Tarrea 5
Tarrea 5
Tarrea 5
Fue hijo del coronel grancolombiano (nacionalizado peruano) Juan Manuel Grau Berrío
y de la dama peruana Luisa Seminario del Castillo. Nació en Piura, pero fue en el
puerto de Paita donde vivió gran parte de su infancia y donde forjó su vocación
marinera. A los nueve años de edad se embarcó como aprendiz de grumete en el buque
mercante Tescua. Durante diez años navegó en distintas naves y recorrió diferentes
puertos de Asia, Estados Unidos y Europa.
En 1854, ingresó a la Marina de Guerra del Perú como guardiamarina. En 1856, con el
grado de alférez de fragata, pasó a servir a bordo de la fragata Apurímac,
integrándose plenamente al cuerpo de oficiales de la marina. Se sumó a la
revolución conservadora de Manuel Ignacio de Vivanco y participó en el ataque al
Callao de 1857.
Se hallaba en Valparaíso, con la escuadra peruana, cuando, junto con otros marinos,
protestó contra la decisión del gobierno peruano de contratar al comodoro
estadounidense John R. Tucker como comandante de la armada peruana en una
proyectada expedición naval para liberar a Filipinas de la dominación española.
Acusado de insubordinación, fue confinado en la isla San Lorenzo, donde fue
sometido a juicio, para finalmente ser declarado inocente. Por tercera vez, regresó
a la marina mercante, laborando para una compañía inglesa (1867). Ese mismo año se
casó con la dama limeña Dolores Cabero y Núñez, de cuya unión nacieron diez hijos.
En 1873, al mando del Huáscar, realizó un crucero por el sur peruano y el litoral
boliviano, al ocurrir la amenaza de un conflicto armado entre Chile y Bolivia por
cuestiones territoriales. En 1874 fue comandante de la Escuadra de Evoluciones,
recorriendo el litoral peruano entre el Callao e Iquique, y colaborando en la
debelación de la intentona golpista del caudillo Nicolás de Piérola.
En 1875, fue elegido diputado por la provincia de Paita, por el Partido Civil,
labor parlamentaria que interrumpió temporalmente para ejercer la Comandancia
General de Marina, entre 1877 y 1878. En tal calidad, elevó al Congreso Nacional un
pormenorizado informe sobre el estado deficiente de los buques de guerra y las
carencias de la Marina, formulando juicios que fueron una verdadera advertencia, un
año antes del estallido de la guerra con Chile.
Al estallar la Guerra del Pacífico, el 5 de abril de 1879, Grau retomó el mando del
Huáscar, en detrimento de la fragata blindada "Independencia", que era por entonces
el buque insignia de la Armada Nacional peruana, por considerársele como un buque
de guerra con mayor poder de fuego del Perú. Miguel Grau fue nombrado jefe de la
primera división naval, iniciando su campaña en el mes de mayo. Durante los cinco
meses siguientes, desarrolló una intensa actividad, manteniendo en jaque a la flota
chilena. Ganó el combate naval de Iquique del 21 de mayo de 1879, hundiendo a la
corbeta Esmeralda y se ganó el respeto unánime por su acción humanitaria de
rescatar a los náufragos chilenos.
En los meses siguientes, Grau realizó varias incursiones en aguas controladas por
Chile, atacando por sorpresa y hostilizando las líneas de comunicación chilenas,
bombardeando las instalaciones militares de sus puertos firmes. Fue ascendido a la
alta clase de contralmirante, reclinado este alto honor, porque dicho cargo le
alejaría del combate y de la defensa de su patria, al tener que dirigir las
acciones navales desde los despachos, Miguel Grau continuó con su grado de Capitán
de Navío hasta su inmolación en el Combate de Angamos. Así el 8 de octubre de 1879,
estando frente a Punta Angamos, el Huáscar fue cercado por dos divisiones enemigas,
trabándose un desigual combate. Grau murió en los primeros minutos de la lucha, por
efectos de una granada disparada por el acorazado Cochrane, que destrozó su cuerpo.
Sus oficiales y marineros continuaron la lucha, hasta que resultaron muertos o
puestos fuera de combate. Solo con la eliminación de Grau y el Huáscar, que había
actuado como una verdadera muralla móvil del Perú, los chilenos pudieron iniciar la
campaña terrestre.
Índice
1 Primeros años
1.1 Nacimiento
1.2 Infancia
1.3 Primeros contactos con el mar
2 Sus años en la Marina de Guerra del Perú
2.1 Guardiamarina
2.2 Alférez de fragata
3 De retorno a la vida civil
3.1 Separación del servicio. Otra vez en la marina mercante
4 Reincorporación a la Marina de Guerra
4.1 En comisión a Europa
4.2 Arresto en Inglaterra
4.3 La revolución restauradora
4.4 Guerra hispano-sudamericana
4.5 Arresto en la isla de San Lorenzo
4.6 Otra vez en la marina mercante. Matrimonio
4.7 Comandante del monitor Huáscar
4.8 La revolución de los Gutiérrez
4.9 Miembro de la Comisión Consultiva de la Marina
5 Grau y el Monitor Huáscar
5.1 El Huáscar, rumbo al sur
5.2 Crucero por el litoral boliviano
5.3 Jefe de la escuadra de evoluciones
5.4 Diputado por Paita (primera legislatura)
5.5 Comandante general de la Marina de Guerra del Perú
5.6 Diputado por Paita (segunda legislatura)
6 Campaña naval de la guerra del Pacífico
6.1 La escuadra peruana y la chilena
6.2 Preparativos de la campaña naval
6.3 Combate naval de Iquique
6.4 Combate naval de Angamos
7 Los restos de Grau
8 Familia
8.1 Ancestros
8.2 Matrimonio y descendencia
9 Homenajes
9.1 Ascenso a la alta clase de Almirante
9.2 Monumento a Miguel Grau en Piura
9.3 Monumento al Almirante Grau en el Callao
9.4 Monumento a Miguel Grau en Lima
9.5 Estatua hiperrealista de Grau del Museo Naval del Callao
9.6 Otros monumentos
9.7 Orden Gran Almirante Grau
9.8 En la ficción
9.9 Minuto de silencio en tranmisiones del Estado
10 Véase también
11 Notas
12 Referencias
13 Bibliografía
14 Enlaces externos
Primeros años
Nacimiento
Los padres de Miguel Grau
Sin embargo, en la ciudad portuaria de Paita está muy arraigada la creencia de que
el nacimiento de Miguel Grau se produjo en dicho puerto, aunque solo se ha dado
como sustento una serie de indicios dispersos y especulativos, mas nunca un
documento probatorio. También se ha postulado a Sullana como otro presunto lugar de
su nacimiento.5 Los defensores de Paita como la cuna del héroe, dicen, por ejemplo,
que la partida de bautismo solo corrobora el lugar donde fue bautizado, mas no el
de su nacimiento; que Grau fue elegido diputado por la provincia de Paita, y no por
la de Piura; y que, cuando Grau, en su foja de servicios o en su partida de
matrimonio, anota haber nacido en Piura, suponen que solo está aludiendo al
departamento, mas no a la ciudad; entre otras especulaciones de ese talante.6 En
respuesta, el historiador Miguel Seminario Ojeda señala que, de haber nacido en
Paita o en Sullana, en su partida de bautismo debió figurar la cláusula ex licencia
parroquia (es decir bautizado con licencia de su parroquia, sea la de Paita o la de
Sullana, según el caso).7 Además, este mismo historiador, investigando en los
archivos, ubicó el censo realizado en Piura en 1840, donde aparece registrada la
familia Grau (el padre y sus cuatro hijos), donde Miguel figura con el número 228,
y como nacido en la ciudad de Piura.8 En cuanto a la diputación por la provincia de
Paita (que Grau ganó en 1876), se debe señalar que, de acuerdo a la Constitución
vigente entonces (la de 1860, artículo 47), no era requisito obligatorio que el
candidato hubiera nacido en la provincia a la que postulaba, sino que bastaba con
ser del departamento en general (en este caso, el de Piura, erigido en 1861).9 Se
entiende, ciertamente, el afecto que Grau tenía por Paita, ya que fue en ese puerto
donde forjó su vocación de marino, lo que marcaría toda su existencia.10
Por entonces, el Perú vivía una época de inestabilidad e intrigas políticas que
ocasionaban sublevaciones e intentos de golpe de Estado. El país acababa de salir
de la primera guerra civil de su historia republicana (enero-abril de 1834). En
1836 se desató la guerra por el establecimiento de la Confederación Perú-Boliviana,
que encumbró al mariscal Andrés de Santa Cruz como protector de dicha entidad
geopolítica; y tras un breve periodo de calma, surgió las guerra entre
restauradores y confederados, que culminó con el triunfo de los primeros en la
batalla de Yungay (1839). Se produjo entonces la Restauración en el Perú, asumiendo
el poder el mariscal Agustín Gamarra.
Infancia
En junio de 1842 se celebró la paz con Bolivia, pero una vez más, en el Perú se
desató la guerra civil y la anarquía. En noviembre de 1842, el nuevo presidente del
Perú, general Francisco de Vidal, nombró a Juan Manuel Grau, vista de aduana en
Paita, puerto estrechamente ligado con la ciudad de Piura.14 Fue pues, en 1842,
cuando Miguel Grau empezó a vivir en Paita, junto con su padre y sus tres hermanos,
pero sin su madre, que permaneció en Piura:15
No es sencilla la vida de Juan Manuel Grau con sus hijos en el puerto de Paita,
sobre todo por la ausencia de la madre y la falta de un hogar con un ambiente
propicio para la formación de los niños. No tenemos mayor información sobre cómo
transcurre la vida cotidiana de esta familia incompleta en el puerto de Paita; en
todo caso, puede pensarse que el vínculo entre el padre y los hijos se fortalece, y
específicamente la relación afectiva entre el padre y Miguel... Desde otro ángulo,
este tiempo sirve para estimular en el niño Miguel las aptitudes para la vida
marinera. Paita es un anuncio de los asuntos del mar. La entrega de Grau a la
marina, que abarca toda su existencia, tiene en Paita su ambiente central y
propicio.
La casa de los Grau estaba ubicada en la parte baja de la ciudad, que en ese
entonces contaba con poco más de 5000 habitantes, pero que ya había visto nacer a
grandes héroes peruanos como los hermanos Manuel y Raymundo Cárcamo, que pelearon
en el combate del Dos de Mayo.16 También es de mencionar la familia de La Haza, de
la que salieron muchos marinos destacados (entre ellos, los hermanos José, Diego,
Ciríaco, Manuel, Pedro y Antonio de la Haza Rodríguez).17
Atraído por la vida marítima, Miguel, que solo tenía nueve años, obtuvo en marzo de
1843 el permiso paterno para embarcarse en el Tescua, un bergantín de la marina
civil dedicado al cabotaje entre Paita y otros puertos del litoral peruano y de los
países del norte hasta Panamá. El capitán del buque era Manuel Francisco Herrera,
compatriota y gran amigo de Juan Manuel Grau. Fue el punto de partida de la carrera
náutica de Miguel, pero se truncó inesperadamente. El buque naufragó frente a la
isla Gorgona y el aspirante a grumete se salvó milagrosamente, debiendo retornar a
la vida hogareña y escolar en Paita.1920
Por aquella época, Ramón Castilla volvió al poder, luego de derrotar en la batalla
de La Palma, el 5 de enero de 1855, al general José Rufino Echenique.
Alférez de fragata
El 4 de marzo de 1856 Grau recibió su primer ascenso, como alférez de fragata, y se
integró de modo formal al cuerpo de oficiales de la Marina de Guerra. Fue destinado
al Apurímac, el mejor buque de la escuadra, que estaba bajo el comando del capitán
de navío José María Salcedo (natural de Chile), y cuyo segundo comandante era el
teniente Emilio Díaz Seminario (hermano materno de Grau).36
La revolución adquirió los caracteres de una guerra civil, una de las más largas y
cruentas de la historia republicana peruana. La escuadra vivanquista llegó frente
al Callao en enero de 1857. La Apurímac se quedó allí, en una especie de bloqueo al
puerto, mientras que el resto de la escuadra siguió hacia el norte, para alentar a
la ciudadanía a levantarse. Los vivanquistas tomaron Trujillo y luego Chiclayo,
pero, perseguidos por Castilla, continuaron más al norte, para embarcarse en Paita
y caer en el Callao el 22 de abril, donde libraron enconada lucha en las calles del
puerto. Derrotado Vivanco, se retiró al sur y se atrincheró en Arequipa, ciudad que
resistió un largo asedio, para finalmente ser tomada sangrientamente, entre el 5 y
6 de marzo de 1858. Así finalizó la guerra civil, con el triunfo de las fuerzas
gobiernistas.4041
Uno tras otro, los buques rebeldes se fueron rindiendo. La última en rendirse fue
la fragata Apurímac, que fondeó en el Callao el 25 de marzo de 1858 y se puso a
disposición del Gobierno.40 Los marinos amotinados fueron separados del servicio
activo y borrados del escalafón oficial.42
Retrato de Grau.
Separado de la marina de guerra, Miguel Grau regresó a la marina mercante. De abril
de 1859 a marzo de 1862 sirvió en el bergantín goleta María Cristina, de propiedad
de José Antonio García y García, con el que navegó entre los puertos peruanos,
hasta Guayaquil, por el norte. En marzo de 1862, asumió el comando del bergantín
Apurímac, con el que hizo viajes desde el Callao, hasta Lambayeque, Paita y
Guayaquil, siendo el último realizado en esa ruta en septiembre de 1862, antes de
enrumbar a la Polinesia.43
El viaje a la Polinesia tenía como fin traer bajo contrato mano de obra barata al
Perú, la que escaseaba tras la abolición de la esclavitud dada por Castilla en
1854. Miguel Grau no participó de este negocio, sino solamente era el capitán del
buque contratado para tal labor. Partió del Callao a fines de septiembre de 1862,
haciendo una travesía normal, hasta que, al llegar a la isla Humphrey, sufrió un
fuerte temporal que hizo encallar a la nave (12 de noviembre de 1862). Grau y su
tripulación se salvaron con grandes esfuerzos, refugiándose en la isla, siendo
acogidos hospitalariamente por sus habitantes. Pocos días después fueron recogidos
por el bergantín Trujillo, a bordo del cual retornaron al Perú. Es de remarcar que
Grau no logró traer a ningún canaca o polinesio, debido al siniestro de su nave.
Otros colegas suyos si lograron tal objetivo, no dudando en usar el engaño y el
secuestro para cubrir sus cuotas.44 A los isleños, hombres y mujeres, se les hacía
firmar documentos de trabajo para luego embarcarlos y traerlos al Perú donde dicho
contrato no era respetado y en la práctica se convertían en esclavos.45 Para
contextualizar este episodio, es de saber que este proyecto de inmigración
polinesia auspiciado por el gobierno peruano, duró solo siete meses; en todo ese
tiempo participaron 33 buques, entre ellos 27 peruanos, 4 chilenos, un español y
uno de Tasmania. Realizaron 38 viajes y trasladaron a 3634 personas. El proyecto
concluyó el 28 de abril de 1863, por decisión del mismo gobierno peruano, que
suspendió las licencias otorgadas y aprobó la repatriación de los sobrevivientes a
su lugar de origen.44
En comisión a Europa
Arresto en Inglaterra
Ahora se sabe que tras este incidente estuvo el manejo oculto de la diplomacia
española, que trataba a toda costa impedir la llegada a su destino de los buques de
guerra adquiridos por el Perú, en momentos en que se agravaba el conflicto peruano-
español en aguas peruanas. Lo atestigua una comunicación de la legación de España
en Londres dirigida al primer secretario de Estado español, fechada el 19 de enero
de 1865 con carácter de reservado. Allí dice claramente el diplomático español a su
superior, que el arresto del comandante peruano en Plymouth fue el «resultado de
las gestiones indirectas y reservadas que tenía entabladas con autorización de V.
E.»69
La revolución restauradora
Artículo principal: Guerra civil peruana de 1865
Mientras que en Europa los representantes del gobierno peruano gestionaban y
agilizaban las compras de buques y armamentos, en Lima se negociaba
diplomáticamente el impasse surgido por la ocupación española de las islas de
Chincha. Al fin, el 27 de enero de 1865, el general Manuel Ignacio de Vivanco, como
representante del presidente Pezet, concluyó con el almirante español José Manuel
Pareja el llamado Tratado Vivanco-Pareja, por el cual, el Perú, si bien recuperaba
las islas Chincha, se comprometía a pagar tres millones de pesos como indemnización
por los gastos de la escuadra española. El acuerdo fue rechazado por un mayoritario
sector de la ciudadanía peruana que lo consideraba humillante y contrario a los
intereses del país. Tampoco fue aprobado por el Congreso. El 28 de febrero de 1865
estalló revolución restauradora encabezada por el coronel Mariano Ignacio Prado, en
Arequipa. Otro de los jefes revolucionarios era el general Pedro Díez-Canseco, en
su calidad de segundo vicepresidente del Perú. Pronto fueron apoyados desde el
norte por el coronel José Balta. Parte de la armada, al mando del capitán de
fragata Lizardo Montero se unió también a la revolución.72
Grau, como comandante de la Unión, apoyó desde el mar a las fuerzas revolucionarias
que combatían en tierra. Patrulló las costas, trasladó tropas, vigiló puertos,
transmitió informes, entre otras diversas comisiones. En plena revolución, el 22 de
julio de 1865, fue ascendido a la clase de capitán de fragata por el segundo
vicepresidente de la República, el general Pedro Díez-Canseco, que se encontraba en
ese entonces en la sierra central, junto con el coronel Mariano Ignacio Prado,
después de dominar todo el sur.7577 En el parte escrito por el mismo Miguel Grau y
elevado a la Comandancia General de Marina el 5 de octubre de 1865, estando al
ancla en el puerto chinchano de Tambo de Mora, se consigna una declaración de dicho
ascenso.78
El gobierno de Lima, por su parte, dio de baja a Grau, junto con otros jefes y
oficiales que se habían sumado a la revolución (16 de agosto).79
Guerra hispano-sudamericana
Artículo principal: Guerra Hispano-Sudamericana
Véase también: Combate de Abtao
En víspera de la declaratoria de guerra a España, el gobierno del Perú apresuró la
formación de una división naval, bajo el mando del capitán de navío Manuel Villar
Olivera e integrada por las fragatas Amazonas y Apurímac y las corbetas Unión y
América, recién llegadas de Europa. Grau seguía como comandante de la Unión,
mientras que el capitán de fragata Manuel Ferreyros lo era del América.81
Después del combate de Abtao, la flota aliada pasó a Huito, que tenía mejores
defensas. Las corbetas Unión y América salieron con rumbo al Estrecho de
Magallanes, en búsqueda de los blindados peruanos que venían de Europa. Pero al no
encontrarlos, enrumbaron a Valparaíso, que días antes había sido bombardeada por la
flota española. La Unión regresó a Huito, donde permaneció dos meses, hasta que el
15 de mayo partió nuevamente a Valparaíso. Luego se reunió con el resto de la flota
aliada en Ancud, a la espera de la llegada de la Independencia y el Huáscar.82
Mientras tanto, la guerra continuaba. La flota española se dirigió a las costas del
Perú, dispuesta a escarmentar al Callao, como lo hiciera con Valparaíso. Pero el
puerto peruano se hallaba preparado para responder el ataque. El 2 de mayo de 1866
se libró el combate del Callao, que en el Perú se conoce como combate del Dos de
Mayo. Después de más de cuatro horas de intenso bombardeo, la escuadra española se
retiró definitivamente, sin haber cumplido sus objetivos. En dicho combate murió el
ministro de Guerra y Marina del Perú, José Gálvez.85
Pardo partió a bordo del transporte de guerra Callao, donde también se embarcaron
los jefes y oficiales de la Marina designados para reemplazar a los renunciantes,
en caso de que estos persistieran en su actitud.90 Como estos, efectivamente, se
mantuvieron firmes en renunciar a sus puestos si no se revocaba a Tucker, Pardo les
remitió la siguiente orden circular, fechada el 5 de agosto de 1866:91
Que los jefes, oficiales y guardiamarinas se presenten en 24 horas a bordo de los
buques a donde harán renuncia, por el conducto regular, los que no quisieran
continuar en el servicio. Los que no cumpliesen con venir quedarán declarados
desertores de la armada al frente del enemigo.
Luego, ordenó a los marinos renunciantes que se embarcaran en el transporte Callao,
que les debía trasladar al puerto chalaco. Todos ellos obedecieron y entregaron los
buques a los marinos venidos a bordo del mismo transporte. Grau dejó la Unión al
capitán de corbeta Camilo N. Carrillo.91
El juicio duró seis meses. El 24 de enero de 1867 los jefes y oficiales detenidos
fueron llevados de la isla San Lorenzo al puerto del Callao. Al día siguiente,
entró en funciones el Consejo de Guerra, presidido por el mariscal Antonio
Gutiérrez de la Fuente e integrado por los generales de división, Manuel Martínez
de Aparicio, y José Rufino Echenique y por los generales de brigada, Pedro
Cisneros, Baltasar Caravedo, Luis La Puerta y Nicolás Freire.87
Grau tuvo como defensor a Luciano Benjamín Cisneros (hermano del poeta Luis
Benjamín Cisneros), conspicuo representante del foro limeño. La defensa de Cisneros
fue muy brillante y se basó en que no hubo insubordinación, por cuanto Grau había
acatado las órdenes del gobierno al embarcarse en el transporte Callao; que no hubo
rebelión, por cuanto no había desobedecido órdenes sino sólo había planteado su
renuncia; y finalmente, que no podía ser desertor, por cuanto el Gobierno era quien
lo había separado de su cargo. Además, el hecho de indisciplina quedaba descartado,
al haber presentado su petición de renuncia antes de que Tucker se hiciera cargo
del mando de la escuadra.87