Cultivo de Caña de Azucar PDF
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Primer parcial
PROF. SALOMON
14/02/23
INTRODUCCIÓN
La caña de azúcar es un cultivo de renta importante de los trópicos y subtrópicos.
Se cultiva en más de setenta países entre los paralelos 40° Norte y 32° Sur, desde el nivel
del mar hasta altitudes de casi 1000 metros sobre el nivel del mar, abarca
aproximadamente la mitad del mundo.
La importancia del cultivo de la caña de azúcar radica en que se constituye en uno de los
cultivos de mayor importancia social y económica, debido al área de cultivo y a la cantidad
de mano de obra que ocupa. Según el último Censo Agropecuario Nacional, la superficie
cultivada alcanza las 100.000 hectáreas, distribuidas en más de 50.000 fincas en todo el
país.
Se cultiva principalmente como materia prima para la producción de azúcar, forraje,
aguardiente y alcohol carburante, constituyéndose el etanol de caña en fuente alternativa
y renovable de energía para el país. Sin embargo, a pesar de la importancia que
desempeña la agroindustria de la caña, ésta enfrenta problemas relacionados con la
competitividad y la sostenibilidad de los sistemas tradicionales de producción.
En la fase agrícola se registran bajos niveles de productividad de la caña - apenas con una
media de 50 t/ha (MAG-DCEA, 2008) - debido a las prácticas inadecuadas de manejo como
el monocultivo, la escasa o nula utilización de fertilizantes, descuido en el control de
malezas y la lenta renovación de variedades en decadencia. En la fase del proceso de
cosecha y molienda se observan altos costos de cosecha y del transporte de la caña,
pérdidas en la extracción de jugo en el molino y bajo precio de la materia prima. Además,
el acceso limitado a créditos para adquirir insumos, equipos agrícolas y de procesamiento,
además de la investigación inadecuada y el apoyo limitado de extensión son restricciones
importantes para la producción de caña de azúcar.
La LDSCA, tiene por objeto normar las actividades asociadas a la agricultura de contrato y
a la integración sustentable de la caña de azúcar, de los procesos de la siembra, cultivo,
cosecha, industrialización y comercialización de la caña de azúcar, sus productos,
subproductos, coproductos y derivados, sus disposiciones son de interés público y de
orden social.
Los datos que genera y publica el Conadesuca sirven de insumo para distintos organismos
nacionales e internacionales, colocándolo como la fuente oficial de información de la
agroindustria de la caña de azúcar.
La producción de caña se extiende en más de 800 mil hectáreas, ocupando tierras en 267
municipios y en 15 estados de la República Mexicana donde se ubican 49 ingenios
azucareros.
La zafra 2020/2021 inició el 28 de octubre de 2020 con el ingenio Plan de Ayala y concluyó
el 28 de julio de 2021 con el ingenio San Rafael de Pucté.
El arado
El ARADO ECO -PLUS MH es la tecnología que da un manejo correcto de los rastrojos en el cultivo
de la caña de azúcar, dejando arropado el suelo y permite un excelente manejo de los rastrojos en
la superficie del suelo, manteniendo la estructura del mismo, la oxigenación y humedad,
convirtiendo los campos de caña de azúcar en reservorios de agua y en biofabricas de nutrientes
naturales, todo lo cual reduce los costos, aumenta los rendimientos en toneladas de caña y en
conversión de estas en azúcar, aumentando la fertilidad y disminuyendo la dependencia de los
insumos externos que encarecen la producción. En los Sistemas Agrícolas los suelos constituyen un
recurso natural esencial, generador de insumos y materias primas, así como servicios a los
ecosistemas y del medio ambiente y dentro del, cómo parte fundamental, el Hombre y los demás
seres vivos. Los suelos como sumidero natural del carbono son determinantes en las regulaciones
de las emisiones de Dióxido de Carbono (CO²) y de otros gases de efecto invernaderos y su
incidencia en la regulación del clima.
Los escarificadores
Se usan para cultivar el suelo entre las hileras de cultivos en crecimiento de forma
universal. La labranza en profundidad y la subsiguiente escarificación son necesarias en
lugares en los que el suelo es compacto, impermeable al agua e impenetrable para las
raíces de las plantas.
Beneficios
En zonas áridas o subhúmedas, el suelo debe labrarse antes de los periodos lluviosos con el
fin de que pueda absorber un máximo de agua. Entre los beneficios secundarios, pero
importantes, de la labranza, está la aireación o exposición al aire, debida a la pulverización
del suelo. La aireación no sólo permite una mejor circulación del oxígeno y el agua, sino que
también tiene como resultado un incremento de la actividad biológica en el suelo, que
engloba la de los organismos que fijan el nitrógeno atmosférico. La labranza contribuye a
la salud de las plantas inhibiendo las enfermedades que las afectan y dificultando el
desarrollo de diversos tipos de insectos que son dañinos para ellas. El tipo y cantidad de
cultivo entre las hileras de la cosecha viene determinado por el carácter del suelo. Los suelos
pesados y empapados se benefician de la aireación que produce la labranza, mientras que
los suelos duros y aterronados pueden requerir algún tipo de cultivo que les permita
absorber la humedad que necesitan las cosechas. Para los suelos que están en buen estado
el principal objetivo del cultivo en hileras es el control de malas hierbas.
Inconvenientes
Una labranza excesiva, no obstante, puede deteriorar la estructura del suelo, especialmente
si se lleva a cabo cuando está húmedo. El problema resulta más grave en suelos de textura
fina que en suelos de arena y arcilla, puesto que normalmente requieren menos labranza.
El clima desempeña también un papel importante, no sólo en lo que se refiere a la cantidad,
sino también a la época de labranza. En áreas de humedad elevada, la labranza debe
limitarse a las estaciones en las que no se esperan grandes lluvias, ya que las superficies
recién labradas son susceptibles a la erosión por el agua. El tipo de labranza afecta a la
pérdida de suelo debido a la erosión por el viento y el agua. Cuando los surcos se excavan
siguiendo la pendiente, colina arriba y abajo, el agua tiende a fluir a lo largo de ellos,
arrastrando pequeñas partículas de las capas superiores del suelo. Por el contrario, si los
surcos se trazan perpendicularmente a la pendiente, el agua permanece en ellos y es
absorbida en lugar de formar escorrentías.
La rotación de cultivos
Consiste en sembrar diferentes vegetales sucesivamente sobre el mismo terreno, en lugar
de utilizar un sistema de monocultivo o de cambios aleatorios de las cosechas. En el sistema
de rotación se alternan los cultivos sobre la base de la cantidad y el tipo de materia orgánica
que cada uno de ellos devuelve al suelo. Dado que la labranza intensiva acelera la pérdida
por oxidación de la materia orgánica, las rotaciones suelen incluir una o más cosechas de
superficie (cultivos que crecen en la superficie del suelo) que requieren poca o ninguna
labranza. La penetración profunda de las raíces de ciertas cosechas de leguminosas, como
la alfalfa, aporta un mejor drenaje a través de los canales que quedan tras la
descomposición de las raíces El sistema de rotación emplea tipos especiales de cultivos,
como cultivos de cobertura y cultivos de estiércol verde. Los cultivos de cobertura son los
que se realizan para proteger el suelo durante el invierno y, si se utiliza una leguminosa,
para favorecer la fijación de nitrógeno. Los cultivos de estiércol verde se emplean
solamente para enterrarlos con el arado y sirven para aumentar el contenido en materia
orgánica del suelo. Aunque éstos no producen nada, sí incrementan el rendimiento de
subsiguientes siembras en los mismos campos. El método más antiguo para aumentar el
contenido de materia orgánica del suelo es la aplicación de fertilizantes como el estiércol y
el compost.
Abonado
El abonado del suelo con excrementos de animales se ha practicado durante miles de años
y sirve para aportar diversos compuestos orgánicos complejos que son importantes para el
crecimiento de las plantas. El compost, que normalmente es una mezcla de materia vegetal
y animal muerta, se emplea de modo similar al estiércol y muchas veces se le añaden
fertilizantes químicos para aumentar su efectividad.
Otras labores
Las labores que más se practican son:
Escardas o deshierbes.
Tienen por objeto evitar la propagación de las malas hierbas o vegetación espontánea, que
son tan perjudiciales para los cultivos, toda vez que roban a las plantas, los nutrientes, la
luz, el aire, el oxígeno y además son portadoras de numerosas plagas de insectos y
enfermedades. Estas labores pueden ser realizadas manual, mecánica o químicamente. En
la labor manual se utiliza la guataca o la mano, por lo que no resulta fácil ni económica. Es
decir, no se puede pensar en un desarrollo de la agricultura que dependa de esta labor. Se
puede llevar a efecto en áreas pequeñas, y en un mayor grado, en los semilleros donde es
muy efectiva y necesaria. Esta labor se realiza mecánicamente con cultivadores tales como
el rotovator, el cultivador escarificador o la extirpadora; y químicamente se realiza con la
aplicación de los herbicidas.
Aporques y desaporques.
El aporque es una labor que consiste en acumular tierra junto al tronco, a fin de aumentar
las reservas de humedad para que sean utilizadas por las plantas en la época de sequía y
calor intenso. No por esto la operación hay que hacerla cuando el terreno esté muy
húmedo; es necesario, como en todas las labores de cultivo, esperar que el suelo alcance
su "tiempo" o "sazón", para facilitar la labor y no perjudicar la estructura del suelo. La labor
de aporque se puede realizar con arados de una vertedera o de doble vertederas. También
para esta labor se utiliza la guataca. El desaporque es la operación contraria al aporque y
suele practicarse únicamente en aquellas plantas que presentan sistema radicular muy
viejo, que es necesario cortarlo para que regeneren nuevas raíces y los brotes de yemas se
reproduzcan, como sucede en la caña de azúcar, cuando se quiere descubrir el tronco de
algunas plantas para que el ahijamiento no vaya a ocupar gran espacio en el terreno. Esta
operación da resultados satisfactorios en terrenos no aireados. Su ejecución exige los
mismos implementos que el aporque.
Pases de cultivador.
Esta labor se realiza cuando aparece la primera reventazón de hierbas entre surco y surco.
Su finalidad es la de eliminar las malas hierbas, dar soltura al terreno, proporcionar
aireación y luminosidad a las partículas del suelo, ayuda a que la evaporación sea menor. Es
recomendable después de cada riego dar al terreno un pase de cultivador. El pase de
cultivador es efectivo si se aplica en el momento oportuno. Es decir, si se espera que la
hierba crezca, cuando se haga el pase de cultivador ya este no realizará su función, además
de entorpecer el trabajo.
Riegos.
El riego es necesario para compensar las deficiencias de las lluvias, bien porque la cantidad
caída no sea necesaria o por una mala distribución de las mismas. El riego es imprescindible
en la mayor parte de las siembras de frío; la papa, el tomate, la cebolla, son plantas que
requieren gran cantidad de agua; el tabaco no es una planta de mucha demanda de agua,
pero, sin embargo, en su cultivo lleva la aplicación de riego. Existen varios tipos de riegos
que se utilizan según el cultivo de que se trate. Estos tipos son:
Fertilización.
Combatir las plagas de insectos y enfermedades que atacan a los cultivos agrícolas es la
finalidad de la extensa gama de productos fitosanitarios que existen hoy día. Aplicarlos en
forma preventiva sobre la base de un estudio pormenorizado del desarrollo de cada
enfermedad o plaga de insectos para hacer el tratamiento en el momento más adecuado,
es la meta que se debe alcanzar. Los tratamientos, atendiendo al momento de su aplicación
pueden ser preventivos y curativos de control.
Tratamientos preventivos.
Se le llama a las aplicaciones efectuadas antes del brote de una enfermedad o plaga de
insectos y su efectividad dependerá en gran medida del momento en que se realice. Para
obtener resultados óptimos con estos tratamientos se precisa el establecimiento de
"pronósticos", es decir, predecir sobre la base de estudios sostenidos por varios años, el
momento preciso en que la enfermedad o plaga de insectos hará su aparición y dentro de
ello cuando ésta es más vulnerable. Las aplicaciones preventivas revisten una gran
importancia, ya que por una parte, protegen a los cultivos contra el ataque intenso de sus
más encarnizados enemigos, y por otra, proporcionan un considerable ahorro de productos
que son bastante costosos.
Estas labores son manuales, por consiguiente son muy trabajosas, pero fundamentales para
muchos cultivos. Ellas deben ser realizadas por personal adiestrado, ya que requieren
determinada técnica y práctica para que su función sea efectiva.
El desbotonado consiste en eliminar la yema terminal, para así permitir que las hojas
formadas tengan un completo desarrollo y un mayor rendimiento. Esta labor es
fundamental en el cultivo del tabaco; requiere que se realice con cuidado para no dañar la
planta. Además, se practica en el cultivo del tomate (empalado).
El deshije consiste en quitarle a la planta sus hijos o yemas laterales para que ella pueda
desarrollarse mejor, ya que estos le roban a la planta madre, nutrientes, agua, aireación,
luz, etcétera. Según el cultivo de que se trate, se hará el deshije, y se practicará no en
cualquier momento, sino cuando sea necesario. Son numerosos los cultivos en que se
ejercita esta labor. Entre ellos están: Tabaco, plátano, piña, etc.
La poda comprende el conjunto de operaciones que se aplican sobre la planta con el fin de
cambiar su forma acondicionándola al propósito que se persigue. Estas operaciones deben
obedecer a reglas sistematizadas y fundamentales en los principios fisiológicos
morfológicos de los vegetales. Principalmente debe tenerse en cuenta a propósito de la
poda, que los órganos de las plantas constituyen partes esenciales por verificarse en ellos
funciones imprescindibles para la vida y desarrollo de la planta. Esto señala al podador la
necesidad de cuidar estos órganos y orientar su trabajo para suprimirlos en lo menos que
sea posible dentro de la finalidad que se persigue.
Entresaque o raleo.
Aplicación de herbicidas.
Al mencionar esta labor es menester abundar algo sobre las malas hierbas por ser tan
perjudiciales para los cultivos y por acarrear grandes gastos en su exterminio.
Malas hierbas.
El hombre, para desarrollar sus actividades agrícolas ha luchado, desde los comienzos de la
agricultura, contra ciertas especies vegetales nocivas, frecuentemente prolíferas y
persistentes, que dificultas las operaciones agrícolas, aumentan el trabajo, hacen subir los
costos y reducen los rendimientos. Tales plantas nocivas reciben el nombre de malas
hierbas. Las malas hierbas varían notablemente en tamaño, forma, actividad vegetativa y
hábitos de desarrollo; muchas de estas especies son resistentes a las heladas, las altas
temperaturas y la sequía; crecen en condiciones muy variables de suelo y clima; producen
gran número de semillas y éstas son capaces de vivir muchos años en el suelo. Algunas
características que permiten a ciertas especies de malas hierbas sobrevivir.
f) Adaptaciones que defienden a las plantas contra los animales que pastan.