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UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL

FRANCISCO MORAZÁN

ASIGNATURA
ESTRATEGIAS Y RECURSOS EN LA ENSEÑANZA
DE LAS CIENCIAS SOCIALES

CATEDRATICO
DIDIEER ROBERTO SOTO LEZAMA

ALUMNO
JOSE EFRAIN NUNEZ REYES

LUGAR Y FECHA
Olanchito, Yoro 24/11/2022
INTRODUCCIÓN

Toda actividad humana repercute en el bienestar o malestar de aquéllos a quienes se les

brinda algo, en este caso, una enseñanza. El tipo de principios morales que se encuentra en

su persona marcará una línea de dignificación o repudio; no obstante, en el medio educativo

esto es más complejo, ya que el servicio brindado es para formar personas, no para

resquebrajarlas o desecharlas. De ahí surge la necesidad de entender el entorno epistémico

que rodea a la docencia desde lo ético.


ÉTICA DOCENTE

La ética general es aquella que se refiere a los principios universales del actuar humano

(valores, diferencia entre bien y mal, libertad, responsabilidad, acto humano).

El compromiso del docente consigo mismo y con el conglomerado social es evidente; este

compromiso contempla tanto la aptitud como el cultivo de la misma mediante una actitud

constante hacia el crecimiento y la humanización. La autoexigencia y la conciencia crítica se

revelan, así como consustanciales a la práctica docente. En todo profesional, pero en

particular el que está involucrado en la docencia, los conocimientos o habilidades deben ir

acompañados de una sólida formación ética que le permitan ponderar juiciosamente las

implicaciones de sus acciones para consigo mismo y para con los demás.

Laborar en docencia plantea para el educador (a) una exigencia ineludible: Tratar de ser cada

día más consciente de cuáles son los factores que operan sobre sí mismo y de qué manera

influyen en su trabajo. Aunque nadie se conoce a plenitud ni tiene plena certeza de que

aspectos pesan inconscientemente para llevar a cabo una acción, sí es necesario que la y el

docente reflexionen sobre su práctica.

La ética se consolida en el momento en que los seres humanos internalizan las normas, de tal

modo que no sea preciso ningún tipo de presión exógena para su cumplimiento, aunque surge

cuando un grupo capta determinadas pautas por la vía de la tradición. No indica al hombre lo

que debe o no hacer, sino que aclara el significado de los términos y frases que suelen usarse

en la moral para que cada quien tome sus propias decisiones en el ejercicio del arte de vivir.

El “conócete a ti mismo” socrático sigue teniendo absoluta vigencia en cuanto que, entre más

nos acerquemos a los elementos que conforman nuestras normas de actuación, más podremos
resolver si hemos actuado bien o mal, tanto actitudinal como prácticamente desde el punto

de vista pedagógico – didáctico y personal.

Es responsabilidad de todo (a) docente saber de qué manera puede utilizar su cuerpo

fortalecedoramente para lograr una mejor comunicación de los contenidos por tratar en un

curso. De ahí que, el lenguaje corporal debe ir en consonancia con los puntos de interés y de

llamado a la reflexión. La dicción, la acentuación, el énfasis, las pausas, el tiempo, la

intensidad, todo ello tiene que ver con la utilización de nuestra voz, independientemente del

timbre de voz que usted tenga, es prudente pensar – pensarse a sí mismo como auto escucha

para saber en qué se puede mejorar o que se ha hecho bien y seguirlo haciendo. No se debe

obviar que, si bien la voz es una parte fundamental del trabajo del docente, también es un

recurso metodológico y didáctico.

El docente lo es en virtud y por virtud, esto es, por la serie de actitudes y hábitos que ha ido

adquiriendo no sólo en la esfera personal sino en el ámbito profesional. El docente es por su

forma de ser, por la forma en que dice las cosas y por cómo las hace. Su ethos profesional va

más allá del aula y compromete sus esferas de actuación, tanto en lo privado como en lo

público. Esta diferencia suele ser punto de discrepancia entre las personas involucradas en

educación, pues, hay un porcentaje que afirma que no se puede imponer un mismo

comportamiento en lo privado respecto de la actuación pública, so pena de perder libertad y

autonomía, otros, por su parte, defienden la igualdad entre lo que se es privada y

públicamente.
CONCLUSIÓN

El docente debe responder de sus actitudes frente al medio donde se desenvuelve y respetar

la escala de valores que tiene la sociedad, sin negar el derecho que le asiste para que esta

escala de valores se perfeccione. La responsabilidad del docente es eminentemente personal,

va más allá de la responsabilidad penal y reposa en un concepto moral que se llama

conciencia individual

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