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chileno. Estos aires de cambio no son exclusivos de Chile, pues hoy son muchos los países que
buscan introducir ajustes y/o cambios estructurales para enfrentar los desafíos que le han puesto
presión a la sostenibilidad financiera de los sistemas de pensiones en el mundo (ejemplo: aumento
de expectativa de vida, caída en tasas de fertilidad, cambios en el mercado laboral, entre otros). •
En un documento anterior elaborado por los autores (Leitch et al. 2020), se analizó la evolución y
el estado actual del sistema de pensiones chileno y se presentaron propuestas de reforma. Este
Puntos de Referencia complementa dicho trabajo con una revisión de los mejores sistemas del
mundo, así como de las reformas que ellos impulsan, con la idea de extraer lecciones útiles para
Chile • De la evidencia comparada de los mejores sistemas de pensiones se concluye que: 1. Están
en transición desde sistemas de beneficio definido (monto de pensión definida) hacia sistemas de
contribución definida. 2. Las edades de jubilación son mayores a la chilena y, en general, no se
diferencian por sexo. Además, se están elevando en forma gradual, llegando hasta los 67 años (por
ejemplo: Noruega). 3. Son sistemas que cuentan con mecanismos de ajustes continuos o
automáticos para adaptarlos a los cambios en las condiciones demográficas y fiscales. 4. Las tasas
de cotización son mayores que en Chile, que tiene una tasa cerca de 6 puntos menos que el
promedio OCDE. 5. La informalidad laboral es menor que en Chile, lo que redunda en mayor
cobertura y densidad de dichos sistemas. 6. Se están imponiendo requisitos de acceso más
estrictos para acceder a las pensiones públicas. 7. Se está incentivando al ahorro voluntario
privado mediante al autoenrolamiento y los beneficios tributarios.