Los Modelos Históricos de Organización Política Pre
Los Modelos Históricos de Organización Política Pre
Los Modelos Históricos de Organización Política Pre
Así, con anterioridad ha habido formas pre estatales dotadas de tal unidad territorial y,
con posterioridad, muchos “Estados” nacionales han tenido muy cambiantes formas
territoriales: desde la Paz de Westfalia, en 1648, que pretendía delimitar con carácter
definitivo las fronteras interestatales en Europa, hasta los acuerdos de Moscú, Yalta y
Postdam, que han vuelto a cambiarlas por enésima vez, en el continente han nacido y
muerto varios Estados nacionales (Polonia, en el caso más patético, Serbia, Croacia,
Montenegro, etc.) y una gran parte de ellos ha sufrido cambios importantes en su
composición territorial. Si, por el contrario, se explica su aparición por otros factores,
como la existencia de ejércitos permanentes –cual a veces se hace-, conviene recordar
que Roma también los tuvo, mientras que Inglaterra supo no tenerlos y aun es
considerado el paradigma del estado nacional moderno. Si en cambio, tal como
veremos luego, el factor de análisis es el económico, también podremos decir que
llegó a estar muy bien organizado en Roma, por lo menos desde los tiempos de
Diocleciano y no tan bien, en cambio, en los Estados nacionales sino hasta la aparición
del cameralismo prusiano. Y lo mismo cabría decir del resto de los factores que se
aducen para explicar la aparición del Estado nacional (instrumentos de poder).
Ciertamente – y ello parece más acertado- puede aducirse que lo que diferencia al
Estado en nuestro sentido moderno, de las formas anteriores de dominación política,
no es ninguno de aquellos factores en aislamiento, sino su conjunto: la feliz
coincidencia de todos para la formación histórica de aquella figura política que
Maquiavelo llama lo Stato.
HermannHeller, Teoría del Estado. México: Fondo de Cultura Económica, 1947, p. 46.
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procedimiento de acumular rasgos empíricos que la definan es algo insatisfactorio. Lo
razonable parece ser ubicar la categoría (a la que se llega por un proceso de
razonamiento deductivo) en un contexto teórico explicativo más amplio que le dé su
dimensión auténtica. En esto reside la diferencia capital entre la historia como ciencia
de lo singular y la Teoría del Estado que, en cuanto ciencia social, trata de encontrar las
regularidades.
Este será, por lo tanto, el criterio que se ha de emplear para la tarea de explicar
esquemáticamente las distintas formas políticas pre estatales.
3
Klaus Eder, Die EntestehungstaatlichorganiseirterGesellschaften, Ein _BeitragzueinerTheoriesocialer
Evolution. Ed. Susrkamp, Frankfurt, 1976. PP. 105-106.
4
Arnold J. Toynbee, Estudio de la Historia, vol. I. Ed. Alianza, Madrid,1977. P. 144 y ss.
capitalista o, si se quiere, haber entrado en una crisis prolongada en cuyos sobresaltos
acabaría originándose el capitalismo. En realidad, el modo de producción feudal cubre
organizaciones políticas muy dispares, desde la monarquía merovingia, pasando por el
Imperio Romano-Germánico, las ciudades estado italianas y, según ciertos autores, el
propio Estado absoluto. Y ello si nos ceñimos al ámbito geográfico europeo-occidental,
pues el asunto se complica insospechadamente si se pretende incluir a las formas
políticas de Europa oriental o formaciones tan controvertidas como el feudalismo
chino o japonés.
De esta manera, lo aquí expuesto permite comprender que no obstante el estado ser
una construcción propia de la modernidad, previo a su aparición durante el
renacimiento; la historia nos señala otras formas de dominación y poder de base
territorial.
El tránsito hacia el estudio del fenómeno estatal nos conduce necesariamente por una
primera instancia relacional comparativa con la edad media, periodo temporal de 10
siglos en cuya etapa final (siglo XIII), comienzan a tomar forma las condiciones cuya
acumulación determinarán la construcción del estado durante la modernidad.
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Bernard Crick, Basic Forms of Government: a Skecho and Model. Ed. MacMillan, Londres. 1973.
facilitando así la comprensión de dicho proceso de concentración de los instrumentos
de poder, que a posteriori formarían los estados europeos.