.
–¡Aaaaayyyy! –chillé cuando tocó el punto vital. El –Le prometo que nunca lo volveré a hacer –dije. –¡Aaaaayyyy! –chillé cuando tocó el punto vital. El –Le prometo que nunca lo volveré a hacer –dije.
médico salió con la celadora. Esta volvió media hora ROAL DAHL médico salió con la celadora. Esta volvió media hora ROAL DAHL
después y dijo: Relatos de la infancia(Adaptación) después y dijo: Relatos de la infancia(Adaptación)
COMPRENDO LO QUE LEO
Un dolor fingido 1. Responde.
• ¿A quién consiguió engañar el protagonista?
• ¿Cuándo se sintió el protagonista más alegre?
Durante todo mi primer curso interno en el colegio –El director ha telefoneado a tu casa y tu madre vie- • ¿Dónde comienza y dónde termina la historia?
de Saint Peters no me abandonó la morriña o nostal- ne por ti esta tarde.
gia de mi casa. Por eso, a principios del curso tramé 2. Marca en cada caso la respuesta correcta.
No le contesté. Seguí allí tendido, sin más, procu-
un ardid para que me enviaran a casa, aunque tan
rando aparentar que estaba muy malo, pero el cora- • ¿Quién es el protagonista de la lectura?
solo fuera por unos días. Mi idea consistía en simu-
zón me cantaba en el pecho toda suerte de cánticos • Un profesor. • Un médico. • Un celador. • Un alumno.
lar un ataque fulminante de apendicitis.
prodigiosos de loor y de júbilo.
• ¿Por qué sentía nostalgia el protagonista?
Cuando llamé a la puerta color castaño, ni siquiera Así pues, me llevaron a casa y tan dichoso me sentía
sentía el terror que la celadora solía inspirarme. • Porque no le gustaba estudiar.
de alejarme de aquel horrendo edificio de la escuela
• Porque el colegio tenía malas instalaciones.
–¡Adelante! –tronó su voz. que por poco se me olvida mi papel de supuesto en-
• Porque no podía vivir con su familia.
fermo. Esa tarde me reconoció el doctor Dunbar en
Entré agarrándome con las manos la parte derecha su consulta e intenté una vez más los mismos tru-
del vientre y tambaleándome. 3. Reflexiona y contesta.
cos. Pero el doctor Dunbar era mucho más compe-
tente y avisado que la celadora y que el médico del • ¿Por qué el primer médico no descubrió el engaño del protagonista?
–¿Qué te ocurre? –gritó la celadora.
colegio. Después de haberme palpado el vientre y • ¿Por qué el doctor Dunbar ayudó al protagonista?
–Me duele, señora celadora –gemí–. ¡Me duele mu- haber yo lanzado mis alaridos de rigor, me dijo:
chísimo! ¡Aquí, aquí! 4. Imagínate a la celadora. Dibújala y descríbela.
–Ahora vístete y siéntate en esa silla.
–¡Has zampado demasiado! –ladró ella–. Cómo quie- POLISEMIA
res que no te duela si estás todo el santo día co- Se sentó él a su vez detrás de su mesa escritorio y
clavó en mí una mirada penetrante, aunque no se- 5. Lee.
miendo bizcocho con pasas.
vera ni hostil. curso.Sustantivo masculino. 1. Recorrido de una co-
–Ya hace días que no como –mentí–. ¡No puedo co- rriente de agua, desde su nacimiento hasta su desem-
–Estás fingiendo, ¿verdad? –dijo.
mer, señora celadora! ¡No tengo ganas! bocadura. El río pasa en su curso por varias ciuda-
–¿Cómo lo sabe? –espeté. des. 2. Período del año en que los alumnos asisten
–Échate en la cama y bájate los pantalones.
a clase. El nuevo curso comenzará en septiembre.
–Porque tienes el vientre blando y perfectamente 3. Conjunto de lecciones para la enseñanza de una
Me tendí en la cama y se puso a palparme violenta-
normal –repuso–. Si hubieras tenido una inflama- materia. Voy a asistir a un curso de esquí
. 4. Serie de
mente la barriga. Yo la observaba con atención y,
ción ahí abajo, habrías tenido el vientre duro y rígi- trámites que precede a la solución de un asunto. Las
cuando tocó donde me figuraba que estaba el apén-
do. Es fácil de averiguar. reclamaciones siguen su curso legal.
dice, solté un alarido.
Guardé silencio.
–¡Ay, ay, aaayyy! –grité–. ¡No, señora celadora, no, Escribe oraciones en las que la palabra curso tenga significados distintos.
ahí no! Me he pasado la mañana devolviendo –ge- –Supongo que tienes morriña –añadió él.
mí–, ¡y ahora ya no me queda nada que devolver, Asentí compungido. GRADACIONES
pero me siguen dando arcadas! 6. Ordena de menor a mayor intensidad.
–Todo el mundo la siente al principio –dijo–. Debes
Acerté de lleno. La vi titubear. echarla fuera.
• grito • gemido • alarido
–No te muevas de ahí –dijo, y salió a toda prisa. Al –¿Qué va usted a decir a los del colegio? –le pregun-
cabo de una hora llegó el médico y repitió los mis- té, temblando.
F F
mos tanteos y exploraciones dactilares de mi barriga –Diré que tenías una infección de vientre grave que
y yo volví a soltar los alaridos oportunos cada vez yo estoy tratando con píldoras –contestó sonriendo–. FORMACIÓN DE PALABRAS
que me parecía que tocaba en el sitio pertinente. 0 sea, que vas a quedarte en casa tres días más. Pe-
Luego me puso un termómetro en la boca. 7. Observa.
ro prométeme que no volverás a intentar nunca nada
–Hum –murmuró–, la temperatura es normal. Va- de esto. Ya tiene tu madre bastantes problemas y fa- de bruma F a-brum-ar
mos a explorar el vientre de nuevo. tigas para, encima, tener que ir a buscarte al colegio.
–¡Aaaaayyyy! –chillé cuando tocó el punto vital. El –Le prometo que nunca lo volveré a hacer –dije. Ahora completa.
médico salió con la celadora. Esta volvió media hora ROAL DAHL • campo F • precio F • tranca F
después y dijo: Relatos de la infancia(Adaptación) • preso F • brasa F • plazo F