Comunicación Mediatica

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 7

COMUNICACIÓN MEDIATICA

la comunicación mediática y el poder, son fenómenos sociales que parecieran no guardar


vinculación explicita dentro del esquema capitalista. Sin embargo, hoy en día a través del
fenómeno de la globalización, se hace notorio que la comunicación mediática es un
instrumento que líderes de cualquier índole utilizan para hacer valer de una u otra
forma, estrategias sectoriales que, a través del discurso, evidencian estar impregnadas
de una constante intencionalidad de dominación
La comunicación mediática es una forma de poder a veces inadvertida, capaz de
fomentar esquemas procedimentales de dominio sobre ciertos actores sociales.
En ese sentido, sostenemos que actualmente la comunicación mediática es el recurso
tecnológico que más puede influir en el juicio, pensamiento o acci0n de cientos y miles
de millones de personas. A raíz de este hecho, se puede argüir que la comunicación
mediática representa una forma de dominación sutil. Eso es posible, por ejemplo, al no
darse en la comunicación mediática una ecuanimidad y objetividad en torno al
contenido discursivo de información procedente de una o más fuentes (sean oficiales
por parte del Estado, de líderes políticos o individuos comunes y corrientes). Quizás como
secuela de esta situación, de forma consciente o inconsciente, se ve potenciado el
surgimiento de una o varias tipologías de poder.
El texto consta de tres partes fundamentales para facilitar la comprensión de la
argumentación que se explaya.
La primera, hace referencia a la significación dada al poder; la segunda, alude al
discurso como medio catalizador-mediador entre el poder y la comunicación
mediática y, por último, la tercera parte, aborda la relación existente entre poder y la
comunicación mediática.
Los siguientes cuestionamientos son para constatar la aseveración expresada líneas atrás, se
abordan ciertas interrogantes como: ¿Que es el poder? ¿El discurso funge como catalizador-
mediador entre la comunicación mediática y el poder? ¿Existe alguna relación entre la
comunicación mediática y el poder? Finalmente, se trata de demostrar dicha relación, a
través de casos en la realidad social.
¿Qué es el poder?
Michel Foucault aborda el poder de una forma inusual. Al hacer referencia a la sutilidad en
que el poder se puede emplear como forma de dominación, permite abrir un espacio
teórico para hacer evidente la vinculación entre el discurso, el poder y la
comunicación mediática. Esta última como forma de poder generalmente inadvertida.
¿Pero, aquel entendemos por poder? Desde principio, hay que tener claro que no existe una
sola forma de manifestación del poder. Aunque las normativas en un Estado parecieran
mostrar el fin último del discurso hecho manifiesto a través de un escrito, un parámetro
regularmente obviado es la subjetividad que cada ser humano posee de forma intrínseca
.
Este potencial de interpretación, muy propio por cierto de cada ser humano, representa una
limitante al momento de querer universalizar formas o tipologías en cuanto al ejercicio del
poder. En ese sentido, se ha constatado que pueden hacerse manifiesta tipologías de poder
como: poder coercitivo, poder discursivo, poder político, poder económico, entre otras.
Como verbigracia, el poder podría entenderse en cuanto a la capacidad de actuar de
acuerdo a la consecución de propósitos o intereses, o-, la capacidad de intervenir en el
curso de los acontecimientos (Thompson, 1998: 29).
Un elemento a considerar es que el poder no es estético. En cambio, es circulante. Se
caracteriza por ser hasta cierta forma dinámico, en torno a quien lo ejerce y, aunque
sea intangible, es a través de las acciones de los seres humanos que se hace manifiesto.
Recordada la existencia de diversos tipos de poder, esbozamos una definición de poder por
cierto foucaultiana, que permite vincular la relacion existente entre la comunicación
mediática y el poder. Para este fin, por poder debe entenderse una red productiva que pasa a
través de todo el cuerpo social (Foucault, 1997: 137).
Por cuerpo social ha de entenderse, el conjunto de actores interrelacionados por acciones de
origen individual que transcienden a un nivel macrosocial a raíz de la naturaleza de estos.
Esto es, por su condición de ser seres socio-racionales. Consecuentemente, cuando se habla
de conjuntos de actores, se comprende que los mismos, independientemente del trabajo
social que desarrollen, son generadores de diferentes redes de producción.
Ahora bien, se puede entender por red de producción cualquier forma de trabajo,
transformación, acción o comunicación, capaz de traspasar del espacio individual a uno
macrosocial que permite ubicar a cualquier actor de la sociedad (ya sea institucional o
antropogénico) como parte necesaria del continuum que existe en una interacción
desarrollada vis a vis o de forma múltiple entre actores, unidireccional o
bidireccionalmente.
Con esta aclaración bastante teórica, por cierto, creemos marcar dos vías de interconexión
para la sustentación de la relacion poder-comunicación mediática. La primera, es que al
explicitar lo que entendemos por cuerpo social, se permite incluir implícitamente la
comunicación mediática como un actor social que ocupa un parámetro dentro de un campo
o institución frecuentemente relacionado con el poder y en donde el actor social humano
(individual o plural) a través de la expresión de ideas o pensamientos; ya sea de forma
verbal, audiovisual o impresa, ejerce y se hace dependiente de estos últimos, dentro de un
contexto caracterizado por una temporalidad y espacio específico. Esto es dado así porque
en última instancia, las acciones individuales o colectivas de los humanos, son las que
permiten construir socialmente la comunicación mediática.
Segundo, red de producción permite considerar a la comunicación mediática como un
actor social con cuerpo, contenido y sentido significante, especialmente social,
situación que la hace constituirse como parte integral del ejercicio interactivo
diariamente ejercido en una sociedad. Con ello, se asevera que, a través de la acción
institucional o humana, ya sea individual o colectiva, la comunicación mediática es de facto
un actor social real y verificable.
El discurso: catalizador-mediador entre el poder y la comunicación mediática.
El acceso restringido y acotado al discurso en diferentes espacios de participación pública o
privada, podría establecer una institucionalidad, en cuanto es determinante de un tipo
específico de poder. Como afirma Jorge (1993:5), representante de la Escuela de Duisburg,
citado por Wodak et. al. (2001), el discurso puede ser entendido como una modalidad del
habla institucional y convencionalmente establecida que pone de manifiesto la relacion
existente entre el comportamiento y la dominación. Sin embargo, al discurso también se le
es considerado como una forma de uso del lenguaje, como comunicación de creencias y
como interacción de índole social. Ello evidencia que el discurso implica además del
proceso de cognición individual, un proceso de cognición sociocultural (Van DijK, 2001).
El discurso, al poner de manifiesto la relacion existente entre el comportamiento y la
dominación, evidencia dos aspectos esenciales. Uno es que, a través del
comportamiento, es posible ver empíricamente la aceptación y/o negación de los
actores sociales frente a un hecho especifico. Pero principalmente, a través de la
dominación, se constata una forma de poder, cualquiera que sea su índole. En la
comunicación mediática esto es un tipo de poder que permite relacionar continuamente lo
discursivo y simbólico. De esta forma como expresión de un poder, el discurso permite
deslindar ideologías, misiones, visiones, políticas, estrategias, etc., de un mensaje
aparentemente elocuente y sin nota de novedad, pero que, a través de un análisis del
discurso, evidencia matizaciones ocultas para momentos u hechos específicos escenificados
en el pasado o que ocurren en el presente.
Como casi todo ser racional se caracteriza por expresarse a través del habla, el discurso en
su, además de contemplar significaciones simbólicas, emocionales, circunstanciales y de
otros caracteres; efectiva un papel de intermediación entre la comunicación mediática y el
poder. ¿Por qué? Porque ya sea el discurso expresado de forma oral, impresa,
audiovisual u en otra modalidad, es el único mecanismo social que permite la
comprensión entre diferentes actores. Funge como medio de entendimiento y facilitador
de codificaciones y recodificaciones de mensajes o expresiones dadas entre un emisor y un
receptor. ¿Por eso sin este, cómo imaginar la comunicación mediática? Ahora bien, hay que
considerar que el lado positivo del discurso es un poco opacado porque en la realidad
social, las practicas discursivas tienden en la mayoría de los casos, contribuir a producir y
reproducir relaciones de poder desiguales (Van Dijk, 2001).
Aunque existe diversidad de instrumentos para que la comunicación mediática su efecto y
su vinculación inseparable con el discurso, que creemos, es el cuerpo esencial que da
vida, contenido y significación a los mensajes emitidos por un emisor a uno o diversos
receptores dentro de un proceso comunicativo, trasciende su función inicial de ente de
enlace, al depender hasta cierta forma del sentido y significación que precisamente el
emisor de subjetivamente y, porque no, de la interpretación que le otorgue, el receptor.
Esto permite comprender que el establecimiento de agendas en cierta forma, se vea
determinado por complejos procesos, los cuales suelen ser moldeados por las características
de los mensajes mediáticos y en un nivel menor, por las peculiaridades de los receptores
(McCombs, 2004). Aquí por agenda puede comprenderse como el tipo de relación social de
corte política, económica, cultural o de cualquier otra índole, que incita directa o
indirectamente, el ejercicio de uno o varios tipos de poder dentro de un cuerpo social. Para
que ocurra este hecho, es importante que exista una interacción entre por lo menos dos
actores, dado que un solo actor, ¿qué interacción social puede establecer? Ninguna.
Con numerosos estudios referidos a la comunicación mediática, se ha podido corroborar
que es posible cierto grado de relatividad entre la correspondencia de las prioridades de la
agenda mediática y las prioridades posteriores de la agenda pública (McCombs, 2004). Si
este hecho ha sido científicamente constatado, el discurso, al considerársele como el único
ente interlocutor o mediatizador entre un emisor y un receptor, destaca a la vez como
catalizador de significaciones, sentidos, expresiones e incluso, simbologías. Ante este
hecho, no es posible considerar al discurso como solo un eslabón del proceso de
comunicación mediática. Trasciende su esencialidad de función interlocutora al posibilitar
la presencia a través de las acciones de los seres humanos, de diferentes manifestaciones
y/o tipologías de poder.
Relacion existente entre la comunicación mediática y el poder.
Los medios de comunicación son formas sociales cada vez más influyentes en la vida
cotidiana de cada ser racional. La exploración en alguna medida, algo somera en torno a la
determinación social que estos hacen sobre la agenda privada y pública en la sociedad, ha
permitido concebir ingenuamente a los mismos, como expresiones sin carácter relevante en
cuanto a manifestaciones de poder. ¿Pero, realmente será cierta esta aseveración? o es la
comunicación mediática una manifestación de poder social?
No cabe duda que al concebirse el poder como un hecho social no estético, la
comunicación mediática, como construcción social dirigida por entes racionales,
consideramos, es quizás no contundentemente, pero si relativamente, una manifestación de
poder. ¿Lo que interesa determinar es aquel tipo?
Se ha evidenciado que en el proceso neoliberal que se experimenta a través de la
globalización, la mercantilización de la información es aún vigente (Trujillo, 2006). Si se
toma en consideración que esa mercantilización de la información no es ajena a sutiles
influencias de intereses específicos particulares o colectivos, es posible empíricamente
denotar la existencia de algún tipo de poder.
Quizás, la forma más tácita de identificar una relacion entre la comunicación mediática y
alguna forma de poder, es a través de la consolidación económica de los propios
medios de comunicación. Al ser el medio de comunicación o un actor social con
personería jurídica de carácter asociativo o privado, para su funcionamiento interno
es consecuentemente necesario, el establecimiento de cuentas bancarias y/o
infraestructuras, por ejemplo. Hoy en día, la opulencia económica es quizás, una
manifestación de un status quo social que, traducido en nuestro enfoque de interés, de
forma per se constata una manifestación de poder. En lo relativo a esto, podría aseverarse
de un tipo de manifestación de poder adquisitivo, tributario, informativo y simbólico, por
ejemplo.
Aunque en la comunicación mediática es frecuente la distinción entre medios masivos y
alternativos, un medio de comunicación al connotarse como alternativo, no escapa al hecho
de servir a los intereses de un sector tradicional (Trujillo, 2006: 32). Evidentemente, a
medida que un medio de comunicación incrementa su ranking de audiencia, su poder de
influencia sobre la cognición de sus receptores crece, y es posible que este influya sobre las
actitudes, posturas o interpretaciones que el receptor de los mensajes recodifique a través de
su subjetividad.
Aparte de su potencial de influir en el aspecto cognitivo del receptor, ese hecho en sí, es
permeable a intensificación de por ejemplo ideologías, estrategias políticas y slogans
discursivos que en acciones específicas multitudinarias (manifestaciones, revueltas
públicas, periodos de elecciones, etc.), podrían contraponerse con las teorías normativas
existentes en la comunicación mediática. Al proceder este evento, los sectores apoderados
de dichos medios de comunicación, tendrán la oportunidad de orquestar un cambio en el
orden social imperante; trayendo como secuela la instauración de un nuevo orden social.
Esto de hecho, sería un nuevo modelo de orden que circunscribiría el potencial del medio
en torno al ejercicio de un poder político, ideológico, simbólico, religioso o de cualquier
otra denominación.
Enmarcándonos en el ámbito político, un caso real de correlación entre el poder (cualquier
tipo que sea) y la comunicación mediática, lo plantearemos sobre las pasadas disputas que
surgieron entre los que, en Panamá, desean se aprobara la ampliación del Canal de Panamá
y los que se oponían a dicha propuesta.
Por un lado, el gobierno que encabezaba el presidente Torrijos, promovía la aprobación por
referéndum, del proyecto de ampliación del Canal. Para este fin, se arguye que al
concretarse la aprobación del proyecto y una vez se iniciaron los trabajos en el área, se
generaría más empleo, el país en términos de servicios marítimos seria más competitivo y
tendría la oportunidad de seguir liderando la ruta marítima más propicia en cuanto al
trasporte de productos desde el Continente Americano a otros sitios geográficos y
viceversa.
Importante es destacar que, junto al gobierno, sectores empresariales manifestaron su
interés porque el proyecto se lograra concretar. Esto último, independientemente de las
injerencias externas políticas provenientes de entidades transnacionales. Empero, por otra
parte, en Panamá un sector social constituido por residentes campesinos afectados,
ambientalistas y miembros de partidos políticos, entre otros actores sociales; hicieron
esfuerzo común y se opusieron al mencionado proyecto porque según estos, se atentaba
contra la estabilidad ecológica y se impulsaría un mayor endeudamiento del país, pues el
costo estimado de la obra era de 5,250 millones de dólares. Otra razón adversativa de la
propuesta, era la poca confiabilidad que un sector de la sociedad tenía en torno a la cantidad
de empleos directos o indirectos proyectados a raíz de los estudios hechos por el gobierno
nacional. Se observa entonces la importancia del discurso como medio catalizador-
mediador entre el poder y la comunicación mediática.
¿Descrito el escenario a groso modo, a como se determina la relacion poder comunicación
mediática? Quizás, a través de un ejemplo simple se constate dicho hecho. El gobierno,
como gestor de dicha iniciativa conta con el acceso directo a los medios de comunicación
(servicios). Para tal fin, orquesta una campaña televisiva, radial e impresa con miras a
influir en la concepción individual y colectiva de los residentes del país en torno a votar por
un si en el momento del referéndum. Por el contrario, los sectores opuestos a dicho
proyecto, solo tuvieron acceso a participaciones reducidas en los medios de comunicación.
Si se efectuare un análisis de, por ejemplo, la periodicidad de mensajes publicitarios a favor
de una u otra postura, se podría determinar la diferenciación de los espacios en términos de
tiempo aire reales, inclinándose la balanza a favor del entonces sector del gobierno. Aquí se
constata la afirmación hecha por Maxwell en torno a que establecer la agenda de atributos
para un tema es la encarnación del poder político (McCombs, 2004: 159).
Las preguntas que surgen sobre dicha acción son: ¿En sí, fue esta una estrategia política de
la oligarquía que forma parte del gobierno y de los sectores vinculados con los intereses del
gobierno? Se constata o no la influencia del poder económico sobre temas de interés
nacional y ello de cierta forma excluye, a la mayor parte de la población, ¿pero incluye a
sectores históricamente oligárquicos? Es notorio como la influencia del poder económico se
inmiscuye indirectamente sobre temas diversos de interés nacional y se observa como los
medios de comunicación, a través de la prestancia de los servicios que ofertan, directa o
indirectamente, se pueden convertir en instancia utilitaristas claves de un sector o grupo
social dominante; quizás, sin la intención de serlos.
Ejemplo tangible de esta situación es el grupo de los Elata. estos en el año de 1939 logran
la fusión de varias empresas. Surge de esta forma la Cervecería Nacional. Con esta acción
el sector Fernando Elata Ministro en aquel entonces- expande su influencia política y
comercial tanto en Colon y en la ciudad de Panamá (Soler, 1974). Hoy en día, la familia
Elata es participe en la acción de la Corporación MEDCOM PANAMA S.A.* Entidad
corporativa constituida por RPC radio y televisión (Canal 4) y Telemetro (Canal 13). Como
entidad corporativa, MEDCOM PANAMA S.A., a través de pautas publicitarias, al
momento de impulsarse el referéndum sobre ampliación del Canal de Panamá, fue una de
las diversas entidades mediáticas que permitieron a una y otra parte vinculada con el tema;
hacer uso de los servicios y ventajas estratégicas de mercadeo permitidas bajo marco legal;
empero, se impactó sobre aspectos cognoscitivo-visuales de la sociedad. Otras familias
elitistas de esa época y, que hoy en día, pertenecen a la clase pudiente e influyente política
del país son: la familia alemana, la familia Arias-Espinosa, la familia Vallarino, la familia
Duque, la familia Chiari, entre otras. He aquí en estas familias junto con la presencia de
grupos hebreos y de otros grupos étnicos la concentración del poder económico panameño.
Otro ejemplo reciente en torno a como los medios de comunicación influyen en cierto
grado en el aspecto cognitivo del receptor (en este caso miembros de la sociedad
panameña), fue la estrategia de campaña publicitaria utilizada en las pasadas elecciones
generales de 2009 por los asesores del entonces candidato presidencial Ricardo Martinelli,
hoy día, presidente de la Republica de Panamá. Los contenidos verbales y slogans, las
imágenes y los significados subjetivos de estas, la periodicidad, la hora de difusión e
incluso, el vestuario empleado en las cuotas publicitarias; son elementos componentes de
estas que contribuyeron a propiciar un resultado sin precedentes en la historia republicana
de los procesos electorales en Panamá. El actual presidente de Panamá, gana los comicios
con más del 60% de preferencia. En ese contexto, tal fue la magnitud económica de la
campaña publicitaria requerida tanto por la candidatura oficialista como la de oposición
que, deja claro que, en Panamá por ahora, quien aspira llegar al solio presidencial, debe
contar con los recursos económicos suficientes, pues se demostró que la publicidad, es uno
de los principales elementos que demarca el éxito o fracaso de una campaña presidencial.
A manera de Conclusión:
El discurso (sea hablado, audiovisual, impreso u de otra forma) es catalizador-mediador del
comportamiento y la dominación dada entre la comunicación mediática y el poder. Por un
lado, la comunicación mediática es parte de una red de producción por considerársele un
ente social constituido de contenido, sentido y significación. Empero, el poder se
caracteriza por ser circular, no estético. Al ser dinámico, esto permite su intromisión
quiérase o no, en las esferas de la comunicación mediática.
Como se aludía dentro del contenido del escrito, cualquier medio de comunicación,
indistintamente que se auto categorice como masivo o privado, no escapa de la influencia
ejercida por intereses provenientes de un sector social. Al contrario, con los ejemplos
esbozados casi al final del texto (caso Panamá), se constata como en ocasiones los medios
de comunicación son instancias que influyen en la reorientación de una política estatal o
preferencia electoral, por citar un par de casos.
La contemplación de la comunicación mediática dentro de una red de producción, en
el caso específico sector medios de comunicación social, aunado a su intrínseca
presencia dentro de un cuerpo social que podría ser en términos institucionales o
antropogénicos, permite correlacionar sus acciones procedimentales como figura
empírica verificable en cualquier espacio y tiempo junto con el poder; este último,
claramente contemplado como hecho social circulante. Con estas características, se
ven sustentados los lineamientos teóricos expresados.
Algo que es importante reconfirmar, es que tanto la comunicación mediática y el
poder, son parte de un cuerpo social. Su vinculación o correlación, base de nuestra
inquietud por determinar la comunicación mediática como una forma de poder, es
reciproca entre sí. ¿Porque es reciproca? Porque ambos parámetros son dependientes
del discurso como único medio capaz de mediar o catalizar las acciones de
comportamiento y dominio suscitados entre ambos.

También podría gustarte