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TEMA 3: ALTERACIONES DE LOS PROCESOS PSICOLÓGICOS

ALTERACIONES DE LOS PROCESOS PSICOLÓGICOS

Alteraciones de la conciencia y la identidad

El término conciencia tiene varios significados:

- Conocimiento subjetivo de la propia experiencia, es decir, al autoconocimiento de los propios procesos psicológicos.
- Prerrequisito para que funcionen el resto de las funciones y procesos cognitivos.

Por lo que se refiere a las alteraciones en la conciencia, clásicamente se han diferenciado:

- Alteraciones cuantitativas, en las que el deterioro se centra fundamentalmente en una disminución del nivel de
alerta. Dentro de estas están:
o La obnubilación: es el deterioro más leve del nivel de conciencia, manifestado fundamentalmente como
dificultad para mantener el estado de alerta, lo que conlleva dificultades en la atención, la percepción, el
pensamiento y la memoria, aunque no se pierde la capacidad de reconocimiento. Se requieren estímulos de
cierta intensidad para provocar una respuesta en el paciente, quien puede responder a instrucciones
sencillas, si bien su respuesta puede ser lenta.
o La somnolencia y el sopor: son estadios más graves, en los que el paciente puede llegar a dormirse si no es
estimulado. A diferencia del coma, aquí los reflejos y el tono muscular aún están conservados, aunque
disminuidos.
o El estupor: se caracteriza por falta de reacción y atención al ambiente; el paciente se muestra generalmente
inmóvil y sólo le es posible alcanzar un ligero estado de alerta mediante estímulos muy potentes.
Tradicionalmente se ha diferenciado el estupor psicógeno (presente en algunas depresiones y trastornos
psicóticos) del estupor orgánico, aunque las diferencias entre ambos son más teóricas que reales.
o El coma: sólo se conservan las funciones vegetativas, y su gravedad varía en función de la profundidad y de
las causas que lo provoquen.
- Alteraciones cualitativas, que, aunque también presentan un descenso de los niveles de vigilia, se caracterizan
además por una restricción del campo de la conciencia, por una alteración global del juicio de la persona (pudiendo
incluir alucinaciones, delirios, etc.) o bien por ambas. Dentro de estas están:
o El delírium: es una alteración orgánica que implica un deterioro cognitivo global que no se explica por la
existencia de una demencia y que suele tener un curso agudo y una duración relativamente escasa.
o Los estados crepusculares: son estados transitorios de inicio y fin súbitos, con amnesia lacunar posterior,
caracterizados por estrechamiento de la conciencia (similar a la de los estados hipnóticos), ausencia de
atención al entorno, curso del pensamiento confuso y explosiones emocionales junto con conductas
automáticas y alteraciones de la identidad.
Un aspecto que suele estar alterado en los estados de conciencia patológicos es la orientación, es decir, la capacidad
de la persona para saber quién es y quiénes son los demás, dónde está y en qué momento (hora, fecha, etc.).

También están las alteraciones que pueden ocurrir en cuanto a la consciencia del propio yo como individuo, es decir,
la experiencia del yo, el sentido de identidad. Hay varios tipos:
o La consciencia de los límites del sí mismo: la capacidad para diferenciarnos del entorno, para poder discernir
si los objetos o las otras personas están dentro de nosotros, forman parte de nosotros, o viceversa. Estas
alteraciones pueden aparecer en las psicosis, especialmente en la esquizofrenia, en la que en algunos casos el
paciente habla incluso en tercera persona.
o La consciencia de la actividad del sí mismo: nos experimentamos a nosotros mismos, como actores, como
actuando por nosotros mismos, y todos nuestros acontecimientos conscientes se asocian con ese sentimiento
de posesión personal, aunque normalmente no seamos conscientes de ello.
o La consciencia de unidad del sí mismo: las personas nos experimentamos como unidad, asumimos que
somos una persona, que nuestro pensamiento y conducta están integrados, aunque no seamos conscientes
de ese sentimiento de unicidad. -> Disociación.
o La experiencia del yo en cuanto reconocido como real: en los casos más graves, podemos encontrar que la
experiencia de la existencia de la persona está profundamente alterada, y ésta afirma que «no existe» o no
«existe nada». Por ejemplo:
 La despersonalización: cuando el individuo siente «como si» fuera irreal, o como si hubiera
cambiado en algún modo, o se siente «extraño a sí mismo».
 La desrealización: es cuando el cambio se produce en la consciencia del mundo exterior.
o La consciencia de identidad del sí mismo: la continuidad de la identidad a lo largo del tiempo. Esta
consciencia se encuentra alterada en algunos pacientes psicóticos, que a veces niegan ser siempre la misma
persona o afirman que en algún momento han cambiado completamente de ser una persona a otra.
o Las anomalías en la imagen o esquema corporal: en la representación mental del cuerpo.

Alteraciones de la atención

La atención es un proceso psicológico básico que permite controlar el flujo del procesamiento de la información y que cumple
diferentes funciones: fijación sobre estímulos o situaciones (concentración), capacidad para separar los estímulos relevantes de
los irrelevantes (atención selectiva) o mantenimiento de la vigilancia y receptividad al medio.

En cuanto a las alteraciones de la concentración hay:

- Hiperconcentración o estrechamiento de la atención: se caracteriza por un exceso de concentración sobre un tema,


vivencia, etc.
- Ausencia mental: la persona se encuentra demasiado ensimismada en sus propios pensamientos (exceso de
concentración) y no atiende a otra información externa que habitualmente es accesible, aunque sí que es capaz de
atender a otras actividades relacionadas con sus pensamientos.
- La falta de concentración: se caracteriza por la incapacidad o capacidad disminuida para prestar atención
persistentemente a una determinada actividad, objeto o vivencia y que lleva consigo una intensa distracción (el grado
más intenso de distracción y la ausencia completa de atención se denominan aprosexia).
- La laguna temporal: es constituida por una alteración de la atención como falta de concentración, que, como en el
caso de la ausencia mental, tampoco se puede considerar una experiencia mórbida.

En cuanto a las alteraciones en la atención selectiva, se refieren a problemas en la capacidad para separar los estímulos
relevantes de los irrelevantes, para seguir una fuente de información cuando hay otras muchas que compilen por atraer la
atención. La expresión más común de esta alteración es la distracción, que es un síntoma frecuente en una amplia variedad de
cuadros psicopatológicos (episodios maniacos, esquizofrenia, trastornos de ansiedad…).

También las alteraciones de la atención como vigilancia se pueden encontrar en diversos trastornos, como en la esquizofrenia,
la manía, en otras psicosis, en estados orgánicos o en los trastornos de ansiedad. Por vigilancia generalmente se entiende un
estado de alta receptividad o hipersensibilidad hacia el medio.

Alteraciones de la memoria

La memoria es una de las facultades superiores del ser humano, y se refiere a la capacidad para almacenar, retener y recuperar
información.

En cuanto a las alteraciones del recuerdo, y centrándonos en un enfoque cuantitativo, es decir, haciendo referencia a la
cantidad de recuerdos que la persona puede evocar. Hay varios tipos:

- Hipermnesia: se caracteriza por una afluencia excesiva de recuerdos.


- Amnesia: pérdidas totales o parciales de la memoria.
o Amnesia anterógrada: la persona no puede recordar la información posterior al comienzo de la amnesia.
o Amnesia retrógrada: la persona no puede recordar los acontecimientos que ocurrieron antes del
traumatismo. Puede ser lacunar (cuando lo olvidado se circunscribe a un período de tiempo, más típica del
síndrome amnésico) o selectiva (cuando lo olvidado se circunscribe a un tema, más habitual en las amnesias
funcionales).

Otras distorsiones del recuerdo se refieren a la invención de recuerdos, como:

- La confabulación: consiste en la fabricación de recuerdos para rellenar lagunas amnésicas que se dan en el síndrome
amnésico con estado de conciencia lúcida; el paciente puede inventarse recuerdos sin intención de mentir al intentar
dar respuesta a cosas que no recuerda y tener una continuidad en sus recuerdos. Un tipo especial es la ecmnesia,
cuando el paciente, literalmente, revive recuerdos del pasado como si aquellos acontecimientos estuvieran
sucediendo en el tiempo actual (Alzheimer).
- La pseudología fantástica: se da cuando los recuerdos inventados están motivados por necesidades afectivas del
paciente (excusas, darse importancia, ser el centro de atención y necesidad de aprobación).

Dentro de las distorsiones de la memoria en cuanto a reconocimiento están:

Falsos reconocimientos positivos:

- Las experiencias de déjà vu/déjà vécu (ya visto/ya vivido): tener la sensación de que ya se ha visto o vivido algo aun
sabiendo que es la primera vez que se está experimentando.
- Paramnesia reduplicativa: el paciente amnésico cree que el lugar en el que ahora se encuentra es exactamente igual a
otro en el que ya estuvo, pese a que la situación actual es completamente nueva.
- Los falsos reconocimientos: se pueden dar en algunos pacientes con síndrome de Korsakoff y cuadros delirantes,
consistentes en que el paciente reconoce a las personas que le rodean pese a que no las ha visto nunca antes.

Falsos reconocimientos negativos:

- El jamais vu (nunca visto): el individuo, aunque conoce y recuerda una situación o lugar, lo experimenta sin ninguna
sensación de familiaridad.
- La criptomnesia: recuerdos que no son experimentados como tales, sino que la persona cree que son experiencias
originales vividas por primera vez y de creación propia, es decir, la sensación de familiaridad está ausente.

También están las agnosias, que son problemas de reconocimiento debidos a un daño cerebral. Hay varios tipos:

- Visuales: para los colores, para los signos gráficos: alexia sensorial, para los números: alexia numérica o para las
fisionomías familiares: prosopagnosia—).
- Auditivas: afasia sensorial o de Wernicke, la amusia o táctiles.
- La somatoagnosia: es un tipo especial de agnosia referida al reconocimiento del cuerpo, e incluye la incapacidad para
reconocer partes de él, la autopagnosia.
- La agnosia digital: incapacidad para distinguir entre sí los propios dedos.

Alteraciones de la percepción

En las distorsiones perceptivas la persona percibe de un modo distinto del que cabría esperar según las características del
estímulo. Hay varios tipos:

- Hiperestesias: se percibe de manera más intensa.


- Hipoestesias o anestesias: se percibe de manera menos intensa.
- Macropsia: pueden tomar la forma de percepción aumentada.
- Micropsia: pueden tomar la forma de percepción reducida.
- Dismorfopsias: tienen alteración en la forma de percibir la forma.
- Sinestesia: una sensación se asocia a una imagen que pertenece a un órgano sensorial diferente, como ver colores
cuando se escucha música) como por defecto (p. ej., la escisión perceptiva: el objeto se fragmenta en sus
componentes, como ver, por una parte, a una persona que mueve los labios y, por otra, oír lo que está diciendo, como
si ambos hechos no tuvieran relación).
- Ilusión: es una percepción equivocada o errónea de un objeto concreto, es decir, la percepción no se corresponde con
las características objetivas del estímulo. Incluye desde fenómenos como las figuras reversibles hasta experiencias más
cotidianas, como «oír» pasos que nos siguen en una calle solitaria o «ver» a una persona a la que esperamos desde
hace media hora.
- Engaños perceptivos: se caracterizan por no fundamentarse en estímulos realmente existentes en ese momento y que
coexisten con el resto de percepciones «normales». Son las imágenes anómalas o pseudopercepciones, que o bien se
producen en ausencia de los estímulos que las activaron, o bien se mantienen a pesar de que el estímulo que las
produjo ya no está físicamente presente. Dentro de esto hay:
o Imágenes amnésicas: recuerdos de imágenes sensoriales que pueden presentarse de un modo
transformado, muchas veces a voluntad. Variantes de éstas son:
 Las imágenes eidéticas, representaciones casi exactas de impresiones sensoriales que quedan como
fijadas en la mente.
 Las imágenes parásitas, que fueron originadas por un estímulo o situación concretos que ya no están
presentes (p. ej., las canciones de verano que se repiten una y otra vez en la cabeza ante la
desesperación de quien quiere deshacerse de ellas). Otro tipo de
o Imágenes hipnopómpicas: asociadas al despertar.
o Imágenes hipnagógicas: asociadas al adormecimiento, que aparecen en estados de semiconsciencia entre la
vigilia y el sueño y que son comunes en la población normal (p. ej., oír el timbre del despertador antes de que
éste suene), aunque también pueden aparecer en la población clínica.
o Imágenes alucinoides: pueden darse en el espacio negro de los ojos cerrados (fenómeno de Miiller o
imágenes de la fiebre) o en el espacio externo a consecuencia del consumo de drogas (fantasiopsias), pero el
individuo no les otorga juicio de realidad.
o Los engaños perceptivos más graves son las alucinaciones, que son experiencias similares a la percepción que
se producen en ausencia del estímulo apropiado para producir tal percepción con toda la fuerza e impacto de
una percepción real y que no pueden ser dirigidas o controladas por quien las está experimentando (Slade y
Bentall, 1988). Se pueden dar en todas las modalidades sensoriales (auditivas, visuales, olfativas, gustativas,
táctiles o hápticas, somáticas o cenestésicas o viscerales, y cinestésicas), y pueden diferir en su grado de
complejidad: las hay simples o elementales (murmullos, resplandores, etc.) y complejas (voces,
conversaciones, objetos, etc.).
Por otra parte, hay que diferenciar otras experiencias perceptivas que no son, estrictamente hablando, alucinaciones,
ya que no cumplen todos sus criterios, por lo que se las considera variantes de la experiencia alucinatoria:
o Alucinación funcional: un mismo estímulo provoca, al mismo tiempo, una percepción normal y una
alucinación en la misma modalidad sensorial).
o Alucinación refleja: un estímulo produce al mismo tiempo una percepción normal y una alucinación, pero en
distinta modalidad sensorial.
o Pseudoalucinación:
 Experiencias alucinatorias en las que la persona otorga juicio de realidad a lo que percibe pero ubica
el origen de la experiencia en el espacio subjetivo interno y no en el exterior.
 Experiencia en la que la persona percibe algo pero no le otorga juicio de realidad, es decir, sabe que
es producto de su imaginación. Un ejemplo de este último caso son las «alucinaciones de viudedad»,
en las que la persona puede oír la voz del cónyuge fallecido o verlo claramente sentado en su sillón
favorito aunque sabe que tales percepciones no son reales.

Alteraciones del pensamiento, el lenguaje y el habla

Alteraciones del lenguaje y el habla

Representan un deterioro o un desarrollo deficiente de la comprensión o utilización de un sistema de símbolos y en muchos


casos se producen como resultado de una lesión cerebral. Los problemas más comunes que se pueden encontrar en este
apartado son (excluidas las alteraciones infantiles):

- La afasia: pérdida o deterioro de la capacidad para comprender o expresar ideas a través del lenguaje.
- La disartria: alteración en el tono y el movimiento de los músculos que controlan la articulación.
- La dislalia: dificultad para articular fonemas, sílabas o palabras.
- La parafasia: sustitución de letras, sílabas o palabras por otras cuya articulación es correcta.
- El agramatismo: dificultad para encadenar palabras en frases utilizando las reglas gramaticales.
- La aprosodia: incapacidad para la entonación, musicalidad, inflexión y cadencia del habla.
- La agrafía: pérdida en la capacidad ya adquirida para el lenguaje escrito.
- La alexia: pérdida en la capacidad ya adquirida para la lectura.
- La anomia: dificultad para encontrar palabras que designen objetos o personas.
- El mutismo: ausencia permanente o temporal del lenguaje expresivo verbal, ya adquirido previamente.
- La tartamudez: alteración de la fluidez y del ritmo del habla.
- La palilalia: repetición de una palabra que va incrementándose en su frecuencia.
- La logoclonía: repetición espasmódica de una sílaba en medio o al final de una palabra.
- La coprolalia: tics fónicos complejos consistentes en palabras y frases de carácter agresivo y soez.

Alteraciones del pensamiento


Normalmente se clasifican en función de si lo que está alterado es su forma, su contenido o ambos y se refieren
fundamentalmente a problemas en el discurrir del pensamiento, el “cómo” se piensa.

Según Ludwig (1986), los trastornos formales del pensamiento violan alguna o todas las características del pensamiento
normal:

a) Existen conexiones lógicas entre palabras, frases y oraciones, que están orientadas hacia una meta.
b) No hay tas digresiones como para que al oyente le sea difícil seguir la línea del pensamiento.
c) El número de unidades de información transmitido dentro de un marco temporal no es tan grande o tan pequeño
como para menoscabar la atención o comprensión del oyente.
d) Las palabras y frases son apropiadas y comunican un contenido significativo.
e) La comunicación está dirigida específicamente al oyente.
f) La comunicación fluye rítmicamente, sin estar cortada o desarticulada.

Las alteraciones más importantes que podemos encontrar en la forma, curso y ritmo del pensamiento son:

- La pérdida de asociaciones: ruptura en las conexiones entre las ideas o frases.


- La incoherencia, esquizoafasia o paragramatismos: discurso ininteligible, se pueden ignorar las reglas de la sintaxis y
no hay una adecuada conexión entre palabras.
- La fuga de ideas o descarrilamiento: las ideas se suceden con rapidez, cada frase puede estar más o menos conectada
lógicamente con la anterior, pero la meta cambia antes de que se elabore el pensamiento.
- La pobreza del habla o del pensamiento: respuestas monosilábicas.
- La pobreza del contenido del habla o del pensamiento o trastorno formal negativo del pensamiento: la duración de
las respuestas puede ser normal, pero proporcionan poca información.
- La presión del habla, logorrea, verborrea: incremento en la cantidad de habla espontánea.
- El habla distraída: se cambia de tema en respuesta a estímulos inmediatos.
- Tangencialidad: respuestas tangenciales, oblicuas, incluso irrelevantes.
- Circunstancialidad: discurso excesivamente detallado, con excesivos paréntesis.
- El bloqueo: se interrumpe el habla antes de completar una idea.
- La perseveración: repetición persistente y no volitiva de palabras, frases o ideas.
- La ilogicidad: se llega a conclusiones que no se siguen lógicamente de las premisas, con contradicciones internas en el
discurso.
- Las resonancias: palabras conectadas en función de sonidos y no del significado.
- Neologismos: formación de palabras nuevas.
- Las aproximaciones a palabras: uso de palabras de forma no convencional o creación de pseudopalabras.
- La ecolalia: repetición en eco de palabras o frases del interlocutor.

Por otro lado, dentro de las alteraciones que se refieren al contenido del pensamiento están:

- Delirios: son síntomas que no suelen ser difíciles de diagnosticar pero sí difíciles de definir. Para Jaspers, los delirios
son juicios falsos, que se mantienen con una extraordinaria convicción, que no son influibles por la experiencia ni por
conclusiones irrefutables y cuyo contenido es imposible. Otros autores añaden que estas creencias se experimentan
como verdades evidentes por sí mismas, normalmente son de gran trascendencia personal, no son compartidas por
personas del mismo contexto cultural o social y su contenido es a menudo fantástico o claramente imposible.
- Ideas sobrevaloradas: Se trata de ideas en las que la persona se implica emocionalmente, que determinan de una
manera importante su comportamiento y que se mantienen con intensa convicción, puesto que se creen justificadas.
Son ideas «comprensibles», en función de la experiencia y la personalidad del individuo, pero que al poseer una fuerte
carga afectiva ocupan una posición central en el sistema de creencias del individuo. La diferencia más importante con
los delirios es que poseen cierto grado de validación consensual y normalmente se refieren a cuestiones sociales,
políticas o religiosas (p. ej., la importancia de la salud, de la belleza, del trabajo, etc.).
- Obsesiones: se caracterizan por ser ideas, pensamientos, imágenes o impulsos persistentes que se experimentan
como invasores. La persona siente que difícilmente puede deshacerse de ellas.
- Preocupaciones: se refieren a la prominencia y perseveración de uno o varios temas o tópicos que son recurrentes en
los pensamientos y conversaciones del paciente. Normalmente, están relacionadas con las emociones, especialmente
con la depresión y la ansiedad. En el caso de la depresión, se denominan rumiaciones, suelen girar sobre
acontecimientos negativos del pasado y adoptan en muchos casos la forma de autorreproches. En el caso de la
preocupación ansiosa (worry), los pensamientos están relacionados con acontecimientos futuros que la persona no
sabe cómo se van a desarrollar y qué consecuencias van a tener.

Alteraciones afectivas

Las emociones y los afectos son, en sí, respuestas normales, por lo que diferenciar entre psicopatología y «normalidad» es
muchas veces difícil. Para ello, es necesario considerar, al menos, los siguientes aspectos:

a) Forma de aparición: si hay presencia de estímulos, patrones diurnos, factores situacionales, etc.
b) Grado de adecuación: si el afecto es apropiado o congruente, si existen discrepancias entre lo que la persona dice y su
conducta no verbal, o discrepancias con el contexto.
c) Rango de la respuesta afectiva: variedad de tipos de afectos que la persona es capaz de expresar.
d) Grado de proporcionalidad o intensidad: si existe relación entre la intensidad de la reacción emocional y el estímulo
que la provoca.
e) Grado de reactividad: si se producen cambios afectivos en función de la situación, vivencia, etc.
f) Grado de movilidad: si el afecto se ve constreñido, fijo, inmóvil o excesivamente lábil.

En cuanto a variaciones transitorias en el estado emocional están:

- La labilidad afectiva: cambios rápidos en el humor, provocados o no por estímulos externos.


- La incontinencia afectiva: falta de control de la expresión afectiva, que es desmesurada).
- La ambivalencia afectiva: coexistencia de sentimientos positivos y negativos con respecto a la misma vivencia.
- La rigidez afectiva: Los sentimientos persisten con independencia de la situación.
- La indiferencia afectiva, frialdad afectiva, embotamiento afectivo o apatía: dificultad para responder afectivamente y
modular la respuesta emocional.
- La paratimia, afecto discordante o inadecuado: afecto dispar o inadecuado con el contenido de la vivencia o el
contexto en que se produce.
- La anhedonia: incapacidad para experimentar placer o agrado.
- La alexitimia: escasa conciencia de los estados de ánimo, confusión con respecto a ellos y dificultad para expresar
emociones.

Por otro lado hay alteraciones más duraderas en el estado de ánimo como:

- La disforia: estado de ánimo displacentero, molesto.


- La hipotimia o tristeza patológica: estado de ánimo decaído, triste.
- La euforia: estado de ánimo expansivo, elato o alegría patológica: sentimiento exagerado de bienestar; la persona se
siente llena de energía, optimista, alegre.
- El enfado y la ira: sentimientos de tensión, irritabilidad, asociados a fácil provocación de disgusto o ira.
- La ansiedad: sentimientos de nerviosismo, tensión, miedo, temor, incluso pánico).

Alteraciones de la actividad motora y la conducta intencional

Son las alteraciones relacionadas con los movimientos observables de la persona, tanto voluntarios como involuntarios, así
como su manera de actuar y comportarse. En general, las alteraciones en la esfera de la psicomotricidad suelen dividirse en:

- Si suponen un aumento de movimientos:


o Hipercinesia o agitación psicomotriz: términos que describen una actividad excesiva o inapropiada. Se
denomina inquietud psicomotora cuando se trata de manifestaciones más leves.
o Temblores: movimientos oscilatorios involuntarios, rítmicos y regulares que se producen en una parte distal
del cuerpo).
o Convulsiones: contracciones bruscas y violentas de la musculatura voluntaria asociadas a los movimientos
espasmódicos, que se dan en los cuadros epilépticos.
o Tics: movimientos involuntarios, repetidos y espasmódicos, más o menos breves, que carecen de meta y que
suelen implicar a pocos grupos musculares).
- Si suponen una disminución de movimientos:
o Acinesias y las parálisis: la actividad está ausente.
o Hipocinesia o bradicinesia: la actividad está enlentecida (se utiliza generalmente el término retraso o retardo
psicomotor cuando el enternecimiento no se debe a causas físicas).
Por otro lado, están las alteraciones con movimientos inducidos. Por ejemplo:

- Obediencia automática: el paciente ejecuta automáticamente nuestras solicitudes, colaborando de manera


exagerada.
- El negativismo: resistencia a hacer lo que se le pide, sin motivación aparente.
- La ambitendencia o ambivalencia motora: se realiza un movimiento y casi simultáneamente el contrario.
- La perseveración: el paciente es incapaz de cambiar de una tarea a otra; Bleuler lo exploraba tomando el pulso del
paciente con su brazo extendido; una vez hecho y abandonado el brazo, la persona, en vez de bajarlo, lo seguía
manteniendo en alto).
- La flexibilidad cérea: existe cierta resistencia plástica, como si estuviera moldeando un trozo de arcilla.
- Los ecosíntomas: repetición automática de:
o Ecopraxia o ecocinesis: movimientos.
o Econimia: gestos.
o Ecolalia: palabras.

Algunos ejemplos de alteraciones en los movimientos involuntarios son:

- Las estereotipias: movimientos repetitivos, más o menos complejos, que se producen reiteradamente sin finalidad y
fuera de contexto.
- Los automatismos: ocurren cuando la conciencia está alterada, como en las crisis epilépticas, el sonambulismo, etc.

Por lo que se refiere a las alteraciones de los movimientos voluntarios y conducta intencional están:

- Los manierismos o amaneramientos: movimientos a los que les falta naturalidad y que suenan forzados, afectados,
exagerados o rebuscados.
- Las compulsiones: rituales repetitivos y estereotipados que la persona se siente obligada a realizar y cuyo fin suele ser
neutralizar las obsesiones a las que suelen ir ligadas.
- Los impulsos: actos que se realizan sin deliberar ni reflexionar en sus consecuencias; tendencias irresistibles a realizar
alguna actividad, sin otra finalidad que no sea la de seguir el propio impulso.
- También habría que valorar, dentro de la conducta intencional, si la persona presenta conductas de evitación (cuando
la persona elude enfrentarse a un objeto o situación temida) y de comprobación (cuando la persona necesita verificar
repetidamente alguna situación).

Por último están las alteraciones de los movimientos expresivos o de la mímica:

- Alteraciones cuantitativas, como las hipermimias (por exceso) y las hipomimias (por defecto).
- Alteraciones cualitativas, como las dismimias o paramimias, que consisten en una discordancia entre el afecto de la
persona y su expresión facial.

Alteraciones de las funciones fisiológicas: sueño, apetito e ingesta y sexo

En el caso del sueño:

- Insomnio inicial: dificultad para conciliar el sueño, que se cuantifica como tardar más de treinta minutos en quedarse
dormido.
- Insomnio tardío o despertar precoz: consiste en despertarse entre una y tres horas antes de la hora habitual con la
dificultad de volver a conciliar el sueño.
- Insomnio medio: consiste en estar despierto más de treinta minutos durante la noche. Este último patrón puede tener
la forma de insomnio intermitente, en el que la persona se despierta varias veces a lo largo de la noche.
- Parasomnias:
o Sonambulismo: presencia repetida de episodios de conductas motoras complejas durante la fase de sueño
profundo.
o Pesadillas: sueños desagradables que aparecen en la fase REM.

Por lo que se refiere a las alteraciones en el apetito:

- Inapetencia o anorexia: quejas de falta de apetito.


- Hiperfagia: aumento de éste.
- Adipsia y polidipsia: ingestia de líquidos.
- Patrón de picoteo o de atracón: se realiza para mitigar un estado de ánimo disfórico.

Por último, por lo que se refiere a la conducta sexual:

- Parafilias: respuesta sexual exclusivamente en determinadas condiciones que implican objetos o situaciones
específicos, como el exhibicionismo, las paidofilias, las coprofilias, etc.

CONCLUSIONES Y TENDENCIAS FUTURAS

Tradicionalmente se ha diferenciado entre:

- Psicopatología descriptiva: centrada en la identificación de los signos y síntomas de los trastornos mentales, sin
prestar atención a cómo se originan.
- Psicopatología explicativa: interesada por los mecanismos que generan dichas manifestaciones.

Sin embargo, esta distinción ha tenido consecuencias bastante negativas, y ha generado también cierta confusión.

La función de la psicopatología es la descripción, pero también la explicación, de la experiencia anómala. Necesariamente la


psicopatología debe aportar un lenguaje a la psicología clínica y a la psiquiatría, pero también ofrecer un marco desde el cual
comprender y explicar los problemas mentales, marco totalmente necesario para poder abordarlos desde la evaluación y el
tratamiento.

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