Cuento Pihuicho - Rodrigo
Cuento Pihuicho - Rodrigo
Cuento Pihuicho - Rodrigo
Érase unos de eso días en la selva amazónica, donde un cálido amanecer saludaba
amablemente a aquel sol mañanero que, haciéndose un espacio entre las nubes,
observaba al viento soplar, y escuchaba alegremente las hermosas melodías que
entonaban los pájaros que escondidos entre las ramas de los árboles llenaban de
emoción a todos los habitantes del Alto Mayo, un pueblito que se encuentra cerca
del “Rio Mayo” y en donde las tilapias saltando en un cantito del rio, dan el inicio de
un nuevo día. Un pueblito escondido entre los árboles de la espesa vegetación de la
Amazonía, con un clima variado, y donde las lluvias torrenciales ocasionan la
crecida de los ríos, permitiendo así la renovación natural de los suelos,
fertilizándolos con numerosos nutrientes y donde la magia de la naturaleza se hace
notar en todo su esplendor, funcionándose en un perfecto equilibrio con las
estaciones y Convirtiendo a este pueblo en un paraíso terrenal.
Es en este lugar donde habitaba una familia muy humilde que trabajaba arduamente
para poder salir adelante. Conformada por dos padres amorosos y tiernos llamados
don Mashico y doña Josefina, y que fruto de su amor nació Huicho, un niño muy
travieso e inquieto con ojos grandes, cejas pobladas y de nariz aguileña. Muy
querido por sus padres, quienes le daban en todo momento una vida llena de amor.
Don Mashico todas las mañanas se levantaba muy temprano para ir a trabajar a la
chacra y poder traer los alimentos a la casa, mientras que doña Josefina se quedaba
haciendo las labores del hogar junto a su adorado hijo, quien como todos los días,
ya era costumbre que doña Josefina enviara a Huicho a traer agua de una pileta
que se encontraba cerca al Rio Mayo, para realizar la preparación del delicioso
poroto Shirumbe, comida típica de la selva que se elabora a base de carne de
chancho, frejol huasca y plátano verde sancochado para darle espesor y sabor a
esta deliciosa sopa, plato que era el favorito de don Mashico. Ambos eran muy
conocidos por todo el pueblo, pues tenían un gran corazón.
Pero de pronto un día la madre Mayo al ver el maltrato que le causaba Huicho a la
naturaleza, despertó de su inmenso sueño, y decidió castigarlo enviándole a un
temible chullachaqui, Este demonio de la selva le asustaba todas las noches, y
Huicho siempre huía gritando desesperado. Sin embargo, esto no bastó, porque él
continuaba destruyendo lo que encontraba a su paso.
Convertido en un lorito, Huicho fue volando hacia su pueblo a pedir ayuda, pero
nadie le entendía, intentaba llamar la atención de mil maneras, pero era inútil, solo
de su pico brotaba un ruido peculiar, que logró llamar la atención de los pobladores,
quienes no se imaginaban que era el hijo de don Mashico y doña Josefina… Aquel
día Huicho no pudo llegar a su casa, provocando la preocupación de sus padres,
quienes organizaron una búsqueda, entre todos los pobladores, empezaron a revisar
cada rincón del Alto Mayo, pero no lo encontraron, fue entonces cuando se
resignaron a creer que el río Mayo lo había tragado dentro de sus profundas y
poderosas aguas.
La tristeza invadió los corazones de don Mashico y doña Josefina pues Huicho había
desaparecido para siempre de aquel lugar. Los pobladores solo veían a un loro que
recorría los alrededores, y se posaba en la parte más alta de los árboles haciendo
numerosos ruidos sin parar durante el día.
Pasó el tiempo y los pobladores observaban que esta ave no se iba del Alto Mayo,
por ello, los vecinos decidieron bautizar a aquel lorito con el nombre de “Pihuicho”,
por ser muy hablador y ruidoso y permanecer siempre en el valle del Alto Mayo.
“Colorín Colorado este cuento se ha acabado”
FIN.