Socrates

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INTRODUCCIÓN

Pocas cosas se conocen con certeza de la biografía de Sócrates. Fue hijo de una
comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco, emparentado con Arístides el Justo.
En su juventud siguió el oficio de su padre y recibió una buena instrucción; es posible que
fuese discípulo de Anaxágoras, y también que conociera las doctrinas de los filósofos
eleáticos (Jenófanes, Parménides, Zenón) y de la escuela de Pitágoras.

Aunque no participó directamente en la política, cumplió ejemplarmente con sus


deberes ciudadanos. Sirvió como soldado de infantería en las batallas de Samos (440),
Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422), episodios de las guerras del Peloponeso en
que dio muestras de resistencia, valentía y serenidad extraordinarias. Fue maestro y
amigo de Alcibíades, militar y político que cobraría protagonismo en la vida pública
ateniense tras la muerte de Pericles; en la batalla de Potidea, Sócrates salvó la
vida a Alcibíades, quien saldó su deuda salvando a Sócrates en la batalla de
Delio.
SÓCRATES
1. Generalidades:

Sócrates (en griego antiguo, Σωκράτης, Sōkrátēs; Atenas, 470-ib., 399 a.


C.)1234 fue un filósofo clásico griego considerado como uno de los más grandes,
tanto de la filosofía occidental como de la universal. Fue maestro de Platón, quien
tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo estos tres los representantes
fundamentales de la filosofía de la Antigua Grecia.

Sócrates fue figura principal de la transformación de la filosofía griega en un


proyecto continuo y unificado. Luego, sabemos que pasó gran parte de su vida
generando discusiones con todo el mundo en Atenas, tratando de determinar si
alguien tenía alguna idea de lo que estaba hablando, especialmente cuando el
tema tratado era importante, como la justicia, la belleza o la verdad. No dejó
ningún escrito, pero inspiró a muchos discípulos. En su vejez, se convirtió en el
foco de la hostilidad de muchos de la ciudad quienes veían a los sofistas y a la
filosofía, intercambiablemente, como los destructores de la piedad y moral de la
ciudad; y fue ejecutado en 399 a. C. Detalles de la vida de Sócrates son conocidos
gracias a tres fuentes contemporáneas: los diálogos de Platón, las obras de
Aristófanes y los diálogos de Jenofonte. No hay ninguna evidencia de que
Sócrates haya publicado algún escrito de su autoría.

Sócrates fue el padre de la filosofía política y de la ética y es la principal


fuente de todos los temas importantes de la filosofía occidental en general; quizás
su contribución más importante al pensamiento occidental es su modo dialéctico
de indagar, conocido como el método socrático o método de «elencos», el cual
aplicaba para el examen de conceptos morales clave, tales como el bien y la
justicia.

1.1. Biografía

1.1.1. Primeros años

Nació en Atenas, donde vivió durante los dos últimos tercios del siglo V a.
C.,123 la época más espléndida en la historia de su ciudad natal, y de toda la
antigua Grecia. Fue hijo de Sofronisco, de profesión cantero, motivo por el que en
su juventud lo llamaban Σωκράτης Σωφρονίσκου (Sōkrátēs Sōfronískou, ‘Sócrates
hijo de Sofronisco’), y de Fenáreta, comadrona, emparentados con Arístides el
Justo.

Según Plutarco, cuando Sócrates nació, su padre recibió del oráculo el


consejo de dejar crecer a su hijo a su aire, sin oponerse a su voluntad ni reprimirle
sus impulsos.89 No obstante, ni Jenofonte ni Platón mencionan esta intervención
del oráculo, lo que hace pensar que pueda ser una tradición popular muy
posterior.

1.1.2. Educación

Recibió una educación tradicional: literatura, música y gimnasia. Más tarde


se familiarizó con la dialéctica y la retórica de los sofistas. Al principio, Sócrates
siguió el trabajo de su padre; realizó un conjunto de estatuas de las tres Gracias,
que estuvieron en la entrada de la Acrópolis hasta el siglo II a. C. Tuvo por
maestro al filósofo Arquelao quien lo introdujo en las reflexiones sobre la física y la
moral.

1.1.3. Matrimonio

Se casó con Xantipa (o Jantipa), que era de familia noble. Según una
tradición antigua, trataba muy mal al filósofo, aunque en realidad Platón muestra,
al narrar la muerte de Sócrates en el Fedón, una relación normal e incluso buena
entre los dos.

1.1.4. Vida política y militar

Durante la guerra del Peloponeso contra Esparta, sirvió como hoplita con
gran valor en las batallas de Potidea en el 432 a. C.-430 a. C., Delio en el 424 a.
C., y Anfípolis en el 422 a. C.

Fue obediente con las leyes de Atenas, pero evitaba la política. Creía que
podría servir mejor a su país dedicándose a la filosofía.

1.1.5. Aspecto
Era de pequeña estatura, vientre prominente, ojos saltones y nariz
exageradamente respingona. Su figura era motivo de chanza. Alcibíades lo
comparó con los silenos, los seguidores ebrios y lascivos de Dioniso.

Platón consideraba digno de ser rememorado el día en que le lavó los pies
y le puso sandalias, y Antifón, el sofista, decía que ningún esclavo querría ser
tratado como él se trataba a sí mismo. Llevaba siempre la misma capa, y era
tremendamente austero en cuanto a comida y bebida.

Desde muy joven, llamó la atención de los que lo rodeaban por la agudeza
de sus razonamientos y su facilidad de palabra, además de la fina ironía con la
que salpicaba sus tertulias con los ciudadanos jóvenes aristocráticos de Atenas, a
quienes les preguntaba sobre su confianza en opiniones populares, aunque muy a
menudo él no les ofrecía ninguna enseñanza.

1.1.6. Legado

El principal legado de Sócrates es quizá su propia muerte: un filósofo


condenado a muerte por la democracia de Atenas, por introducir nuevos dioses.

La base de sus enseñanzas y lo que inculcó, fue la creencia en una


comprensión objetiva de los conceptos de justicia, amor y virtud; y el conocimiento
de uno mismo. Sócrates describió el alma (psique) como aquello en virtud de lo
cual se nos califica de sabios o de locos, buenos o malos, una combinación de
inteligencia y carácter.

Asumiendo una postura de ignorancia, interrogaba a la gente para luego


poner en evidencia la incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le denominó
«ironía socrática», la cual queda expresada con su célebre frase «Solo sé que no
sé nada» (Ἓν οἶδα ὅτι οὐδὲν οἶδα, hèn oîda hóti oudèn oîda).

A la vez, fue capaz de llevar tal unidad al plano del conocimiento, al


sostener que el conocimiento es virtud y la ignorancia vicio. Su inconformismo lo
impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al conocimiento de los que se decían
sabios, aunque él mismo no se consideraba un sabio, aun cuando uno de sus
mejores amigos, Querefonte, le preguntó al oráculo de Delfos si había alguien más
sabio que Sócrates, y la Pitonisa le contestó que no había ningún griego más
sabio que él (Apología 21a). Al escuchar lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo, y
comenzó a buscar alguien más sabio que él entre los personajes más
renombrados de su época, pero se dio cuenta de que en realidad creían saber
más de lo que realmente sabían.

Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener una gran sabiduría, en


cambio, Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le rodeaba como de la
suya propia. Esto lo llevó a tratar de hacer pensar a la gente y hacerles ver el
conocimiento real que tenían sobre las cosas.

Creía que todo vicio es el resultado de la ignorancia y que ninguna persona


desea el mal; a su vez, la virtud es conocimiento y aquellos que conocen el bien
actuarán de manera justa. Su lógica hizo hincapié en la discusión racional y la
búsqueda de definiciones generales. En este sentido influyó en su discípulo Platón
y, a través de él, en Aristóteles.

Creía en la superioridad de la discusión sobre la escritura y, por lo tanto,


pasó la mayor parte de su vida de adulto en los mercados y plazas públicas de
Atenas, iniciando diálogos y discusiones con todo aquel que quisiera escucharle, a
quienes solía responder mediante preguntas.

La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de


conocimientos, sino en revisar los conocimientos que se tienen y a partir de ahí
construir conocimientos más sólidos.

El poder de su oratoria y su facultad de expresión pública eran su fuerte


para conseguir la atención de las personas. Otro pensador y amigo influenciado
por Sócrates fue Antístenes, el fundador de la escuela cínica de filosofía. Sócrates
también fue maestro de Aristipo, que fundó la filosofía cirenaica de la experiencia y
el placer, de la que surgió la filosofía más elevada de Epicuro. Tanto para los
estoicos como el filósofo griego Epicteto, Sócrates representó la personificación y
la guía para alcanzar una vida superior.
Tuvo gran influencia en el pensamiento occidental, a través de la obra de su
discípulo Platón.

1.1.7. Dialéctica

Fue el verdadero iniciador de la filosofía en cuanto que le dio su objetivo


primordial de ser la ciencia que busca en el interior del ser humano. El método de
Sócrates era dialéctico: después de plantear una proposición analizaba las
preguntas y respuestas suscitadas por la misma. Esto le convierte en una figura
extraordinaria y decisiva; representa la reacción contra el relativismo y
subjetivismo sofista, y es un singular ejemplo de unidad entre teoría y conducta,
entre pensamiento y acción.

1.1.8. Mayéutica

Privilegió un método, al cual denominó (probablemente evocando a su


madre partera) mayéutica, es decir, lograr que el interlocutor descubra sus propias
verdades. La mayéutica fue su más grande mérito, método inductivo que le
permitía llevar a sus alumnos a la resolución de los problemas que se planteaban
por medio de hábiles preguntas cuya lógica iluminaba el entendimiento. Según
pensaba, el conocimiento y el autodominio habrían de permitir restaurar la relación
entre el ser humano y la naturaleza

1.1.9. Política

Se argumenta que Sócrates creía que "los ideales pertenecen a un mundo


que sólo el hombre sabio puede entender", haciendo del filósofo el único tipo de
persona adecuada para gobernar a otros. En el diálogo de Platón, la República,
Sócrates se oponía abiertamente a la democracia que dirigía Atenas durante su
vida adulta. Según él la democracia ateniense no se encontraba a la altura de un
gobierno ideal representado por un perfecto régimen dirigido por filósofos. Sin
embargo, es posible que el Sócrates de la República de Platón esté coloreado por
las propias opiniones de Platón. Durante los últimos años de la vida de Sócrates,
Atenas estaba en continuo cambio debido a la agitación política. La democracia
fue finalmente derrocada por una junta conocida como los treinta tiranos, dirigida
por el pariente de Platón, Critias, que había sido estudiante y amigo de Sócrates.
Los tiranos gobernaron durante aproximadamente un año antes de que la
democracia ateniense se reinstalara, momento en el que declaró una amnistía
para todos los acontecimientos recientes.

La oposición de Sócrates a la democracia se niega a menudo, y la pregunta


es uno de las discusiones filosóficas mayores al intentar determinar exactamente
lo que Sócrates creyó. El argumento más fuerte de aquellos que afirman que
Sócrates no creía realmente en la idea de los reyes filósofos es que la visión no se
expresa antes de la República de Platón, que es ampliamente considerada uno de
los diálogos "medios" de Platón y no representativa de las visiones históricas de
Sócrates. Además, según la Apología de Sócrates de Platón, un diálogo
"temprano", Sócrates se negó a seguir la política convencional; a menudo
afirmaba que no podía mirar los asuntos ajenos o decirle a la gente cómo vivir sus
vidas cuando todavía no sabía cómo vivir la suya. Él creía que era un filósofo
comprometido en la búsqueda de la Verdad, y no pretendía saberlo
completamente todo. La aceptación de Sócrates de su sentencia de muerte
después de su condena también puede servir para apoyar esta opinión. A menudo
se afirma que gran parte de las tendencias antidemocráticas son de Platón, que
nunca fue capaz de superar su disgusto por lo que se hizo a su maestro.

En cualquier caso, es claro que Sócrates pensó que las leyes de los Treinta
Tiranos era también objetables; cuando se le llamó para ayudar en la detención de
un compañero ateniense, Sócrates se negó y escapó por poco de la muerte antes
de que los tiranos fueran derrocados. Sin embargo, cumplió su deber de servir
como Prytanis cuando se juzgó a un grupo de generales que presidieron una
desastrosa campaña naval; incluso entonces, mantuvo una actitud intransigente,
siendo uno de los que se negaron a proceder de una manera no respaldada por
las leyes, a pesar de la intensa presión. A juzgar por sus acciones, consideró las
leyes de los Treinta Tiranos menos legítimas que el Senado Democrático que lo
condenó a muerte.
El aparente respeto de Sócrates por la democracia es uno de los temas
enfatizados en la obra de 2008, Sócrates on Trial de Andrew David Irvine. Irvine
sostiene que fue debido a su lealtad a la democracia ateniense por lo que
Sócrates estuvo dispuesto a aceptar el veredicto de sus conciudadanos.18 Como
dice Irvine: "Durante un tiempo de guerra y gran revuelo social e intelectual,
Sócrates se sintió obligado a expresar sus puntos de vista abiertamente, sin
importarle las consecuencias, por lo que hoy se le recuerda no sólo por su ingenio
agudo y su alto nivel ético sino también por su lealtad al punto de vista de que en
una democracia la mejor manera de que un hombre se sirva a sí mismo, a sus
amigos y a su ciudad -incluso durante tiempos de guerra- es ser leal y hablar
públicamente de la verdad ".

1.1.10. Obras

Sócrates no escribió ninguna obra porque creía que «cada uno debía
desarrollar sus propias ideas». Conocemos en parte sus ideas desde los
testimonios de sus discípulos: Platón, Jenofonte, Aristipo y Antístenes, sobre todo.

Tampoco fundó una escuela regular de filosofía. Todo lo que se sabe con
certeza sobre sus enseñanzas se extrae de la obra de Platón, que atribuyó sus
propias ideas a su maestro, y describió a Sócrates escondiéndose detrás de una
irónica profesión de ignorancia, conocida como ironía socrática, con gran ingenio y
agudeza mental.

Además de los discípulos mencionados, tuvo otros discípulos y oyentes,


entre los que pueden recordarse a Euclides de Megara, Fedón de Elis y Esquines
de Esfeto.

1.1.11. Obras principales

La postura de Sócrates ante el mundo intelectual de su época es


la resistencia a la sabiduría tradicional, él continuamente se retiraba a su casa
para recobrar su paz interior, su entendimiento, su armonía con su "yo individual" y
cíclicamente volvía a enfrentar la "vida pública" en las calles de la polis, las plazas,
y cualquier lugar que encontrara en sus caminatas. Argumentaba sus ideas,
enseñaba a quienes no presentaban egos de grandeza y sin cobrar nada a nadie
por sus clases, pero ¿acaso no pudo plasmar sus ideas, dejarlas por escrito?,
lamentándolo mucho eso no fue posible. Según el Diccionario de la Real
Academia Española (2001), una obra hace referencia a
cualquier producto intelectual en ciencias, letras o artes, y con particularidad el
que es de alguna importancia. También es aplicable a alguna cosa hecha o
producida por un agente. Entonces, a partir de este concepto, podemos dar a
conocer las ideas de Sócrates, sus pensamientos y acciones, todas ellas escritas
por sus cuatro grandes seguidores (Jenofonte, Aristófanes, Platón y Aristóteles),
entre ellas tenemos:

Cuadro Nº 1

Obras de Sócrates

 El Conocimiento de uno mismo

 La Definición y la Dialéctica

 Intelectualismo Moral

 El Conocimiento de uno mismo

Relata Sobrino (2008), que cuando se entraba al templo de Delfos, estaba


la inscripción "conócete a ti mismo", dicha advertencia invitaba al ser humano a
indagar en su naturaleza, en su esencia, es decir, en el mismo individuo, ese "yo
interior". Sócrates optó por dedicarse a reflexionar sobre sí mismo, sobre la vida
del hombre en la polis, sobre las individualidades y su interrelación con los demás.

 La Definición y la Dialéctica

El entendimiento radica en la definición. Quien no tiene la habilidad de


definir la justicia, no la conoce y no sabe valorar lo que es justo, y lo mismo ocurre
con las demás virtudes.  La dialéctica es una técnica de la conversación o
demostración lógica cuyo fin es buscar nuevas ideas o crear los conceptos,
mediante el arte de la pregunta que hagan descubrir al otro interlocutor su propia
ignorancia, utilizando así el recurso de la ironía, utilizando también la Mayéutica
que mediante preguntas, va haciendo que el discípulo descubra nociones que en
él estaban latentes.

 Intelectualismo Moral

El mismo Echegoyen (2009), manifiesta que el intelectualismo moral es una


teoría que se basa en la conducta moral desde el conocimiento del bien y la
justicia, dicha tesis afirma que sí solo se conoce a fondo estos dos conceptos
(bien y justicia) se podrá realizar, es decir, sí se conoce, entonces es realizable.

Aportes

 El Conocimiento de uno mismo

A Sócrates se le considera según Sobrino (2008), el fundador de la ética,


de la ciencia de la moral, reconociendo que cada persona presenta límites y por lo
tanto a medida que indaga más sobre un tema, descubre que hay más cosas por
conocer, que cada vez aparecen nuevas verdades, nuevos conocimientos, nuevas
ideas y al revisarlas nos vemos en la necesidad de reconocer nuestra ignorancia,
de saber que el ser humano no se la sabe todas, de reconocer nuestras
debilidades, quizás las fortalezas engrandezcan el ego, pero si en ego se apodera
del ser, entonces uno mismo se desconoce, se pierde, deja su brillantes y toca la
estupidez. También afirmaba que el concepto moral de virtud reside en el
conocimiento, es una riqueza interior que proviene de ser sabio, se puede saber y
enseñar y solo el ignorante se equivoca obrando mal.

El secreto de la sabiduría era reconocer sus propios errores y los errores de


los demás, cuando Sócrates conocía algún sabio, este creía que lo sabía todo, y
Sócrates le daba a relucir sus errores, partiendo de la premisa de que no hay que
alimentar el ego, pues el ego destruye la sabiduría. Él mismo llegó a decir: "Sólo
sé que no sé nada".

Para Sócrates, era necesario tener dominio de sí mismo, dominar las


pasiones, sus apetitos y tener control sobre sí mismo. Es importante saber quién
es cada uno y el rol que cumple en una sociedad, por ejemplo, para ser un buen
zapatero implica conocer los zapatos, sus formas, los tipos y su función, ahora
bien, sí queremos preguntarnos en qué consiste ser un hombre bueno (o mujer
buena), lo primero que necesitamos saber, es en qué consiste eso de ser bueno y
para saberlo necesariamente tenemos que conocernos, indagar nuestras
fortalezas y nuestras debilidades, una vez que nos conozcamos, podremos
aprender a cuidar de nosotros, pero si no, nunca lo haremos.

Dicho de otra manera, el conocer implica funcionalidad, y la función es en


esencia gobernar, regir o controlar, ¿pero cómo se logra esto?, solo si sus
cimientos o sus bases están asentadas en la verdad. De aquí que Sócrates no
hable de una pluralidad de virtudes, sino de la unidad de la virtud, la cuál es la
sabiduría, y el camino para hallarla parte desde el interior del ser humano, cuando
somos capaces de reconocernos, de saber quién soy, entonces podremos ayudar
al prójimo, alguien podría recordar la reflexión bíblica del Evangelio de Lucas 6,
37-42 que dice: "¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves
la viga que está en el tuyo?". Muchas veces vemos los defectos de los demás y
nos parecen feos y terribles, pero esos mismos defectos o quizás peores en uno
mismo, nos parecen insignificantes y encima se llegan a justificar.

 Definición y Dialéctica

La definición expresa el núcleo común de todos los actos virtuosos y sólo


ella sirve de criterio para diferenciarlos de los que no lo son. La universalidad de la
moral se sustenta en la razón, fijando así la esencia inmutable de la realidad
investigada a través de la inducción, es decir, extrayendo a partir de determinadas
observaciones o experiencias particulares y basado en cuatro principios básicos:
la observación y la anotación de todos los hechos; elanálisis y el orden de los
hechos; la obtención inductiva de una generalización a partir de los hechos; y la
contrastación. Esto supone que, tras una primera fase de observación, análisis y
clasificación de los hechos, se deriva una hipótesis que soluciona el problema
planteado. Una manera de llevar a cabo el método inductivo es proponer, a partir
de la observación repetida de objetos o acontecimientos de la misma naturaleza,
una conclusión para todos los objetos o eventos de dicha naturaleza.
En la búsqueda de una definición, se usa un método basado en el diálogo,
la llamada Dialéctica. Sus características son, según Echegoyen (2009): 

1.      Ironía. Con ella se trata de deshacer los prejuicios.

2.      Mayeutica. Arte de descubrir la verdad mediante hábiles preguntas.

3.      Reducción al absurdo. Con ella se refutan las tesis contrarias Si nuestra tesis
es p, llegamos a una contradicción con (p (tesis contraria) y deducimos p.
Formalización:

4. Inducción. Conclusión de una definición general a partir de casos particulares


semejantes.

El razonamiento inductivo tiende a ser completo, sí la conclusión no aporta


más información que la dada por las premisas, o incompleto, sí la conclusión va
más allá de los datos que aportan las premisas; la verdad de las premisas no
garantiza la verdad de la conclusión. Veamos dos cuadros a manera de ejemplos.

 El Intelectualismo Moral

Según Echegoyen (2009), un hombre bueno es el que obra bien, pero para
ello ha de conocer qué es el bien. Sócrates sostiene que el bien es la máxima
felicidad, por ello, el que conoce el bien no obra mal, pues siente que puede
perder esa felicidad. Para llegar al Intelectualismo Moral es necesario y obligatorio
definir que es el bien y los demás términos morales. 

La templanza, la prudencia, la fortaleza, la justicia, la piedad, la fe, la


esperanza, la caridad y muchas más virtudes se reducen a una sola: La Sabiduría.
A continuación, presentamos el cuadro nº 4, de dicho concepto.

Cuadro Nº 4

Concepto de Sabiduría.
La sabiduría apunta nuestra voluntad hacia el bien, por lo tanto, se tiene que
recordar:

 Quien obra mal es porque desconoce qué es el bien, sino su propia


voluntad le obligaría a obrar bien. 

 El intelectualismo moral de Sócrates negará el escepticismo y el


relativismo, afirmando que sin el conocimiento no existe la virtud, es decir,
solamente el que sabe llega a ser justo.

 Solo hay un bien: El Conocimiento

 Solo hay un mal: La Ignorancia

 En esta moral no existe lugar para el sentimiento de culpa, el que obra mal
es, simplemente, ignorante y más que un castigo, precisa educación. 

1.1.12. El juicio

Aunque durante la primera parte de su vida fue un patriota y un hombre de


profundas convicciones religiosas, Sócrates sufrió sin embargo la desconfianza de
muchos de sus contemporáneos, a los que les disgustaba la nueva postura que
tomó frente al Estado ateniense y la religión establecida, principalmente en contra
de las creencias metafísicas de Sócrates, que planteaban «una existencia etérea
sin el consentimiento de ningún dios como figura explícita». Fue acusado en el
399 a. C. de introducir nuevos dioses y corromper la moral de la juventud,
alejándola de los principios de la democracia. Por el contrario, Sócrates se
manifestó devoto de los dioses, y no pretendía introducir nuevas deidades, a lo
que manifestó:

«¿Cómo podría yo introducir nuevos dioses por decir que una voz divina se
me manifiesta para indicarme lo que hay que hacer? Por otro lado, que la divinidad
sabe de antemano lo que va a suceder y que lo anuncia con señales a quien
quiere, tal como yo lo digo, lo dicen también todos y lo creen. Pero mientras estos
llaman, augurios, voces, coincidencias y adivinos a los que les anuncian las
señales, yo lo llamo genio divino y pienso que, al llamarlo así, me expreso de
manera más veraz y piadosa que los que atribuyen a las aves el poder de los
dioses».

Aunque la causa de fondo para llevar a un juicio a Sócrates, según


Jenofonte, fue que este abrió sus puertas como discípulo a Critias, quien integró el
cuerpo político-militar espartano denominado los Treinta Tiranos, quienes se
hicieron con el poder en Atenas tras la guerra del Peloponeso, y sometieron a la
polis a una terrible matanza y vaciamiento económico (por el lapso de un año).
Posiblemente, esto haya sido imperdonable.

La Apología de Platón recoge lo esencial de la defensa de Sócrates en su


propio juicio; una valiente reivindicación de toda su vida. Fue condenado a muerte,
aunque la sentencia sólo logró una escasa mayoría. De acuerdo con la práctica
legal de Atenas, Sócrates hizo una réplica irónica a la sentencia de muerte del
tribunal proponiendo pagar tan sólo una pequeña multa dado el escaso valor que
tenía para el Estado un hombre dotado de una misión filosófica. También se hace
mención que Sócrates pidió jocosamente que se lo podría condenar sencillamente
«invitándole a comer en los banquetes comunales», en alusión a que estos eran
deplorables. Tanto una como otra, enfadaron tanto al jurado que este volvió a
votar a favor de la pena de muerte por una abultada mayoría. Los amigos de
Sócrates propusieron pagar una fianza, e incluso planearon su huida de la prisión,
pero prefirió acatar la ley y murió por ello. Pasó sus últimos días con sus amigos y
seguidores.

1.1.13. Muerte
El envenenamiento por cicuta era un método empleado habitualmente por
los griegos para ejecutar las sentencias de pena de muerte. Sócrates fue juzgado
y, declarado culpable, cumplió esta pena en el año 399 a. C.

Murió a los 70 años de edad, aceptando serenamente esta condena,


método elegido por un tribunal que le juzgó por no reconocer a los dioses
atenienses y corromper a la juventud. Según relata Platón en la Apología que dejó
de su maestro, éste pudo haber eludido la condena, gracias a los amigos que aún
conservaba, pero prefirió acatarla y morir.

A su muerte surgen las escuelas socráticas, la Academia platónica, las


menores, dos de moral y dos de dialéctica, que tuvieron en común la búsqueda de
la virtud a través del conocimiento de lo bueno.
CONCLUSIÓN
Pocas cosas se conocen con certeza de la biografía de Sócrates. Fue hijo
de una comadrona, Faenarete, y de un escultor, Sofronisco, emparentado con
Arístides el Justo. En su juventud siguió el oficio de su padre y recibió una buena
instrucción; es posible que fuese discípulo de Anaxágoras, y también que
conociera las doctrinas de los filósofos eleáticos (Jenófanes, Parménides, Zenón)
y de la escuela de Pitágoras.

Aunque no participó directamente en la política, cumplió ejemplarmente con


sus deberes ciudadanos. Sirvió como soldado de infantería en las batallas de
Samos (440), Potidea (432), Delio (424) y Anfípolis (422), episodios de las guerras
del Peloponeso en que dio muestras de resistencia, valentía y serenidad
extraordinarias. Fue maestro y amigo de Alcibíades, militar y político que cobraría
protagonismo en la vida pública ateniense tras la muerte de Pericles; en la batalla
de Potidea, Sócrates salvó la vida a Alcibíades, quien saldó su deuda salvando a
Sócrates en la batalla de Delio.

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