Friedrich Miescher
Friedrich Miescher
Friedrich Miescher
FRIEDRICH MIESCHER
INTRODUCCIÓN
Friedrich Miescher fue un médico y biólogo suizo, pionero de la biología molecular. Aisló por primera vez el
ADN y descubrió la molécula de nucleína, un avance fundamental en el campo de la genética y la revelación
de uno de los interrogantes de la ciencia más abordados: la información hereditaria que nos define
individualmente.
BIOGRAFIA
Nació el 13 de agosto de 1844 en Basilea, Suiza. Su padre era médico y un reconocido profesor de la
Universidad de Basilea, en las materias de anatomía y de fisiología. La presencia de científicos era una
cuestión cotidiana en su hogar y esto por supuesto lo animó a definir tempranamente su vocación por la
medicina.
Siguió los pasos profesionales de su papá y de su tío materno y estudió medicina, sin embargo, una
discapacidad auditiva, consecuencia directa de una enfermedad que padeció en la infancia, le impidió ejercer
como tal, y es por esto que decidió seguir el camino de la investigación y estudiar bioquímica.
Durante una de sus tantas investigaciones mientras examinaba el pus de los residuos quirúrgicos, identificó y
aisló una sustancia inédita del núcleo celular que presentaba una composición química diferente a las
proteínas y a cualquier otro componente que se conocía hasta ese entonces.
Usó alcohol caliente y luego un fermento presente en el jugo gástrico, que funcionó como separador de la
membrana celular y el citoplasma de la célula. Sometió a los desechos quirúrgicos y al esperma de salmón a
estos componentes. El resultado fue el aislamiento de los núcleos y finalmente los analizó.
Su principal suposición fue que la sustancia estaba directamente vinculada con el núcleo celular y por ello la
denominó nucleína. Tiempo después sería rebautizada como ácido nucleico y finalmente ácido
desoxirribonucleico (ADN).
Su descubrimiento fue publicado recién en 1871. Apenas lo identificó le envió una carta a su tío para
comentarle la novedad. En aquel entonces supo que era importante su hallazgo, sin embargo, no tuvo plena
idea de la revolución científica que había protagonizado, que sería fundamental y el puntapié para los
hallazgos que se sucedieron en cadena en los siguientes siglos.
MUERTE
En 1890 se enfermó de tuberculosis, y falleció el 26 de agosto de 1895 en la ciudad suiza de Davos, como
consecuencia de las complicaciones que le acarreó la tuberculosis. Tenía 51 años.