Ensayo Causas y Origenes de La Violencia en Las Pandillas
Ensayo Causas y Origenes de La Violencia en Las Pandillas
Ensayo Causas y Origenes de La Violencia en Las Pandillas
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INDICE
1. INTRODUCCION ...................................................................................................................... 3
2. OBJETIVOS ............................................................................................................................... 3
3. CONCLUSIONES..................................................................................................................... 12
4. BIBLIOGRAFIA ...................................................................................................................... 14
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1. INTRODUCCION
El criterio que se utilice para definir las pandillas (en particular, las juveniles) orienta, sin
dudas, la estrategia que los países adoptan para enfrentar el problema, desde aquellas
posturas que apuntan a la prevención e inclusión social de los pandilleros y pandilleras, hasta
las que han justificado las estrategias de “mano dura” mediante la represión y el
encarcelamiento indiscriminado.
2. OBJETIVOS
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Objetivo General
Objetivos Específicos
PANDILLAS
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Las Causas
La pobreza, el desempleo juvenil, la falta de perspectivas, las insuficiencias de la educación
formal y no formal, en resumen, la desintegración social y económica de los jóvenes,
constituyen las razones profundas de la delincuencia y la violencia juveniles así como del
surgimiento y expansión de las maras.
Defunción de pandilla
Las pandillas representan el esfuerzo espontáneo de niños/as y jóvenes por crear, donde no lo
hay, un espacio urbano en la sociedad que sea adecuado a sus necesidades y en el cual puedan
ejercer los derechos que la familia, el Estado y la comunidad les han vulnerado. Emergiendo
de la pobreza extrema, la exclusión y la falta de oportunidades, las pandillas buscan satisfacer
sus derechos organizándose sin supervisión y desarrollando sus propias normas, afianzando
una territorialidad y una simbología que otorgue sentido a la pertenencia grupal. Esta
búsqueda de ejercer ciudadanía es, en muchos casos, violatoria de los derechos propios y
ajenos, generando violencia y crimen en un círculo que perpetúa la exclusión de la que
provienen.
Por ello no puede revertir la situación que les dio origen. Siendo un fenómeno
predominantemente masculino, las pandilleras sufren con mayor intensidad las brechas de
género y las inequidades propias de la cultura dominante". Este intento de definición
“ecléctica” trata de descriminalizar el fenómeno y de transformar la visión del niño, niña y
adolescente pandillero como aquel “victimario” que hay que perseguir y encarcelar, para
restaurarle su condición de ciudadano/a sujeto de derechos que la misma sociedad ha
marginado y ha desprotegido, violando el principio de universalidad e inalienabilidad de tales
derechos.
Diferencias con otros grupos juveniles y rutas hacia el pandillaje adulto Respecto de la
diferencia entre una pandilla juvenil y otros agrupamientos de niños/as y adolescentes, se
establece que estos encuentran distintas formas de agruparse con base en un mismo
mecanismo originario, de carácter gregario y natural, por el cual buscan identificación,
satisfacción de necesidades y protección.
La pandilla se diferencia de otros modelos de relación adolescente en que sus reglas internas,
claramente establecidas, son firmes y drásticas y que su quebrantamiento puede significar
sanciones que pueden llegar a la propia muerte.
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A medida que un grupo juvenil se constituye en un grupo con más semejanzas a una pandilla
con una mayor orientación a actividades ilegales o mayor rivalidad con otros grupos se
consolida la autodefinición del grupo como “diferente del resto” y en oposición a la cultura
de los otros jóvenes que no pertenecen a una pandilla.
Las pandillas prosperan con el conflicto, que puede ser con las autoridades o con la
comunidad, pero lo más frecuente es el conflicto con otras pandillas. La experiencia de
ayudarse mutuamente refuerza la cohesión interna del grupo, desarrollando una red cargada
de emociones como un elemento central en la vida de las pandillas. La característica de las
pandillas como cultura de oposición, distancia a sus miembros de las instituciones de la
sociedad y el estado, como las escuelas, la policía y distingue a la pandilla de muchos otros
agrupamientos juveniles.
En cuanto a la existencia de una ruta hacia formas adultas de pandillaje, prácticamente todos
los consultores refieren que la misma existe y está condicionada por una serie de aspectos,
entre ellos: - El incremento progresivo en la edad de los pandilleros dentro de las pandillas.
La movilidad territorial - La repatriación de pandilleros de los Estados Unidos La alianza
entre pandillas norteamericanas y salvadoreñas Las pandillas transnacionales de adultos
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Categorías de pandillas
Llegar a una categorización de las pandillas que sea esencialmente operativa para los fines de
la prevención, respeto y protección de los derechos humanos de víctimas y victimarios,
control social, rehabilitación e inclusión integral del ex-pandillero/a a la sociedad, supone una
tarea difícil que puede dejar de lado aspectos considerados por muchos relevantes, pero que
exige, síntesis, jerarquización de criterios para categorizar y, sobre todo, sencillez y claridad
conceptual.
Se entendió que la categorización debía no sólo reflejar la realidad descrita por los expertos
consultados y por la literatura de referencia, sino también a “descriminalizar” aun conjunto
altamente significativo de niños, niñas y adolescentes que hoy son vistos, clasificados y aún
estigmatizados como delincuentes peligrosos, “rótulos” que los hunden en la más profunda e
irreversible exclusión y en la violación más flagrante de los derechos fundamentales que
tienen consagrados. Estos derechos deben ser preservados, protegidos y promovidos, bajo la
responsabilidad del Estado, la familia y la comunidad.
Con base en algunos criterios estructurales como tamaño; género, composición étnica,
edades; duración, territorialidad y criminalidad, así como en criterios de origen, objetivos y
formas de operación, se ha arribado a la siguiente propuesta de categorización:
Pandillas escolares
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Para los países que han informado sobre la presencia de esta categoría de pandilla, es clave la
intervención en dos niveles: la institución educativa propiamente dicha y la acción
comunitaria.
Pandillas juveniles
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La política pública que se propone debe estar dirigida a enfrentar el fenómeno mismo de las
pandillas juveniles y separarse de las políticas de tratamiento del crimen ya que su
tratamiento debe ser social y cultural más que represivo y policial.
Las pandillas juveniles no representan el crimen en sí mismo, sino que son un fenómeno
grupal que tiene como objetivo “dar un sentido a la vida sin sentido ni oportunidades” y que,
como una de sus manifestaciones incursiona en el crimen. Cuando el crimen es la esencia de
la pandilla, entonces se está frente al fenómeno de las pandillas violentas que es la categoría
siguiente.
Las intervenciones dirigidas a las pandillas juveniles deben basarse en el enfoque de derechos
y en el enfoque de género y generar: (1) espacios de interacción y desarrollo juvenil; (2) el
rompimiento de las dinámicas violentas y delincuenciales y (3) la construcción de nuevos
desafíos y de un clima favorable para el desarrollo de los jóvenes. Esta línea de acción
pretende fomentar el derecho a la participación y construcción de ciudadanía, con acciones
que permitan a los adolescentes y jóvenes salir de la “clandestinidad” pandillera y hacerse
visibles desde sus propuestas y no desde la confrontación, al tiempo que promover la equidad
entre los géneros. Las medidas preventivas que eviten el ingreso de adolescente y jóvenes a
las pandillas deben contar con actividades individuales, grupales y comunitarias.
Pandillas violentas
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La política pública sobre pandillas y su institucionalidad, deben contemplar que las pandillas
violentas surgen del mismo contexto que las pandillas juveniles y son un estadio más
avanzado en la evolución de las mismas y en la comisión de delitos más complejos. El crimen
pasa a ser el epicentro de las actividades que antes buscaban “dar un sentido a la vida sin
sentido ni oportunidades” y la actividad en red a través de clicas que conservan la identidad
de la pandilla original en el territorio en que se encuentren (sin importar país, región o
ciudad), marcan las primeras diferencias con la categoría anterior. Complementariamente y a
medida que la pandilla violenta crece y madura, adquiere una organización y estructura más
compleja y sofisticada, junto con el predominio etéreo de los mayores de edad.
Frente a estas pandillas, las intervenciones en el área preventiva comienzan a adquirir una
importancia relativa menor que las que tienen las medidas de control y rehabilitación.
Debidamente articuladas con las intervenciones desarrolladas para las pandillas juveniles, es
necesario poner énfasis en prevención como retardación o desistencia al ingreso de
adolescentes a las pandillas violentas.
Al mismo tiempo se hace necesario desarrollar programas de capacitación para las fuerzas de
seguridad que deberán intervenir en la prevención del delito y que su actuación tendrá que
estar coordinada con aquellas que se desarrollen en el área social, fundamentalmente en el
nivel local o municipal. Para las fuerzas de seguridad, la política pública sobre pandillas
impulsará el mejoramiento de las técnicas de investigación e inteligencia como forma de
abordar el problema y poder identificar el funcionamiento de las clicas de pandillas violentas
que actúan en el país, estado, departamento, ciudad y comunidad.
Estas medidas de prevención del delito intentarán también detectar los vínculos entre los
líderes adultos privados de libertad y aquellos que operan en las calles. En lo relativo a la
intervención, se piensa que dentro del marco legal vigente (o a modificar) en cada Estado, se
promoverán formas de control social del delito, con un trabajo selectivo y focalizado basado
en fuentes apropiadas de información, evitando así las detenciones masivas, y alentando las
estrategias disuasivas para la evolución desde los agrupamientos “naturales” de adolescentes
hacia las formas de pandillaje juvenil y violento.
Los actores claves en las intervenciones sociales y de seguridad pública residen en los niveles
más próximos al accionar de las pandillas, esto es, el nivel comunitario, local o municipal.
Entonces es fundamental que la institucionalidad sobre pandillas actúe de modo
descentralizado, captando a académicos, educadores, trabajadores de calle, decisores políticos
locales, líderes comunitarios, párrocos, miembros de ONG locales, etc. con el propósito de
promover alternativas para el desarrollo personal, especialmente para los menores de 18 años
involucrados y, con ello, para la restitución de los derechos económico-sociales, civiles y
políticos que les han sido vulnerados.
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Como la mayoría de los integrantes de las pandillas violentas son mayores de 18 años, las
intervenciones de rehabilitación social pueden dar comienzo desde la privación de libertad
(contando con un proceso y sentencia judicial ágiles,) si es que han cometido delitos
probados. Tales intervenciones deben basarse en la promoción de la educación en valores, el
desarrollo de habilidades para la vida, la expresión artística, la autogestión, participación,
capacitación laboral y generación de alternativas económicas productivas, así como la
oportunidad de nivelación educativa primaria o secundaria.
Pandillas criminales
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En la medida que las pandillas criminales existen para la comisión de delitos complejos
vinculados al crimen organizado internacional, son “grupos delictivos organizados” y quedan
contempladas en los delitos tipificados y las penas propuestas por la Convención de las
Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional Convención de Palermo,
para la consideración de cada Estado Parte.
CONCLUSIONES
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1. Las pandillas ofrecen un espacio para la socialización, protección, relaciones de
amistad y fraternidad, así como para asumir riesgos y probarse a si mismos; acceso a
dinero que de otra forma no podrían obtener, relaciones sexuales; la posibilidad de
adquirir una identidad y una cuota de poder.
2. Las resoluciones y mandatos de la Organización de los Estados Americanos urgen
para que se adopten medidas de prevención y control de la violencia de carácter
transversal y regional.
3. La información de referencia sobre pandillas permite constatar que existe profusa
información, así como de numerosas y valiosas investigaciones sobre el tema, con
marcos conceptuales y metodologías que, en muchos casos, ofrecen resultados
difíciles de comparar, extrapolar o generalizar.
4. Que tales problemas de información repercuten sobre la toma efectiva de decisiones
sobre el problema.
5. Que los informes resultantes de los estudios realizados por los seis consultores del
presente proyecto señalan que, en general, el problema de las pandillas es visto como:
- esencialmente urbano, - de seguridad pública más que de contexto socioeconómico y
de derechos humanos, vinculado a los adolescentes y jóvenes aunque estos sean una
minoría dentro de las pandillas violentas o maras. - condicionado por la pobreza y la
exclusión, - asociado a la carencia en las oportunidades que ofrecen el Estado, el
mercado y la comunidad, - que se inicia con el niño o adolescente que proviene de
familias disfuncionales y busca identidad, protección, afecto y poder, con
predominio latino y afro descendiente sobre el blanco anglosajón. - vinculado a gran
parte de los homicidios nacionales. - vinculado en forma creciente al tráfico de
drogas, armas, personas y otros delitos relacionados con el crimen organizado.
6. Los enfoques predominantes para el estudio y abordaje de las pandillas no incorporan
la perspectiva de los derechos humanos y, salvo algunas referencias aisladas, resulta
difícil integrar el enfoque de género
7. Se asume como definición de consenso que "Las pandillas representan el esfuerzo
espontáneo de niños/as y jóvenes por crear, donde no lo hay, un espacio urbano en la
sociedad que sea adecuado a sus necesidades y en el cual puedan ejercer los derechos
que la familia, el Estado y la comunidad les han vulnerado. Emergiendo de la pobreza
extrema, la exclusión y la falta de oportunidades, las pandillas buscan satisfacer sus
derechos organizándose sin supervisión y desarrollando sus propias normas,
afianzando una territorialidad y una simbología que otorgue sentido a la pertenencia
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grupal. Esta búsqueda de ejercer ciudadanía es, en muchos casos, violatoria de los
derechos propios y ajenos, generando violencia y crimen en un círculo que perpetúa la
exclusión de la que provienen. Por ello no pueden revertir la situación que les dio
origen. Siendo un fenómeno predominantemente masculino, las pandilleras sufren con
mayor intensidad las brechas de género y las inequidades propias de la cultura
dominante"
8. Hay rutas adultas hacia el pandillaje Caracterizadas por: - El incremento progresivo
en la edad de los pandilleros dentro de las pandillas. - La movilidad territorial - La
deportación de pandilleros - La alianza con pandillas norteamericanas - Las pandillas
transnacionales de adultos
9. Esta ruta hacia el pandillaje adulto se ve respaldado por la información recogida por
los expertos que indican que: - Hay más menores de 18 años infractores a la ley que
menores de 18 años pandilleros. - En algunos países los pandilleros menores de 18
años representan el 4-5% de los menores de 18 años privados de libertad. - En
Honduras, por ejemplo, en 2007 se contabilizaron 736 pandilleros mayores de 18 años
privados de libertad, mientras sólo 19, fueron menores. - En Estados Unidos se
calcula que entre el 5 y 7% de la población entre 12 y 16 años pertenece o perteneció
a una pandilla.
BIBLIOGRAFIAS
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https://asjhonduras.com/webhn/wp-
content/uploads/2015/12/Maras_Pandillas_Honduras_ASJ_InsightCrime.pdf
https://www.buenastareas.com/ensayos/Resumen-De-Las-Maras-y-Pandillas/5460401.html
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berlin.de/servlets/MCRFileNodeServlet/Document_derivate_00001310/BIA_103_333_372.p
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http://scm.oas.org/pdfs/2010/cp24469s-4.pdf
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