Arquitectura y Sociedad
Arquitectura y Sociedad
Arquitectura y Sociedad
Primero que nada, me gustaría definir lo que es para mí el hábitat, tal vez y lo primero
que se viene a la mente es un refugio, sin embargo, creo que es más un acto cultural, un
acto cultural que puede ir desde una fogata, en donde existe un umbral que delimita un
interior y un exterior, o que puede llegar a ser hasta una plaza. Un hábitat es un espacio
en el que convivimos, en el que coexistimos, un espacio en el que nos desarrollamos con
los que nos rodean.
En este sentido, Edmund Husserl, un filósofo alemán, menciona que la arquitectura es
tanto un soporte físico material, como un discurso cultural.
Dando como resultado que la arquitectura sea justamente el espacio o los espacios sobre
los que apoyamos nuestra cultura.
Christopher Alexander en su libro Lenguaje Patrón hace una investigación acerca de los
actos o patrones que le dan vida a un lugar a partir de las características del mismo
lugar, las personas, los actos, las plantas y los animales.
Entonces habrá que establecer el lenguaje del lugar junto con los habitantes para
generar las características del proyecto.
Teniendo como resultado una dualidad en la que la sociedad construye la arquitectura,
en el sentido literal o en el sentido de que el arquitecto se empape de todos los
elementos que rodean al proyecto, para que con el paso del tiempo y de que esto se haga
hábito la arquitectura construya a la sociedad.
Koolhas, por otro lado, menciona algo que me parece interesante y es esta parte, no sé si
triste de la arquitectura, que tampoco sé si sea arquitectura, pero tiene que ver con la
exigencia del mercado, en donde, actualmente existen proyectos dirigidos a todos y a
nadie al mismo tiempo y me refiero a las empresas inmobiliarias que compran terrenos
y contratan a un arquitecto para diseñar estos edificios de departamentos o lofts
dejando al arquitecto como un experto en la producción más que como un
intermediario consciente de las necesidades de las personas que habitarán el espacio.
Teniendo como resultado, una arquitectura de privatización que no promueve los
valores culturales
ARQUITECTURA Y SOCIEDAD
Y esto también tiene un poco que ver con la manera en la que nos enseñan arquitectura,
en donde, en nuestro caso el taller integral a veces queda completamente aislado de las
materias teóricas, dándole casi toda la importancia a la parte estética del proyecto y
dejando de lado esta complejidad teórica y contextual del proyecto.
Obteniendo de esta manera, arquitectos que se preocupan más por la apariencia del
proyecto que por los valores culturales que puede aportar a su contexto, logrando una
arquitectura carente de una consciencia social. O si lo queremos ver de otra manera,
cada vez más, estamos diseñando proyectos hipotéticos, para personas indefinidas,
obteniendo una arquitectura que termina siendo de nadie.
Estas reflexiones, entonces, nos están diciendo casi a gritos que la arquitectura cobra
sentido cuando es acompañada de un programa social y cultural, debemos conocer las
raíces que vinculan a las personas con sus espacios.
Lo que me lleva a citar a Peter Eisenman que nos dice que en la realidad contemporánea
el ser humano ya no puede ser la medida de todas las cosas, el protagonista ya no es el
objeto en sí, ahora son las relaciones entre dichos objetos las que definen un nuevo
lugar.
Y es justamente con este pensamiento con el que podemos mejorar la relación entre
arquitectura, espacio y sociedad, pues debemos agregar este aspecto cultural que poseen
las personas que habitarán el espacio como uno de los ejes de nuestro diseño, analizar la
realidad del contexto de nuestro proyecto, de donde viene, en donde se encuentra y
hacia dónde va.