Untitled

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 18

Tema 1: GENERALIDADES SOBRE

RESPONSABILIDAD CIVIL
Introducción al tema
o

Aprendizajes esperados
o

Organizador gráfico referido al tema


o

1.1. RESPONSABILIDAD Y LIBERTAD


o

1.2. DEFINICIÓN DE RESPONSABILIDAD


o

1.3. FUNDAMENTOS DE LA OBLIGACION DE


o

RESPONDER
1.3.1 Fundamentos filosóficos

1.3.2 Fundamentos económicos


1.4. DEFINICION DE RESPONSABILIDAD CIVIL


o

1.5. FUNCIONES DE LA RESPONSABILIDAD


o

CIVIL
1.6. PRINCIPIO ALTERUM NON LAEDERE
o

VIDEO COMPLEMENTARIO
o

LECTURA COMPLEMENTARIA
o

Referencias (bibliográficas)
o

Lecturas recomendadas
o

Conclusiones de la primera semana


o

Metacognición de la primera semana


o
Introducción al tema

La responsabilidad civil es hoy en día una figura fundamental en el


Derecho. Su uso es muy extenso y su campo de acción ha ido
desarrollándose de acuerdo a las nuevas necesidades que van
surgiendo a partir de la realidad social y legal.

La utilización de esta figura busca principalmente cumplir varios


objetivos, pero, el principal de todos ellos, es restablecer el equilibrio
económico que ha sido quebrantado con la injusta realización de un
daño a un agente, el cual debe ser resarcido

La Responsabilidad Civil, tiene como objetivo fundamental, el procurar


la reparación, la misma que consiste en tratar de restablecer el equilibrio
que existía entre el patrimonio del autor del daño y el patrimonio de
la víctima antes de sufrir el perjuicio. No hay sociedad sin
responsabilidad así como no hay convivencia posible sin responsabilidad.
Pero, no debemos dejar de lado, que no hay derecho sin
responsabilidad: la norma jurídica supone la existencia de alguien que es
responsable por sus actos.

Podemos entonces resumir diciendo que el principio general del derecho


de no dañar al otro, hace que sea posible la vida en sociedad y que
cuando es conculcado, acarrea una sanción que consiste en la obligación
jurídica de indemnizar el daño causado.
Organizador gráfico referido al tema

Observa detenidamente el siguiente esquema, en el encontrarás de un


―vistazo‖ de manera sintetizada los principales concepto de la temática
que abordaremos. ¿Qué conceptos o categorías te llaman la atención?
1.1. RESPONSABILIDAD Y LIBERTAD

Según lo establecido por Fernández (2002) los daños de mayor entidad que se
pueden causar a una persona son, indubitablemente, aquellos que lesionan su
vida, su libertad o su dignidad, y son ellos, entonces, los que originan una mayor
responsabilidad. Estamos frente a valores iguales en importancia, pues la
dignidad es en realidad una forma de la libertad y obtener esta última es alcanzar
la primera.

La responsabilidad está estrechamente conectada con la libertad, puesto que es


gracias a la libertad, que el hombre puede optar, y es esta elección la que permite
responsabilizarlo por sus actos. Es decir, puede elegir entre dañar y no hacerlo,
habilitando a su vez a la Justicia a condenarlo o no a la reparación del perjuicio.

La libertad tiene numerosas vías y modos de ser ejercida; ubicada en la base de


los demás derechos fundamentales, lesionarla implica menoscabar la vida y la
dignidad.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos entiende que no cabe reconocer


un orden de prelación entre unos y otros derechos, pues todos ellos poseen
idéntico valor.

Consideramos, con respecto a la libertad en sus vinculaciones con la


responsabilidad, que puede ser enfocada desde dos puntos de vista: como valor
que puede ser dañado, engendrando el derecho a una reparación, y como
elemento que debe existir en el hombre para constituirlo en y agente responsable
del daño que ocasiona.

A su vez, la responsabilidad se presenta tanto en el terreno moral como en el


profesional, el científico, el político o el jurídico. Es un concepto universal no hay
sociedad sin responsabilidad, no hay convivencia posible sin responsabilidad.
Pero, más allá de todo, no hay derecho sin responsabilidad: la norma jurídica
supone la existencia de alguien que es responsable por sus actos.
No obstante ello, debe advertirse que el concepto jurídico de responsabilidad civil
es más limitado y que puede ser confundido fácilmente con el de obligación Si
esto procediese, las obligaciones emergentes de la ley, de los contratos o de los
hechos ilícitos serían responsabilidades, y no obligaciones. Sin embargo, la
obligación es anterior a la responsabilidad, ya que esta última surge del
incumplimiento de la primera. La confusión de conceptos perjudica la identificación
del surgimiento de la responsabilidad y su consiguiente efectivización en los
hechos.

Desde el punto de vista de las obligaciones civiles, la actitud del acreedor en la


relación con la deuda es esencialmente pasiva: aguarda el cumplimiento del
deudor, quien, a su vez juega un rol activo ya que le corresponde el deber de
realizar la prestación.

En cambio, en la responsabilidad estos papeles se cambian, pues el acreedor se


encuentra investido de un poder de agresión, con facultad para emplear las vías
legales pertinentes tendientes a obtener la ejecución específica de lo debido o su
equivalente indemnizatorio, y toda su fuerza y legitimación recaen sobre el
patrimonio del deudor que cumple una función de garantía para con él. Por su
parte, el deudor tiene la facultad de desligarse —liberarse— de su obligación
siempre que satisfaga íntegramente el interés del acreedor. En tanto en la simple
deuda el acreedor tiene una expectativa sobre la prestación, en la responsabilidad
tiene, en cambio, un crédito a la satisfacción por medio de la indemnización.

Podemos entonces concluir, que aparece primero la obligación y después la


responsabilidad. A su vez, no hay responsabilidad sin dar, de lo cual resulta que la
obligación incumplida y el daño son los dos fundamentales de la responsabilidad.
1.2. DEFINICIÓN DE RESPONSABILIDAD

Etimológicamente, la palabra "responsable" significa ―el que responde".

Fernandez (2002) señala que esta primera referencia se conecta en forma


inmediata con la idea de reparación, por el autor, de un evento dañoso padecido
por alguien. Es como imputar una acción, como declarar la autoría de alguien.
Responsabilizar conlleva, entonces, la posibilidad de preguntar al responsable
acerca de ella, obligarle a dar explicaciones y aun conceder una satisfacción.

En otras palabras, podemos decir que la responsabilidad importa un deber que,


como respuesta adecuada, soporta quien ha causado un daño. Es una respuesta
a un mal, desvalor o contravalor, que nos ha quitado algo que era nuestro: la
integridad psíquica, la integridad física o el uso y disfrute de bienes.

A su vez, y a nivel universal, los doctrinarios no han escatimado esfuerzos para


poder elaborar una definición científica que englobe todos los aspectos que esta
amplísima noción contiene; así, observamos que Josserand (1952) entiende que
la responsabilidad implica una distribución de daños de manera que quien deba
cargar definitivamente con el daño, aunque sea la propia víctima, ha de ser
calificado "responsable".

Desde un análisis puramente semántico, se reconoce al menos cuatro acepciones


del término ―responsabilidad‖. La que a nuestro entender resulta válida es aquella
descrita con la denominación ―responsable como punible o moralmente o
reprochable" . Aquí dicha expresión jurídica es empleada para indicar que el sujeto
que provocó el daño con su conducta es pasible de algún tipo de sanción o
reproche. En una apreciación coincidente, Kelsen entiende que ―un individuo es
responsable cuando es susceptible de ser sancionado independientemente de que
haya cometido o no un acto antijurídico".
Se observa que el autor deja afuera la efectivización de la sanción en el agente,
quien resultará responsable cuando la ley le aplique reproche, más allá de que la
sanción le sea auténticamente asignada o no.

Por su parte, desde la visión particular del common law, se destaca que ―el
contenido de la responsabilidad civil ha estado históricamente determinado por los
jueces; que ellos contribuyen a su evolución y a lograr que responda a las
necesidades sociales".

No hay responsabilidad sin un obrar del agente ——atribuible con base en un


factor objetivo o bien subjetivo— contrario al sistema jurídico, que origine un
perjuicio que se encuentre en relación de causalidad adecuada con ese obrar.

1.3. FUNDAMENTOS DE LA OBLIGACION DE RESPONDER

La explicación tradicional del fundamento de la Responsabilidad civil, la basan los


autores ―en el principio de justicia que impone la necesidad de restablecer el
estado anterior a la lesión causada injustamente‖, o en que ―la sanción jurídica de
la conducta lesiva responde a una elemental exigencia ética...‖, afirmaciones que
son todas correctas no pudiéndose discutir su acierto dada su obviedad. Por ello
hemos buscado además los fundamentos filosóficos y económicos de la
responsabilidad civil los que exponemos a continuación.

1.3.1 Fundamentos filosóficos

Nuestros autores no suelen interesarse por los fundamentos filosóficos de la


responsabilidad civil. Sin embargo es claro que la justicia conmutativa y la
distributiva dan sólido basamento a la obligación de indemnizar, sobre todo porque
en el siglo XXI ya se encuentra totalmente afianzada la responsabilidad sin
necesidad de demostración de culpa, también llamada objetiva.
La otra gran teoría para Wrigth (1999) es la teoría aristotélico kantiana del
derecho o la justicia, que se basa en la igual libertad de todos los hombres. Para
esta teoría el derecho de daños tiene como fin no una eficiente compensación,
sino una ―justa‖ compensación y disuasión (just compensation and deterrence).

La doctrina del derecho (doctrine of Right) enfoca hacia el aspecto externo del
ejercicio de la libertad y tiene como principio a la máxima ―actúa externamente de
manera que el uso de tu libertad coexista con la libertad de todos en concordancia
con una ley universal‖. Esta doctrina es la que da sustento a que ciertas
obligaciones morales son también obligaciones legales cuyo cumplimiento puede
ser obtenido coactivamente.

La concepción de Aristóteles al igual que la de Kant es igualitaria y basada en la


igualdad absoluta de la dignidad de todos los hombres por el solo hecho de ser
seres racionales libres. Aristóteles es el creador de las expresiones conmutativa o
correctiva y distributiva para designar a los dos tipos de justicia. Esta distinción fue
desarrollada con más refinamiento por los primeros pensadores de la Iglesia,
conocidos como la patrística hasta llegar a Santo Tomás de Aquino.

La justicia distributiva para Aristóteles tiene que ver con la interacción de los
individuos y el estado, y se basa en la sola condición de la persona como
integrante de la comunidad, abarcando potencialmente a todos los individuos. Los
recursos o bienes existentes en la comunidad deben ser distribuídos de manera
igualitaria en proporción al mérito o a las necesidades. Se relaciona la justicia
distributiva con un aspecto positivo a tener acceso a esos recursos.

En materia de daños esto tiene numerosas aplicaciones, por ejemplo quien causa
un daño por incurrir en actividades riesgosas pero socialmente útiles, debe
responder de los daños que causa aunque no se demuestre su culpa
(responsabilidad objetiva). Es este tipo de justicia el fundamento también de la
responsabilidad por el hecho de otro, conocida en el common law como
respondeat superior o vicarious liability.
La justicia conmutativa o correctiva, en cambio tiene que ver con la interacción
entre individuos y sin tener en cuenta su posición relativa en la sociedad, méritos,
riqueza o poder. Si una persona afecta o amenaza los recursos de otra a través de
una acción que es incompatible con el principio de la absoluta e igual libertad, la
segunda tiene derecho a un reclamo contra la otra. Al revés de la justicia
distributiva, la justicia conmutativa se relaciona con un aspecto negativo que da
derecho al individuo a que nadie interfiera en sus derechos. Este tipo de justicia se
corresponde claramente con la función compensatoria.

El punto donde ambas clases de justicia convergen al igual que en la teoría


kantiana es que todas parten de la absoluta igualdad y libertad de los hombres. La
igualdad, como la libertad es uno de los principios rectores del derecho privado.

1.3.2 Fundamentos económicos

Otra respuesta complementaria al porqué de la obligación de indemnizar lo hemos


encontrado en el análisis económico del derecho, corriente de pensamiento nacida
en Estados Unidos e Inglaterra, extendida ahora por todo el mundo y que sostiene
que es posible analizar las reglas jurídicas en consonancia con las económicas, y
demostrar en la mayoría de los casos su eficiencia económica y en los casos en
que esto no sucede, proponer su reformulación.

El análisis económico del derecho parte de la base de que el individuo es un ser


racional, pero que esa racionalidad la aplica al ámbito económico y guía sus pasos
en la asignación de recursos. En ese sentido la hipótesis de que se parte es
conocida como individualismo metodológico, definido como ―la suposición de que
todos los hombres persiguen sus propios intereses, la mayoría de las veces
egoístamente y que proceden racionalmente para la consecución de su objetivo‖.
Además el daño es visto como un costo que alguien debe asumir, y según cual
sea es regla, quien lo soportará será la víctima, el victimario, ambos si hay culpa
concurrente, o un tercero como puede ser el seguro, el estado o el principal o
garante. Cuando este costo que significa el daño no es soportado por el causante,
los partidarios de esta escuela hablan de una externalización, es decir, que el
daño es transferido a otro patrimonio, como sucede cuando una empresa
contamina el medio ambiente en el que los costos de contaminación, al ser difusos
y no reclamados por las víctimas no entran dentro del cálculo de costos. Cuando
el daño es indemnizado, el costo se internaliza, es decir es asumido por quien
causa el daño.

Por ejemplo en el diario La Gaceta del 2.5.04 podemos ver una información que
dice que en Tucumán las enfermedades respiratorias triplican a la media nacional
por la contaminación ambiental. Esto significa que el ahorro que realizan los
productores, o los dueños de automóviles y colectivos, por la falta de medidas
para no polucionar, la terminan pagando individualmente las personas alérgicas
cada vez que se enferman, las obras sociales que cubren estas dolencias, el
estado a través de los hospitales, etc. En realidad no hay ningún ahorro porque lo
que no se gastó en prevención se gasta en curación de enfermedades (cuando la
víctima puede ir al hospital y siempre y cuando su padecimiento sea tratable). La
responsabilidad civil puede ser una herramienta –no la única ni necesariamente la
mejor–para corregir este tipo de situaciones.

Como vemos en un caso el dañador toma algo que no le corresponde sin pagar lo
que vale (externalización), y en el otro caso debe hacerlo (internalización). ¿Cuál
es la diferencia? El análisis económico del derecho parte de la base que la
situación óptima es la que se produce cuando las partes negocian privadamente
entre sí y que cuando menos costos y trabas legales existan la negociación
arrojará resultados óptimos. La diferencia es que cuando se produce un daño las
partes pudiendo, al menos muy teóricamente, haber negociado su costo de
antemano no lo hicieron, debe entonces recurrirse a una ficción de lo que hubiera
sido la transacción en el mercado. Corresponde entonces al Juez al valuar el daño
calcular por cuanto hubiera estado una persona dispuesta a desprenderse de tal
bien, sea material o inmaterial. Es el mismo sistema que tenemos visto desde otro
ángulo.
Así por ejemplo en los ilícitos culposos (y más aún en los intencionales) los costos
de transacción son altos. El conductor de un automóvil no sabe muy bien a qué
peatón puede atropellar, pero aún suponiendo que en un pueblo hubiera pocos
peatones y que este conductor los conociera, se encontraría con otro fundamental
escollo como es saber a qué valor están dispuestos los peatones a vender las
lesiones de sus piernas, su brazos, o su vida misma; y aún si este increíble
contrato se diera habría todavía que sortear el obstáculo de la ejecución judicial
donde el contrato podría ser declarado nulo por violación del orden público. Es
imposibe que el conductor internalice voluntariamente estos costos mediante
acuerdos privados, entonces estas externalidades deben ser internalizadas,
perdón por la redundancia, por los victimarios indemnizando a sus víctimas por
sus actos. Por eso Cooter (2000) dice que ―la esencia de la responsabilidad de los
ilícitos culposos es que utiliza la responsabilidad para internalizar las
externalidades creadas por los costos de transacción elevados‖.

1.4. DEFINICION DE RESPONSABILIDAD CIVIL

La doctrina moderna no se muestra unánime a la hora de definir la responsabilidad


civil. En el intento por hacerlo, algunos autores deciden darle importancia a uno de
sus elementos, partiendo desde éste para definirla.

Reglero (2003) considera que el criterio determinante de la responsabilidad civil


reside en la imputaión, exponiendo que ―un determinado sujeto será responsable
de un incumplimiento de un deber o de una obligación, o de la causación de un
daño, siempre que dicho incumplimiento le sea imputable‖

Sin embargo, para otros autores señalan que, lo realmente importante es el daño
causado. Éste autor expone que toda la problemática de la responsabilidad civil
tiende a conseguir la reparación del daño cuando ha sido generado injustamente,
es decir, -según él- cuando se ha causado atendiendo a los preceptos que regulan
las fuentes de las obligaciones, y por tanto se hace necesario acudir al artículo
1089 CC el cual consagra que éstas tienen su origen en ―la ley, en los contratos y
cuasi contratos y en los actos y omisiones ilícitos que intervenga cualquier género
de culpa o negligencia‖

Aunque es claro que sin el daño no habría lugar a hablar de responsabilidad


civil, consideramos que enfocarlo únicamente en este elemento, es negarle un
poco la complejidad que presenta esta figura, y la importancia de cada una de sus
partes

Al buscar una definición más amplia, que abarque todos los elementos de la
figura, Yzquierdo (2014) considera que para que exista responsabilidad civil es
necesaria la constatación de una acción u omisión, la cual tendrá relación con un
daño mediante un nexo de causalidad. Adicionalmente debe verificarse si se da el
adecuado factor de atribución, que permitirá justificar la imputación del daño a un
determinado patrimonio.

Por último, Martínez (2004) considera la responsabilidad civil como una institución
sobre la que se proyecta todo el Derecho civil, ya que todo el ordenamiento
jurídico y sus actores en esta materia se rigen en torno a la responsabilidad civil
sobre la que versen los problemas, cuestiones y litigios. Concibe esta institución
como un juicio de reproche que hace el ordenamiento jurídico a las conductas que
lo infrinjan, y dependiendo de dicha contravención se regirá por uno u otro tipo de
responsabilidad: ―si efectivamente la conducta contraventora supone la
vulneración a la lex privata contractus, se producirá la responsabilidad contractual,
si se contraviene la ley de ―Naeminem Laedare‖ se estará en la responsabilidad
extracontractuawritl‖

. A nuestro juicio, la definición de la responsabilidad civil debe evitar ceñirse


únicamente a la función que ésta cumple, a sus elementos, o a uno de ellos, o a la
finalidad de la misma. Debe componerlo todo, ya que todo lo anterior forma parte
de ella, pero son diferentes a la figura misma. En un intento de definirla, diríamos
que la responsabilidad civil es una institución jurídica que nace con la finalidad de
restablecer un equilibrio económico que ha sido quebrantado, y ello se lleva a
cabo a partir de la reparación del daño causado a un actor que jurídicamente no
tiene por qué soportarlo. Dicha figura está compuesta por varios elementos,
necesarios todos para la configuración de la misma.

1.5. FUNCIONES DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL

Espinoza (2011) Autorizada doctrina italiana ha distinguido, frente a las


tradiciones, nuevas funciones de la responsabilidad civil. Dentro de las primeras,
se encuentran las siguientes:

1. La de reaccionar contra el acto ilícito dañino, a fin de resarcir a los sujetos a


los cuales el daño ha sido causado;
2. La de retornar el status quo ante en el cual la víctima se encontraba antes
de sufrir el perjuicio.
3. La de reafirmar el. poder sancionatorio (o ―punitivo‖) del Estado; y
4. La de ―disuasión‖ a cualquiera que intente, voluntaria o culposamente,
cometer actos perjudiciales para terceros.

Frente a estas, agrega nuevas funciones, tales como:

1. La distribución de las perdidas; y,


2. La asignación de costos.

Así, bajo la perspectiva del análisis económico del derecho, se considera


―axiomático que la función principal de la responsabilidad civil es la de reducir la
suma de los costes de los accidentes y de los costes de evitarlos‖. Dentro de los
costos, se distinguen, los costos primarios que son los que se asumen para
reducir el número y gravedad de los accidentes; los costos secundarios
(denominados costos sociales) y los costos terciarios (costos administrativos). En
este orden de ideas la responsabilidad extracontractual tiene metas de
compensación (que engloba a la difusión de perdidas, distribución de la riqueza
o deep pocket) y metas de desincentivacion (dirigidas a ―minimizar la suma de los
costos de los daños y de los costos de las precauciones), que pueden ser
colectivas o específicas y generales o de mercado.

Un sector de la doctrina italiana ha sistematizado las nuevas y antiguas funciones


de la responsabilidad civil, bajo dos enfoques.

1. Microsistematico, que ―permite verificar el modo de actuación de los


distintos elementos de la figura, en relación con las especificas categorías
de hechos ilícitos‖.
2. Macrosistematico, que ―permite identificar la función de la responsabilidad
civil en el modelo económico que se tome como referencia‖.
3. En doctrina nacional, siguiendo esta posición, se distingue la perspectiva
diádica o microsistematica, en la cual la responsabilidad tiene triple función:
satisfactoria, de equivalencia y distributiva; al lado de la perspectiva
sistemática o macroeconómica, en la que la responsabilidad civil cumple
dos funciones: una de incentivación o desincentivacion de actividades y
otra, que es preventiva. En verdad, las funciones satisfactiva, de
equivalencia y distributiva, son tres maneras de ver una misma función: así,
si se quiere satisfacer a la víctima, la reparación será (en la medida que ello
sea posible)equivalente al daño causado, lo cual originara una
(re) distribución de los costos del mismo. Por otro lado, cuesta entender la
separación entre la función preventiva con la disuasiva o la incentivadora,
cuando en realidad, la primera se materializa, a través de estas.

Desde el punto de vista de Fernández (2002), las funciones de la


responsabilidad civil tienen que ser vistas a partir de sus protagonistas.

1. Con respecto a la víctima es satisfactiva.


2. Con respecto al agresor es sancionadora
3. Con respecto a la sociedad es disuasiva o incentivadora de actividades
4. Común respecto a los tres anteriores es la función distributiva de costos de
los daños ocasionados.
1.6. PRINCIPIO ALTERUM NON LAEDERE

Los antiguos romanos, que fueron gente muy sabia y muy práctica, sintetizaron los
grandes principios jurídicos en tres axiomas, a los que el derecho podría reducirse
como mínima expresión y no obstante ser suficientes para abarcar todos los
aspectos a regular por las normas: honeste vivere (vivir honestamente), suum
cuique tribuere (dar a cada uno lo suyo) alterum non laedere, es decir no dañar al
otro. Para los romanos a partir de esos principios se podía ante cualquier situación
saber cómo comportarse en relación con los demás.

El principio del alterum non laedere es, como la noción misma de derecho,
inseparable de la de alteridad, es decir en relación a otro, o lo que es lo mismo
tiene sentido únicamente en la vida en sociedad, porque el daño que alguien se
infiere a sí mismo no entra dentro de la consideración de la responsabilidad civil,
como sería el caso del suicida o de quien se flagela por motivos religiosos, o como
veremos más adelante cuando la víctima ha sido culpable del daño

Por eso Angel (1989), comienza su libro sobre el tema diciendo que ―el no causar
daño a los demás es quizá, la más importante regla de las que gobiernan la
convivencia humana‖.

El derecho no protege entonces a quien causa un daño a otro, sino que muy por
el contrario hace nacer una obligación –en sentido jurídico– de dejar a esa
persona en una situación lo más parecido posible a como se encontraba antes de
sufrir el daño. Esto es lo que se llama ―responder‖ o ser ―responsable‖ o tener
―responsabilidad‖ por el daño padecido por otra persona

Según Alterini (1974), la obligación de reparar el daño ha sido considerada por los
autores como una sanción, más propiamente como una sanción resarcitoria, para
diferenciarla de la sanción represiva propia del ámbito penal
.Podemos entonces resumir diciendo que el principio general del derecho de no
dañar al otro, hace que sea posible la vida en sociedad y que cuando es
conculcado, acarrea una sanción que consiste en la obligación jurídica de
indemnizar el daño causado, o como en palabras De Cupis (1970) una reacción
del derecho para facilitar la represión del daño

Debemos aclarar sin embargo que no siempre que se causa un daño se


responde, tal como veremos más adelante. De todos modos las excepciones a la
indemnizabilidad del daño, debido al progreso jurídico y muy en especial de esta
materia, cada vez son menores, porque se considera inconveniente que la víctima
no sea compensada de algún modo.

Referencias (bibliográficas)

1. Alterini Atilio A. Responsabilidad civil. Límites a la reparación, Abeledo Perrot, Buenos


Aires, 1974.
2. De Cupis, Adriano, El daño. Teoría general de la responsabilidad civil, Traducción de Angel
Martínez Sarrión, Bosch, Barcelona, 1970.
3. Alpa, G. (2006). Nuevo Tratado de la Responsabilidad Civil. 1ª. Edición en castellano,
traducción y nota de Leysser Lima. Edt. L. León. Jurista Editores.
4. Alterini, A. (1992). Responsabilidad Civil. Límites de la Reparación Civil. Contornos
Actuales de la Responsabilidad Civil. 1ra reimpresión de la 3ª edición. Buenos Aires. Edt.
Abeledo-Perrot.
5. De Ángel Yágüez, R. (1995).Algunas previsiones sobre el futuro de la responsabilidad civil
(con especial atención a la reparación del daño). 1ª edición. Madrid. Editorial Civitas.
6. De Ángel Yágüez, R. (1993). Tratado de Responsabilidad Civil. Tercera edición.
Madrid. Editorial Civitas.
7. De La Puente, M. (2001). El Contrato en General, Comentarios a la Sección Primera del
Libro VII del Código Civil, Tomo I, Lima. Editores Palestra,
8. Díez-Picazo Y. & Ponce De León. L. (1999) Derecho de Daños. Primera edición.
Madrid. Edt. Civitas.
9. Espinoza, J. (2002) Derecho de la Responsabilidad Civil. 1ª edición. Perú. Edt. Gaceta
Jurídica.
10. Espinoza, J. (2006). Derecho de la Responsabilidad Civil, 4ª edición, Lima. Perú. Edt.
Gaceta Jurídica.
11. Fernández, G. (2007) Responsabilidad Extracontractual. En: Código Civil Comentado.
Tomo X. 2da. edición, Lima. Edt. Gaceta Jurídica.
12. Fernández , C. (2000). La antijuricidad como Problema. Portal de Información y opinión
Legal PUCP. 248
13. Josserand, L (1952). Derecho Civil. Buenos Aires. Edt. EJEA-Bosch
14. Lorenzetti, R. El daño a la persona. En: Revista Jurídica del Perú. Año XLV Nº 1. Enero-
Marzo 1995. Trujillo–Perú. Editora Normas Legales.
15. Revista Gaceta Jurídica. ―Diálogo con la Jurisprudencia‖. Año 10, Número 77. Febrero
2005, Lima – Perú.
16. Yzquierdo M.(2014).Contratos de estructura comunitaria. Edt. ARANZADI

Conclusiones de la primera semana

 Es gracias a la libertad que el hombre tiene la posibilidad de


decidir y elegir, y es esta elección la que permite responsabilizarlo
por sus actos. Es decir, puede elegir entre dañar y no hacerlo,
dándole a su vez a la Justicia la posibilidad de condenarlo o no a
la reparación del perjuicio que causa.
 No hay sociedad sin responsabilidad así como no hay convivencia
posible sin responsabilidad. Pero, no debemos dejar de lado, que
no hay derecho sin responsabilidad: la norma jurídica supone la
existencia de alguien que es responsable por sus actos.
 El derecho no protege entonces a quien causa un daño a otro, sino
que muy por el contrario hace nacer una obligación –en sentido
jurídico– de dejar a esa persona en una situación lo más parecido
posible a como se encontraba antes de sufrir el daño.

También podría gustarte