Modulo Ii 1era Parte Final
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Repasando:
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) adoptó en 1949 el Convenio para la Re-
presión de la Trata de Personas y la Explotación de la Prostitución Ajena; En 2002 se
ratificó el Protocolo para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, especial-
mente Mujeres y Niños, que complementa la Convención de las Naciones Unidas con-
tra la Delincuencia Organizada Transnacional.
En concordancia con estos instrumentos internacionales, se promulgó en 2008 la Ley
26.364, que permitió incorporar el delito de la trata de personas al Código Penal de la
Nación. Así, nuestro sistema legal quedó dotado de un marco preventivo, punitivo y
asistencial para hacer frente al delito con el fin de erradicarlo. Posteriormente fue mo-
dificada por la Ley 26.842, promulgada el 7 de diciembre de 2012, que incluyó algunos
cambios de gran acierto, en especial el artículo 2, que eliminó la necesidad de acredi-
tar los medios comisivos para demostrar la existencia del delito de trata de personas,
aun en el caso de las víctimas mayores de edad. Esto significa que, en ningún caso, es
necesario probar que existió engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier medio de
intimidación para que quede configurado el delito.
El hecho de que una persona sea consciente de que se la está explotando, en cualquier
tipo de comercio sexual o en trabajos forzosos (entre otros) no modifica su condición
de víctima.
Aun si comprende la naturaleza de su “trabajo”, la persona que se convierte en víctima
puede haber sido engañada respecto de las condiciones —, puede hallarse bajo ame-
naza—en forma directa o a través de su familia— o, fundamentalmente, se le pudo ha-
ber presentado la “oferta laboral” aprovechando su situación de vulnerabilidad.
La trata de personas supone una de las más aberrantes formas de violencia en cuanto
deshumaniza al sujeto convirtiéndolo en un mero engranaje de un sistema de produc-
ción y consumo, por lo cual resulta indispensable dimensionar todas las aristas que re-
viste el consumo de los cuerpos de quienes resultan víctimas de estos delitos. La trata
de personas cosifica a los individuos tratándolos como mercancía en tanto que consi-
dera al sujeto como alguien que dispone de su trabajo y de su cuerpo para enajenarlo
al mercado en las condiciones que éste instituya.
Según su destino, la migración puede ser interna, cuando es dentro del territorio de
un mismo país, o bien internacional, cuando implica el desplazamiento hacia otro país
diferente.
✔ La globalización.
✔ La integración regional.
✔ El desempleo o la falta de oportunidades en los países de origen.
✔ El envejecimiento de la mano de obra de los países receptores.
✔ El aumento de la demanda de mano de obra en ciertos sectores económicos de
los países receptores.
✔ La atracción (expectativa) que ejercen los países más desarrollados.
✔ Los conflictos armados internos.
✔ Los desastres naturales.
✔ La discriminación por razones de género, etnia, orientación sexual o ideológica.
La relación entre la Trata de personas con fines de explotación laboral y el trabajo mi-
grante es innegable. Sin embargo, no todo trabajo migrante se traduce en un caso de
trata de personas, aunque, el hecho de trasladar a alguien, el desarraigo que le repre-
senta y la contratación informal, son circunstancias que propician la comisión del de-
lito.
Cuando hablamos del delito de trata es preciso diferenciarlo del delito de tráfico de
personas tipificado en la Ley de Migraciones N° 25.871 del año 2004.
Es importante resaltar que a la persona que ha ingresado por medio de una maniobra
de este tipo le acarreará consecuencias diferentes según la situación concreta. En
este sentido, nuestra legislación migratoria reconoce el derecho a migrar como un
derecho inalienable, y en consecuencia, no criminaliza a los migrantes ni agrava los
delitos que cometan dentro del país en virtud de esa sola circunstancia. Las personas
en situación migratoria irregular son alentadas a regularizar su situación y no son de-
portadas. Sin embargo, las víctimas del delito de trata suelen desconocer esta situa-
ción; desconocimiento que es aprovechado por sus tratantes.
En ocasiones, el tráfico ilícito de migrantes puede estar asociado al delito de trata in-
ternacional.
Repasando:
Ofrecimiento y captación
Los medios de captación suelen incluir engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier
otro medio de intimidación o coerción, abuso de autoridad o de una situación de vul-
nerabilidad, o concesión o recepción de pagos o beneficios.
La forma más utilizada para captar víctimas es el engaño. Para dar inicio a la explota-
ción, se realizan ofertas laborales que son engañosas en cuanto a su naturaleza o a
sus condiciones.
Muchas mujeres son engañadas mediante ofertas de trabajo en casas de familia como
empleadas domésticas o para cuidar niños, niñas, ancianos o ancianas.
También son habituales los ofrecimientos laborales para desempeñarse como mese-
ras o empleadas en algún comercio.
En todos estos casos, quienes reclutan prometen a las víctimas buena paga y la posibi-
lidad de mejorar su calidad de vida rápidamente
Suele ocurrir que quienes son explotadas sexualmente sean obligadas a reclutar a
otras mujeres bajo coacción. Según un informe de la OIM , “los regentes de los prostí-
bulos amenazan a las mujeres con dañar a su familia en su lugar de origen si no regre-
san o si lo hacen con menos chicas de las encargadas”. Cabe aclarar que nos referimos
a mujeres ya que representan la mayoría de los casos de explotación sexual, lo que no
excluye a otras identidades.
Lo que tienen en común ambos tipos de trata es que el trabajo ofrecido siempre está
disponible en otro lugar (pueblo, región, provincia o país) y la víctima debe trasladarse
para obtenerlo.
Traslado
La trata implica el traslado de las personas a un lugar diferente del que viven, dentro
del propio país o hacia otros.
Las redes de trata tienen un denominador común: el lugar de origen suele ser más po-
bre que el de destino.
La recepción hace alusión a tomar o hacerse cargo de la persona enviada por un ter-
cero, mientras que la acogida implica albergar por un tiempo relativamente prolon-
gado a las víctimas del delito. Si bien la diferencia parece sutil, la ley incluye ambas ac-
ciones ya que busca castigar a las personas que participan aún por un lapso corto de la
cadena de trata de personas.
Una vez que ha sido trasladada al lugar de destino para su explotación, la víctima es
recibida por un intermediario o por quien será su explotador. Esta situación es otro
eslabón del circuito de la trata.
Cuando una persona es tratada con fines de explotación sexual dentro de su mismo
país, se la suele llevar a otros lugares y se la rota e intercambia de sitio a través de un
sistema denominado “de plazas”. Como los proxenetas no cuentan generalmente con
establecimientos propios, envían a las mujeres a prostíbulos en los que son explotadas
por períodos variables.
En la Trata con fines de explotación laboral la recepción o acogida suele coincidir con
el lugar de explotación. Es común que la víctima viva en el mismo lugar donde realiza
las tareas.
Cuando hablamos de trata de personas es importante reforzar la idea de que las perso-
nas no son mercancías, no pueden ser compradas y vendidas, ni despojadas de sus de-
rechos, identidad, dignidad y voluntad para ser sometidas a explotación.
Resumiendo:
¿Cuáles son las formas de sometimiento?
Los tratantes de personas utilizan diversas técnicas para mantener sometidas a sus víc-
timas, algunas de las cuales son:
Debe tenerse presente que, en las víctimas de trata, hay un factor primordial que las
inmoviliza y anula en sus acciones, ese factor es el “miedo”.
En la segunda parte de este módulo avanzaremos sobre los tipos de trata que encon-
tramos, la caracterización de las mismas y haremos hincapié en la temática en los ni-
ños, niñas y adolescentes.
Nos leemos!