Unidad 4 MICROBIOLOGÍA
Unidad 4 MICROBIOLOGÍA
Unidad 4 MICROBIOLOGÍA
Una primera aclaración acerca de la microbiología, es que algunas veces se define a esta ciencia
como la biología de los organismos microscópicos, y a sus protagonistas como “microbios”. Tradicionalmente,
la microbiología clínica se ha ocupado de aquellos organismos invisibles a simple vista que son los
responsables de las enfermedades infecciosas humanas de mayor importancia.
Normalmente, el término “microbio” se ha empleado en forma restringida para referirse
principalmente a virus y bacterias. A los hongos y a los protozoos (“parásitos”) se les ha dado relativamente
menos importancia como componentes de la microbiología y generalmente se les ha incluido en otras
disciplinas (la micología y la parasitología).
El hecho de que los virus y las bacterias sean los organismos más numerosos y los patógenos más
importantes es indiscutible; sin embargo, la distinción tradicional entre estos microbios y otros agentes
infecciosos, a los que describimos vagamente como “parásitos”, es puramente arbitraria, sobre todo porque el
criterio de visibilidad microscópica no se puede aplicar en forma estricta. Sería conveniente recordar que el
primer “microbio” al que se asoció con una entidad clínica específica fue un gusano parásito, el nematodo
Trichinella spiralis, gracias a que se puede ver a simple vista (aunque en ciertos aspectos de su estudio es
necesario el uso del microscopio). Trichinella spiralis fue identificado por primera vez en 1835 y fue
relacionado casualmente con la enfermedad de triquinosis en la década de 1860.
RESPUESTA HUÉSPED-PARÁSITO
Todos los animales sirven de hábitat a otros organismos: ningún animal está exento de tal invasión.
La evolución de los animales ha conseguido desarrollar cuerpos de mayor tamaño, más complejos y mejor
regulados, y ha aumentado el número y la variedad de hábitats para que sean colonizados por otros
organismos. Los cuerpos más complejos y mejor regulados son los de las aves de sangre caliente y los de
los mamíferos (incluido en hombre) y son los que proporcionan un medio ambiente más nutritivo, favorable y
diverso; por eso son los grupos con mayor número de colonizadores.
Todos los tipos de convivencia, en los que una especie vive dentro o sobre el cuerpo de otra especie,
se pueden definir con un solo término: simbiosis, que literalmente significa vivir juntos. A la simbiosis no se la
puede calificar como beneficiosa o perjudicial y es en término que agrupa a una gran variedad de tipos de
asociaciones, a pesar de que es difícil establecer categorías muy específicas porque todas ellas son un
fenómeno continuo. En base al beneficio relativo que obtiene cada sujeto de la asociación, se podría
clasificar en comensalismo, mutualismo y parasitismo.
COMENSALISMO
La definición más simple de la asociación comensal es un organismo de una especie que utiliza el
cuerpo de otra especie superior como el medio ambuiente físico para obtener nutrientes.
Al igual que los demás animales, los seres humanos poseen una flora microbiana en la piel, la boca y
el tracto digestivo que viven en asociación comensal. La mayoría de estos microbios son bacterias y su
relación con el huésped puede llegar a ser altamente especializada. Normalmente estos microbios son
inofensivos, pero pueden convertirse en perjudiciales si sus condiciones medioambientales cambian de
alguna manera (p. ej. Escherichia coli).
Por el contrario, también existen microbios comensales que pueden beneficiar al huésped: Porque
impiden la colonización a otras especies patógenas (p. ej., la flora intestinal).
No obstante, se debe tener en cuenta que una relación de comensalismo siempre puede acabar
convirtiéndose en mutualismo o parasitismo.
MUTUALISMO
Las relaciones mutualistas se caracterizan porque cada uno de los participantes se beneficia de dicha
relación. Con frecuencia, la relación mutualista es obligatoria, al menos para un participante, y puede que
para los dos. De este mutualismo hay ejemplos buenos en las bacterias y en los protozoos del estómago de
los rumiantes domésticos. Estos organismos son esenciales en la digestión y en la utilización de la celulosa
de estos rumiantes, y ellos reciben el medio ambiente y nutritivo esencial para su supervivencia. En el
hombre está claro que la buena salud y la resistencia a la colonización por patógenos depende de la
integridad de las bacterias entéricas comensales normales, muchas de las cuales están especializadas para
vivir en el intestino humano, pero en esta relación no hay una dependencia mutua.
PARASITISMO
La relación simbiótica de parasitismo sólo beneficia al parásito. Las definiciones clásicas aseguran
que el parasitismo no es unilateral en cuanto a los beneficios del parásito, sino también positivamente
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perjudicial para el huésped. Los parásitos se benefician de la asociación, ya que les da su medio ambiente
fisicoquímico y muchas veces las señales que regulan su ciclo del desarrollo.
Existen muchos tipos distintos de grupos de parásitos y todos los animales tiene parásitos, desde el
más simple hasta el más complejo, y son un acompañante de la existencia animal organizada. La ventaja
más evidente del parasitismo es la metabólica; el parásito tiene a su disposición, y sin ningún gasto de
energía por su parte, una gran variedad de necesidades metabólicas que le proporciona el huésped, de esta
forma el parásito puede dedicar una gran parte de sus recursos a la replicación y a la reproducción. Algunos
parásitos son totalmente dependientes del huésped (p. ej., los virus) y otros sólo lo son parcialmente.
El desarrollo de los parásitos puede ser controlado por el huésped, de ahí que el parasitismo ha
desarrollado varias formas de adaptación para evadir, por ejemplo, la respuesta inmune e inflamatoria del
huésped.
En el parasitismo, la desventaja más importante para el parásito es la capacidad de control del
desarrollo del parásito por parte del huésped. El parásito no puede desarrollarse a no ser que encuentre un
huésped adecuado y muchos parásitos morirán en ausencia de éstos. Por esta razón, durante la evolución se
han desarrollado varias formas de adaptación para prolongar el tiempo de supervivencia de los parásitos en
el mundo exterior y así maximizar las oportunidades para encontrar el huésped adecuado (p. ej., partículas
víricas, esporas bacterianas, quistes protozoarios y huevos de gusanos). La gran capacidad de reproducción
de los parásitos es igualmente otro mecanismo destinado a cumplir la misma función. A pesar de todo,
cuando el parásito es incapaz de encontrar un huésped, su poder de supervivencia está limitado. En
resumen, la adaptación de los parásitos a las señales del huésped les supone un alto costo al nivel de la
reproducción: la pérdida de muchos parásitos potenciales.
Los cambios en la relación huésped-parásito pueden también verse modificados por los cambios
sociales y de comportamiento. En la siguiente tabla podemos analizar algunos ejemplos de lo anteriormente
dicho.
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compañía animales de compañía, mediante contaminación (p. ej., Chlamydia,
especialmente de las Salmonella, Toxoplasma, Toxocara).
especies exóticas.
Viajes Aumento de la frecuencia Exposición a organismos y vectores que no
de viajes a los países se encuentran en el país de origen (p. ej.,
tropicales y subtropicales. paludismo, encefalitis vírica).
En ninguna parte se aprecia mejor la diversidad biológica como en los microorganismos, los cuales
no se pueden ver a simple vista. En forma y función, ya sea la propiedad bioquímica o mecanismo genético,
el análisis de microorganismos lleva a los límites de la comprensión de los fenómenos biológicos. Por tanto,
la necesidad de originalidad puede cumplirse con la microbiología. Una hipótesis útil deberá proporcionar una
base para generalizar y la diversidad microbiana proporciona un campo donde este reto está siempre
presente.
Definiciones
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abastecimiento de agua, o la causada por un cocinero infectado, al preparar una ensalada. (ver
Reservorio).
Huésped: Es toda persona o animal vivo, inclusive aves y artrópodos, que en circunstancias
naturales (en comparación con las experimentales) permiten la subsistencia o el alojamiento de
un agente infeccioso. Algunos protozoarios y helmintos pasan por fases sucesivas en
huéspedes alternos de diferentes especies. El huésped en que el parásito llega a la madurez o
pasa por su fase sexual se denomina huésped primario o definitivo; aquel en el cual el
parásito pasa su etapa larvaria o asexual recibe el nombre de huésped secundario o
intermediario. El huésped que sirve de vehículo es un portador en el cual el microorganismo
permanece vivo, pero no se desarrolla.
Incubación, período de- : Es el intervalo de tiempo que transcurre entre la exposición a un
agente infeccioso y la aparición del primer signo o síntoma de la enfermedad de que se trate, o,
en el caso de un vector, de la primera vez en que es posible la transmisión.
Individuo infectado: persona o animal que alberga un agente infeccioso u que presenta signos
de la enfermedad (paciente o enfermo) o una infección no manifiesta (portador). Una persona o
animal infectante es aquel del cual puede ser adquirido el agente infeccioso en condiciones
naturales.
Infección: Penetración y desarrollo o multiplicación de un agente infeccioso en el organismo de
una persona o animal. Infección no es sinónimo de enfermedad infecciosa; el resultado puede
ser no manifiesto o manifiesto. La presencia de agentes infecciosos vivos en la superficie del
cuerpo o en prendas de vestir o artículos sucios no constituye infección, sino contaminación de
dicha superficie u objetos. (ver Contaminación)
Infección no manifiesta: presencia de infección en un huésped sin que aparezcan signos o
síntomas clínicos manifiestos. Las infecciones no manifiestas solo pueden identificarse por
métodos de laboratorio, o por la presencia de reactividad positiva a pruebas específicas.
Sinónimos: Infección subclínica, asintomática, inaparente y oculta.
Infestación: Se entiende por infestación de personas o animales al alojamiento, desarrollo y
reproducción de artrópodos en la superficie del cuerpo o en la ropa. Los objetos o locales
infestados son los que albergan o sirven de alojamiento a los animales, especialmente
artrópodos y roedores.
Morbilidad, tasa de- : Tasa de incidencia que expresa el número de personas de una
población determinada que se enferman durante un período específico. La población puede
circunscribirse a un grupo específico según sexo, edad u otras características.
Paciente o Enfermo: Cualquier persona que padece una enfermedad.
Patogenicidad: Capacidad de un agente infeccioso de producir enfermedad en un huésped
susceptible.
Portador: Es la persona o animal infectados que albergan un agente infeccioso específico de
una enfermedad, sin presentar signos o síntoma clínicos de ella, y que constituyen una fuente
potencial de infección. El estado de portador puede existir en un individuo en el curso de una
infección no manifiesta (en estos casos suele denominársele portador sano o portador
asintomático), o durante el período de incubación, la fase de convalecencia y de
posconvalecencia en un individuo con infecciones que se manifiestan clínicamente (por lo
general llamado portador en incubación o portador convaleciente, respectivamente). En
ambas circunstancias, el estado de portador puede ser breve (portador temporal o transitorio) o
prolongado (portador crónico).
Reservorio (de agentes infecciosos): Cualquier ser humano, animal, artrópodo, planta, suelo
o materia (o una combinación de éstos), en donde normalmente vive y se multiplica un agente
infeccioso, y del cual depende para su supervivencia, y donde se reproduce de manera que
pueda ser transmitido a un huésped susceptible.
Resistencia: Conjunto de mecanismos corporales que sirven de defensa contra la invasión o
multiplicación de agentes infecciosos, o contra los efectos nocivos de sus productos tóxicos.
Susceptible: Cualquier persona o animal que supuestamente no posee suficiente resistencia
contra un agente patógeno determinado, que le proteja contra la enfermedad si llega a estar en
contacto con el agente.
Transmisibilidad, período de- : Lapso o lapsos durante los cuales el agente infeccioso puede
ser transferido directa o indirectamente de una persona infectada a otra, de un animal infectado
al ahombre, o de un hombre infectado a un animal, inclusive artrópodos. Algunas enfermedades
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son más transmisibles durante el período de incubación que durante el curso de ellas
propiamente dicho. En enfermedades transmitidas por artrópodos, como el paludismo y la fiebre
amarilla, el período de transmisibilidad (o de infecciosidad) es aquel en que el agente
infecciosos permanece en forma infectante en la sangre o en otros tejidos de la persona
afectada, en cantidad suficiente para infectar al vector. Los artrópodos también presentan un
período de transmisibilidad, es decir, el lapso durante el cual el agente infeccioso persiste en
sus tejidos, en forma y localización tal (estado infectante) que sea transmisible.
Virulencia: Grado de patogenicidad de un agente infeccioso, indicado por las tasas de
letalidad, o por su capacidad para invadir y lesionar los tejidos del huésped, o por ambos
parámetros.
Zoonosis: Infección o enfermedad infecciosa transmisible, en condiciones naturales, de los
animales vertebrados al hombre.
Noxa
Tipos de NOXAS:
Físicas y Químicas Socioculturales Biológicas
Ruidos Guerra Virus
Radiaciones Desempleo – subempleo Bacterias
Frío – calor Moda Protozoos
Objetos cortopunzantes Hongos
Venenos Helmintos
Sustancias tóxicas Artrópodos
Mecanismos de transmisión
La transmisión de agentes infecciosos consiste en todo aquel mecanismo por virtud del cual un
agente infeccioso se propaga desde una fuente o un reservorio hasta una persona. Estos
mecanismos son los siguientes:
1- Transmisión Directa:
2- Transmisión Indirecta:
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ENCUENTRO
La mayoría de nosotros se encuentra con los microorganismos en el momento de nacer
pues llevamos una existencia estéril durante nuestra estadía en el útero materno. El feto se
encuentra protegido por las membranas fetales y además la madre no es una fuente probable de
microorganismos para el feto ya que la placenta es un obstáculo para el paso de éstos, aún así
algunas enfermedades son adquiridas de esta forma como por ejemplo las denominadas
infecciones congénitas como toxoplasmosis, rubeola, sífilis, hepatitis o paludismo.
Durante el parto el neonato entra en contacto con los microorganismos presentes en la
vagina y la piel de la madre, sin embargo la madre no da a luz al niño totalmente desprotegido, a
través de su circulación le proporciona al feto un amplio repertorio de anticuerpos maternos
específicos. La leche de la madre (calostro), que también contiene anticuerpos maternos, aumenta
algo la herencia inmunológica. Sin embargo, más tarde o más temprano, estas defensas adquiridas
desaparecen y el niño debe arreglárselas por sí mismo.
Biota normal
La diferencia entre infecciones endógenas y exógenas algunas veces es bastante evidente
pero en muchos casos la demarcación es menos clara porque puede ser difícil definir de forma
precisa qué constituye la biota normal. Por ejemplo, algunas personas alojan ciertas cepas de
estreptococos virulentos en su faringe durante un lapso considerable pero sólo rara vez presentan
faringitis estreptocócica. Ahora bien, podemos preguntarnos ¿Era el estreptococo un miembro de la
biota normal?. La respuesta es sí, si por “biota normal” queremos aludir a microorganismos en
nuestro cuerpo que no están en el proceso de causar enfermedades. La respuesta es no si
consideramos que este tipo de estreptococos no se halla en la faringe de aproximadamente el 95%
de las personas sanas y que cuando está presente con frecuencia causa una enfermedad.
Obviamente, si no podemos definir de manera precisa qué es la biota normal, no siempre podemos
diferenciar entre infecciones endógenas y exógenas.
Otro motivo por el cual la diferenciación es tan vaga es que la exposición a agentes
virulentos no siempre conduce a una enfermedad, por ejemplo, en el momento del pico máximo de
las mortales epidemias de peste y tifus sólo alrededor de la mitad de la población se enfermó, si
bien es probable que la mayoría hayan tenido encuentros con los agentes patológicos.
Por lo tanto, cada bacteria, virus, hongo o parásito animal tiene sus peculiaridades y cada
ser humano presenta un patrón idiosincrático de respuestas. Incluso en el mismo individuo el
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patrón en general cambia con la edad, el estado nutricional y muchos otros factores, entre ellos el
estrés.
INGRESO
Ingreso significa la entrada de los microorganismos en las cavidades corporales que están
en contigüidad con el exterior, o la penetración en tejidos más profundos después de atravesar una
barrera epitelial.
Existe la posibilidad de que el ingreso se produzca como una entrada sin atravesar
barreras epiteliales. Los microorganismos llegar al intestino por medio de la deglución y a los
pulmones y a los pulmones por medio de la inhalación, no hay un término comparable el proceso
que permite el ingreso en las vías urinarias o en el aparato genital, que también pueden ser
poblados por microorganismos externos.
Inhalación: para ingresar en el aparato respiratorio los microorganismos son inhalados en
gotitas de aerosol o partículas de polvo contenidas en el aire que respiramos, aunque ellos se
enfrentan con una serie de obstáculos aerodinámicos e hidrodinámicos como vimos al referirnos
a la función que cumple la mucosa respiratoria del tracto aéreo. La colonización de las vías
aéreas requiere que los microorganismos sean capaces de adherirse a la superficie epitelial y
resistir allí, incluso a la lisozima presente en las secreciones causando enfermedades sin haber
atravesado la barrera epitelial.
Ingesta: cuando se ingieren alimentos o agua contaminados los microorganismos enfrentan una
poderosa defensa del huésped, el ácido del estómago. El estómago es una cámara de
desinfección química contra los microorganismos, aunque su efectividad no siempre es igual
puesto está determinada por el tiempo de permanencia del microorganismo en el estómago y el
tipo y cantidad de alimentos ingeridos. Otro punto a tener en cuenta es que muchas veces la
destrucción de determinadas bacterias y levaduras puede ser muy grande algunas pueden
escapar vivas, y sumado a esto, el caso de ciertos microorganismos que pueden causar
enfermedades sólo a partir de unos pocos ejemplares. Una vez en el duodeno los
microorganismos se enfrentan a otro tipo de adversidades como lo son las enzimas presentes
en los jugos digestivos, las sales biliares y el peristaltismo, por lo cual recién hacia el íleon la
situación es un tanto más favorable para la vida bacteriana aunque no completamente óptima,
tal es así que las bacterias que habitan allí deben poseer mecanismos especiales para
adherirse a la mucosa intestinal. De esta manera pueden instalarse y ocasionar una
enfermedad sin atravesar el epitelio mucoso, un ejemplo de ello es el cólera y la diarrea del
viajero, capaces de producir toxinas en el intestino que afectan las células de éste órgano.
Otra posibilidad es que el ingreso se produzca a través de una penetración atravesando las
barreras epiteliales. Algunos microorganismos pueden pasar directamente a través de los epitelios,
en especial las mucosas. Para atravesar la piel, que es gruesa y posee múltiples capas de células,
la mayoría de los agentes infecciosos deben ser transportados por picaduras de insectos o
dependen de la presencia de rupturas en la piel..
Para penetrar en las células epiteliales mucosas muchos agentes primero interactúan con receptores
específicos en la superficie de las células del huésped. Este fenómeno se ha estudiado de forma
intensa en los virus, algunos de los cuales poseen un complejo mecanismo de adherencia e
internalización, aunque también estos procesos de adherencia e internalización son utilizados por
algunas bacterias con el mismo propósito.
Los microorganismos también son transportados activamente hacia los tejidos por los
leucocitos o por los macrófagos que se ubican en el exterior del cuerpo, por ejemplo, los
macrófagos que residen en los alvéolos pulmonares. Este mecanismo de ingreso mediado por
células puede funcionar en otras mucosas como en el caso del SIDA, donde se cree que puede ser
transmitido sexualmente por la penetración de macrófagos cargados con virus desde el semen.
Picadura de insectos: las picaduras de insectos pueden conducir a la penetración de virus,
bacterias, protozoarios o helmintos. En el caso de los protozoarios y los animales superiores
parásitos la residencia en los insectos forma parte de ciclos de vida complejos. El estado de
vida del parásito en el insecto a menudo es bastante diferente del hallado en el ser humano.
Los insectos también diseminan las enfermedades por medio del transporte de los
microorganismos en sus superficies y la contaminación de los alimentos o la piel. Una severa
infección causada por protozoarios y transmitida de esta forma es el Mal de Chagas.
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Cortes y heridas: éste es un fenómeno común que a menudo pasa inadvertido porque en
general no provoca síntomas de enfermedad. Por ejemplo, el cepillado de dientes o la
defecación enérgica ocasionan abrasiones en las membranas epiteliales, entonces las bacterias
pueden penetrar en pequeñas cantidades en la sangre, aunque son rápidamente eliminadas por
los mecanismos de filtro del sistema fagocítico mononuclear. Sin embargo, si los tejidos internos
están lesionados o los mecanismos de defensa están alterados, las bacterias circundantes
pueden lograr una base y causar enfermedades severas.
Transplantes de órganos y transfusiones de sangre: ésta es otra forma por medio de la cual los
microorganismos pueden ingresar en los tejidos más profundos, a saber, como una
consecuencia desafortunada. Los trasplantes de riñón en ocasiones generan infecciones por un
agente denominado citomegalovirus (CMV), quizás porque el virus residía en el órgano
trasplantado. Un órgano trasplantado no necesariamente es una fuente de infección, ya que la
respuesta inmune de los receptores de trasplantes debe suprimirse para evitar el rechazo de los
injertos. En estos pacientes puede ser capaz de multiplicarse un virus endógeno.
De los agentes infecciosos que pueden adquirirse a través de tranfusiones de sangre
ninguno causa mayor preocupación que el virus del SIDA, sin embargo muchos otros como el virus
de la hepatitis B también pueden ser transmitidos de esta forma. El tamizaje de patógenos en la
sangre de los bancos de sangre se ha convertido en un imperativo.
Tamaño del inóculo: La probabilidad de que los microorganismos de la biota de la piel o las
mucosas pueden causar enfermedades depende de muchos factores. Entre ellos se encuentra el
tamaño del inóculo, lo que significa que es improbable que unos pocos microorganismos den como
resultado una infección; en general son necesarios muchos agentes infecciosos para superar las
defensas locales. Un ejemplo es lo que ocurre cuando las personas se bañan en piletas populares.
Algunas veces el agua puede convertirse en un verdadero caldo de cultivo con hasta 100 millones
de bacterias (Pseudomonas) por mililitros. En tales cifras, las bacterias que normalmente son
inocuas pueden superar las defensas normales de la piel y ocasionar una infección cutánea en todo
el cuerpo.
Cuando un cirujano prepara un área antes de efectuar una incisión quirúrgica lo que pretende es
reducir el número de bacterias que pueden invadir los tejidos subyacentes.
DISEMINACIÓN
El término diseminación también tiene dos matices. Sugiere la propagación lateral directa de
los microorganismos desde el sitio de ingreso original hacia tejidos contiguos, pero también puede
referirse a la diseminación hacia sitios alejados. De cualquier forma, los microorganismos se
diseminan y multiplican sólo si superan las defensas del huésped. La diseminación algunas veces
precede y otras veces sigue luego de la multiplicación microbiana en el cuerpo. Por ejemplo, el
parásito que causa el paludismo ingresa a través de la picadura de un mosquito y es distribuido por
el torrente sanguíneo antes de aumentar su número, por otra parte, los estafilococos que infectan
un corte deben multiplicarse localmente antes de diseminarse. Es importante tener presente la
naturaleza dinámica de las interrelaciones huésped-parásito; por cada mecanismo de defensa
existente los microbios desarrollan estrategias para tratar de superarlo. El huésped se adapta a
nuevos desafíos y esto provoca diferentes respuestas. Este intrincado contrapunto se desarrolla
hasta que : el huésped gana la partida, el parásito supera al huésped, o aprenden a vivir juntos con
una tregua precaria.
Factores anatómicos: el conocimiento de la anatomía humana nos ayuda a comprender un
proceso patológico, ya que influye en el patrón de diseminación. Consideremos una infección
localizada, un absceso bacteriano de pulmón, éste puede abrirse y los microorganismos
escaparían hacia el árbol bronquial o hacia la cavidad pleural. La diseminación tendría
diferentes consecuencias en cada caso: en el primero, puede conducir a una neumonía
generalizada, y en el segundo a una pleuresía. La diseminación está muy influida por la
dinámica de los líquidos corporales como sangre, linfa, líquido cefalorraquídeo, líquido sinovial,
orina, lágrimas, etc.; aunque no debemos olvidar que estos fluidos contienen diferentes factores
de defensa antimicrobianos que, si son superados, dan como resultado enfermedades.
Participación activa de los microorganismos: algunos de los microorganismos contribuyen a su
diseminación por medio de movimientos activos. Los parásitos culebrean, las amebas reptan,
muchas bacterias nadan. La diseminación también puede ser facilitada por acciones químicas
más que mecánicas. Por ejemplo, los estreptococos elaboran una hidrolasa extracelular que les
permiten quebrar la fuerza de amurallamiento de la respuesta inflamatoria. Otras bacterias
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elaboran elastasas, colagenasas u otras proteasas. De esta manera pueden atravesar algunas
de las barreras superficiales naturales o el pus viscoso espeso que de otro modo impedirían su
diseminación. Los hongos que causan el pie de atleta elaboran enzimas que hidrolizan la
queratina y los ayuda a diseminarse a través de las capas córneas de la piel.
MULTIPLICACIÓN
Rara vez los agentes infecciosos causan enfermedades sin primero multiplicarse. El número
de microorganismos que ingresa es en general bajo como para producir síntomas de forma directa.
Deben aumentar antes de que su presencia sea percibida. En la mayor parte de los casos los
síntomas se manifiestan algún tiempo después de que los microorganismos han ingresado en el
cuerpo, este período se conoce como período de incubación, y refleja el tiempo necesario para que
los agentes infecciosos superen las defensas y su población crezca.
Nutrición microbiana: nuestro cuerpo constituiría un medio rico para el crecimiento de las
bacterias. Algunos líquidos corporales, como el plasma, contienen azúcares, vitaminas,
minerales y otras sustancias que pueden ser usadas para la nutrición de las bacterias. Existe un
motivo por el cual el crecimiento microbiano es escaso y es gracias al efecto inhibidor de
sustancias antimicrobianas como la lisozima y constituyentes del sistema de complemento. Las
bacterias necesitan hierro para la síntesis de sus citocromos y otras enzimas, por lo cual el
cuerpo reacciona mediante el secuestro de hierro para defenderse y de esta manera limitar el
crecimiento de las bacterias, es decir, limita la disponibilidad de hierro libre en nuestro
organismo.
Factores físicos: el medio ambiente físico de nuestro cuerpo les proporciona a los
microorganismos el lugar apto para su supervivencia, y es gracias a ciertos espectros de
temperatura, presión osmótica y PH. Por lo tanto, la fiebre puede ser un mecanismo de defensa
que puede servir para limitar la enfermedad.
DAÑO
Existen casi tantos tipos de daño como enfermedades infecciosas hay. El tipo y la
intensidad del daño dependen de los tejidos y órganos afectados. El daño puede categorizarse
como debido a: causas mecánicas, muerte celular, alteraciones farmacológicas del metabolismo y
vehementes respuestas del huésped. Estas manifestaciones están interrelacionadas.
Causas mecánicas: si los agentes infecciosos son lo bastante grandes y su cantidad es
suficiente, pueden obstruir conductos vitales como lo es la sobrecarga de parásitos en el
intestino (por ejemplo, con la presencia de ascaris en la luz intestinal). La obstrucción mecánica
no es resultado de los agentes infecciosos solos sino de la respuesta inflamatoria del huésped
provocada por su presencia. Casi cualquier conducto u órgano similar a un tubo puede ser
obstruido por infecciones, algunas veces con consecuencias potencialmente letales. Ejemplos
de ello son la inflamación de la epiglotis, que puede obstaculizar el pasaje de aire.
Muerte celular: el efecto de la muerte celular depende de: qué células están involucradas,
cuántas células están infectadas, y cuán rápido evoluciona la infección. Si las células
pertenecen a un órgano esencial, es probable que el resultado sea severo (ejemplo:
miocarditis).
En ocasiones los efectos de la muerte celular se ven con facilidad, como en el caso de los
pacientes con gangrena infecciosa, donde las células se rompen y liberan los agentes infecciosos
hacia el torrente circulatorio.
Algunas bacterias destruyen las células por medio de una intoxicación con toxinas. Por ejemplo,
las bacterias que causan la disentería destruyen las células epiteliales cercanas de la mucosa
intestinal, otras producen toxinas que actúan a mayor distancia y un ejemplo de ello es la
difteria, en la que las bacterias en la faringe producen una toxina que afecta al corazón y
sistema nervioso central.
Alteraciones farmacológicas del metabolismo: ciertas enfermedades infecciosas no involucran
la muerte de células, entre ellas se encuentran el tétanos, el botulismo y el cólera. Estas
enfermedades son causadas por toxinas bacterianas que alteran el metabolismo celular. La
toxina tetánica actúa sobre las células motoras y conduce a la parálisis espástica. En todos
estos casos las células afectadas permanecen intactas morfológicamente.
Daño debido a las respuestas del huésped: generalmente los síntomas de las enfermedades
infecciosas no son producidos por los microorganismos solos sino también por la respuesta del
huésped a su presencia. La expresión exagerada de la respuesta del huésped bien puede
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ayudarlo a sobrevivir a largo plazo, pero contribuye mucho a los signos y síntomas inmediatos.
Hay dos manifestaciones de esto, el daño debido a la inflamación y el daño a partir de la
respuesta inmune.
Inflamación:
Pus: mezcla de leucocitos vivos, muertos, bacterias y exudado, resultado de la rápida migración
de neutrófilos hacia un sitio donde hay bacterias. Cuando los neutrófilos mueren liberan
enzimas que dañan los tejidos circundantes y extienden la lesión hacia áreas adyacentes.
Abscesos: cuando el pus está tabicado la lesión se denomina absceso. Un ejemplo es el divieso
o familiarmente llamado forúnculo que es causado por la obstrucción de una glándula sebácea,
lo cual da a los estafilococos normalmente presentes en la piel la oportunidad de crecer de una
forma protegida. El pus puede ser lesivo localmente, pero éste es un pequeño precio a pagar
por la contención de la infección.
Prostaglandinas: las bacterias producen el derrame de una poderosa proteína denominada
interleucina-1 (IL-1), que actúa sobre los centros de la fiebre aumentando la temperatura
corporal. La IL-1 estimula la síntesis de sustancias denominadas prostaglandinas, que actúan
sobre el centro termorregulador del cerebro y también son responsables de la sensación de
malestar general. La aspirina y el acetaminofeno interfieren en la producción de
prostaglandinas, con lo que reducen la fiebre y el malestar general.
Respuesta inmune:
La respuesta inmune es compleja y tiene múltiples manifestaciones. Hay muchas formas en
las que puede salir mal y causar daño, ya sea del tipo humoral o celular.
RESULTADO
Un gran número de propiedades del agente invasor y del huésped lleva a un interjuego
intrincado y cambiante. Sobre la base del hecho de que todas las interacciones huésped-parásito
tienen pasos en común, ambos el huésped y el parásito deben: encontrarse, el parásito debe
ingresar al huésped, diseminarse y multiplicarse y finalmente causar un daño. Todos estos pasos
requieren la destrucción de las defensas del huésped.
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MICROORGANISMOS
Las enfermedades infecciosas están causadas por organismos pertenecientes a una amplia
gama de grupos taxonómicos: virus, bacterias, protozoos (gusanos) y artrópodos. Cada uno de
ellos tiene su propio sistema de clasificación que permite identificar y establecer las categorías de
organismos.
Los virus se diferencian de los demás organismos en que no poseen una maquinaria
metabólica y por eso sólo pueden reproducirse en el interior de las células huésped; llevan su
información genética en forma de ARN o de ADN y son capaces de incorporarla en el ADN
huésped. A algunos virus, además, se los asocia con la aparición de tumores.
Las bacterias son organismos procariotas, su ADN no va encerrado en un núcleo
diferenciado. En cuanto a su organización celular existen muchas diferencias con respecto a los
eucariotas (todos los demás organismos celulares). La pared celular de las bacterias juega un
papel importante en la biología y en las relaciones huésped-parásito. El cuerpo humano tiene un
crecimiento excesivo de especies patógenas y sus efectos se observan en situaciones de
inmunodeficiencia, cuando se padece un traumatismo o cuando la flora normal carece de un
tratamiento de antibióticos.
Los protozoos, los helmintos y los artrópodos tienen gran importancia en las regiones
tropicales, pero también existen en los países de clima templado. Normalmente su presencia es un
reflejo de la higiene pública e individual predominante. Algunas especies son importantes
patógenos oportunistas porque infectan a individuos inmunodeficientes.
VIRUS
Los virus difieren de los demás organismos infecciosos en la estructura y biología, pero
especialmente en su forma de reproducción. Son agentes ampliamente distribuidos en la
naturaleza.
Aunque los viris poseen la información genética convencional en forma de ADN o ARN,
carecen de la maquinaria sintética para procesar esta información y convertirla en material para
virus nuevos. Un virus, por sí mismo, es metabólicamente inerte, puede replicarse sólo tras infectar
a una célula huésped y tras parasitar la habilidad del huésped para transcribir e, incluso en algunos
casos, para la traducción de la información genética.
El tamaño de los virus varía desde muy pequeños a muy grandes. Su organización varía
considerablemente entre los diferentes grupos, pero todos tienen algunas características comunes:
Tienen un material genético que puede ser ADN o ARN, que se encuentra en el interior de
una cápsula o cápside formada por un número determinado de moléculas proteicas individuales
(capsómeros).
A la unidad completa compuesta por el ácido nucleico y la cápside se le llama
“nucleocápside”.
En muchas ocasiones, la “partícula vírica” completa o “virión” consiste en una nucleocápside
sola. Otras veces, el virión consiste en una nucleocápside envuelta por una cubierta o membrana
exterior. Ésta es en general una bicapa lipídica de origen celular, procedente del huésped, en la
que se insertan proteínas víricas y glucoproteínas.
La estructura y las propiedades de la superficie externa de las partículas víricas son de una
importancia vital para el entendimiento de los procesos de infección. En general, los virus carentes
de cubierta vírica son resistentes y sobreviven bien en el mundo exterior, incluso pueden ser
resistentes a la bilis, lo que los hace capaces de infectar el tracto digestivo.- los virus con cubierta
son mucho más sensibles a factores medioambientales tales como sequedad, acidez gástrica y
bilis. Estas diferencias en la sensibilidad influyen en la forma de transmisión de los virus.
Las partículas víricas entran al organismo del huésped de muchas formas. Las formas más
comunes de transmisión vírica son a través de:
La inhalación de gotitas (rinovirus)
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Comida y agua (hepatitis A)
Transferencia directa procedente de otros huéspedes infectados (HIV)
Picaduras de vectores artrópodos.
Las etapas de la infección por los virus a las células huésped se resumen en la figura
siguiente.
REPLICACIÓN VIRAL
En las infecciones líticas (donde hay lisis celular), el virus pasa un ciclo de replicación y da
lugar a muchas partículas víricas nuevas. La liberación de las nuevas partículas víricas provoca la
lisis de la célula, es decir, provoca su destrucción. Esta es una consecuencia típica de las
infecciones con el virus de la polio o de la gripe. En otras infecciones, como la del virus de la
hepatitis B, la célula puede continuar viva y liberar partículas víricas lentamente, por lo que se las
denomina infecciones persistentes y son de gran importancia epidemiológica, ya que la persona
infectada puede actuar como un portador asintomático del virus y ser una continua fuente de
infección. Tanto en la infección lítica como en la persistente, el virus se replica en la célula huésped
que infecta, sin embargo, en las infecciones latentes, el virus permanece y su material genético
puede:
Permanecer en el citoplasma (virus herpes).
Ser incorporado en el genoma de la célula huésped (retrovirus).
Pero la replicación no ocurre hasta que aparece alguna señal que inactiva el estado de
latencia. En la mayoría de los casos, estas señales no se conocen bien; en el caso de la infección
con el virus herpes simple, puede ser el estrés el que active la infección y de lugar al conocido
herpes labial. En la infección por HIV, la activación antigénica de las células infectadas puede ser la
señal que desencadene la inactivación del estado latente.
Las infecciones líticas, persistentes o latentes afectan esencialmente a células normales del
huésped y alteran gravemente los procesos metabólicos y reguladores de la célula huésped. Sin
embargo, algunos virus son capaces de “transformar” a la célula huésped mediante un proceso de
transformación maligna consistente en la conversión de una célula huésped diferenciada en un
tumor o célula cancerosa.
En las siguientes tablas podemos ver algunos ejemplos, clasificados según su ácido
nucleico.
PAPOVAVIRUS
Características Familia del virus Tipo
Papovaviridae ADN
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Enfermedades Verrugas en la piel y en regiones genitales; papilomas
laríngeos en niños; se asocian al carcinoma de cérvix,
pene, vulva y recto.
Transmisión Piel a piel por contacto directo o indirecto y entre mucosas
por contacto sexual.
Tratamiento y prevención No se dispone de antivíricos o vacunas eficaces. Las
medidas preventivas incluyen calzado para las verrugas
plantares y uso de preservativos para las verrugas
genitales.
HERPESVIRUS
Características Familia del virus Tipo
Herpesviridae ADN
Enfermedades VH1: Gingivoestomatitis, herpes febril, encefalitris
VH2: herpes genital, herpes cutáneo, encefalitis,
meningoencefalitis
VH3: varicela zóster
VH4: mononucleosis, hepatitis, encefalitis
VH5: monomucleosios, hepatitis, neumonitis, CMV
congénita
VH6: exantema súbito, enfermedad febril leve
VH7: exantema súbito, enfermedad febril leve
VH8; Asociado con sarcoma de Kaposi.
Transmisión VH1,2: saliva, líquido vesical, contacto sexual, canal del
parto en recién nacidos.
VH3: gotitas respiratorias, líquido vesical.
VH4: saliva.
VH5: saliva, orina, semen, secreciones cervicales, leche;
también a través de tejidos trasplantados y a través dela
placenta.
VH6,7: saliva.
VH8: semen
Tratamiento y prevención Aciclovir – Ganciclovir. La globulina inmune a varicela-
zóster se utiliza para evitar la enfermedad cuando el
paciente inmunodeprimido se expone a la infección.
Todavía no se dispone de vacunas para los herpes virus.
PARAMIXOVIRUS
Características Familia del virus Tipo
Paramyxoviridae ARN
Enfermedades Sarampión
Transmisión Gotitas respiratorias.
Tratamiento y prevención El sarampión se evita mediante la vacuna con virus
atenuados.
RETROVIRUS
Características Familia del virus Tipo
Retroviridae ARN
Enfermedades HIV con progresión a SIDA y enfermedades oportunistas.
Transmisión Sangre, semen, transferencia placentaria y a través de la
leche.
Tratamiento y prevención Antirretrovirales; tratamiento de las infecciones
oportunistas; prevención mediante la evitación del virus
presente en la sangre (p. ej., programas de cambios de
agujas, tratamiento de sangre y productos sanguíneos),
práctica de sexo seguro.
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BACTERIAS
Son seres vivos de organización muy simple, consisten en una sola célula de tipo
procariota. Son el grupo más antiguo sobre la tierra. El éxito de los procariotas se debe
indudablemente a su gran diversidad metabólica y a su alto ritmo de crecimiento y división celular.
Su organización celular es característica, presentan:
Cápsula
Pared celular
Membrana plasmática
Citoplasma:
Repliegues de membrana
Inclusiones
Ribosomas
Zona nucloide:
Cromosoma enrollado (no existe membrana nuclear)
Además, en el exterior de la pared celular pueden encontrarse los flagelos y los pili. Los
flagelos son filamentos largos que salen de la superficie celular y que permiten a la bacteria
moverse en su medio ambiente. Estos flagelos pueden estar ubicados en los polos de la célula, en
mechones o distribuidos por toda la superficie celular.
Los pili son otra forma de proyección de la superficie bacteriana. Son más rígidos que los
flagelos y participan en la adherencia a otras bacterias como a células huésped. Su presencia
puede ayudar a evitar la fagocitosis y por lo tanto, a reducir la resistencia del huésped a la infección
bacteriana.
Como todo ser vivo, cumple las funciones de nutrición, relación (irritabilidad) y de
reproducción.
Función de nutrición. Todas las bacterias obtienen energía mediante la oxidación de
moléculas orgánicas (hidratos de carbono, lípidos y proteínas) procedente de su medio ambiente.
Su metabolismo puede ser de tipo aerobio o del tipo anaerobio, es decir, su respiración puede
depender obligatoriamente de oxígeno o puede utilizarlo en forma facultativa.
Función de reproducción. Una célula bacteriana tiene que duplicar su ADN (genoma) antes
de dividirse. Esta replicación es exacta, ya que lleva la información que determina las propiedades
y los procesos de la célula.
La división celular va precedida de la separación del nuevo genoma y la formación de un
tabique de los genomas replicados, por lo tanto, los procesos de división celular son:
Separación de los genomas replicados
La formación de un tabique eb la mitad celular
La división de la célula en dos células hijas.
Para tener en cuenta: el crecimiento y la división celular son los puntos más sensibles para
la acción de los agentes antimicrobianos.
Las bacterias tiene una capacidad extraordinaria para adaptarse a los cambios en su medio
ambiente y lo consiguen principalmente mediante el control de su expresión génica, así aseguran
que las proteínas sean sintetizadas sólo cuando y si se necesitan.
Las bacterias son organismos haploides, porque sus cromosomas contienen una copia de
cada gen. La replicación del ADN es un proceso específico en el que cada célula hija adquiere una
copia exacta del genoma paterno. Los cambios de un genoma pueden ocurrir mediante dos
procesos:
Mutación
Recombinación
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Estos procesos son los responsables de qua la porgenie tenga características fenotípicas
que pueden ser diferentes a las de los padres y como consecuencia, estos fenómenos son de gran
importancia clínica en relación con la virulencia y la resistencia a los fármacos.
Las mutaciones son los cambios que suceden en la secuencia del ácido nucleico. Tras
éstas puede ocurrir que:
a) no haya cambio en la secuencia de la proteína codificada y la
mutación es silenciosa.
b) La sustitución de una aminoácido de la proteína producida puede o
no alterar su estabilidad o propiedades funcionales.
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Gramnegativo Coco En pareja Neisseria gonhorreae
Neisseria meningitidis
HONGOS
Los hongos son eucariotas, pero son distintos de las plantas y de los animales. Entre las
características más importantes de estos organismos destacan la de ser multinucleados y
organismos multicelulares, el poseer una pared celular gruesa que crece como filamentos hilados
(hifas) o como otras formas. Entre los grupos más conocidos se incluyen las setas y las levaduras
unicelulares. Los hongos son organismos ubicuos en el medio ambiente y son de gran importancia
comercial, en pastelería, fabricación de cerveza y la industria farmacéutica. También pueden
causar un número significativo de infecciones en el hombre. las especies patógenas digieren el
material externamente mediante la liberación de enzimas y la captación de nutrientes directamente
del tejido huésped.
Los patógenos pueden existir como formas filamentosas ramificadas o como levaduras;
algunos tienen ambos tipos de crecimiento y se los conoce como hongos dimórficos. En las formas
filamentosas (p. ej., Trychophyton) el conjunto de todas las hifas forman el “micelio”. La
reproducción asexual da como resultado la formación de esporangios que liberan esporas mediante
las cuales se dispersan los hongos; las infecciones adquiridas por inhalación son causadas, en su
mayoría, por las esporas que se inhalan. En los hongos levaduriformes, como por ejemplo
Cryptococcus, la forma característica es la unicelular y tienen reproducción por división. También
se produce gemación, con yemas que permanecen unidas formando una seudohifa. Los hongos
dimórficos (p. ej., Histoplasma) forman hifas a temperatura ambiental, pero en el organismo se
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presentan como levaduras inducidas por la temperatura. Candida es una excepción importante en
los grupos dimórficos, ya que muestra la propiedad inversa y forma hifas en el interior del cuerpo.
MICOSIS IMPORTANTES
Tipo Localización Enfermedades Forma de
anatómica representativas crecimiento
Superficial
Cutánea Pelo, células Tiña versicolor Levaduras
muertas.
Epidermis, pelo, Dermatofitosis Filamentosa
uñas
Subcutánea Esporotricosis Levaduras
Tejido subcutáneo Micetoma Filamentosa
MICOSIS IMPORTANTES
Tipo Localización Enfermedades Forma de
anatómica representativas crecimiento
Profunda
Sistémica Órganos internos Coccidioodomicosis
Histoplasmosis Levaduras
Blastomicosis Levaduras
Paracoccidioidomicosi Levaduras
s
Oportunísticas Órganos internos Levaduras
Criptococcosis Levaduras
Candidiasis Filamentosa
Aspergilosis
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PROTOZOOS
Los protozoos son animales unicelulares. Muchas especies son importantes parásitos del
hombre y sus infecciones suceden con mayor prevalencia en las regiones tropicales y
subtropicales, pero también en las regiones templadas.
La transmisión de los parásitos protozoarios ocurre de muchas formas, las dos más
comunes son la inyección por picaduras de insectos hematófagos y la ingestión accidental de las
fases infecciosas de los parásitos. Las infecciones adquiridas por vía oral son más frecuentes
donde la higiene social y personal son bajas y en zonas templadas y pantanosas donde la
capacidad de supervivencia de las fases infectivas es mayor.
Los protozoos infectan los tejidos y órganos del cuerpo como:
En las siguientes tablas se podrá observar los principales protozoos que causan
enfermedad en el hombre.
Cryptosporidium parvum
Características Esporozoo intestinal que invade y se reproduce en las células
epiteliales del intestino delgado. Forma quistes que se eliminan en las
heces.
Enfermedades Criptosporidiosis.
Transmisión Fecal – oral. Habitualmente agua contaminada.
Tratamiento y No se dispone de ningún tratamiento habitual; puede utilizarse
prevención esparamicina en inmunodeprimidos. Mejoría de las condiciones
sanitarias.
Entamoeba histolytica
Características Ameba intestinal, vive en el intestino como trofozoíto; produce quistes
resistentes que se eliminan en las heces.
Enfermedades Disentería amebiana, absceso hepático.
Transmisión Fecal – oral. Ingestión de los quistes en agua o alimentos
contaminados.
Tratamiento y Metronidazol, tinidazol. Higiene y condiciones sanitarias.
prevención
Giardia lamblia
Características Flagelado intestinal; vive en la mucosa del intestino delgado. Produce
quistes, que se eliminan en las heces.
Enfermedades Giardiasis.
Transmisión Fecal – oral. Ingestión de los quistes, habitualmente en agua
contaminada. Reservorios animales de la infección.
Tratamiento y Metronidazol, tinidazol. Mejora de las condiciones sanitarias,
prevención tratamiento del agua.
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GÉNERO Leishmania
Género que contiene varias especies, de las cuales L. brasiliensis, L. donovani y L. tropica
causan las enfermedades más importantes.
Características Esporozoos que viven dentro de los macrófagos.
Enfermedades Leishmaniasis visceral (donovani), cutánea (trópica y brasiliensis).
Transmisión Por picadura de simúlido infectado.
Tratamiento y Antimoniales, pentamidina. Evitar los vectores.
prevención
GÉNERO Plasmodium
El género contiene cuatro especies causantes de enfermedad: P. flaciparum, P. malariae,
P. Ovale y P. vivax.
Características Esporozoos que viven dentro de las células en el hígado y sobre todo
en los hematíes.
Enfermedades Paludismo.
Transmisión Por picadura del mosquitop anófeles infectado.
Tratamiento y Muchos fármacos antimaláricos, pero muchos parásitos desarrollan
prevención resistencia. Evitar vectores. Control de mosquitos.
Toxoplasma gondii
Características Esporozoo intracelular que forma grandes quistes tisulares. Su
huésped habitual es el gato, donde el parásito produce quistes en las
heces. En los seres humanos los microorganismos pueden invadir
muchos tejidos.
Enfermedades Toxoplasmosis.
Transmisión Ingestión de los quistes que elimina el gato. Ingestión de quistes
tisulares en carne cruda o mal cocida. Transplacentaria.
Tratamiento y Pirimetadina, sulfadiacina. Higiene, cocinado de la carne.
prevención
Trichomonas vaginales
Características Flagelado que vive en el sistema urogenital de las mujeres y, en
ocasiones, de los varones. No forma quistes.
Enfermedades Tricomoniasis.
Transmisión Transmisión sexual.
Tratamiento y Metronidazol, tinidazol. Sexo seguro.
prevención
GÉNERO Trypanosoma
El género contiene tres especies que causan enfermedad: T. gambiense, T. rhodesiense y
T. Cruzi.
Características Flagelados que viven en la sangre y los tejidos. T. cruzi tiene fases
intracelulares.
Enfermedades Tripanosomiasis africana (enfermedad del sueño); tripanosomiasis
americana (enfermedad de Chagas).
Transmisión Por la picadura del insecto vector infectado: mosca tsetsé (africana) o
vinchuca (americana).
Tratamiento y Arsenicales. Evitación del vector. Control del vector.
prevención
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HELMINTOS
El término helminto se utiliza para todos los grupos de gusanos que viven como parásitos.
Los dos grupos principales en el hombre son:
Tenias (Cestoda).
Gusanos redondos (Nematodos).
ARTRÓPODOS
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CLASIFICACIÓN DE LOS ARTRÓPODOS
PULICÍDEOS
PEDICÚLEOS
Conocidos como piojos, estos insectos son ectoparásitos, pueden infestar al hombre y son
vectores de agentes patógenos, como por ejemplo del agente productor del tifus epidémico. Las
clases mas conocidas en el hombre son el Pediculus capitis (piojo de la cabeza), el P. corporis y el
P. inguinallis.
SARCOPTÍDEOS
El más conocido es el Sarcoptes scabiei, ácaro de la sarna. También estos artrópodos son
vectores de agentes patógenos, es el caso de la Rickettsia akari, productor de la rickettsiosis
pustulosa.
TRIATOMÍDEOS
CIMECÍDEOS
Conocidos como chinches, pueden provocar desde molestias hasta edema e inflamación y
reacciones alérgicas de importancia.
CULICYDEOS
Los mosquitos son insectos distribuidos en todo el mundo. Las hembras están adaptadas
para picar y chupar sangre. Son generalmente los vectores de todos los plasmodios. Los más
conocidos son: Anopheles y Aedes aegiptii, transmisores del paludismo y de la fiegre amarilla
respectivamente.
MUSCÍDEOS
Algunos géneros de esta familia son hematófagos, como la mosca Tsetsé, vector del
Tripanosoma rhodesiense y del T. gambiense. Otras moscas no son hematófagas, sino que se
alimentan de restos orgánicos y colocan allí sus huevos que dan origen a larvas provocando, en el
caso de contaminar secreciones orgánicas, la enfermedad conocida con el nombre de miasis.
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