Ensayo Derechos Humanos A La Persona Victima de Trata 1

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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “SIMÓN RODRÍGUEZ”

PROGRAMA DE ESTUDIOS ABIERTOS


COMUNIDAD DE APRENDIZAJE TERRITORIO INSULAR
“FRANCISCO DE MIRANDA”

DERECHOS HUMANOS A LA PERSONA VÍCTIMA DE TRATA

Participante:
Cheryl A. Silva G.
Ci:19.163.351

Caracas, mayo 2024


PREFACIO

Nunca imaginé que escribiría estas palabras, que mi voz se alzaría


para hablar de un tema tan oscuro y doloroso como la trata de personas.
Como muchas, he llevado una vida relativamente tranquila, ajena a las
atrocidades que se cometen en las sombras de nuestra sociedad. Sin
embargo, a medida que profundizaba en esta problemática, comprendí que
la indiferencia es un lujo que no podemos permitirnos.

La trata de personas no es un problema lejano, es una realidad que


golpea a millones de personas en todo el mundo. Detrás de cada estadística,
de cada informe, hay una historia de vida destrozada, de sueños robados y
de dignidad pisoteada. Son hombres, mujeres y niños que han sido
despojados de su libertad y sometidos a condiciones de esclavitud.

Este ensayo es un intento de dar voz a aquellos que han sido


silenciados, de visibilizar una realidad que a menudo se oculta y de exigir
justicia para las víctimas de la trata. A través de estas páginas, exploraré los
derechos humanos que son vulnerados sistemáticamente en este delito, las
formas en que la trata afecta a las víctimas y las acciones que podemos
tomar para combatirla.

Sé que mis palabras no podrán borrar el dolor de quienes han sufrido


esta atrocidad, pero espero que puedan contribuir a generar conciencia y a
promover cambios reales. La lucha contra la trata de personas es una
responsabilidad de todos, y cada uno de nosotros puede hacer algo para
marcar la diferencia.
DERECHOS HUMANOS A LA PERSONA

Diferentes conferencias de carácter mundial e instituciones


internacionales como la ONU o la OIM han alertado del crecimiento de un
viejo delito, la esclavitud de personas, que se produce en la actualidad con
formas más sofisticadas de captación y explotación. La trata de personas es
una violación de Derechos Humanos que implica nuevos retos para las
profesiones sociales, tanto en la denuncia y sensibilización como en el
trabajo con las personas que requieren protección y asistencia.

¿Qué es la trata de personas?

La convención de Naciones Unidas contra el Crimen Organizado en


Viena, “Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia
Organizada Transnacional. Viena 2000” y el protocolo adicional “Protocolo
para Prevenir, reprimir y sancionar la Trata de Personas, especialmente de
Mujeres y Niños”, conocido como protocolo de Palermo (2000), ha definido la
trata y ha recomendado una serie de medidas para atender a las víctimas y
comprometer a todos los Estados firmantes:

a) La “Trata de personas” significará: el reclutamiento, transporte,


transferencia, albergue o recepción de personas, mediante amenazas o el
uso de la fuerza u otras formas de coerción, abducción, fraude, decepción,
abuso de poder o de una posición de vulnerabilidad o la entrega o recepción
de pagos o beneficios para lograr el consentimiento de una persona que
tiene el control de otra persona, con el propósito de la explotación. La
explotación deberá incluir, como mínimo, la explotación de la prostitución de
otros u otras formas de explotación sexual trabajo o servicios forzados,
esclavitud o prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción
de órganos.
b) El consentimiento de una víctima de la Trata de Personas hacia la
explotación pretendida explicada en el subpárrafo a) de este artículo, será
irrelevante donde cualquier de los medios descritos en el subpárrafo a)
hayan sido utilizados.

Nos referimos a situaciones en que las personas pueden haber


entrado en el país de forma legal o ilegal, pero donde continúa la extorsión y
explotación por parte de las personas que las han reclutado. La trata implica
la captación, reclutamiento y engaño de personas; el traslado y acogida de
las mismas entre países o regiones con una finalidad de explotación; el uso
de mecanismos que anulan y limitan la voluntad, como las amenazas, la
fuerza y la coacción, y el abuso de poder o de una situación de
vulnerabilidad, con el fin de obtener el consentimiento de otra persona.

La trata conlleva otros delitos como la falsedad documental, la


retención de documentos personales, el establecimiento de una deuda, la
retención de personas en contra de su voluntad, denegar el acceso a la salud
y servicios sociales en los territorios de tránsito y destino. Aunque no todas
las víctimas sufren todos los delitos, ni en la misma intensidad.

¿Qué Relación existe entre Los Derechos Humanos y La Trata De


Personas?

Los vínculos entre los derechos humanos y la lucha contra la trata


están firmemente establecidos. Desde sus primeros días y hasta la
actualidad, el derecho de los derechos humanos ha proclamado de manera
inequívoca que es fundamentalmente inmoral e ilícito que alguien se apropie
de la personalidad jurídica, el trabajo o la humanidad de otra persona.
El derecho de los derechos humanos ha prohibido la discriminación
por motivos de raza y sexo, ha exigido que se brinden los mismos derechos,
o al menos una serie de derechos esenciales, a los no ciudadanos, ha
condenado y prohibido la detención arbitraria, el trabajo forzoso, la
servidumbre por deudas, el matrimonio forzado y la explotación sexual de
niños y mujeres, y ha abogado por la libertad de circulación y el derecho a
salir del propio país y a regresar a él.

a. La trata en cuanto violación de los derechos humanos

Como ya se ha indicado, muchas de las prácticas asociadas a la trata


practicada hoy en día están claramente prohibidas en el derecho
internacional de los derechos humanos. Por ejemplo, el derecho de los
derechos humanos prohíbe la servidumbre por deudas: la promesa de
prestar servicios personales como garantía para una deuda sin que el valor
de esos servicios se contabilice a los fines de liquidar dicha deuda, o cuando
la duración y la naturaleza de los servicios no están limitadas ni definidas.

Muchas víctimas de la trata que contraen una deuda con sus


explotadores (cantidades que deben abonar por su transporte o colocación
en un empleo, por ejemplo) se encuentran en una situación de servidumbre
por deudas: la deuda se convierte en un medio de control y explotación. El
derecho de los derechos humanos también prohíbe el trabajo forzoso, que en
el Convenio relativo al Trabajo Forzoso u Obligatorio (Nº 29) de la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) se define como “todo trabajo o
servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y
para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente”. La esclavitud, la
servidumbre, la explotación sexual de niños, el matrimonio forzado, las
formas serviles de matrimonio, el matrimonio de niños, la prostitución forzada
y la explotación de la prostitución también son prácticas relacionadas con la
trata que están prohibidas en el derecho internacional de los derechos
humanos.

b. Los derechos humanos de las víctimas de la trata

Tanto la Carta de las Naciones Unidas como la Declaración Universal


de Derechos Humanos confirman que los derechos tienen carácter universal:
se aplican a todas las personas, independientemente de su raza, sexo,
origen étnico u otra condición.

Las víctimas de la trata están amparadas por todo el abanico de


derechos humanos. Aunque se encuentren fuera de su país de residencia, el
derecho internacional establece claramente que no se puede discriminar a
las personas objeto de trata únicamente por su condición de no nacionales.
En otras palabras, y salvo muy concretas excepciones que han de ser
razonablemente justificables, el derecho internacional de los derechos
humanos se aplica a todas las personas que se hallen en el territorio o la
jurisdicción del Estado, independientemente de su nacionalidad o ciudadanía
y de cómo hayan entrado en el territorio.

Asistencia jurídica y participación de las víctimas

Las víctimas de la trata tienen un papel muy importante que


desempeñar, así como un interés legítimo, en las actuaciones judiciales
iniciadas contra sus explotadores. El enfoque de derechos humanos que ha
de aplicarse a la trata exige que se haga todo lo posible para que las
víctimas puedan participar en las actuaciones judiciales de manera libre,
segura y plenamente informada. La participación de las víctimas en los
procedimientos judiciales puede adoptar distintas formas.
Las personas que han sido objeto de trata pueden testificar en un
juicio contra sus explotadores, ya sea por escrito o en persona. También se
les puede pedir que declaren en calidad de víctimas sobre las repercusiones
del delito, y su declaración puede formar parte de una vista celebrada para
dictar sentencia. En los procesos iniciados contra sus explotadores por la vía
civil, las víctimas de la trata podrán ser demandantes o testigos. Incluso las
víctimas de la trata que no deseen testificar, o no puedan hacerlo, siguen
teniendo un interés legítimo en las actuaciones judiciales.

Las víctimas que participan o podrían participar en las actuaciones


judiciales tienen necesidades y vulnerabilidades especiales que deben
atenderse. Las obligaciones que se derivan de ello son complementarias a
las de protección, asistencia y apoyo que deben prestarse a las víctimas de
la trata y de las que ya se ha hablado. Por ejemplo:

 Las víctimas de la trata deben recibir asistencia jurídica y de otra


índole en relación con cualquier actuación judicial o administrativa, en
un idioma que entiendan. Uno de los fines ha de ser mantener a las
víctimas informadas del alcance, el desarrollo cronológico y la marcha
de las actuaciones, así como de su resultado.
 Las víctimas de la trata tienen derecho a estar presentes y a expresar
su punto de vista durante toda actuación judicial.

Medidas especiales para los niños víctimas de la trata

El derecho internacional exige que se concedan medidas especiales


de protección y apoyo a los niños víctimas de la trata. La naturaleza de tales
medidas reflejará los particulares retos que supone la prestación de apoyo y
protección a los niños. Por ejemplo, en lo que respecta a la identificación,
conviene darse cuenta de que no todos los niños víctimas de la trata lo
parecerán. Es posible que aparenten 18 años o más, que sus pasaportes
hayan sido destruidos o se les hayan arrebatado. Es posible que lleven
documentos de identidad falsos en los que conste una edad incorrecta o que
mientan acerca de su edad por indicación de sus explotadores. Tal vez
mientan porque tengan miedo a ser trasladados a un centro o enviados de
nuevo a casa.

Está cada vez más aceptada la noción de la presunción de edad


cuando se trata de niños. Esto quiere decir que toda víctima que pueda ser
menor de edad será tratada como tal mientras no se determine otra cosa.
Con esto se eliminan dificultades especiales o adicionales que de otro modo
complicarían la identificación de los niños víctimas de la trata. La presunción
de la edad está vinculada a la presunción de la condición: un niño que podría
ser víctima de la trata debe ser considerado una víctima hasta que se
determine otra cosa.

En cuanto a las leyes, sistemas y procedimientos que deben establecerse


para garantizar la identificación rápida y correcta de los niños víctimas de la
trata, las Directrices del UNICEF ofrecen importantes orientaciones:

 Los Estados deben establecer procedimientos efectivos para la rápida


identificación de las víctimas de la trata de niños, incluidos
procedimientos para identificar a los niños víctimas en los puertos de
entrada y otros lugares;
 Debe llevarse a cabo una labor de intercambio de información entre
los organismos y las personas competentes para garantizar que los
niños sean identificados y reciban asistencia lo antes posible; y
 Las autoridades encargadas del bienestar social, la salud o la
educación deben ponerse en contacto con la autoridad competente en
materia de aplicación de la ley cuando exista conocimiento o
sospecha de que un niño es objeto de explotación o trata o corre
peligro de serlo.

La protección a las víctimas de trata en la legislación venezolana

La legislación venezolana determina de manera expresa quienes


pueden ser consideradas víctimas u ofendidas de un delito, y les garantiza el
derecho de acceso a la justicia, brindándoles protección para ello; igualmente
asegura la tutela de los órganos del Estado en todo el proceso penal, desde
que sea identificada como tal. En todos los casos la regulación va dirigida a
las víctimas en general, sin hacer distingos en la protección en virtud del tipo
de delito que se trate. La Ley Orgánica del Ministerio Público de 1999
desarrolló el tema de la protección a las víctimas en el capítulo I del título VII,
cuyo artículo 81 señala que “La víctima que intervenga en un proceso penal
será tutelada desde el momento en que se identifique o sea identificada
como tal por el órgano correspondiente. La tutela podrá ser prorrogada por
un tiempo prudencial luego de finalizado el juicio”. Igualmente se regula la
posibilidad de que en el marco del proceso se “tomen medidas para
garantizar la integridad de la víctima y su libertad o bienes materiales”.

Por su parte, el Código Orgánico Procesal Penal establece en su artículo


23 que:

“Las víctimas de hechos punibles tienen el derecho de acceder a los órganos


de administración de justicia penal de forma gratuita, expedita, sin dilaciones
indebidas o formalismos inútiles, sin menoscabo de los derechos de los
imputados o imputadas o acusados o acusadas. La protección de la víctima y
la reparación del daño a la que tengan derecho serán también objetivos del
proceso penal...”

El mismo código, en el artículo 121, determina que puede ser


considerada víctima:

“1. La persona directamente ofendida por el delito. 2. El o la cónyuge o la


persona con quien mantenga relación estable de hecho, hijo o hija, o padre
adoptivo o madre adoptiva, parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad, y al heredero o heredera, en los delitos
cuyo resultado sea la incapacidad o la muerte del ofendido u ofendida. 3. El o
la cónyuge o la persona con quien mantenga relación estable de hecho, hijo o
hija, o padre adoptivo o madre adoptiva, parientes dentro del cuarto grado de
consanguinidad o segundo de afinidad, cuando el delito sea cometido en
perjuicio de una persona incapaz o de una persona menor de dieciocho años.
4. Los socios o socias, accionistas o miembros, respecto de los delitos que
afectan a una persona jurídica, cometidos por quienes la dirigen, administran o
controlan. 5. Las asociaciones, fundaciones y otros entes, en los delitos que
afectan intereses colectivos o difusos, siempre que el objeto de la agrupación
se vincule directamente con esos intereses y se hayan constituido con
anterioridad a la perpetración del delito…”

Por último, se establecen los derechos que les asisten a las víctimas en
el proceso, aun cuando no se hayan constituido como querellantes,
contemplándose entre estos la posibilidad de solicitar medidas de protección
frente a probables atentados en contra suya o de su familia.

Derechos humanos a la persona víctima de trata desde mi perspectiva


personal

Como miembro de una sociedad que, a pesar de los avances, sigue


lidiando con la sombra de la trata de personas, siento una profunda
responsabilidad de alzar mi voz en defensa de quienes han sido víctimas de
este crimen atroz. Aunque no he experimentado directamente los horrores de
la trata, reconozco que mi privilegio de no haber sido víctima es un
recordatorio constante de la desigualdad y la injusticia que prevalecen en
nuestro mundo.

La trata de personas es una violación flagrante de los derechos


humanos más fundamentales. Quienes son víctimas de este delito son
despojados de su libertad, su dignidad y su derecho a la autodeterminación.
Son sometidos a condiciones de esclavitud, explotación sexual, trabajo
forzoso y violencia física y psicológica. Sus vidas son marcadas por el miedo,
la desesperación y la pérdida de identidad.
Es fundamental comprender que la trata de personas no es un
problema aislado, sino un fenómeno complejo con raíces en la desigualdad
social, la pobreza, los conflictos armados y las estructuras de poder
opresivas. Las víctimas de trata suelen ser personas vulnerables, como
mujeres y niñas, migrantes, refugiados y miembros de minorías étnicas. Son
reclutadas a través de engaños, coerción o fuerza, y luego atrapadas en
redes de explotación de las que es muy difícil escapar.

Desde mi posición, como alguien que no ha sido víctima directa, puedo


contribuir a la lucha contra la trata de personas de diversas maneras:

 Educación y sensibilización: Difundir información sobre la trata de


personas para crear conciencia sobre este problema y desafiar los
mitos y estereotipos asociados a él.
 Apoyo a organizaciones: Colaborar con organizaciones que trabajan
para prevenir la trata, proteger a las víctimas y promover la justicia.
 Advocacía: Abogar por políticas públicas que aborden las causas
subyacentes de la trata de personas y garanticen la protección de los
derechos de las víctimas.
 Consumo responsable: Ser un consumidor consciente y evitar
apoyar productos o servicios que estén vinculados a la explotación
laboral o sexual.

Si bien no puedo pretender comprender plenamente la experiencia de las


víctimas de trata, puedo utilizar mi voz para amplificar las suyas y exigir un
cambio. La lucha contra la trata de personas es una responsabilidad
compartida. Todos tenemos un papel que desempeñar para construir un
mundo más justo y equitativo, donde los derechos humanos de todas las
personas sean respetados.
REFLEXIÓN FINAL

Al concluir este recorrido por el complejo universo de la trata de


personas, me queda una sensación agridulce. Por un lado, la indignación
ante la atrocidad de este crimen y la vulneración sistemática de los derechos
humanos que implica. Por otro lado, una esperanza renovada al ver los
esfuerzos de tantas personas y organizaciones que luchan por erradicar esta
lacra social.

Como individuos, podemos contribuir a este cambio. Podemos


informarnos, sensibilizarnos y actuar. Podemos apoyar a las organizaciones
que trabajan con las víctimas, denunciar cualquier sospecha de trata y exigir
a nuestros gobiernos políticas más efectivas para prevenir y combatir este
delito.

Las víctimas de trata son seres humanos que han sufrido un trauma
inmenso, pero también son sobrevivientes. Merecen nuestra solidaridad,
nuestro respeto y nuestra admiración. Al reconocer sus derechos y al exigir
justicia en su nombre, estamos construyendo un mundo más justo y
equitativo para todos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Comité de Derechos del Niño. Observaciones finales sobre los informes


periódicos tercero a quinto combinados de la República Bolivariana de
Venezuela. Caracas, Venezuela. 2014

ONU. Protocolo Adicional contra la Trata. Palermo 2000. Firmado en


Palermo el 13 de diciembre 2000 y publicada su ratificación en el B.O.E. Nº
296 de 11 de diciembre 2003. Palermo, Italia.

Zapata, Gijón: “Cara a cara con las mujeres víctimas de la trata con
finalidades de explotación sexual. Relación de proximidad en las calles de
Barcelona”. 2º Congreso sobre Trata y Tráfico de personas: Inmigración,
Género y Derechos Humanos, Universidad iberoamericana de Puebla,
México. 2010.

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