Este documento presenta el Método Filadelfia, un enfoque para la enseñanza temprana de la lectoescritura. El método se basa en las ideas de Glenn Doman sobre el desarrollo cerebral y la capacidad de los niños pequeños para aprender a leer. En lugar de enseñar el alfabeto, se enseñan palabras completas organizadas por categorías semánticas. El programa incluye lecturas semanales, trabajo escrito y motriz. El objetivo es proporcionar estímulos visuales significativos para que los niños dedu
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Este documento presenta el Método Filadelfia, un enfoque para la enseñanza temprana de la lectoescritura. El método se basa en las ideas de Glenn Doman sobre el desarrollo cerebral y la capacidad de los niños pequeños para aprender a leer. En lugar de enseñar el alfabeto, se enseñan palabras completas organizadas por categorías semánticas. El programa incluye lecturas semanales, trabajo escrito y motriz. El objetivo es proporcionar estímulos visuales significativos para que los niños dedu
Este documento presenta el Método Filadelfia, un enfoque para la enseñanza temprana de la lectoescritura. El método se basa en las ideas de Glenn Doman sobre el desarrollo cerebral y la capacidad de los niños pequeños para aprender a leer. En lugar de enseñar el alfabeto, se enseñan palabras completas organizadas por categorías semánticas. El programa incluye lecturas semanales, trabajo escrito y motriz. El objetivo es proporcionar estímulos visuales significativos para que los niños dedu
Este documento presenta el Método Filadelfia, un enfoque para la enseñanza temprana de la lectoescritura. El método se basa en las ideas de Glenn Doman sobre el desarrollo cerebral y la capacidad de los niños pequeños para aprender a leer. En lugar de enseñar el alfabeto, se enseñan palabras completas organizadas por categorías semánticas. El programa incluye lecturas semanales, trabajo escrito y motriz. El objetivo es proporcionar estímulos visuales significativos para que los niños dedu
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Bienvenido al curso de capacitación del “Método Filadelfia”
Barreras a las que me he enfrentado al enseñar lectoescritura.
INTRODUCCIÓN AL MÉTODO FILADELFIA
Desde mediados de la década de los cincuenta, Glenn Doman y sus
colaboradores, mediante el trabajo con pacientes con lesión cerebral, descubrieron la sorprendente capacidad del cerebro para regenerarse después de una lesión y para desarrollarse mediante la estimulación y la oportunidad. Tras comprobar que un pequeño de cuatro años, con daño cerebral considerable, fue capaz de aprender a leer, Doman se preguntó qué sucedía entonces con los niños sanos de la misma edad que no podían hacerlo aún. Muy pronto se dio cuenta que si los niños no aprendían a leer a edades tempranas no era por falta de capacidad, sino porque no se les daba la oportunidad. Doman entonces desarrolló un programa de lectura para bebés y niños menores de seis años. Posteriormente presentó propuestas para la enseñanza de las matemáticas, cultura general, idioma extranjero, música y excelencia física. Los programas Doman han permanecido vigentes por más de cinco décadas. El Método Filadelfia es la adaptación de la metodología Doman para el desarrollo temprano de diversas habilidades en el entorno escolar.
El Método Filadelfia promueve que los alumnos:
• Utilicen textos diversos e identifiquen para qué sirven. • Expresen gráficamente las ideas que quieren comunicar y las comuniquen para construir un texto escrito con ayuda de alguien. • Interpreten o infieran el contenido de textos a partir de su conocimiento de diversos portadores y del sistema de escritura. • Reconozcan las características del sistema de escritura al utilizar recursos propios (marcas, grafías, letras) para expresar por escrito sus ideas.
Es muy importante considerar que las actividades planteadas en los
libros del Método Filadelfia son sugerencias para el trabajo en el aula, y que cada maestra puede modificar, ampliar o recortar las situaciones didácticas, e incluso diseñar otras nuevas, a fin de atender las necesidades específicas de sus alumnos y de su grupo, orientar su práctica docente de acuerdo con la evaluación diagnóstica y la evaluación formativa, y guiándose también por el interés de sus alumnos.
Componentes del Método Filadelfia.
Lecturas Trabajo escrito
semanales con (lenguaje y Trabajo motriz palabras clave comunicación) IMPLEMENTACIÓN DEL MÉTODO FILADELFIA
De manera tradicional, hacemos a los niños esperar ¡6 años! para
que puedan acceder a una metodología de lectoescritura, porque nos han hecho creer que los niños no tienen la suficiente madurez y capacidad para leer antes de esa edad. Sin embargo, si un niño a los dos años de edad ha aprendido a entender y hablar su idioma materno (una hazaña enorme considerando las complejidades del lenguaje, las variaciones en los tonos de voz, la repetición accidental y desorganizada de los estímulos auditivos), ¿por qué no habría de ser capaz de aprender a leer? La razón por la cual la mayoría de los niños no aprenden a leer es por la falta de estímulos adecuados para hacerlo. Los niños pueden entender y hablar la lengua materna gracias a su capacidad cerebral y a que reciben los estímulos auditivos con duración, intensidad y frecuencia adecuadas para desarrollar su habilidad. Estos estímulos se les presentan de manera significativa, contextualizada, no fragmentada. De igual modo, un niño de dos años que ha recibido un programa de estímulos visuales para la lectura, con las mismas características (no fragmentados, significativos, provistos de emoción y vinculados a las vivencias del niño) podrá aprender a leer. De esto trata esta metodología.
Con el Método Filadelfia es posible que el niño comprenda y se
exprese con un vocabulario acorde con sus propias experiencias y que pueda reconocer numerosas palabras escritas. El vocabulario oral se irá ampliando conforme los estímulos de su entorno lo permitan. Lo mismo sucederá con el vocabulario lector. Cualquiera que pretenda enseñar a leer a un niño de dos o tres años haciéndole repetir el alfabeto se dará cuenta de la inutilidad de sus esfuerzos. El niño necesita encontrar significado en toda experiencia lectora, sea o no temprana. El problema es que tradicionalmente hemos visto a la lectura como una actividad escolar o como un ejercicio intelectual, y no como lo que en realidad es: una función cerebral (Doman, 2007) y específicamente una habilidad del lenguaje, en este caso, visual. Las palabras, y no las letras, son las unidades significativas del lenguaje. El niño no sabe –ni le interesa- qué es una “a”, porque no puede tocarla, olerla, probarla, jugar con ella o romperla. Sin embargo, sabe muy bien lo que es una mamá o una manzana. El Método Filadelfia presenta a los niños una gran cantidad de palabras para que ellos, bajo el enfoque constructivista, deduzcan las leyes que las rigen.
¿Cómo aplicar el programa de lectura?
El programa de lectura temprana comienza desde que los niños llegan al nivel preescolar, pero en lugar de presentarles el abecedario como base para la enseñanza, se trabaja con palabras completas, organizadas en categorías semánticas -no fonéticas- esto es, relacionadas entre sí por su significado y campo semántico, no por su sonido. El abecedario, por supuesto, vendrá, pero más tarde, cuando trabajamos la escritura. Categoría semántica sí: Categoría fonética no: mesa, silla, cama, sillón, librero pato, gato, Paco, palo, paso Cada semana se les presenta a los alumnos dos categorías de palabras y, a partir de la semana 11, una categoría de frases. Cada categoría incluye cinco palabras que se les habrá de mostrar en tres diferentes ocasiones durante la mañana, de manera muy breve, alegre y entusiasta. Técnica para trabajar los materiales de lectura 1. Mostrar cada palabra objetivo: recomendamos sentar a los alumnos, ya sea en medio círculo en el suelo, o en sus lugares, pero dispuestos de manera que todos puedan ver fácilmente la presentación de las tarjetas con las palabras de la semana; es preciso mencionar la relación que tienen entre sí de acuerdo con su significado. Por ejemplo, la maestra les dice a los alumnos: “Vamos a ver algunas palabras que son nombres de animales. ¿Listos? Caballo, vaca, gallina, pato, oveja.” Cada palabra se presenta durante sólo un segundo, con un movimiento suave y rápido para que pueda ser percibido visualmente por todo el grupo. El tono alegre y colorido en la voz de la maestra es de suma importancia. En sólo cinco segundos se completa la primera sesión de enseñanza.
2. Repetir tres veces la presentación de las palabras objetivo: Habrá
que repetir esta mecánica dos veces más en el transcurso de la mañana, durante la semana completa.
Desde luego, habrá alumnos que no presten atención en algunas
sesiones, pero la maestra no deberá distraer su atención en esto, sino centrarse en hacer sus sesiones de lectura dinámicas y entusiastas: ésa es la mejor manera de conservar el interés de los alumnos. Después de algunas semanas de trabajo, habrá que incluir, además de las palabras semanales (que son las palabras objetivo), pares de palabras y frases que sigan reforzando las palabras que ya se han visto. Estas tarjetas con pares se presentarán de la misma manera que las de palabras simples: tres veces en la mañana, durante una semana. 3. Variar el orden de presentación de las palabras objetivo: al término de cada sesión, es preciso revolver las tarjetas para que no estén en el mismo orden en la siguiente presentación. De otra manera, los alumnos aprenderían la secuencia y no el contenido de los estímulos lectores. 4. Presentar el texto de la semana: en contenido de Yo leo para el aula, encontrará 38 lecturas, una para cada semana del ciclo escolar, las cuales incluyen las palabras objetivo. Habrá que presentar la lectura del texto correspondiente por lo menos una vez al día.
5. Presentar palabras de construcción: Además de las palabras
objetivo y las frases, la maestra puede decidir ampliar su programa de lectura para incluir un grupo adicional de palabras semanales. Esto será de gran ayuda para ofrecer a los alumnos una cantidad mayor de estímulos visuales lectores. El objetivo de éste no es que los niños memoricen mecánicamente todas las palabras presentadas en un esfuerzo consciente y dedicado, sino alimentar su cerebro con un vocabulario lector cada vez más amplio, que les permita acceder a palabras nuevas por inferencia.
Aunque hemos dicho que las tarjetas con palabras se presentan
durante una semana y después se trabaja con las de la siguiente semana, no se trata de que nos olvidemos de ellas para siempre. Es importante seguirlas usando como parte del repertorio lector. También conviene pegarlas en las paredes del aula y en la primera oportunidad mencionarlas. Por ejemplo, se pueden formar tarjetas con los nombres de los alumnos, pegarlas en la pared y cuando se le pida algo a un niño, presentar la palabra con su nombre mientras se le llama.
También es recomendable hacer juegos y actividades donde se
involucren estas palabras, no con afán de comprobación, sino para mantenerlas en uso y para afianzar su aprendizaje. Por ejemplo, se pueden formar pares de palabras, donde la maestra y los alumnos se sienten en el suelo y simplemente colocar dos palabras juntas y ella las leerá en voz alta. Pueden crearse pares de palabras que resulten graciosos, por ejemplo, “mamá azul”. El humor es un elemento importante para el aprendizaje. Otro juego consiste en que un niño tome una palabra, la maestra se la lee al grupo y el niño actuará para representarla.
PROGRAMA DE ESCRITURA TEMPRANA
El proceso de escritura tendrá 2 funciones: La caligráfica, que
básicamente es la habilidad de realizar las grafías de nuestro sistema de escritura, el desarrollo de la habilidad motriz para poder realizar los movimientos finos con cualquier instrumento (lápiz, color, crayola, plumón, pluma) para plasmar cada una de esas grafías y la otra función es la comunicativa, que es la expresión de ideas y la habilidad de ordenar palabras para que tenga sentido lo que se está expresando, lo cual va totalmente relacionado con el lenguaje. El Método Filadelfia no incluye materiales tales como llenados de planas o repetición excesiva de palabras, frases y oraciones, este método ofrecerá un amplio repertorio de actividades lúdicas y dinámicas que interesarán al niño por aprender de manera natural y entretenida. Las actividades de escritura que ofrece el método son las siguientes:
1. Remarcado de palabras: Dentro de las lecturas podremos
realizar el remarcado de las palabras de la semana (palabras marcadas en rojo), donde el niño tendrá la oportunidad de familiarizarse con las letras y sílabas que conforman cada palabra, así como de repasar el trazo de cada una de las letras, a esto le agregamos la lectura de las sílabas que conforman cada palabra mientras vamos remarcando. 2. Copiado de palabras y frases: Las palabras y frases las encontramos en el libro de trabajo, estas van a ayudar a reforzar lo visto en lecturas, a mejorar la habilidad de escritura, la habilidad motriz y el repaso de palabras, así como introducir vocabulario nuevo. 3. Formar palabras: Gracias al abecedario recortable, podemos realizar la actividad de armar las palabras de la semana e introducir palabras nuevas para que los niños amplíen su vocabulario. 4. Escritura independiente: El dictado de palabras y el copiado independiente de palabras y frases va a favorecer el proceso de aprendizaje de lectura y escritura. En resumen, utilizaremos las siguientes técnicas para desarrollar la lectura y escritura temprana:
1. Programa de lectura: Este incluye una lectura por semana,
donde se conocen las palabras objetivo, las cuales servirán como base para el aprendizaje de la lectura y escritura. 2. Armado de palabras conocidas: Este paso se realiza con el alfabeto recortable, vamos a armar palabras que el niño ya conoce gracias al programa de lectura. Se le presenta a los alumnos las pequeñas partes que conforman la palabra por primera vez. El alumno debe tratar de armar la palabra conocida como si fuera un rompecabezas, basándose en el modelo escrito. Esta fase tiene en realidad dos momentos: cuando el niño puede armar la palabra en presencia del modelo y cuando puede armarla de manera independiente. Si bien pueden mencionarse al niño los nombres o sonidos de esas nuevas partes que está conociendo, por ejemplo, las letras y sílabas, no se hace énfasis en ello. 3. Remarcado y calcado de palabras conocidas: éstos son en realidad dos pasos en uno. Se presentan las actividades de remarcado con las palabras impresas en tinta más clara, para permitirle al niño apropiarse de la “autoría” de la palabra. Éste es el primer momento en que se aborda la parte manual de la escritura. El niño utiliza las palabras que conoce de su programa de lectura y las escribe completas, no realiza planas de la misma letra. Esta fase tiene varios momentos: a) El remarcado de palabras, que consiste en reescribir sobre éstas. b) El seguimiento de modelos de palabras utilizando la pauta. c) El calcado de palabras, para lo cual, de vez en cuando, podría utilizar papel adicional, con la suficiente transparencia para permitir al niño observar el modelo, pero lo suficientemente firme para permitir un trazo fluido.
4. Copiado de palabras conocidas: en este paso, el niño ya no
remarca ni calca las palabras, sino que hace trazos independientes del modelo, pero aún en presencia de éste. El modelo (palabra impresa) puede estar colocado junto a la palabra copiada, en un primer momento, y más tarde puede pegarse en el pizarrón o incluso reescribirse, para que los alumnos la copien desde sus asientos.
5. Escritura independiente: en este paso, los alumnos pueden
escribir palabras conocidas, sin necesidad de la presencia del modelo. En una subetapa previa, la maestra puede mostrar brevemente la palabra para que el niño la vea, luego la retira y el niño la escribe.
SUGERENCIAS DE ACTIVIDADES EXTRA:
Memoria de palabra/palabra. En lugar de emparejar dos
ilustraciones iguales, se forman pares de palabras iguales, sin imágenes.
Lotería de palabras. La maestra muestra y dice una
palabra y los alumnos la buscan en sus cartones de juego. Puede hacerse combinando palabras con imágenes o solamente con palabras. La maestra puede, en ocasiones, solamente mostrar la palabra, sin leerla en voz alta, o mostrar la imagen que represente la palabra, sin enseñar el modelo escrito de ésta.
Pares de palabras y frases. Con palabras ya vistas y
retiradas, la maestra elabora cartones de lectura un poco más largos, con un tamaño de letra menor, que incluyan pares de palabras o frases cortas. Lee solamente la primera palabra y pregunta al grupo si alguien quiere terminar de leer lo que dice el cartón. Por ejemplo: pelota grande. La maestra lee “pelota....” y espera a que algún alumno lea, “grande”.
Armar pares y frases con pequeñas palabras recortables.
La maestra puede presentar un ejemplo escrito y pedir a los alumnos que lo reproduzcan en su mesa. Con el tiempo, puede poner sobre la mesa más palabras que las que son necesarias para el armado de una frase, y también más adelante podrá sólo decir la frase y pedir que la formen.
Jugar al supermercado y entregar a cada niño una lista de
compras. Conforme “encuentren” las cosas mencionadas en su lista, las irán marcando. Las listas pueden ser iguales o diferentes.
Hacer juegos de lotería y de memoria culturales. Donde
se busque emparejar mapas de países con sus banderas, trajes típicos, compositores o pintores con los nombres de sus obras.
Jugar a ser maestra. Preguntarle a los alumnos si alguno
quisiera ser la maestra en alguno de los módulos, y presentar una serie de imágenes conocidas a sus compañeros o a alumnos de otro grupo