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LE RAS SALVAJES

Revista de Literatura, Arte y Pensamiento de alta velocidad

Editor: Alberto Martínez-Márquez

Nueva época, número 3 marzo-abril 2011


Ilustración de portada: ―Divisibilidad indefinida‖ del artista francés Yves Tanguy
(1942, Albright-Knox Art Gallery, Buffalo, Nueva York)

Composición y tipografía: Alberto Martínez-Márquez


Cuidado de la edición: Alberto Martínez- Márquez

Esta revista puede ser reproducida, almacenada en un sistema de


informática o transmitida de cualquier forma o a través de cualquier
medio electrónico, mecánico, copia fotostática, grabación u otros métodos
que permitan su libre difusión y consumo.

Esta revista no recibe subvención alguna de individuos ni de agencias


públicas o privadas. LE RAS SALVAJES es una publicación sin fines
de lucro, que se rige por la libre economía de la koinonía.

Copyleft 2011

Favor de dirigir sus colaboraciones al correo-e:

letrassalvajes@yahoo.com

Para envío de libros, revistas, cd-roms, dvds o cualquier otro material


apalabrado o audiovisual favor de escribir a:

Alberto Martínez-Márquez, Editor


Letras Salvajes
P.O. Box 250425
Aguadilla, Puerto Rico 00604-0425
COLABORADORES/AS DE ESTE NÚMERO
QUE VAS A LEER PARA
QUE NO TE CUENTEN

 Poesía

Carlos Manuel Rivera Narrativa

Yva Yates Arte

 Alain Touraine Ensayo

 Alexei Tellerías Narrativa

 Wakter J. Mucher Arte

 Mara Romero Narrativa



 Poesía

Daniel Torres Ensayo



Almada Negreiros Arte
Daniel Montoly Poesía

Carlos Cana Narrativa

 Ana María Mayol Poesía

 Irene Martínez Arte

 Tere Dávila Narrativa



Rolando Revagliatti Poesía

Emmanuel Levinas Ensayo

Andrea Gallo Reseña



Alberto Martínez-Márquez Resultados
del sondeo y Reseñas
MÓNICA LANERI
DIVAGUE INTERRUPTUS

Vi la luz.

Una noche
en que la cera
se desprende
de la vela.

El sado divague,
el asma,
la poesía

(tal vez también


mi cobardía).

Una noche
en que tus dedos
pintan formas
en mi cuerpo:

Quiero
el mapa
de un tesoro
en mi epidermis.

Quiero a los Beatles


cruzando sobre
una senda cebrada

(la frontera
de mi espalda)

-quiero mis curvas


sobre el asfalto-.

Quiero arabescos
en los senos
(para acompañar
a Lennon),

dibujos chinos
para fungir
de sabios
milenarios,

una batería
que enuncie
lo inmortal
que sos
(aún de muerto);

y una lengua
rollinga
sobre mi sexo.

Claúsula primera:
ninguna vez
será la última.
Ví la luz...
la luz de las velas.
JARDÍN ZEN

Entre mis piernas


tu Jardín Zen.

Lo visitás,
lo cuidás,
y lo regás;

como un reflejo
de tu vida.

A veces solo
lo contemplás,
o solo lo acariciás,
dejando a tus dedos
vagar por sus senderos.

Hay noches
en que tu mano
reposa
en él,
como en la paz
del mundo.

Otras,
la calma
y las tensiones
se confrontan
en pasiones:

espíritu
y melodía,
una pizca
de osadía.

Entonces,
el Jardín Zen
revive

como toda
naturaleza
tras la lluvia:

besos,
caricias,
tu semilla.

(Quien comprenda
la esencia
de un Jardín Zen,
habrá de comprender
esta metáfora).

EGO...

Los dioses son dioses,


porque no se piensan.
Fernando Pessoa
Si yo
no soy yo....

si yo
no me pienso...
si no me respiro...
si no me siento....
si no me toco....
si no me recuerdo
- mis sentidos - ....
si mis rincones
desaparecen
en el caos
de mi universo....

Si me entrego
a la Nada....
si decido
ser del Todo;
Nada...
por no ser
del Todo;
Tuya...

si decido
no "ser-te"
no "ser-me"...

si rechazo
esta duda
que instalaste
en mi cuerpo....

Si yo
que quise
ser más

soy,
un simple,
menos...

Si preguntás
por mí
y te responden
que de tanto
pensar-te
ya no me existo....

ALGO TE ERIZA LA PIEL

Desperté
de un día al otro...
de nuevo vi
luz en mis ojos...
Hacía tanto
que ya
ni recordaba
la emoción...
hacía tanto
que ni sabía
si el viento
me acarició...

Si me viste
caminando
no era yo...
Era solo
un alma
que en mi cuerpo
se arrastraba...

Cuando las pequeñas cosas


dibujan sonrisas
en mi cara...
es que entonces
la vida
recupera
su importancia....

Mónica Laneri nace en Asunción, Paraguay. Poeta y comunicadora. Tiene


cuatro libros publicados: Versos Horizontales, Eras
Dios y te hice Hombre (versos de una Magdalena
desnuda), Versos para un hombre ocupado y
"Copulario.” Su poesía se encuentra en varias
antologías nacionales y extranjeras. Laneri figura en
algunos libros de literatura paraguaya como una de las
representantes de la "Generación de los noventa". El
pasado año fue invitada a participar de la Feria
ULIBRO 2010 en Bucaramanga, Colombia. La mayor
parte de sus versos se encuentran en el blog “Un graffiti
más en la pared”: www.monicalaneri.blogspot.com.
CARLOS MANUEL RIVERA

ETHOS

Todas las noches sueña que un camión la arrolla en plena


autopista. Así lo narra al entrevistador de HBO quien realiza un
documental sobre el mundo porno. Jura, ante el lente de la
cámara, que su vida es un chiste porque su incursión en el
llamado cine adulto sólo le sirve para ganar unos dólares y
mantener su vicio de coca. En eso yo tengo mejor suerte, pues
vivo las escenas con todo el goce que requieren. Por eso gano
más y me consideran para actuar en verdaderos dramas con
sustancia.

Es que ningún trabajo puede conseguir un dinero tan fácil


y rápido. Además, trabajar de escolta requiere de unos encantos
óptimos que ni ella ni yo tenemos. Somos mujeres jóvenes, pero
los requerimientos del oficio nos dejan grandes cicatrices en
forma de estrías en algunas partes de nuestros cuerpos. Pero
ella es la más valiente de todas nosotras (Señala a la otra).
Cuando el productor se niega a pagarle, ella lleva su reclamo al
―Magnate‖ cuyo nombre aparece en los títulos del filme como
balas luminosas que perforan un fondo de acero. Al productor
le hieren el ego, le recuerdan como fueron sus inicios en el
negocio, le resucitan memorias de las veces que fue perforado
por 2, 3, 4, 7 actantes en una sola escena y siempre recibió su
salario. La humillación es irresistible. Busca el dinero y los
sobrecitos de coca. Se los entrega a ella como pago por aquel
―performer‖ mal planificado. El productor le agradece. Ella
chasquea sus dedos y camina hacia la salida. El productor
entonces le dispara en la espalda y sigue disparándole cuando
ella cae sobre la alfombra del plató. Otro disparo solitario
arranca más gritos en el estudio. Ahora son dos cadáveres con
ojos desorbitados, impotentes ante el corre y corre de pies
descalzos, zapatillas y sandalias falsas, como todo en este
negocio. El ―Magnate‖ se encabrona cuando perjudican sus
filmes. Sin remedio, ordena a su alcahuete llamar a la policía.

Todavía espera que el sueño del camión se le haga


realidad. Al menos, para mi ventaja, ya no tengo que depositar
en mi interior las inmundicias de nadie.

INTERRUPTUS

Todas las noches espero que aparezca en el noticiero de las


diez. Es por eso que no me casé ni formé familia. Me desvisto
frente a la tele y espero que inicie los reportajes. Si esto fuera
Holanda, sería más rico, pero me conformo porque ella es mía,
a mi manera. Esa piel brillante como baño de miel rebosada, su
pelo corto, sus labios, su figura escultural. Esas enormes caderas
que se dibujan en ese traje ajustado. Pero lo que más me
enciende es su voz, esa voz que informa a la misma vez que
hace el amor conmigo y con millones de televidentes. Apago las
luces de la sala para que su imagen me entre toda hasta los
huesos y comienzo este ritual nocturno que me une a ella. Mi
cuerpo entrega las gotas de sudor precisas para el milagro.
Entonces siento como el prisma multicolor comienza a quemar
mi piel y sus palabras taladran mis oídos, martillando mi
cerebro con la alternancia de… los malditos comerciales que
enfrían nuestra cópula a distancia. Ya al final soy luz,
retrasmitiendo las imágenes que ella me envía y devolviéndole
las mías donde ella me engulle, ―close up‖, y yo le fustigo
suavemente esa boca maravillosa. Se arregla el apuntador. Es
que está sintiendo mi beso y mi mordisco cachondo. ¡Oh! Se fue
la luz. La pantalla de la tele no podrá devolver ni corporeidad
en el acto. Me desintegro en esta oscuridad, sin ella, y
resistiéndome a la muerte que me impone este apagón infame.

Carlos Manuel Rivera nace en Arecibo, Puerto Rico, en 1965. Ha publicado


cuentos y poemas en portales literarios como:
Agentes catalíticos, Comunidad de escritores y
poetas y Minificciones. Su colección “Colt 45”
(Fractales) recibió primera mención honorifica en el
Segundo Certamen Interuniversitario de Literatura,
auspiciado por La Universidad de Puerto Rico en el
2009. Actualmente trabaja en varios proyectos
literarios para difundir trabajos de escritores de la
zona norte y fomentar la creación de espacios de
expresión artística para todos los géneros literarios.
Su blog es http://Bajelcafeantilla.com.
IVA YATES

FOTOGRAFÍA

Las ruinas
Nails

Smoking in the sun


Ventana
Sweat

Iva Yates nace en San Juan, Puerto Rico en 1978. Periodista, escritora y
traductora. Tiene un bachillerato en Literatura
Anglosajona de Boston College. Actualmente escribe
su tesis creativa, "Formaldehido y otros cuentos"
para obtener el grado de maestría en Creación
Literaria de la Universidad Sagrado Corazón. Su
ambición más grande es viajar el mundo, un
continente a la vez.
ALAIN TOURAINE

INDICADORES PARA EL DIÁLOGO


INTERCULTURAL

Como cuestión previa, querría definir un poco más los


términos del tema, porque se habla de cultura, de minorías, etc.
y me parece importante evitar algunos malentendidos. Primero,
y eso es un punto de partida muy común, todos sabemos que los
problemas se transforman o se vuelven más agudos a partir del
momento en el cual existe más o existe menos el cuadro del
Estado Nación como sitio en el cual las realidades políticas,
económicas, sociales y militares se unen. No digo que
desaparecen los Estados-Nación, porque no es cierto. Creo que,
en muchos casos, se crean de nuevos y, a la vez, es obvio que
entre los ya existentes, como Japón o Estados Unidos, no van a
renunciar a ser Estados Nación.

Pero en el caso europeo la situación es más compleja y


todos observamos un tipo de redistribución o de fragmentación
del mundo cultural en muchas partes distintas, y por eso no
creo que sea posible hablar, globalmente, de las minorías. No
pretendo dar una lista completa, pero voy a indicar algunos
tipos de "subculturas" que se ven, actúan, ejercen y tienen más y
más influencia dentro de los Estados Nación. Primero, es
evidente que Europa es una realidad. Antes de seguir hay que
contestar la pregunta ¿Estamos pasando de un Estado Nación, o
de una Cultura Nacional, al nivel superior, que es el nivel
europeo? Creo que Europa ya es un Estado, por la importancia
de la administración central, por la intervención masiva en la
agricultura, etc., porque tal vez vamos a tener una política de
defensa. Europa ya tiene muchos de los aspectos de un Estado.
¿Significa eso que este Estado es un Estado Nación? No creo
que en la población europea haya, realmente un gran número
de gente que crea en una cultura europea. Diría que la
multiplicidad de los idiomas, la diversidad de las zonas
religiosas, la eclosión entre partes ricas y partes pobres, la
diferencia, muy importante, entre los países que tuvieron, desde
hace muchos años, una historia de estados nacionales -como
Gran Bretaña y Francia- y los países que se desarrollan a través
de otra forma, por ejemplo, la ciudad, que es el caso italiano,
que es el caso holandés, que es en gran parte el caso alemán, sin
mencionar el caso español, porque el caso español es más la
historia de un imperio multinacional y multicultural, que la de
un Estado nacional. Si contemplamos también, la ampliación de
la Unión Europea, ahora en curso, la idea de que aparezca una
cultura europea me parece muy poco probable. Lo que me
parece fundamental es reconocer que los elementos que estaban
vinculados, unos a otros, en el ámbito de Estado nacional, ahora
se van separando, y ése es, a mi parecer, el punto de partida.

LAS CULTURAS DE EUROPA

Partiendo del nivel europeo, voy a indicar lo que estamos


observando. Primero, existe una cultura popular de masas que
es en su 90-95% americana. Hollywood es la segunda industria
exportadora norteamericana y anda en camino de ser la primera.
Todos vivimos en una cultura "norteamericana" de la que
participamos voluntariamente. Hay muchas cosas
norteamericanas que nos gustan y son bonitas, como las hay en
España, en Catalunya o en Francia, de ahí que la expresión
dominación sea del todo imprecisa. Además, nos llegan otras
expresiones desde fuera y que nos gustan, como la "salsa" y
otros ritmos, etc.

Otra subcultura casi tan importante, pero mucho menos


organizada, es la que podemos llamar cultura femenina, es
decir, que existen ahora en todos nuestros países, no solamente
grupos feministas, sino corrientes femeninas, o sea, que hay
temas femeninos que entran en la cultura general y van más allá
de los límites del Estado Nación. Todos reconocemos una serie
de valores, de orientaciones y de necesidades respecto a la
representación de la mujer, la igualdad de acceso al trabajo, etc.
Se trata de un universo que no es mundial, pero que tampoco es
puramente occidental, ni puramente europeo.

Está, también, el tema de las minorías. Por minoría


entiendo un grupo que defiende intereses, opiniones y valores
específicos dentro de un mundo más amplio. En cierta manera,
una minoría puede ser llamada así cuando la minoría reconoce
que existe una mayoría. Tomemos un caso muy visible en
nuestra época, el homosexual -gays o lesbianas-, que son,
claramente, una cultura de minoría, que durante un período fue
una cultura bastante cerrada, para defenderse, y que ahora está
mucho más abierta y establece contactos reales con los
heterosexuales, y viceversa.

Un cuarto tipo, es la cultura comunitaria. Si nos limitamos


a una definición solamente religiosa o étnica, es incompleta. El
tema es más complicado. En algunos casos, el aspecto de
integración es fuerte. En otros no. Por ejemplo, conozco a
algunos dirigentes judíos que unas veces dicen: "Soy un francés
judío"; otras veces: "Soy un judío francés"; y, en otras ocasiones:
"Soy un judío en Francia". Evidentemente, las tres expresiones
no son, en absoluto, sinónimas.
Quisiera añadir otros dos casos. Uno es el mantenimiento
de culturas locales neotradicionalistas. Creo que cada vez tiene
menos peso e importancia, porque las minorías étnicas utilizan
más y más técnicas modernas, aquí no sucede como en algunos
grupos religiosos de los Estados Unidos, que viven fuera de la
tecnología moderna.

El segundo caso es algo que estos últimos años hemos


descubierto y estamos descubriendo cada día más. Es un
terreno, una área cultural, a la que me permito denominar el
sexo desocializado, realmente mucho más importante de lo que
pueden pensar. Los estudios realizados en colegios, con
alumnos de 14, 15 y 16 años, indican que dos tercios de esos
jóvenes ya habían visto películas o videos pornográficos.

Para acabar, una categoría que no he expuesto en esta lista.


Y la palabra que voy a emplear es "gueto". En el momento
actual, hablando de manera un poco ingenua, en Europa no hay
guetos. La noción de gueto es una opción, aparte de su tradición
histórica, es una opción norteamericana. En los Estados Unidos
los hay. Son territorios en los cuales es difícil que pueda entrar
la gente que no pertenece a un grupo de color. Pero, y más
importante aún, del cual es difícil o casi imposible salir. Eso se
muestra dentro de los barrios urbanos viejos. Mucha gente
conoce el caso de Estados Unidos, o digamos Nueva York con
Little Italy, por ejemplo, pero también hay guetos en Chicago,
con un barrio alemán desde hace 150 años, etc. Es decir, que la
existencia de guetos es real, y estudios sociológicos han
demostrado una acción voluntaria de los dirigentes para
impedir que los jóvenes más brillantes vayan a la universidad,
porque quieren que se queden para ser líderes del gueto.
En Europa es distinto. En general, hay muchísima menos
pobreza en el centro, y, en cambio, hay pobreza en las
periferias, pero es imposible, por ejemplo en Francia, hablar de
gueto, porque no hay nunca una homogeneidad suficiente. Hay
árabes, chinos, negros africanos, etc., pero no son gueto. Hay
que evitar la referencia, en el caso europeo, a la expresión gueto.

LOS ACTORES PRINCIPALES

A partir de lo expuesto, dos o tres cosas sobre lo que hacen


los actores. Comenzaré refiriéndome a los medios de
comunicación. Iré al grano. Lo que caracteriza a los medios de
comunicación es que van a los dos extremos de lo que he
expuesto: la cultura de masas y la diferencia local. También
muestran gran interés por lo que llamé sexo desocializado. La
característica general es que desocializan los mensajes lo más
posible. Para que la emoción vinculada a un accidente o a una
catástrofe se difunda, se eliminan los aspectos locales
específicos, y se muestra únicamente a una madre que llora a su
niño muerto, por poner un ejemplo. Y no solamente sucede en
los media, también incluye a una parte de la literatura, de la
poesía o del teatro.

Un gran tema recurrente en los sociólogos es la idea de que


los media determinan los comportamientos. Creo que es,
sencillamente, una idea falsa. La relación es mucho más
limitada. Igual que la idea de que la televisión moldea al
público, ya que también el público moldea a la televisión. Éste
es un aspecto que me parece muy importante, especialmente
con relación al Estado cuando participa en la cultura de masas,
hace exactamente lo contrario, es decir, el Estado interviene
poco en la cultura de masas. Debería intervenir poco, pues debe
respetar a las minorías. En cambio sí debe intervenir a través de
las leyes y del comportamiento de la administración pública, en
referencia a los movimientos minoritarios y a los movimientos
comunitarios.

Finalmente, en terreno de agente y no de categoría, existe


un tercer elemento, un tercer actor, del cual hablamos todos, en
el cual participamos muchos de nosotros, que es el actor
asociacionista, las Organizaciones No Gubernamentales, o lo
que muchas veces se llama la sociedad civil o sociedad activa,
en sentido nuevo. La sociedad civil, básicamente, es un
instrumento de acción política para defender temas culturales,
de grupo, problemas sociales, etc.

Hemos distinguido, sucintamente, siete tipos de problemas


y tres grandes tipos de actores. Ya podemos tener una visión un
poco más refinada, un poco más cercana a la realidad.

IDENTIDAD Y CIUDADANÍA

Ahora vienen los problemas concretos en Europa, que


representa, en el ámbito mundial, la fórmula más compleja de
todo lo que he dicho. Es decir, seis, siete tipos de minorías, y
tres, cuatro tipos de agentes. Si las cruzamos e introducimos
variables aparecerán 30, 40 o 50 formas de acción y de sectores
de intervención pública y privada. Éste es un dato muy
importante. Estamos en Europa, pero en la Europa Occidental y,
por tanto, en una situación favorable. No obstante hay un
montón de problemas que vamos a mencionar, la Europa
Occidental no es una región sin problemas culturales, o sin
problemas nacionales, desde Escocia hasta Córcega, pasando
por el País Vasco o por Catalunya, etc. De tal manera que
nosotros, cuando nos piden nuestra opinión, la respuesta que
podemos dar no puede limitarse al "yo estoy a favor del respeto
a la minoría o de la integración de la minoría dentro de la
mayoría". Dentro de poco tengo que ir a Amsterdam y quieren
que hable sobre el modelo holandés y el modelo francés, que es
un modelo totalmente estatal.

El tema que tenemos ante nosotros, y que no es fácil de


resolver, es la vinculación de un mundo estatal concentrado en
el ámbito europeo con procesos políticos de nivel regional o
nacional, que tienen parlamentos, prensa, identidad cultural,
etc. Esta vinculación puede realizarse, básicamente, de dos
maneras posibles. La primera es la autonomización máxima de
los distintos tipos de problemas: autonomización de los
problemas culturales, políticos, económicos o estatales, que
ahora están localizados en el ámbito europeo.

La otra solución que observamos es insistir en la necesidad


de un elemento de integración, o sea, de otro nivel diferente de
cada uno de estos niveles, que represente un elemento
importante. No me refiero, en absoluto, a una reconstrucción de
un conjunto integrado de tipo soviético, chino o japonés, sino a
una referencia que sea importante, no dominante, pero sí
influyente a todos los niveles. Voy a expresarme de manera más
clara tomando el caso francés. En Francia existe una noción que,
de hecho, no existe en la mayoría de países europeos, que es la
laicidad, la separación completa del Estado respecto a una
organización cultural muy poderosa que es la Iglesia Católica, y
también respecto a otras Iglesias. Existe, a la vez, un concepto
de ciudadanía relativamente abierto. Si comparo Francia con
Alemania, para tomar un ejemplo muy conocido, veo que en
Alemania, hasta una fecha muy reciente, el turco hijo de turco
no podía ser alemán de derecho, no podía recibir la
nacionalidad. En Francia, hay más gente que recibe la
nacionalidad cada año que nuevos inmigrados. Es decir que, el
caso francés, que puede representar en su aspecto más negativo,
más caricaturesco, una visión "chauvinista" -la excepción
francesa en todo, defender la bandera, etc.-, visto desde la
vertiente citada, es avanzado.

Un caso extremo para tomar, y muy importante por tener


mucho peso en Europa, es el caso holandés, que ya mencioné.
Holanda y los Países Bajos, no fueron nunca un Estado Nación.
El papel de Amsterdam fue fundamental en la modernización
de Europa, pero es una sociedad, y es una ciudad, que se opuso
al imperio multinacional y multicultural austro-español o
español-austríaco. Lo que se observa claramente es la fuerza de
la autonomía de los grupos culturales, por ejemplo y para citar
la cosa de la cual los holandeses están más orgullosos, es el país
del cannabis, y hay también desde hace mucho tiempo una gran
autonomía de la cultura homosexual y hay, aunque más en
Inglaterra, una sociedad comunitaria. En Inglaterra, la
organización comunitaria es muy fuerte. Yo, por poner un
ejemplo como investigador, quería hacer una investigación
comparada entre Francia e Inglaterra sobre un grupo extranjero.
En Francia lo hago, en Inglaterra no. Allí tengo que concertar,
para estudiar a unos pakistaníes, con un investigador pakistaní.
Como ven, no se trata de que un grupo de países son muy
centralizadores y otros muy descentralizadores.

Creo que, en el ámbito sociológico, sin buscar la solución


perfecta y empleando palabras muy comunes, no hay solución
seria que no se base en un reconocimiento de las minorías por
parte de la mayoría, y en un reconocimiento de la mayoría por
parte de las minorías. Es decir, que me parece difícil que un
grupo de gente, de marroquíes, o no importa de donde, llegue a
España, llegue a Italia, llegue a Francia, sin darse cuenta que
llega a países que tienen una historia, que tuvieron una religión
dominante, etc. Me parece difícil aceptar que un niño que va a
una escuela en Francia, Italia, etc., no sepa nada de la cultura
nacional o de la cultura cristiana o de la cultura de la
antigüedad, porque todos los textos, todos los museos, todas las
formas culturales elaboradas están llenas de referencias, de la
misma manera que es difícil entender muchas cosas en
Marruecos, o en Egipto, si uno no se da cuenta de que se vive en
una cultura islámica, no islamista, y que esa es la cultura
mayoritaria. ¿Cómo combinar ambas cosas? Siendo prudente
diría que, para mí, sería una conclusión suficiente decir que
cada uno de nuestros países, cada uno de nuestros grupos
mayoritarios, estaría muy bien que reconociera a la vez sus
deberes y sus derechos. Es por ello que nunca empleo la palabra
multiculturalismo que puede ser la cosa más negativa del
mundo, del tipo utu-tutsi, a pesar de que los utu y los tutsi son
el mismo grupo humano. Prefiero el término "comunicación
intercultural", pues creo que hay una razón muy fundamental
para buscar una solución así y es que todos o casi todos, incluso
en partes del mundo pobres o aisladas, participamos de muchas
y distintas maneras en una economía más o menos
internacionalizada, o, como suele decirse, globalizada a partir
de tecnologías de producción, tecnologías de consumo, formas
de cultura de masas, etc. y, a la vez, cada uno de nosotros, desde
un millonario norteamericano a un pobre campesino del
altiplano peruano, todos tenemos -no diré raíces culturales- un
proyecto cultural que tiene raíces, que tiene creación, que tiene
imaginación, o que tiene, digámoslo así, reinterpretación de lo
antiguo, para utilizar la expresión del antropólogo. El
reconocimiento mutuo es el reconocimiento de cada uno y de
cada una, individuos o grupos a combinar siempre y de una
manera singular y específica, esta participación en un sistema
internacional concreto y el derecho a realizar esta combinación
con un discurso del pasado y con un discurso cultural
específico.

Vuelvo a la lógica general de lo que dije. Tenemos una


fragmentación de los grupos culturales mayoritarios y
minoritarios, y también tenemos instituciones, Estados,
asociaciones, medios de comunicación..., que son fuerzas de
integración. Y todos tenemos el mismo derecho a combinar la
especificidad, la singularidad de nuestra experiencia cultural
con la participación del mundo de la razón instrumental, para
hablar como Marx y Engels. Eso es, a mi parecer, no la
comunicación, más bien el reconocimiento, no solamente del
otro, sino del otro como a la vez semejante y diferente,
semejante, porque todos tenemos que incorporarnos a la misma
economía mundial, y diferente, por su idiosincrasia específica.

Quisiera terminar con un tema del que hablé brevemente


al comienzo y que es, en mi opinión, el tema central. Lo que se
hace en este terreno, necesariamente tiene una influencia
decisiva en los demás ámbitos. Me refiero a las relaciones
hombres-mujeres. ¿Ustedes recuerdan que durante los últimos
decenios no tuvimos un movimiento de mujeres, sino dos?. El
movimiento en pro de la igualdad, tipo Simone de Beauvoir, y
el movimiento por la singularidad, la autonomía, la diferencia,
como sostuvieron las dirigentes más radicales de la época, como
Kate Millett. Los dos movimientos consiguieron algo a nivel
legalidad, pero desaparecieron después de haber cumplido sus
objetivos.

Si ustedes preguntan: ¿las mujeres y los hombres son


diferentes o son iguales?. O, si son diferentes, ¿pueden ser
iguales?. Los más grandes antropólogos del mundo dicen que si
hay diferencia no hay igualdad posible. Jean-Pierre Digard me
dijo una vez: "usted está tratando de cuadrar el círculo". Ahora
no hay nadie que diga eso, porque los estudios sociológicos
sobre la mujer dicen que a la pregunta: "¿usted quiere ser igual
o diferente?", responden: "quiero ser las dos cosas". Y ha sido a
través de esa conciencia de las mujeres, que se ha creado una
solución de combinación obvia: reconocimiento de la diferencia
e igualdad de acceso al mundo económico, profesional, etc. Es
por eso que mencioné lo de la cultura femenina. Todos los
esfuerzos de combinación entre minoría y mayoría; lo que hay
de común y lo que hay de diferente, todo eso debe ser
entendido a la luz de lo que ya existe, de lo que ya se ha
realizado para rediseñar las relaciones entre mujeres y hombres
en el mismo mundo, en el mismo país, en el mismo ambiente
social.

La idea de unidad social en un país homogéneo es la peor,


la más peligrosa orientación que se puede tomar. Es el
totalitarismo más horroroso: el de la limpieza étnica en Bosnia,
los Grandes Lagos, Sudán y tantos países. No perdamos nuestro
tiempo: eso es horroroso, debe ser combatido, y punto. Pero
tampoco en el momento actual podemos aceptar la idea de que
hay gente que se identifica con valores universalistas, y gente
que se identifica con valores particularistas y que, por supuesto,
nosotros los europeos somos los universalistas mientras que los
indios brasileños o nigerianos son gente encerrada dentro de un
mundo particular. Estas dos posiciones no hay que discutirlas,
son inaceptables, pues nos llevan en la realidad a cosas tan
horrorosas como la eliminación del grupo o el racismo, donde
todo cabe solamente en un lado. No hay un modelo extremo de
un tipo u otro. Intenté indicar a un nivel ya algo concreto, dos
tipos de manera de organizar y estructurar un sistema que tiene
una multiplicidad de orientaciones. No veo razón alguna por la
cual todos tengamos que ser holandeses, escoceses o polacos. Y
aquí termino. Simplemente pido que, primero, se rechace, ante
todo, todas las formas de búsqueda de homogeneidad.
Segundo, que se reconozca la pluralidad de las formas de
cultura minoritaria. Tercero, que todo el mundo acepte la idea
de que hay que combinar, de una manera u otra, la participación
en un mundo internacionalizado prácticamente económico y
tecnológico con la renovación o la creación de proyectos
culturales específicos. Y finalmente, y es el punto más concreto,
pero que ya supone haber resuelto los grandes problemas, creo
que es muy probable que se mantenga una cierta dualidad de
modelos entre los países, sean Estados Nación, grupos
culturales o regiones, etc. Unos insistirán en la necesidad de
mantener una definición de la ciudadanía como vínculo social
sin contenido cultural, tipo revolución francesa o revolución
americana. Otros, se inclinarán por el modelo que da mucha
menos importancia al Estado, incluso en su forma más
democrática, y que se define básicamente por la limitación del
Estado y por la autonomía de las comunidades. Para hablar
según el viejo vocabulario del siglo XVIII, hay una tendencia a
John Locke y una tendencia a Jean-Jacques Rousseau, pero
ambas se encontraban en la Constitución americana y en la
Declaración francesa. Cuando se llega a este punto, el debate se
hace bastante civilizado. Creo, no obstante, que los grandes
peligros ya quedan algo lejos, actualmente ya no existe el
peligro de un totalitarismo cultural, que es tan duro e
insoportable como las demás formas de totalitarismo.
Alain Touraine. Nacido en 1925 en Hermanville-sur-Mer, Francia. En 1950
se recibió del "Ecole Normale Superieure" de
Paris. Realizó estudios en las universidades de
Columbia, Chicago y Harvard; y fue investigador
del Consejo Nacional de Investigación Francés
hasta 1958. En 1956 fundó el Centro de Estudios
para la Sociología del Trabajo de la Universidad
de Chile. En 1960 se convirtió en investigador
"senior" del "Ecole Pratique des Hautes Etudes"
(actualmente la prestigiosa Escuela de Altos
Estudios de Ciencias Sociales de París), donde fundó el Centro de Análisis
y de Intervención Sociológicos (CADIS). Entre sus obras más notables, se
encuentran: Sociología de la acción (1965), La conciencia obrera (1966), La
sociedad postindustrial (1969), Las sociedades dependientes. Ensayos sobre
América Latina (1976), El postsocialismo (1980), El retorno del actor
(1984), Carta a Lionel Jospin (1997), ¿Podremos vivir juntos? (1997)
Igualdad y diversidad (1999) y Un nuevo paradigma para comprender el
mundo hoy (2005). El artículo anterior es la transcripción de la conferencia,
no escrita, pronunciada en el "Fórum Europa," en Barcelona, durante el
mes de junio de 2001.
ALEXEI TELLERÍAS

LIVIN´ LA VIDA UNDER

Desde hace tiempo, mis andanzas nocturnas suelen


servirme de material inspirador. A veces el alcohol hace más
que desinhibir. Además, escuchar a todos tus amigos jugando al
más filósofo, o ―realidad alterna‖ te preña de ideas. Ideas que
surgen de la manera más extraña y poco convencional posible.

Cuando entre panas te nutres de bohemia (no precisamente


la cerveza), música y Presidente (ahora sí, hablo de la cerveza),
te sumerges en el piso para materializar un mundo mejor al
doblar de la próxima esquina, en el que todos nos aceptamos y
queremos.

Una epifanía en la cual los únicos debates son respecto a


cuál es mejor, si el Barceló o el Brugal.

Pero en una de esas noches en que la vorágine de la ciudad


primada me atrapó con su gran boca, alguien se encargó de
darme un par de galletas de vuelta a la realidad. Para colmo un
taxista... ¿Es que no pueden quedarse callados?

Ya sabes como es. Ser peatón en Santo Domingo es una


vaina que merece un libro entero para explicarlo y otro más para
comprenderlo, así que hay que asumir estoicamente las
consecuencias de que, a las 4 de la mañana, no queda otro
camino que hoyarse los bolsillos llamando un taxi.
Me estoy saliendo del tema. Te decía que el ñame con
volante que me tocó de chofer designado no conocía a Soho
(¿puedes creerlo? ¡A Soho, con tantos jumos que nos dimos
allá!) a pesar de que tenía más de 6 años en la misma esquina de
siempre. A pesar de estar al lado del colmado más conocido de
la Zona Universitaria. A pesar que ―seee supoooone‖ que un
taxista se conoce hasta los puteríos más famosos… Y tal vez el
mío se los conocía, ¡pero no sabía donde quedaba Soho!.

Su ignorancia, sin embargo, no fue en vano, si


consideramos que la misma se transformó en chispa que
prendió la paja mental de esa noche. Aparte del quille que
significó tener que explicarle, me dejó pensando en que
nosotros, rosca izquierdas capitaleños, estamos sin estar, a pesar
del esfuerzo que hacemos al gritar.

Existimos. Nadie sabe como, ni se les ocurre pensar desde


cuando, pero lo cierto es que aquí hemos llegado, y hemos
estado creciendo cada vez más. Contamos con una filosofía,
lugares sacros, concepción alterna, y nos gusta estar así,
marginados de la pseudo "vida normal".

La gente nos mira desde lejos. Para ellos siempre serás ―el
jevito‖, ―el roquerito‖, ―el satánico‖, ―el metal‖… vives en el
eterno estereotipo. Santo Domingo es la única ciudad del
mundo donde los escrúpulos de María Gargajo son ley divina, y
la regla primaria radica en imitar a la gatica de María Ramos,
―que tira la piedra y esconde la mano‖.

Ahora mal suena una bachata a todo lo que da por el


destartalado radio del taxi, que parece salido de una película de
Mad Max. Mis pensamientos quedan interrumpidos por la mala
práctica del chófer de poner la música que quiera al volumen que
quiera sin haberlo preguntado previamente.

Siempre se quedan mirándonos, extrañas a nuestro andar,


a nuestro pensar, y se ríen, lejos de comprender nuestra
sensibilidad, nuestra fascinación por la vida y lo que de ella
deriva. Pero yo les dejo burlarse, pobrecitos. Sin ellos el mundo
fuese taaaan aburrido…

Ignorance is bliss, decían en la película aquella, pero


parece que Agent Smith se equivocó. Si quienes nos ignoran y
consideran inferiores conocieran las cosas que conocemos, si
tuviesen una ínfima porción de nuestras vivencias, al menos
durante un cuarto de hora, entendieran muchas cosas, por no
decir que se unieran al coro.

“Como que tá por subir la temperatura, ¿eh?” La voz que


parece destinada a torturarme durante los minutos que esté
dentro de sus dominios vuelve a sacarme de mis pensamientos
por un par de segundos. Le contesto con un “hmm‖, que equivale
en español a ―no me jodas, que no estoy en ti‖.

Nuestra forma de vida va más allá, opinen los demás lo


que quieran. Está implícita en nuestra despreocupada manera
de vestir (claro, que no está nada mal vestirse glam a veces), en
nuestros pensamientos (a las pruebas me remito), nuestra forma
de vivir en general.

Nos sigue a los sitios nocturnos que frecuentamos,


manifestada en forma de preocupación -o falta de ella- por los
bienes materiales, el sentido de la solidaridad, nuestra
apreciación por las artes en general y tolerancia hacia todas las
vertientes del pensamiento humano, incluyendo aquellas que
nos critican.
Somos los under. Somos los rosca izquierda, complemento
de esta esfera. El tumor benigno que han intentado extirpar,
infructuosamente. La voz que grita bajo el subsuelo. No podrán
callarnos. No han podido, por más intentos. Seguiremos con
nuestra mirada en trescientos sesenta grados.

Por más arcillosa que sea la existencia, continuaremos


viviendo y dejando vivir, viendo y dejando pasar, defendiendo
nuestro derecho a la inconformidad. Y por más brega que dé
aceptarlo seremos zurdos en este mundo de derechos.

Las últimas palabras resonaron en mi cabeza luego de


habértelas dicho como un eco vacío de un diálogo entre sordos.
Zurdos en este mundo, en esta maldita esfera a la inversa donde
aquellos que nos empujan hacia atrás llevan la batuta.

¿Existe el cielo o el infierno? Y si es así, ¿dónde estarás tú


ahora? Dicen que hay que ser muy valiente y a la vez muy
pendejo para tomar la decisión de apearse completamente del
sistema, pero eso a fin de cuentas sólo lo sabes tú, y hoy estás
tendido bajo el frío cemento del nicho.

Alexéi Tellerías nace en Santo Domingo, República Dominicana en 1981. Es


Periodista, poeta, narrador y performero. Ha
publicado en Desde el interior sin cargos... de
conciencia (2003) y en el número especial Puerto
Rico-República Dominicana (El Sótano 00931,
2009). Coordina desde hace dos años "Noche
Lunática" en el teatro Guloya. Ganó el Premio de
cuento del XIII concurso literario Alianza Cibaeña
con "Los peces del Subsuelo." En 2011 publicará
"Nocturnidades," su primer poemario.
WALTER J. MUCHER

DIBUJO

Modernidad
Oblique

El paseante
Amante

Nacido en Santurce, Puerto Rico, en 1964. Poeta, narrador, dramaturgo,


ensayista, crítico literario, artista, fotógrafo y
profesor universitario. En 2004 publica su libro
de cuentos Cuerpos sin delito. También ha
publicado en la muestra de poesía El ojo de la
perdiz (1991) y en El límite volcado: antología
de la Generación de Poetas de los Ochenta
(2002). La antología Expresiones, publicada
por el Instituto de Cultura Puertorriqueña en
2004, recoge un monólogo teatral y un cuento
de su autoría. Sus ensayos de investigación
literaria han sido publicados en prestigiosas
revistas académicas. Su más reciente poemario,
intitulado Preludios, recoge su poesía escrita entre 1989 y 1996.
MARA ROMERO

ELLOS SE AMPARAN…

Tengo la convicción de
que no existes,
y sin embargo,
te oigo cada noche…
Mario Benedetti

Ellos se amparan en tus ojos, cuencas vacías de espíritu que


cantan rezos… nadie entiende. Son gitanos con olor a muerte,
contrabandistas de ilusiones bañados en barro negro. Se
consagran en mentiras, pintan caminos falsos al paraíso. Ellos
enojan a la tierra y me hablan de ti, punzada que hierve el
corazón en rojos, como manzanas viejas dibujadas en tus
sueños, neblina que te ciega y desconcierta. Ellos, los
desconocidos, invocan los primeros soles que nadie vio,
arrastran resurrecciones ensayadas, recuerdan el saqueo de mis
entrañas. Entrecruzado intento de avistarte bruma de perdones,
falsa tregua donde soy rehén custodiado por tu furia
disputando un pacto que deforma los fragmentos que dejo
cuando te sigo. Búsqueda de la señal que me asegure un lugar
en el cielo: descansar con sabor a brebaje de salvación.

Es mi pena, exhala dolor conocido, resaca de-lirio que


cuelga de mi conciencia, ventana agobiada por sombras de
culpa. Guárdala en tu corazón, sacúdela de las garras del olvido,
aliméntala de pócimas que trasforman lunas y atraen inmoladas
criaturas que trazan el abismo por donde te sigo; escriben la
sentencia de vivir en descarnadas horas mientras junto
moribunda trozos de silencio que me agobian. Así es mi pena,
crucifijo de errores que pende bajo el cuello y no permite
levantar el rostro, inundada humillación de dudas que se
resquebraja y vuelve a armarse según las apariencias.

Ellos enfrentan ánimas que enjuician mi paso por el


mundo, deshonran designios divinos, escoltan el callejón del
averno donde soy rehén de tu exilio, festejan mi afligida rutina
de vocear tu abandono. Barcos pintados de luna husmean el
desconsolado recorrido de mi sangre, eternidad donde no existe
ni el reflejo. Aun así, abro la puerta a tus escombros, cima
amontonada de amores, donde me forjo humo y reconciliación,
donde mi llanto brota desconsiderado, me hace pensar en Dios
y su sacrificio.

Domestico tu recuerdo, insomne ira, erosión de mis


sentidos, donde renazco con labios endurecidos cuando trato de
pronunciar tu nombre. Furia que hace dejar en prisión las
palabras que te gritan, cerradura de mis ansias estruendos que
me empujan hacia la orilla del último invierno, y me obligan a
remar entre espinas de nostalgias, trozos de mundo donde
navegas vértigo desvarío.

Por si fuera poco, enfrento mi sombra mutilada, convertida


quemadura, piedra descolorida, camino donde me encuentro
moribunda, arrumbada, guardián infiel de felicidad. Una figura
que sólo persigue tu nombre sin alcanzarlo, escalera de
prejuicios donde resbalo humillada, pánico de tu ausente
mirada, forma de cristal que oculta leyendas y devora
serpientes, desilusión que arrebata mi última pizca de
inocencia, nota de coro, universal infierno.

Así jadean mis añoranzas. Ávida por entender los estragos


que dejan mi cuerpo a la deriva, tembloroso viento de tormenta
donde mi desesperación las encierra con llave y en silencio.
Camino ciego, he abierto puerta tras puerta sintiendo en mi
espalda la fisura del olvido. Amenaza y murmullo de luna, me
habla en invocación de paz, búsqueda eterna, espacio en el que
ellos se distraen de mí… seguramente tú no encontrarás cabida.

Mara Romero nace en Ciudad Obregón, Estado de Sonora, México, en 1962.


Es poeta, narradora, performera y promotora
cultural. Ha publicado los poemarios Identidad
de vértigo (2003), Beethovenianos (2004),
Peregrinar de gritos (2008) y De tu olor y de mis
miedos (2009). También tiene a su haber un
volumen de cuentos: Óxido 2245 (2009). Desde
hace 8 años coordina “El encuentro
internacional de escritores bajo el asedio de los
signos” en CD, Obregón Sonora. Es
vicepresidenta de Escritores de Cajeme AC. y
directora de su propia empresa de Promociones
Turísticas PROTUR. Pionera del arte del
Performance en Cajeme, ha presentado un sin
número de performances y Espectáculos de Poesía Visual, de diferentes e
importantes Escritores y figuras relevante del arte en un intento de
promover su legado en una dinámica distinta.
HÉCTOR MELÉNDEZ

TRANSGRESIONES AL RACIOCIONIO (Selección)

1.
Perpetuo el instante
distiende tenazas sobre la irrealidad,
crea ramas sintéticas en los ocasos y va
penetrando las desmemorias
de un mundo paralelo e inconforme.

Dejando a un lado y para siempre


a la tumba de los recuerdos: el olvido.

Escarbando cual escarabajo en celo


sobre aquella otra, de oro labrada;
dejando costras en los caminos, ojos, y demás.

Buscando motivos
va el suicida en potencia
rebelándose a los misterios
de su infortunado destino
de otoño vestido.

Sin saber que de alguna u otra manera


para morir nacimos . . . y viceversa.
Conversa, consigo mismo, una y otra vez,
en el mismo espejo roto.
2.
El amor,
ese instinto refinado,
que, como todos,
se va debilitando
hasta que sucumbe.

3.
Dicen que la vida es una enfermedad
que se cura con la muerte,
y en tu frente el letrero
de prohibido auto-medicarse.

Mientras que la muerte


dice pobremente alimentarse
de nuestra vida, perdida.

8.
Los poemas extensos solo sirven para mostrarnos
la debilidad de nuestras memorias;
y a veces su merecida vocación
para el olvido.

9.
De amores no me gusta hablar,
es mejor perseguirlos, conseguirlos, disfrutarlos,
recordarlos, y olvidarlos.
Y no precisamente en ese orden.
10.
El nagual y el tonal, ¿Qué hay afuera del universo?

11.
Si la voz rompe el silencio
¿Qué hace la palabra escrita?

12.
Suerte: estar en el punto exacto
bajo la sombra de las improbabilidades.

15.
Todo era cuestión de tiempo
y de que aprendieras a leer,
para engancharte a cualquier poema
a cualquier historia;
para que luego quisieras llenar nuestros ojos.

16.
¿Pero porqué? – le preguntó el sentenciado al verdugo,
sin saber
que el pobre tipo
no hablaba el lenguaje
de los moribundos.

17.
La historia de Silvio Rodríguez,
ese brillante cantautor cubano,
es muy simple:
no le gustaban las canciones que escuchaba,
así que inventó las suyas.

18.
Si ya sabes que te vas a morir: ¡Vive!

19.
Era un escritor sumamente raro,
al terminar cada una de sus obras la destruía
para luego tratar de reconstruirla
y darse cuenta de que simplemente
era igual que aquel escultor de humo.

Héctor Meléndez García. Mexicano, navega entre el mundo de la


imaginación y el de las computadoras,
que son bastantes parecidos. Un
ingeniero que escribe. Vaga entre la
ahora tristemente famosa Ciudad
Juárez, Nueva York y California.
Escribe 2 libros de poemas en NY y
hace una película en video digital que
se distribuye clandestinamente en los
arrabales de Cd. Juárez; escribe
poemas, guiones y novelas que
permanecen en el olvido; cuentos y reflexiones que sólo sus amigos más
allegados leen.
DANIEL TORRES

SOBRE LA CONSTRUCCIÓN DE UNA IDENTIDAD


CRIOLLA EN GLORIAS DE QUERÉTARO (1680) DE
DON CARLOS DE SIGÜENZA Y GÓNGORA

“las periferias son también ellas centro”


Walter Mignolo

A Georgina Sabàt-Rivers, In Memoriam

Cuando se habla del Barroco de Indias, siempre se


relaciona con la figura de Sor Juana Inés de la Cruz y su poema
clave ―El sueño‖ (1692), el que recientemente Verónica Grossi
ha estudiado según los paradigmas de ―poder y conocimiento‖
(29). Sin embargo, otros poetas coloniales tales como Juan del
Valle y Caviedes, Hernando Domínguez Camargo o el mismo
Don Carlos de Sigüenza y Góngora, entre muchos otros, fueron
parte de lo que el gran garcilasista norteamericano Elias L.
Rivers ha llamado ―un puente cultural‖ (858) al referirse al
Barroco en tierras americanas. Es lamentable que este ―puente‖
no se difunda con más ánimo más allá de los estudios hechos
sobre Sor Juana que son los que dominan esta especialidad y
para muestra un botón. Una de las revistas más importantes del
campo, la Colonial Latin American Review, apenas publica
estudios sobre la poesía colonial y en los últimos años, cuando
lo ha hecho, han sido trabajos dedicados casi exclusivamente a
la décima musa. Por ejemplo, los dos números de junio y
diciembre del 2007 no contienen ni un solo ensayo sobre esta
importante área de estudio.
El caso particular de Sigüenza, íntimo amigo de Sor Juana,
llama la atención porque este letrado del XVII novohispano
realizó una labor múltiple de historiador, narrador, cronista,
cosmógrafo, consejero de virreyes y poeta (entre muchas otras
funciones). Y es esta última, la dimensión de poeta, la que se
destaca en este trabajo, es decir: el papel decisivo de sus versos
en el panorama del canon poético colonial más allá de las
apreciaciones superficiales que ha recibido su poesía como
mediocre (More 1).

Se propone una lectura criollista de la canción ―Glorias de


Querétaro‖, poema escrito en silvas gongorinas, que elogia la
construcción de un templo a la Virgen de Guadalupe en la
ciudad de Querétaro, en 1680. Se confrontan aquí las nociones
clave de religión y nación, en medio de la fiesta barroca, con su
―sentir guadalupano‖, como lo ha llamado Alicia Mayer (241), a
través de un texto que celebra la descripción de ―la sumptuosa
magnífica fábrica del nuevo Templo de Guadalupe‖ (Sigüenza
77), modelo americano de Arquitectura.

Se sigue de cerca, para el análisis, el concepto teórico de


―diferencia colonial‖ acuñado por Walter Mignolo. Éste nos
sirve para guiar la lectura de la canción ―Glorias de Querétaro‖
incluida en el libro del mismo título. Sigüenza hace una
―relación‖ completa de la construcción de la iglesia, como lo ha
probado María Dolores Bravo Arriaga en su ensayo ―Las
Glorias de Querétaro como ‗relación‘ de fiesta y su percepción
del paraíso‖, siguiendo de cerca las palabras de Irving A.
Leonard, acerca de estas ―relaciones apropiadamente
edificantes‖ (24). Mignolo nos define la ―diferencia colonial‖
como ―el horizonte epistemológico que nos permite comprender
la doble historicidad de las sociedades colonizadas‖ (vi). En el
discurso poético sigüencista encontraremos que el poeta se
mueve en la dimensión periférica del criollo letrado, en la
esfera pública del virreinato, siendo este poema uno dedicado
al mismo virrey Fray Payo Enríquez Afán de Ribera Manrique,
quien fuera arzobispo de 1668-1681 y virrey entre 1673 y 1680.

Poesía y arquitectura se dan cita aquí en este poema de


ocasión que también elogia ―como a su Genio tutelar, al
Ilustrissimo, y Excelentissimo Señor Arçobispo Virrey de la
Nueva España‖ (Sigüenza 77). La descripción del templo se
hace acorde con el objetivo del texto:

El thema fue apuntar en una Canción


arbitraria no solo su estructura, sino lo
mucho que aquel nuevo Templo de la
Santissima Virgen de Guadalupe, y su
Uenerable Congregación eclesiástica debe a
la benéfica paternal influencia del... Señor
Arçobispo de México... (Sigüenza 78).

O como rezan directamente los versos:

A mercedes gloriosas
De D. Fray Payo Enríquez de Ribera
Goza los complementos que no viera
En carreras de siglos numerosas,
Sirviendo su influencia
De diaria asistencia
Por quien blasona aquesta casa
De tanta perfección, de pompa tanta. (Sigüenza 81)

Y esa perfección del templo se inicia en el apóstrofe que


inaugura el poema: ―Embaraço del aire/ De Querétaro nobles
suspensiones‖ (Sigüenza 77), al punto de erigirlo en el texto
como paradigma de comparación con la mismísima Europa:
―Sin mendigarle a Europa perfecciones,/ Ni rezelar del tiempo
algún desayre‖ (Sigüenza 77). Sobre todo, en su ya citada
―perfección‖: ―La perfección, en término succinto/ Del bolado
Arquitrave al bajo Plinto‖ (Sigüenza 77) o desde la parte
superior del entablamento que descansa sobre el capitel de la
columna hasta el cuadrado sobre el cual se asienta esa misma
columna. Dicho de otro modo menos culterano y barroco: este
nuevo templo erigido en América, en Querétaro por más señas,
que no tiene nada que envidiarle a las perfecciones europeas, le
parece al poeta perfecto de arriba abajo. Se hace eco aquí del
sentir criollo ante las autoridades españolas que, todavía en el
siglo XVII, mantienen los lazos del poder virreinal. Diferencia
colonial que marca el hablante en el poema al dividir sus
―espacios geográficos y localizaciones epistemológicas‖
(Mignolo 1997: 1) entre el aquí (América) y el allá (Europa), ya
clásicos tanto en la lírica como en la épica coloniales
hispanoamericanas. Piénsese en el Poema heroico de
Domínguez Carmargo, donde el hablante establece esta
dicotomía particular o en el Arauco domado de Pedro de Oña
que en realidad es un Arauco criollo (Torres, 37).

En la segunda y tercera estrofas de las quince en total que


consta la canción, se continúa la descripción de ―su estructura
excelente‖ (Sigüenza 78) hasta exagerar de modo barroco el
efecto de la luz en las paredes del edificio: ―En presencia del
día/ Del mismo Atlante en competencias bellas/ En sus hombros
sustenta a las estrellas‖ (Sigüenza 78) o al mismo cielo.

En la séptima estrofa se elabora aún más esta idea tomando


en cuenta que el templo está siendo dedicado a la Guadalupe
misma:
Éste que a la memoria
Dulce es trofeo, mármol levantado
Altamente se atiende consagrado
No a efímero esplendor, o a leve gloria:
Quando es a la triunfante
Reyna del Sol radiante,
Bien que corto sitial de gloria ardiente
O auge de luz, o eclíptica luziente. (Sigüenza 80)

Con motivo de la construcción de esta iglesia, el hablante


lírico celebra también la construcción de una identidad criolla
que reniega de las perfecciones de Europa. Se centra en las de
América, pone como ejemplo la luminosidad a ultranza de este
edificio, que por su perfección arquitectónica asemeja a las
estrellas y al cielo en su ―auge de luz‖, mencionado en la estrofa
antes citada. Lo criollo se retoma con el adjetivo ―indiano‖ en la
estrofa IX, cuando el hablante lírico nos dice: ―Quiso que eterna
Primavera ocupe/ Su cariño en Indiano Guadalupe!‖ (Sigüenza
80). En estos versos percibimos ecos de su Primavera indiana
(escrito en 1662 cuando nuestro poeta tenía apenas 17 años y era
novicio jesuita aquí mismo en esta ciudad de Puebla), poema en
el cual Sigüenza y Góngora escribe versos devotos a La
Guadalupana, haciendo una écfrasis gongorina del manto azul
de la Virgen con sus rayos:

Hácelo así, y al descoger la manta,


Fragante lluvia de pintadas rosas
El suelo inunda, y lo que más espanta
(¡Oh maravillas del amor gloriosas!)
Es ver lucida entre floresta tanta,
A expensas de unas líneas prodigiosas
Una copia, una Imagen, un Traslado
De la reina del cielo más volado. (Sigüenza 62)
La relación de esta octava real con las silvas gongorinas de
―Glorias de Querétaro‖ es evidente, ambos pasajes se valen del
milagro guadalupano para privilegiar ese ―solio preeminente‖
(Sigüenza 51), que es México, por haber sido escenario singular
y criollo de la aparición de la Virgen. Como se ratifica en la
estrofa XII:

O quanta gloria, o quanta


Deve la gratitud tierna memoria
A quien esse cariño executoria
Con tanta rectitud, con virtud tanta,
Que es devido que sea
De la Olympica Astrea
Gloriosa sucesión quando del cielo
Político es equívoco su zelo. (Sigüenza 81)

Este es el celo de la Virgen por aparecerse en Nueva


España, al ser tanta la gloria y la gratitud que se le debe por este
milagro, cuyo cariño se manifestó con tanta virtud y rectitud en
su gracia hacia Querétaro. Sobre todo en el acto de erigir el
templo en memoria de su justa aparición, por medio de la
mención de Astrea, diosa de la Justicia, hija de Zeus y Temis,
que además es olímpica en su gloriosa sucesión cuando del
cielo es político su celo. Se trata del acto de justicia de la Virgen
al haber elegido a las Indias como escenario para este portento.
Las implicaciones de este espacio geográfico americano y su
localización epistemológica es la ratio entre la localización
geográfica y la subalternización de conocimientos. Es decir,
como reza el epígrafe de este trabajo: ―las perferias son también
ellas centro‖ (Mignolo 4). El subalterno criollo construye su
identidad precisamente en la diferencia, no en un destino
ontológico (Beverly 47). Y lo subalterno es un nombre del
atributo general de la subordinación, sea expresado en términos
de clase, casta, edad, género y agencia, o de alguna otra manera
(Guha 35). En el caso específico de Sigüenza, podemos
identificarlo como un intelectual de la colonia española, en
territorio mexicano, quien además ha insistido en su Oriental
planeta evangélico (1700) que ―no hay que mendigarle a Grecia
perfecciones‖ ni ―hay que solicitar las perfecciones de Europa‖,
como muy bien dice en estas ―Glorias de Querétaro‖. Es por
esto que el discurso poético de Don Carlos de Sigüenza y
Góngora debe considerarse una pieza relevante en el proyecto
hacia la construcción de una identidad criolla: de una
―mexicanidad‖ como la ha llamado Ramón Iglesia (131) y
Josefina Muriel (67), o lo que ha sido designado como ―un
deliberado proyecto colectivo de la formación de la conciencia
criolla mexicana‖ por Antonio Lorente Medina (2001) o un ―acto
de fabricación de una identidad en Hispanoamérica‖ por
Anthony Pagden (55). Raquel Chang-Rodríguez lo ha dicho de
otro modo refiriéndose a la décima musa, en relación a cómo el
texto

...revela la ‗agencia‘ criolla o la voz de


sujetos despreciados; igualmente,
intentan desmenuzar lengua e ideas
para otorgarles nuevo significado a
temas, vocablos o sintagmas
atendiendo a la especificidad colonial.
(291)

Y así mismo, Mabel Moraña en su ya clásico ensayo


―Barroco y conciencia criolla en Hispanoamérica‖, nos señala
que
...es también en el contexto de la
cultura barroca que aparecen las
primeras evidencias de una conciencia
social diferenciada en el seno de la
sociedad criolla. Esas formas
incipientes –y en muchos casos
contradictorias- de conciencia social,
hablan a las claras, sin embargo, de la
dinámica creciente de las formaciones
sociales de ultramar, y no es errado ver
en ellas el germen, aún informe, de
las identidades nacionales. (231)

En las últimas tres estrofas (XIII, XIV, XV) de la canción


―Glorias de Querétaro‖, el hablante lírico acaba su poema
haciendo una alusión al poder virreinal, en ese coqueteo con la
autoridad que ha mostrado el autor en otros pasajes de su obra
como en los poemas del arco triunfal del Teatro de virtudes
políticas que constituyen a un príncipe, donde se dirige al recién
llegado virrey, el Marqués de la Laguna, para advertirle de la
tradición de gobierno ejercida por los emperadores aztecas, en
el momento mismo del traslado o traspaso del imperio
acriollado a sus manos (Torres 270). En el caso que nos ocupa,
en ―Glorias de Querétaro‖, el hablante lírico después de haber
alabado el milagro guadalupano y la construcción de una iglesia
a la Virgen en Querétaro, se detiene en medio de la fineza
barroca a reconocer ―la benéfica paternal influencia‖ (Sigüenza
78) del arzobispo y virrey Fray Payo de Ribera Enríquez: ―Éste
pues de Ribera/ Adulto resplandor estimulado/ Del amante del
próvido cuidado‖ (82). El deíctico ―éste‖ se refiere al templo
mismo que ha sido facilitado por la venia del señor arzobispo,
quien se caracterizó durante su virreinato por apoyar proyectos
de esta índole. Y el agradecimiento a su bondad está en la
última estrofa del poema que es muy esclarecedora al respecto:

Pequeña providencia
Fuera solo obtener la executoria
Para que se erigiese esta memoria
A la perpetuidad de la existencia,
Por esso con gloriosa
Promptitud generosa
De su imperio a la voz dulce, y suave
Se abrió el cimiento, y se cerró la clave. (82)

El hablante pide que ―esta memoria‖ que es el templo y el


poema a una, se erija ―a la perpetuidad de la existencia‖ y, por
ende, en la fama del edificio completo (―el cimiento‖) se abrió y
se cerró la clave del texto mismo. El templo es suficiente para
encarnar la perfección a la que se refería desde la primera
estrofa del poema que es, a su vez, una evidencia fehaciente de
ello.

Como alabanza a la belleza del templo de la Guadalupe en


Querétaro, pero como pretexto también para volver sobre uno
de los tropos más importantes de toda la obra de nuestro autor
novohispano, ―Glorias de Querétaro‖ es otra pieza importante
que debe añadirse al proyecto de construcción de una identidad
criolla. Esto se puede corroborar en otras obras poéticas del
autor como Primavera indiana, Oriental planeta evangélico y el
poema final del Teatro de virtudes políticas que constituyen a un
príncipe (que se publicó como un opúsculo titulado Panegyrico
con que la muy noble é imperial Ciudad de México, aplaudió al
Excelentísimo Señor D. Thomas... al entrar por la triumphal
portada). Corpus que junto a sus poemas breves vuelven sobre
la metáfora de la ―patria criolla‖ a la que se refirió David
Brading (12) que es la metáfora estructurante de su proyecto
literario como un todo, según Anna Herron More (27).
Verificación que también se cumple en los Infortunios de
Alonso Ramírez (1692), la obra más difundida de Sigüenza, en
cuyas páginas un sujeto criollo trotamundos abandona la isla de
San Juan Bautista de Puerto Rico, su patria (―determiné hurtarle
el cuerpo a mi misma patria para buscar en las ajenas más
conveniencia‖ [96]), para también darle la vuelta al mundo, caer
en manos de piratas y naufragar, posteriormente, en las costas
de Yucatán.

La construcción de una identidad criolla en ―Glorias de


Querétaro‖ de Don Carlos de Sigüenza y Góngora es, pues,
parte del continuum de su poesía y de su obra total, en la que el
letrado criollo nos entrega su mayor legado. Como pedía el
mismo Sigüenza al escribir acerca de este poema:

... no quiero que se le niegue a la


Canción la publicidad de la luz,
supuesto que lo que pierde por la
humanidad de su estilo o recompensa
en la celsitud augustissima de su
objecto. A que mas dignamente se le
devieran consagrar quantos gloriosos
Panegyricos dicta Apolo en cultos
episodios, para que promovieran a la
inmortalidad las acciones plausibles de
su religioso Govierno. (78)

Obras citadas

Beverly, John. ―On the Subject of ‗Studies‘: Subaltern, Postcolonial,


Cultural, Women‘s, Ethnic, etc.‖ Journal of Iberian and Latin American
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_____________. ―La imagen épica del Nuevo Mundo: El ―Exordio‖ del
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poesía colonial y contemporánea en Hispanoamérica. San Juan: Plaza
Mayor, 2002. 36-46.

Daniel Torres nace en Caguas, Puerto Rico en 1961. Es profesor


universitario especialista en Barroco de
Indias y poesía queer. Ha publicado poesía,
cuento, novela y ensayo crítico. Su obra ha
sido incluida en dos antologías recientes: Los
otros cuerpos: Antología de temática gay,
lésbica y queer desde Puerto Rico y su
diáspora y Mariposas: A Modern Anthology
of Queer Latino Poetry. Ha incursionado en la
erótica tanto en la crítica, Verbo y carne en
tres poetas de lírica homoerótica en
Hispanoamérica, como en la novela
(Conversaciones con Aurelia) y en el cuento, Cabronerías: Historias de tres
cuerpos. Su primer libro de poemas, Fusilado dios, le valió el segundo
premio del PEN Club de Puerto Rico. Desde entonces, ha publicado varias
plaquettes: “Siete poemas de Cariño”, “Invasión de ternura: 19 poemas de
amor y distancia” y “Una carta y cuatro poemas para Moma”. De
bellaqueras es su segundo poemario en forma, pese a haber publicado
poemas en una de sus más recientes entregas, “Poemas de Ohio y otras
partes” en Mariconerías: Escritos desde el margen.
ALMADA NEGREIROS

PINTURA

Autorretrato com o grupo da brasileira (1925)


Maternidade (1935)

Retrato de Fernando Pessoa (1954)


Bahnistas (1925)

José Sobral de Almada Negreiros. Escritor portugués nacido en Santo


Tomé, en 1893. Desarrolló una actividad
polifacética, ya que se dedicó al dibujo, la pintura,
la poesía, el teatro, la novela y el ensayo. Figura
fundamental de la generación modernista. De su
vasta producción sobresalen la novela Nome de
Guerra (1938); el famoso poema A Cena do Ódio,
publicado en la revista Orpheu (1915); piezas de
teatro, como Antes de Começar (1919) y Deseja-se
Mulher (1927); y el célebre Manifesto Anti-Dantas
(1916), donde estigmatiza de manera brillante la
vulgaridad y el academicismo de ciertos medios
literarios de la época.
DANIEL MONTOLY

BESSIE SMITH
Childhood memories are always a drag
if you are black…
Nikki Giovanni

... la figura lejana que confunde tus pálidos ojos


soy yo, sólo que entusiasta
aunque sin comprender qué
me seduce de ti
quizás la notoriedad de tu boca
o tu corazón melancólico
que congela sonrisas dentro del aura
de una botella vacía.
Y cuando veo que cruzas
frente a mi tienda
me ahogo por la multiplicidad de palabras
que caen como la lluvia serpentina
desde los tejados de esta noche.
No sé, creo que es temprano
aún para profetizar
de cuál lado soplara el viento,
lo sé, pero estas emociones
que me empujan a orbitar en tu sombra
junto al aturdimiento confuso
martillea, ahondan
haciendo esta noche larga,
larga aún más cuando te escucho
EL MACHO SALE DE CAZA

Esa noche las estrellas brillaban en sentido opuesto al cielo.


El silencio, desconcertante
se oponía el ruido habitual de los fines de semana.
Yo, acorralado por el aburrimiento
creí que una urbe sin caos
no es una urbe para ir de rumbas
porque el caos, es evangelio, es el nuevo dogma
al que corazones adolescentes
rezan más allá de sus secreciones corporales
y se notas como los deja drogados, insomnes
con partículas grisáceas
en el interior de sus venas vaporosas.
Abandoné la sensatez en el baño
junto con la inseguridad de todo hombre joven.
Le dije a la alegría: - te invito-
y la habité con mi lengua de éxtasis.
Vi sombras fundirse con sus labios encerados
por el aceite de la tristeza. Ambos dormimos
sobre el filo de una incertidumbre.
Ella masticó la deriva. Yo varado sobre sus nalgas
hice señales a las nubes metropolitanas
para que permanecieran tranquilas
hasta que otro día alegre y con nieblas
me recibiera entre sus muslos.

¿SOBRE?

Tus pies descansan desnudos sobre mis labios


como rosas sobre los péndulos
que celebran su belleza.
La noche rehúsa protegernos
de la curiosidad
de las estrellas; nos entrega
al brillo inquisidor
que todo lo cuestiona
que no dejará piedra sobre piedra
para perpetuar el tabú
de lo perverso.

Mas por besar tus pies


o sentir los bordes de mi lengua
desenvolviendo la seda húmeda de tus dedos;
arder en la hoguera... vale la pena.

ENSAYO PARA COMER OSTRAS

Jamás olvides
que cuando te sientes
en la mesa
con MadameVillepin
debes sostener
la respiración
mientras
extraes el molusco
de su concha
con “un baiser noir.”
Y si los ojos galos
de la desdeñosa mujer
pasan revista
a tus modales
mantén levantado
el mentón
como si de un aristócrata
europeo
se tratara,
porque comer ostras
no es algo irrelevante
o para personas
irrelevantes
cuyos paladares
se deleitan
con el mal gusto.
No. Degustar ostras
requiere de arte
y estatus,
es como tener
un “Ménage á trois”
entre el anfitrión, tú
y el molusco.

RETRATOS DE LOS VAGOS

Los vagos, apóstoles del urbanismo, viven a expensas


de bienaventuranzas tardías.
crecen como malezas
que se adhieren a las esquinas
o, como panteras
automáticas del ocio
que acechan a sus víctimas.
Los ves que entusiastas cuentan nubes
esperando que lluevan milagros
en las ventanas ajenas
y cuando nada sucede
sobremaquillan
las ingles de sus bolsillos rojos
para que nadie sepa
quienes son sus acreedores
o dónde vomitan los años prósperos
que jamás resucitaron.
Los vagos, apóstatas del trabajo duro
son dandys o maniquíes
que decoran grandes ciudades
con sus sombras
y se desplazan sigilosos
malabaristas
de ―siempre haber‖
acumulando en sus carteras
las caderas apretujadas
de las niñas
al retornar del colegio,
o las estrellas ahogadas
entre decibeles menguantes
de las amas de casa
al ir a comprar rumores
e infidelidades
en sus kioscos.

VENUS SOBRE MIRLOS

La muchacha con largos ojos de Venus nórdica


me besó como desatinada adolescente
que a mano armada roba
su primer beso
a una boca comprometida.
Y con los nervios ahogando mis palabras
guardé silencio, era más prudente
fingir ser tonto
que cazador de piernas cortas
a plena luz del día.
Ella no aceptó la sorpresa. Sin menoscabo
rehusó entender que el miedo
es mucho más promiscuo
que los deseos mundanos.
La muchacha con ojos más largos que el día
besó mi noche con la frugalidad
espartana
de quien demanda hacer la guerra
para saciar la sed de paz
en cada célula del cuerpo.

Daniel J. Montoly (República Dominicana, 1968) estudiante de la carrera


de derecho en la Universidad Autónoma de Santo
Domingo (UASD). Fue finalista en el concurso de
poesía Latin Poets for Humanity, ganador del
concurso de poesía de la revista Niedenrgasse y del
"Editor's Choice Award" de The Internacional
Poets Society. Ha publicado en el Primer Volumen
de Colección Sensibilidades (España, Alternativa
Editorial), Maestros desconocidos de la poesía
contemporánea hispanoamericana (USA, Ediciones
El Salvaje Refinado), Antología de jóvenes poetas
latinoamericanos (Uruguay, Abrace Editores) y en
Jóvenes poetas cantan a la paz (Sydney, Australia, Casa Latinoamericana
de la cultura). El Verbo Decenrrejado (Apostrophes Ediciones, Santiago de
Chile) Antología de Nueva Poesía Hispanoamericana (Editorial Lord
Byron, Lima, Perú) y en la antología norteamericana: A Generation
Defining Itself- In Our Onw Words (AMW Enterprises, North Carolina).
Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués, inglés y alemán.
Colabora activamente con diversas publicaciones literarias y dirige el blog
The Wrong Side, dedicado a la difusión de la literatura hispanoamericana.
CARLOS CANA

ULTIMUS ACTUS (CUMPLIENDO CON ASCLEPIO


MÁS TARDE QUE TEMPRANO)

Ea, pues, no te apresures,


que todavía hay tiempo.
Critón

Antes de prender la máquina recordó, súbitamente, el descuido,


y como si se tratase de un ritual antiquísimo murmuró: ―Por fin
podemos pagar tu deuda, maestro‖.

Luego cortó el pescuezo del gallo.

ALFA, OMEGA, Y DESPUÉS

Todos los colonos, los sobrevivientes y sus descendientes,


detuvieron los relojes en la precisa hora en que la Tierra
agonizó.

Desde ese instante un nuevo modo de medir el tiempo se


instaló como norma entre los expedicionarios.

HASTA EL DESPEÑADERO

El día que no pudo más salió corriendo, y nadie,


absolutamente nadie, lo pudo detener.
EN ESTOS TIEMPOS

¡Oh, Demofonte! Busco a mi Filis. Abrazo, como tú, cada


uno de los almendros. Pero oye lo que te digo, caro amigo, en
estos tiempos cosa rara sucede que ninguno florece.

¡OH, CAPRICHO MÍO, CÓMO PESA EL CÍRCULO


TERCERO!

En esta ocasión, cuando quise dar, sin motivo alguno, otra


vuelta por lo ya andado, el poeta que me acompañaba desplazó
con demora la mano cautelosa llena de tierra (no fue tan diestro
como la vez primera). Por eso ahora me devoran los dientes del
Cerbero.

DESPUÉS DE LAS CARAS LINDAS

Busco en esta vellonera, la canción que dio la clave precisa


a San Agustín. La necesito. Me urge entonarla para
comprender…

PANES CALIENTES EN LA MESA

Dos camiones chocaron en el expreso. Uno transportaba


harina. Otro cemento. Y aunque era evidente que el contenido
de los sacos se mezcló, las penurias eran tantas que a la gente
poco le importó.
Sin embargo, aquel gesto masivo, que no sirvió para paliar
el hambre, fue utilizado con éxito durante el periodo
eleccionario. Infinidad de políticos probaron su propia
medicina.

VITAE

Y, muerta ya la muerte, el fallecer se acaba


William Shakespeare, Soneto 146

Después de pasar revista por la historia y contemplar, una


vez más, la cantera de seres valiosos en todas las épocas y
latitudes, se convenció de la impostergable tarea que le
aguardaba.

Sin demora debía de aprender el arte del buen morir. El


tiempo apremiaba.

Carlos Esteban Cana es un escritor y comunicador puertorriqueño.


Actualmente es editor del boletín En las letras, desde
Puerto Rico; que se reproduce en diferentes bitácoras en
el internet. Una muestra de su obra narrativa y poética
se encuentra disponible en publicaciones cibernéticas
como Palabras Malditas, La gaceta literaria
(Argentina), Proyecto Sherezade (Canadá), Arte
poética: antología de poesía universal (El Salvador),
Sequoyah Virtual (Estados Unidos), Redes de Papel
(Argentina), Palabras Diversas (España) y Con voz
propia (Argentina), entre otros.
ANA MARÍA MAYOL

CUERPO TOMADO

Soy mi propio rehén


el pausado veneno del verdugo
el pacto con la muerte
Olga Orozco

Soy mi propio rehén


testigo de lo atroz
protagonista de esta obra mía
Soy cada palabra que no he escrito
cada poema plasmado en los insomnios
cada silencio precipitado hacia el mar
La fuga permanente desde mi misma
Soy mi propio rehén
poblada de desiertos sed y sal
de fachinal grisáceo
de caldenes
y aromos floreciendo
en el patio de la infancia
Soy ese punto ciego en el espacio
que te detiene un segundo
despojo
escombro del olvido
que rescata pasiones
en el fuego
arrebata a la lluvia su murmullo
conozco
la prisión de lo inasible
mi sombra a veces
transmuta golondrina

la obstinada presencia
del amor en los ojos
el roce inconfundible
de una mano en el alma
Me he desterrado a veces
en la tristeza
otras
he caminado hacia mi propio abismo
he muerto en soledad con otras solas
he surcado sus cárceles
sin testigos ni juicios
sorteado emboscadas
que me tendió la muerte
Soy mi propio rehén
llevo este cuerpo tomado por la luna
lleno de noche y sombras
me reconozco en otras
como un espejo
como si yo no fuese
más que el pretexto

Soy mi propio rehén en la memoria

PALABRAS AL VUELO

Tengo pájaros nómades en mi sombra


anidan en las manos de las gentes
me siguen por el dorso de las calles
duermen entre los párpados
en el insomnio beben la noche
desde mis ojos

pájaros
que cantan todas las tristezas del mundo
aman la luna llena hasta la ausencia
cambian soledades por horizontes

trashumantes testigos que migran


en el viento
toman por asalto ciudades
se hacen urbanos entretejiendo sueños

detienen su vuelo en las estatuas


y desnudan escarchas en las mañanas

pájaros
que copulan en mi sombra
paren solitarias palabras
que danzan
entre las piernas de los transeúntes

palabras al vuelo
olvidadas como migas de pan en las aceras
le reinventan aristas a la tarde en el cielo

y cuando menos lo espero


regresan por la cornisa de un poema

Tengo pájaros nómades en mi sombra


BIOGRAFÍA

Hubo un antes incierto


una historia de ceguera
negando imágenes
un último jardín colgado en la montaña
pálido desteñido por el invierno

una bandurria eternizada en imagen


mirando el horizonte
desorientada
parada en frágil equilibrio
sobre los cables de la calle

Hubo inviernos de escarcha


partiendo en pedazos mi helado rostro
y un corazón latiendo
disociado
como la imagen de un calidoscopio

hubo tanto para dejar en el camino


tanta tiniebla grito
tanto dolor sellado por el tiempo
que ahora vuelvo
desde los otros rostros que me miran

desde mi biografía de silencios


a mis lugares comunes y perpetuos

vuelvo
para nacerme en versos
PROFUNDO

Cavo profundo
hasta útero mismo de la tierra
busco el rumbo
el sur es mi destino
donde siempre naufrago
y me regresa el mar

Profundo cavo
hallo mis otras que ya fueron
las que vendrán aguardan con mis ojos

busco en mi laberinto
el espejo trizado con mis rostros
la dimensión de todas las cosas y las horas

el tiempo es otra excusa


para hallar las certezas de quien somos

busco tu aliento
tu olor de animal en celo debajo de la piel
el rastro entre las uñas de la ausencia
los adioses

cavo hacia adentro


profundo cavo

busco el origen la mujer el todo

la nada y el vacío vendrán después


a despertar mi sueño
a soñarte
busco los pájaros
los primeros pájaros
que me hallaron y hallé tras las palabras

profundo
profundo cavo sobre el silencio

vuelven los ecos que planté en semillas

el rostro de la muerte se ve tan lejos

Ana María Mayol nace en la Pampa Argentina en 1953. Escritora y


profesora de Historia y Geografía. Actualmente
reside en San Martín de los Andes. Ha publicado en
colecciones antológicas de Uruguay, Perú, Puerto
Rico y Eduador. Ha publicado Riconto (2000),
Ventanas rotas (2004), Poemas pájaros (2006), De
mares y de sombras (en colaboración con José
Maldonado Beltrán, 2006) y Por eso las estrellas
por Puertopalo (2009).
IRENE M. MARTÍNEZ

ARTE DIGITAL

Lizard
Torre Eiffel

Restaurant #777
Tucán

Irene M. Martínez es una artista puertorriqueña de doce años. A


los diez años ilustró la portada de la revista
académica Luciérnaga de la Universidad de Puerto
Rico en Aguadilla.
TERE DÁVILA
Es escritora y publicista. Sus publicaciones incluyen: el libro de ficción
breve El fondillo maravilloso y otros efectos
especiales (Terranova, 2009); los libros de
fotografía y ensayo Fiesta en Puerto Rico y
Manos del pueblo (Gabriel Press, 2002 y 2007) y
La Oreja Sebastián (2004), un cuento infantil. Es
finalista del Primer Concurso Internacional del
Cuento Breve del Salón del Libro
Hispanoamericano, Cuidad de México. Sus
cuentos aparecen en las revistas cibernéticas
Destiempos y Letralia (2008), las revistas
literarias El morajú (2005) y Alternativo (2010) y
las antologías Voces con Vida (2009) y Cuentos
de once gavetas (2010). Tere tiene un grado de bachillerato en literatura e
historia del arte de la Universidad de Harvard. Al presente, trabaja en su
primera novela y en un segundo libro de cuentos para su tesis de maestría
en creación literaria.
ROLANDO REVAGLIATTI

MAYO DE 1989 O EL HUMO


No los necesita
ni desde
la perspectiva
de una fiesta
los necesita

No los necesita
cuando asoma
en esa fiesta
un aeroplano
los necesita

No los necesita
si cumple
desplegándose
en la fiesta
los necesita

No los necesita
nunca
a maulas
ni a condescendientes vestidos de fiesta
los necesita
No los necesita
aunque cuadre preguntarse
si por el grado de milagro de esas moscas
matadas unas y otras arribadas en plena fiesta
los necesita.
HOPPER

En las noches
se han refugiado

Dentro
de las mañanas de domingo que caben
en este libro

un pintor
y su aldea.

POEMAS JOVIALES

Por lo que me aman todas tanto a mí


he sufrido de jovencito por aturullado
sin respetar mis tiempos de goce estético
y aunque no incurrí en adocenamiento
y venta de fiambre al público
el alma se me percudía

Ahora sé lo qué hacer


con las que me aman tanto
las tengo a raya, las persuado
transformándolas en más y más versos
a veces, con rima

Por lo que me aman todas tanto a mí


es por la concepción

Y el goce.
LAS SIMIAS

Fueron todas esas


veces, presentidas, luego
confirmadas

Elegidas las tardes, tarde


para presentir, para
confirmar

Y aún
no
se sabía

Se fue sabiendo cómo


entrar en posesión
defendiéndose

definiéndose.

NOCHE DE LAS COSAS,


MITAD DEL MUNDO

Vendrán días de turbulencia


refugiada en mis álbumes
fotográficos
y en esas otras cosas que prosiguen
en las avenidas

Vendrán días de itinerarios


pergeñados por mis amigos
en postas donde corrigen
sus más arduos secretos
hasta trocarlos
en ventiladas emergencias
Vendrán días de preguntones
profesionales imantados por mi crudeza
los que conmigo subirán
desaprovechándome
interminables escaleras
atestándome con la especie de miel
de sus obviedades
y sólo para perdurar a través
de los micrófonos empalagados
y en sus filmaciones

Vendrán días de enfermarse en alta mar


líricamente
o en una prosa chicha
sitiados por la redundancia
de los siguientes días

que vendrán.

CABARUTE MR. ED

El cascabel al gato se lo puso


y también a un caballo
Empezando por ahí

Acosó al Abstinente porque no dudó


de que no le era indiferente
Acusó a la Patrona de los Impuestos
al valor y al honor agregados
Siguiendo por allí

¡Huevazos al Ministro del Interior de Sí Mismo!


resonó, concluyendo
el mal (o buen) uso de los huevos.

Rolando Revagliatti nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires, ciudad en


la que reside, la Argentina. Ha publicado en
soporte papel (entre 1988 y 2009): Obras
completas en verso hasta acá, De mi mayor
estigma (si mal no me equivoco):, Trompifai,
Fundido encadenado, Picado contrapicado,
Tomavistas, Propaga, Ardua, Pictórica, Desecho
e izquierdo, Sopita, Leo y escribo, Del franelero
popular, Ripio, Corona de calor (poesía); Las
piezas de un teatro (dramaturgia); Historietas del
amor, Muestra en prosa (cuentos y relatos); El
Revagliastés (antología poética personal), Revagliatti – Antología Poética
(con selección y prólogo de Eduardo Dalter). Excepto Historietas del amor,
cuentan, además, con ediciones electrónicas, así como también sus cuatro
poemarios inéditos en soporte papel: “Ojalá que te pise un tranvía
llamado Deseo”, “Infamélica” , “Viene junto con” y “Habría de abrir”,
disponibles gratuitamente para su lectura o impresión en
http://www.revagliatti.net.
EMMANUEL LEVINAS

ARTE Y CRÍTICA

Por lo general, admitimos como dogma que la función del


arte consiste en expresar, y que la expresión artística descansa
sobre una certidumbre. Ya sea el pintor o el músico, el artista
dice. Dice lo inefable. La obra prolonga y rebasa la percepción
vulgar. Lo que la segunda vuelve trivial y deja de lado, la
primera, coincidiendo con la intuición metafísica, lo capta en su
esencia irreductible. Ahí donde el lenguaje común abdica, el
poema o el cuadro hablan. Así, la obra, más real que la realidad,
consuma la dignidad de la imaginación artística que se erige en
saber de lo absoluto. Incluso descalificado como canon estético,
el realismo conserva todo su prestigio. De hecho sólo lo
negamos en nombre de un realismo superior: el surrealismo es
un superlativo.

La propia crítica profesa este dogma. Entra en el juego del


artista con toda la seriedad de la ciencia. A través de las obras,
estudia la psicología, los caracteres, los medios, los paisajes.
Como si en el evento estético, un objeto fuese liberado por la
curiosidad del investigador, el microscopio –o el telescopio– de
la visión artística.

Al lado del arte difícil, la crítica parece llevar una existencia


parasitaria. Un fondo de realidad, inaccesible a la inteligencia
conceptual, se vuelve su presa. O bien la crítica sustituye al arte.
¿Acaso interpretar a Mallarmé no es traicionarlo? ¿Acaso
interpretarlo fielmente no es suprimirlo? Decir con claridad lo
que él dice oscuramente es revelar la vanidad de su hablar
oscuro.

La crítica como función distinta de la vida literaria, la


crítica experta y profesional, ya sea como artículo de periódico,
de revista o como libro, puede parecer sospechosa y desprovista
de razón de ser. Pero tiene su fuga en el espíritu del escucha, del
espectador, del lector. La crítica como el comportamiento mismo
del público. No satisfecho con dejarse absorber por el goce
estético, el público siente una necesidad irresistible de hablar.

Que el público tenga algo que decir, cuando el artista se


niega a decir de la obra otra cosa más que la obra misma –que
no podamos contemplar en silencio–, justifica la crítica.
Podemos definirlo así: el hombre que tiene algo que decir
cuando todo ha sido dicho, ¿qué otra cosa puede decir de la obra
más que la obra misma?

De ahí que tengamos el derecho de preguntarnos si


verdaderamente el artista conoce y habla. En un prefacio o en
un manifiesto –sin duda; pero entonces, él mismo es el público.
Si el arte no fuese originalmente ni lenguaje ni conocimiento –
si se situara fuera del ―ser en el mundo‖, coextensivo a la
verdad– la crítica se vería rehabilitada. Marcaría la intervención
necesaria de la inteligencia para integrar a la vida humana y al
espíritu la inhumanidad y la inflexión del arte.

Tal vez la tendencia a captar el fenómeno estético en la


literatura –allí donde la palabra es la materia del artista– explica
el dogma contemporáneo del conocimiento por el arte. No
siempre ponemos atención en la transformación que sufre la
palabra en la literatura. El arte-palabra, el arte-conocimiento,
trae consigo el problema del arte comprometido (engagé), que se
confunde con el de la literatura comprometida.

Subestimamos el terminado (el acabado), sello indeleble


de la producción artística, por medio del cual la obra queda
esencialmente liberada (degagée); el instante supremo cuando se
da la última pincelada, cuando no hay una palabra mas que
agregar al texto, cuando no hay una sola palabra que quitar, y
por lo cual una obra es clásica. Acabamiento distinto de la
interrupción pura y simple que limita al lenguaje, a las obras de
la naturaleza y de la industria. Aun más, podríamos
preguntarnos si no deberíamos reconocer un elemento de arte
en la obra artesanal, en toda obra humana, ya sea comercial o
diplomática, en la medida en que además de la adaptación a su
objetivo, presenta el testimonio de un acuerdo con un no se qué
extrínseco del curso de las cosas, y que la pone fuera del
mundo, como el pasado para siempre cumplido de las ruinas,
como la inasible extrañeza de lo exótico. El artista se detiene
porque la obra se rehúsa a recibir algo más; parece saturada. La
obra se termina a pesar de las causas –sociales o materiales– que
la interrumpen. Ésta no se da como el comienzo de un diálogo.

Este acabamiento no justifica necesariamente la estética


académica del arte por el arte. Falsa formula, en la medida en
que sitúa el arte por encima de la realidad y no le reconoce
ningún dominio; fórmula inmoral en la medida en que libera al
artista de sus obligaciones como ciudadano y le asegura una
pretenciosa y fácil nobleza. La obra no tendría nada que ver con
el arte, si no tuviera una estructura formal de terminado
(achèvement); si por ahí, al menos, no estuviese liberada
(dégagée). Basta con ponernos de acuerdo sobre el valor de está
liberación (dégagement) y sobre su significado. ¿El liberarse del
mundo es acaso un ir más allá, hacia la región de las ideas
platónicas, hacia lo eterno que domina al mundo?

¿No podemos hablar de una liberación hacia un más acá,


de una interrupción del tiempo por un movimiento que está por
encima del tiempo, en sus ―intersticios‖?

Ir más allá es comunicar con las ideas, comprender. ¿Acaso


la función del arte no consiste en no comprender? ¿Acaso la
oscuridad misma no le proporciona su elemento mismo y un
terminado sui generis, exterior a la dialéctica y a la vida de las
ideas?

¿Se puede afirmar entonces que el artista conoce y expresa


la oscuridad misma de lo real? Esto plantea una pregunta más
general en la cual todo propósito sobre el arte queda
subordinado: ¿en qué consiste la non-vérité (no verdad) del ser?;
¿se define ésta siempre en relación a la verdad, como un residuo
del comprender?

El comercio con lo oscuro, como evento ontológico


completamente independiente, ¿acaso no describe categorías
irreductibles a las del conocimiento? Si tan sólo pudiéramos
mostrar en eleartee estee acontecimiento. eÉste no conocee une
tipo particular de realidad –la elige en relación con el
conocimiento. Es el acontecimiento mismo del oscurecimiento,
una caída de la noche, una invasión de la sombra. Por decirlo en
términos teológicos que permitan delimitar –aunque sea
groseramente– las ideas en relación a las concepciones comunes:
el arte, no pertenece al orden de la revelación. Pero tampoco al
de la creación, donde el movimiento continúa en un sentido
exactamente inverso.
LO IMAGINARIO, LO SENSIBLE, LO MUSICAL

El procedimiento más elemental del arte consiste en


sustituir al objeto por su imagen. Imagen que no es concepto. El
concepto es el objeto captado del objeto, el objeto inteligible.
Por la acción mantenemos con el objeto real una relación viva,
lo captamos, lo concebimos. La imagen neutraliza esta relación
real, esta concepción original del acto. El famoso desapego de la
visión artística –en el cual– se detiene el análisis actual de la
estética –significa antes que nada una ceguera con respecto a los
conceptos.

El desapego del artista apenas amerita este título. Excluye


precisamente la libertad que la noción de desapego implica.
Hablando rigurosamente, excluye el sometimiento que supone
la libertad. La imagen no engendra como el conocimiento
científico y como la verdad; una concepción –no conlleva el
laisser être (dejar ser), el ―Sein-lassen‖ de Heidegger, donde se
lleva a cabo la transformación de la objetividad en poder. La
imagen marca una influencia sobre nosotros, más que sobre
nuestra iniciativa: una pasividad innata. Poseído, inspirado, el
artista, dicen, escucha una musa. La imagen es musical.
Pasividad que es directamente visible en la magia del canto, de
la música, de la poesía. La estructura excepcional de la
estructura estética trae consigo este singular término de magia,
que nos permite precisar y concretar la noción un poco
desgastada de pasividad.

La idea de ritmo, que la crítica de arte invoca tan


frecuentemente, aunque dejándola en estado de una vaga
noción sugestiva y ―passe-partout‖, indica la manera en que el
orden poético, mas que una ley inherente a de este orden, nos
afecta. De la realidad se desprenden conjuntos cerrados donde
los elementos se nominan mutuamente como sílabas de un
verso, pero que sólo se llaman entre si cuando se nos imponen.
Pero se nos imponen sin que los asumamos. O más bien es
nuestro consentimiento de ellos el que se transforma en
participación. Entran en nosotros o nosotros entramos en ellos,
poco importa. El ritmo representa la situación única donde
podemos hablar de consentimiento, de asunción, de iniciativa,
de libertad –porque el sujeto es sorprendido y llevado. Toma
parte de su propia representación. Pero no a pesar suyo, porque
en el ritmo desaparece el uno mismo: como un paso del si
mismo al anonimato. Esto es el embrujamiento o el
encantamiento de la poesía y de la música. Un modo de ser al
que no se aplica ni la forma del conciente, puesto que el yo se
despoja de su prerrogativa de asunción, de su poder, ni la forma
del inconsciente, porque toda la situación y todas sus
articulaciones están presentes en una oscura claridad. Sueño
despierto.

Ni la costumbre, ni el reflejo, ni el instinto se mantienen


en esta claridad. El particular automatismo del andar o de la
danza al son de la música es un modo de ser donde nada es
inconsciente, pero donde la conciencia, paralizada en su
libertad, juega, absorbida por completo en ese juego. Escuchar
la música es, en un sentido, contenerse de bailar o andar. El
movimiento, el gesto, importan poco. Sería más justo hablar de
interés que de desapego a propósito de la imagen. Ésta es
interesante, sin ningún espíritu de utilidad, en el sentido de
―entraînante‖ (arrastrar). En el sentido etimológico: estar entre
las cosas que, por lo tanto, no tendrían que tener más que rango
de objetos. ―Entre las cosas‖, distinto del ―estar en el mundo‖
heideggeriano, constituye lo patético del mundo imaginario del
sueño: el sujeto está entre las cosas, no solamente en su
profundidad de ser, exigiendo un ―aquí‖, un ―algún lugar‖ y
conservando su libertad. Está entre las cosas, como cosa,
participando del espectáculo, exterior a él, de una exterioridad
que no es la de un cuerpo, ya que el dolor de ese yo-actor, ese
yo-espectáculo lo resiente sin que sea por compasión. En verdad
exterioridad de lo íntimo.

Es sorprendente que el análisis fenomenológico no haya


buscado sacar partido de esta paradoja fundamental del ritmo y
del sueño, que describe una esfera situada fuera del consciente
y del inconsciente, y donde la etnografía ha puesto en evidencia
su rol en todos los ritos extáticos; y es sorprendente que nos
hayamos quedado en las metáforas de los fenómenos ―ideo-
motores‖ y en el estudio de la prolongación de las sensaciones
en acciones. Acaso pensando en esta inversión del poder en
participación es cómo podemos, nosotros, utilizar aquí los
términos de ritmo y de lo musical.

Es preciso entonces separarlos de las artes sonoras donde


se les considera exclusivamente, y ubicarlos en una categoría
estética general. El lugar privilegiado del ritmo se encuentra,
ciertamente, en la música, ya que el elemento del músico lleva a
cabo, en la pureza, la desconceptualización de la realidad. El
sonido es la cualidad más separada del objeto. Su relación con
la sustancia de la cual emana no se inscribe en su cualidad.
Resuena impersonalmente. Su mismo timbre, huella de su
pertenencia al objeto, se pierde en su cualidad sin conservar su
estructura de relación. También al escuchar acaso no captamos
un ―quelque chose‖, pero nos hallamos sin conceptos: la
musicalidad pertenece naturalmente al sonido. Y, en efecto,
entre todas las clases de imágenes que la psicología tradicional
distingue, la imagen del sonido es la que más se asemeja al
sonido real. Insistir en la musicalidad de toda imagen es ver en
la imagen su indiferencia respecto al objeto, su independencia
respecto a la categoría de sustancia que el análisis de nuestros
manuales atribuye a la sensación pura, todavía no convertida en
percepción –a la sensación adjetivo– y que, para la psicología
empírica, queda como un caso limite, como un dato puramente
hipotético.

Todo sucede como si la sensación, de toda concepción, esta


famosa sensación inasible para la introspección, apareciera con
la imagen. La sensación no es un residuo de la percepción, sino
una función propia: la influencia que la imagen ejerce sobre
nosotros –una función de ritmo–. El-ser-en-el-mundo, como se
dice hoy en día, es una existencia con conceptos. La sensibilidad
se plantea como un evento ontológico distinto, pero solo se
cumple en la imaginación.

Si el arte consiste en sustituir la imagen por el ser –el


elemento estético es, conforme a su etimología, la sensación. El
conjunto de nuestro mundo, con su conformación elemental e
intelectualmente elaborada, nos puede tocar musicalmente,
volverse imagen. Por eso, el arte clásico vinculado al objeto,
todos esos cuadros, todas esas estatuas representando quelque
chose, todos esos poemas que reconocen la sintaxis y la
puntuación, no se conforman menos a la esencia verdadera del
arte que las obras modernas que se pretenden música pura,
pintura pura, poesía pura, con el pretexto de expulsar los
objetos del mundo de los sonidos, de los colores, de las palabras
donde estas nos introducen; bajo pretexto de romper la
representación. El objeto representado se convierte, por el
simple hecho de volverse imagen, en no-objeto; la imagen como
tal, entra en categorías originales que quisiéramos exponer
aquí. La desencarnación de la realidad por la imagen no
equivale a una simple disminución de grado. Se desprende de
una dimensión ontológica que no se extiende entre nosotros y
una realidad por aferrar, sino ahí donde el comercio con la
realidad es un ritmo.

PARECIDO E IMAGEN

La fenomenología de la imagen insiste en su transparencia.


La intención del que contempla la imagen ha de ir directamente
a través de la imagen, como a través de una ventana al mundo
que ésta representa, pero enfocando un objeto. Por otro lado,
nada más misterioso que el término ―mundo que ésta
representa‖ –ya que la representación no expresa precisamente
más que la función de la imagen que aún está por determinar.

Teoría de la transparencia establecida como reacción contra


la teoría de la imagen mental –cuadro interior– que dejaría en
nosotros la percepción del objeto. Nuestra mirada en la
imaginación se dirige entonces, siempre al exterior, pero la
imaginación modifica o neutraliza esa mirada: en cierta manera
el mundo real aparece entre paréntesis o entre comillas. El
problema consiste en concretar el sentido de estos
procedimientos de escritura. El mundo imaginario se
presentaría como irreal –¿pero acaso podemos decir algo más de
esta irrealidad?

¿En qué la imagen difiere del símbolo, del signo o de la


palabra? En la manera misma en que esta se refiere a su objeto:
por el parecido. Esto supone una interrupción del pensamiento
sobre la misma imagen y, por consiguiente, una cierta opacidad
de la imagen. El signo es transparencia pura, no cuenta de
ningún modo por sí mismo. ¿Entonces hay que volver a la
imagen como realidad independiente que se parece al original?
No, pero a condición de plantear el parecido no como el
resultado de una comparación entre la imagen y el original, sino
como el movimiento mismo que engendra a la imagen. La
realidad no solo sería lo que es, lo que se revela en la verdad,
sino también su doble, su sombra, su imagen.

El ser no solamente es él mismo, se escapa. He aquí una


persona que es quien es; pero no nos hace olvidar, ni absorbe,
ni recubre enteramente los objetos que toma ni la manera en
que los toma, sus gestos, sus miembros, su mirada, su
pensamiento, su piel, que se escapan bajo la identidad de su
sustancia, incapaz de contenerlos como un saco agujerado. Y es
así como la persona lleva en su rostro, al lado de su ser con
quien coincide, su propia caricatura, su aspecto pintoresco. Lo
pintoresco es siempre ligeramente caricatura. He aquí algo
familiar, cotidiano, adaptado perfectamente a la mano que tiene
ya la costumbre – pero sus cualidades, su color, su forma, su
posición permanecen a la vez como detrás de su ser. Como
―nippes‖ (vestigios) de un alma que se ha retirado de esta cosa,
como una ―naturaleza muerta‖. Y sin embargo todo eso es la
persona, la cosa. Hay, pues, en esta persona, en esta cosa una
dualidad; una dualidad en su ser. Es quien es y a la vez es
extraña a si misma y hay una relación entre esos dos momentos.
Diríamos que la cosa es ella misma y es su imagen. Y esa
relación entre la cosa y su imagen es el parecido.

La situación semeja a lo que sucede en la fábula. Los


animales que figuran hombres le dan a la fábula su propio
color, porque son vistos como esos animales y no solamente a
través de esos animales; ya que los animales detienen y llenan
el pensamiento. Ahí está todo el poder de la alegoría, toda su
originalidad. La alegoría no es un simple auxiliar del
pensamiento, una manera de volver concreta y popular una
abstracción para espíritus infantiles, el símbolo del pobre. Es un
comercio ambiguo con la realidad, en la que ésta no se refiere a
sí misma, sino, a su reflejo, a su sombra. La alegoría representa
por consiguiente, lo que en el objeto mismo lo duplica.

Podemos decir que la imagen es la alegoría del ser.

El ser es lo que es, lo que se revela en su verdad y a la vez


tiene parecido; es su propia imagen. El original se da como si
estuviese a distancia de sí mismo, como si se retirase, como si
algo en el ser se retrasara en el ser. La conciencia de ausencia
del objeto que caracteriza a la imagen, no equivale, como lo
quiere Husserl, a una simple neutralización de la tesis, sino a
una alteración del ser mismo del objeto, una alteración a tal
punto, que sus formas esenciales aparecen como un atavío que
abandona al retirarse. Contemplar una imagen es contemplar un
cuadro. Es a partir de la fenomenología del cuadro que tenemos
que comprender la imagen y no a la inversa.

El cuadro tiene, en la visión del objeto representado, un


espesor propio: es al mismo tiempo objeto de la mirada. La
conciencia de la representación consiste en saber que el objeto
no está ahí. Los elementos percibidos no son el objeto, sino
como sus ―nippes‖, manchas de color, pedazos de mármol o de
bronce. Estos elementos no funcionan como símbolos y, en
ausencia del objeto, no forzan su presencia, sino que, por su
presencia insisten en su ausencia. Ocupan completamente su
lugar marcando su alejamiento, como si el objeto representado
muriese, se degradase, se desencarnara en su propio reflejo. El
cuadro no nos conduce pues más allá de la realidad dada, sino,
en cierta manera a un más acá. Es un símbolo a contracorriente.
Libera al poeta o al pintor que ha descubierto el ―misterio‖ y la
―extrañeza‖ del mundo que habita todos los días de creer que
ha rebasado la realidad. El misterio del ser no es su mito. El
artista se mueve en un universo que precede –ya diremos más
adelante en qué sentido– al mundo de la creación, en un
universo que el artista ya ha rebasado en su pensamiento y sus
actos cotidianos.

La idea de sombra o reflejo a la cual aludimos –un doble


esencial de la realidad por su imagen, de una ambigüedad ―más
acá‖– se extiende hacia la luz misma, al pensamiento, a la vida
interior. La realidad en su totalidad presenta en sus aspectos su
propia alegoría fuera de su revelación y de su verdad. Al
utilizar la imagen el arte no solo refleja, sino que lleva a cabo
esta alegoría. A través de él la alegoría se introduce en el
mundo, así como por el conocimiento se cumple la verdad. Dos
posibilidades contemporáneas del ser. Al lado de la
simultaneidad de la idea y del alma –es decir, del ser y su
revelación– que enseña el Phedon, hay simultaneidad del ser y
su reflejo. Lo absoluto, a la vez, se revela a la razón y se presta a
una especie de erosión exterior a toda causalidad. La no-verdad
no es un residuo oscuro del ser, sino su carácter sensible a
través del cual, hay en el mundo parecido e imagen. A partir del
parecido, el mundo platónico del futuro, es un mundo menor,
solamente de apariencias. Como dialéctica del ser y la nada,
aparece felizmente, desde el Parménide, el porvenir en el
mundo de las ideas. Es en calidad de imitación que la
participación engendra sombras y decide sobre la participación
de las ideas, de unas a otras, revelándose a la inteligencia. La
discusión sobre la primacía del arte o de la naturaleza ¿imita el
arte a la naturaleza o la belleza natural imita al arte? –desconoce
la simultaneidad de la verdad y de la imagen.

La noción de sombra permite, pues, situar en la economía


general del ser la del parecido. El parecido no es la participación
del ser en una idea –donde, por otra parte el antiguo argumento
del tercer hombre muestra su inanidad–, es la estructura misma
de lo sensible como tal. Lo sensible es el ser en la medida en
que se parece, por eso, fuera de su obra triunfal de ser, hecha
una sombra; libera esta esencia oscura e inasible, esta esencia
fantasmal que nada permite identificar con la esencia revelada
en la verdad. No hay primero imagen –visión neutralizada del
objeto– que después difiera del signo y del símbolo por su
parecido con el original: La neutralización de la posición en la
imagen es precisamente este parecido.

La trascendencia de la que habla Jean Wahl, separada de la


significación ética que esta implica en él, tomada en un sentido
rigurosamente ontológico, puede caracterizar este fenómeno de
degradación o de erosión de lo absoluto que hemos encontrado
en la imagen y en el parecido

EL ENTRETIEMPO

Decir que la imagen es una sombra del ser, solo sería una
metáfora si no mostráramos donde se sitúa el más-acá del que
hablamos. Hablar de inercia o de muerte no nos permitiría
avanzar mucho, primero sería necesario hablar de la
significación ontológica de la materialidad misma.

Hemos contemplado la imagen como la caricatura, la


alegoría o lo pintoresco que la realidad lleva sobre su propia
cara. Toda la obra de Giraudoux cumple esta puesta en
imágenes de la realidad con un espíritu de continuidad que no
ha sido apreciado, a pesar del justo valor de la fama de
Giraudoux. Hasta entonces parecíamos basar nuestra
concepción en una falla del ser, entre él y su esencia, que no
ceñida a él, lo esconde y lo traiciona. Lo cual, en realidad no
permite más que aproximarnos al fenómeno que nos preocupa.
El llamado arte clásico –el arte de la antigüedad y sus
imitadores– el arte de las formas ideales –corrige la caricatura
del ser– la nariz ―camus‖, el gesto sin soltura. La belleza es el
ser disimulando su caricatura, tapando o absorbiendo su
sombra. ¿Acaso la absorbe por completo? No se trata de
preguntarse si las formas perfectas del arte griego pudiesen ser
aún más perfectas, ni si se ven perfectas en todas las latitudes.
La caricatura insuperable de la imagen, la más perfecta, se
manifiesta en la estupidez del ídolo. La imagen como ídolo nos
lleva a la significación ontológica de su irrealidad. Esta vez, la
obra de ser ella misma, el existir mismo del ser se duplica en un
simulacro de existir.

Decir que la imagen es ídolo es afirmar que finalmente


toda imagen es plástica y que toda obra de arte es, a final de
cuentas, estatua: una interrupción del tiempo o más bien un
retraso sobre sí mismo. Pero resulta importante mostrar en qué
sentido se interrumpe o retrasa y en qué sentido el existir de la
estatua es un simulacro del existir del ser.
La estatua lleva a cabo la paradoja de la duración de un instante
sin futuro. El instante no es en realidad su duración. Aquí no
está dado como el elemento infinitesimal de la duración –
instante de un rayo–; tiene, a su manera, una duración casi
eterna. No sólo pensamos en la duración de la obra en tanto que
objeto, la permanencia de los escritos en las bibliotecas y de las
estatuas en los museos. Al interior de la vida o, mejor dicho, de
la muerte de la estatua, el instante dura infinitamente:
―Laocoon‖ será atrapado eternamente en el abrazo de las
serpientes, eternamente la Gioconda sonreirá. Eternamente el
porvenir que se anuncia en los músculos tensos de ―Laocoon‖
nunca se volverá presente. Eternamente la sonrisa de la
Gioconda a punto de abrirse no se abrirá. Un futuro
eternamente suspendido flota alrededor de la posición fija de la
estatua, como un futuro para siempre futuro. La inminencia del
futuro dura frente a un instante privado de la característica
esencial del presente que es su evanescencia. No habrá
cumplido nunca su tarea de presente, como si la realidad se
retirara de su propia realidad, dejándola sin poder. Situación en
la que el presente no puede asumir nada, no puede tomar nada
para sí –y, por lo tanto, es instante impersonal y anónimo.

El instante inmóvil de la estatua cobra toda la agudeza de


su no-indiferencia en relación con la duración. Éste no es
cuestión de eternidad. Pero tampoco es como si el artista no
hubiese podido darle vida. Solamente la vida de la obra no
rebasa el límite del instante. La obra no se logra –es mala–
cuando no tiene esta aspiración a la vida que conmovió a
Pigmaleón. Pero esto es sólo una aspiración. El artista le dio a la
estatua una vida sin vida. Una vida irrisoria que no es dueña de
sí misma, una caricatura de vida. Una presencia que no se
recubre ella misma, pero que desborda por todas partes, que no
logra tener en sus manos los hilos de la marioneta que es.
Podemos fijar nuestra atención sobre lo que hay de marioneta
en los personajes de una tragedia y reír en el teatro de la
Comedie-Française. Toda imagen es una caricatura. Esta
caricatura tiende a lo trágico. Ciertamente le corresponde al
hombre ser poeta cómico y poeta trágico: ambigüedad que
constituye la magia particular de los poetas como Gogol,
Dickens, Tchekhov, –y Moliere y Cervantes y por encima de
todos Shakespeare–.

Este presente incapaz de forzar el futuro es el destino


mismo, ese destino refractario a la voluntad de dioses paganos,
más fuerte que la necesidad racional de las leyes naturales. El
destino no apunta hacia la necesidad universal. Necesidad de
un ser libre, giro de la libertad en necesidad; su simultaneidad
es una libertad que se descubre prisionera –el destino no
encuentra lugar en la vida–. El conflicto entre libertad y
necesidad en la acción humana aparece con la reflexión: cuando
la acción ya se hunde en el pasado, el hombre descubre los
motivos que la hicieron necesaria. Pero una antinomia no es una
tragedia. En el instante de la estatua –en su futuro eternamente
suspendido– lo trágico –simultaneidad de la necesidad y la
libertad– puede cumplirse: el poder de la libertad se fija en una
impotencia. Ahí todavía conviene acercar el arte y el sueño: el
instante de la estatua es una pesadilla. No es que el artista
represente seres agobiados por el destino, los seres entran en su
destino porque son representados. Se encierran en su destino –
esto es precisamente la obra de arte, acontecimiento del
oscurecimiento del ser, paralelo a su revelación, paralelo a su
verdad–. No porque la obra de arte reproduzca un tiempo
parado: en la economía general del ser, el arte es el movimiento
de la caída más acá del tiempo, en el destino. La novela no es,
como lo piensa M. Pouillon, una manera de reproducir el
tiempo –tiene su propio tiempo– es una manera única en la que
el tiempo se temporaliza.

Desde entonces, comprendemos que el tiempo


aparentemente introducido en la imagen por las artes no
plásticas, como la música, la literatura, el teatro y el cine, no
quebranta la fijación de la imagen. Que los personajes en el
libro estén condenados a la repetición de los mismos actos y los
mismos pensamientos no es simplemente realzar el hecho
contingente del relato, exterior a esos personajes. Pueden ser
narrados puesto que su ser se parece, se duplica y se inmoviliza.
Fijación completamente diferente del concepto, el cual inicia la
vida, ofrece la realidad a nuestros poderes, a la verdad, abre una
dialéctica. Por su reflejo en el relato, el ser tiene una fijación no
dialéctica, detiene la dialéctica y el tiempo.
Los personajes de la novela –seres encerrados, prisioneros.
Su historia no termina nunca, persiste siempre, pero nunca
avanza. La novela encierra a los seres en un destino a pesar de
su libertad. Como si saliera de un libro la vida solicita al
novelista cuando se le aparece. Un no se qué determinado surge
en ésta, como si una continuidad de hechos se inmovilizaran y
formaran una serie. Son descritos entre dos momentos bien
determinados, el espacio de un tiempo donde la existencia
atravesó un túnel. Los acontecimientos narrados forman una
situación– se asemejan a un ideal plástico. El mito –es eso: la
plasticidad de una historia. Lo que llamamos la elección del
artista, traduce la selección natural de hechos y trazos que se
fijan en un ritmo, transforma el tiempo en imagen.

Este resultado plástico de la obra literaria ha sido anotado


por Proust en una página particularmente admirable de La
Prisionera. Hablando de Dostoïevski no retiene ni las ideas
religiosas, ni la metafísica, ni la psicología, sino algunos
perfiles de las jovencitas, algunas imágenes: la casa del crimen
con su escalera y su dvornik de Crimen y Castigo, la silueta de
Grouchenka de los Hermanos Karamazov. Podríamos pensar
que el elemento plástico de la realidad es, al final de cuentas, el
objetivo mismo de la novela psicológica.

Se habla mucho de atmósfera a propósito de la novela. La


crítica adopta fácilmente este lenguaje meteorológico. Se
considera la introspección como el procedimiento fundamental
del novelista, y se piensa que las cosas y la naturaleza, sólo
pueden entrar en un libro envueltas de una atmósfera
compuesta de emanaciones humanas. Al contrario, nosotros
pensamos que una visión exterior –de una exterioridad total
como la que hemos descrito más arriba a propósito del ritmo,
donde el sujeto es exterior a sí mismo– es la verdadera razón del
novelista. La atmósfera –es la oscuridad misma de la imagen. La
poesía de Dickens –ciertamente psicólogo elemental–, la
atmósfera de esos internados empolvados, la luz pálida de las
oficinas de Londres con sus pasantes, las tiendas de los
anticuarios, las figuras mismas de un Nickleby o de un Scrooge,
sólo aparecen en una visión exterior erigida en método. No hay
otra posibilidad. El novelista psicológico ve su vida interior
desde fuera, no forzosamente a través de los ojos de otro, sino
en la manera como participamos en un ritmo o un sueño. Todo
el poder de la novela contemporánea, su arte de magia, consiste,
tal vez, en esta manera de ver del exterior la interioridad, que no
coincide para nada con los procedimientos del ―behaviourism‖.

Después de Bergson nos hemos acostumbrado a


plantearnos la continuidad del tiempo como la esencia misma
de la duración. La enseñanza cartesiana de la discontinuidad de
la duración pasa, cuando mucho, por la ilusión de un tiempo
sujeto a su trazo espacial, origen de falsos problemas para
inteligencias incapaces de pensar la duración. Lo aceptamos
como un truismo, una metáfora, acaso eminentemente espacial,
de corte en la duración, una metáfora fotográfica de la
instantánea del movimiento.

Por el contrario, nos hemos vuelto sensibles a la paradoja


misma que el instante pueda detenerse. El hecho de que la
humanidad haya podido darse un arte revela, en el tiempo, la
incertidumbre de su continuidad, y como una muerte
duplicando el impulso de la vida –la petrificación del instante
al interior de la duración –castigo de ―Niobé‖– la inseguridad
del ser presentando el destino, la gran obsesión del mundo del
artista, del mundo pagano, Zenón, cruel Zenón... Esta flecha...
Hasta aquí el problema límite del arte. Ese presentimiento del
destino en la muerte subsiste, así como el paganismo subsiste.
Ciertamente, basta con dar una duración constituida para
quitarle a la muerte el poder de interrumpir. Entonces, ésta es
rebasada. Ubicarla en el tiempo es precisamente rebasarla –es
encontrarse ya del otro lado del abismo, tenerla tras uno. La
muerte-nada es la muerte del otro, la muerte para el
sobreviviente. El tiempo mismo del ―morir‖ no puede otorgar el
otro lado de la orilla. Lo que este instante tiene de único y
desgarrador se debe al hecho de nunca poder pasar. En el
―morir‖, el horizonte del futuro está dado, pero el futuro como
promesa de un presente nuevo es rechazado –estamos en el
intervalo, para siempre intervalo. Intervalo vacío donde deben
encontrarse los personajes de ciertos cuentos de Edgar Poe, en
los cuales, la amenaza aparece en su proximidad, ningún gesto
es posible para sustraerse de está proximidad, pero está misma
proximidad; no puede terminar nunca. Angustia que se
prolonga, en otros cuentos, como miedo de ser enterrado vivo:
como si la muerte no estuviese jamás suficientemente muerta.
Como si paralelamente a la duración de los vivos, corriese la
eterna duración del intervalo –el entretiempo.

El arte cumple precisamente esta duración en el intervalo,


en esa esfera en la que el ser tiene el poder de atravesar, pero
donde su sombra se inmoviliza. La duración eterna del
intervalo donde se inmoviliza la estatua, difiere radicalmente
de la eternidad del concepto –es el entretiempo, nunca
terminado, durando por siempre–, algo de inhumano y
monstruoso.

Inercia y materia no dan cuenta de la muerte particular de


la sombra. Ya la materia inerte se refiere a una sustancia en la
cual se aferran sus cualidades. En la estatua, la materia conoce la
muerte del ídolo. La prohibición de las imágenes es
verdaderamente el mandamiento supremo del monoteísmo, de
una doctrina que supera al destino –la creación y la revelación a
contracorriente.

POR UNA CRÍTICA FILOSÓFICA

El arte suelta la presa por la sombra.

Pero al introducir en el ser la muerte de cada instante –


cumple su eterna duración en el entretiempo su unicidad, su
valor. Valor ambiguo: único por no superable, porque incapaz
de terminar no puede ir hacia algo mejor, no tiene la cualidad
del instante vivo para el cual la salvación del futuro está abierta
y donde puede terminar y sobrepasarse. Así, el valor de ese
instante está hecho de su desgracia. Este valor triste es
ciertamente lo bello del arte moderno opuesto a la belleza
alegre del arte clásico.

Por otra parte, esencialmente liberado, el arte constituye,


en un mundo de la iniciativa y de la responsabilidad, una
dimensión de evasión.
Por ahí nos adherimos a la experiencia más común y banal del
gozo estético. Es una de las razones que hacen aparecer el valor
del arte. Nos proporciona en el mundo la oscuridad del fatum,
pero sobre todo la irresponsabilidad que halaga como la
ligereza y la gracia. Nos libera. Hacer o gozar una novela o un
cuadro –no solo es tener que concebir, es también renunciar al
esfuerzo de la ciencia, de la filosofía y del acto. No hablen no
reflexionen, admiren en silencio y en paz –estos son los
consejos de la sensatez satisfecha frente a lo bello. La magia
reconocida en todos lados como la parte del diablo, goza en la
poesía de una incomprensible tolerancia. Nos vengamos de la
maldad produciendo su caricatura, la realidad la suprime sin
matarla; conjuramos los malos espíritus llenando el mundo de
ídolos que tienen bocas, pero que no hablan más. Como si el
ridículo matara, como si a través de las canciones todo pudiese
verdaderamente acabar. Encontramos un alivio cuando, más allá
de las invitaciones a comprender y actuar, nos lanzamos en el
ritmo de una realidad que sólo solicita su admisión en un libro
o en un cuadro. El mito toma el lugar de misterio. El mundo por
hacer es reemplazado por la terminación esencial de su sombra.
No es desinterés por la contemplación, sino irresponsabilidad.
El poeta se exila asimismo de la ciudad. Desde este punto de
vista, el valor de lo bello es relativo. Hay algo de malévolo y
egoísta y vil en el gozo artístico. Hay épocas que nos pueden dar
vergüenza, como festejar en plena peste.

Así el arte no está comprometido por su propia virtud de


arte. Es por esto que el arte no es el valor supremo de la
civilización y no está prohibido pensar en una fase donde se
encontrará reducido a una fuente de placer –que no podemos
negar sin pecar de ridículo– teniendo su lugar –pero solamente
un lugar– en la felicidad del hombre. ¿Es exagerado denunciar
la hipertrofia del arte en nuestra época donde, casi para todos,
éste es identificado con la vida espiritual?

Todo esto es verdad en el arte separado de la crítica que


integra la obra inhumana del artista en el mundo humano. Ya
sólo al abordar su técnica la crítica lo saca de su
irresponsabilidad. Esta trata al artista como a un hombre que
trabaja. Al buscar sus influencias, la crítica relaciona a este
hombre no desprendido y orgulloso con la historia real. La
crítica todavía preliminar. Ésta no enfrenta al acontecimiento
artístico como tal: al oscurecimiento del ser en la imagen, a su
suspensión en el entretiempo. El valor de la imagen para la
filosofía reside en su situación entre dos tiempos y en su
ambigüedad. El filósofo descubre más allá de la roca embrujada
donde ésta resiste –todos los posibles que trepan a su alrededor.
Los capta a través de la interpretación. Esto es plantear que la
obra puede y debe ser considerada como un mito: a esta estatua
inmóvil es preciso ponerla en movimiento y hacerla hablar.
Empresa que no coincide con la simple reconstitución del
original a partir de su copia. La exégesis filosófica habrá
medido la distancia que separa el mito del ser real, tomará
conciencia del acontecimiento creador mismo; acontecimiento
que escapa al conocimiento, el cual va de ser en ser saltando los
intervalos del entretiempo. Aquí el mito es a la vez la no-verdad
y la fuente de la verdad filosófica, no obstante, si es verdad que
la verdad filosófica; conlleva una dimensión propia de la
inteligibilidad, no se satisface de leyes y causas que ligan entre
ellos a los seres, sino que busca la obra de ser ella misma.

La crítica, al interpretar, escoge y limita. Pero si como


elección permanece de este lado del mundo, en el más acá, que
se ha establecido en el arte, ésta lo habrá reintroducido en el
mundo inteligible donde se mantiene y que es la verdadera
patria del espíritu. El escritor más lúcido se encuentra asimismo
en el mundo embrujado de sus imágenes. Habla como si se
moviese en un mundo de sombras –por enigmas, por alusiones,
por sugestiones, en el equivoco–, como si la fuerza le faltara
para plantear las realidades, como si no pudiese ir hacia ellas
sin vacilar, como si cansado y torpe se comprometiera siempre
más allá de sus decisiones, como si tirara la mitad del agua que
nos trae. El más sagaz, el más lúcido se hace el loco. La
interpretación de la crítica habla en plena posesión de sí,
francamente a través del concepto que es como el músculo del
espíritu.
La literatura moderna, vituperada por su intelectualismo,
que por otro lado se remonta a Shakespeare, al Moliere de Don
Juan, a Goethe, a Dostoïevski –manifiesta ciertamente una
conciencia cada vez más nítida de esta arraigada insuficiencia
de la idolatría artística. Con este intelectualismo el artista
rechaza ser solamente artista; no porque quiera defender una
tesis o una causa, sino porque tiene necesidad de interpretar el
mismo sus mitos. Tal vez las dudas que ha arrojado la
pretendida muerte de Dios sobre las almas después del
Renacimiento, han comprometido para el artista la realidad de
modelos a partir de ahoras inconsistentes, y le han impuesto la
carga de encontrarlos en el seno de su producción misma, le han
hecho creer en su misión de creador y revelador. La tarea de la
crítica permanece como esencial, incluso si Dios no estuviese
muerto, sino solamente exilado. Pero aquí no podemos abordar
la ―lógica‖ de la exégesis filosófica del arte. Esto exigiría una
amplificación de la perspectiva que voluntariamente ha sido
limitada. Se trataría efectivamente de hacer intervenir la
perspectiva de la relación con el otro –sin la cual el ser no
podría ser expresado en su realidad, es decir, en su tiempo.

Emmanuel Levinas. (Kaunas, Lituania 1905-París, 1996) Filósofo francés


de origen lituano. De vena Husserliana y
heideggeriana, ha publicad Descubrimiento de la
existencia con Husserl y Heidegger (1949),
Totalidad e infinito (1961), Difícil libertad, Ensayo
sobre el judaísmo (1963), El humanismo del otro
hombre (1972) y Ética e infinito (1982), entre otros.
Su pensamiento gira mayormente en torno a la
consciencia del Otro y la dimensión ética. Levinas
influyó grandemente en el máximo exponente de la
deconstrucción, Jacques Derrida.
ALBERTO MARTÍNEZ-MÁRQUEZ

SONDEO DE LETRA SALVAJES

La crisis de la crítica profesional literaria en los diarios ha


sido una constante en Puerto Rico desde hace un cuarto de
siglo. Esto se debe, primariamente, al poco interés en la
producción cultural que tienen los dueños y las juntas de los
periódicos de mayor o menor circulación. Es por ello que la
crítica literaria queda relegada a míseros espacios, aislados en
suplementos de escasas páginas o a secciones culturales que
vienen después de los asuntos de farándula. Precisamente, el
diario El Nuevo Día, que prácticamente es el que ha cooptado el
espacio mediático de la isla, y su derivado sensacionalista
Primera Hora, han mermado a través de los años el poquísimo
espacio concedido a las noticias del ámbito literario, las
entrevistas a escritores/as y al comentario de libros producidos
en el país. En periódicos como El Vocero y Daily Sun, cuya
circulación es menor a los diarios antes mencionados, la
ausencia de columnas de crítica literaria es prácticamente nula.

Durante casi treinta años, la Dra. Carmen Dolores


Hernández— una figura de dudosos méritos académicos y
literarios—ha sido la ―autoridad‖ par excellence en lo que al
comentario de libros compete. En este paupérrimo escenario, ni
siquiera el suplemento cultural ―En rojo‖ del semanario
Claridad (de tendencia izquierdista), que pretende ser ―el
periódico de la Nación Puertorriqueña,‖ ha podido ofrecer un
canal alternativo efectivo para la difusión del libro boricua.
Lo peor de este caso es el silencio y la complicidad de
intelectuales, escritores y editores, quienes han preferido
hacerse de la vista larga, antes de llevar reclamos justos de
difusión libresca ante la prensa nacional y exigir un espacio
mayor en cuanto a la reseñas de libros se refiere. Durante años,
este servidor ha sido un crítico constante esta situación;
particularmente, de la forma impresionista y acrítica con que la
Dr. Hernández ha estado elaborando sus listas de los libros del
año publicados en Puerto Rico. Independientemente de que se
trate de una lista personal, durante los últimos diez años ha
sido más que evidente la omisión de editoriales (como Tiempo
Nuevo) y de autores (como Néstor Barreto y Luz Ivonne
Ochart). Sin embargo, el desacierto mayor de la Dra. Hernández
radica en los llamados ―libros de la década.‖ Es menester
levantar aquí un sinnúmero de interrogantes sobre la
metodología utilizada por la Dra. Hernández en la selección de
títulos.

Respondiendo a la lista de libros de la década,


puertorriqueños o relacionados con Puerto Rico, de la Dra.
Hernández, envié una misiva electrónica a autores/as,
editores/as, maestros/as, profesores/as, lectores/as, fechada el 12
de enero de 2011 que indicaba lo siguiente:

El domingo 9 de enero de 2011, la Dra. Carmen Dolores


Hernández de Trelles publicó una lista muy limitada y
altamente parcializada en el suplemento ―La revista‖ del
diario ―El Nuevo Día,‖ de los libros puertorriqueños,
publicados dentro y fuera de la isla, que ―dejaron sus
huellas‖ en la década de 2000
(http://www.elnuevodia.com/librosquedejaronhuellasenladec
ada-857432.html).
A tenor con esto, y en el mejor espíritu de democracia cultural
participativa, la revista Letras Salvajes ha decidido, de forma
ponderada y responsable, iniciar una saludable y necesaria
discusión sobre el acontecer literario puertorriqueño, que
permita ofrecer una visión más abarcadora del acaecer
literario del país durante la década que acaba de terminar.
Por tanto, para estos propósitos Letras Salvajes ha previsto
realizar un sondeo entre los/as escritores/as, críticos/as,
profesores/as universitarios/as, maestros/as, lectores/as,
editores/as y gestores/as culturales dentro y fuera del país.

Este sondeo consiste en las siguientes dos preguntas:

1. ¿Cuáles fueron los libros publicados durante la década de


2000-2010 en Puerto Rico o fuera del país por escritores/as
boricuas, o autores/as no boricuas relacionados con Puerto
Rico, que, a tu juicio, impactaron el mundo literario e
intelectual del país?

2. ¿Cuáles fueron tus libros favoritos publicados durante la


década de 2000-2010 en Puerto Rico o fuera del país por
escritores/as boricuas, o autores/as no boricuas relacionados
con Puerto Rico?

Sus respuestas deben ser enviadas a


letrassalvajes@yahoo.com. Toda misiva electrónica debe tener
el nombre de la persona e indicar a la categoría a la que
pertenece (i.e., escritor/as, lector/as, profesor/a, editor/a, et
cetera.). No se aceptarán notas anónimas. La fecha límite para
entregar sus respuestas es el sábado 15 de enero de 2011, a
medianoche. Los resultados serán publicados en diversos
portales, páginas y blogs de internet el lunes 17 de enero de
2011 y enviado por correo electrónico a los medios de prensa.
Asimismo, estos resultados serán divulgados en el tercer
número de la revista (pautado para el mes de marzo).

Letras Salvajes estará realizando este mismo sondeo en otros


países de habla hispana.
Gracias por su atención al respecto y reciban un saludo
solidario.

Alberto Martínez-Márquez
Editor

Cuatro días después de la misiva electrónica, este servidor


daba a conocer los resultados de un número reducido, pero
emblemático, de respuestas, que no dejan de ser significativas,
en tanto ofrecen un orden marcadamente distinto al expresado
por la Dra. Hernández:

A continuación daremos a conocer los resultados preliminares


de la primera pregunta de este sondeo: ―¿Cuáles fueron los
libros publicados durante la década de 2000-2010 en Puerto
Rico o fuera del país por escritores/as boricuas, o autores/as
no boricuas relacionados con Puerto Rico, que, a tu juicio,
impactaron el mundo literario e intelectual del país?‖

En la publicación de Letras Salvajes de marzo-abril se


incluirá un artículo interpretativo y una tabla descriptiva
sobre todos los datos obtenidos.

Trece escritores/as (13) de Puerto Rico y su diáspora


participaron voluntariamente de este sondeo.

La lista general consta de ciento veintitrés títulos publicados.

Estos son los resultados:

A. Títulos de libros mencionados el mayor número de veces:

1. Breviario de Juan Carlos Quiñones (Isla Negra, 2002)-


narrativa corta
2. La belleza bruta de Francisco Font Acevedo (Tal cual, 2008)-
narrativa corta
3. Ojos de luna de Yolanda Arroyo Pizarro (Terranova, 2007)-
narrativa corta

4. Los otros cuerpos: antología de temática gay, lésbica y queer


de Puerto Rico y su diáspora de Moisés Agosto y Luis Negrón,
eds. (Tiempo Nuevo, 2007)-antología de poesía y narrativa
corta.

5. El límite volcado: antología de la generación de poetas de los


ochenta de Mario R. Cancel y Alberto Martínez-Márquez,
antólogos (Isla Negra, 2000) -antología de poesía

6. Crímenes domésticos de Vanessa Vilches (Cuarto Propio,


2007)-narrativa corta

7. 5 minutos para ser infiel de Emilio del Carril (Pasadizo,


2007)-narrativa corta

8. La muerte de mamá de Iván Silén (Instituto de Cultura


Puertorriqueña, 2004)-novela

9. Legión: poema pánico de Néstor Barreto (Editorial de la


Universidad de Puerto Rico, 2001)-poesía

10. Residente del lupus de José Raúl González (Isla Negra,


2000)-poesía

11. Sobre piel y palabra de Mayra Santos Febres (Callejón,


2005)-ensayo

12. La vida a ratos de Christian Ibarra (Aventis, 2009)-


narrativa corta

13. La mafia en Puerto Rico de Luis A. López Rojas (Isla


Negra, 2004)-ensayo
14. Mundo cruel de Luis Negrón (La Secta de los Perros, 2010)-
narrativa breve

15. From Bomba to Hip Hop de Juan Flores (Columbia


University Press, 2000)-ensayo

16. Capá prieto de Yvonne Denis Rosario (Isla Negra, 2009)-


narrativa breve

17. Embocadura de Rubén Ríos Ávila (Tal cual, 2003)-ensayo

18. Púrpura profundo de Mayra Montero (Tusquets, 2000)-


novela

19. Devórame otra vez de Luis Rafael Sánchez (Callejón,


2004)-ensayo

20. Detrás de la mirada de Armindo Núñez (Callejón, 2000)-


ensayo

21. Literatura y narrativa puertorriqueña de Mario R. Cancel


(Pasadizo, 2007)-ensayo

22. Sirena Selena vestida de pena de Mayra Santos Febres


(Mondadori, 2000)-novela

23. Las formas del vértigo de Alberto Martínez-Márquez (Isla


Negra, 2001)-poesía

24. A quemarropa de Eugenio García Cuevas (Publicaciones


Puertorriqueñas, 2005)-ensayo

25. Contraquelarre de Joserramón Melendes (qease, 2008)-


narrativa

B. Autores mencionados en más de una ocasión por número


de obras distintas:
1. Mayra Santos Febres 5

2. Eduardo Lalo 5

3. Marta Aponte Alsina 4

4. Iván Silén 4

5. Rafael Acevedo 3

6. Yolanda Arroyo 2

7. Eugenio García Cuevas 2

8. Néstor Barreto 2

9. Mayra Montero 2

10. Abniel Marat 2

11. Juan Manuel Rivera 2

12. Mario R. Cancel 2

13. Ramón Juliá Marín2

14. Alberto Martínez-Márquez 2

C. Libros por editorial (del total de los 123 mencionados en el


sondeo):

*Puerto Rico

1. Isla Negra 22

2. Terranova 14
3. Callejón 13

4. Editorial de la Universidad de Puerto Rico 10

5. Tiempo Nuevo 5

6. Tal Cual 5

7. Instituto de Cultura Puertorriqueña 5

8. Edición de autor 3

9. Aventis 2

10. Pasadizo 2

11. Agentes Catalíticos 2

12. Librería de la Editorial del Ateneo (LEA) 1

13. La Secta de los Perros 1

14. qease 1

15. Publicaciones Puertorriqueñas 1

16. El sótano 1

17. Ediciones Puerto 1

18. Plaza Mayor 1

19. Huracán 1

20. Vértigo 1

21. Sopa de Letras 1


22. La Sierra 1

23. ASSPRO 1

24. Edil 1

25. [Sometido sin información de casa publicadora] 1

*Estados Unidos 10

*España 10

*América Latina 6

D. Clasificación por género del total de libros que figuran en


las listas (123)

1. Poesía 38

2. Ensayo 28

3. Narrativa breve 23

4. Novela 16

5. Antologías

6. Reediciones 5

7. Crónica y periodismo 2

8. Narrativa poética 2

9. Obras completas 1

10. Teatro 1
11. Diccionario de autores 1

Es necesario destacar que se unieron las respuestas a


ambas preguntas, debido a que algunos de los respondientes
sólo emitieron una lista. El debate que generaron las
respuestas, motivó a algunos/as intelectuales a escribir sobre la
legitimidad o falta de legitimidad de las listas, sobre el rol de la
crítica profesional y académicas, sobre la ideología de elaborar
una lista de libros de la década, etc. En fin, que el sondero
realizado por Letras Salvajes, más que elaborar una lista
alternativa de títulos publicados, logró el propósito de repensar
y discutir este asunto. En el próximo número de la revista
publicaremos varias respuestas generadas por el debate iniciado
por Letras Salvajes.
RESEÑAS

TEMPO ANTICO de Zoé Jiménez


Corretjer (Lonato del Garda-Brescia,
Italia: EDIBOM, 2010)

La Editorial Edibom de Lonato del


Garda-Brescia (Italia) ha dado inicio el
año pasado a ―Isla‖, una nueva
colección, dirigida por Andrea Gallo,
cuya amibición es la de proponer al
público italiano autoras y autores
contemporáneos de Puerto Rico. La
actual literatura puertorriqueña sólo en
mínima parte está presente en Italia: se
han traducido por ejemplo algunas
obras de Rosario Ferré así como algo de
Mayra Santos Febres y Mayra Montero.

En este cuadro de escaso conocimiento de la riqueza cultural de


Puerto Rico, la colección Isla desea consolidar esta presencia,
proponiendo la traducción de los autores de las generaciones literarias
del 70, del 80 y 90 incluyendo todo género: poesía, narrativa, teatro... La
primera propuesta de Isla es un doble poemario, dos obras de una
conocida autora de la Generación de los 80: Zoé Jiménez Corretjer,
premiada con la Medalla de Poesía ―Francisco Matos Paoli‖ y con el
Premio Nacional de Ensayo en 2007.

Bajo el título Tempo Antico, se han unificado en traducción los dos


poemarios Antigua vía (2007) y La boca de la verdad, editado en 2010 pero
compuesto algunos años antes. La traducción (del mismo Andrea Gallo)
está precedida por un intenso prólogo de Annunziata Campa, profesora
de la Universidad de Pisa. En efecto, la finalidad de la colección es
ofrecer una lectura nueva para el lector curioso pero sin renunciar a una
profundización crítica del autor y de esta literatura en su contexto tanto
nacional como hispanomericano.

La escritura poética de Zoé Jiménez—cuyo tema principal es la


existencia humana—se caracteriza por la densidad de las metáforas, la
irregularidad del verso libre, la hipérbole y cierto hermetismo del verso
que alcanza una representación onírica y a menudo angustiosa del ser.

Ambas colecciones se inspiran libremente en Italia como espacio de


sugestión literaria y en la Roma antigua de los monumentos y ruinas que
tanto fascinan al viajero de toda época.

―Collana Isla‖ ya ha previsto una segunda colección poética para


este año, se trate de: Libro di Venezia… e altre poesie, la traducción
conjunta de dos poemarios (Libro de Venecia y De Natura) de otro autor
de la Generación de los 80, José E. Santos.

(Esta reseña fue provista por Andrea Gallo, Editor de Collana Isla)
Fanus de la Hechicería de Edgar Simón
Rodríguez (Caracas, Venezuela:
Editorial El perro y la Rana, 2009).

Éste es el primer libro de la colección


San Bernardino de dicha editorial,
propulsada por el Gobierno Bolivariano
de Venezuela. También es el primer
volumen de poemas de un destacado
exponente de la poesía venezolana
actual.

Con Fanus de la hechicería, Edgar Simón


Rodríguez nos acerca a los misterios de
la experiencia (―Es el sonido del piano
afilado,/ con escarchas de cielo negro/ y
nubes lejanas,/ pasajeras como el
olvido); a los conjuros de la mente que
encuentra en el paisaje los signo donde
se debate el ser y su nada (―Juan Félix me avisó en sueños, que los
hongos en las/ noches de estas montañas, toman vuelo y no regresan
más‖); a los rituales del tiempo profano (―Jimi Hendrix escupe sus
sonidos en fuegos iconoclastas/ explosión de luciérnagas rojizas y
veloces‖).

El misticismo secular de Rodríguez puede apreciarse en los cuatro


delirios, imbuidos de introversión filosofal. Los homenajes a Che
Guevara (―Tras la tristeza en la cual mi vida me había trocado,/ con
susurro de rock se despejaron mis lágrimas/ y me fumé un puro para
pensar‖) y a Federico García Lorca ( ―En eso pude ver a el iris de García
Lorca/ enrojecer cuando miraba el hoyo color ciego de la mirada del
fusil‖) son poemas antológicos por la savia de su fuerza lírica y numen
orgánico, extraída del testimonio de vida de quienes han dejado una
huella en la historia de la política y del arte.

Fanus de la hechichería es, en definitivas cuentas, una exploración


de lo abstracto, que vence el prosaísmo del mundo con una estética
transformadora.
Muestra gélida de poesía inconsecuente
de José Santos (Charleston, West
Virginia: Obsidiana Press, 2009).

Más bien incandescente y persistente,


esta poesía se estructura a partir de la
indagación objetual que tiene como
constante la palabra directa y precisa.
El poeta contempla el mundo que se
extiende ante sus ojos, ése donde ha
sido arrojado al mundo.

Ciertamente, en Muestra gélida de


poesía inconsecuente hay resonancias
heracliteanas (―No ofrece el mismo
paisaje/ cada vez que se contempla‖);
derrideanas (―Sinuoso/ el dialecto de
las tijeras/ da forma a la nada/ desde el
depósito de la segmentación‖);
aristotélicas (―La copa adquiere su
forma/ entre los dedos./ En la mano./ Se sustenta su sentido‖)‘
leibnizianas (Se comenta de la rueda/ que sólo da vueltas sobre sí/
porque reconoce sus límites); parmenidianas (―Suena de mil formas y no
se escucha.‖); nitzscheanas (―Cuelgan una a una/ las versiones del ser/
que ensayamos ante los otros‖); platónicas (―Todo se multiplica/ sin
saber que hacia adentro/ se imita lo infinito‖).

El dichtung de Santos se despoja de los accesorios del lenguaje figurativo


para devolverle a la palabra su esencial desnudez (―El reloj no dice nada:/
Dice sólo lo que decidimos,/ muestra sólo lo que le imputamos‖). A
través de este dichtung se deconstruye el cosmos (―Ha cambiado todo/
para siempre:/ lo visto nunca fue como experimentado,/ lo invisible
nunca ha existido‖) para armar un yo crítico, a través del cual cuestiona
(―El último rastro de la fe descansa/ en el estruendo de la metralla‖),
refuta (―Disfrazada abertura en la pared./ Disfrazada entrada en la
puerta./ falsa correspondencia con el yo‖) y debate (―La computadora
devora los ojos/ y segmenta todo entendimiento‖).
Atardecer Aguadillano desde el Rompeolas
(Foto de Alberto Martínez-Márquez)

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