Capitulo V
Capitulo V
Capitulo V
Si se piensa en un proyecto minero, los parámetros principales con que hay que
enfrentarse para elaborar parte del modelo de flujos económicos son los siguientes.
Ingresos
por ventas.
Coproductos o
Productos Servicios.
subproductos.
principales.
Gastos.
A continuación, se examinan los factores principales que influyen sobre los ingresos
totales, prestando especial atención en este enunciado a aquellos que se refieren a la base
material de los ingresos o ventas, es decir, a la producción vendible, ya que, todo lo
concerniente a precios, objeto principal de este capítulo, se irá examinando a lo largo del
mismo.
En primer lugar, es preciso recordar la diferencia que existe entre reservas geológicas y
reservas económicamente explotables, concepto este último con un fuerte carácter
dinámico, pues no es lo mismo lo que puede explotarse en forma rentable de determinas
reservas si los precios son unos u otros, o si los costes son más altos o más bajos. Pero,
fijados los parámetros que determinan el grado de reservas económicas, a la hora de
estudiar su explotación, habrá que tener en cuenta que ningún método de laboreo racional
permite el aprovechamiento o la recuperación de la totalidad de las reservas que, en
principio, se califican como económicas. Corresponde al laboreo de Minas y a la
Mineralurgia establecer los grados de recuperación que pueden esperarse, de acuerdo con
los métodos seleccionados desde el punto de vista de previsión de producción e ingresos, lo
que interesa es conocer, en virtud del grado de recuperación de las reservas y del programa
anual de explotación, los años de vida del proyecto y las previsiones de producción
correspondientes a cada año.
Por otro lado, cada etapa del proceso de producción de una sustancia, “procesamiento del
mineral” estaríamos hablado, por ejemplo, procesos para llevar al mineral hasta el metal
final, ósea sería un proceso de extracción y refinación de este mineral; esto se caracteriza
por un factor de recuperación. En el caso de minerales metálicos, cada factor de
recuperación expresa la relación de la cantidad de metal a la salida de una etapa y el
contenido de metal a la entrada del mismo.
Así pues, se puede apreciar, que teniendo en cuenta la variación posible de los grados de
recuperación y disolución, la correcta previsión de ambos es fundamental para el perfecto
establecimiento del presupuesto de ingresos y ventas del proyecto.
Con respecto a las pérdidas de mineral, se distinguen dos tipos: las pérdidas generadas y
las pérdidas de producción. La primeras son intrínsecas a la disposición natural de los
yacimientos y están constituidas por el mineral que se abandona " in-situ" por motivos de
estabilidad. Estas pérdidas, normalmente, deben de tenerse en cuenta en los cálculos finales
de las reservas explotables.
Sólo en raras ocasiones un mineral, sea del tipo que sea, puede utilizarse o
comercializarse tal y como sale de la explotación minera, esto es extremadamente raro
debido a que los minerales nativos o mejor dicho los “metales nativos” son sumamente
raros de encontrar, debido a que, en su proceso de formación geológica, tienden a
mezclarse con minerales sulfurados, carbonatados, oxidados, entre otros. Lo normal es que
la "zafra" sufra un proceso más o menos complejo con el objeto de:
- Clasificarlo por tamaños, de acuerdo con las exigencias y necesidades del mercado.
Son muy variados los procesos de tratamiento a que puede someterse un mineral, pasando
desde los más simples, como son la trituración y clasif icación, a los más complicados,
como flotación o separación magnética, pero, en cualquier caso, siempre hay que contar
con una pérdida de la sustancia objeto de la explotación; que dependerá tanto de la
naturaleza del propio mineral como de las características del proceso aplicado.
Cuando éste sea el único proceso a que ha de someterse el material extraído, las pérdidas
serán en función a la granulometría mínima exigida al producto vendible, ya que cualquier
material por debajo de la granulometría requerida será rechazable. A mayor tamaño
exigible y mayor fragilidad del producto que se está tratando, mayores serán también las
pérdidas por este concepto, si la trituración y clasificación es un proceso intermedio o paso
previo a un segundo proceso que podría ser la flotación, la lixiviación, la calcinación o la
gravimetría, entre otros, podrá ocurrir que este último imponga unos límites al tamaño de
alimentación, en cuyo caso, se produciría la correspondiente pérdida de mineral.
Es habitual que las minas vendan sus productos bien en las plantas transformadoras de las
mismas “fundición, planta química, pirometalurgia, electrometalurgia etc.”, o que tengan
que transportarlos a un puerto o almacén de distribución. En cualquier caso, desde la salida
del producto de la planta de tratamiento o concentración hasta que se efectúa la venta o
cambio de propiedad del mismo, éste ha de sufrir manipulaciones y transportes en mayor o
menor grado. Solamente cuando la venta se produzca en la mina, se podrán ignorar estas
circunstancias a la hora de hacer la estimación de los ingresos, ya que las operaciones a las
que se está haciendo referencia, implican perdidas o mermas del mineral que se deberán
estimar en la realización de estudios de costos. Las perdidas por manipulación y transporte
varían con las características del producto. En algunos casos se puede llegar hasta un 4% o
5%, de perdidas del volumen inicial, por factores de manipulación y transporte, lo que
supone una reducción para nada despreciable y mas aun para los presupuestos de un
proyecto.
Pese al eterno deseo de conseguir para las materias primas minerales unos precios
“estables, justos y remuneradores”, la realidad es que tales precios están sometidos, ya sea
en términos constantes o corrientes, a fluctuaciones continuas.
- Fluctuaciones a muy corto plazo que afectan a las cotizaciones diarias, y las medias
semanales.
- Productos de gran consumo y bajo precio, con demanda dispersa y oferta muy variada.
- Productos duraderos, de demanda fácil y precio alto, cuyo mercado es disperso y con una
decisión de compra que implica cierto riesgo.
- Productos de consumo final, con una demanda dispersa y una oferta basada, en muy
buena parte en la fiabilidad y servicio post-venta.
- Productos industriales intermedios, con una oferta y demanda muy localizadas y decisión
de compra basada, fundamentalmente en la calidad y prestaciones.
También podríamos realizar una clasificación de las materias primas minerales con
efectos de su comercialización y valoración podría ser la siguiente:
-Minerales energéticos.
-Minerales metálicos.
-Minerales Industriales.
-Rocas industriales.
Muy distintos son los sectores de los minerales y rocas industriales, con un mercado que
se caracteriza por la dispersión y por la diversidad. Se trata de un mercado menos
transparente y, en consecuencia, con mayores dificultades para establecer las previsiones de
ingresos.
Dentro de los llamados combustibles fósiles, el carbón es, con mucho, el más abundante y
en las reservas recuperables mi grandes, esto establecido en 1986 por la Agencia Mundial
de la Energía, donde se estable que por cada 100 toneladas de material, 65,4 serian de
carbón, cifras absurdamente abrumadoras en comparación con el petróleo que su estimado
es que de 100 toneladas de material solo 15.7 seria de petróleo con calidad productiva, en el
caso del gas natural de cada 100 toneladas solo 12 serían de gas aprovechable y en caso del
uranio se estima que de cada 100tonelas solo entre 6 y 2 serían aprovéchales “siendo
optimistas”, como se puede apreciar las reservas mundiales recuperables de carbón son
muy abundantes, además dichas reservas están distribuidas en forma relativamente
equitativa.
Sin entrar en detalles técnicos, se recuerda que son tres los tipos de carbones térmicos
existentes:
-Hulla.
-Antracita.
-Lignito.
La turba “otra variedad del carbón”, aunque empleada localmente como fuente de
energía, no tiene peso alguno en el conjunto mundial. Cada tipo de carbón encuentra su
campo de aplicación específico y, de acuerdo con el mismo, se podría dar una clasificación
de los carbones en dos grandes grupos, que además encajan en la finalidad práctica del
presente capítulo, esto es, el sistema de valoración. Los dos grupos en que se dividen los
carbones, de acuerdo con su destino final, son el de carbones térmicos y el de carbones
coquizables. Mientras que en el primero entran las tres clases antes consideradas (hulla,
antracita y lignito), ya que lo que cuenta principalmente es el poder calorífico, el segundo
queda limitado a cierto tipo de hullas.
Una primera clasificación, con un criterio técnico y al mismo tiempo práctico, sería la que
se iniciara de acuerdo con las características físicas principales y, sobre todo, con la
utilización principal del metal en cuestión. De esta forma, podrían formarse los grupos de
metales siguientes:
- Hierro como metal base para la producción del acero. Con un estimado de 140$ por
tonelada.
- Metales pesados: cobre, plomo, cinc y estaño. Con un precio en cuanto al cobre de
8750$ por tonelada, el plomo con un precio de 2105.6$ por tonelada, el cinc con un
valor de 3034$ por tonelada y el estaño con una cotización de 26525$ por tonelada.
- Metales ligeros: como aluminio o magnesio. El precio del aluminio es de 2335$ por
tonelada y el magnesio con una cotización de 12500$ por tonelada.
- Metales preciosos como el oro, plata. Precio del oro es de 58477$ por kilo, y la
plata con un valor de 898$ por kilo.
Ahora bien, la forma de comercializar cada metal o los minerales de los que proceden no
permiten una clasificación exactamente igual a la expuesta, de forma que, en lo que sigue,
se ha buscado agrupar los metales más de acuerdo con la realidad del mercado, que viene
impuesta por la importancia económica de cada metal; por la existencia de bolsas de
compra, venta y mercados de futuros; por las propiedades o leyes de los minerales y por los
procesos mineralúrgico que los mismos imponen.
Resulta difícil una definición que se pueda resumir y ajustarse al amplísimo grupo que
abarca los llamados minerales industriales. Tal una cierta definición podría, proceder por
exclusión de minerales, es decir, admitir que son minerales industriales todas aquellas
sustancias minerales que no son energéticas, minerales metálicos o rocas ornamentales o
para la construcción. A grandes rasgos, los minerales industriales podrían clasificarse en
dos subgrupos, basándose en unas características de acuerdo con las cuales se determina su
utilización principal.
Se incluyen aquí una serie de sustancias que, en líneas generales, se distinguen por:
- Una cierta facilidad de sustitución de una sustancia por otra que, aun pudiendo tener
características mineralógicas diferentes, cumplen las especificaciones requeridas a
la primera. Con ello se viene a confirmar y reforzar lo anteriormente dicho sobre
precios y calidades.
Bibliografía