Humano YoonSeok
Humano YoonSeok
Humano YoonSeok
Rating: Explicit
Archive Warning: Graphic Depictions Of Violence, Major Character Death
Category: M/M
Fandom: 방탄소년단 | Bangtan Boys | BTS
Relationship: Jung Hoseok | J-Hope/Min Yoongi | Suga
Character: Jung Hoseok | J-Hope, Min Yoongi | Suga, Jung Soojung | Krystal, Kim
Jongin | Kai, Kim Taehyung | V, Kim Namjoon | RM, Park Jimin (BTS),
Jeon Jungkook, Bae Joohyun | Irene, Kim Seokjin | Jin, Park Sunghoon
(ENHYPEN), Kim Hyojong | Dawn, Im Jaebum | JB
Additional Tags: Bottom Jung Hoseok | J-Hope, Top Min Yoongi | Suga, Min Yoongi |
Suga Has a Big Dick, Smut, Anal Sex, Jung Hoseok | J-Hope is Bad at
Feelings, Jung Hoseok | J-Hope is a Little Shit, Cigarettes, Dom Min
Yoongi | Suga, Alpha Kim Seokjin | Jin, Happy Ending, Multiple
Orgasms, Drama, Humor, Beta Kim Namjoon | RM
Language: Español
Stats: Published: 2023-05-26 Words: 4,586 Chapters: 1/100
Humano [YoonSeok]
by baesope
Summary
Sé que todos conocen a los Lobos, eses hombres peligrosos, fuera de la ley, musculados,
apestosos, atractivos y con la polla enorme. Sé que les habrán contado lo increíble que es
pasar El Celo con ellos y que les follen como nunca en suvida. Pero aquí estoy yo para
advertirles de los problemas y peligros que eso puede llegar a darles.
Soy Hoseok, esta es mi historia, y les contaré cómo mi vida se fue completamente a la
mierda, los muchos errores que cometí y la forma en la que pasé a formar parte de la
puñetera Manada. Empezaré con una advertencia: una vez que un estúpido Lobo se
enamora de ti, no hay vuelta atrás.
Notes
ADVERTENCIA:
© Esto es una adaptación de la historia Humano. Todos los derechos de esta historia le
pertenecen a LiaGerald.
Sé que todos conocen a los Lobos, eses hombres peligrosos, fuera de la ley, musculados,
apestosos, atractivos y con la polla enorme. Sé que les habrán contado lo increíble que es pasar El
Celo con ellos y que les follen como nunca en suvida. Pero aquí estoy yo para advertirles de los
problemas y peligros que eso puede llegar a darles. Soy Hoseok, esta es mi historia, y les contaré
cómo mi vida se fue completamente a la mierda, los muchos errores que cometí y la forma en la
que pasé a formar parte de la puñetera Manada. Empezaré con una advertencia: una vez que un
estúpido Lobo se enamora de ti, no hay vuelta atrás... Eso es algo que me hubiera gustado que me
hubieran dicho cuando Joohyun me llamó y dijo que había conseguido entradas para el Club Luna
Llena, porque yo no me imaginé lo muchísimo que mi vida iba a cambiar desde ese momento. Solo
seguí reponiendo los cartones de leche y respondí:
—No. Yo no te prometí una mierda —le recordé—. Si quieres ir a uno de esos clubs de lobos, vete
tú sola.
—Si es peligroso, ¿por qué vas? —le pregunté, alzando la mano en un gesto de incredulidad que
Joohyun no pudo ver.
—Ogh... —puse los ojos en blanco y negué con la cabeza antes de coger otro tetrabrik de leche y
dejarlo en la balda junto a los demás—. Eso sí es peligroso.
—No es peligroso —y se quedó callada un par de segundos—. No tiene por qué serlo si vas
preparada. Mi amiga Yerim, la del trabajo, lo hizo una vez y dice que es una experiencia que hay
que vivir. Dice que el sexo ya nunca vuelve a ser igual después de tener a una de esas bestias
encima durante cuatro días.
—¿Tu amiga Yerim?, ¿la que no sabe diferenciar el fax de la fotocopiadora? ¿Esa amiga?
—Sí, esa —afirmó. Hubo un sonido metálico y Joohyun no volvió a hablar hasta darle un par de
tragos a la cerveza que acababa de abrirse—. Escucha, Hoseok. Me acompañas al club este viernes,
te invito a las copas y bailamos un poco tú y yo. ¿Qué te parece?
—Me parece que no se te va a acercar ningún lobo si ven como bailas —respondí, levantándome
del suelo cuando terminé de poner todos los tetrabriks de leche en su sitio—. De todas formas,
¿cómo vas a... ligar o lo que sea que vayas a hacer allí, si yo estoy contigo?
—Pueden olerlo... —repetí antes de soltar un bufido y volver a negar con la cabeza—. ¿Y tu
desesperación pueden olerla o no?
Puse una mueca de asco y me llevé una mano al rostro para frotarme el puente de la nariz.
—Oye, Joohyun —murmuré—. ¿Estás segura de todo esto? Los lobos... no son una broma.
—Soy una mujer adulta, Hobi. Sé lo que hago —bebió un par de tragos más y soltó un jadeo—. Te
recojo el viernes a las ocho.
—Vamos a una charla educativa antes del club —anunció—. Será como volver al centro de
menores, ¿eh? —se rio un poco y después, simplemente, colgó.
Bajé el móvil y resoplé. Como muchos de los planes de Joohyun, aquello iba a salir mal. Y salió
terriblemente mal, solo que no de la forma que yo me esperaba.
El viernes a las siete y cuarenta y cinco de la tarde, ya estaba esperando en la esquina de mi calle,
con mi vieja chaqueta militar del centro de salvamento y mi desgastada gorra de béisbol
cubriéndome la cabeza. Parecía un drogadicto en busca de algo que meterse o un camello a la
espera de que alguien se acercara; yo había sido ambos, así que no había mucha diferencia.
Joohyun apareció en su destartalado auto, abrió la puerta del copiloto desde dentro y tiró los restos
de envases del McDonalds que había sobre el asiento. Entonces me dedicó una gran sonrisa y me
invitó a subir.
—No puedo creer que me hayas convencido para hacer esto —le dije.
—Nos lo vamos a pasar bien —respondió ella, abriéndose la chaqueta de plumón rosado para
mostrar su enorme escote y su pequeño y ajustado vestido negro—. ¿Qué te parece?
—Habrá muchas zorras allí y muy pocos lobos, hay que venderse rápido, Hobi.
—Yerim le chupó la polla a cuatro o cinco lobos durante el mes hasta que uno se la llevó a casa
para El Celo —respondió.
Joohyun puso la música bastante alta y siguió hablando a gritos mientras conducía como una loca y
fumaba con una mano fuera de la ventanilla. Mi cinto de seguridad estaba roto y solo podía
agarrarme con fuerza al asiento, con la esperanza de que, si teníamos un accidente, saliera
disparado y el cráneo me reventara contra el asfalto y me matara al instante. Una muerte rápida e
indolora era lo mínimo que me merecía después de una vida de mierda.
Por desgracia, llegamos sanos y salvos al aparcamiento de la vieja iglesia evangélica donde, al
parecer, nos explicarían la forma más rápida de que un lobo te follara. Ya había bastantes autos allí
y algunas personas fumando en la entrada, a las que Joohyun se acercó con una sonrisa y la mano
en alto.
—No, nosotros venimos a las clases de cocina —respondió uno de los hombres—. La asamblea de
los follalobos es en la sala 12-A.
—Maravilloso, gracias —respondió ella, tirando la colilla de su tercer cigarro de la noche al suelo
antes de entrar.
—Es aquí —me dijo, echándome una rápida mirada con las cejas en alto antes de girar el picaporte
y entrar.
El lugar era tan deprimente como la gente que lo llenaba. Una sala multiusos en el sótano de una
iglesia que había visto y oído demasiadas cosas y en la que habían puesto docenas de sillas
plegables frente a una pared con pizarra. Sobre un pequeño altillo al final de la sala había una
mujer y, tras ella, proyectaban malamente un Power Point con las siglas «PIHL» descentradas.
Joohyun saludó a todos con la mano y una sonrisa, respondiendo a las miradas de curiosidad que
nos habían caído encima nada más entrar.
—Gracias por venir —nos dijo la mujer de mediana edad que estaba sobre el altillo, mirándonos
atentamente con una sonrisa en sus labios rojos—. ¿Nombres?
—Oh, bien, son los últimos —dijo ella tras revisar un papel que había dejado a un lado del palco
—. Tomen asiento, por favor.
—¿Cuánto has pagado por esta mierda? —le susurré a Joohyun mientras nos dirigíamos a un par de
sillas plegables no muy lejanas a la puerta.
—Bienvenidos a Prevención e Información sobre los Hombres Lobo, PIHL, o, como me gusta
llamarlo, el primer paso antes del mejor sexo de vuestras vidas —empezó la mujer, causando un
par de risas bajas con aquel chascarrillo tan malo. Pulsó un botón de su mando portátil y la
diapositiva cambió a un par de hombres sin camiseta, muy grandes, muy fuertes y muy atractivos
—. Sé que todos saben ya lo que son los Hombres Lobo, por supuesto, pero haremos un breve
repaso. Los Hombres Lobo o Homo Lupus son una ramificación evolutiva de nuestra especie,
algunos lo consideran un retroceso, pero miren a estos seres... —dio un momento al público para
apreciar la imagen de los hombres sin camisa—. Evidentemente los que dicen eso tienen envidia.
—Más risas bajas—. Los Hombres Lobo son más fuertes, más rápidos y muchísimo... más
sexuales. Se agrupan en manadas y tienen un fuerte instinto territorial, con una jerarquía muy
estricta donde existe un Alfa al que siguen los machos más fuertes en orden descendente. —
Cambió la diapositiva para mostrar una pirámide donde en la cima ponía «Alfa» y después se iba
ramificando en diferentes niveles: «Macho Sub-Alfa», «Macho Beta» y «Macho Común». Tras un
par de segundos de aquello volvió a la imagen de los hombres sin camisa—. Todos son igual de
buenos en la cama, no se preocupen. Esto es solo para que lo sepan, aunque existen pequeñas
diferencias entre ellos, esto no tiene por qué afectar en su aventura. Lo que sí va a afectar será esto
—y cambió la diapositiva para mostrar una enorme polla, tal cual, y después un dibujo anatómico
en una esquina, lo suficiente pequeño para no tapar la otra imagen—. Los Hombres Lobo poseen
un aparato reproductivo especial que, aunque aparentemente similar al del Homo Sapiens, es
mucho más... especializado, por decirlo de alguna forma. —Más risas bajas—. Se lubrica
constantemente durante la excitación, dejándoles completamente empapados. Pueden llegar a
eyacular dos o tres veces por coito, durante El Celo, incluso más, y cuando termina el
apareamiento, su miembro aumenta de tamaño para que no sea posible extraerlo y así evitar que el
semen se escape. Este proceso, llamado «obstrucción postseminaria» dura de tres a cinco minutos.
—La mujer pasó la diapositiva y mostró una imagen animada y a cámara rápida de una polla
metida dentro de una especie de tuvo que se hinchaba y deshinchaba, demostrando la obstrucción
de una forma práctica—. La sensación es un poco extraña e incómoda —advirtió—, pero no
dolorosa. —Pasó la diapositiva y ahí es cuando la cosa se puso un poco técnica, con números,
imágenes de probetas y otras cosas que no me esperaba ver en esa charla—. Los Hombres Lobo,
además de eyacular varias veces en un solo coito, también poseen una densidad espermatológica
dos veces superior al Homo Sapiens; lo que quiere decir que, entre la cantidad de sexo, de semen y
de calidad fecundativa, los Hombres Lobo son como máquinas reproductoras infalibles. Por suerte,
solo son fértiles durante El Celo, así que no tienen que preocuparse de nada en caso de que tengan
una relación esporádica fuera de la ventana fértil. —Pasó la diapositiva y mostró un calendario con
dos meses: abril y octubre, los cuales tenían la primera semana marcada en rojo—. Hablemos
ahora del famoso Celo, la razón por la que muchos de ustedes están aquí, ¿me equivoco? —Dejó
un breve silencio para que se oyera un «Sí» a coro y por lo bajo junto algunas risas tontas—. El
Celo de los Hombres Lobo se produce en fechas muy concretas, dos veces al año, separados por
seis meses. En ese momento, su libido se dispara, convirtiéndolos en bestias sexuales que solo
pueden pensar en saciar su hambre de sexo. Su instinto les lleva a buscar a una pareja con la que
comparten numerosas relaciones sexuales en un periodo de tres a cuatro días, de setenta y dos a
noventa y seis horas ininterrumpidas. Bien, sé que suena estupendo y sumamente placentero; y lo
es —dijo, alzando las manos con una sonrisa—, pero he de advertirles de que, una vez comience El
Celo, no podrán abandonarlo hasta que concluya. Como he dicho antes, los Hombres Lobo pierden
parte de su raciocinio en estas fechas... no les permitirán abandonarlos bajo ninguna circunstancia.
Tengan esto muy claro antes de embarcarse en la aventura, por favor. Una vez que se empieza, no
se para, aunque ustedes no quieran seguir. —Sus palabras dejaron un profundo silencio en la sala.
Ahora ya sin risas.
—Qué forma más elegante de decir que, si te aburres de follar, los Lobos simplemente te van a
violar hasta que el Celo termine. ¿Lo has oído, Joohyunie? —le pregunté en voz baja.
—No pueden estar metiéndotela noventa y seis jodidas horas seguidas —me aseguró ella con una
mirada, pero entonces dudó y frunció el ceño—. ¿Verdad? —me preguntó—. Aquí, señora —
levantó la mano para llamar la atención de la mujer—. ¿Follan de seguido o hay descansos para
respirar, echar un cigarro o algo así?
—Sí, por favor, las preguntas al final de la explicación —le pidió la mujer con una sonrisa—. Pero
sí, hay descansos, por supuesto. Depende siempre del macho, pero lo más común es que se
produzca un coito cada hora y media, dos horas aproximadamente.
—De cuarenta y ocho a sesenta y cuatro folladas, Joohyun —le susurré, haciendo rápidamente las
cuentas—. Y eso es de media.
—Ahora entiendo que necesiten taponarte el coño para que no se salga la corrida —respondió antes
de reírse—. Te tiene que salir hasta por las orejas al terminar.
—Durante este tiempo, el Hombre Lobo los mantendrá muy cerca y no les permitirá moverse de su
lado ni para cumplir necesidades básicas. Ellos no comen ni van al baño durante el Celo, tan solo
consumen gran cantidad de líquido para reponer los fluidos que pierden en el proceso. Si vais a
participar en esta experiencia, les recomiendo que se preparen concienzudamente reuniendo
provisiones —pasó la diapositiva y mostró imágenes de productos como barritas energéticas o
bebidas isotónicas para deportistas—. Algo sencillo que puedan consumir en la cama, agua
azucarada y nutrientes básicos que les ayuden a recuperar energías. Con respecto a otras
necesidades, como ir al baño, deben aprovechar los momentos en los que el macho esté dormido.
Esto suele suceder a partir de las veinte horas, más o menos. Sabrán que están profundamente
dormidos por su respiración más pausada y por sus movimientos involuntarios, como breves
espasmos musculares. —Pasó la diapositiva y las imágenes de comida fueron sustituidas por
enemas y pastillas—. Para las mujeres, hay un riesgo muy alto de quedaros embarazadas si no
toman todas las precauciones posibles. Evidentemente, no van a convencer a un Hombre Lobo para
que se ponga condón, así que deberán programar las pastillas anticonceptivas e, incluso, quizá
tomar una «pastilla del día después» tras el Celo. Además de eso, les recomendaría hacerse una
lavativa profunda previa al Celo; en el caso de los hombres —y buscó al público masculino con la
mirada—, les recomendaría una antes y otra sobre las cuarenta, o cuarenta y cinco horas. Los
Hombres Lobo tampoco se detendrán en caso de incidentes escatológicos, lo que podría convertir
la aventura en una experiencia un tanto desagradable para ustedes.
—No pensaba que fuera para tanto —reconoció Joohyun, empezando a preocuparse seriamente por
«la aventura» y lo extrañamente perturbadora que estaba resultando.
—Bien, dicho esto —concluyó la mujer, pulsando el botón para volver a poner la diapositiva de
los lobos sin camisa, los cuales ya no resultaban tan atractivos y tentadores como al principio—.
Los Hombres Lobo poseen un cuerpo espectacular, todos ellos. Además su metabolismo les
permite desarrollar gran musculatura con gran facilidad, por ello tienen un apetito voraz, en
muchos sentidos —bromeó, pero después de descubrir que quizá tenías que comprar provisiones y
meterte un enema por el culo, la gente ya no estaba tan dispuesta a reírse—. Así que todos ellos
son magníficos especímenes de belleza, fuerza y poder —continuó—. Además, liberan feromonas
con el sudor que producen un efecto afrodisíaco en los humanos, en mayor cantidad antes y
durante el Celo, lo que quiere decir que estarán muy, muy excitados a su alrededor. —Pasó la
diapositiva y aparecieron dos cuerpos masculinos dibujados y con zonas de colores que marcaban
partes de su cuerpo en verde, amarillo y rojo—. A los Hombres Lobo les encanta el contacto
físico, es una parte muy importante de su comunicación no verbal y les relaja mucho. Sin embargo,
hay un límite de lo que pueden tocar y el momento en el que puedan hacerlo. De lo contrario,
podrías provocar una respuesta muy agresiva en ellos. Personalmente, les recomiendo los brazos —
verdes—, caricias lentas y suaves. Los machos suelen emitir un leve gruñido, como un profundo
ronroneo de su garganta cuando sienten placer y se encuentran relajados, esa siempre es muy buena
señal de que lo estám haciendo bien. Si el gruñido es más intenso y fuerte, paren inmediatamente.
Sigan adelante solo si hay una buena respuesta de su parte, entonces podrán continuar con cuidado
en el costado, los hombros, la espalda o la cabeza —amarillos—, pero nunca les toquen el cuello,
la nuca ni las ingles —rojo—. Son zonas muy sensibles y podrían ponerse muy nerviosos e incluso
agresivos, que es, en definitiva, lo que queremos evitar. No se precipiten, jamás, dejen siempre que
ellos den el primer paso, es una cuestión de poder. Son ellos los que deben llevar las riendas y no
ustedes. Los machos necesitan asegurarse de que no son una amenaza y que se someterán a ellos,
eso les excita y les hace sentirse poderosos. Hablenles siempre de frente, nunca, jamás, ose
acerquens por su espalda y les toquen sin permiso; porque les harán daño. Pueden mirarles a los
ojos, pero no muy fijamente ni de una manera agresiva y cortante. Y con esto concluimos la
explicación —pasó una última diapositiva en la que ponía «Gracias por su atención. Pregunten lo
que quieran».
Un público menos motivado que al comienzo le ofreció un breve aplauso a la mujer, que lo aceptó
con una sonrisa y una inclinación de cabeza.
—¿Alguna pregunta?
—Sí, yo —un hombre de mediana edad alzó la mano y preguntó—: ¿Los Lobos solo follan durante
el Celo?
—No, por supuesto que no. Los machos sanos pueden tener relaciones esporádicas en cualquier
momento del año y son tan enérgicas y satisfactorias como durante El Celo. Pero no todos están
dispuestos a tenerlas y, como dije en la presentación, no serán fértiles.
—¿Y solo follan o hacen más cosas? —quiso saber una mujer.
—Durante el Celo solo —y marcó mucho esa palabra, «SOLO»— mantienen relaciones sexuales
con penetración. No habrá sexo oral, ni caricias, ni besos. Durante el resto del año funciona como
con los humanos, depende de los gustos del macho y su relación con ustedes.
—¿Cómo consigues que te elijan para El Celo? —preguntó otra mujer—. ¿Hay algún tipo de
preparación?
—Eso es complicado —reconoció la mujer, manteniendo siempre la sonrisa—. Hay humanos que
tienen un olor, un aroma, que les atrae más y les hacen más deseables. Después puede influir la
apariencia, por supuesto, los Hombres Lobo también se mueven por el deseo físico, tienen gustos
personales y preferencias. Existe la idea de que incluso la forma en la que nos movemos les da una
idea de nosotros, al ser una raza con una comunicación no verbal tan extensa e importante, prestan
muchísima atención a ese tipo de cosas; pero, en definitiva, lo que más suele funcionar es crear una
relación previa al Celo.
—Sí, más o menos sí —dijo la mujer, dudando en cómo explicar aquello—. Pero no valdrá de nada
que los inviten a copas, ya que los Hombres Lobo poseen sus propios sistemas de cortejo, sus
propias formas de mostrar interés, aunque eso no es algo que suela pasar muy a menudo. Lo más
corriente es que sean los humanos los que muestren interés y que ellos elijan.
—¿Podrías decirnos algo que les guste? Algo que nos haga más apetecibles a sus ojos.
—¿Es verdad que bailar les atrae mucho? —preguntó otra mujer antes de que pudiera responder a
la otra persona.
—Sí, les gusta mucho bailar, el roce, el sudor y el movimiento que se produce les excita
muchísimo. Sin embargo, no recomiendo en absoluto comenzar por ahí, es un contacto muy
cercano y los Hombres Lobo podrían no estar interesados en bailar con ustedes. Lo más sencillo es
pensar que, en general, son hombres... —y con aquello quiso decir mucho más de lo que parecía—.
Hombres muy sexuales que suelen agradecer toda la... atención que puedan dedicarles.
—Pff... Mi amiga Yerim dijo que les sabía muy fuerte la polla —murmuró Joohyun con verdadero
pesar antes de levantar la mano—. Me han dicho que no se lavan mucho, ¿es cierto?
—Oh, no, no es exactamente que no se laven, sino que, como ya he dicho, poseen muchas
feromonas que hacen su sudor y sus cuerpos muy olorosos.
—Sí, sus axilas, cuello y genitales son especialmente olorosos, al igual que su semen y su
lubricación natural que tiende a ser más densa y fuerte que la de los humanos. No esperen que
huelan a perfume y a jabón, porque eso no va a suceder.
—Joder... odio que huelan mal —se quejó Joohyun, cruzada de brazos y con una mueca seria.
—El sexo debe ser muy bueno para que después de todo esto la gente siga yendo a buscarles —
pensé en voz alta.
—¿Y qué pasa si te muerden? —quiso saber una joven que puede que tuviera incluso menos años
que Joohyun y yo—. ¿Es buena o mala señal?
—Me han dicho que si les acaricias la barriga les gusta mucho, ¿es cierto? —preguntó otro
hombre.
—A los Hombres Lobo les encanta el contacto físico, como ya he dicho. Sin embargo, hay que
tener mucho cuidado con ese tema. Recomiendo encarecidamente que no se precipiten y sigan el
orden que he marcado en la presentación.
—La sumisión es una forma de enfocarlo, sin duda —afirmó la mujer—. Pero no me gusta
recomendar esa opción porque es más complicada y... peligrosa algunas veces. Si lo hacen mal, no
los tomarán en serio y, aunque se produzcan muchos coitos, no serán una pareja válida para El
Celo.
Si la mujer estaba sorprendida por la pregunta, no lo demostró. Después de todo, ya debía estar
acostumbrada a todo aquello. No dabas una charla sobre cómo conseguir que los lobos te follaran
sin tener que aguantar a un público excitado y sórdido.
—En el caso de que lo único que buscan sean un par de encuentros sexuales en el callejón o en
lugares públicos, sí, la sumisión es lo más efectivo. Para ello deben mostrarse muy pasivos, no
tocarles, agachar la cabeza, nunca mirarles a los ojos, darles la espalda y esperar siempre a que
sean ellos los que decidan tener relaciones con ustedes y no al revés. Básicamente seréis para ellos
como un clínex sobre el que poder desahogarse. Solo advierto de que los Hombres Lobo son muy
estrictos con sus estructuras sociales y una vez que los cataloguen como «sumisos», no habrá
vuelta atrás.
—¿Y es verdad que pueden saber que estás cachondo o asustado con solo olerte?
—Sí. Los Hombres Lobo poseen un gran olfato, pueden distinguir a la perfección cualquier aroma
en su cuerpo y su ropa. Saben si están excitados, asustados, nerviosos, si ya han estado cerca de
otros machos o si han mantenido relaciones sexuales con algún otro de la manada.
La sala se quedó en silencio y, como no parecía que hubiera más preguntas, la mujer aplaudió y dio
por finalidad la charla de aprendizaje y prevención. Joohyun se levantó de su silla plegable con un
cigarro ya en la mano y una expresión de desagrado. La seguí hacia la puerta, buscando mi propia
cajetilla en uno de los numerosos bolsillos de la chaqueta militar, para sacar un cigarro y
encenderlo con mi viejo zippo. Acerqué la llama a Joohyun y ella se encendió el suyo, soltando
una buena voluta de humo hacia el techo amarillento del sótano.
—Vaya puta mierda —concluyó—. Creía que íbamos a ir allí y que algún hombre fuerte y con una
polla enorme me iba a echar el polvo de mi vida.
Dejé escapar el humo entre los labios lentamente y le di otra calada al pitillo antes de responder:
—¿Quieres follarte a un lobo o quieres pasarte el Celo con él? —pregunté, porque ya no lo tenía
claro.
—No sé, quizá pruebe primero y después decida si quiero comprarme barritas energéticas y
meterme un enema por el culo —opinó.
—Eso es muy maduro —murmuré mientras cruzábamos los últimos metros hacia la puerta doble
de salida.
—No se puede fumar dentro —nos llamó la atención una persona en el exterior al vernos salir con
los pitillos encendidos.
—Que te jodan —fue la respuesta de Joohyun, acompañando sus bonitas palabras con un corte de
manga de uñas largas y negras—. Vamos al puto club —me dijo—. A ver si son tan buenos como
dicen.
Asentí, fumé otra calada del cigarro y lo tiré a un lado del aparcamiento de cemento. El sol ya
estaba casi oculto tras los edificios y el cielo era de colores rojizos, anaranjados y malvas. Me llevé
una mano al bolsillo interior y noté el reconfortante tacto de mi navaja. Joohyun sabía que estaba
ahí, y sabía que yo sabía usarla, por eso no temía meterse en un antro repleto de lobos; pero yo no
estaba tan seguro sobre todo aquello.
—Espero que tengan buenas copas —fue todo lo que dije antes de meterme en el auto—, porque
necesitaré un trago.
Yo, por aquel entonces, solo conocía a los Lobos por todo lo que la gente decía de ellos: hombres
muy sexuales y guapos, pero también muy peligrosos. Había un mito erótico alrededor de ellos, sí,
pero también un profundo temor y racismo. Los lobos eran parias, agresivos, se agrupaban en
grupos y bandas llamadas Manadas a las que no les interesaba lo más mínimo integrarse en la
sociedad. Funcionaban fuera de la ley, tenían sus propias normas y no respetaban nada ni a nadie
más, eran poco más que pandilleros y se dedicaban a negocios muy turbios repletos de violencia y
amenazas. La gente los odiaba tanto como los deseaba, y yo no era una excepción. No quería ni
tenía intención alguna de mezclarme con ellos. No necesitaba problemas, por muy guapos que
fueran y muy gorda que tuvieran la polla.
Sí... por aquel entonces no los conocía en absoluto. Y si me hubieran dicho que había un Lobo en
esa ciudad que iba a cambiar todo mi mundo, no les hubiera creído jamás.
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