Gobierno Carlos Saul Menem (1989-1995)
Gobierno Carlos Saul Menem (1989-1995)
Gobierno Carlos Saul Menem (1989-1995)
Carlos Menem asumió la presidencia el 8 de julio de 1989, tras el retiro anticipado de Raúl
Alfonsín. Fue por entonces la primera sucesión presidencial entre dos presidentes
constitucionales desde 1928, y la primera desde 1916 entre presidentes de diferentes partidos
políticos.
MEDIDAS ECONOMICAS
El principal problema que debió enfrentar al asumir la presidencia fue el de una economía en
crisis con hiperinflación. El gobierno de Menem se plegó a los principios del Consenso de
Washington, para esto introdujo una serie de reformas neoliberales.
Con la aprobación de la Ley de Reforma del Estado fue autorizado a privatizar varias empresas
estatales, en la forma que el presidente estimara conveniente. Las primeras privatizaciones
efectuadas fueron las de la empresa telefónica Entel y la de Aerolíneas Argentinas. Pronto se
privatizaron también la red vial, los canales televisivos, gran parte de las redes ferroviarias,
Yacimientos Petrolíferos Fiscales y Gas del Estado.
Con el aumento de impuestos como los del Valor Agregado y Ganancias se aumentó la
recaudación fiscal. Aun así, a pesar de dicho aumento y de los ingresos generados por las
privatizaciones, la situación económica se mantenía convulsionada y a fines de 1989 se
produjo una segunda hiperinflación. El ministro de economía de entonces, Erman González,
apeló al Plan Bonex: confiscó los depósitos a plazo fijo y los cambió por bonos de largo plazo
en dólares. Estas medidas lograron una estabilidad económica sin inflación significativa que
ofreció un clima favorable para el surgimiento de inversiones y el ingreso de capitales desde
otros países, produciéndose un marcado crecimiento del PBI.
En los servicios públicos las privatizaciones produjeron mejoras de calidad en algunas rubros
(electricidad, telefonía), mientras que en otros el impacto fue negativo (transportes
ferroviarios), este último en particular por el cierre masivo de los servicios de pasajeros de
larga distancia ocurrido puntualmente el 10 de marzo de 1993. Al mismo tiempo, los
principales inconvenientes económicos generados por esta política fueron una disminución de
la competitividad basada en el tipo de cambio y un crecimiento del desempleo.
El plan Brady se implementó en Argentina en 1992. Fue una exigencia para adquirir créditos
internacionales y para limpiar los balances que los bancos no pudieran cobrar. Tenía el plan
clausulas como que los Estados renunciaban a la soberanía de los activos en el exterior de
manera irrevocable y perpetuamente, con excepción de las reservas internacionales y los
bienes públicos.En diciembre de ese año se canjearon deudas por un total de 21.000 millones
de dólares y se adicionó más de 8300 millones de intereses adeudados a través de la emisión
de tres bonos
El plan Brady supuestamente significaría un alivio para la deuda soberana entre 1992 y 1993.
Pero no fue así. Cuando Argentina entró al plan su deuda era de 63 000 millones de dólares, y
se refinanciaron 33 000 milones de dólares. Pero para el año 2000, la deuda ―después de
costosísimos pagos―, era de 150 000 millones de dólares.
Se promovió un alineamiento automático hacia los Estados Unidos, con lo cual la Argentina
abandonó el Movimiento de Países No Alineados. El ministro Guido Di Tella se refirió a dicho
alineamiento en forma humorística como "Relaciones carnales", pero más adelante el término
sería tomado por los críticos de dicha política internacional para referirse a ésta en forma
denigratoria.
Poco después de la implementación del Plan Bonex tuvo lugar el Swiftgate, en el cual la
empresa estadounidense Swift denunció verse perjudicada en una operación comercial al no
aceptar otorgar un soborno. Swift recurrió al embajador de los Estados Unidos, Terence
Todman, y el propio gobierno estadounidense tomó cartas en el asunto. Finalmente, a
principios de 1991 renunció todo el gabinete menemista.
REFORMA CONSTITUCIONAL
Cuando Menem anunció su propósito de hacer aprobar una ley que declarara la necesidad de
convocar a una convención constituyente que modificara la Constitución Nacional y permitiera
su reelección se planteó un conflicto interpretativo respecto del artículo 30 de dicha
Constitución. Menem sostenía -al igual que lo había hecho Perón en 1949- que la mayoría de
dos tercios de los miembros del Congreso requerida para ello debía calcularse sobre los que
estuvieran presentes en la sesión en tanto la oposición sostenía -tal como lo había hecho la
Unión Cívica Radical en 1949- que se necesitaban dos tercios del número de representantes
que integraba cada Cámara.