C. Astudillo
C. Astudillo
C. Astudillo
BACHILLERATO EN HUMANIDADES
En primer lugar, para Burckhardt (1860) “El desarrollo del individuo” se relaciona
con la idea de que el individuo debe tener la capacidad de un pensamiento crítico y
autónomo y a su vez desarrollar su propia perspectiva del mundo o entorno, en otras
palabras “el sentido moderno de la gloria”. Además, sostiene que el desarrollo del
individuo se logra a través de la educación y la formación (metodología que
entregan los humanistas). En efecto, para el autor la educación no debe estar
orientada en el aprendizaje de habilidades y conocimientos prácticos, sino en la
formación de la personalidad y al mismo tiempo fomentar la creatividad y la
individualidad. Por otro lado, cuando se enfatiza el desarrollo de lo subjetivo es
común que el individuo se perciba a sí mismo como el eje central de la creación
divina, relacionándose directamente con el Dignitas Hominis que cataloga al Homo
Novus como un universo individual, y adquirir una aspiración por obtener nuevos
conocimientos que le posibiliten sobresalir y ser valorado por el diálogo histórico.
En tercer lugar, Burckhardt (1860) propuso la idea del “Descubrimiento del hombre
y el mundo” el cual consiste en el cambio de la percepción de la humanidad hacia sí
misma y hacia su entorno, basándose en la idea de que el Renacimiento y
específicamente el humanismo condujo a un cambio en la forma en que los seres
humanos se veían a sí mismos y al mundo. Por consiguiente, el Homo Universalis
es el concepto utilizado para esta descripción que consiste en configurar la
concepción del ser humano como alguien que se dedica por completo a la
adquisición de conocimientos a través del estudio de la Época antigua. Un caso que
ilustra estas ideas es el poeta moderno Petrarca ya que, se presenta como una figura
fundamental en la transformación de la cultura europea durante el Renacimiento,
tanto por su enfoque en la poesía lírica, como por su estudio e interés de la literatura
clásica. Por otro lado, el Monte Ventoso es una metáfora utilizada por Pico della
Mirandola para expresar la idea de que el individuo puede elevarse por encima de su
naturaleza animal y unirse con Dios a través del conocimiento y la razón, idea
fundamental en el pensamiento humanista del Renacimiento.
Por el contrario, Brotton (2003) en “El bazar del renacimiento: sobre la influencia
de oriente en la cultura occidental” nos expone otra perspectiva del Renacimiento
europeo. Específicamente, de los intercambios culturales y comerciales entre estas
regiones geográficas. Además, resalta que los logros del Renacimiento no es más
que una invisibilización del Oriente, dado que varios aspectos de esta época
provienen de las distintas partes de éste. En primer lugar, una de las grandes
influencias en el Occidente fue el comercio, ya que Europa estaba interesada en
adoptar distintos elementos de la cultura de Oriente, como el conocimiento técnico-
científico y artísticos, métodos para comerciar, mercancías etc. Posteriormente, tras
el desarrollo de bienes, una de las grandes innovaciones, gracias a Fibonacci quien
trajo el sistema árabe de “números indoarábiga”, fue la “letra de cambio” consiste
en un método financiero que se obtuvo en el Renacimiento para facilitar el comercio
y las transacciones económicas.
Por otro lado, el Sultán Mehmet (líder del imperio Otomano) que conquistó
Constantinopla, capital del Imperio Bizantino, tuvo una gran influencia en el
desarrollo del Renacimiento en europeo, fomentando el intercambio cultural entre el
Imperio Otomano y Europa, lo que permitió a los europeos entrar en contacto con
las ideas y conocimientos del mundo islámico. En consecuencia, tuvo un impacto
significativo en la cultura y el pensamiento europeo, influyente en la literatura,
filosofía y artes. Abordando a otro aspecto, tanto Brotton en su obra, como Burke
(1998) en su texto “El renacimiento europeo” nos dan una idea completa de los
Humanistas y su influencia en el Renacimiento siendo clave en la época. En este
sentido, según Brotton el humanismo renacentista comienza con Petrarca quien es
escritor y erudito italiano del siglo XIV. El programa petrarquiano consiste en la
unión de la búsqueda filosófica de la verdad individual y el desarrollo en la sociedad
por medio del uso de la retórica y la persuasión. Asimismo, el concepto Studia
Humanitis, mencionado por Brotton y Burke, se enfoca en la educación integral de
las personas, incluyendo la educación en las artes y las humanidades, lo que
permitirá a los individuos desarrollar su capacidad de expresión y conocimiento
para una mayor comprensión del entorno.
Por otra parte, una de las grandes innovaciones que benefició al humanismo de
manera significativa fue la llegada de la “imprenta” (perteneciente de la
posmodernidad), ya que lograba que los textos de distintos humanistas tuvieran un
mayor alcance. Además, permitió la creación iconográfica influyendo de manera
efectiva a las personas analfabetas. Por consiguiente, se transformó en una cultura
que se relacionaba a través de la comunicación a relacionarse a través de la lectura y
escritura, una cultura que no se dejaba influenciar de los ideales religiosos y
políticos.
Para comenzar, el concepto de Estado para la Europa de los siglos XV y XVI según
Mackenney (1993) en el texto “La Europa del siglo XVI: expansión y conflicto” y
Tenenti (2003) en el texto “Los estados europeos y guerras de Italia” se define como
una corporación política que posee un territorio específico, bajo un sistema legal y
una autoridad “centralizada” que ejerce el poder sobre la sociedad. Mackenney
declara que en esta época los Estados europeos comenzaron a definirse como una
sociedad política independientes con monarcas o líderes que buscaban aumentar el
poder y controlar a la sociedad a través de la creación de leyes e imposición de
impuestos. Por otro lado, Tenenti sostiene que la aparición del estado estuvo
relacionada con el desarrollo de las guerras y la necesidad de mantener ejércitos y
burocracias eficientes para administrarlos. Dicho esto, las estructuras políticas se
transformaron de ciudades-estado y monarquías feudales a Estados más
centralizados y poderosos, el poder político y económico se concentró en las élites
gobernantes y se consolido en torno a la figura del monarca.
Por otra parte, los autores Pelayo y Tarrés abordan, esta relación entre carácter
nacional y centralizado en un enfoque en la monarquía española. Sostiene que la
creación de una identidad nacional en la monarquía española se basa en el proceso
de centralización política y administrativa, buscando unificar sus diversos territorios
y crear una identidad compartida entre los españoles, basada en la lengua, la cultura,
la religión y la historia. Es por eso, que la monarquía para lograr este objetivo
implemento políticas centralizadas que buscaban establecer un sistema legal y
administrativo, como también fortalecer el poder del monarca y la autoridad del
Estado. Según esto, estas políticas incluyen la creación de instituciones
centralizadas como el Consejo de Castilla, la Inquisición y la Real Audiencia.
Para finalizar, para Pelayo junto con Tarrés y Tenenti tanto la burocracia como el
ejercito desempeñaron un papel fundamental en el estado de Europa. Por un lado, la
burocracia se convirtió en una herramienta clave para la gestión de los asuntos
públicos y fue utilizada por los monarcas para consolidar su poder y controlar a la
nobleza y burguesía. Además, permitió la creación de un sistema de leyes y aplicó
las bases para la creación de un estado de derecho moderno. Luego, en cuanto al
ejército se destaca que la creación permanente de éste fue uno de los cambios
principales que tuvo lugar en la organización militar europea, permitiendo a los
estados mantener una presencia militar constante en el campo de batalla y reducir la
dependencia de los mercenarios y los contingentes feudales. Asimismo, tuvo un
impacto significativo en la sociedad y la economía europea, al generar un mercado
de armas y municiones como también fomentar el desarrollo de técnicas y
tecnologías militares avanzadas.
Bibliografía
- Mackenney, R. (1993). La Europa del siglo XVI (F. Bouza, Trad.). AKAL.